Este es el canto del Caín
Padre,
Del primogénito de nuestro Dios,
Moldeado, y hecho, a Su imagen.
Con la misma santidad que el Señor.
Y cuando mostró que también tenía
El espíritu de nuestro Señor,
Y deseo poder el saber
Que se merecía por nacimiento
Fue exiliado del Edén para siempre.
Del primogénito de nuestro Dios,
Moldeado, y hecho, a Su imagen.
Con la misma santidad que el Señor.
Y cuando mostró que también tenía
El espíritu de nuestro Señor,
Y deseo poder el saber
Que se merecía por nacimiento
Fue exiliado del Edén para siempre.
Este es el canto de Caín
madre,
la mujer a quien Eva bautizaron,
Hecha con la imagen de nuestro Dios,
Fue hecha para ser la compañera
De Adán. Le fue ordenada servirlo,
Y cuando cosechó el conocimiento
Que la haría fuerte y sabia,
Mi Dios
La maldijo enviándola a servir
En medio del dolor y la tristeza.
la mujer a quien Eva bautizaron,
Hecha con la imagen de nuestro Dios,
Fue hecha para ser la compañera
De Adán. Le fue ordenada servirlo,
Y cuando cosechó el conocimiento
Que la haría fuerte y sabia,
Mi Dios
La maldijo enviándola a servir
En medio del dolor y la tristeza.
Esta es la historia de ambos
sus hijos,
Engendrados con sangre y dolor.
El primogénito Caín, orgullo
De su padre,
quién cultivó el polvo
Para obtener sus frutos,
Y bajo el sol
Trabajo, ardiente, día a día,
Para poder recolectar el grano
Que necesitaba para hacer pan
Y así alimentar a su familia.
El segundogénito Abel, perfecto,
Y hermoso,
quien domó los animales,
Y de ellos pudo así obtener su carne;
Que ayudó en sanguíneos partos.
Engendrados con sangre y dolor.
El primogénito Caín, orgullo
De su padre,
quién cultivó el polvo
Para obtener sus frutos,
Y bajo el sol
Trabajo, ardiente, día a día,
Para poder recolectar el grano
Que necesitaba para hacer pan
Y así alimentar a su familia.
El segundogénito Abel, perfecto,
Y hermoso,
quien domó los animales,
Y de ellos pudo así obtener su carne;
Que ayudó en sanguíneos partos.
La tierra les pertenecía
entera,
Para plantar y también dominar
Con su yugo a todos los seres vivos
Todo era recolectado según
La voluntad y el deseo de Dios.
Y llegó el día cuando su padre
Les dijo que hicieran un sacrificio;
Llevaron sus mejores posesiones,
las quemaron tras ponerlas sobre el ara
Caín ofreció grano, y frutas,
Las mejores de todas sus cosechas.
Su hermano Vertió sangre de cordero
Y al quemar su humo radió dulcemente.
Y tras esto Dios le dijo a Abel;
" Tu sacrificio me ha complacido".
A caín nada en absoluto dijo,
Sino que apartó Su rostro de él,
Pues no le iba a dar Su bendición.
Para plantar y también dominar
Con su yugo a todos los seres vivos
Todo era recolectado según
La voluntad y el deseo de Dios.
Y llegó el día cuando su padre
Les dijo que hicieran un sacrificio;
Llevaron sus mejores posesiones,
las quemaron tras ponerlas sobre el ara
Caín ofreció grano, y frutas,
Las mejores de todas sus cosechas.
Su hermano Vertió sangre de cordero
Y al quemar su humo radió dulcemente.
Y tras esto Dios le dijo a Abel;
" Tu sacrificio me ha complacido".
A caín nada en absoluto dijo,
Sino que apartó Su rostro de él,
Pues no le iba a dar Su bendición.
"¿Por qué has
condenado mi sacrificio?
He depositado sobre Tu altar
Toda la dulzura de la tierra,
El fruto de mi trabajo bajo el sol.
Entonces, ¿por qué, Señor, no es bastante?
¿ Como es que hay mejores bendiciones
En la sangre derramada de un cordero
Que en los frutos de una cosecha
De tantas y tantas cosas hermosas?"
Pero el Señor no iba contestarme,
Así que fui ante mi padre y le dije:
"¿De qué carecía mi sacrificio?"
Me ordenó que buscara las manchas
Dentro de las ofrendas presentadas,
Pues el Señor jamás aceptaría
Nada que estuviera estropeado,
Sólo lo más hermoso y perfecto.
Fui también a preguntarle a mi hermano:
"¿De qué carecía mi sacrificio?"
Me recordó que la tierra era cenizas,
Que labrarla era una maldición de Adán,
Que comer pan recordaba el pecado
Que el hombre ya había cometido.
"Lleva como ofrenda ante Dios
Lo que no haya nacido de la tierra".
Dijo"Su sangre lo complacerá".
He depositado sobre Tu altar
Toda la dulzura de la tierra,
El fruto de mi trabajo bajo el sol.
Entonces, ¿por qué, Señor, no es bastante?
¿ Como es que hay mejores bendiciones
En la sangre derramada de un cordero
Que en los frutos de una cosecha
De tantas y tantas cosas hermosas?"
Pero el Señor no iba contestarme,
Así que fui ante mi padre y le dije:
"¿De qué carecía mi sacrificio?"
Me ordenó que buscara las manchas
Dentro de las ofrendas presentadas,
Pues el Señor jamás aceptaría
Nada que estuviera estropeado,
Sólo lo más hermoso y perfecto.
Fui también a preguntarle a mi hermano:
"¿De qué carecía mi sacrificio?"
Me recordó que la tierra era cenizas,
Que labrarla era una maldición de Adán,
Que comer pan recordaba el pecado
Que el hombre ya había cometido.
"Lleva como ofrenda ante Dios
Lo que no haya nacido de la tierra".
Dijo"Su sangre lo complacerá".
Así pues, hice lo que él me
dijo
Y le ofrecí sangre a nuestro Dios.
Hice lo que padre me había dicho
Y ofrecí lo que era puro y hermoso.
Hice lo que había ordenado Dios
Y ofrecí la mejor de mis posesiones.
Y le ofrecí sangre a nuestro Dios.
Hice lo que padre me había dicho
Y ofrecí lo que era puro y hermoso.
Hice lo que había ordenado Dios
Y ofrecí la mejor de mis posesiones.
Entonces se oscurecieron los
cielos,
A lo alto, encima de mi cabeza;
Se lanzó una ventisca helada
Que venía de las puertas del Edén;
Y la voz de nuestro Padre retumbó:
"Caín ¿qué has hecho? La sangre fraterna
clama hacai Mí desde la misma tierra.
Hoy el suelo ha abierto su boca
Para poder beber la sangre derramada.
Primer asesino de entre los hombres,
Se desde ahora maldito por mi verbo,
La tierra misma te expulsará,
Serás fugitivo, y vagabundo,
Serás un exiliado entre los de Adán.
Así será hasta el fin de los tiempos".
A lo alto, encima de mi cabeza;
Se lanzó una ventisca helada
Que venía de las puertas del Edén;
Y la voz de nuestro Padre retumbó:
"Caín ¿qué has hecho? La sangre fraterna
clama hacai Mí desde la misma tierra.
Hoy el suelo ha abierto su boca
Para poder beber la sangre derramada.
Primer asesino de entre los hombres,
Se desde ahora maldito por mi verbo,
La tierra misma te expulsará,
Serás fugitivo, y vagabundo,
Serás un exiliado entre los de Adán.
Así será hasta el fin de los tiempos".
"Entonces, ¿cómo
viviré?", pregunté
"Quien me vea, verá mi maldición;
Todas las manos se alzarán contra mí".
"Pondré Mi señal sobre ti", me dijo.
"Todos los hombres, al verlo sabrán
Que no deben atacarte ni herirte.
Aquel que pretendiera intentarlo
Será por siete veces maldito;
Aquel que consiguiera matarte,
Será merecedor de mi ira eterna"
"Quien me vea, verá mi maldición;
Todas las manos se alzarán contra mí".
"Pondré Mi señal sobre ti", me dijo.
"Todos los hombres, al verlo sabrán
Que no deben atacarte ni herirte.
Aquel que pretendiera intentarlo
Será por siete veces maldito;
Aquel que consiguiera matarte,
Será merecedor de mi ira eterna"
Llovieron lágrimas de rabia,
Pero yo pude reprimirlas
Llovieron lagrimas de tristeza
Pero yo no las dejaria fluir.
No Le entregaría tales ofrendas,
Ni cualquier otra de corazón
"Que así sea", le dije al Seño,
entonces aparté mi rostro de Él
Y me encaminé hacia el exilio.
Pero yo pude reprimirlas
Llovieron lagrimas de tristeza
Pero yo no las dejaria fluir.
No Le entregaría tales ofrendas,
Ni cualquier otra de corazón
"Que así sea", le dije al Seño,
entonces aparté mi rostro de Él
Y me encaminé hacia el exilio.
En un lugar más allá del
Edén,
Donde quien reina es la oscuridad,
En esas tierras que llamaron Nod,
En aquel apartado lugar donde
La maldición de Dios se manifiesta,
Allí vagué, sin compañía alguna.
La tierra era salvaje, y sus campos
Estaba colmados de malas hierbas,
Pero yo quise cultivarlos,
Los animales a sí se atacaban,
Y también me atacaban,
Pero yo no quise domesticarlos.
