IV
l lustre de Barbelo se oscureció. Ella dejo la
luz dentro de si misma mermada y vio la
causa con la clarividencia que el Espíritu
invisible le había concedido como regalo. La
blasfemia y maldad de su mal-formado hijo
ensombreció su faz. Ella quedo manchada ya que su
consorte no estaba conforme con su acto de dar a luz. Con
vergüenza ella se escondió bajo un manto de oscuridad.
Pretendiendo olvidar vagó de un lado a otro. Temía
regresar a su Aeon todavía amargamente arrepentida de
su error.
Todo el Cielo oyó sus tormentosos llantos de pesar. Sus
oraciones fueron llevadas al Espíritu Invisible. Con
misericordia infinita el Espíritu que es Virginal la
perdonó y la bañó en las Aguas de Vida. Su consorte, el
Autogenito divino, vino a ella a través de la plenitud para
restaurar su brillo. Ella fue elevada con él, hasta la
Novena Esfera, para morar con la Fuente Perfecta y
quedar renovada.
El Eón de Eones miro hacia abajo a las obras de Samael
y las desaprobó, así como un padre frunce el entrecejo ante
la iniquidad de su hijo. A través del Dragón Ciego él
obtuvo un gran poder tanto para hacer como para deshacer.
En la vanidad de su arrogancia él lo había usado no
obstante sólo para crear. Temiendo a que retorciera los
anillos del Dragón sobre si mismos y usara su poder para
destruir, el Padre de Todo envió al Ángel de Luz-eón
cuyo nombre es Armozel, para que golpeara al Gusano con
su espada llameante.
Armozel entró en el reino de Samael sin ser visto y se
acercó al lugar donde dormía entrelazado con su consorte.
Samael no lo vio, por la embriaguez de deseo que lo
envolvía. Los anillos del Dragón Rojo se agitaron entre
sus partes y escupió un interminable raudal de poderosos
demonios. Entonces Armozel alcanzó a dar con la hoja
ardiente de su espada entre sus retorcidos cuerpos y mutiló
al Dragón en su parte trasera. Castrando al Gusano para
que no pudiera hacer o deshacer.
Los anillos del Dragón dejaron de moler. Ninguna
criatura más surgió de su caos. Samael se volvió de su
consorte con un grito de rabia. Lilith también grito, pero
el suyo era un lamento amargo. Armozel los dejó con sus
espaldas tocándose. Samael no le vio partir, por que la luz
velaba sus ojos. Sin el vinculante poder del Dragón ellos
ya no podrían unirse. Cada uno yacería imperfecto y solo.
Su lujuria ardió y no fue apagada. Ellos se alzaron y
separándose desaparecieron de la visión del otro.
Lilith vagó por las montañas golpeándose el pecho y
rechinando los dientes porque el vacío dentro de ella seguía
estando sin llenar. Incluso subió a los confines más altos
del reino de Samael. Mientras estaba de pie mirando a la
lejanía. Las nubes que oscurecían los bordes del
firmamento se apartaron y revelaron la parte inferior de
las aguas que abrazaban la tierra. La luz iluminó las
aguas y las hizo claras. Las raíces de las montañas
temblaron. El trueno sacudió las cimas.
Para terminar su propio plan la Madre-Padre de todo
produjo la imagen de Geradamas para que brillara a través
del fondo de las aguas. Su cara era una cara humana, y su
forma una forma humana. Una voz de triunfo descendió
desde los Eones superiores, "Contemplad esta obra, el
Hombre." Lilith miró con éxtasis a su imagen celestial,
admirando mucho la armonía de sus partes y la gracia de
sus proporciones. La lujuria se debatió dentro de sus
partes. Ella determinó formar una copia del Hombre y
usarla como su consorte. Esto seguía el plan del Espíritu
Perfecto.
Ella bajó de las montañas y recogió hojas putrefactas,
barro y limo, entonces lo mezcló con otras corrupciones y
lo moldeo con la forma que había visto en las Aguas de los
Cielos. Con cuidado infinito ella redondeó sus miembros y
pintó su semblante. En su boca ella puso marfil. En las
orbitas de sus ojos ella puso perlas. Con algas marinas
ella cubrió su calva coronilla, y pedacitos de conchas los
incrusto al final de los dedos de pies y manos. Entre sus
muslos ella encajó el hueso de la pata de una cabra.
Ella se estiró sobre la imagen y la apretó contra sus
pechos y puso sus labios sobre su boca. Ningún calor
surgía que mantuviera su lujuria. La imagen del Hombre
yacía fría y rígida. Le faltaba la chispa divina para darle
vida. Ella lloró de frustración y lo mojo con sus lágrimas.
Mirando desde arriba, el Espíritu Invisible envió abajo al
ángel Armozel para aconsejarla. Él vino a ella en medio de
su vejación y le susurró en el oído izquierdo. Lilith no vio
al ángel cuya luz lo velaba.
Lilith buscó al colérico Samael y puso la mano en su
mejilla para calmarlo. Ella le sonrió con amor para
aplacarlo, y le dijo, "Mi Señor, ven y mira la maravillosa
forma que las olas del mar han vomitado sobre la orilla."
Él fue con ella y maravillado por la belleza de la imagen
que yacía en la arena. Declaro "Verdaderamente, es una
obra de mi Madre que está en el Cielo." Ya que él no
conocía a ningún otro Eón salvo a Barbelo.
Sólo piensa que espléndido sirviente sería si tu pudieses
vivificarlo." le dijo Lilith. "Si mantienes el poder celestial
de tu Madre, su cara será una luz puesta entre nosotros."
Ella dijo las palabras que Armozel había puesto en su
mente aunque ella pensaba que eran sus propias palabras.
Samael aprobó sus palabras. "Llamémoslo Adán", dijo
él, "Que su nombre puede ser una luz y un poder entre
nosotros."
Samael deseó hacer brotar la chispa de Barbelo en la
muda arcilla para que le sirviera. Él no sabía que ya ardía
dentro de su propio pecho. Desplegando su poder ante
Lilith y vigilando a la hueste de ángeles él transformó su
forma en la de un hombre y yació en la figura de tierra.
Sus pies tocaron sus pies, y sus espinillas se apretaron
contra sus espinillas. Sus muslos tocaron sus muslos, y
su barriga estaba en su barriga. Sus manos las tenia con
sus manos, y sus hombros se extendieron hasta sus
hombros. Desde los dedos de los pies hasta su coronilla él
mesuro sus medidas. La cara de Samael besó la cara de
tierra, y la respiración de la Serpiente se deslizo entre los
labios de arcilla.
En el momento de su beso la chispa de luz escapo de
Samael y entró en el Hombre Terrenal. Éste era el
objetivo del Eón de Eones. Él actuó para restaurar el
poder de la luz a la Santa Madre, Barbelo. Los
miembros de tierra se volvieron de carne y se calentaron
con la calidez del Sol. El hombre respiró y abrió
maravillado los ojos. Él se sentó. Su cara era luminosa.
Cuando Samael miro a Adán supo que había sido
engañado. La belleza del hombre era más perfecta que su
51
propia belleza. El hombre estaba completo, mientras que él
estaba incompleto. La rabia del primer Arconte surgió de
sus ojos como saetas ardientes que destruyeron las piedras
e hicieron hervir el mar.
Él grito a los congregada hueste de ángeles, "yo soy un
Dios celoso, y no hay otro Dios junto a mí." A esto los
ángeles se extrañaron, y hablando entre ellos, dijeron,
"¿Si no hay otro Dios, entonces de quien estará este
Dios celoso?"
V
amael miro el luminoso rostro del Hombre
y su corazón ardió maléfico de celos. La
criatura a la que le había dado existencia
por el fuego de su respiración tenia una
mente mayor que cualquier Arconte. En él
no había ninguna mancha de maldad. Era totalmente puro
por el poder de su madre. El primer Arconte percibió la
chispa de clara luz en el Hombre. Y que él no había
percibido dentro de su propio pecho. Como cuando una cosa
puede ser vista en un espejo, sin el cual no es posible ver,
él lo vio. Samael codició la chispa y pretendió poseerla.
