miércoles, 29 de febrero de 2012

Gnomos parte 3

CARACTERISTICAS Y PECULIARIDADES

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Etimología

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Los términos duende, gnomo y enano son empleados indistintamente por los testigos de las insólitas apariciones de la gente menuda aunque, en realidad cada una de las naturalezas elementales tienen pequeños matices y costumbres propias. Gnomos y enanos son casi sinónimos y, por lo general rehuyen el contacto con los seres humanos. Su principal actividad está asociada a la minería por lo que es lógico suponer que sus “ciudades” son subterráneas. En Sitges (Barcelona) se cuenta que hay una gruta que se abre cerca del mar, entre las localidades de Subur y Vilanova y la Geltrú, que es tan profunda que es capaz de comunicar la península con la isla de Menorca. Según la tradición, la gruta estaría llena de tesoros custodiados por gnomos o enanos. En Mallorca, curiosamente, existe una leyenda parecida. Dice que la Cova del Bolet (Cueva de la seta) comunica con Cataluña, concretamente con el municipio de Fontrubí. De todas las leyendas –recuerda Jesús Callejo- la más sugestiva es la que sitúa en el interior de la Cueva de las Maravillas, en el término de Alaró (Mallorca) una ciudad en miniatura. Un personaje llamado Felet vio salir de ella a unos extraños seres momento que aprovechó para entrar en su interior y contemplar la ciudad en todo su esplendor”. En la puerta de la cueva una inscripción recuerda la gesta.
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Probablemente la palabra «gnomo» procede de una simple mala traducción en la que se unen la raíz del latín medieval «gnomus» y el verbo griego «conocer». También se deriva o es una equivocada traducción de una palabra griega que significa «del, o procedente del mar», podría muy bien pensarse que significaba «de la tierra». De todos modos, el nombre resultante se empleó probablemente referido a una raza de gente menuda que se encuentra en las más remotas regiones del Hemisferio Boreal y singularmente en los Cárpatos. Estas gentes, hace ya muchos siglos, solían minar las canteras rocosas de las montañas, y de ahí que la leyenda popular pudiera decir que de ellas que, en realidad, habitaban en las entrañas de la tierra más bien que a la manera de los enanos o los aldaboneros. También se dice que estaban íntimamente relacionados con los lugares donde hay metales y piedras preciosas (¿de ahí la raíz griega que indica conocimiento?). Sin embargo, los antropólogos no hallan fundamento en las sugerencias de que estas gentes no hubieran podido pertenecer a nuestra raza. En los restos arqueológicos se han encontrado huesos de seres humanos y de animales, varios recipientes de cerámica y cristal, herramientas de metal, fragmentos de cuero y fibra, también piedras carbonizadas que se supone que han sido utilizadas en el fuego o alrededor de él. En otros lugares, se sabe también que una raza de «gente menuda», de pequeña estatura, habitaba en las cuevas que se abren a lo largo del Mediterráneo, en el sur de España. La existencia de estas gentes moradoras de las cavernas muy bien pudiera haber dado lugar a las historias de «gnomos». Sin embargo, es probable que la teoría más verosímil sea la de que la palabra «gnomo» vino a ser empleada en el idioma inglés a través de los escritos de Paracelso, el alquimista suizo del Siglo XVI. A Paracelso se le ha considerado diversamente como un sabio, un mago y un pícaro, pero evidentemente al hombre no le cabía duda sobre sus facultades, pues que se llamaba a sí mismo Paracelso para proclamar su superioridad sobre Aulius Cornelius Celsus, el célebre autor de De medicina.
Una de las obras de Paracelso se titula Liber de numphis, sylphis, pygmaeis et salamandris et caeteribus spiritibus, y en ella expone la teoría de la existencia de cuatro seres espirituales: los silfos del aire, las salamandras del fuego, las ninfas del agua y los pigmeos de la tierra. Como escribía en latín, también denominaba a los pigmeos «gnomi», cuyo singular es «gnomus». Los «gnomo» de Paracelso podían desplazarse libremente por la tierra como los peces por el agua o los pájaros y animales terrestres por el aire. Sin embargo, se desconoce si él mismo creó la palabra «gnomo» o sencillamente la tomó de los escritos de un autor anterior.
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La Gnómida