Ésta es la labor de nuestro Señor,
Quien en el edén tanto se deleita,
Este lugar también es su obra,
Y refleja su verdadera intención.
Así nos crió a todos nosotros,
Tanto a brillantes como a los oscuros,
Y dejó al hombre el cultivo del suelo,
La domestiacación de las fieras,
La cosecha del bien y del mal
Por la que todos seremos juzgados.
¿ Cómo puedo ser juzgado, mi Dios?
¿ Cómo se escribirá mi nombre ante Ti?
Te ofrecí lo que me era más
Precioso.
Y aún así Tú lo rechazaste.
Te ofrecí lo que aún amaba más,
Y ahora soy yo a quien rechazas
¿Do está la justicia en tu maldición?
¿Dónde se encuentra la sabiduría
Por la que todos tanto te aprecian?
Tu palabra es la de un reyezuelo,
Tu justicia es un campo yermo,
Y las alabanzas que te dedican
No son más que burlas del respeto.
¿Debo adorarte, en este
lugar,
Entonar alabanzas en Tu nombre,
Y, con humildad buscar el perdón?
Donde quien reina es la oscuridad,
En esas tierras que llamaron Nod,
En aquel apartado lugar donde
La maldición de Dios se manifiesta,
Allí vagué, sin compañía alguna.
La tierra era salvaje, y sus campos
Estaba colmados de malas hierbas,
Pero yo quise cultivarlos,
Los animales a sí se atacaban,
Y también me atacaban,
Pero yo no quise domesticarlos.
Ésta es la labor de nuestro Señor,
Quien en el edén tanto se deleita,
Este lugar también es su obra,
Y refleja su verdadera intención.
Así nos crió a todos nosotros,
Tanto a brillantes como a los oscuros,
Y dejó al hombre el cultivo del suelo,
La domestiacación de las fieras,
La cosecha del bien y del mal
Por la que todos seremos juzgados.
¿ Cómo puedo ser juzgado, mi Dios?
¿ Cómo se escribirá mi nombre ante Ti?
Te ofrecí lo que me era más
Precioso.
Y aún así Tú lo rechazaste.
Te ofrecí lo que aún amaba más,
Y ahora soy yo a quien rechazas
¿Do está la justicia en tu maldición?
¿Dónde se encuentra la sabiduría
Por la que todos tanto te aprecian?
Tu palabra es la de un reyezuelo,
Tu justicia es un campo yermo,
Y las alabanzas que te dedican
No son más que burlas del respeto.
¿Debo adorarte, en este
lugar,
Entonar alabanzas en Tu nombre,
Y, con humildad buscar el perdón?
Escupí, furioso, en el
suelo,
Las plantas se murieron y marchitaron,
La misma tierra se ennegreció,
Y supe que ningún ser viviente
Jamás crecería en ese lugar.
Tal era mi ofrenda al Creador,
Ésta era la que Él se merecía.
Las plantas se murieron y marchitaron,
La misma tierra se ennegreció,
Y supe que ningún ser viviente
Jamás crecería en ese lugar.
Tal era mi ofrenda al Creador,
Ésta era la que Él se merecía.
Vagué sólo, amargo y frío,
hasta que vino a mi una mujer,
Llamándome en voz alta por mi nombre.
Sus ropajes eran de negra noche, tejidos con hilos de pura sombra,
Su piel brillaba como la luna, y era fría como el viento invernal.
Sus labios y ojos eran ascuas candentes, carmesíes en la oscuridad.
Susurró suavemente mi nombre, y el sonido fue como una música
Oscura y terrible, poder de acordes como los que oí cantar a los ángeles.
Dejé de caminar, y la miré. "¿Cual es tu nombre?", le pregunté,
"¿Cómo llegaste a sete lugar que todo hijo de Adán teme pisar?"
Llamándome en voz alta por mi nombre.
Sus ropajes eran de negra noche, tejidos con hilos de pura sombra,
Su piel brillaba como la luna, y era fría como el viento invernal.
Sus labios y ojos eran ascuas candentes, carmesíes en la oscuridad.
Susurró suavemente mi nombre, y el sonido fue como una música
Oscura y terrible, poder de acordes como los que oí cantar a los ángeles.
Dejé de caminar, y la miré. "¿Cual es tu nombre?", le pregunté,
"¿Cómo llegaste a sete lugar que todo hijo de Adán teme pisar?"
"Soy Lilith, primera
esposa
de Adán,
Segundogénita de nuestro Padre,
Ahora una proscrita por
Su decreto.
Me coronó la reina del Edén.
Y me expulsó cuando tuvo poder.
Así hace con cada generación,
Eliminando quien Lo cuestiona,
Y maldiciendo a todos aquellos
Que tiene la voluntad de desafiarlo
¿Fue Eva tentada por la serpiente,
La sedujeron todas sus promesas,
La engañaron todas sus mentiras?
Yo hubiera cogido el fruto por mi misma.
Me habría regocijado en sus jugos,
Habría desafiado su Creador.
Pobre de mi compañero si temiera
Compartir conmigo este poder.
Pues a él también lo devoraría,
Como las bestias a sus inferiores,
Dios así dispuso en la naturaleza,
Y así deberá ser entre
Nosotros,
Los fuertes devorando a los débiles,
Como debía, y deberá, ser".
de Adán,
Segundogénita de nuestro Padre,
Ahora una proscrita por
Su decreto.
Me coronó la reina del Edén.
Y me expulsó cuando tuvo poder.
Así hace con cada generación,
Eliminando quien Lo cuestiona,
Y maldiciendo a todos aquellos
Que tiene la voluntad de desafiarlo
¿Fue Eva tentada por la serpiente,
La sedujeron todas sus promesas,
La engañaron todas sus mentiras?
Yo hubiera cogido el fruto por mi misma.
Me habría regocijado en sus jugos,
Habría desafiado su Creador.
Pobre de mi compañero si temiera
Compartir conmigo este poder.
Pues a él también lo devoraría,
Como las bestias a sus inferiores,
Dios así dispuso en la naturaleza,
Y así deberá ser entre
Nosotros,
Los fuertes devorando a los débiles,
Como debía, y deberá, ser".
Conjuró comida de entre la
noche y me la ofreció,
dandome fuerzas.
Tomo su rabia y destilo vino,
Y me lo dio calmándome
La sed.
Me mostró las magias de la noche,
Pero no quiso enseñarme su
Nombre,
Ni cómo podría obtener el poder.
Tomé aquello que deseaba,
Y bebí de su sangre, y el poder
Fluyó impetuoso a través de mi
Salvaje como las bestias del bosque.
Tan negra como su propia sustancia.
dandome fuerzas.
Tomo su rabia y destilo vino,
Y me lo dio calmándome
La sed.
Me mostró las magias de la noche,
Pero no quiso enseñarme su
Nombre,
Ni cómo podría obtener el poder.
Tomé aquello que deseaba,
Y bebí de su sangre, y el poder
Fluyó impetuoso a través de mi
Salvaje como las bestias del bosque.
Tan negra como su propia sustancia.
Los fuertes se alimentan de
los débiles,
Y reclaman para sí su poder.
Así me enseñaste, esposa de Adán,
Y esto es lo bien que
He aprendido.
¿Me maldecirás por traicionarte,
Por mi fuerza, o bien por mi ansia?
He originado la rabia de Dios.
¿Qué es la tuya, madre, al compararla?
Mirad, la noche ya me pertenece,
Y con ella todo su poder.
Y reclaman para sí su poder.
Así me enseñaste, esposa de Adán,
Y esto es lo bien que
He aprendido.
¿Me maldecirás por traicionarte,
Por mi fuerza, o bien por mi ansia?
He originado la rabia de Dios.
¿Qué es la tuya, madre, al compararla?
Mirad, la noche ya me pertenece,
Y con ella todo su poder.
Esta fuerza de la oscuridad,
De la que toda fuerza deriva;
Está fuerza deriva;
Esta velocidad demoníaca,
Mucho más rápida que cualquier ojo;
Esta ilusión dulce y melosa,
Esculpida en el interior de la mente;
Estos sentidos ajenos al hombre,
Finos más allá de toda medida;
Estas múltiples formas de la carne,
Que son mías para que las vista.
Mirad: poseo las puertas
De la muerte,
Los secretos del tiempo están
En mis ojos.
También el movimiento singuloso.
Y esta la danza de las sombras,
Me pertenecen para invocarlos,
Para utilizarlos a voluntad.
Ningun golpe de los hijos
de Adán
No podrá causarme daño
jamás.
Su estirpe se arrodillará
ante mí,
Temerosa, y cuando
los llame
Me obedecerán, queriéndolo
o no,
Tanto si están vivos como
muertos.
Y cuando les ordene que
Me amen,
Así harán, y así
lo sentirán.
De la que toda fuerza deriva;
Está fuerza deriva;
Esta velocidad demoníaca,
Mucho más rápida que cualquier ojo;
Esta ilusión dulce y melosa,
Esculpida en el interior de la mente;
Estos sentidos ajenos al hombre,
Finos más allá de toda medida;
Estas múltiples formas de la carne,
Que son mías para que las vista.
Mirad: poseo las puertas
De la muerte,
Los secretos del tiempo están
En mis ojos.
También el movimiento singuloso.
Y esta la danza de las sombras,
Me pertenecen para invocarlos,
Para utilizarlos a voluntad.
Ningun golpe de los hijos
de Adán
No podrá causarme daño
jamás.
