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miércoles, 14 de noviembre de 2012

La autoridad de Lilith

 

En épocas remotas, las se sentaban en la proa de la y los en la popa. Eran las mujeres quienes cazaban y pescaban. Ellas salían de las aldeas y volvían cuando podían o querían. Los hombres montaban las chozas, preparaban la comida, mantenían encendidas las fogatas contra el frío, cuidaban a los hijos y curtían las pieles de abrigo.
Así era la vida entre los indios onas* y los yaganes**, en la Tierra del Fuego, hasta que un día los hombres mataron a todas las mujeres y se pusieron las máscaras que las mujeres habían inventado para darles terror.
Solamente las niñas recién nacidas se salvaron del exterminio. Mientras ellas crecían, los asesinos les decían y les repetían que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron. También lo creyeron sus hijas y las hijas de sus hijas 


 

Las antiguas escrituras son la fuente de los mitos que pueblan la mente de los seres humanos. Y, al hacerlo, generan acciones. Muchos consideran a los mitos como el inconsciente de los pueblos. Por lo tanto sus leyendas deben ser consideradas como metáforas. Así en La Biblia, aparecen rastros de un personaje que habitó sus relatos y que posteriormente fue erradicado casi totalmente de éstos. Pero el casi es importante ya que en otros escritos de la época aparece explícitamente.

Se trata de Lilith. Parece ser que Dios creó al hombre y la mujer con la misma arcilla y los llamó Adán y Lilith. Iguales por naturaleza. Pero a los “sabios” que se arrogan el derecho de interpretar la palabra de ese gran misterio llamado Dios, no les gustó nada esa igualdad. Dijeron que no existió nunca, la sacaron de las antiguas escrituras: que nadie ose hablar de ella. Sin embargo, como todo asesinato, dejó sus rastros. Sólo hay que saber buscarlos. Y de allí se extrae la información de lo que “realmente” ocurrió.

Resulta que Adán y Lilith se amaron intensamente, como sólo se ama entre pares. Y, ejerciendo el derecho a la paridad, Lilith preguntó a Dios por qué, siendo creados del mismo material, ella tenía que estar siempre por debajo durante las relaciones sexuales. Y además, por qué era Adán el que tenía la tarea de poner nombre a las cosas. Adán, como siempre, miraba atónito.

Como tenía todas las obligaciones no se había dado cuenta de que éstas generan muchos derechos. Dicen los sabios que Dios enfureció al punto de condenar a Lilith al destierro y a ser madre de demonios, la Luna Negra. Lilith se había dado cuenta, para su desgracia, de que el que pone nombre se puede apoderar del objeto al que nombra. Y del sustantivo árbol, mesa, libro, se puede pasar al adjetivo bueno, malo, feo, lindo. Es decir se apodera más aún del objeto nominado. Si no nos gusta una conducta, en vez del derecho a decir no me gusta, podemos decir esto es malo. Si tenemos el poder, claro. Se lo cristaliza y condena al nombre adjudicado. Y así las cosas, los ilustres representantes de la eterna perpetuación del poder dicen que Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”, vamos a darle un apéndice, hecho de otro material, lo más inútil que encontremos, al que llamaremos Eva. Pero también le salió mal, porque cuanto más se prohíbe, más se despierta la curiosidad por lo prohibido. Y perdimos el paraíso, culpa de la insidia de las mujeres. Lo mismo ocurre en otras mitologías, con Pandora, cuya curiosidad generó la aparición de los males del ser humano. Lilith se perdió entre las líneas de algún relato antiguo.
 
  Como un amplio paradigma, estos mitos dejaron a las mujeres sin leer la Torá, sin poder votar o llegar a puestos de predominio. Y las Evas que lo hacían tenían que someterse al régimen establecido cambiando el género, conservando el estilo, “a lo” Thatcher o Krueger. Ni hablemos de los mitos establecidos por la religión musulmana, que deja a la mujer como propiedad del hombre.

Ese paradigma genera un tipo de poder que nomina, somete y subordina.

Los Nazarenos de la vida (no confundir con El Nazareno), que son muchos, deciden destinos porque se les da la real gana. Bush miente y miles mueren a su paso. Y no hay derecho de preguntarle por qué, ni mucho menos juzgarlo. La jueza prohíbe los anticonceptivos, porque a ella le parecen malos. Los ejemplos son tantos y tan cotidianos que no hace falta redundar en ellos. La ley del más fuerte sigue vigente, aunque no sea la fuerza física –salvo en el caso de los patovicas– la que genere desigualdad de derechos. En los tiempos que corren es más frecuente que sea el predominio económico el que genera la ecuación perversa. El poderoso infringe la ley a la que se somete al débil. Aunque el cómo, por qué y por quién no son meras formalidades.