Primitivamente, el gnomo era un ser bueno, aunque algo travieso, mas con el tiempo se hizo malo. Nunca fue hermoso y desde el siglo XVI fue feo. Su mujer, la gnómida, era mucho más pequeña que él pero en cambio era muy hermosa: una dulce sonrisa mantenía siempre abierta en su boca pequeña, su voz recordaba al sonido sutil de las cuerdas de un arpa; su extraño vestido ofrecía mil reflejos y aumentaba su esplendor; sus diminutos pies blancos estaban calzados con unas babuchas formadas una de esmeralda, la otra, de rubí. Esta singular y misteriosa dama, silenciosa y taciturna por naturaleza, tenía por misión guardar los diamantes, las piedras preciosas y los cristales en fin, que la tierra escondía en su seno. Habitaba con su marido en las grutas cristalinas, llenas de verdes y brillantes estalactitas. No se habla de ella en las comarcas como Escandinavia en que no hay piedras preciosas. En cambio, brilló en México y Chile. El esposo de tan deliciosa dama no podía ser completamente feo. En las creencias germánicas y escandinavas, el gnomo es un minero que comparte su sombría habitación con su esposa a quien ama y protege, a quien consagra todo el afecto de que es capaz y que aborrece al resto de la humanidad.
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Atributos y características de los gnomos

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A través de sus ojos grises, pueden penetrar en el yo verdadero del ser que tienen delante, lo que les permite conocer los paisajes interiores. Esta aptitud impide que uno pueda conservar secretos delante de ellos, pues ven con claridad lo que uno está pensando. Las llamadas “arrugas de la risa” que rodean sus ojos, se les trazan temprano y tironean de los pómulos rojos que se destacan de su tez clara.
Tienen un olfato hiperdesarollado: un olor los puede guiar tanto como el mejor mapa a un explorador. Son tan ágiles como cautelosos. No dejan rastro, pues caminan sobre el material duro de las piedras, las cortezas de árboles y cáscaras. Si tienen que andar por suelo desnudo, se colocan unas botas con el dibujo en relieve de una pata de pájaro.
Como viven generalmente alrededor de 400 años, a los 275 aún se encuentran en la flor de la vida. El pelo comienza a encanecerse a temprana edad y algunos, de apenas 80 años, lo tienen completamente blanco.
Para el crepúsculo de sus vidas, comienzan a descuidar el hogar y todas sus actividades. Empiezan a olvidar sus costumbres, hasta que un buen día, pasados los 400 años, les nace una afición por el vagar prolongado. Salen a dar un paseo y no vuelven jamás: el viaje hacia la Montaña de la Muerte (jamás vista por ojo humano), comienza.
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Atuendos

El gorro rojo no es mera indumentaria. Les brinda la posibilidad de hacerse invisibles. También les sirve para que las aves de presa, amigas de los gnomos, no los confundan al atardecer o de noche con ratones y otros roedores.
Además, como su peso oscila entre los 250 gramos para las mujeres y los 300 para los hombres, tampoco dejan demasiada huella. Sus zapatos pueden ser de corteza de abedul, pero esto varía de acuerdo a la región que habiten. Muchos usan zuecos de madera y la correa de cuero que usan de cinturón les sirve para colgar una bolsita donde llevan un juego de herramientas: cuchillo, martillo, broca y limas.
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Tipología

Gnomos de los bosques:
El gnomo de los bosques o de las forestaciones, es probablemente el más común. Estos es difícil de verificar, como el hombre no encontró muchas muestras del gnomo mismo porque el tiene muchas rutas de escape. Su apariencia física es la de un gnomo ordinario.
Gnomos de las dunas:
El gnomo de las dunas es una fracción más grande que el gnomo de los bosques. El también tuvo contactos con hombres. Su vestimenta es a veces remarcablemente arenosa. El gnomo hembra de este tipo de gnomos no usa ropas grises; las suyas son color Kaky.
Gnomos de jardín:
El gnomo del jardín pertenece al tipo general. El vive en viejos jardines, siempre rodeados de los nuevos modelos de casas de las ciudades modernas.
Su lugar natural esta en los lugares sombríos y disfruta los ratos contando cuentos melancólicos. Si comienza a sentirse encerrado en si mismo el simplemente se va a la madera. Pero a veces se siente fuera de lugar.
Gnomos de granja:
El gnomo de la granja se asemeja al gnomo de la casa pero es de naturaleza más constante y conservador en todas las materias.
Gnomos de las casas:
El gnomo de la casa es una suerte especial. Se asemeja a un gnomo ordinario pero es el que mas conocimiento tiene del reino humano. Con frecuencia se atribuye el efecto de las viejas casa históricas deshabitadas, el ha visto a ricos y pobres y a oído grandes negociaciones. El habla y entiende el lenguaje humano.
Los Gnomos mencionados arriba son naturalmente buenos, siempre listos para el jolgorio o para molestar; ellos nunca son malevolentes, con algunas excepciones, por supuesto. Si algún gnomo es realmente malo lo cual pasa una vez cada mil años es uno de los dos malos genes que resultan de la cruza de distintos lugares.
Gnomo Siberiano:
El gnomo siberiano ha sido el más afectado por los cruzamientos. Es en centímetros más grande que el tipo europeo y se asocia libremente con trolls. En ciertas regiones no es un simple gnomo confiado.
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Los Gnomos y la filosofía

