No cabe la menor duda que la Sábana Santa
custodiada en la actualidad en Turín es la reliquia más importante del
cristianismo, sin embargo no deja de ser una pieza muy controvertida.
Mucho se ha escrito acerca de ella, pero será necesario que se escriba
aun mucho más para dar a conocer el pro y el contra de esta tela.
Una reliquia que sobresale por meritos propios de
entre decenas de otras reliquias, de entre las cuales encontramos
centenares de supuestos clavos que sujetarían a Jesús en la cruz,
astillas de esa cruz suficientes para hacer decenas de cruces y otras
reliquias un tanto curiosas por llamarlas de alguna manera, como una
pluma del espíritu Santo o la propia leche de la Virgen María, tales
reliquias no merecen a mí juicio un análisis medianamente serio, sin
embargo cualquier elemento de fe, ha de ser tratado con respeto.
Lo pretendido en el siguiente artículo no es más que elaborar un juicio imparcial a la Sabana Santa.
La autenticidad de este lienzo sigue siendo cuestión de fe a falta de pruebas científicas concluyentes.
Para elaborar este juicio con la mayor de las garantías es necesario
separar algunos conceptos, tener muy en cuenta que no es lo mismo
cristianismo que iglesia católica, en numerosas ocasiones se descalifica
la Sabana Santa simplemente por que se vincula al catolicismo, personas
dolidas o defraudadas con la iglesia arremeten sin tener en cuenta
ningún factor contra dicha tela como si al sentenciarla, se sentenciase a
la vez a la Iglesia Católica. Otro de los temas a tener muy en cuenta
es que no se puede estar seguro de a quien pertenece la impronta de la
Síndone de Turín, pero sea o no la tela que envolvió a Jesús, lo
principal sería verificar su autenticidad y hallar el método mediante el
cual quedó grabada en la tela la impronta tridimensional de una
persona.
Comencemos el juicio:
¿Qué dicen los Evangelios acerca del lienzo mortuorio? Dos de los
cuatro evangelios canónicos hablan de él, sin embargo lo cierto es que
en ninguno se menciona una figura impresa. Desde finales del siglo XIX
la comunidad científica se agita intentando dilucidar la veracidad del
lienzo o por si lo contrario y tal como parecen evidenciar determinadas
pruebas se trata de una falsificación medieval.
Su primera aparición data de 1355 y está documentada en Europa, la
tela es perteneciente a la familia de Charny, tal familia prosperaría de
una forma muy especial al exhibir el lienzo en una época de
analfabetismo y de creencias muy arraigadas, años después es lienzo es
vendido al duque de Saboya y tras ser exhibido por Italia se le
construye una capilla en Chámbery, donde el Vaticano autoriza su
exhibición pública por el fervor que produce en los fieles, pero en 1532
un incendio daña la tela y en 1983 será cedida a la Santa Sede.
Continuemos con su breve historia ya que de ella se desprenden datos
de suma importancia para elaborar un “juicio justo” a la Síndone.
Humberto I autoriza al abogado y fotógrafo Secondo Pia a que
fotografiara la tela, desde ese momento se observa que el hombre de la
Síndone actúa como un negativo fotográfico, al invertir el color se
observó el positivo de un hombre, Jesucristo para los creyentes, es
precisamente a partir de este momento en el que la comunidad científica
se interesa por esta reliquia y se da comienzo a su investigación
científica. Ulysse Chevalier, historiador francés y sacerdote no tarda
en tachar de fraudulenta la tela, sin embargo nos encontramos en pleno
debate entre los detractores y los que afirman la autenticidad de la
tela. La Santa Sede autoriza el análisis de la Síndone. En un principio
se baraja la tesis de una pintura y no de que las manchas observadas en
el lienzo fueran de sangre, en 1979 un estudio de los laboratorios Mc
Crone halla restos de pigmentos de color ocre y no restos de sangre. Sin
embargo al año siguiente el Doctor Allen Adler de la corporación Sturp
negó estos resultados al encontrar restos de proteínas de sangre.
Todos los análisis por científicos que sean están envueltos en la
polémica y la contradicción, también quiero aclarar, que me limito a
describir determinadas pruebas realizadas a la Síndone sin entrar en
excesivos detalles y a analizar lo concluyente y más destacado, para la
persona que de cada punto quiera más información, puede obtenerla en
numerosas publicaciones y estudios como en el ensayo de Baima Bollote
“El Misterio de la Sábana Santa” o en Internet en “Estudios en torno a
la Sábana Santa de Turín” en el Centro español de Sindonología o en
otros numerosos trabajos y páginas Web.
El tema más curioso aparece cuando se asegura que la impronta
reflejada en la Síndone es en realidad una fotografía medieval y
posiblemente un auto retrato de Leonardo Da Vinci en realizado en 1494,
Stephen Berkman reproduce esta técnica con sal y nitrato de plata en la
universidad de Michigan, pero al hilo de este tema, y a mí juicio los
resultados distan mucho de lo reflejado en la Sabana Santa y además y
como bien apunta Pier Luigi Balma, forense, ¿Cómo se las ingeniaría
Leonardo o cualquier otro artista medieval para reproducir también las
dos monedas de la época de Pilatos identificadas en el sudario de Turín
en 1987 y 1996?
