Lilit
Vengan
y vean. De la grieta del gran abismo, arriba, vino cierta hembra, el espíritu de
todos los espíritus. Su nombre: Lilit.
Y en el mismo comienzo
existió con el hombre. Cuando Adán fue creado y su cuerpo había sido terminado,
mil espíritus del lado izquierdo se reunieron alrededor de él. Todos querían
ganar la entrada a su cuerpo, pero no podían; al final el Santo, bendito sea,
los increpó. Así pues Adán yacía, cuerpo sin espíritu; tenía una palidez verdosa
y todos estos espíritus revoloteaban a su alrededor. En ese momento una nube
descendió y los alejo a todos. En relación con este momento está escrito: “Dijo
Dios:’Produzca La tierra almas vivientes’” (Génesis, 1:24). Ya hemos
explicado que la hembra quedó preñada por el macho en el alma de adán y produjo
el espíritu compuesto de dos lados, como debía de ser, para que pudiera ser
infundido en Adán. Este es el significado de “sopló en sus narices aliento de
vida, y resultó el hombre un ser viviente” (Ibíd., 2:7)—un alma en verdad
viviente. Quienquiera que tenga dudas acerca de esto porque no sabe si se
refiere a la vida de abajo o a la
vida llamada “Israel”, o si es macho o hembra, debe observar que no dice
“el ser viviente”, sino “un ser
viviente”, sin determinación, lo que puede significar todo. Cuando Adán
se levantó su esposa estaba unida a él por un lado; el alma santa que se
encontraba en él se extendía por este lado y por el otro, y nutría a ambos
porque en ambos estaba comprendida. Posteriormente el Santo, bendito sea,
dividió a Adán y preparó a su hembra. Éste es el significado de “Y procedió
Yahveh, Dios a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer”
(Ibíd. , 2:22). “La costilla” es algo que hemos explicado antes, tal como
aparece en Éxodo (26:20): “Y para el otro lado del tabernáculo, el lado del
norte…”[1].
Y : “Y a traérsela al hombre”
(Génesis. , 2:22), ataviada como una novia para el pabellón
nupcial.
Cuando Lilit vio esto, huyó. Ahora está
en las ciudades del mar y todavía se empeña en hacer daño a la humanidad. Cuando
el Santo, bendito sea, destruya la perversa Roma y la convierta en eterna
desolación traerá a Lilit y la establecerá en las ruinas, que estarán desoladas
para siempre. Éste es el significado de “allí la chotacabras ciertamente tendrá
reposo y hallará para sí un lugar de descanso” (Isaías, 34:24).[Zohar
III, 19
a]
“Y pasó Dios a
decir:’Lleguen a haber lumbreras en la expansión de los cielos…’” (Génesis,
1:14). “Lumbreras” o “Luceros” están escritos de manera defectuosa al significar
que la asfixia fue creada para los bebés. Después de que se ocultó la
iluminación del primer lucero, se creó una concha para la parte central[2] y esta concha se extendió y produjo otra
concha.[3]
Cuando surgió, ascendió y descendió y llegó a “los pequeños rostros”,[4] quiso unirse a ellos y tomar forma
dentro de ellos y no abandonarlos jamás. Pero el Santo, bendito sea, se la llevó
de ahí y la trajo al mundo inferior cuando creó a Adán, para que regulara este
mundo. Cuando vio a Eva, que estaba ligada a la espalda de Adán y cuya belleza
era como la de los reinos superiores, cuando vio su imagen perfecta, se alejo
volando de ahí y deseó, como al principio, unirse a los “pequeños rostros”. Los
guardianes de las puertas celestes no les permitieron acercarse. El Santo,
bendito sea, se lo reprochó y la mandó a las profundidades del mar, donde habitó
hasta que Adán y Eva pecaron. Entonces el Santo. Bendito sea, la extrajo de las
profundidades y ahora reina sobre todos los niños, los “pequeños rostros” del
género humano, que merecen ser castigados a causa de los pecados de sus padres.
Ella va de un lado a otro en el mundo y llega al terrenal Jardín del Edén y
habita ahí al lado de una espada flamante, porque tuvo origen en ese lado de la
flama. Cuando la flama da vuelta, ella vuela y atraviesa el mundo para encontrar
niños que deban ser castigados; les sonríe y los mata. Esto sucede con la luna
menguante, ya que la luz disminuye. Y este es el sentido de me´orot
(lumbreras, luceros). [Zohar
I,
19 b]
El secreto de los
secretos: de la fuerza del medio día de Isaac,[5]
pero también del abrigo de las vides,[6]
brotó un retoño desnudo que comprendía tanto al macho como a la hembra, como un
lirio rojo, y se extendieron en varias direcciones, por diversos caminos. El
macho se llama “Samael” y su hembra[7]
está siempre incluida en él. Así como en el lado de la santidad hay macho y
hembra, de la misma manera en “el otro lado” hay macho y hembra, incluidos el
uno en el otro. A la hembra de Samael se le llama “serpiente”,”mujer de
prostitución”, “el final de la carne”, “el final de los días. Dos espíritus
malignos están unidos entre sí. El espíritu masculino es bueno;[8]
el espíritu femenino se extiende en varias direcciones y por diversos caminos, y
está unido al espíritu masculino.
Ella se llena de adornos,
como una abominable prostituta, y espera en las esquinas de las calles y
avenidas para atraer a los hombres. Cuando un tonto se le acerca lo abraza y
besa, mezcla su vino con veneno de serpiente para él. Cuando él ha bebido se
desvía hacia ella, y cuando ella ve que él se ha desviado del camino de la
verdad se quita todos los adornos que se había puesto por este tonto.[9]
He aquí las galas que
utiliza para seducir a la humanidad: tiene el cabello largo, rojo como un lirio;
la cara blanca y rosada; seis pendientes le cuelgan de las orejas; su cama está
hecha de lino egipcio; rodean su cuello todos los ornamentos del Este; su boca
está formada como una puerta pequeñita, embellecida con cosméticos; tiene la
lengua aguda como espada y sus palabras son suaves como el aceite; labios
hermosos, rojos como lirios, endulzados por todas las dulzuras del mundo. Está
vestida de púrpura y aderezada con treinta y nueve adornos.
Este tonto se desvía hacia
ella, y bebe del vaso de vino, y comete prostitución con ella, completamente
enamorado. ¿Qué hace ella? Lo deja dormido en la cama y asciende a los reinos
superiores; lo acusa, adquiere autoridad[10]
y desciende. El tonto despierta pensando en solazarse con ella como antes, pero
ella se quita sus galas y se convierte en una feroz guerrera que se enfrenta a
él vestida con una túnica de llamas. Una visión horrenda que aterroriza tanto al
cuerpo como al alma: llena de ojos espantosos y en la mano una espada afilada
con gotas de veneno suspendidas. Mata al tonto y lo arroja al Gehinom.
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