Pero llegó la hora de la vuelta reivindicada de Lilith. Que pregunte por qué a través de la activación de los mecanismos generadores de la democracia. No va a ser fácil. Los sabios que hablan en nombre de la Verdad van a tratar de desterrar a Lilith, le van a encontrar la vuelta para convertirla en madre de demonios. Pero si el derecho al porqué institucionalizado en nombre de la igualdad de derechos y obligaciones nos devuelve la dignidad, estaremos en camino a un lugar que marque un retorno a lo más cercano que conocemos al paraíso, sin promesas ilusorias de inmortalidad, pero con ejercicio activo de la democracia.

   
  Génesis 1 27. "Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; lo creó a la imagen de Dios, los creó varón y mujer.
28. Y los bendijo, (…)."

El varón se llamó Adán y la mujer Lilith (según consta en la literatura hebrea). Lilith, la primera esposa de Adán estaba hecha con "arcilla del suelo", igual que él. Era hermosa, vital, inquieta, inquisitiva… libre… y no disimulaba su risa cuando Adán, todavía un novato en esto de estar en el Paraíso, se equivocaba. La mirada divertida y burlona de Lilith lo desconcertaba. ¿Cómo se podía reir de él, que estaba hecho a imagen y semejanza de Dios y Dios era perfecto y todo lo hacía bien?


Los primeros tiempos, Adán estaba entusiasmado con esta mujer, que representaba todo un desafío. Pero después se cansó de tener que reflexionar con ella, negociar y llegar a acuerdos en los que en ocasiones, según él, "salía perdiendo"… además ella no quería estar siempre "abajo", sabía lo que quería y pedía lo que tenía ganas. Era muy demandante.


Fue por esa época que él se tomó muy en serio lo de "dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se mueven en la tierra", y comenzó a dar órdenes que Lilith prolijamente no cumplía. Desalentado visitaba a Dios y le contaba sus tribulaciones. El Creador, cansado de tantos lamentos, habló con Lilith:


"Adán es un buen muchacho, mirá que paciencia que te tiene, ¿dónde vas a encontrar otro? Mejor hacele caso."


¿Hacerle caso? ¿Subordinarse a ese "buen muchacho" incapaz de entender que eran diferentes, pero que eso no significaba ser mejor o peor, reacio a aceptar una convivencia sin jerarquías, en un plano de igualdad? No, decididamente NO. Habían sido creados el mismo día y de la misma manera, por lo tanto tenían los mismos derechos, argumentó y se fue a nadar despreocupada en la cascada, exhalando a su paso un aroma a hierbas y musgo que hizo suspirar al creador. Indudablemente la "rebeldía" tenía su encanto.


Un día, cansada de los lloriqueos de Adán y de las presiones de Dios, decidió que el Paraíso no tenía nada de maravilloso y se fue. Así de simple, sin sentir una pizca de remordimiento o de culpa. El pecado todavía no existía. Cuentan que le dejó todo a Adán, no se llevó ni una hoja de parra. Su desnudez la hacía sentir hermosa y fuerte.


Dios respiró aliviado creyendo que habían acabado todos los problemas, pero no. Adán estaba insoportable: a pesar de toda su cacareada autosuficiencia, la soledad le pesaba. Ya nadie aplaudía lo que hacía, ni le daba las gracias, ni… Ni las sumisas ovejas, ni las juguetonas cabras podían compararse con Lilith. ¡Realmente cómo se habían divertido!


La tristeza de Adán conmovió al Creador… además, quería sacarselo de encima; había que reconocer que, sin una mujer, se ponía muy fastidioso. Entonces, decidió darle una compañera menos "independiente".


Génesis 1 18. Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". (…), con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.

23. El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!

Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre".
 
   Lilith, la , conocedora de los secretos, tentando a la nueva de la humanidad (según la versión religiosa tradicional). En realidad la supuesta caída en el pecado es el argumento que los patriarcalistas inventaron para sojuzgar a la masa humana, mediante la herramienta del vergonzoso sentimiento de culpa. La humanidad no sufre por poseer el conocimiento sino por carecer de él. Cuando Adán y Eva tomaron el fruto prohibido dieron el primer paso hacia la sabiduría y la libertad, por ello el Dios patriarcal los desterró también a ellos, pues temía que si se quedaban ahora en el Paraíso probaran el fruto del Segundo Árbol y entonces alcanzarían la igualdad con los dioses. Desde luego el fruto no era ninguna , pues ningún texto menciona la clave de que es ese fruto.

Aquí la Dama Oscura aparece vestida con túnica blanca, una lechuza de la sabiduría y una perla de luz en su mano, que simboliza el poder del grial que ha obtenido. Se encuentra caminando sobre una verde tierra y en el cielo aparece la luna representado el poder divino de la diosa. Lilith ha sido pintada aquí como anciana sabia, como la reina de las sacerdotisas de Matronit.





