jueves, 4 de octubre de 2012

Un expresidente mata a la sirvienta

El horripilante caso Carlos Salinas de Gortari.


La vida de Carlos Salinas de Gortari está marcada por la tragedia, entre sus tremendas hazañas ciertas -aunque parezcan rumores, no lo son- se encuentra: matar a una sirvienta a los 5 años de edad, robar las elecciones presidenciales de México, empujar un desfavorable tratado de libre comercio para México con sus vecinos Estados Unidos y Canadá, robos y fraudes con PEMEX, robos y fraudes en su gobierno, robos por sus hermanos Raúl y Enrique -de los cuales, uno, Raúl, estuvo en la cárcel por lavado de dinero y el otro, Enrique, murió en 1996, probablemente por un asunto ligado al narco- y que decir de la privatización de varias empresas nacionales a sus compadres.

Esta es tan sólo un poco de la evidencia que existe en contra de Carlos Salinas de Gortari: el asesino, el corrupto, el traidor.

Publicado el 26 de abril del 2006, en La República 21 que a su vez, tomó la información de la revista Proceso:

Salinas de Gortari, vigilado por la CIA

J. JESUS ESQUIVEL (*)

Desde que fue candidato a la Presidencia en 1987, Carlos Salinas de Gortari estuvo bajo el escrutinio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Brian Latell, jefe para América Latina del Organismo de 1990 a 1994, está convencido de que Salinas perdió las elecciones de 1998 ante Cuauhtémoc Cárdenas. En Entrevista con Proceso, Latell aborda además la personalidad del ex presidente mexicano, los presuntos nexos de su gobierno con el narcotráfico y las concesiones que otorgó a Washington para lograr el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Miami. “El gobierno de Carlos Salinas de Gortari fue, sin duda, el más controversial, duro y corrupto. Marcó para siempre el rumbo de los mexicanos”.

Brian Latell habla con conocimiento de causa. Fue el oficial de Inteligencia Nacional para América Latina de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de 1990 a 1994.

Durante esos años, conoció muchos secretos de la vida política de México y de América Latina, y por sus manos pasaron delicados informes que fueron enviados a Washington.

En 1998, cuando tenía 54 años de edad, Latell se retiró de la CIA. Lo hizo después de una larga carrera en los servicios de inteligencia que inició en los años sesenta. Se dedica ahora a la academia.

Latell -de pelo casi blanco, alto y de complexión musculosa- se acomoda en el confortable sillón de piel de su recién instalada oficina de profesor visitante en el edificio Casa Bacardi, de la Universidad de Miami, Florida. Accede a una entrevista con Proceso para hablar de un tema que conoce bien: el salinismo.

Pero antes de iniciar la entrevista advierte que sus respuestas deben ser consideradas como “puntos de vista personales que de ninguna manera se pueden atribuir o considerar como observaciones oficiales del gobierno de Estados Unidos o de la CIA”.

Pese a hablar español, Latell pide que la entrevista se realice en inglés, “para ser más preciso en mis apreciaciones”. Incluso, en varios momentos de la conversación pide al reportero detener la grabadora cuando se tocan puntos delicados, aquellos en los que no tiene autorización para hablar públicamente.
El expediente

Casi de entrada, Latell suelta: “De manera personal, tengo la certeza de que en 1998 las elecciones presidenciales de México las ganó Cuauhtémoc Cárdenas. A Carlos Salinas de Gortari lo impuso ilegítimamente la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado”.

Aclara que esta conclusión fue en su momento compartida en Washington, pero -advierte de manera enfática- “no es la posición oficial de la agencia ni del gobierno de mi país”.

Señala que a Carlos Salinas -”uno de los personajes más interesantes y difíciles de entender”- se lo dedicó un expediente desde el momento en que, “por dedazo”, el PRI lo designó como su candidato presidencial. En dicho documento se resaltaron su carácter, debilidades, historial académico, sus relaciones políticas…

“Existe un hecho importante en la vida de Salinas de Gortari que lo define perfectamente y que, como se vio más adelante (en su presidencia), explica su personalidad y la forma de tratar el grueso de los mexicanos”, comenta Latell.

Abunda: “En el análisis que se hizo de él, se destacó el hecho de que a los tres años de edad asesinó a su empleada: una niñita indígena de 12 años de edad (…) Yo no creo que haya sido un accidente, como dicen. Como analista de la CIA eso me indica una cosa: que Carlos, miembro de la familia Salinas de Gortari, no le da ningún valor a la servidumbre, y más aún si es gente indígena y pobre”.