Su estirpe se arrodillará
ante mí,
Temerosa, y cuando
los llame
Me obedecerán, queriéndolo
o no,
Tanto si están vivos como
muertos.
Y cuando les ordene que
Me amen,
Así harán, y así
lo sentirán.
Y si por mi poder
Me creen Dios,
No los corregiré
de su error.
Y si me ofrecen
Lo primero y mejor
De todas las cosas
Que posean,
No rehusaré
Sus dones,
Ni los expulsaré
Hacia el exilio.
Me creen Dios,
No los corregiré
de su error.
Y si me ofrecen
Lo primero y mejor
De todas las cosas
Que posean,
No rehusaré
Sus dones,
Ni los expulsaré
Hacia el exilio.
Se presentó ante mí un
ángel,
Su esencia estaba hecha de fuego,
Su atuendo de hilo de oro,
Sus ojos de abrasador escarlata.
Su espada refulgía con la llama
Sagrado, y su brillo tan intenso era
Que hería en los ojos al mirarla.
Por ese signo reconocí a Miguel,
Temible siervo de Dios de mi padre.
Quería que me arrodillara ante él
Y por eso mismo no lo hice.
Supe que quería que lo temiera,
Y por eso mismo no lo hice.
Supe que quería que me humillara,
Y por eso mismo no lo hice.
Su esencia estaba hecha de fuego,
Su atuendo de hilo de oro,
Sus ojos de abrasador escarlata.
Su espada refulgía con la llama
Sagrado, y su brillo tan intenso era
Que hería en los ojos al mirarla.
Por ese signo reconocí a Miguel,
Temible siervo de Dios de mi padre.
Quería que me arrodillara ante él
Y por eso mismo no lo hice.
Supe que quería que lo temiera,
Y por eso mismo no lo hice.
Supe que quería que me humillara,
Y por eso mismo no lo hice.
"Caín, primogénito
de Adán,
Te traigo la palabra del Señor;
Arrepientete de tu crímen" dijo,
" Y entonces serás perdonado. Vuelve
Humildemente al seno de Dios
Y Él te limpiará de todo pecado.
Pues es el Dios de la misericordia,
Quien redime al que está exiliado
Y le da un lugar entre los benditos"
Te traigo la palabra del Señor;
Arrepientete de tu crímen" dijo,
" Y entonces serás perdonado. Vuelve
Humildemente al seno de Dios
Y Él te limpiará de todo pecado.
Pues es el Dios de la misericordia,
Quien redime al que está exiliado
Y le da un lugar entre los benditos"
Sentí el orgullo crecer en
mí
Y le contesté al ángel Miguel:
"Le di la adoración de mi corazón,
Y Él la juzgó indigna,
Le ofrecí los frutos de mi trabajo,
Y Él los juzgó demasiado poco .
Y cuando mi sacrificio fue sangre,
Como me había enseñado, me expulsó.
¿ de qué debería arrepentirme?"
Exigí "¿Para qué pedir perdón?
¿Por qué premio me arrodillará
Y adorará de nuevo al Dios
Que me giró la cara cuando más
Lo amaba?"
Y le contesté al ángel Miguel:
"Le di la adoración de mi corazón,
Y Él la juzgó indigna,
Le ofrecí los frutos de mi trabajo,
Y Él los juzgó demasiado poco .
Y cuando mi sacrificio fue sangre,
Como me había enseñado, me expulsó.
¿ de qué debería arrepentirme?"
Exigí "¿Para qué pedir perdón?
¿Por qué premio me arrodillará
Y adorará de nuevo al Dios
Que me giró la cara cuando más
Lo amaba?"
El ángel se enojó.
Sus ojos brillaron con fuego escarlata,
Y las llamas de su espada abrasaron
Y quemaron mis ropas y mi carne.
"Criatura orgullosa", pronunció,
"Sé maldito, si no por mi voluntad
Sí por tus propias palabras.
Mi fuego
Será tal enemigo para ti
Que tú y tus hijos lo temeréis
Hasta que llegue el fin de los tiempos.
Toda la magia que has aprendido
No bastará para hacerle frente.
Tal es la maldición que te impongo
Hasta que llegue el día en que tu
espíritu
Se humille ante los ojos de Dios
Tal es el precio de tu desafio".
Sus ojos brillaron con fuego escarlata,
Y las llamas de su espada abrasaron
Y quemaron mis ropas y mi carne.
"Criatura orgullosa", pronunció,
"Sé maldito, si no por mi voluntad
Sí por tus propias palabras.
Mi fuego
Será tal enemigo para ti
Que tú y tus hijos lo temeréis
Hasta que llegue el fin de los tiempos.
Toda la magia que has aprendido
No bastará para hacerle frente.
Tal es la maldición que te impongo
Hasta que llegue el día en que tu
espíritu
Se humille ante los ojos de Dios
Tal es el precio de tu desafio".
"Que así sea",
le contesté al ángel
Y, aún así, no me arrodillé.
Y, aún así, no me arrodillé.
Entonces vino a mi otro
ángel
Cabalgando las alas de la maána,
Todos los colores de los cielos
Tras él pintados sobre el horizonte;
Y todos los demonios de la noche
Huyeron tan pronto como lo vieron,
Reconocía a Uriel, pastor del sol,
Yo me quedé de pie, en el suelo,
Arrogante y orgulloso, mientras
El bajó a la tierra, frente a mí.
Cabalgando las alas de la maána,
Todos los colores de los cielos
Tras él pintados sobre el horizonte;
Y todos los demonios de la noche
Huyeron tan pronto como lo vieron,
Reconocía a Uriel, pastor del sol,
Yo me quedé de pie, en el suelo,
Arrogante y orgulloso, mientras
El bajó a la tierra, frente a mí.
"Caín, el
primogénito de Adán",
Dijo," el alma de tu hermano llora
Para que puedas ser redimido,
Y dios ha escuchado su súplica.
Di sólo que dejarás esta tierra,
Volverás a los brazos de tu padres
Y entonces serás redimido".
Dijo," el alma de tu hermano llora
Para que puedas ser redimido,
Y dios ha escuchado su súplica.
Di sólo que dejarás esta tierra,
Volverás a los brazos de tu padres
Y entonces serás redimido".
"De nuevo, mi
hermano le habla a Dios.
De nuevo", dije, " prefiere sus palabras
A las más. No pido compasión,
Ni la de mi hermano, ni la tuya.
Forjaré mi propio destino al este
De las tierras de Nod,
Y en el exilio
Estableceré un glorioso reino.
Sentaré a mis hijos en tronos de oro
Y, juntos, los hijos de seth
Gobernaremos. Porque es mejor
Gobernar en plena oscuridad
Que humillarse falsamente en la luz".
De nuevo", dije, " prefiere sus palabras
A las más. No pido compasión,
Ni la de mi hermano, ni la tuya.
Forjaré mi propio destino al este
De las tierras de Nod,
Y en el exilio
Estableceré un glorioso reino.
Sentaré a mis hijos en tronos de oro
Y, juntos, los hijos de seth
Gobernaremos. Porque es mejor
Gobernar en plena oscuridad
Que humillarse falsamente en la luz".
El rostro del ángel
palideció
Lleno de furia, y la luz albar
Tras él se convirtió en un mar
De resplandeciente y mortal veneno.
"¡Miserable! Maldito por tu orgullo,
Dos veces maldito por tu osadía.
La luz del sol tu enemiga será,
Te abrasará el ama al mirarlo,
Quemará la carne d tu cuerpo
Hasta que no sea más que cenizas.
Aquéllos de tu sangre
Que gobiernen,
Durante el día deberán cubrirse
Con polvo, temiendo la luz del sol;
Los hijos de Seth que busquen poder
Los cazarán mientras duermen el sueño
De los muertos, sin poder defenderse,
Incapaces de pedirles clemencia.
Así será tu reino, tu imperio;,
Su trono construido con el miedo,
Su corona forjada con las sombras".
Lleno de furia, y la luz albar
Tras él se convirtió en un mar
De resplandeciente y mortal veneno.
"¡Miserable! Maldito por tu orgullo,
Dos veces maldito por tu osadía.
La luz del sol tu enemiga será,
Te abrasará el ama al mirarlo,
Quemará la carne d tu cuerpo
Hasta que no sea más que cenizas.
Aquéllos de tu sangre
Que gobiernen,
Durante el día deberán cubrirse
Con polvo, temiendo la luz del sol;
Los hijos de Seth que busquen poder
Los cazarán mientras duermen el sueño
De los muertos, sin poder defenderse,
Incapaces de pedirles clemencia.
Así será tu reino, tu imperio;,
Su trono construido con el miedo,
Su corona forjada con las sombras".
El sol se alzó y no pude
contestarle.
Quise permaneces firme en el suelo,
Pero sus rayos me laceraban,
Quemando mi piel como un veneno,
Y la sangre dentro de mis venas,
Antes fría y llena de cólera,
Fluía ahora cual hierro candente.
Huí de la luz y busqué refugio
En la tierra, fría bajos mis pies.
Y allí protegido en la oscuridad
Del mundo inferior, maldije el nombre
De quien allí me había conducido,
Y maldije el se su eterno Señor.
Quise permaneces firme en el suelo,
Pero sus rayos me laceraban,
Quemando mi piel como un veneno,
Y la sangre dentro de mis venas,
Antes fría y llena de cólera,
Fluía ahora cual hierro candente.
Huí de la luz y busqué refugio
En la tierra, fría bajos mis pies.
