Sueño
los primeros tiempos[i]
De
la más larga memoria.
Canto[ii]
los primeros tiempos
De
todos más viejo Padre.
5 Canto
los primeros tiempos
Y
el claro amanecer
De
toda la Oscuridad.
En
Nod[iii],
donde la luz
Del
Paraíso alumbra
10 El
azabache nocturno
Y
gotas de nuestros padres
Mojan
y ablandan el suelo.
De
nos, todos y cada uno,
Decidimos
poder como
15 Quisiéramos
vivir y
Coger
nuestros alimentos
De
las entrañas de la tierra.
Yo,
primogénito Caín,
Con
útiles puntiagudos[iv],
20 Planté[v]
semillas oscuras,
Las
regué dentro de la tierra,
Las
cuidé, las vi crecer.
Él,
segundogénito Abel,
Cuidó
de los animales,
25 Ayudó
en sus sangrientos[vi]
Partos,
los alimentó,
Y
también los vio crecer.
Yo
lo amaba, a mi hermano.
Él,
él era el más brillante,
30 El
más dulce, el más fuerte.
Él
era la prima parte[vii]
De
toda mía alegría.
Entonces,
en un día
De
abril, nuestro Padre[viii]
dijo:
35 "Caín,
Abel, un regalo
A
Aquél en lo Alto[ix]
debéis
Hacer,
un sacrificio -
Un
don de la prima parte
De
todo cuanto tenéis".
40 Yo,
primogénito Caín,
Recolecté
tiernos brotes,
Y
los frutos más brillantes,
Y
la yerba más fresca.
Y
él, segundogénito Abel,
45 Sacrificó
el más joven,
El
más fuerte, el más tierno
De
todos sus animales.
Sobre
el altar de nuestro Padre
Posamos
los sacrificios
50 Y
prendimos fuego so ellos,
Y
el humo se los llevó
Hacia
Aquél en lo Alto.
El
sacrificio de Abel,
Segundogénito,
olió
55 Dulce
a Aquél en lo Alto,
Y
Abel fue bendecido.
Yo,
primogénito Caín,
Fui
golpeado desde lo lejos[x]
Por
una severa palabra
60 Y
una maldición, pues indigno
Resultó
mi sacrificio.
Miré
el sacrificio de Abel,
Todavía
humeante,
La
carne, la sangre.
65 Lloré,
me tapé los ojos,
Oré
de día y de noche.
Y
cuando nuestro Padre[xi]
dijo:
"El
tiempo del sacrificio
Ha
llegado ya de nuevo".
70 Y
Abel condujo su más joven,
Su
más tierno, más amado
Hacia
el fuego sacrificial.
Yo
no llevé mi más joven,
Mi
más tierno, pues sabía
75 Que
Aquél en lo Alto
De
ningún modo los querría.
Y
mi hermano, querido Abel,
Me
dijo: "Caín, no has traído
Un
sacrificio, un regalo
80 De
la prima parte de
Tu
alegría, para quemarlo
En
la ara de Aquél en lo Alto".
Yo
lloré lágrimas de amor
Cuando,
con mis útiles
85 Puntiagudos,
sacrifiqué
Aquello
que era la parte
Primera
de mi alegría,
Mi
hermano.
Y
la Sangre[xii]
de Abel
90 Cubrió
el altar, y olía
Dulce
mientras ardía.
Pero
mi Padre dijo:
"Maldito
estás, Caín,
Quien
mataste a tu hermano.
95 Como
yo fui expulsado,
Así
lo serás tú"[xiii].
Y
Él me exilió
A
vagar en la oscuridad,
La
tierra de Nod[xiv].
100 Me
precipité en la Oscuridad.
No
vi ninguna luz
Y
estaba asustado[xv].
Y solo
[i] Los “primeros tiempos” de que se habla en esta
estrofa han sido objeto de estudio a fondo tanto por mi como por mis compañeros
Vástagos. El texto original habla de un tiempo “anterior”. El fragmento más
antiguo del Libro de Nod ha sido fechado justo antes de Sumeria, cerca del
4.500 a. C.
[ii]
Presupongo, basándome en este verso, que la primera estrofa pertenece al
narrador original, quizás el primero en transcribir la historia de Caín. (N. de T.: Este primer fragmento del
Libro de Nod permite intuir que el texto conservado es apenas la mitad o la
cuarta parte del total, al menos por lo que se refiere a la historia
estrictamente de Caín, desde que mató a Abel hasta que abandonó a sus chiquillos
a su suerte después de la destrucción de la Primera Ciudad. Además, el
contenido del mismo debe ser puesto en duda, pues mantiene desde un principio
una estructura similar a los cantos épicos. Esto se demuestra en el verso tres,
que tiene gran parecido, en lo que al significado se refiere, con el inicio de
la Aeneida [Arma virumque cano...],
al del Nibelungen Lied [Uns ist in alten
mären wunders vil geseit], sin
olvidar las epopeyas homéricas, el Gilgamesh e incluso la épica brahmánica, el
Mahabharata y el Ramayana. La conclusión que se desprende de esto es que el
Libro de Nod puede ser una recopilación y reordenación de textos, mitos y
cánticos, como propusieron en su momento Menéndez Pidal y otros filólogos, y
que demuestra que las únicas obras épicas que tienen un origen único, que
provienen de los escritos de un autor, y no de la ordenación de varios mitos,
son las obras cultas, tales como la Aeneida y el Ramayana).