Los Arcontes y ángeles odiaron al Hombre porque este
los aventajaba con su poder de pensamiento y estaba libre
de pecado. Ellos urdieron juntos y despertaron en él la
pesadez de las necesidades y los deseos que recuerdan el
cuerpo, pero hacen olvidar el espíritu. Distrayendo los
pensamientos del Hombre. Sus ojos dejarían de mirar la
chispa de Barbelo que brillaba dentro de él. Los Arcontes
crearon para él un lugar donde alojarlo y lo pusieron
dentro, lo llamaron Paraíso. Ellos le dijeron, "Come
abundantemente de las frutas de los árboles, disfruta bajo
el Sol", pero las frutas de sus árboles eran un amargo
veneno y sus placeres farsa y muerte. Con estas cosas se
olvida el espíritu. Así que ellos lo embriagaron con lujo.
En medio del Paraíso crecía un árbol al que los Arcontes
llamaron el Árbol de la Vida. Verdaderamente es un
árbol de la Gehena cuyas hojas son mentiras y cuyas
raíces beben corrupción. Sus semillas son el deseo, sus
flores el pecado y su fruta es la muerte. La sombra del
árbol es el odio. Brota en la oscuridad y aquellos que
comen de su fruta entran en la oscuridad y en la Gehena.
En medio del Paraíso crecía un segundo árbol que los
Arcontes llamaban el Árbol del Conocimiento del Bien y
del Mal. Es el árbol de la presciencia de la pura luz. Las
raíces del árbol bebían de la fuente de agua de la vida que
sostiene a los Eones. Sus hojas son música, su semilla es
la promesa, y sus flores castas. La fruta del árbol es el
conocimiento del camino de descenso y del camino de
ascenso. Aquellos que comen de su fruta se elevan a través
de los Eones y se unen con el Hijo del Espíritu Invisible
perfecto, el Autogénito el Mashia.
Los Arcontes dejaron el Árbol de la Vida sin protección
para que el Hombre pudiera desobedecer la ley de Samael
y pudiera comer de él pecando, pero el Árbol del
Conocimiento del Bien y del Mal lo cubrieron con sus alas
ocultándolo al Hombre para que este no comiera de él y
despertara y se avergonzara por la desnudez de su locura.
Porque el Hombre caminaba como en un sueño de olvido y
obedecía las leyes de Samael y lo llamaba Señor. Él no
sabía que la luz estaba en él, y en Samael sólo había fuego
y oscuridad.
Samael envolvió en sueños al hombre pero este no era un
verdadero sueño sino un olvido de la mente. Él pretendía
unirse con la chispa que brillaba en su rostro. La chispa
no era algo que pudiese ser capturado o cogido. El Arconte
principal tomó una muestra del costado izquierdo de Adán
cuando este yacía dormido e hizo con ella un vasija que él
llenó con una porción de su luz. La forma de la vasija era
femenina. Ella fue llamada Eva, la primera Mujer.
Cuando Adán despertó miro a la mujer y reconoció en ella
su propia imagen. Ella había nacido de su propia
semblanza y él la amó como se amaba así mismo. Él le
dijo, "Verdaderamente, eres sangre de mi sangre y carne
de mi carne. Nos uniremos y seremos uno."
La voluntad de Samael era yacer con la mujer en secreto
mientras el hombre dormía y de esta manera arrebatar el
poder de la chispa que había dentro de ella. Él pretendía
infundir su poder en sus obras, como lo había liberado
antes en la unión con su consorte. La belleza de la mujer
despertó su lujuria. Ella era inocente y no entendía que
estaba desnuda.
Lilith vio el propósito de su consorte y aumento la maldad
en su semblante. La belleza de Eva era mayor que su
propia belleza porque la chispa de la Madre brillaba dentro
de ella. La belleza de Eva procede de la luz pero la belleza
de Lilith es de las sombras. Lilith todavía deseaba a
Samael pero ya no podía yacer con él. La mutilación del
Dragón Ciego los mantenía separados. El encanto de Eva
era como hiel y ajenjo en su boca.
En la oscuridad de la luna menguante ella se transformó
en un búho. Voló desde las más altas ramas del árbol en
medio del Paraíso llamado el Árbol del Conocimiento del
Bien y del Mal. Con agudos chillidos ella convocó a la
mujer de su cama antes de que Samael tuviera relaciones
con ella. La mujer siguió los gritos hasta la raíz del árbol.
Ella se maravillo mucho de su belleza. Siempre en el
pasado había estado oculto detrás de las alas de los
ángeles.
Lilith le dijo a Eva, "Despierta de la profundidad de tu
sueño. Levántate de la cama de tu embriaguez. Tu eres un
Dios que ha caído desde su estado. Come de la fruta de
este árbol y reconocerás tu desnudez."
Ella se transformó en su forma de serpiente y extendido
entre sus mandíbulas una fruta del árbol a la mujer.
Maravillándose de sus palabras, Eva comió de la fruta.
Sus ojos se abrieron a su desnudez y tuvo vergüenza. Ella
corrió con la fruta a Adán y le dijo lo que la serpiente le
había revelado. Adán también comió de la fruta. Sus ojos
se abrieron a su desnudez y conoció la vergüenza. Ellos
encontraron hojas con las que se cubrieron y se
escondieron de la ira de Samael.
Cuando el Arconte principal advirtió que el hombre y la
mujer se habían retirado de su presencia él monto en
cólera. Entendió en seguida que ellos habían comido las
frutas del árbol. Samael los maldijo y también a la tierra
que pisaban. Ellos vieron la ignorancia de la oscuridad que
había dentro de él pero estaban asustados para censurarle.
Él aún era su Dios. Los expulsó del Paraíso y los vistió
con pieles de sombras. Para que ellos no regresaran puso
un Arconte en la puerta del Este con una espada
llameante.
VI
asado un tiempo después de que Eva se fuera
del Paraiso todavía era virgen. Toda lujuria
y fornicación entre los hombres procedía del
Arconte principal, Samael, nacido del fuego
de su espíritu rebelde. Los hombres siguieron
su ejemplo y pecaron, así como las mujeres
imitaron las tentadoras trampas de Lilith, su
consorte.
Cuando él había expulsado a Eva, se arrepintió por
haberse precipitado, diciendo, "yo yaceré con la hija del
Hombre y engendraré un hijo." Diciendo esto, él la siguió
con oscuras alas. Descubrió a la mujer cuando se estaba
preparando en la alcoba de su marido. Igual que el rayo
cae del Cielo, o como el halcón pliega sus alas y se inclina
sobre su presa, así Samael la Antigua Serpiente cayó
sobre Eva para ultrajarla.
Él pretendía manchar la luminosa chispa de vida que
brillaba dentro de ella. El Espíritu Omnisciente miro
hacia abajo desde su alto trono y entendió el malvado
propósito de Samael. Él envió a su ángel Armozel para
que sacara la chispa de Barbelo de la vasija de la mujer
antes de que el Arconte penetrara su virginidad. La lujuria
de Samael fue satisfecha, pero la luz no fue contaminada.
Adán fue con su esposa. Cuando él vio la suciedad de
sangre e impura semilla que manchaba sus muslos, él
supo que la Serpiente la había montado. Ésta fue la
mancha de la primera descarga menstrual, la maldición de
las mujeres por siempre. Él rechazó y negó las caricias de
Eva. El ardor de la mujer creció por la escoria que la
Serpiente había vertido dentro de su útero. Ella usó sus
atractivos para seducir a Adán hasta que él yació con ella
en su impureza.
Cuando el momento llego, un hijo del hombre nació. Eva
lo envolvió con el borde de su vestido y se lo llevo a Adán,
diciéndole "He recibido un hombre del Señor." La cara del
infante era roja de indignación, y los ojos del niño eran
negros por la rabia. De su cabeza colgaba un mechón de
pelo negro como el ala de un cuervo. Jamás se le oyó reír.
El nombre del muchacho era Caín. Adán pensó que era el
fruto de sus partes pero Eva sabía que él era el engendro
de la Serpiente.