El 17 de diciembre de 1951, Carlos -aparentemente jugando con su hermano Raúl- mató “accidentamente” con un rifle calibre 22 a una niña de 12 años que realizaba labores domésticas en la casa de su familia.

“En la agencia hubo gente que decía que había sido un accidente y que era erróneo tomar ese incidente de la niñez de Carlos como un indicativo de su carácter. Luego cambiaron de opinión”, enfatiza.

De repente, Latell mira su reloj y detiene la entrevista. Es hora del almuerzo.

“Podemos seguir conversando mientras vamos a un cafecito que está aquí a dos cuadras de la universidad”, explica.
El narco

La cafetería es pequeña, típica de las que rodean los centros universitarios en Estados Unidos: mesas bajas, una barra y atractivas jovencitas que atienden a los clientes.

Latell huye de la música ambiental del lugar y busca una mesa para dos personas ubicada en una esquina de fondo. “¿Me permite sentarme en la silla que pega a la pared? Lo siento, pero es que hay cosas que se aprenden en la agencia que no se pueden olvidar. Siempre hay que estar en una posición estratégica para tener control de quién entra y quién sale. Es posible que los cubanos sepan que está usted aquí platicando conmigo”, comenta Latell al reportero. Da por hecho que el gobierno de Fidel Castro lo vigila desde que en la década de los años sesenta fue analista de la CIA para Cuba, y más ahora que da clases sobre temas cubanos en la Universidad de Miami.

El reportero le pregunta sobre qué sabía la CIA del gobierno de salinas y sus presuntos vínculos con el narcotráfico.

Latell dice: “Desde el principio de su gobierno (de Carlos Salinas) había mucho escepticismo y sospechas de que él y su hermano (Raúl) tenían nexos con los narcotraficantes. Mucha gente de México se nos acercó y nos presentaron sus sospechas y acusaciones sobre este asunto. Algunos lo hicieron a través de intermediarios, y otros directamente, pero ninguno nos dio evidencias que validaran sus denuncias. Eso no fue sustancialmente suficiente para responder al respecto o para ser persuasivos”.

El ex funcionario de la CIA reitera que por cuestiones de seguridad y para evitar interpretaciones equivocadas de sus declaraciones, está impedido de dar detalles o los nombres de dichas personas.

Pero comenta que “en todo el gobierno de Estados Unidos se compartía el escepticismo sobre el gobierno de Salinas de Gortari, sobre la corrupción, las relaciones con el narcotráfico y sobre la misma personalidad y carácter de Carlos Salinas como el priísta número uno de México”.

El reportero le insiste con preguntas sobre los presuntos vínculos del gobierno de Salinas con el narcotráfico, particularmente de Raúl Salinas con Juan García Abrego, ex líder del cartel del Golfo, quien fue detenido en la ciudad de Monterrey el 14 de enero de 1996 y entregado a las autoridades estadounidenses por órdenes del entonces presidente Ernesto Zedillo.

Latell sólo responde: “García Abrego sabe mucho de Raúl y de todas las personas que estuvieron involucradas con el narcotráfico durante el gobierno de Salinas de Gortari”.

Pide luego terminar la entrevista on the récord sobre este punto.
TLC, a toda costa

Latell vuelve al tema de Carlos Salinas: “Creo que en México no ha habido un político tan astuto como él”.

Y ofrece un ejemplo que refleja dicha astucia y, también, la personalidad del ex presidente mexicano: su terquedad para lograr que en noviembre de 1993 el Congreso de Estados Unidos aprobara el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.

“Con el propósito de que se aprobara el Tratado de Libre Comercio, él (Carlos Salinas) hacía una concesión tras concesión a Estados Unidos (…). Una de ellas: poner como garantía los títulos de las exportaciones del petróleo mexicano en la Reserva Federal de Nueva York”, relata.

Luego refiere otra concesión más: “En 1989, permitió que Ernesto Ruffo Appel se convirtiera en el primer panista en ganar una gubernatura en el México dominado por el PRI”.

Señala que “al principio, no creíamos” en esa victoria electoral del PAN, pero el hecho “nos reveló algo inconcebible y que hacía todavía más enigmático al presidente de México: con el único propósito de lograr lo que quería de Estados Unidos, empezó a compartir algo de poder político con los partidos de oposición, y con ello arrancó la reforma del sistema político mexicano”.

Más aún, “su manera de actuar (de Carlos Salinas) nos llevó a una conclusión: que sus virtudes y sus logros eran más importantes que sus deficiencias”, señala Latell.

