Un día caminaba por las calles de aquella ciudad, borracho me alejaba del bullicio, perdido en pensamientos utópicos generados por la evidente intoxicación con aguardiente.
Camine sin sentido y de repente me vi en una calle solitaria que no conocía, viejos edificios y el olor a lo antiguo me consumía, el bullicio del Carnaval se sentía apagado y lejano, solo alcance ver a una mujer que me miraba con un disfraz de demonio rojo, me sonrió y yo entre la maizena y mi borrachera hice una mueca.
En esa calle las estrellas parecían brillar mas, así que me demore y de repente sentí un perfume, algo ácido pero a la vez dulzón, una fragancia que no conocía, algo extraño para este febrero de fiesta y me vi hipnotizado y casi arrastrado a buscar la dueña (porque debía ser mujer o demonio) de ese aroma.
Sentí tambores de cumbia, sentí sonido de flauta, cerré los ojos e imagine el cortejo del hombre a la mujer en aquel baile, me imagine a ella coqueta, moviendo su pollera y el entregado, pero ella lo rechaza con un no que invita y no niega... entonces el olor me obligo a abrir los ojos, allí estaba mi demonio o mi mujer, vestía un largo vestido negro y usaba una mascara de plata que no cubría su boca, su gracia perfecta me cautivo y me acerque, toque su piel blanca y la sentí cálida y mía, su roja cabellera rizada caia hasta sus caderas y creo que de alli venia el olor, su sonrisa brillo en la oscuridad y sus penetrantes ojos negros me resultaron hermosos, indescriptibles e inescrutables, era la noche misma.
Entonces me tomo de la mano y sentí acogedoras sombras que me rodeaban, hundió sus uñas rojas en mi piel y el dolor se me hizo insoportable, caí de rodillas y me levanto, me beso, luego me tiro al piso, entre suciedad y porquería se levanto su falda, me arranco el pantalón e introdujo mi pene dentro de si con un desespero inaudito, el mundo empezó a dar vueltas y ella cabalgaba sobre mi a un ritmo infernal, jamas sentí placer igual y sabiendo que me venia se quito y se metió el falo en la boca... todo mi semen se derramo en su boca, sentí que chupaba mucho mas, sentí que chupaba mi alma.
Y allí me quede, ella sonría después de habérselo tragado todo, solo atine a preguntar... cual es tu nombre, ella sin dejar de sonreír me contesto:
"Soy la dulce Lilith, moradora del mar escarlata, primera amante del primer hombre y ultima mujer de quien llegue al final, madre de los demonios de la tierra, señora de la lujuria y el gozo sexual, soy quien te embriaga y te consume, vivo en las fiestas de la carne, vivo en en el desenfreno y en el morbo de lo hombres... soy Lilith, deseada por Lucifer y rechazada del paraíso, soy Lilith, la dulce Lilith"
Mi cuerpo vacío perdió fuerza, la oscuridad y el frió lo lleno por siempre.
Camine sin sentido y de repente me vi en una calle solitaria que no conocía, viejos edificios y el olor a lo antiguo me consumía, el bullicio del Carnaval se sentía apagado y lejano, solo alcance ver a una mujer que me miraba con un disfraz de demonio rojo, me sonrió y yo entre la maizena y mi borrachera hice una mueca.
En esa calle las estrellas parecían brillar mas, así que me demore y de repente sentí un perfume, algo ácido pero a la vez dulzón, una fragancia que no conocía, algo extraño para este febrero de fiesta y me vi hipnotizado y casi arrastrado a buscar la dueña (porque debía ser mujer o demonio) de ese aroma.
Sentí tambores de cumbia, sentí sonido de flauta, cerré los ojos e imagine el cortejo del hombre a la mujer en aquel baile, me imagine a ella coqueta, moviendo su pollera y el entregado, pero ella lo rechaza con un no que invita y no niega... entonces el olor me obligo a abrir los ojos, allí estaba mi demonio o mi mujer, vestía un largo vestido negro y usaba una mascara de plata que no cubría su boca, su gracia perfecta me cautivo y me acerque, toque su piel blanca y la sentí cálida y mía, su roja cabellera rizada caia hasta sus caderas y creo que de alli venia el olor, su sonrisa brillo en la oscuridad y sus penetrantes ojos negros me resultaron hermosos, indescriptibles e inescrutables, era la noche misma.
Entonces me tomo de la mano y sentí acogedoras sombras que me rodeaban, hundió sus uñas rojas en mi piel y el dolor se me hizo insoportable, caí de rodillas y me levanto, me beso, luego me tiro al piso, entre suciedad y porquería se levanto su falda, me arranco el pantalón e introdujo mi pene dentro de si con un desespero inaudito, el mundo empezó a dar vueltas y ella cabalgaba sobre mi a un ritmo infernal, jamas sentí placer igual y sabiendo que me venia se quito y se metió el falo en la boca... todo mi semen se derramo en su boca, sentí que chupaba mucho mas, sentí que chupaba mi alma.
Y allí me quede, ella sonría después de habérselo tragado todo, solo atine a preguntar... cual es tu nombre, ella sin dejar de sonreír me contesto:
"Soy la dulce Lilith, moradora del mar escarlata, primera amante del primer hombre y ultima mujer de quien llegue al final, madre de los demonios de la tierra, señora de la lujuria y el gozo sexual, soy quien te embriaga y te consume, vivo en las fiestas de la carne, vivo en en el desenfreno y en el morbo de lo hombres... soy Lilith, deseada por Lucifer y rechazada del paraíso, soy Lilith, la dulce Lilith"
Mi cuerpo vacío perdió fuerza, la oscuridad y el frió lo lleno por siempre.
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