Cuando el momento llego, un segundo hijo del hombre
nació. Por que Adán continúo yaciendo con Eva en su
sangre. La cara del infante era justa, y sus ojos eran
azules. El pelo de su cabeza brillada como el oro del Sol.
Cuando el muchacho alcanzo su virilidad él cantó canciones
de su propia creación mientras cuidaba las ovejas de su
padre. El nombre del muchacho era Abel. Él fue
verdaderamente el fruto de Adán, pero un destino terrible
descendió sobre su cabeza por el pecado de su padre.
Caín hizo ofrendas al Señor, es decir a Samael el Arconte
principal, pero su corazón era rebelde y sus pensamientos
orgullosos. Abel hizo la ofrenda de su rebaño, y su
corazón era manso en su pecho y sus pensamientos
obedientes. Samael aceptó los regalos que Abel le dio
humildemente. Y a los de Caín les dio la espalda,
determinado por la arrogancia. Caín odió a Abel porque el
Señor le favorecía. Cuando Caín estaba con su hermano
en el campo levantó su mano y lo mató.
Samael se lamentó por el asesinato de Abel y la ira creció
en él. Maldijo la tierra para que Caín no obtuviera
ganancia de ella. Porque él amaba al hijo de Adán más que
a su propia semilla. Y la tierra ya no produciría para
nutrirlo. Él se fue de sus campos y dejo los rebaños de
Adán. Para que Caín sufriera la destrucción en su devenir
Samael puso una marca ardiente en su cara. Por esta
marca el león y el basilisco lo rehuirían.
Caín entró en la tierra al este del Paraíso y tomó una
esposa. Ella no era una mujer sino una hija de Lilith
engendrada por Samael a través del Dragón Ciego. Su
nombre era Yoko. Ella era un demonio de los deseos
secretos. Con ella Caín engendró a Enoc. Este construyó
una ciudad, la cual fue más tarde mencionada por el hijo de
Caín. Enoc engedró a Matusalén, y Matusalén engendro
a Lamec. Todo el linaje de Caín emano de la lujuriosa
copulación con las hijas de Lilith.
Lamec tomó a dos demonios del desierto para que fueran
sus esposas. Una se llamava Adah y la otra Zillah. Con
Adah él engendró a Jabal que fue sabio en todas las
maneras de sacrificio y la lectura de signos. Y Adah dio a
luz otro hijo llamado Jubal que cantaba himnos de
alabanza y rendía culto ante ídolos tallados. Con Zillah
engendró a Tubal-cain que enseñó la manufactura de
armas de guerra. Y Zillah dio a luz a una hermana de
Tubal-cain que se llamo Naamah. Ella era una seductora
y una hechicera experimentada en encantamientos y en la
creación de talismanes.
En apariencia Naamah era como Lilith. Por encima de su
ombligo ella estaba formada como una mujer. Pero por
debajo de este ella era a veces una mujer y a veces un pilar
de llamas devoradoras. Naamah tentó y sedujo a su
hermano Tubal-cain para que yaciera con ella. Igualmente
usó su encanto para despertar la lujuria de Lamec, y
cuando ella se había acoplado con su padre y había recibido
su semilla sobre la semilla de su hermano, ella colocándose
alas de oscuridad se alejo volando y riéndose con maldad
en su corazón.
Con remordimiento por su malvado acto de incesto Lamec
levantó su mano contra Caín y lo mató. Pero fue la
maldición de Caín la que dio lugar a la maldad de Lamec.
Así fue el juicio de Samael realizado contra Caín por el
asesinato de Abel su hermano.
VII
espués del asesinato de Abel, Adán se
abstuvo de yacer con su esposa durante
ciento treinta años, diciendo “¿Por qué
debo engendrar hijos para que sean
asesinados? El hombre surge del polvo y a
él ha de volver. Mejor para él no nacer nunca.” Él se hizo
una cama en una cámara separada y durmió apartado de
Eva, que lloró amargamente. Ella estaba vacía y sin ser
llenada. La mancha de la Serpiente continuaba en ella.
Grande fue la corrupción de Adán que había deseado a Eva
en su tiempo de impureza, y sepulto su semilla en la
suciedad de la Serpiente. Lilith la Reina de las Rameras
no había dejado de desear acoplarse con Adán. Cuando ella
vio la profundidad de su maldad se hizo poderosa en su
cáscara y acudió a Adán mientras él estaba durmiendo.
Ella voló metiendose por su boca abierta y entró en su
carne. En sus sueños ella acudió a él y tuvo contacto
sexual con él. Este no era lo bastante fuerte como para
D
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resistirse a sus seducciones. Ella estiró su cuerpo de
serpiente dentro de su piel y saco calor para engendrar
demonios.
Naamah la hija de Lamec cuya madre era Zillah un
demonio del desierto, también yació con Adán y tomo su
calor. Con sus hechicerías ella formó sueños de ilegitima
lujuria extrayendo sus poluciones. Ella cogió su semilla en
una copa de plata y la llevó a su morada bajo las olas del
mar occidental. Allí ella la usó para engendrar demonios y
espíritus.
Después de la muerte de Caín a manos de Lamec, el
Espíritu Invisible envió al ángel Armozel a Eva. El ángel
restauró en la mujer lo que había tomado de ella para
guardarlo de la deshonra. Una vez más la pura luz brilló
en su semblante. Adán la miro, y el amor que se había
marchitado broto como un verde retoño. Él dejó de recibir
los abrazos de Lilith y Naamah. Regresando con su
esposa y yaciendo sanamente con ella según la Ley.
Cuando el momento llego Eva dio a luz un hijo. Ella lo
envolvió con el borde de su vestido y se lo mostró a Adán,
diciéndole “Dios me ha destinado otra semilla en lugar de
Abel a quien Caín mató.” Ella no dijo “yo he recibido a un
hombre del Señor” porque esta vez Samael no era el
señor. La faz del infante brillaba como la cara del Sol,
porque la chispa que estaba en Adán y la que estaban en
Eva se mezclaron dentro de él y ardió con doble
luminosidad. Y el nombre del muchacho fue Seth, el
primero en la descendencia de Adán.
Había gran regocijo en el Cielo porque la luz de Barbelo,
la Shekhinah que se había oscurecido en ella con la llegada
de Samael se restauró por fin en su brillo. Cuando sea su
momento el alma de Adán ascenderá al Primer Eón y
tendrá un lugar al lado del Poderoso, Autogenito el
Mashia, por la luz de Armozel. El alma de Seth ascenderá
al Eón de Secind y morará en la presencia de la luz de
Oroiel. La semilla de Seth incluso ascenderá al Tercer
Eón y la luz de Daveithu. Este Eón esta destinado para
ser el asiento de los profetas. Las almas de todos aquellos
que se arrepienten de su maldad volarán a el Cuarto Eón y
la luz de Aleleth.
Los descendientes de Adán sobre quien el espíritu de
oposición lanzo su larga sombra serán llevados al mal y
atribulados con el olvido. Cuando por fin sus almas dejan
el polvo ellos serán entregados a los demonios de Samael
y serán encadenados y lanzados a las profundidades de la
Gehena dónde no hay arrepentimiento. Allí hay muchos
lamentos y rechinar de dientes. Semejantes almas serán
ultrajados por toda la eternidad de maneras naturales y
antinaturales. Ellas no encontraran ningún placer o
consuelo en su deshonra.
Samael enviará sus ángeles de maldad entre las hijas de
los hombres para tomar aquellas que ellos deseen y las
llevaran lejos para que les den una descendencia de la
oscuridad. Él endurecerá los corazones de aquellos que le
rindan culto y los engañara. Él los guiará a dificultades y
fuera de la verdad. Los instruirá en las artes de la guerra
y en las formas de destrucción. Ellos envejecerán antes de
tiempo en la multitud de sus miserias. De esta manera la
voluntad del primer Arconte intentara esclavizar la
totalidad de la Creación y lanzar toda la Humanidad al
sometimiento.
VIII
l canto de Lilith. O mi amor, estas perdido.