Y da a entender que el éxito e materia económica del gobierno de Salinas, y su aparente apertura política -así haya sido bajo presión estadounidense- corrían en paralelo con los intereses de Estados Unidos. Ello explicaría en parte el silencio de Washington ante los señalamientos -reportados por la CIA y otras agencias estadounidenses- sobre el poder, corrupción y vínculos con el narcotráfico de varios integrantes del gobierno de Salinas o de su familia.
El año negro

De los seis años del gobierno salinista, el último -1994- fue el más dramático y trágico: el 1º de enero se produjo el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); el 23 de marzo, fue asesinado el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, y el 28 de septiembre, también fue asesinado el secretario general del PRI, José Francisco u ordenó el asesinato de Colosio? -pregunta Proceso a Latell.

- Para mí el asesinato de Luis Donaldo Colosio fue completamente una sorpresa y totalmente un misterio. Hasta hoy sigue siendo un misterio. No tengo ni idea sobre los responsables o los motivos. He oído, como casi todo el mundo en México, las teorías conspirativas, y esa es la misma percepción que tiene el gobierno de Estados Unidos.

Prosigue: “Posiblemente fueron narcotraficantes, posiblemente Salinas de Gortari. Hemos oído todas las teorías, pero no sabemos quién o quiénes son los responsables”.

La misma respuesta ofrece Latell cuando se le pregunta del asesinato de Ruiz Massieu. Sin embargo, comenta un hecho: el que estos dos asesinatos sean tal vez “los secretos mejor resguardados en México” exhibe el poder que ejerció y aún ejerce el clan Salinas de Gortari, sobre todo en el sistema judicial y entre los militares.

Respecto del levantamiento armado del EZLN en Chiapas, Latell dice con tono de franqueza: “Nos tomó descuidados y por sorpresa a todos en la CIA, e incluso -puedo decirlo con toda seguridad- a todos en el gobierno de Estado s Unidos. Nunca tuvimos el menor indicio de lo que estaba armándose en Chiapas, ni a través de nuestros contactos en la Secretaría de la Defensa Nacional o de la Secretaría de Gobernación. No sabíamos que Marcos estaba armando a la población indígena para lanzarse contra el gobierno de Salinas de Gortari”.

Señala que una vez que estalló el conflicto, el gobierno de Estados Unidos, y la CIA en particular, estuvieron al pendiente de “la intervención del Ejército Mexicano en el conflicto chiapaneco para que fuera moderada y que no se transformara al conflicto en una masacre”.

Y es que, explica, “teníamos preocupación y queríamos asegurarnos de que la lucha de Marcos no fuera repetida en El Salvador y Guatemala, países que en ese momento estaban intentando resolver el problema de sus guerras civiles para alcanzar una reconciliación nacional”.

De hecho, considera que “lo del EZLN fue más preocupante como detonador de movimientos insurgentes en América Latina, que como grupo revolucionario indigenista que provocara inestabilidad política y social en México”.

- ¿Existieron otros ex presidentes de México que hayan preocupado a Washington?.

Latell sonríe:

- Luis Echeverría y José López Portillo -afirma.

- ¿Porqué?

- Hicieron mucho ruido con eso de querer ser los líderes de los países no alineados, provocando el interés de la Unión Soviética, que hasta propuso instalar en Tijuana un centro de estudios sobre Latinoamérica. Imposible que Washington hubiese aceptado que los soviéticos instalaran un centro de espionaje en la frontera sur. Ni entonces ni ahora. Pero eso es tema para otra ocasión.

De miedo ¿no?

¿Qué esperar de un asesino desde los 5 años?

La nota del asesinato de la sirvienta por Carlos Salinas de Gortari en 1951 publicado en SDP noticias publicado el 13 de abril del 2010:

Se dijo desde 1988 que Carlos Salinas de Gortari había matado a una sirvienta cuando era niño.

No era un rumor ni un chisme sin sustento. La acusación se basa en una nota de primera plana–y 8 columnas–publicada en el diario Excelsior el 18 de Diciembre de 1951. Esta es la nota:

Excélsior, 18 de Diciembre de 1951, 1 (primera plana)

Jugando a la Guerra Tres Niñitos “Fusilaron” a una Sirvienta [a ocho columnas]

Ocho, Cinco y Cuatro Años Tienen los Homicidas

Dispararon con un Rifle Calibre .22, Sobre la Jovencita

Por ALBERTO E. DE AGUILAR, reportero de EXCELSIOR

Mientras jugaban a “la guerra”, los niños Gustavo Zapata Rodríguez, Raúl y Carlos Salinas de 8, 5 y 4 años de edad, respectivamente, “fusilaron” a una jovencita llamada Manuela de 12, sirvienta de la casa de los últimos; la dispararon con un rifle, calibre 22, y le causaron la muerte, efectivamente.

