jueves, 24 de mayo de 2012

Animales con ADN humano

Una comisión de renombrados científicos británicos ha redactado un informe titulado “Animales que contienen material humano”, en el que abordan las implicaciones éticas que rodean a la existencia de animales con células humanas.

El informe ha sido preparado por científicos de la Academia de Ciencias Medicinales para el Gobierno y el Parlamento del Reino Unido como base para la elaboración de leyes relacionadas con esta cuestión. Los autores, todos ellos científicos de renombre mundial, exponen sus puntos de vista sobre el problema ético derivado de la implantación en animales de células y/o genes humanos con la clara intención de marcar un límite que, a su juicio, no debe  traspasarse.
Según ellos, no se puede eludir por más tiempo la cuestión. En China están implantando células madre embriónicas en cabras, mientras que en EE. UU. se estudia la idea de introducir células cerebrales en ratones, etc.
Hoy en día, los investigadores introducen células de tumores humanos en ratones para probar nuevos fármacos contra el cáncer. También se crean ratas con lesiones similares a las que les causaría un derrame cerebral para comprobar si mejoran después de someterse a implantes cerebrales de células madre humanas.
Martin Bobrow, profesor emérito de Genética de la Universidad de Cambridge, que encabeza el grupo de trabajo, alerta del riesgo que conlleva la realización de experimentos peligrosos con primates y propone la llamada "prueba del gran simio", consistente en observar si un mono modificado con material humano comienza a adquirir capacidades similares a las de un chimpancé, momento a partir del cual habría que parar.
El profesor Thomas Baldwin, miembro de la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido, aclaró que el problema radica en la introducción de un gran número de células cerebrales humanas en el cerebro de los primates, lo que -según él- "podría transformar súbitamente" el comportamiento del primate en aquellas habilidades que distinguen a los seres humanos, como el lenguaje.
"Estas son posibilidades que han sido ampliamente exploradas en la ficción, pero en las que debemos empezar a pensar", estima Baldwin. El escritor ruso Mijail Bulgakov (médico de formación) jugó con esta idea en su novela 'Corazón de perro' (1925), un libro de culto en Rusia que narra la insólita transformación de un cariñoso perro callejero llamado 'Sharik' (Bolita) en un hombre rudo e insolente después de que un médico que investiga técnicas de rejuvenecimiento le implanta al chucho la hipófisis de un delincuente soviético. En la paradoja genial que plantea Bulgakov el perro con células humanas acaba 'deshumanizándose' progresivamente a medida que va adquiriendo el aspecto de un hombre. 
Según el informe, los animales “transgénicos” como, por ejemplo, aquellos provistos de piel humana, se hallan en el límite de lo éticamente admisible.
Los científicos consideran que debe ponerse en la balanza la importancia médica del experimento que 'crea' un ser vivo de estas características, con los sufrimientos del propio animal, los de sus 'vecinos' de jaula y los del personal humano que trabaja con ellos.
Según Bobrow, los ministros del Gobierno británico aplauden el informe y se dicen dispuestos a estudiar las recomendaciones de los científicos.
Se supone que el estudio del informe a nivel gubernamental debe conducir a la elaboración de regulaciones y a la formación de un consejo de expertos adjunto al Gobierno. Los autores del documento esperan que Gran Bretaña impulse un debate a nivel mundial que desemboque en la aprobación de normas éticas sobre este tipo de experimentos.  



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