El Sol inclina su faz hacia las montañas
Occidentales. Tu has olvidado los lugares de
donde surgiste. Tu vagas sobre lo abrupto y
tus pies están bañados en sangre. Huyes a
través de los valles y la bruma acumulada te traga, y las
sombras te reclaman. El camino esta sembrado de espinas.
El asno salvaje pasta por el camino. Un Ladrón en la
noche ha robado las piedras indicadoras. El crepúsculo cae
entre tu y la tribu de tu padre que va delante de ti. Sus
huellas han sido engullidas. Sus voces han dejado de hacer
eco en las colinas.
Mora conmigo esta noche y yo te confortaré. Bajo el cielo
abierto yo te daré cobijo. Yace en el cruce de caminos con
tu cabeza en mi regazo. Blanco mi muslo como el ala del
cisne recientemente madurado, suave como el plumón que
reviste el nido de las aves acuáticas. Renuncia a tus
preocupaciones del día y yo aliviaré tu frente con besos.
Mi lengua rezuma la dulzura del panal. La exuberancia de
la granada que es partida en su madurez, así mis labios
yacen maduros sobre tus labios. Bebe el vino de mi boca.
La cual es un cáliz rebosante con el vino del deseo.
Embriágate con mis besos, O solitario viajero.
Busca refugio bajo el arco de mis muslos. Estos son
poderosos pilares de alabastro que sostienen el firmamento
de estrellas fugaces. Refresca tu lengua en la refrescantes
fuentes de mis pechos. Estos son distantes montañas
cubiertas de nieve de las que caen espumeantes torrentes.
Oculta tu cara en medio del enmarañado matorral de mi
pelo. Este es un denso bosque con árboles de fragante
especia. Ocúltate profundamente tras la fuerte entrada de
mi útero. Este es la Casa de Santidad, sí, incluso el
Sancta Sanctórum.
Yo soy blanca y hermosa. Mi semblante brilla con la
pálida luz de la Luna en su esplendor. Entra en mi Jardín
Secreto y yace dentro de mi cenador. Quédate conmigo, O
mi amor. No te preocupes por el paso de los días. Las
estaciones vuelven y caen como los pétalos de la flor. Los
años se alejan como las nubes después de la lluvia.
Incluso cuando tu lapso de vida haya finalizado, quédate en
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mi abrazo. Yo te traeré el suave cobijo de la tierra y yaceré
a tu lado hasta los confines del mundo.
No te esfuerces por levantarte, mi amor. La larga noche
tiene aún que acabar. Yo no partiré tan pronto del calor de
tu respiración. Mis brazos se aferran alrededor de tu febril
cuello igual que el hilo de la araña humedecido por el rocío
sujeta a la polilla temblorosa. Mis labios rojos se pegan
con la dulzura de la miel en tu cara. Estas atrapado entre
el fuerte arco de mis muslos. Mi matriz devora todo tu
miembro hinchado como la serpiente que traga su presa
rápidamente y con vida.
Yo soy negra y terrible de aspecto. Mis ojos son vividas
ascuas que arden con un fuego esmeralda en las cavernas
de mi calavera. Mis dientes son afilados como los del
dragón que aplasta a su enemigo en un abrazo mortal.
Agudas mis envenenadas uñas como los colmillos de la
víbora que sisea. Mis labios son rojos por los coágulos de
sangre, de mi boca gotea sangre fresca, mi ahorquillada
lengua es negra como la Muerte, el hedor de la carroña se
agarra a mi respiración, y las moscas vienen y se posan en
mis mejillas. Azabache son mis pechos como las colinas de
Gehena. Mis muslos inmensas columnas de ébano que
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incluso se extiende hacia abajo hasta los mismos cimientos
del Abismo. El leviatán enrolla su viscosa largura sobre
ellos y hace de mi útero su guarida. Este Engendra
serpientes como lo hace la podrida barriga de un caballo
muerto.
No intentes escapar, O mi amor. Mis brazos te refrenan
con una fuerza terrible. Yo te sujeto a mi pecho con las
tupidas hebras de mi pelo. Soy una Deidad Celosa.
Ningún otro dios yacerá contigo. Yo soy la Ramera
Celestial, la Reina de Todos los Placeres. Ningún otro
amante te agradará en la vida. Tu semilla es el pago que
exijo por mi prostitución. Tu eres la fuente de mi deleite
como el cadáver deleita al chacal en el desierto. Los gritos
que nacen y mueren en tu garganta nutren mi oscuridad.
Tu miedo excita mi lujuria. Yo no dejaré de abusar de ti
todo el tiempo que te ame. Ni tu podrás librarte jamás de
mí, porque nos unimos como una carne bajo la oscura faz
de la Luna. Yo grito por el exceso de mis pasiones. Mis
gritos son como los del pájaro que vuela por la noche
chillando.
Temeroso viajero, tu sueñas un sueño del que no hay
despertar. Tu vagas perdido en una oscuridad que no tiene
amanecer. Resigna tu alma a mis caricias y ponte ebrio
con la embriaguez de mis besos. Verdaderamente yo te
amo como ninguna hija de Eva puede amarte. Tu te haces
más fuerte en mi lujuria que en la lujuria nacida de la
carne. Yo te enseño deliciosos pecados desconocidos por la
lujuria nacida de la carne. Yo te enseño deliciosos pecados
desconocidos por la humanidad. Los placeres que yo doy
son los más vividos. Los caminos que abro son profundos
caminos. Guárdate del vano arrepentimiento y olvida la
rosada luz del amanecer. Haz oídos sordos al canto del
gallo. Anida por siempre bajo la aterciopelada sombra de
mi ala. Mi hijo, mi carne, mi propio dueño, ¿cómo puedes
pensar que te abandonaría?
IX
ste es el Misterio de los Nombres. Lilith y
su consorte Samael son una sola carne. Así
como la Madre Eva surgió del costado de
Adán, así Lilith surgió de la substancia del
Príncipe de los Arcontes. Cuando esta única
esencia toma la imagen de Adán y va a yacer con las hijas
del hombre se le llama la Serpiente Inclinada. Cuando
ella se pone la piel de Eva y visita a los hijos del hombre
se le llama la Serpiente Enrollada. Ambos son nombrados
como Serpientes para indicar unidad.
Ella es llamada la Norteña porque todo los males
descienden del Norte. Es la región de las tormentas y de la
pestilencia, el lugar de los vientos bajo una perpetua
oscuridad. También ella esta interiormente fría por la
castración del Dragón ciego y debe robar el calor
copulando con la humanidad.
Ella es Lilith el ser Impío que nunca esta satisfecho. Su
útero esta abierto y no puede ser llenado. Aunque ella
yazca en cama ajena todas las noches su lujuria la
atormenta. En brazos de su amante ella anhela el abrazo.
En la plenitud del placer ella siente un amargo pesar. Las
frutas de ese amor son cáscaras vacías. Ella tiene hambre
y no se alimenta.
Ella es la Abuela Lilith y Lilith la Anciana porque es más
vieja que la humanidad. Toda la maldad fluye de sus útero.
La descendencia de las uniones entre los ángeles caídos y
la humanidad son llevados a ella y atados al interminable
dobladillo de su falda. Ella los alimenta con ajenjo y los
cría como a sus propios hijos.
Ella es llamada la Madre de los Abortos porque odia la
fertilidad de las hijas de Eva. Con malas artes causa
abortos.
Ella es la Escasa Medida porque coge la semilla que emite
el hombre durante los sueños, y la semilla que es vertida
en la tierra para prevenir el embarazo, y usa su calor para
engendrar monstruos. Los hombres que duermen solos en
la alcoba caen presos de sus caricias.
Ella es denominada la Bruja Nocturna, y por esta razón,
se sienta en el pecho de los que yacen dormidos, y succiona
su respiración con su beso. Su dulzona y nauseabunda
fragancia obstruye sus orificios nasales. A veces ella se
sienta en las caras de los hombres y saca sus espíritus con
su matriz. Ella entra en sus sueños y se divierte con ellos.