Y allí protegido en la oscuridad
Del mundo inferior, maldije el nombre
De quien allí me había conducido,
Y maldije el se su eterno Señor.
Y cuando hubo pasado el día,
La noche de nuevo, cayó en mí,
Me alce de mi lecho de reposo;
Vi un tercer ángel que me esperaba.
Sus ojos era negro azabache,
Dos espejos gemelos de la noche;
Sus alas eran sombras, que batían A su alrededor como vientos salvajes.
Era el ángel de la ira divina,
Temible gabriel, destructor de Sodoma.
"Caín", dijo, "la semilla de Adán
En ti esta dos veces deshonrada,
Todas las leyes de vida profanadas,
Pero incluso tu alma corrupta
Puede, si te arrepientes, salvarse.
Renuncia a tus pecados y regresa
A Su redil. Todo volverá a ser nuevo,
Se perdonarán todos los pecados,
Se deshará todo el mal que hayas hecho.
El señor te entrega este camino,
El tercer y último para el perdón".
La noche de nuevo, cayó en mí,
Me alce de mi lecho de reposo;
Vi un tercer ángel que me esperaba.
Sus ojos era negro azabache,
Dos espejos gemelos de la noche;
Sus alas eran sombras, que batían A su alrededor como vientos salvajes.
Era el ángel de la ira divina,
Temible gabriel, destructor de Sodoma.
"Caín", dijo, "la semilla de Adán
En ti esta dos veces deshonrada,
Todas las leyes de vida profanadas,
Pero incluso tu alma corrupta
Puede, si te arrepientes, salvarse.
Renuncia a tus pecados y regresa
A Su redil. Todo volverá a ser nuevo,
Se perdonarán todos los pecados,
Se deshará todo el mal que hayas hecho.
El señor te entrega este camino,
El tercer y último para el perdón".
Al angel simplemente le
dije:
"Sólo soy lo que Dios ha hecho de mí".
Y, aún así, no me arrodillaría.
"Sólo soy lo que Dios ha hecho de mí".
Y, aún así, no me arrodillaría.
Las negras alas batieron
furia,
La voz del ángel retumbo con rabia.
Tan temible fue la exhibición
Que la noche pareció estremecerse.
"Sé entonces maldito para siempre,
Y alejado de los seres vivos.
No estás vivo, ni tampoco muerto.
No serás humano, ni serás bestia,
Caminaras en la oscuridad,
Y todos tus hijos irá contigo,
Inmutables, sin poder expirar,
Y siempre sin ninguna esperanza.
La sangre será tu único alimento,
Todos tus sueños se convertirán
En frías, muertas e inertes cenizas.
Vida y amor se marchitarán
Con tu mero contacto, y tu ansia
Devorará cualquier compasión.
Y todos los que ti misma quieras,
Aquellos que descienden de tu orgullo
Lucharán según les dicta su sangre:
El hermano contra su propio hermano,
Joven contra viejo, débil contra fuerte,
Hasta que los mejores hayan muerto
Y tu familia esté devastada.
Caminarás entre ellos como un juez,
Y conocerás el peor tormento:
Que un padre condene a sus hijos.
Así ha hecho Dios contigo esta noche,
Y así tendrás que hacerlo con los tuyos,
Hasta que llegue el fin de los tiempo".
La voz del ángel retumbo con rabia.
Tan temible fue la exhibición
Que la noche pareció estremecerse.
"Sé entonces maldito para siempre,
Y alejado de los seres vivos.
No estás vivo, ni tampoco muerto.
No serás humano, ni serás bestia,
Caminaras en la oscuridad,
Y todos tus hijos irá contigo,
Inmutables, sin poder expirar,
Y siempre sin ninguna esperanza.
La sangre será tu único alimento,
Todos tus sueños se convertirán
En frías, muertas e inertes cenizas.
Vida y amor se marchitarán
Con tu mero contacto, y tu ansia
Devorará cualquier compasión.
Y todos los que ti misma quieras,
Aquellos que descienden de tu orgullo
Lucharán según les dicta su sangre:
El hermano contra su propio hermano,
Joven contra viejo, débil contra fuerte,
Hasta que los mejores hayan muerto
Y tu familia esté devastada.
Caminarás entre ellos como un juez,
Y conocerás el peor tormento:
Que un padre condene a sus hijos.
Así ha hecho Dios contigo esta noche,
Y así tendrás que hacerlo con los tuyos,
Hasta que llegue el fin de los tiempo".
Entones me dejó en la
oscuridad.
Para sufrir el dolor de mi
cambio.
El ansia de sangre se alzó en
mi.
Como una copiosa
inundación.
La bestia empezó a roer mi
alma
Y, aún así, no me arrodillé.
oscuridad.
Para sufrir el dolor de mi
cambio.
El ansia de sangre se alzó en
mi.
Como una copiosa
inundación.
La bestia empezó a roer mi
alma
Y, aún así, no me arrodillé.
Entonces un cuarto angel
llegó,
Con las alas tan pálidas y blancas
Como la luz de la luna en otoño.
Su rostro era de alabastro,
Y su voz era mucho más hermosa
Que la más dulce de toas las músicas.
Reconocí el rostro de Rafael,
Patrón de todas las curaciones,
Y permanecí de pie ante él,
Incluso mientras imaginaba
Cuál iba a ser su maldición.
"Incluso con quien no es lo merece",
Dijo,"el Señor es misericordioso.
Te entrego una senda para buscar
La paz dentro de tu alma, incluso
En ésta, tu oscuridad amarga.
Te entrego la luz de la esperanza
Para ti y para tus chiquillos,
Para que aguardeis a que llegue el día
En que desaparezca la ira,
Y el orgullo de paso a la ternura.
El nombre de esta senda es Golconda".
Con las alas tan pálidas y blancas
Como la luz de la luna en otoño.
Su rostro era de alabastro,
Y su voz era mucho más hermosa
Que la más dulce de toas las músicas.
Reconocí el rostro de Rafael,
Patrón de todas las curaciones,
Y permanecí de pie ante él,
Incluso mientras imaginaba
Cuál iba a ser su maldición.
"Incluso con quien no es lo merece",
Dijo,"el Señor es misericordioso.
Te entrego una senda para buscar
La paz dentro de tu alma, incluso
En ésta, tu oscuridad amarga.
Te entrego la luz de la esperanza
Para ti y para tus chiquillos,
Para que aguardeis a que llegue el día
En que desaparezca la ira,
Y el orgullo de paso a la ternura.
El nombre de esta senda es Golconda".
Cuando se hubo ido, me
arrodillé
En medio de la inmensa oscuridad.
Entonces, y solo entonces,
Lloré.
En medio de la inmensa oscuridad.
Entonces, y solo entonces,
Lloré.
C
Vagué, maldito con la
soledad,
Sabiendo que en el interior de mi alma
Habitaba tal oscuridad
Que ningún hombre podía penetrar.
Éste era el peor de mis tormentos,
Ésta era la más terrible ansia;
La llamada de la carne a la carne,
La llamada del alma al alma
Sin que haya ninguna respuesta.
Peor que los tormentos del Sheol,
Que dolor de la carga de una mujer.
Que todas las agonías de la tierra
Y las de los cuellos combinadas;
Pues no sólo estamos hechos de polvo
Sino que también la recibimos de Eva,
Quien la obtuvo del tuétano de Adán
En su carne está escrito el manifiesto
De Dios, según el cual el hombre debe
Con alguien su vida compartir,
Ya sea como siervo o señor,
Amante o tirano, sire o chiquillo;
La carne debe tener a la carne,
La sangre debe tener a la sangre.
Éste es el sino reservado al hombre.
Y por ello maldije a Dios diez veces;
NO, un millar de veces lo maldije,
Por dejarme ser lo bastante humano
Como para sentir tal necesidad
Cuando ya me habían arrebatado
Todo lo bueno de la vida humana.
Sabiendo que en el interior de mi alma
Habitaba tal oscuridad
Que ningún hombre podía penetrar.
Éste era el peor de mis tormentos,
Ésta era la más terrible ansia;
La llamada de la carne a la carne,
La llamada del alma al alma
Sin que haya ninguna respuesta.
Peor que los tormentos del Sheol,
Que dolor de la carga de una mujer.
Que todas las agonías de la tierra
Y las de los cuellos combinadas;
Pues no sólo estamos hechos de polvo
Sino que también la recibimos de Eva,
Quien la obtuvo del tuétano de Adán
En su carne está escrito el manifiesto
De Dios, según el cual el hombre debe
Con alguien su vida compartir,
Ya sea como siervo o señor,
Amante o tirano, sire o chiquillo;
La carne debe tener a la carne,
La sangre debe tener a la sangre.
Éste es el sino reservado al hombre.
Y por ello maldije a Dios diez veces;
NO, un millar de veces lo maldije,
Por dejarme ser lo bastante humano
Como para sentir tal necesidad
Cuando ya me habían arrebatado
Todo lo bueno de la vida humana.
Mientras yo maldecía a los
cielos,
Llegó el día en que las tiendas paternas
Fueron bendecidas con la vida
Eva engendró a otro hijo
Que reemplazo a sus hermanos perdidos.
Era fuerte, y lo llamaron Seth.
Llegó el día en que las tiendas paternas
Fueron bendecidas con la vida
Eva engendró a otro hijo
Que reemplazo a sus hermanos perdidos.
Era fuerte, y lo llamaron Seth.
Dios quería que el mundo se
llenara
Con los descendientes de Adán. Por eso
Le concedió muchos hijos a Seth.
