Una noche se celebró la fiesta tradicional de anuncio del compromiso; pero, una vez que los invitados se hubieron retirado, se escucharon gritos desesperados que provenían de la habitación de la mujer. Las puertas estaban abiertas de par en par y ella yacía en la cama, desmayada. En aquellos momentos se escucho un ruido caracteristico de un carruaje, que se alejaba de casa. El cuerpo de la mujer presentaba marcas de una coloración azul y negra, como si fueran el resultado pinchazos, y de unas incisiones en su cuello manaba sangre. Una vez que recobro la conciencia relató que su marido muerto se había presentado en su habitación, con el mismo aspecto que tenia en vida, aunque execibamente palido. El le habiá reclamado la traición y después la había golpeado hasta que perdío el conocimiento. Nadie creyo la historia; perola siguiente mañana, los soldados que resguardaban el puente que atravezaba el río reportaron a media noche anterior, un carruaje negro de seis caballos había atravesado el puente a toda velocidad, sin hacer caso de las señales que le hicieron para que se detubiera.
El nuevo gobernador que no creia la historia de la aparición, tomó la precaución de redoblar la guarnición del puente. Pero los mismos hechos se repitieron noche tras noche, y los soldados declaraban que ninguno de sus esfuerzos por detener aquel misterioso carro había dado resultado. También cada noche, el carruaje llegaba hasta el jardin de la casa de la viuda, y cuando ahi estaba estacionado todos en la casa cain en un profundo sueño. En las mañanas la victima era encontrada igualmente vapuleada y desmayada. Todo el pueblo se encontraba consternado; los medicos no lograban dar explicación a esos eventos; algunos sacerdotes fueron a la casa y en las noches se ponían a rezar, pero en algun momento caían en profundo letargo. Finalmente, se presentó el arzobispo de la provincia, y él realizo los rituales de xorcismo; pero la mañana siguiente la viuda del gobernador fue encontrada peor que nunca, prácticamente al borde de la muerte.
El nuevo gbernador fue presionado a tomar medidas severas, que pudieran aliviar el creciente pánico de los habitantes del pueblo. El hizo intalar una guardia de cincuenta cosacos a lo largo del puente, con instrucciones de impedir, a toda costa, el paso del carruaje espectral. A pesar de todo, a la hora usual, se escucho el carruaje, proveniente del cementerio. El oficial de la guardia, y su sacerdote que portaba un crucifijo, se pararon delante de la tijera que cerraba el puente y gritaron al unisono:
"En el nombre de Dios y el Zar, ¿quien anda ahí?" De la ventana del carruaje aparecio un bien recordado rostro, y una voz familiar dijo: "El consejo de estado y gobernador C..." En ese mismo momento, una especie de ráfaga magnética barrió al oficial, al sacerdote y a los soldados que los rodeaban, y el carruaje pasó a todo galope a su lado antes de que ellos pudieran recuperar el aliento.
Ante tan graves circinstancias, el arzobispo resolvió volver a la antigua costumbre de exhumar el cadáver y clavarle una estaca en el corazón. Esto fue realizado de acuerdo a la tradición, en medio de una complicada ceremonia religiosa y en presencia de toda la población. Al desenterrar el ataúd y abrirlo, lo que encontraron fue un cuerpo rubicundo, con las mejillas y los labios enrojecidos. Al momento que se dio el primer golpe a la estaca, el cadáver emitió un fuerte lamento y un chorro de sangre salió de su pecho y se elevó en el aire. Entonces el arzobispo pronunció el exorcismo adecuado para el caso y el cuerpo fue de nuevo enterrado; a apartir de entonces no se supo nada más de aquel vampiro.
No sabemos que tanto pudieron haber sido exagerados estos hechos por la tradición oral. Pero hace algunos años yo escuche esta historia de un testigo presencial, y actualmente existen muchas familias en Rusia en las que algun miembro recuerda esta aterradora historia.
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