La prueba científica más polémica y recurrente es el veredicto del carbono 14.
En 1988 tres laboratorios independientes y de reconocido prestigio,
Zurich, Oxford y Tucson concluyeron categóricamente al analizar una
pequeña porción de lienzo que se trataba de una reproducción medieval,
sin embargo no pocos científicos plantean dudas más que razonables para
aceptar esta datación del radiocarbono, ya que el incendio sufrido en
1532 de forma irremediable podría falsear esta prueba al rejuvenecer el
tejido, además en el año 2005 el Laboratorio Nacional de los Álamos
detectó que las muestras podrían pertenecer a remiendos posteriores de
la tela original, hay que tener muy en cuenta que los tres laboratorios
que en un principio analizan el tejido no saben lo que estaban datando
ni tuvieron en cuenta factores tan importantes como el incendio que dañó
el tejido.
Los estudios forenses no arrojan luz sobre el tema, ciertamente se
observan manchas de fluido sanguíneo en partes como la cabeza o la
herida del costado, pero todo parece muy bien dispuesto, apuntan los
detractores, la sangre al encontrarse con el cabello se habría
depositado de una forma posiblemente diferente, pero no es menos cierto
que estudios del polen encontrados en el tejido, apuntan a pólenes del
siglo primero y originarios del lugar en donde habitó Jesús, otros
tantos apuntan a que estos pólenes se habrían adherido en el transcurso
de los viajes del lienzo, pero lo más importante es que aparecen restos
de polen del siglo I hoy extintos.
Algunos científicos afirman que determinadas heridas no habrían dejado huella en el lienzo debido a la coagulación de la sangre.
En 1976 el VP-8 un analizador militar de imágenes indico que la
silueta plasmada en la Síndone había sido realizada por un objeto
tridimensional, es decir por un cuerpo humano, estudios digitales de
animación digitales posteriores, llegan a la misma conclusión, otros
estudios similares hayan determinadas irregularidades en el cuerpo
reflejado en la Síndone, por ejemplo brazos demasiado alargadazos para
la proporción del cuerpo.
Canal Historia reproduce el supuesto verdadero rostro de Jesús según
los datos de la sangre encontrada en la Síndone y convirtiéndola en una
animación 3D, (Rayo Downing, director de la empresa Studio Macbeth de
animación e ilustración digital) otras teorías aparecen como
“rocambolescas” intentando dilucidar la forma en que se creó la impronta
en la tela, tales afirmaciones aseguran que se formó a partir de la
fermentación de los aceites con los que fue ungido el cuerpo.
Sin embargo y en contra de otros estudios, el rostro que aparece en
la Sabana Santa es el clásico arquetipo del rostro de Jesús. Otro
estudio polémico como todos, reflejaba un rostro de Jesús muy diferente
al arquetípico, formado mediante ordenador y basándose en datos de la
época, nos mostraba un personaje de complexión fuerte y muy diferente de
la iconografía clásica.
Desde luego por muchos puntos que se muestren a favor, los
detractores de todo cuanto tenga que ver con la iglesia o parezca tener
que ver será automáticamente juzgado como “culpable” este tejido no es
ninguna excepción.
¿Falsificación Medieval?
Aún a día de hoy se desconoce como se plasmó la impronta del hombre
de las Síndone, pero todo a punta a que fue por radiación ¿Un cuerpo que
radie energía?
Si hoy no sabemos como reproducir con exactitud esta impronta,
aun menos creo probable que se descubriera como hacerlo en época
medieval. En el sudario se aprecian más de cien golpes de látigo de tres
cuerdas terminadas en bolas de acero, el que usaban los romanos en
tiempos de Cristo. Se observa una herida en el costado, tal y como
mencionan las escrituras, que en el momento de clavarle la lanza a
Jesús, de su cuerpo emanó sangre y agua. Los estudios de polen aseguran
que existen pólenes autóctonos de la zona y de la época.
Mediante técnicas de ampliación de imagen se ha observado que el
hombre de la Síndone fue envuelto con dos monedas de la época de Pilatos
sobre los ojos. Las manchas de la cabeza muestran que el hombre de la
Síndone no portó una corona de espinas, si no todo un casquete.
No existen restos de pigmento alguno, al contrario de cómo en un primer momento se dijo, ni materiales añadidos ni trazo alguno.
La prueba del radiocarbono 14 es muy precisa hoy en día, sin embargo
es principalmente usada para objetos recién desenterrados, el paso del
tiempo, la exposición al público, pero sobre todo el incendio que dañó
la Síndone habría rejuvenecido el tejido.
Las heridas de las muñecas coinciden con el espacio de Destot del
carpo y no en las palmas de la mano tal y como se representaba
iconográficamente en la época medieval.
El presente escrito pretende juzgar la Sabana Santa, pero el jurado,
quien dictamine un veredicto ha de ser usted, juzgando las pruebas a
favor y las pruebas en contra, olvidándose si esta tela envolvió a Jesús
o no, lo principal sería probar su datación, para ello, la Santa Sede
debería permitir nuevas pruebas.
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