Y, como castigo, ordenaron
Que los hombres comieran yerbas del campo,
Sus armas se forjaron de luz solar.
Hicieron un trono de oro bruñido
Y de una corona con piedras preciosas,
Y se la dieron como ofrenda a Enosh,
El hijo primogénito de Seth.
Con los descendientes de Adán. Por eso
Le concedió muchos hijos a Seth.
Y, como castigo, ordenaron
Que los hombres comieran yerbas del campo,
Sus armas se forjaron de luz solar.
Hicieron un trono de oro bruñido
Y de una corona con piedras preciosas,
Y se la dieron como ofrenda a Enosh,
El hijo primogénito de Seth.
Espere en medio de la
oscuridad
Mientras se apareaban unos con otros,
Mientras dejaban las tiendas de mi padre.
Con sus rebaños llenando los pastos,
Mientras registraban toda la tierra
Buscando un lugar para construir
Su edén : lo encontraron donde los ríos
Se dividen, la tierra perfecta,
Y construyen una ciudad,
Hecha de adobe, en ese lugar.
Sus torreones llegaban al cielo,
Sus calles pavimentadas con piedra,
Sus atuendo de precioso polvo.
Mientras se apareaban unos con otros,
Mientras dejaban las tiendas de mi padre.
Con sus rebaños llenando los pastos,
Mientras registraban toda la tierra
Buscando un lugar para construir
Su edén : lo encontraron donde los ríos
Se dividen, la tierra perfecta,
Y construyen una ciudad,
Hecha de adobe, en ese lugar.
Sus torreones llegaban al cielo,
Sus calles pavimentadas con piedra,
Sus atuendo de precioso polvo.
El hijo de Adán, quién fue
el primogénito de Dios,
Pues suyo era por divino derecho el puesto par a todos gobernarlos,
"No soy digno ", dijo , humilde, tal y como nos enseña el Señor.
De nuevo lo ofrecieron, con incienso, y con música, para persuadirlo.
"No soy digno", dijo, pues el sabía que el poder puede corromper el alma.
De nuevo lo ofrecieron, dijeron que nadie más podía guiarlos.
"No soy digno",dijo,"pero este es vuestro deseo. Por él guardaré
seis noches de perpetua vigilia y , en medio del bosque, buscaré
El consejo y la guía de Dios. Si es su voluntad que os gobierne,
Dejad que Él me de una señal, y al séptimo día será Rey vuestro.
Si no es así volveré a la ciudad y escogeré a alguien que sea digno
Y el trono erá suyo por derecho
Así se hará la voluntad de Dios".
Pues suyo era por divino derecho el puesto par a todos gobernarlos,
"No soy digno ", dijo , humilde, tal y como nos enseña el Señor.
De nuevo lo ofrecieron, con incienso, y con música, para persuadirlo.
"No soy digno", dijo, pues el sabía que el poder puede corromper el alma.
De nuevo lo ofrecieron, dijeron que nadie más podía guiarlos.
"No soy digno",dijo,"pero este es vuestro deseo. Por él guardaré
seis noches de perpetua vigilia y , en medio del bosque, buscaré
El consejo y la guía de Dios. Si es su voluntad que os gobierne,
Dejad que Él me de una señal, y al séptimo día será Rey vuestro.
Si no es así volveré a la ciudad y escogeré a alguien que sea digno
Y el trono erá suyo por derecho
Así se hará la voluntad de Dios".
Después de ayunar y
purificase,
Y de hacer otro preparativos
Enosh se fue al bosque, esperando
Poder oír la palabra de Dios.
Yo ya había dejado de esperar,
Con el poder de la noche envié
Visiones oscuras, grabé en su alma
Mis verdades, para que no pudiera
Rechazarlas. Entonces le dije:
"Tú, el hijo favorito de Adán;
Tú, el hijo favorito de Dios;
Ahora me perteneces a mí,
Eres para mi soledad el bálsamo.
Te engendraron con sangre, y con sangre
Soy yo quien ahora te reclama.
Deja que tus venas se vacíen
De la vida que Dios te entregó,
Y que, en su lugar, la sustituya
El poder que Dios ha puesto en mí.
Deja que ti alma se vacíe
Y pierda toda su falsa humildad
Para que así tu espíritu se colme
Con la misma fuerza de la noche.
Que tu carne reniegue de su padre
Terrenal, pues ahora eres mio
En cuerpo, en sangre, y en espiritu.
Y nadie podrá apartarte de mí".
Y de hacer otro preparativos
Enosh se fue al bosque, esperando
Poder oír la palabra de Dios.
Yo ya había dejado de esperar,
Con el poder de la noche envié
Visiones oscuras, grabé en su alma
Mis verdades, para que no pudiera
Rechazarlas. Entonces le dije:
"Tú, el hijo favorito de Adán;
Tú, el hijo favorito de Dios;
Ahora me perteneces a mí,
Eres para mi soledad el bálsamo.
Te engendraron con sangre, y con sangre
Soy yo quien ahora te reclama.
Deja que tus venas se vacíen
De la vida que Dios te entregó,
Y que, en su lugar, la sustituya
El poder que Dios ha puesto en mí.
Deja que ti alma se vacíe
Y pierda toda su falsa humildad
Para que así tu espíritu se colme
Con la misma fuerza de la noche.
Que tu carne reniegue de su padre
Terrenal, pues ahora eres mio
En cuerpo, en sangre, y en espiritu.
Y nadie podrá apartarte de mí".
Lo llamé Enoch, y a la
séptima noche
Regresé con él a la ciudad.
Puso la corona en mi cabeza,
Pidió al pueblo incienso, y musica,
Y ofrendas, y le dijo a la ciudad
Que yo me convertiría en su rey
Quienes habrían hablado en mi contra
No lo hicieron, pues les mostré mi
poder.
Y aquellos que me habría herido
No lo hicieron, pues vieron la señal
Que Dios puesto en mí, y temieron
Su ira.
Así goberné a los hijos de Adán.
Algunos , por mi poder, dios me
Hicieron.
Ofreciéndome su adoración.
Como lo hacían por su voluntad
El dios de los cielos no intervino.
Regresé con él a la ciudad.
Puso la corona en mi cabeza,
Pidió al pueblo incienso, y musica,
Y ofrendas, y le dijo a la ciudad
Que yo me convertiría en su rey
Quienes habrían hablado en mi contra
No lo hicieron, pues les mostré mi
poder.
Y aquellos que me habría herido
No lo hicieron, pues vieron la señal
Que Dios puesto en mí, y temieron
Su ira.
Así goberné a los hijos de Adán.
Algunos , por mi poder, dios me
Hicieron.
Ofreciéndome su adoración.
Como lo hacían por su voluntad
El dios de los cielos no intervino.
Puse a la ciudad el nombre
de Enoch,
Tal era el placer que me procuró.
Reclamé a quienes me complacieron
Para que también me pertenecieran.
Para compartir esta maldición.
Tanto de poder como de sufrimiento.
Y, así, yo ya no estaría solo.
Tal y como Dios me había ordenado,
No cultive ni recogí grano.
Como Dios decretó, no domé bestias
Para alimentarme de su carne.
Su palabra me lo había negado,
Y yo le obedecí: me alimenté
De aquello que Él más amaba,
La sangre de los hijos de mi hermano.
Pues es cierto que la sangre es la vida,
Y aunque por dos veces maldito
Quien la beba será fortalecido.
Aprendí a dar placer a aquéllos
Que me alimentaban, para que así
Creyeran que alimentar a su Dios
Era el mayor de todos los éxtasis,
Y por eso amaban más mi ansia.
Así fue cómo creció la ciudad,
Tanto en habitantes como en fuerza,
Próspera y rica bajo mi gobierno.
Escogí, para que me sirvieran ,
A los mejores de mis sirvientes.
Gobernamos a los hijos de Seth,
Mis chiquillos y yo, como los fuertes
Han gobernado siempre a los pueblos,
Como los sabios deberían hacerlo.
Nos construyeron casas sin ventanas,
Para poder desafiar al sol.
Llevaron los ríos a nuestras puertas,
Para apagar raudamente los fuegos.
Así evitamos las maldiciones
De dos ángeles, se desafió
La maldición que Dios había impuesto.
Al final, pasó el tiempo: mis chuiquillos
Desearon su propia descendencia,
Y así escogieron entre sus sirvientes
A aquellos que más les complacían,
Los llevaron consigo hacia la noche,
Tan velozmente se multiplicaron,
Tan poderosos llegaron a ser
Que, al final, decidí ordenarles
Que no abrazaran a más chiquillos,
Sino que se dieran ya por satisfechos.
Temía la maldición del tercer ángel,
Pues estaba aún sin responder
Y supe que no estaba muy lejos
El día en que mi prole pelearía
Entre sí, y se oscurecerían
Las calles con su sangre derramada.
Durante un tiempo me obedecieron,
Pues temían la furia de su padre
Pero, al igual que yo no acepté
Los edictos de Dios, no aceptaron
Los míos, pues eran de mi sangre,
Y su naturaleza desafiante.
Aquéllos que estaba más cerca de mi
Abrazaron en secreto al os mortales;
Aquellos que estaban más lejos
Los abrazaron abiertamente.
Tal era el placer que me procuró.
Reclamé a quienes me complacieron
Para que también me pertenecieran.
Para compartir esta maldición.
Tanto de poder como de sufrimiento.
Y, así, yo ya no estaría solo.
Tal y como Dios me había ordenado,
No cultive ni recogí grano.