Por otra parte, tenemos que el pueblo de los gnomos se acomoda al sistema de Descartes en cuanto a la inteligencia de los brutos. Según dicho filósofo, la vida, la facultad de moverse y trasladarse de un punto a otro y hasta los mismos apetitos de los animales no son otra cosa que el efecto de una actividad que se agita por cierto tiempo como un reloj insensible. De igual modo, los cabalistas pretendían que todas las bestias, desde el mastodonte hasta los seres microscópicos estaban animados por gnomos. De aquí que el cartesianismo dijera que en cada árbol, en cada planta, en cada flor vivía un gnomo y que cuando un vegetal moría era porque el gnomo se había ido de él. Cada gnomo se hacía, según su preferencia, elefante, cóndor, pájaro, mosca, etc.
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Los Gnomos y la música

Además de un extraordinario oído musical lo gnomos fabrican sus propios instrumentos musicales inimaginables, tampoco desdeñan algunos de los humanos si no que los hacen a su manera. Estos son algunos ejemplos de sus instrumentos preferidos: el violín de ocho cuerdas, la flauta travesera, el timpal (una especie de pandero con sonajas), el corno francés, el birimbao (un instrumento que usa la cavidad bucal como caja de resonancia), la krotta, un arpa manual con que acompañan sus canciones.
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Cuentos populares

Es tradicional que los gnomos hagan acto de presencia en los cuentos populares. Por ejemplo, en el cuento Riquete, el del copete, una princesa encuentra en el bosque al rey de los gnomos Riquete. Al regresar al mismo sitio, oyó bajo sus pies ruido de preparativos, la tierra se abrió y pudo contemplar a los gnomos que preparaban el banquete con su poco agraciado rey. No podemos olvidar tampoco los siete enanos de Blancanieves. También se atribuía a los gnomos una gran afición a las ciencias mágicas y a la adivinación. Así lo reflejan numerosos cuentos en los que un enano propone una adivinanza: averiguar su nombre, por ejemplo, en el cuento de Rumpelstilzchen. Algunos gnomos que pueblan los cuentos tradicionales son:
Diversidad de gnomos.Tom-tittot en Inglaterra
Whuppity Stoorie, en Escocia
Winterkoble, en Hungría
Hruzimugeli, en Austria
Titteli Ture, en Suecia
Gilitrutt en Islandia
Rumpelstiltskin|Rumpelstilzchen en Alemania
Gelitrunsen Holanda
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Conclusiones personales

