viernes, 10 de febrero de 2012

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

Pasaba Jesús de Nazaret por tierras de Oreb y se
acercó al pozo de éste para beber un poco de agua. El
profeta no era muy amigo del transparente líquido.
Dice Lilith que caminar sobre las aguas fue un
fenómeno de simple repulsión, una energía que no le
permitió hundirse en ellas. Lo que él no ignoraba era
que en el agua habita la pureza, así que la utilizaba
para el bautismo. Mientras se acercaba a la fuente, las
ninfas del agua avisaban a los demás espectros de la
presencia del sediento visitante. El pozo se cubrió de
silencio.
Acostumbrado como estaba Jesús a ser servido, se
acercó al pozo esperando que alguien, aunque fuera
samaritano, le prestara una tinaja o un pequeño
recipiente donde poder beber el líquido. Pasó largo
tiempo, oró, miró para todos lados y nadie llegó. Se
acercó y miró hacia el agua, una figura que se fue
formando en la superficie, no era un error de sus
sentidos, emergió lentamente una mujer formada de
agua, la transparente escultura abrió los ojos, lo miró
directamente y sin más le preguntó: “¿quieres beber?”
Hizo un cuenco con sus manos de agua, lo acercó a la
boca del sediento. Jesús casi se bebe a la mujer de un
solo trago. Satisfecho agradeció, y la figura cristalina,
antes de desaparecer le dijo: “aprovecharé tu tránsito
por mi pureza, soy la verdad que ignoras. Debo
confesarte que tu origen no es el que te han contado.
Vas a morir despiadadamente, más pronto de lo que
crees y por motivo muy lejano a tu oficio de profeta. De
ahora en adelante deberás cargar con esta revelación
y sólo tú sabrás qué hacer”. Fue la contribución de
Lilith y la última vez que habló con el Mesías.
Con gratitud relató públicamente el gesto, según él,
lo había auxiliado una samaritana. A partir de ese
momento siguió bendiciendo cuanta partícula de
agua tenía cerca, la buscó en su cuerpo líquido hasta el
punto de hacerla vino. La veía en la chispa cristalizada
por el frío, refractada en la luz y evaporada por el calor,
la vio agua arriba, estancada antes de beberla, la vio
en el estado más íntimo de su pureza. Recordaba la
frase de aquella misteriosa aparición: “el que beba de
esta agua no tendrá sed, se hará fuente en él para vida
eterna”.
http://fc04.deviantart.net/fs70/f/2009/362/9/2/Septic_III_by_Jesus_Gore.jpg

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