La tragedia occurió en una de las habitaciones de la casa número 425 de las calles de Palenque, colonia Narvarte, a las 12 horas de ayer.

Los niños no se dieron cuenta exacta de lo que habían hecho y a nadie citaron aviso. Cuando la otra sirvienta de la casa, María Torres Garrido, les preguntó qué habían hecho, ellos contestaron, llenos de satisfacción:

—¡Ya matamos a Manuela!

La joven, cuya nombre completo se ignora, recibió el tiro en el pómulo izquierdo junto a la nariz. El proyectil se alojó en la cabeza y la muchacha falleció instantaneamente.

EXCELSIOR habló en la tarde de ayer con los pequeños, en las oficinas de la octava delegación del Ministerio Público, durante el [ilegible]. Parecían muy tranquilos, quizás algo molestos porque no podían jugar a sus [ilegible] junto a su madre, la señora Margarita de Gortari de Salinas, la cual estaba [ilegible].

Sigue en la página [ilegible]

Dos Pequeños “Fusilaron”

VIENE DE LA PRIMERA PLANA

escoba ensangrentada y con la que seguramente Manuela barría el piso cuando fue muerta a manos de los chiquillos, Raúl y Carlos Salinas Gortari de 5 y 3 años de edad, respectivamente, los cuales jugaban tranquilos, al darse cuenta de lo que habían hecho, en el jardín de la casa.

El rifle calibre 22, fue encontrado por las autoridades dentro de la casa y por la trayectoria que siguió la bala se presume que los disparos fueron hechos desde el hall de la casa.

Al tomarse declaración a la señora Margarita Gortari de Salinas dijo que a eso de las 11 horas de ayer tuvo necesidad de salir a la calle a realizar algunas compras, dejando en el hogar a su sirvienta Manuela cuyo [a]pellido desconoce; su cocinera María Torres Garrido y a sus dos hijos que jugaban con su amiguito Gustavo Zapata Carballo. Al regresar una hora y media después, se enteró por el vecindario de que algo grave había occurido y al penetrar a sus habitaciones, ya no [s]e le permitió el paso por parte de unos policías que le dijeron sobre la trajedia.

Dijo que el rifle con el que fue muerta su sirvienta, lo tenía su esposo el licenciado Raúl Salinas Lozano, en un closet de donde deben haberlo tomado imprudentemente sus hijos.

Carlos, cuando se le preguntó lo que había occurido, dijo: “yo la maté de un balazo, soy un héroe”, explicando después que jugaban al “fusilamiento” con su plimama que en esos momentos se d[ed]icaba a hacer el aseo de la casa.

También se tomó declaración de María Torres Garrido, la cual dijo no haberse dada cuenta de la forma como ocurrió el accidente, pues estaba en esos momentos entregada a sus labores. Dijo que siempre tenía por costumbre vigilar a Manuela—que tenía apenas mes y medio de haber principiado a trabajar en aquella casa—, y ayer al asomarse a ver qué hacía, la encontró ya sin vida, diciéndole los niños que ellos la habían matado.

Todavía anoche el personal judicial realizaba algunas investigaciones para determinar lo conducente con los dos niños.

Y también fué acusado por De la Madrid en el 2009 de corrupción, narcotráfico y de robar las elecciones presidenciales de México. El también ex presidente de la Madrid se retractó unos días después.

Este es el video de la entrevista donde De la Madrid acusa a Salinas de Gortari:

Esta es la nota sobre por qué y cómo se retractó. La nota sobre Aristegui, De la Madrid y Salinas de Gortari y sobre las queridísimas televisoras vendidas del país, Telerisa y TvApesta:

Indignante, es el adjetivo más adecuado que se puede dar al comportamiento de los principales medios televisivos de México, ante las devastadoras declaraciones del ex-presidente Miguel de la Madrid, contra el también ex-mandatario Carlos Salinas de Gortari, al que acusó de robar, corromper y permitir que sus hermanos Raúl y Enrique se involucraran con el narcotráfico, aunque después se retractara.

Los protagónicos noticiarios nocturnos de los “prestigiosos” periodistas Joaquín López Dóriga de Televisa y Javier Alatorre de Azteca, no mencionaron ni media palabra sobre el escándalo que provocó la entrevista de Carmen Aristegui a de la Madrid, justo cuando el ambiente político se encontraba tan revuelto, que estaba a punto de estallar.

