Durante un año y
un día[i]
Caín
trabajó al servicio
De
una Bruja,
Quien
con la sabiduría
5 De
la sangre, lo ató
Más
fuerte que a un prisionero.
Lo
visitaría de noche,
Forzaría
a entregarle su sangre
Para
sus secretos elixires
10 Y
potentes fórmulas.
Tomaría
a los hijos
De
sus hijos, y jamás
Volverían
a ser vistos.
Pero
Caín era sabio.
15 No
volvió a beber su sangre.
Y
ella no se lo pidió,
Creyendo
que él sería
Para
siempre su Esclavo.
Una
noche, en el bosque,
20 Caín
fue a ver a la Bruja,
Le
habló de terribles sueños
Que
tenía mientras dormía.
“Temo
por mi vida, Bruja,
Temo
la profecía de Ariel[ii],
25 Y el
ansia de mis hijos
Por
beber mi sangre.
Enséñame
oculto saber
Que
me haga poderoso
Entre
los míos”.
30 Y la
Bruja fue a un ciprés[iii]
Y
arrancó una rama.
Cogió
un cuchillo
Y
le sacó punta.
“Toma
esta madera viviente,
35 Afilada,
fuerte,
Y
atraviesa el corazón
De
tus hijos rebeldes.
Lo
dejará inmóvil,
Y
so tu voluntad.
40 En
lugar de beber
La
sangre de tu corazón,
Sentirá
todo el peso
De
tu justicia”.
Caín
dijo: “Gracias, Madre”.
45 Y,
moviéndose veloz,
Tomó
la estaca de ciprés,
La
alzó y profunda clavó
En
el corazón de la Bruja.
Pues
Caín, sabio Caín,
50 De
ella no se alimentó
Durante
un año y un día;
Y
forzó su Voluntad
Mediante
sus manos,
Rompió
el Vínculo
55 Que
ella puso en él,
Y
cambió su fortuna.
[i] El tradicional año Lunar. Es algo parecido a un cliché mitológico,
especialmente entre las tradiciones de las “Mujeres Sabias” del folklore
pagano, que yo sólo puedo interpretar como un período de tiempo simbólico.
[ii] N. de T.: En otro fragmento
del Libro el autor lo cita como Uriel,
mientras que aquí lo hace como Auriel.
Debemos suponer cierta indecisión, muy comprensible, en el momento de darle un
nombre anglosajón a este personaje mitológico, si bien Shakespeare en su obra
La Tempestad lo traduce como Ariel. Es también posible que monseur de Laurent
no pudiera revisar el texto después de mandarlo a galeras.
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