lunes, 22 de octubre de 2012

Antarktos

En lo hondo de mi sueño el gran pájaro susurraba extrañamente
Hablándome del cono negro de los desiertos polares,
Que se alza lúgubre y solitario sobre el casquete glaciar.
Azotado y desfigurado por los eones de frenéticas tormentas.
Allí no palpita ninguna forma de vida terrestre:
Sólo pálidas auroras y soles mortecinos
Brillan sobre ese peñón horadado, cuyo origen primitivo
Intentan adivinar a oscuras los Ancianos.
Si los hombres lo vieran, se preguntarían simplemente.
Que raro capricho de la Naturaleza contemplan:
Pero el pájaro me ha hablado de partes más vastas
Que meditan ocultas bajo la espesa mortaja de hielo.
¡Dios ayude al soñador cuyas locas visiones le muestren
Esos ojos muertos engastados en abismos de cristal!
H.P.L

 
 
 

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