En esta pintura moderna, posiblemente de Luis Royo, Lilith es representada como una joven guerrera seductora. La imaginación sensual del artista no olvida incluir en este tentador dibujo a la serpiente prohibida y representante del supuesto mal así como una estrella de cinco puntas invertida, asimismo símbolo tradicional de lo diabólico. Por algo Lilith es calificada como la Reina de los Infiernos y de todas las brujas.




De nuevo Lilith como inductora de la caída en el pecado de la segunda pareja del paraíso y la posterior expulsión de ésta por el furioso dios patriarcal.



En este cuadro titulado Lilith el artista ha representado a una mujer peinando sus largos cabellos rojizos en actitud de ensoñamiento. ¿Cuales serán los pensamientos de la dama? ¿Que añora, que busca, que espera? Muchos se han inspirado en este mito de la primera mujer del mundo, la verdadera Eva ancestral, la Eva auténtica al margen de la autoridad religiosa establecida, fuera del buen orden de la ortodoxia del bien y el mal. La desafiadora de los dioses que ha probado el fruto del Segundo Árbol y ha alcanzado el destino prohibido de la raza humana. Únicamente ella fue fiel a la Diosa cuando el mundo giró hacia la teología patriarcalista.


Lilith se enfrentará durante una eternidad a todos los peligros del universo, hasta los confines de la creación, en busca del conocimiento prohibido, y en busca de Matronit, la diosa o arquetipo perdido. Su extrema soledad nunca vencerá su ánimo. Descendiendo a lo más profundo aprenderá todos los conocimientos y secretos, por ella misma, fuera de las fuentes selladas y prohibidas del Paraíso. Así lo recogen las viejas leyendas. A pesar de su vagabundeo solitario recupera el poder supremo que los humanos guardan potencialmente dormido y cerrado en códigos sellados.

La Dama Oscura, la antigua Lilith, será para la vieja leyenda la sierva fiel de Matronit. Y tras su empeño una parte del universo la seguirá. Será la Madre de una creación paralela al mundo del dios patriarcalista. Será la primera de las sacerdotisas de Shekinah_Matronit, la primera guardiana del Grial en el mundo de la forma, del espacio y el tiempo.


Mujer o diablo, sacerdotisa o hechicera, tentadora o redentora, poder luciferino o guerrera de la luz. Tal vez todo en un mismo arquetipo.














 


Lilith




Según consta en la literatura hebrea, Lilith fue la esposa de Adán. Estaba hecha con arcilla, igual que él. Era hermosa y libre. Hasta el de que se quejó de tener que yacer con Adán siempre debajo: "Fuimos creados iguales, y debemos hacerlo en iguales". Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, se fue del Paraíso. Entonces Adán recibió una nueva compañera, Eva, creada a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa. A partir de esta narración, a Lilith se le ha considerado la reina de los súcubos (demonios femeninos), por alinearse en el bando enemigo de Dios al marcharse del Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla una perversa ninfómana, que seduce a los hombres con maestría para estrangularlos después. Esa condición diabólica de Lilith le ha llevado a ser también la Reina de los Vampiros.