Como Dios decretó, no domé bestias
Para alimentarme de su carne.
Su palabra me lo había negado,
Y yo le obedecí: me alimenté
De aquello que Él más amaba,
La sangre de los hijos de mi hermano.
Pues es cierto que la sangre es la vida,
Y aunque por dos veces maldito
Quien la beba será fortalecido.
Aprendí a dar placer a aquéllos
Que me alimentaban, para que así
Creyeran que alimentar a su Dios
Era el mayor de todos los éxtasis,
Y por eso amaban más mi ansia.
Así fue cómo creció la ciudad,
Tanto en habitantes como en fuerza,
Próspera y rica bajo mi gobierno.
Escogí, para que me sirvieran ,
A los mejores de mis sirvientes.
Gobernamos a los hijos de Seth,
Mis chiquillos y yo, como los fuertes
Han gobernado siempre a los pueblos,
Como los sabios deberían hacerlo.
Nos construyeron casas sin ventanas,
Para poder desafiar al sol.
Llevaron los ríos a nuestras puertas,
Para apagar raudamente los fuegos.
Así evitamos las maldiciones
De dos ángeles, se desafió
La maldición que Dios había impuesto.
Al final, pasó el tiempo: mis chuiquillos
Desearon su propia descendencia,
Y así escogieron entre sus sirvientes
A aquellos que más les complacían,
Los llevaron consigo hacia la noche,
Tan velozmente se multiplicaron,
Tan poderosos llegaron a ser
Que, al final, decidí ordenarles
Que no abrazaran a más chiquillos,
Sino que se dieran ya por satisfechos.
Temía la maldición del tercer ángel,
Pues estaba aún sin responder
Y supe que no estaba muy lejos
El día en que mi prole pelearía
Entre sí, y se oscurecerían
Las calles con su sangre derramada.
Durante un tiempo me obedecieron,
Pues temían la furia de su padre
Pero, al igual que yo no acepté
Los edictos de Dios, no aceptaron
Los míos, pues eran de mi sangre,
Y su naturaleza desafiante.
Aquéllos que estaba más cerca de mi
Abrazaron en secreto al os mortales;
Aquellos que estaban más lejos
Los abrazaron abiertamente.
Gobernaron a los hijos de
Seth
Como si en realidad fueran dioses;
Y no porque los hombres los escogieran,
Sino porque ellos lo impusieron,
Supe entonces que estaban
condenados,
Pues Dios no iba a tolerar tales
Prácticas ¡ Mis pobre, locos,
chiquillos!
Restáis importancia a Su maldición,
Pero nunca habeís sentido Su poder.
Quien hizo este mundo puede deshacerlo,
Aquél que dio la vida a los hombres
Tambien puede dar la muerte, y
Aquél
Que nos maldijo con cazar los vivos
Pueden crearnos tal infierno en vida
Que todos los tormentos del
Adversario
Palidecerán en comparación.
Vi reunirse a la nubes de tormenta,
Sentí como se enfriaba el aire.
Supe que había llegado el juicio.
Los de Seth me rogaron que los
Salvara,
Pero yo no pude rescatarlos.
Mis chiquillos también me lo
Pidieron,
Pero yo a ellos no quise salvarlos.
La lluvia empezó a caer, y no cesó.
Como si en realidad fueran dioses;
Y no porque los hombres los escogieran,
Sino porque ellos lo impusieron,
Supe entonces que estaban
condenados,
Pues Dios no iba a tolerar tales
Prácticas ¡ Mis pobre, locos,
chiquillos!
Restáis importancia a Su maldición,
Pero nunca habeís sentido Su poder.
Quien hizo este mundo puede deshacerlo,
Aquél que dio la vida a los hombres
Tambien puede dar la muerte, y
Aquél
Que nos maldijo con cazar los vivos
Pueden crearnos tal infierno en vida
Que todos los tormentos del
Adversario
Palidecerán en comparación.
Vi reunirse a la nubes de tormenta,
Sentí como se enfriaba el aire.
Supe que había llegado el juicio.
Los de Seth me rogaron que los
Salvara,
Pero yo no pude rescatarlos.
Mis chiquillos también me lo
Pidieron,
Pero yo a ellos no quise salvarlos.
La lluvia empezó a caer, y no cesó.
Los hijos de Seth hicieron
sacrificios
A los dioses que habían escogido,
Ofrecieron sangre, oro y joyas,
Y mientras hacian esto, Dios
Alzó los océanos hsata el cielo,
Luego los arrojó sobre la tierra,
Para purgarla de cualquier pecado.
Mis hijos suplicaron, temerosos,
Pero yo no quise contestarles.
Éste es el sino que habéis escogido;
Erais dioses sin sabiduría,
Por lo que os destruirán vuestros
templos.
Vuestros rebaños serán ahogados,
Las aras se cubrirán de enredaderas
Y todas las cosas que más amabais
Regresarán de nuevo a la tierra
Que les dio origen y engendró
Al final conoceréis tal soledad
Como la que sólo puede existir
En una tierra carente de vida.
Quizá entonces podréis comprender
Quien soy yo realmente, y cuales son
Los deberes que os corresponden.
A los dioses que habían escogido,
Ofrecieron sangre, oro y joyas,
Y mientras hacian esto, Dios
Alzó los océanos hsata el cielo,
Luego los arrojó sobre la tierra,
Para purgarla de cualquier pecado.
Mis hijos suplicaron, temerosos,
Pero yo no quise contestarles.
Éste es el sino que habéis escogido;
Erais dioses sin sabiduría,
Por lo que os destruirán vuestros
templos.
Vuestros rebaños serán ahogados,
Las aras se cubrirán de enredaderas
Y todas las cosas que más amabais
Regresarán de nuevo a la tierra
Que les dio origen y engendró
Al final conoceréis tal soledad
Como la que sólo puede existir
En una tierra carente de vida.
Quizá entonces podréis comprender
Quien soy yo realmente, y cuales son
Los deberes que os corresponden.
Y al final tan solo hubo
Agua.
Agua.
Mis chiquillos
Conocieron el hambre,
Conocieron la soledad
Y el miedo.
Conocieron el hambre,
Conocieron la soledad
Y el miedo.
Así era como debía ser.
Entonad una canción de
tristeza,
Mis hermanos en de Caín la sangre.
Cantad un tiempo en que las aguas
Cubrieron con su manto a la tierra,
Y el único refugio para el sol
Yacía profundo bajo la aguas.
Cantad un ansia que era insaciable
Execepto con la sangre de los hermanos.
Cantad un tiempo de espera eterno,
Sin que su fin pudiera apenas verse.
Mis hermanos en de Caín la sangre.
Cantad un tiempo en que las aguas
Cubrieron con su manto a la tierra,
Y el único refugio para el sol
Yacía profundo bajo la aguas.
Cantad un ansia que era insaciable
Execepto con la sangre de los hermanos.
Cantad un tiempo de espera eterno,
Sin que su fin pudiera apenas verse.
Padre nuestro, ¿ no oirás
nuestra súplica?
Padre nuestro, ¿ novas a respondernos?
Padre nuestro, ¿quién detendrá la tormenta,
Si tú no lo haces? Dinos qué mano
Hará que termine, cúando podremos
Caminar de nuevo sobre la tierra.
Dinos si vivirán los hijos de Seth,
Llnos de su tibia y dulce sangre
Calentada por el sol de la mañana,
Si estamos condenados a alimentarnos
De la sangre de los de nuestra estirpe,
Sire de chiquillo, hermano de hermano,
Hasta que muramos bajo las aguas.
Padre nuestro, ¿ novas a respondernos?
Padre nuestro, ¿quién detendrá la tormenta,
Si tú no lo haces? Dinos qué mano
Hará que termine, cúando podremos
Caminar de nuevo sobre la tierra.
Dinos si vivirán los hijos de Seth,
Llnos de su tibia y dulce sangre
Calentada por el sol de la mañana,
Si estamos condenados a alimentarnos
De la sangre de los de nuestra estirpe,
Sire de chiquillo, hermano de hermano,
Hasta que muramos bajo las aguas.
Pude ver cñomo la mano de
Dios
Dividía en dos a las nubes,
Pude ver cómo se alzaba la tierra
Para asño darle la bienvendia.
Vi el arca posarse en una cima
Y cómo la riqueza de la vida
Salía rebosante de sus puertas.
Conocí lo que conoció nuestro Sire
Cuando el hmbre pobló las llanuras,
Y lloré de alegría, besé las llanuras,
Y lloré de alegría, bese las llanuras,
Tan agradecidos estábamos
Porque había acabado el sufrimiento.
Dividía en dos a las nubes,
Pude ver cómo se alzaba la tierra
Para asño darle la bienvendia.
Vi el arca posarse en una cima
Y cómo la riqueza de la vida
Salía rebosante de sus puertas.
Conocí lo que conoció nuestro Sire
Cuando el hmbre pobló las llanuras,
Y lloré de alegría, besé las llanuras,
Y lloré de alegría, bese las llanuras,
Tan agradecidos estábamos
Porque había acabado el sufrimiento.
Cantad un canto para
recordar, hermanos en la sangre de Caín.
Cantad un canto para llorar a todos aquellos que se perdieron.
La carne de mi hermano ahora es lodobajo nuestros pasos y nuestros píes,
El sabor de su sangre es frío sobre mis labios todavía húmedos.