Estos yacen como si estuvieran sujetos con cadenas y no
pueden echarla.
Ella es llamada la Estranguladora de Niños. Va a las
cunas de los infantes recién nacidos y se pega a sus
pequeñas caras. Intenta entrar en ellos y recibir la forma
de sus vasijas, intentando unir sus almas con ella para
poseerlos. Su respiración se detiene y mueren.
Ella es la Prostituta Escarlata porque lleva un vestido
rojo para despertar las pasiones de los hombres, ya que
este es el color del libertinaje. Así también es su pelo del
color de la llama. Ella monta a lomos del Dragón ciego
mientras vuela en el gran círculo del compás del Mundo.
Ella es la Reina de las Rameras porque todas las mujeres
caídas que se venden por el precio de una barra de pan o
una jarra le sirven como criadas y le rinden culto. Ella
instruye sus mentes en las artes perversas. Ellas se
atreven a pecar por el valor que les concede, y es un tipo de
locura temeraria que las conduce a realizar grandes
maldades.
Ella es conocida como la Mujer Extranjera y la Corona
Extranjera por la razón de que se interpone furtivamente
entre el hombre y su esposa como una corrupta muchacha
sirvienta que seduce al Amo de la Casa y lo saca fuera de
la alcoba matrimonial. Él olvida a su esposa y yace en una
cama al margen de la ley. Él la hace la señora de su casa y
luego ella lo traiciona.
Ella es llamada la Doncella cuando viene al principio.
Porque pone cara modesta y habla con castas palabras.
Lleva cubiertas sus extremidades. Ella finge inocencia
como una Novia nueva en su noche de bodas. Toda esta
falsedad esta destinada a engendrar el amor que puede
corromper. Bajo la ocultación del borde de su vestido ella
es un pilar de fuego.
Ella es llamada la Mensajera de Dios. Cuando ella
esclaviza a un hombre para la iniquidad lo deja y se eleva
hasta la mayor altura del firmamento donde proclama su
victoria a los Eones. Ella lo denuncia ante el trono del
Padre de Todo. Y Él le da su permiso, ella desciende y
mata a su amante como la oveja es sacrificada y consumida
en el fuego del altar. Entonces lleva su alma a la Gehena.
También envía a los demonios para que plaguen la
humanidad por sus transgresiones.
Ella es la Destructora porque es enviada a las malas
naciones de la tierra. Estos no temen al Señor u obedecen
sus mandatos. Con sus huestes ella arrasara sus
ciudades. Sus rebaños serán estériles y sus campos
sembrados de sal. Los hijos de los injustos morirán en
sus cunas antes de que aprendan a gatear.
Ella es conocida como la Princesa de los Chillidos porque
vuela con alas a través de la noche y chilla en el desierto.
Y el viajero solitario recoge su capa sobre sus hombros y
se apresura por su camino para que ella no llegue por
detrás y le de una palmadita en la espalda.
Ella es la Cáscara Brutal por la razón de que no tiene
piedad. Las almas condenadas de sus anteriores amantes
ruegan su misericordia y ella se burla de sus lamentos con
una risa cruel y los arrastra por el talón bajo tierra.
Ella es Lilith la Grande consorte de Samael el arconte
principal. Ella es llamada la Pequeña Lilith la hija que
Caín tuvo con la diablesa Zillah. Lo mismo que Naamah,
la Reina de todas las Hechicerías. Estas dos son una
igual que la Luna Menguante y la Luna Nueva son la
misma cosa.
Ella es llamada el Fin de la Carne porque corrompe, y
también pone la carne negra y pútrida cuando el espíritu de
vida la deja. Ella es el Fin de los Días porque lleva la
maldición que es la muerte del alma.
X
os Aspectos de Lilith. Cuando ella viene como
Samael la Serpiente Inclinada para yacer con
las mujeres mortales a veces tiene el cuerpo de
una gran serpiente con la cara de un león.
Frecuentemente tiene la cabeza de un hombre
con un largo pelo dorado y lleva una corona de oro rojizo.
Él rodea a la mujer entre sus anillos para que no pueda
moverse y la viola. Su miembro es largo y delgado con la
dureza del ébano pero es frío, así que el calor es sacado de
su barriga. Su lengua es afilada como la de un lagarto. Él
la extiende dentro de la oreja de la mujer o se la mete en la
garganta. Con sus labios le susurra obscenidades. Le
muerde los pechos y los deja ennegrecidos. Le lanza un
chorrito de veneno en su útero que se convierte en
corrupción y hedores, las moscas vienen y ella muere.
Pretendiendo engañar, asume la forma de un atractivo
joven con una suave y blanca piel y con el pelo dorado que
le cae en rizos alrededor de sus orejas. En voz alta dice
dulces palabras de amor. Cuando canta es como si una
mujer cantara. Su risa es un apacible entrechocar de
címbalos. Sus ojos jamás dejan de mirarla. Con
solicitudes él engaña a su tonta amante hasta que es
conducida a ofrecerle todos sus regalos. Al final ella se
somete a cualquier ultraje que a él le agrade infligir. Ella
pierde su virtud, él revela su verdadera naturaleza,
Samael el Príncipe de las Mentiras.
Las caras de Lilith son máscaras y sus cuerpos cambios
de vestimenta. Con mayor frecuencia ella viene en la vasija
de una mujer para burlarse de la memoria de Eva. Ella es
alta y esbelta. Sus pechos se mantienen erguidos como los
de las etíopes pero su blancura es como la nieve de las
montañas, y sus pezones invitan a ser chupados. El pelo
rojo como la llama le cae en ondas por su espalda. Sus
nalgas son redondas como la Luna. Sus manos son dos
palomas blancas que vuelan en busca de la mañana.
Cuando ella habla sus palabras fluyen como el aceite de
una tinaja recientemente abierta. Ella sonríe con la
promesa de secretos prohibidos. Su boca esta bordeada
con pétalos de rosa y es dulce como la dulzura de la miel.
En su beso hay un agudo sabor a bayas maduras
calentadas bajo el Sol. Su risa es una fuente burbujeante
que murmura sobre un banco de nevados guijarros.
Al hombre modesto ella se le aparece en la guisa de una
doncella. Con miradas modestas por el rabillo de los ojos
ella ablanda su corazón. Sus dedos le llaman la tentación.
La parte inferior de su cara la mantiene velada igual que
una mujer virtuosa. Cuando su lujuria se acelera y su
corazón se calienta ella se aparece como una ramera. Sus
párpados están pintados con negro egipcio y las uñas de
sus manos y pies están teñidas con henna. Anillos
adornan sus dedos y brazaletes rodean sus brazos. De sus
orejas cuelgan ornamentos. Sus vestidos cubren sin
ocultar. Ella se ríe abiertamente incluso como un hombre
y cruza la mirada de su amante de forma atrevida.
Él queda condenado por actos perversos. La parte de su
barriga por debajo del ombligo esta contaminada. Ella
vierte en su garganta un Vino de Abominaciones y de
olvido del voto matrimonial y usa a su esposa como una
ramera, sí, incluso en su suciedad él la usa. Entonces
Lilith se regocija en sus cáscaras y transforma su vasija
en el Destructor de Mundos. Ella viene a él como un
gigante, negro de piel y lleno de ojos. Sus dientes son
curvados como dagas por encima de sus ásperos labios.
Su voz es una tormenta rugiente, su aliento hiede con la
corrupción de la fosa de los muertos. Las llamas cubren
sus miembros como si de un vestido se tratara. En su
mano derecha ella esgrime una espada que gotea de su
punta el veneno del escorpión. Entonces ella lo coge y lo
baja a la Gehena y nunca más es visto.
Lilith usa una multitud de vasijas cuyas formas están en
armonía con las perversidades de los hombres. Por que
hay algunos hombres que desean yacer con monstruos. Ni
son aplacados hasta que hayan ultrajado sus sollozantes
almas como esclavos cautivos de tierras extranjeras y se
hayan mofado de su degradación.
A veces ella viene como una criatura medio mujer y medio
serpiente. De la cintura para arriba ella es mujer, pero por
debajo de esta es un monstruo del Abismo de las Aguas.
