martes, 29 de mayo de 2012

La balada de Lilith

Lilith, oh, Lilith,
Creada a la par que Adán, siempre amaste la libertad,
Al paraíso renunciaste al negarte a someterte ante tu igual,
Desafiando a Dios mismo, con una sonrisa y sin miedo
Te alejaste de Adán y te adentraste en el yermo.

Lilith, oh, Lilith,
¿Qué sintió tu alma inmortal al escapar y vivir en libertad?
¿Qué vieron tus ojos?, ¿cuales fueron tus miedos en aquellos días lejanos?
Caminaste por senderos nunca hollados, caminaste en soledad, amando la creación,
Te arrullaron las voces de las aguas y los susurros de los vientos.



Lilith, oh, Lilith,
Te reíste con ironía al ver como la sumisa Eva y el torpe Adán,
Provocaron el terrible destino de la humanidad,
Despojados de tu inmortalidad, castigados por su desobediencia,
Y tú en cambio, libre e inmortal.

Lilith, oh, Lilith,
Jamás te sometiste ante Dios ni ante su Adversario,
Y amores secretos desataste en los dos sin tú saberlo,
Tampoco te sometiste ante ningún hombre,
Fueran reyes o esclavos, poetas o iletrados.

Lilith, oh, Lilith,
¿Cuantos demonios mandaron a tratarte dañar o someter?
¿A cuantos hombres amaste simplemente por tu deseo o amor?
¿Cuantas penurias pasaste, acusada de ser quien no eras,
simplemente por la envidia de ser quien eras?

Lilith, oh, Lilith,
Dios me envió a protegerte de quien quisiera dañarte,
Yo Anariel, el ángel, el protector en la sombra,
Al que nadie recuerda, al que nadie conoce,
Sólo aquellos que se atrevieron a dañarte, conocieron mi nombre,
Justo antes de perecer.

Lilith, oh, Lilith,
Tantos años a tu lado, tratando de cuidarte, tu guarda y protección,
Viendo y sufriendo tus lágrimas presas de la incomprensión y el desengaño,
De los demonios y humanos que también abusaron de tu confianza y amor,
Vengando tu honor y tu nombre como me ordenó Dios.

Lilith, oh, amada Lilith,
Sólo una cosa desobedecí de cuanto me fue ordenado,
"Nunca la ames, la desees ni la toques, pues su amor sólo será mío"
Fracasé entonces, oh querida,
Pues ni los ángeles somos inmunes al amor.

Buena cuenta de ello pueden dar los nephilim,
Los hijos de mis hermanos, que también amaron
A las hijas de Adán y Eva, sus protegidos, sus guardados,
En aquellos tiempos tan lejanos, en guerra con el Adversario,
¿Por qué fueron tan cruelmente castigados?

Lilith, oh, amada Lilith,
Con una pícara sonrisa me llamaste
"Se que andas por ahí, oh mi ángel protector
¿acaso nunca podré verte y agradecer tu labor?"
Un escalofrío me recorrió, no se si era amor o temor.

Ante ti aparecí, con toda mi humilde gloria, incomparable a la del Señor.. o a la tuya propia,
Sonriendo acariciaste mi rostro, mi cuello y mi brazo ejecutor,
Mirándome a los ojos como nadie jamás volvió, besaste mis labios,
Y para siempre fui tuyo, condenadamente, desesperadamente tuyo.

Allí mismo nos amamos, sentí la pasión, el deseo, el amor del hombre,
Allí me despojé de mi deber, renuncié a él sin temor,
Pues a fin de cuentas, ¿no es Dios puro amor?, ¿cómo podía estar mal aquello?
Lilith, oh, amada Lilith.

Fueron días hermosos aquellos que pasé junto a ti,
Hablando y riendo, sin temores ni miedos,
Embriagados de puro amor, entregado por completo,
A tus brazos y a tu piel, a tu sonrisa y a tu profunda mirada.

Lilith, oh, Lilith,
"¿Eres mía entonces mi amor?" pregunte,
Sonriendo contestaste "Oh, Anariel, ni de ti ni de nadie, 
Sólo a mi misma me debo, ni tan siquiera a Dios,
Pero siempre tendrás mi amor, a mi lado caminas,
Tú me guardas y me amas y siempre te amaré por ello, 
Pero nunca tuya, ni de Dios, ni de nadie que no sea yo"

Lilith, oh, Lilith,
Tus palabras me desconcertaron, ¿cómo no se puede ser de Dios?
¿Acaso la libertad, ese concepto extraño y ajeno para mi era capaz de aquello?
¿A pesar de tus penurias, soledades y aventuras, tu libertad es lo primero?
¿Cómo no amarte entonces, tan única, orgullosa y magnífica criatura?

Pero Lilith, oh, Lilith,
Mi falta fue castigada, mis alas se tornaron negras y del cielo fui rechazado,
El infierno tampoco fue mi destino, nunca hice mal, sólo una falta,
Falta que repetiría siempre, pues aún continuo a tu lado, invisible por siempre, castigado,
Pero caminando cerca tuyo y sin embargo tan alejado, no me importó no volver a ver el cielo.



Lilith, oh, Lilith,
Sentiste mi ausencia, imaginaste algún terrible castigo, lloraste un tiempo,
Y volviste a vivir tu querida libertad, con sus penas y alegrías, amores y desamores, soledades y compañías,
Todo lo que te traía la vida,
Hasta que notaste mi invisible regreso, lo sentiste, sonreíste y me miraste sin ver,
Y a veces en las noches de luna llena, en su mágico halo,
Consigo hacerme ver y entonces recibo un beso tuyo que siento que robo al mismo Dios,
Instantes de felicidad fugaz que valen por mil castigos.

Lilith, oh, Lilith,
Si los hombres rezan a María,
Mis oraciones son para ti,
Para que conserves la alegría,
La libertad y esas ansias por vivir,
De tus demonios ya me encargo,
Invisible y castigado mi furia será para ellos,
Nunca ya estarás sóla,
Pues mi corazón, voz y plegarias son tuyas,
Y siempre a tu lado estarán. 


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