Todos los monumentos que hará el hombre, desde ahora hasta el fin de los tiempos,
No son sino monumentos a aquellos que nuestro padres quiso condenar,
A aquiellos que Su rabia consumió. No permitas que jamás olvidemos,
O nos ganaremos su rabia otra vez. No permitas que jamás olvidemos,
O se alzarán otra vez las aguas.
Cantad un canto para llorar a todos aquellos que se perdieron.
La carne de mi hermano ahora es lodobajo nuestros pasos y nuestros píes,
El sabor de su sangre es frío sobre mis labios todavía húmedos.
Todos los monumentos que hará el hombre, desde ahora hasta el fin de los tiempos,
No son sino monumentos a aquellos que nuestro padres quiso condenar,
A aquiellos que Su rabia consumió. No permitas que jamás olvidemos,
O nos ganaremos su rabia otra vez. No permitas que jamás olvidemos,
O se alzarán otra vez las aguas.
Y sucedió que al bajar la
Marea
Los hijos de caín buscaron
su Sire,
Pero no encontraron rastro
alguno.
Ni en lo más alto de las montañas,
Ni tampoco en lo más sedientos
Llanos.
Ni en la profunda espesura de
Los bosques.
"Nos ha dejado", dijo el
primogénito.
"Debemos emprender nuestro camino".
Pero supimos que nos observa,
Pues muchos signos nos lo indicaban,
Y temimos la noche en que volviera.
Y sucedió que al bajar la Marea
Descendieron los hijos de Noé,
Desde la montaña a la llanura.
Plantaron sus semillas en los capos
Que guardaban los huesos de los muertos,
E hicieron que la vida prosperara
Desde el lodo de los moribundos.
Con el tiempo poblaron toda la tierra,
Como se les ordenó que hicieran
Construyeron prósperas ciudades,
Con egregios palacios de piedra,
Dominaron todos los seres vivos,
Pues ésta era la soberanía
Que Dios les había prometido.
Y sucedió, mientras pasaban las noches
Y la marea se iba
Marea
Los hijos de caín buscaron
su Sire,
Pero no encontraron rastro
alguno.
Ni en lo más alto de las montañas,
Ni tampoco en lo más sedientos
Llanos.
Ni en la profunda espesura de
Los bosques.
"Nos ha dejado", dijo el
primogénito.
"Debemos emprender nuestro camino".
Pero supimos que nos observa,
Pues muchos signos nos lo indicaban,
Y temimos la noche en que volviera.
Y sucedió que al bajar la Marea
Descendieron los hijos de Noé,
Desde la montaña a la llanura.
Plantaron sus semillas en los capos
Que guardaban los huesos de los muertos,
E hicieron que la vida prosperara
Desde el lodo de los moribundos.
Con el tiempo poblaron toda la tierra,
Como se les ordenó que hicieran
Construyeron prósperas ciudades,
Con egregios palacios de piedra,
Dominaron todos los seres vivos,
Pues ésta era la soberanía
Que Dios les había prometido.
Y sucedió, mientras pasaban las noches
Y la marea se iba
Oid las palabras del profeta
Con sueños sangrientos y cortas noches,
Con ansia que reclama lo que es suyo,
Con arrogancia que no es más que cenizas.
Y las del guerrero de noches pasadas,
Cuya espada solloza de venganza,
Oíd las palabras del visionario,
Cuya visión saja el velo del tiempo
Oíd las palabras del erudito,
Cuya maldición es el conocimiento,
Y los antiguos horrores son sueños
De las cosas que quedan por venir.
De ellos vendrán las advertencias.
De ellos vendrá la sabiduría.
De ellos vendrá el asesinato.
Con sueños sangrientos y cortas noches,
Con ansia que reclama lo que es suyo,
Con arrogancia que no es más que cenizas.
Y las del guerrero de noches pasadas,
Cuya espada solloza de venganza,
Oíd las palabras del visionario,
Cuya visión saja el velo del tiempo
Oíd las palabras del erudito,
Cuya maldición es el conocimiento,
Y los antiguos horrores son sueños
De las cosas que quedan por venir.
De ellos vendrán las advertencias.
De ellos vendrá la sabiduría.
De ellos vendrá el asesinato.
Entre los descendientes de Caín
Hay un ansia que se está agitando.
Una, dos tres veces la llamada
Para alcanzar el poder y la muerte
Arrancará las almas de los trece.
Esta es la muerte sin baño de sangre,
Es el campo santo sin fantasmas.
Observad, hay uno que muere en
Silencio.
Grita sin que puedan siquiera oírlo.
Habra chiquillos que lleven su
Nombre,
Pero no llevarán así su sangre.
Dichosos en su triste ignorancia ,
Saboreando su opaca ceguera,
Su estirpe vivirá los minutos,
Y los verá desde fuera uno a uno,
Mientras tiemblan los que saborean
El conocimiento de los secretos,
Rastreando alrededor del mundo
Buscando cada gota de verdad.
No hay salvación en el asesinato.
Ni olvidan jamás los condenados.
El segundo será atado por
magia,
Reclamado y tomado por
magia.
Sus hijo se convertiran en demonios,
Cazados por pecados que no son suyos.
Observad el odio de los destruidos,
Tambien la furia de los abandonados.
Diez veces diez esperan
En las sombras, saboreando el odio.
Hasta la noche en que los ejercitos
Del Cielo al final los encuentre,
Llevándolos a la luz carmesí.
Y quienes se separen de su Casa
En la oscuridad serán estrangulados
Y otros se ajetrean entre sus muros
Cantando notas de magia e impotencia.
¿dónde está ahora vuestro orgullo,
vosotros, viejos y ancianos ladrones?
¿De que sirve mentir contra el acero?
Soldados que no conocen el silencio,
Éstos son quienes bailan con la Bestia
Y en cuanto los príncipes caigan
Y se hacen los sumos sacerdotes
De entre todos los condenados,
Se responderá a los viejos crímenes
Se vengará el robo de las almas.
Al tercero lo traicionará
Su propio, muy amado chiquillo.
Buscador de conocimiento,
Borracho
Con los sueños de muerte y de
Sombras.
¿Y tu victoria, bebedor de
almas?
Serás maldito hasta el fin de los
tiempos,
Y en las tierras donde moran los
muertos
Éstos se fortalecerán con odio,
Y se encarnarán de nuevo en la
Tierra.
Responderán entonces a tu infamia.
Todos tus víctimas rastrearán el
mundo,
Ansiando saborear la venganza.
Todas las almas de las que abusaste
Se reunirán en sangrienta oscuridad
Y ahorcarán a todos los invasores.
Serás maldito hasta el fin de los
tiempos,
Y en las tierras donde moran los
muertos
Éstos se fortalecerán con odio,
Y se encarnarán de nuevo en la
Tierra.
Responderán entonces a tu infamia.
Todos tus víctimas rastrearán el
mundo,
Ansiando saborear la venganza.
Todas las almas de las que abusaste
Se reunirán en sangrienta oscuridad
Y ahorcarán a todos los invasores.
Temed a los muertos, pues su
venganza
Será manifestada por fin.
Temed al espíritu sin cuerpo,
Pues al final encontrará una voz.
Temed los ejércitos olvidados,
Pues ellos jamás olvidarán.
Será manifestada por fin.
Temed al espíritu sin cuerpo,
Pues al final encontrará una voz.
Temed los ejércitos olvidados,
Pues ellos jamás olvidarán.
II
Durante quinientos largos años,
Siente estarán unidos, gobernando
En desafío a los ángeles,
Buscando unidad entre los condenados.
Cuidaos del que olvida
su Maldición
Para soñar con mortal armonía,
Sus ciudades se tornarán cenizas,
Sus sueños se esparcirán a los vientos.
Observad, un nuevo enemigo
llega,
El chiquillo de su arrogancia;
Dos veces muerto, tres veces nacido,
Hambriento de sangre y de
muerte.
Alimentado de almas devoradas
Saboreando guerras como sustento.
Que los antiguos teman a los jóvenes
Y se fajen con sus propias
leyes
Para intentar defender a sus
Almas.
No podréis salvaros a vosotros,
Débiles reyes
enloquecidos.
Durante quinientos largos años,
Siente estarán unidos, gobernando
En desafío a los ángeles,
Buscando unidad entre los condenados.
Cuidaos del que olvida
su Maldición
Para soñar con mortal armonía,
Sus ciudades se tornarán cenizas,
Sus sueños se esparcirán a los vientos.
Observad, un nuevo enemigo
llega,
El chiquillo de su arrogancia;
Dos veces muerto, tres veces nacido,
Hambriento de sangre y de
muerte.
Alimentado de almas devoradas
Saboreando guerras como sustento.
Que los antiguos teman a los jóvenes
Y se fajen con sus propias
leyes
Para intentar defender a sus
Almas.
No podréis salvaros a vosotros,
Débiles reyes
enloquecidos.
No detendréis la cercana
tormenta,
Ni podréis disminuir su furia.
Las palabras no pueden callar el odio
Que corre en un millar de corazones,
Ni acallar la tentación de la sangre.
Espesa con toda su edad y fuerza,
La vieja guerra, jamás olvidada,
Estalla de nuevo, y vuestra sangre
Es ahora el nuevo campo de batalla ,
E incluso quienes habéis maldecido
Para poder protegeros mejor
Romperán al final sus cadenas
Y en éxtasis comerán vuestras almas.
Observad, los aliados se van,
Retorcidas estirpes claman fuera,
Amenazando la precaria unidad,
Y la tan odiada corona
Se posará en la más amada cima.