Aún así ella tiene partes de mujer y ellos yacen con ella.
Ella viene como una mujer cuyo pelo son víboras, y un
áspid coletea en su boca en lugar de una lengua. Ellos la
miran con terror pero no pueden huir. Sus piernas se
vuelven agua y sus corazones son como la piedra.
Los viajeros del desierto oyen sus alaridos. Ella viste la
forma de un ave de rapiña con la cabeza y pechos de una
mujer hermosa. Mientras ellos yacen dormidos, ella defeca
en sus caras. Y cae sobre sus espaldas con sus garras
afiladas y los baja a la Gehena.
Todavía, ella viste otra forma en el desierto, y es esta.
Ella cae sobre los desprevenidos viajeros. Su cuerpo es
como el de un león y su cabeza y pechos de mujer. Entonces
los desafía y prueba su sabiduría con enigmas y si ellos
fallan, los viola.
También llega como una gran serpiente con una púa
envenenada en su cola y con la cara de una mujer. El
hombre yace hechizado en un sueño. Ella le come su
miembro, y cuando él despierta es un eunuco ni masculino
ni femenino.
Ella se viste de muchas otras formas según le place. El
número es demasiado grande como para anotarlo con la
pluma. Tan curiosas son algunas que la mente no los
penetrara, dejándolas al caos.
XI
os Hijos de Lilith del Primer Tipo. Nacieron
de la moltura del Dragón ciego cuando ella
yacía acoplada con su consorte Samael el
Arconte principal de quien ella es la imagen
refleja. Entre ellos están las autoridades y
reyes y ángeles caídos que desearon a las hijas del hombre.
Estos son completamente espíritus sin mezcla de materia.
Porque ellos no tienen parte alguna de humanidad sino que
toman toda su naturaleza del poder ardiente de Samael que
él recibió de su madre Barbelo.
Los primeros en surgir del Dragón fueron las Doce
Autoridades que gobiernan bajo la Autoridad Suprema.
Cada uno rige en su casa Celestial. Sus nombres son
Athoth, Harmas, Galila, Yobel, Adonaios, Caín, Abel,
Abrissina, Yubel, Armoupiael, Melcheir, y Belias.
Los segundos en surgir fueron los Siete Reyes. Las
autoridades los concentraron y los situaron en los siete
cielos. Empezando por el más alto sus nombres son éstos.
Athoth tiene la semejanza de una oveja. Eloaios tiene la
semejanza de un asno. Hastaphaios tiene la semejanza de
una hiena. Yao tiene la semejanza de una serpiente con
siete cabezas. Sabaoth tiene la semejanza de un dragón.
Adonin tiene la semejanza de un mandril. Zabbedias tiene
la semejanza de una llama. Y éstas son las siete partes de
la semana.
Siete arcángeles fueron colocados para que gobernaran
sobre todos los ángeles menores cuyo número es de
trescientos sesenta y cinco. Sus nombres son Miguel,
Ouriel, Asmenedas, Saphasatoel, Aarmoriam, Rickramas,
Amiorps.
Cinco espíritus fueron engendrados para gobernar los
cuatro poderes incorpóreos de las esencias de la materia y
el quinto poder que comprenden a los otros cuatro. El
espíritu del calor o la potencia ardiente es llamado
Phloxopha. El de frialdad que gobierna la potencia ácuea
es Ororothos. El espíritu de la sequedad que esta colocado
sobre la potencia térrea es Erimachos. El de la humedad
sobre la potencia aérea se llama Aethuros. Y el espíritu
del poder de la quintaesencia es Onorthochras.
Cinco demonios gobiernan las pasiones. Ephememphi esta
colocado sobre el placer. Yoko gobierna el deseo.
Nenentophni gobierna el sufrimiento. Blaomen gobierna
el miedo. Sobre estos cuatro esta colocado Ouchepiptoe
que los gobierna a todos ellos. De estos cuatro demonios
surgen todas las pasiones que son la debilidad de la carne,
como del sufrimiento viene la ansiedad, la angustia, la
envidia, los celos, y así también para el resto.
Hay demonios menores colocados sobre las partes del
cuerpo. Para ayudar al Arconte principal a llevar su
aliento de vida a las extremidades de Adán. Sus nombres
son estos. Diolimodraza la cabeza; Asterechme el ojo
derecho, Thaspomocha el ojo izquierdo; Yeronumos la
oreja derecha, Bissom la oreja izquierda; Akiorem la
nariz; Pehrom la boca; Yammeax el cuello; Yakoui el
hombro derecho, Verton el hombro izquierdo; Tebar la
parte superior del brazo derecho, Anambis la parte
superior del brazo izquierdo; Mniarchon el codo derecho,
Phoraxii el codo izquierdo; Abitrom el antebrazo derecho,
Eventhon el antebrazo izquierdo; Oudidia la mano derecha,
Arbao la mano derecha; Lampno los dedos de la mano
derecha, Leekaphor los dedos de la mano izquierda;
Kriman todas las uñas de las manos; Koade el dorsal
derecho, Odeora el dorsal izquierdo; Taphreo el dorsal
medio; Pisandriapt el torax superior; Barbar el pecho
derecho, Imaex el pecho izquierdo; Asphixix las costillas
derechas, Synogchota las costillas izquierdas; Senaphim
el abdomen superior; Phthave el ombligo; Arouph el
abdomen inferior; Bathinoth todos los genitales tanto del
hombre como de la mujer; Bedouk el útero, Sorma la
vulva; Arabei el pene, Eifo los testículos; Baribas la
cadera derecha, Phnouth la cadera izquierda; Carcharb el
glúteo derecho, Cthaon el glúteo izquierdo; Cour el muslo
derecho, Carcha el muslo izquierdo; Aol la rodilla derecha,
Caraner la rodilla izquierda; Aroer la espinilla derecha,
Toechea la espinilla izquierda, Baston el pie derecho,
Marephnounth el pie izquierdo; Archentech los dedos del
pie derecho, Abrana los dedos del pie izquierdo; Miamae
todas las uñas de los pies.
Éstos son los demonios que ayudaron a esparcir el aliento
de Samael por las partes interiores de Adán. Y ellos
gobiernan estos órganos. Meniggesstroth el cerebro;
Amen los dientes; Dearchos la garganta; Cnoumeninorim
la dureza de los huesos, Abenlenarche la médula; Gesole el
estómago; Agromauma el corazón; Banno los pulmones;
Zostraphal el hígado; Anesimalar el bazo; Thopithroe los
intestinos; Biblo los riñones; Roerur los nervios;
Ypouspoboba las venas.
Sobre todos los demonios de las partes del cuerpo esta
situado Aenaro, porque él es quién gobierna el alma de la
carne.
Entre los poderes que desearon después a las hijas de los
hombres como Samael deseo a Eva. El primer Arconte
los dejo descender a la tierra y revestirse con la apariencia
de hombres para poder yacer con sus esposas. Y él pecó
con ellos porque ellos son sus miembros. Ellos enseñaron
al hombre muchas hechicerías y los corrompieron. Su
número era doscientos, pero líderes solo tenían veinte. Y
nueve ángeles siguieron la voluntad de cada líder. Sus
nombres son éstos. Semjaza, Arakiba, Rameel, Kokabiel,
Tamiel, Ramiel, Danel, Ezeqeel, Baraqijal, Azazel,
Armaros, Batarel, Ananel, Zaqiel, Shamsiel, Satarel,
Turel, Jomjael, Sariel, Samiazaz.