[iii]
“Nod” en este
caso significa “Tierras Ignotas” – supuestamente las tierras exteriores al
Edén, que entonces no habían recibido aún un nombre (N. de T.: Nod no existe, es un lugar simbólico. Etimológicamente,
deriva del hebreo nad [errante]).
[iv] La traducción latina dice vomere. La
traducción es del original sumerio y simplemente presupone un objeto
puntiagudo. Éste podría ser un instrumento punzante prehistórico utilizado para
plantar semillas, y tiene indudablemente forma de diente, quizás creado a
partir de los caninos de algún mamífero – o por lo menos así es cómo está
representado en el fragmento de Coonan – de Brie y en el tapiz de Santa Clara.
[v] Este Caín que fue originalmente un granjero desembocaría en la
mitología como un Rey Sol/Dios Muriente, de forma parecida al personaje de
Dumuzi/Tammuz en el mito de Inanna/Ishtar. (N. de T.: Hay que a tener en cuenta también en este primer
fragmento la identificación de Caín al Dios Astado, el principio masculino,
generador y destructor de vida, en el que se basan prácticamente la totalidad
de las religiones del mundo; y la posterior identificación de Lilith con el
principio femenino, que es tripartito, y no dual como el masculino, y
representa la pureza [virginidad], la fertilidad, y la decadencia y la muerte
[esterilidad, menopausia]. Por consiguiente, sean reales o no Caín y Lilith,
sus nombres son arbitrarios, pues podrían ser perfectamente los de cualquier
otra religión, y no los de la hebrea).
[vi]
Sangre en el
nacimiento en este caso, quizás como resultado de la reciente Caída. Nótese que
ésta es la primera vez que aparece la palabra “sangre” en la narración, es más
lo que nosotros podríamos interpretar por “sangre” que por “vitae”, que implica
alguna virtud añadida o mayor potencia.
[vii]
“La primera
parte” es una sentencia repetida a lo largo del Libro de Nod. Significa
esencialmente “lo mejor” o “la crême”.
[ix]
Estoy
traduciendo esto tan exactamente como puedo. Debido a la naturaleza del mito,
uno podría fácilmente asumir que éste es el Dios de los hebreos y la posterior
cristiandad. Sin embargo, como esto no está indicado específicamente en el
texto, no desearía teñirlo con posibles complejidades inter-religiosas.
[x]
“Golpeado
desde lo lejos”, debe de haber sido un relámpago, rayo, o algún fenómeno
similar, pues en algunas traducciones latinas se lee fulmine remoto.
[xiii]
Esta estrofa
ha confundido a muchos eruditos, incluyéndome a mí mismo. He decidido
interpretarla como mi traducción particular, asumiendo que Adán es el “Padre”
en esta estrofa, y que es Adán quien expulsa a Caín. La razón de esto es que
Aquél en lo Alto nunca habla directamente a Caín, es únicamente mediante un
medium que Aquél comunica a Caín Su voluntad, tal y como veremos. Además, la
palabra “Padre” en las otras estrofas ha significado siempre “Adán”. Esto
contrata enormemente con el texto del Génesis, pero es internamente
consistente, y desde que se dice que el mismo Caín ha originado esta narración,
podemos atribuirle mayor autoridad incluso que a Noé, quien redactó el Génesis.
Hay, por supuesto, otras interpretaciones. En Nueva York, Beckett conoció a un
miembro del Sabbat que sostenía que esta estrofa hacia referencia a nuestro
“verdadero” padre – Satán. Miró a mi chiquillo mientras le decía esto, y
entonces algo que Beckett sólo es capaz de describir como un diablillo apareció
en su hombro. Hemos hecho todo lo posible para no encontrarnos de nuevo con
este vampiro.
[xiv]
Aquí, ahora,
encontramos la idea básica de “la tierra de Nod”. Ya no es simplemente la
tierra “fuera del Edén”, sino que debería también considerarse la “Tierra de
los Exiliados”. “Nod”, en la traducción hebrea del texto es básicamente “la
tierra errabunda”. Esto es quizás porque Adán se ha establecido fuera del
Paraíso, y ha creado un vínculo entre él y el resto del mundo: entonces, “Nod”
es el mismo yermo en el que fue abandonado, pero esta vez es Caín quien se
dirige a él. Se podría pensar que Adán podría haber sido más compasivo con su
único hijo vivo. Sin embargo, es posible que las palabras de Adán aquí
estuvieran inspiradas por la “divina providencia”, o quizás por la rabia. De
este modo, vemos las tradicionalmente trágicas, tumultuosas vidas de todos los
vampiros como un indicativo de sus orígenes. Beckett dice que esto establece un
paralelismo con la relación que todos los Vástagos tienen para con sus sires,
pero a mí me gusta pensar que nuestra
continuada alianza demuestra que esta hipótesis es incorrecta.
[xv]
Esta estrofa
es de relevada importancia en la apreciación de Caín según el mito del “Dios
Muriente”. Caín está destinado a la oscuridad, a una tierra oscura donde
aprenderá gran sabiduría. Esto puede referirse a nuestro propio periplo hacia
la muerte, de la cual somos arrebatados cuando nuestros sires nos alimentan con
su propia vitae.
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