La armonía de los siete
Caerá,
No por culpa de ataques exteriores,
Sino desde el interior de su muros.
Así triunfan los ángeles sobre todos.
Ni podréis disminuir su furia.
Las palabras no pueden callar el odio
Que corre en un millar de corazones,
Ni acallar la tentación de la sangre.
Espesa con toda su edad y fuerza,
La vieja guerra, jamás olvidada,
Estalla de nuevo, y vuestra sangre
Es ahora el nuevo campo de batalla ,
E incluso quienes habéis maldecido
Para poder protegeros mejor
Romperán al final sus cadenas
Y en éxtasis comerán vuestras almas.
Observad, los aliados se van,
Retorcidas estirpes claman fuera,
Amenazando la precaria unidad,
Y la tan odiada corona
Se posará en la más amada cima.
La armonía de los siete
Caerá,
No por culpa de ataques exteriores,
Sino desde el interior de su muros.
Así triunfan los ángeles sobre todos.
III
En las tierras en las que nace el sol
Un poderoso enemigo se agita.
Engendrado a partir de la muerte,
Con una división en su alma,
Tan anciano que carece de edad.
Primo de Caín, pero no de los suyos,
Espíritu de caín, no su aliado.
Vendrán sus hijos cruzando llanuras.
Resistente al sol, hambriento de carne,
Brillante odio en la noche de
Invasores.
Cruzando el mar del oeste vendrán
Sus hijos a las tierras de Caín,
Siendo ellos mismos los invasores.
Luchando en partes, en carne revelados,
Engendrados por puestas de demonios,
Antiguos que no tiene generación,
Chiquillos que no tiene debilidad,
¿Cómo pretendéis a ellos enfrentaros
Vosotros, los chiquillos de Caín?
Mirad, en el este su poder se alza,
Pues tamaña es su congregación
Que la noche se consume
en día.
Un falso sol prende fuego a la tierra.
El polvo llena los cielos, y un viento,
Ardiente, convierte la carne en cenizas.
En las tierras en las que nace el sol
Un poderoso enemigo se agita.
Engendrado a partir de la muerte,
Con una división en su alma,
Tan anciano que carece de edad.
Primo de Caín, pero no de los suyos,
Espíritu de caín, no su aliado.
Vendrán sus hijos cruzando llanuras.
Resistente al sol, hambriento de carne,
Brillante odio en la noche de
Invasores.
Cruzando el mar del oeste vendrán
Sus hijos a las tierras de Caín,
Siendo ellos mismos los invasores.
Luchando en partes, en carne revelados,
Engendrados por puestas de demonios,
Antiguos que no tiene generación,
Chiquillos que no tiene debilidad,
¿Cómo pretendéis a ellos enfrentaros
Vosotros, los chiquillos de Caín?
Mirad, en el este su poder se alza,
Pues tamaña es su congregación
Que la noche se consume
en día.
Un falso sol prende fuego a la tierra.
El polvo llena los cielos, y un viento,
Ardiente, convierte la carne en cenizas.
¿Dónde está ahora el
vagabundo,
el tercer hijo de Caín nacido?
Se ha convertido en polvo, y
perdido
Para la imaginación ¿Dónde están
Sus hijos, en quienes retumba la
Muerte?
Enloquecidos, y ahora perdidos,
Tan grande es el precio del triunfo.
el tercer hijo de Caín nacido?
Se ha convertido en polvo, y
perdido
Para la imaginación ¿Dónde están
Sus hijos, en quienes retumba la
Muerte?
Enloquecidos, y ahora perdidos,
Tan grande es el precio del triunfo.
IV
Miré dentro del Pozo de la Noche,
Allí donde confluyen las visiones,
Y allí vi una estrlla en los cielos,
Tan escarlata como la sangre,
Clara y límpida como las almas,
Tan brillante como el prohibido sol.
A su lado se alzó carmesí, la luna,
Cuarto creciente de hojas afiladas,
Diossa de la Caza vestida de sangre.
Había afiladas flechas junto a ella,
Envenenadas con sus maldiciones,
Forjadas con la furia de los cielos.
Mientras miraba, vi como iraban.
Miré dentro del Pozo de la Noche,
Allí donde confluyen las visiones,
Y allí vi una estrlla en los cielos,
Tan escarlata como la sangre,
Clara y límpida como las almas,
Tan brillante como el prohibido sol.
A su lado se alzó carmesí, la luna,
Cuarto creciente de hojas afiladas,
Diossa de la Caza vestida de sangre.
Había afiladas flechas junto a ella,
Envenenadas con sus maldiciones,
Forjadas con la furia de los cielos.
Mientras miraba, vi como iraban.
Una era el Ansia, donde cayó
Fue como las aguas volviéndose a alzar.
Los hijos de Caín se atacaron,
Chiquillo alimnentánose de Sire,
Aliado de aliado, amigo de amigo.
Fue como las aguas volviéndose a alzar.
Los hijos de Caín se atacaron,
Chiquillo alimnentánose de Sire,
Aliado de aliado, amigo de amigo.
Otra flecha la llamaron
Locura,
Y allí donde golpeó a la tierra,
Y allí donde golpeó a la tierra,
Los vi a todos sucumbir a la
fiebre,
Y aquello más siniestro en su sangre
Ganó en poder un millar de veces,
Hasta que toda humanidad se ahogó,
Cada uno en su maldición, cada uno
Purificado con su propia sangre.
Y aquello más siniestro en su sangre
Ganó en poder un millar de veces,
Hasta que toda humanidad se ahogó,
Cada uno en su maldición, cada uno
Purificado con su propia sangre.
La vi lanzar otra flecha,
debilidad era el nombre de esta,
Y alli en donde alcanzó a la tierra
Se diluyó la sangre de Caín
Hasta fluir como el agua de un arroyo.
Y las maldiciones que poseían
fueron susurros, apenas oídos.
Y losmuertos yacieron con los
vivos,
Engendrando vida
contranatura,
Dos veces malditos, ni vivos ni
muertos,
Malditos con ansia de los antiguos.
debilidad era el nombre de esta,
Y alli en donde alcanzó a la tierra
Se diluyó la sangre de Caín
Hasta fluir como el agua de un arroyo.
Y las maldiciones que poseían
fueron susurros, apenas oídos.
Y losmuertos yacieron con los
vivos,
Engendrando vida
contranatura,
Dos veces malditos, ni vivos ni
muertos,
Malditos con ansia de los antiguos.
Y los miedos de la carne
moribunda
Caín ¿Dó está ahora tu gloria?
Tus chiquillos escarban en el
Polvo.
Lagrimas de agua manchan sus
Mejillas.
¿Dónde está tu orgullo, y tu
fuerza,
¿Dónde la ira que pueda
Madurar?
Mirad, los huérfanos ahora son los
Reyes,
Y los sueños que tú más acunaste
Se ahogan en sangre ante su
Mirada.
Atareados bastardos buscando Sires,
Reclamando nombres tiempo ha abandonados,
Buscando refugio entre condenados
Mirad, su sino no es sino amargura,
La porción de cenizas que es suya,
Al llegar el diluvio serán proscritos,
O escudos para detener su furia,
O alimento, sus cuerops apilados
Sobre los restos de la guerra final,
Una nueva Babel hecha con carne
Para que se pudra ante el sol.
Caín ¿Dó está ahora tu gloria?
Tus chiquillos escarban en el
Polvo.
Lagrimas de agua manchan sus
Mejillas.
¿Dónde está tu orgullo, y tu
fuerza,
¿Dónde la ira que pueda
Madurar?
Mirad, los huérfanos ahora son los
Reyes,
Y los sueños que tú más acunaste
Se ahogan en sangre ante su
Mirada.
Atareados bastardos buscando Sires,
Reclamando nombres tiempo ha abandonados,
Buscando refugio entre condenados
Mirad, su sino no es sino amargura,
La porción de cenizas que es suya,
Al llegar el diluvio serán proscritos,
O escudos para detener su furia,
O alimento, sus cuerops apilados
Sobre los restos de la guerra final,
Una nueva Babel hecha con carne
Para que se pudra ante el sol.
La vi lanzar una última flecha,
Una palabra en su flanco: Esperanza.
Pero la oscuridad cubrió su rastro,
Y nadie la pudo ver en la tierra,
Ni encontrar su destino. Observad,
Hijos de la primera alma maldita,
Vuestra salvadora está entre los miles,
Y vuestra búsquda no encuentra la marca
Sobre su cuerpo, ni os dice su nombre.
La luna creciente de la dama
Es la guarda ahora los cielos
Y, abajo, inscrita en la carne,
Marca la senda afuerda de la
condena.
¿Fue un don de Dios, esta
esperanza,
O una burla de los demonios?
Los angeles os están observando,
Y, en vuestra búsqueda, os juzgarán.
Una palabra en su flanco: Esperanza.
Pero la oscuridad cubrió su rastro,
Y nadie la pudo ver en la tierra,
Ni encontrar su destino. Observad,
Hijos de la primera alma maldita,
Vuestra salvadora está entre los miles,
Y vuestra búsquda no encuentra la marca
Sobre su cuerpo, ni os dice su nombre.
La luna creciente de la dama
Es la guarda ahora los cielos
Y, abajo, inscrita en la carne,
Marca la senda afuerda de la
condena.
¿Fue un don de Dios, esta
esperanza,
O una burla de los demonios?
Los angeles os están observando,
Y, en vuestra búsqueda, os juzgarán.
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