Mientras estos moraron en las casas de los hombres les
enseñaron las artes de la magia. Azazel era el jefe entre los
maestros, aunque el décimo entre los líderes. Él enseñaba
las artes de fundir metales y pulir las gemas, y la
fabricación de armas de guerra, y de tintes y tinturas y
ornamentos usados por las rameras para despertar la
lujuria. Semjaza el jefe entre los líderes enseñó los usos
de las hierbas y el canto de canciones de poder. Armaros
enseñó el arte de constituir amuletos de protección y de
encontrar venenos. Baraqijal dio instrucción en la lectura
de señales en los cielos. Kokabiel enseñó los nombres y
poderes de todas las estrellas y sus constelaciones. Ezeqeel
enseñó los signos del tiempo en la tierra y el mar, y la
manera de calmar las tormentas y llamar a los vientos y
convocar las lluvias. Arakiba dio instrucción en las artes
geomanticas y en el crecimiento de las cosechas. Shamsiel
enseñó sobre las estaciones del Sol y la medición de los
días. Sariel enseñó sobre las mansiones de la Luna y todo
sus poderes secretos.
Ellos durmieron con las hijas de los hombres en la tierra y
se contaminaron. Y las mujeres tuvieron gigantes, y los
hombres usaron las artes prohibidas, y el mundo quedo
lleno de sangre e injusticia. En castigo por su lujuria el
Autogenito Divino envió al ángel vengador Miguel con
una espada llameante. Y él los lanzó a un foso y los ato en
la oscuridad. Allí ellos morarán hasta que el Autogenito,
el santo Mashia, descienda a la tierra y redima a la
humanidad de los tormentos de la carne.
XII
os Hijos de Lilith del Segundo Tipo. Estos
surgen de la fornicación con los hijos e hijas de
los hombres. Y tienen una naturaleza compuesta.
Una parte es espíritu y la otra es
terrena. Ellos moran en la tierra. Es la
descendencia de Lilith en su multitud de formas, y de su
hija Naamah, y de Samael su consorte. Entre ellos están
los gigantes engendrados por los Poderes Caídos en las
mujeres mortales. Son más altos y hermosos que los
hombres comunes. Por su parte carnal son llamados los
Espíritus de Tierra, y espíritus malignos porque obran
destrucción sobre la tierra causando problemas y
aflicciones a los hijos de los hombres.
De los Espíritus de Tierra hay dos clases que se
diferencian por la forma de nacer. Este tipo es más
espíritu que carne, y el otro tipo es más carne que espíritu.
El surgimiento del Primer Tipo. Lilith entra en la cama
de un hombre y agita su miembro. Ella coge las chispas de
L
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su semilla y las coloca dentro de su útero. Les da
nacimiento y los nutre de su propio pecho. Algunos reciben
cuerpos de la esencia del fuego. Estos tienen la piel caliente
y se lanzan a través del aire con la rapidez de la llama y
una extraña risa. Su lugar de morada está en los
pantanos y en las montañas. Otros están hechos de aire y
de bruma. Sus caras se disuelven y retuercen en cuestión
de momentos cambiando sus formas. El nombre de este
tipo que es más espíritu que carne es Lilitu.
Para el surgimiento del Segundo Tipo. Samael se acerca
a una mujer en su suciedad la monta y escita su deseo.
Entonces su marido la monta y mezcla su semilla con la de
la Serpiente. O a veces ocurre que Lilith excita la lujuria
de un hombre y él yace con su esposa a la luz de una vela,
o en su sangrado, o mira su desnudez de maneras
prohibidas. Sus emisiones son sucias y el niño es dado a
Lilith como suyo propio. Éstos crecen más rápidamente
que los niños comunes y poseen una gran fuerza. Estos
también son más peludos y desfiguran sus caras con
astutas sonrisas y miradas engañosas. Hay una manera
de saber lo que son. Cuando todavía están en su juventud
se les empieza a caer el pelo de la coronilla de sus cabezas.
La vergüenza de su desnudez hace que se la cubran. El
nombre de este tipo que es más carne que espíritu es Lilin.
Caín que nació de Eva por la lujuria de Samael fue el
primero de los Lilin. De este mismo tipo era Enoc
llamado el hijo de Caín, y su hijo, y el hijo de su hijo, todo
el linaje de Caín son hijos de Lilith. Ninguno de ellos ha
perecido en el mundo sino que todavía perduran. Y su
semilla se mezcla con la semilla de los hombres.
Y los niños nacidos de la maldad y la lujuria fuera de la
ley son dados a Lilith como suyos propios. Ella sustenta
sus vidas en sus manos como al polluelo que cae del nido.
Sin embargo ella no los mata sino que se divierte con
ellos en sus sueños. La manera de conocer su presencia es
esta. El niño empieza a reírse y a babear como si estuviera
durmiendo en su cuna. Entonces es bueno despertarlo
pellizcándolo en la nariz para que Lilith no olvide su afecto
y bese al niño extrayendo su vida entre sus labios.
Tal niño debe ser observado con cuidado mientras se hace
mayor y guiado por virtuosos caminos. Se enfurece con
rapidez y esta dispuesto a errar. Come como un lobo
siempre tiene hambre. Bebe como si su abrasadora sed
nunca se apagara. El fuego de las llamas de Samael
calienta en su pecho. Es de suspiros pesados y de lúgubre
mirada, no puede encontrar alegría en este mundo. Es
mejor que la vara se rompa en su espalda que su alma
desciende a la Gehena. Es mejor tener miedo a la luz que
amor a la oscuridad.
En el momento de la Luna Nueva Lilith y su camada
vienen a yacer con los hijos nacidos fuera de la ley y con
aquellos que anhelan y tratan de encontrar la maldad y
cometer adulterio. Ella les hace mancharse en el sueño. Y
los espíritus que le sirven son en número de cuatrocientas
ocho legiones. Aquí hay un misterio para los sabios. El
que tenga ojos para leer que lea. Ellos son del tipo llamado
Lilitu, y su líder se llama Sariel que es el gobernante de
los espíritus del aire.
Toda la descendencia de estas uniones impías se elevan
hasta Lilith y ella los cría. Ellos buscan refugio bajo sus
amplias faldas que son tan amplias como los cielos. Ellos
cuelgan como racimos de uvas maduras de sus innumerables
pechos. Sus llantos son como las olas del mar.
Una montaña de estiércol se origina de sus excrementos
que engendran moscas y pestilencia. Ellos succionan y
nunca se dan por satisfechos. Todos están desnudos y
temblando. Con ennegrecidos ojos y demacradas mejillas
ellos desean sangre.
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XIII
l método del Amor con los Espíritu. Lilith o
alguna de sus hijas se acercan al hombre que
yace solo en su cama, y a la mujer solitaria se
le acerca Samael o alguno de sus hijos.
Todos igualmente son hijos de Lilith y
comparten su poder. Ella se acerca al hombre durmiente
que con cierta frecuencia se despierta entre sus abrazos y
debe someterse. Sólo puede ser rechazada con mucha
dificultad. Ella lucha con él y toma su placer por la fuerza.
En la fornicación ella tiene la fuerza de un guerrero. Él
gime en sus brazos como cuando se tensa un arco y suelta
su semilla.
Para despertar al amante ella se aparece como una neblina
resplandeciente en el aire. Su color es el de la luz de la
Luna que brilla a través del agua. Su imagen ondula
como la superficie de un estanque movido por una brisa.
Se aparta de la vista cuando se busca con el ojo y retorna
cuando se aparta la mirada. Sus rasgos se alteran
constantemente lo mismo que una columna de humo nunca
es la misma sino que siempre se renueva. Cuando el ojo
atrapa su semblante es la belleza sublime de una joven
doncella. Pero cuando de nuevo el ojo vuelve a atraparlo
su semblante es la cara de una ramera cubierta por el
pecado. En un instante se convierte en la cara de un
hombre joven. Luego en el extraño y salvaje semblante de
un demonio. De esta manera Así Lilith danza en sus
cáscaras ante su amante.
Estas son las maneras que ella tiene de acercarse.
Desciende suavemente sobre la coronilla de la cabeza. Su
amante la siente como una fría niebla que cae por su cuero
cabelludo y cara. Este siente un cosquilleo y picor donde la
parte alta del hueso del cráneo se encuentra con la
coronilla. A veces ocurre que el lado derecho de la cara se
enfría pero el izquierdo permanece inalterado. Sus ojos
pestañean y lagrimean como si les hubieran soplado un
fino polvo. El cosquilleo llega hasta la punta de la nariz y
los labios.