Todo lo que habéis leído más arriba no es más que la punta del iceberg de la información que se puede encontrar en la red sobre los Gnomos. Miles de sitios tratan sobre estos seres efeéricos y, sin ningún tipo de tapujos, se atreven a contar con pelos y señales hasta los más mínimos detalles de esta sociedad. Como son, que religiones profesan, sus costumbres, sus construcciones, su constitución física, sus leyes, sus remedios contra las enfermedades… y todo esto sin que jamás nadie haya tenido la oportunidad de comprobarlo. Con lo cual, absolutamente todo lo que se puede encontrar no es ni más ni menos que fruto de la imaginación de miles de personas, que con el paso de los siglos, han ido adjuntando datos para agrandar y mitificar a estos simpáticos hombrecitos.
Como habéis podido comprobar, las pruebas físicas de su existencia dejan bastante que desear. Un puñado de fotografías borrosas y de dudosa procedencia y unos cuantos videos montados por algún grupo de adolescentes aburridos, a parte del testimonio de un romano hace unos siglos (que tan solo hace mención a seres de baja estatura, nunca a gnomos) y poco más.
Todo por el afán de materializar a estos espíritus del bosque, cosa que no se debería de hacer jamás, pues todo son vanos intentos de romper la magia que los rodea. Los Gnomos, los Duendes, los Trasgos, las Hadas… todos existen en realidad. Existen en las ilusiones y en los sueños infantiles y para unos cuantos privilegiados, continúan existiendo tras rebasar esa edad crítica en la que suele desaparecer la inocencia.
Tras cientos de años de convivencia (folklórica, literaria y legendaria), estos seres se han convertido en verdaderos compañeros de los humanos y así continuarán para siempre. ¿No es eso al fin y al cabo una buena muestra de su existencia?
Posiblemente, el origen de su leyenda sea mucho más mundano que lo que nos gustaría desear. Es posible que en el norte de Europa, hace unos miles de años, la gente que nacía siendo demasiado “pequeña”, fuese repudiada por aquellos pueblos de guerreros fuertes y valientes. Es posible que como estas personas no eran válidas para guerrear con los pueblos vecinos fuesen destinadas a otras tareas menos nobles como… quién sabe, recolectar setas en los bosques para la tribu. Es posible que incluso para mayor vergüenza y crueldad hacia ellos, se les obligase a llevar un gorro cónico y grande de color rojo. Es posible también que al considerarlos fallos en la estirpe de la tribu de guerreros no se les permitiese el más mínimo roce con las mujeres normales y también es posible que en la soledad de sus bosques se llegará a juntar alguna pareja de estas personas “bajitas”, siendo allí el único lugar donde poder reproducirse y vivir en relativa libertad lejos de los poblados. Y que para evitar malos momentos, se acostumbraran a evitar el contacto con los humanos “grandes”.
Pero claro, esto no son más que suposiciones mías y que como origen legendario no tiene mucho encanto. Personalmente, les seguiré contando cuentos a mis hijos con los gnomos y los duendes como protagonistas, donde estos son totalmente reales y, espero, que mis hijos se los sigan contando a los suyos, para que estos espíritus del bosque continúen viviendo por siempre en el lugar más idílico posible. La imaginación de los niños.
Admito que al igual que los gigantes, en la historia de la humanidad ha habido razas de muy reducida estatura, pero dudo mucho que ninguna de ellas hayan sido estos míticos Gnomos.

1 comentario:

  1. Gracias Roberto por este sincero articulo, dedicado a la fantasía. Aunque de seguro te encontrarás con personas que para ellas y por sus experiencias propias, te seguirán asegurando que ellas han visto gnomos, enanitos, duendes, elfos y hadas, porque al fin y al cabo si hablamos de mundos, la propia imaginación se ha convertido en el mundo paralelo y real que muchos desean vivir, frente a un mundo que hemos pre-fabricado y que es, a ciencia cierta irreal e iluso y sin mucho sentido.

    Dicen que de nuestro cerebro humano solo estamos aprovechando el 5% de su capacidad, pero poco dicen que los conocimientos humanos sobre la vida, todavía no hemos salido del umbral de la ignorancia y ya nos creemos ser poseedores de la sabiduria universal. La vida es pluri-direccional y no uni-direccional como creemos que es, vengo a decir que si bien tenemos la capacidad de crear fantasía y hacerla realidad, es prueba clara que estamos viviendo como minimo "dos mundos paralelos" y siendo así y viendo que todo cuanto el hombre ha fabricado, primero lo ha tenido que "fantasear" en su mente y escudriñar en el mundo de las ilusiones para hacerlo fisico, no es descabellado pensar y admitir que cerca, muy cerca de nosotros, existen otras realidades que ni comprendemos ni tenemos capacidad para admitirlas sino abandonamos la aptitud prepotente de dominio de todo. Pobre hombre aquel que, ilusorio de sus falsas fuerzas y atrapado en una mente reducida, cree que es un gigante dentro de la vida.

    Por último decirte amigo que yo no creo que estos seres existan, sino que "SE QUE EXISTEN PORQUE EXISTO YO" que a la par soy también una ilusión dentro del vasto e infinito universo de posibilidades de vida del que formo parte, aunque ciertamente mi presencia sea como la de una millonésima parte de una mota de polvo perdida dentro del universo infinito.

    Gracias de nuevo por el articulo Roberto, porque me ha permitido divagar sobre cuestiones que dificilmente se pueden plantear cara al público y no quedar como un idiota.

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