Salinas de Gortari envió una carta a la periodista Aristegui, donde la acusa de abusar de su colega de la Madrid, un hombre al que califica de incapacitado mentalmente.

Poco después de darse a conocer la carta de Salinas de Gortari, de la Madrid hizo público un comunicado en el que se retracta de sus comentarios, argumentando que su estado de salud no le permite mantener una conversación cuerda.

La valentía de Aristegui la llevó a defenderse con armas profesionales, aunque seguramente eso no la ayudará a dejar de sentir terror al salir a la calle o al pegar los ojos por la noche.

Tal vez le esté pasando lo mismo a de la Madrid y a sus hijos, quienes se encargaron de matar políticamente a su padre. Seguramente no le permitirán ni una entrevista más.

El experimentado político, estadista y diplomático Porfirio Muñoz Ledo, acusó a Salinas de Gortari de amenazar de muerte a de la Madrid y a sus hijos, si no se retractaba de lo dicho a Aristegui.

Se sabe que pocas horas después de la publicación de la entrevista, un grupo de priístas “pesados” acudieron a la casa del ex-mandatario y que poco después de la Madrid se retractó.

El escándalo es mayúsculo pues se trata de las declaraciones de un ex-presidente que denuncia la infiltración del narcotráfico en la mismísima presidencia de México desde hace más de 15 años, pero el delicado tema no tuvo ninguna importancia para los presentadores López Dóriga ni Alatorre.
Ciertamente, uno que ha trabajado en televisión sabe de sobra que los presentadores, por muy “prestigiosos” que sean, no tienen el poder de elegir la información con la que pueden abrir su programa, especialmente cuando se trata de un tema tan espinoso como éste. Simplemente los silenciaron. ¿Por qué? Hay muchas razones, una de ellas, la más artificial, es que estamos en tiempos electorales y aunque al partido en el poder le convendría aparentemente echar más leña al fuego, lo cierto es que nadie se quiere quemar.

El mismo de la Madrid dijo a Aristegui que no es conveniente que el actual gobierno de México siga con ese asunto porque se desprestigiaría y podría poner al país en pie de guerra, que ya es tarde para enjuiciar a Salinas de Gortari. Tales afirmaciones no parecen venir de un anciano que padece senilidad, como lo hace notar Salinas de Gortari en su carta a Aristegui y en la retractación del otro ex-mandatario.

Pero más importante que los tiempos electorales es el miedo al pasado, a destapar la loza mortuoria de la putrefacción del sistema. Hacer un juicio a Salinas de Gortari equivaldría a hacer la autopsia a un cadáver de 80 años y eso agitaría peligrosamente la gusanera que aún devora el cuerpo putrefacto. El juicio no sería solamente contra el pequeño hombre que prometió llevar a México al primer mundo, sino contra de la Madrid, Luis Echeverría, los difuntos López Portillo y Díaz Ordaz, y también contra el sistema entero, incluyendo a los mandatarios más recientes Ernesto Zedillo, Vicente Fox y a Felipe Calderón.

Enjuiciar a Salinas de Gortari implicaría reabrir el caso por el asesinato de Luis Donaldo Colosio, los abusos de Marta Sahagún y sus hijos durante el sexenio de Vicente Fox, la manera como llegó Felipe Caldrón al poder, las matanzas del 68 y la responsabilidad de Echeverría y Díaz Ordaz, seguido de un larguísimo etcétera. Ni el bravísimo Calderón, que tuvo el atrevimiento de lanzar al ejército contra el narcotráfico, enfrentaría las consecuencias de una autopsia al cadáver putrefacto.

¿Por qué López Dóriga y Alatorre se quedaron callados? Porque las empresas para las que trabajan no están dispuestas a enfrentarse al Salinas de Gortari. Es mejor abrir sus noticiarios con la liguilla de futbol y la sorpresa que dieron los Indios de Ciudad Juárez al vencer a los actuales campeones de Toluca. Ya era hora que se escuchara decir algo “bueno” de Ciudad Juárez, donde la impunidad reina por la muerte de cientos de mujeres y por las leyes del narcotráfico.

Como periodista siento vergüenza ajena de López Doriga y Alatorre y orgullo por la valentía y dignidad periodística de Aristegui. Esperemos que no le quiten su trabajo o lo que es peor, que aparezca muerta en una calle que lleve el nombre de algún ex-presidente.

(Ruvalcaba es novelista y periodista mexicano, autor de Vida crónica, La mariposa bailarina y Los novenarios. Ha trabajado en Los Angeles para los diarios La Opinión y Hoy, y para la cadena televisiva Telemundo. Fue corresponsal del diario mexicano La Jornada en España).



  

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