Otras veces ella asciende por las piernas desde las puntas
de los dedos gordos de los pies. Es como si una espina
afilada pinchara los dedos de los pies. La fría niebla fluye
hacia arriba por las piernas y las presiona con un suave
peso. El calor deja la piel de los pies. Los músculos de los
muslos se contraen. Un fuego que es como el relámpago
en las montañas destella desde las puntas de los dedos de
los pies hasta los lados internos de los muslos y hace que
todo el cuerpo del amante vibre. El pelo de ella roza la piel
de el cuando se tumba encima y este piensa que es una
brisa nocturna.
Puede suceder que su contacto sólo sea sentido en el lado
derecho del cuerpo. A veces él siente su frescor a lo largo
de su espalda dónde esta toca el relleno del colchón, porque
Lilith pasa a través de la paja y lana con la facilidad con
que un pez se desliza a través de las profundidades. Los
cobertores de la cama no son ninguna barrera para ella, ni
una puerta cerrada o ventana con postigos impiden su
acercamiento. Sus dedos llegan por debajo de los huesos
del cráneo refrescando el cerebro y se aprietan contra el
batiente corazón dentro de su jaula de costillas y descansan
sobre el hígado a placer.
A menudo ella realiza su aproximación por el ano y el
miembro sexual. Ella desciende sobre las caderas con un
tacto parecido a un fino tejido e inflama la raíz del miembro
por detrás de los testículos. Este se pone erecto con un
revestimiento de hierro. Aunque él no tiene pensamiento
alguno de deseo ella toca la raíz y se hace más duro y
grueso que cuando yace con una mujer. Ella hace que su
miembro se ponga erecto y él empieza a sentir deseo. Pero
no es necesario para él desear antes de que ella endurezca
su pene. Su toque es suficiente.
A veces él siente un cosquilleo en su ano como si fuera
penetrado. El glande de su pene se hincha dos veces su
tamaño normal y su color le cambia al púrpura oscuro de
la uva. Está frío al tacto y carece de sensaciones. Sin
embargo cuando Lilith lo toca él siente el fuego del rayo
golpeándolo desde su punta a su raíz, y sus testículos se
retraen solos en su vientre. No son sus propias caricias
sino las del espíritu las que causan esta sensación.
Los tipos de caricias que Lilith da al miembro. Es una
presión a lo largo de su longitud como la que ejerce una
mano. Se produce un cosquilleo en la parte inferior de la
piel del glande y alrededor de la punta como el roce de una
pluma. Se produce una presión en los testículos que causa
dolor. Se produce un pinchazo de los testículos. También
se produce una dureza dentro de la raíz de los testículos.
Surge una dureza dentro de la raíz del miembro. Se
produce un cosquilleo dentro del canal del miembro a mitad
de su longitud. Se produce un contacto suave y húmedo en
el glande como el de un Beso. Es una sensación de succión
en la que se absorven los fluidos del deseo. Esto es como
un anillo ajustado que se desliza hacia abajo por toda la
longitud del miembro desde el glande hasta la raíz y
envuelve el miembro en un calor pegajoso y húmedo.
Lilith encuentra deleite manteniendo la lujuria de su
amante. Ella recibe placer de sus palabras amorosas y
extrae calor de sus fantasías lujuriosas. Él le pide soltar
su semilla y finalizar su atormentado deseo. Ella lo
provoca con hábiles caricias para que su lujuria no decaiga,
pero ninguna es concluyente. Él esta suspendido en una
cama de fuego que inflama sus sensaciones sin permitirle
una pausa hasta ser llevado cerca de la locura. De la punta
de su explosivo glande gotea incesantemente un flujo de
perlas trasparentes sobre su bajo vientre agrupandose allí.
Éste es el Lago de plata de Lilith que ella extrae de los
fluidos sexuales soltados por su anhelante lujuria. Estos
fluidos son más copiosos y también más transparentes que
los liverados durante el acto normal del amor.
Sus besos son suaves y húmedos. Ellos se aferran a la
piel y dejan una sensación de dulzura en la carne que no
puede describirse con palabras. Es como la embriaguez del
vino más fino antes de que sacie los sentidos, pero mil
veces más agradable y nunca palidece o llega al exceso. La
respiración que sale de sus labios esta perfumada con
raras especias. Su amante la respira y hace sus
pensamientos pesados y cubre sus extremidades con un
manto de lasitud. Su beso sofoca su cara. Él se esfuerza
por inhalar sus exhalaciones. Su fragante aroma llega
hasta las mismas profundidades de su vientre y dobla la
rigidez de su miembro, así que él desea morir en la
brevedad de su respiración antes que perder su beso. No
hay deseo alguno por mover las extremidades. Él se ahoga
en el vino de su letargo.
Con la llegada de Lilith el corazón de su amante palpita
rápidamente con pesados golpes. Salta en su pecho con la
ansiosa alegría de un joven potro. A sus oídos llega un
campanilleo de címbalos de plata y un zumbido de abejas.
Un aroma como el del incienso queda suspendido del aire
101
de la alcoba. Sus besos hacen que sus labios y boca
queden secos y terrosos como la arena del desierto. A veces
surge un cosquilleo en su garganta y le provoca tos. Él
saca cada respiración con esfuerzo como si el propio aire
fuera condensado por su substancia. Todos sus sentidos
giran. En su cabeza se arremolina una vorágine.
Finalmente ella provoca el brotar de su semilla.
Verdaderamente es su beso y no el contacto de su amante
lo que lo provoca. La emisión es más copiosa que la
provocada por una mujer. También la sensación es más
intensa, así que con cierta frecuencia él grita con una
mezcla de dolor y éxtasis. El acto sexual con la mujer es
como agua comparado con el vino de sus caricias. Él se
vuelve hacia ella con el deseo de su corazón y abandona el
abrazo de su esposa. A menudo de esto resulta que cuando
un hombre ha yacido muchas veces con Lilith o sus hijas,
el amor de las mujeres terrenales no tiene poder para
despertar su deseo.
Lilith rara vez le habla a su amante mientras este se
despierta cuando ella visita su cama, pero a menudo
mantiene una conversación con él cuando ella lo abraza en
el sueño. Su discurso es provocador y atrevido. A veces
ella le revela secretos al que favorece. Él ve claramente su
forma con todos sus luminosos colores, y no se desvanece
cuando el soñador mantiene la mirada por largo rato sobre
ella. Cuando transforma su aspecto lo hace abiertamente
ante su vista. Ella copula con él y él derrama su semilla en
las sabanas contaminándolas. Por eso los hombres que
buscan el abrazo de Lilith en sus sueños llevan una tela
sobre sus partes cuando se acuestan para dormir.
Ella se acerca a la mujer que esta soñando en la guisa de
Samael la Serpiente Inclinada. Él no tiene ningún
miembro pero a su amante le parece que él posee miembros
a través del glamour de sus adornos. Para la inocente
doncella él se reviste con la vasija de un hermoso joven con
dorados rizos y ojos azules que la miran con amor. Ella es
seducida por sus artimañas y no se resiste. Él entra en su
cuerpo en espíritu por lo que su himen no se rompe y la
viola con su miembro. Es más largo que el miembro de un
hombre terrenal y duro como la madera, pero impregnado
de frío como si hubiera estado en reposo en el fondo de un
profundo pozo.
Si ella empieza a resistirse a sus caricias se enfada y se
pone impositivo. La belleza de su rostro se distorsiona con
el fuego de su lujuria. Él se mofa de ella y la insulta por
sus escrúpulos. Ella no puede rechazarlo por lo que debe
someterse a su deseo. En frecuentes ocasiones ella le da la
bienvenida a su abrazo y se prepara para su llegada a la
alcoba igual que una Novia nueva se prepara para la
recepción del Novio. Cuando él está seguro de que ella se
ha rendido deja de lado la máscara de su engaño y se
aparece ante ella en toda su arrogancia y crueldad. Así ella
se convierte en su esclava y debe darse a él tanto si quiere
como si intenta resistirse. Aún así tan potente es su acto
amoroso que pocas son sus amantes las que se atreven a
desafiarlo.
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