James Hampton era un afroamericano originario de
Carolina del Sur que más tarde trabajó de celador en Washington. En 1931
recibió "instrucciones" de ángeles para construir un trono para la
segunda venida de Jesucristo y acabó construyendo 177.
Murió en 1964, pero dejó unas obras de arte muy
incomunes que ahora puedes ver en el museo nacional de Arte Americana,
en Washington.
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