No sólo mantiene relaciones sexuales con hombres a los que después asesina, sino que además se alimenta de su sangre. Es en esa encarnación donde Lilith se asimila a diferentes divinidades y monstruos femeninos presentes en la mitología clásica: Lamia, Empusa y las lamias, hijas de Hécate, diosa de la brujería; las estriges, también macabras visitantes nocturnas; las harpías, ayudantes de las erinias o furias; las moiras o parcas, las grayas y las gorgonas, siniestras ancianas habitantes de los infiernos. En todas estas figuras se repiten las alusiones a muerte de hombres y niños. Otras referencias mitológicas afines a Lilith se pueden encontrar en la Brunilda de los Nibelungos, o en la diablesa babilonia Lilu.]La misma Reina de Saba de Salomón es un trasunto de Lilith. Etimológicamente viene del hebreo layil, (noche), y aparece representada como un demonio nocturno peludo o como una mujer de cabellos muy largos. En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular". Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la serpiente del Paraíso (como en los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina). Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín.
En astrología, Lilith es un punto que se averigua mediante las posiciones de la luna y la Tierra. Su representación es una Luna Negra, y hace referencia a "deseos ocultos, lados reprimidos de nuestra personalidad, experiencias dolorosas y rincones oscuros de nuestra psique". En astronomía, Lilith es simplemente el asteroide 1181, descubierto el 11 de febrero de 1927. Sea como fuere es evidente que Lilith es el perfecto símbolo para representar a la mujer emancipada, la que no se somete al hombre y busca la igualdad. Dejando a un lado las referencias al infanticidio o a los sueños eróticos masculinos, Lilith es un ejemplo claro de cómo la mitología también nos puede ayudar a encontrar las raíces del feminismo.
    LOS MITOS HEBREOS
.Hay del Zohar sobre los ‘hijos de Elohim’, revisado por el erudito renegado Robert Ambelain, que habla del ‘incubus Lilith’ y el otro, Samael, fecundador de Eva. Este barrilete remontado por Robert tiene que ver con la ascendencia de Hiram el fundidor (conducido al de la tierra por Tubalcaín Padre, tras haberle sido boicoteado un molde, y siendo posteriormente asesinado, no sin antes haber fecundado a la de Saba, por dos malos Compañeros), y mas precisamente con la introducción de su leyenda y el rito de yacer decúbito en la masonería de mil siete y pico. Curioso es que al parecer incluso la ‘masonería especulativa’ ya existente entonces ignoraba esta historia, así como parece indudable su autoría por parte de un elemento judío erudito. Pero hay algo por demás interesante en todo esto, y es el hecho de que se vea como una infiltración o como una desviación hacia la <<vía de la mano izquierda>>. Tanto es así que el autor (masón de nivel) lo relaciona con lo dicho por Guénon acerca del desprecio y el rechazo (cuando no la marginación) profesado por todo el oriente medio hacia los artesanos del fuego, considerados de estar en contacto con las potencias del submundo y resaltando una data de gran colorido, como ser, por ejemplo, el exorcismo de las campanas y un largo etc. Así nos dice Robert que el ‘espíritu’ de Hiram es el que ‘renace’ por quien obtiene el grado de Maestro masón. Y si bien la muerte y el renacimiento simbólicos son una constante en las diversas iniciaciones, parece que los ‘masones operativos’ así no ritualizaban... Y luego, la masonería politizada... 
    ABULAFIA ¿el del trance o extásis o instáxis por jeroglífica supraconsciente ininteligible?¿el verdadero padre -para nada aprovechado-del dadaísmo y superrealismo? Pero volviendo a AMBELAiN. Tiene el mérito de haber recontextualizado muy bien el momento de la TRAICIÓN ESPECULATIVA y enfatizar una de las tantas versiones o rumores, por ejemplo que ANDERSON y los suyos ni siquiera estaban iniciados porque los capellanes y los médicos no necesitaban hacerlos (corregíme si no dice eso), la otra variante es que sólo tenían el primer grado, eran aprendices, la otra es que aunque poseyeran los 3 grados no pasaron el retejo de los operativos que los fueron examinar (ésta último, que yo sepa, es la variante, el matiz del rumor que no se discute, no se pone en duda). La novedad " ambelainiana" reside en considerar la Leyenda de Hiram como un injerto tardío especulativo, el tema de la posición cúbito dorsal como siniestro, ominoso y, en general , las connotaciones contrainiciáticas de lo metalúrgico....Después te lo hace morir a Guenón cagándose encima por comer carne podrida de un mercado de cuarta y atendido por un marabú también de 4ta (pensá en Rama Coomaraswamy y la radio pasando música berreta...) Muchos han visto (no necesariamente yo) en esto una pluma al servicio de la contrainiciación, introduciendo una DUDA FIERÍSIMA allí donde GUENÓN dijo que estaba todo bien ritualmente y pintándolo sódidamente...

PAZ, TOLERANCIA Y CARIDAD EN TODOS LOS PUNTOS DEL TRIÁNGULO....
mariocesar



.Cain y Abel, la eterna dualidad que ya está presente en el principio de los tiempos.

Todo este episodio de Caín y Abel, tal como está en el Génesis bíblico y en leyendas como las del midrash judío, entre otras, ha sido interpretado por los Gnósticos de una manera totalmente opuesta a la aceptada.

Cain era hijo de la serpiente (lucifer). Fueron los ángeles caidos los que iniciaron a los humanos en la agricultura y demás artes. Esto a dios no le gustó, nos quería a todos aborregados por la fe. En cambio los caidos nos enseñaron todo lo que pudieron en contra de sus deseos.

En realidad, no somos todos cainitas?
 
   Es así como vos decís: uno era médico de logia (Anderson) y el otro oficiaba como capellán, por lo que se supone que no estaban iniciados. Y parece que estos dos terminaron por abrirse y formar una especie de ‘Gran Logia’ en la que se alcanzaban los primeros grados en menos de 24 hs y todo lo que demás se sabe. Pero lo chocante son las ‘convicciones’ del autor, a saber, de que fueron éstos los que posibilitaron la entrada de judíos a las logias (anteriormente clausurada por el elemento cristiano en la masonería operativa), y que el novedoso rito y leyenda de los hijos de la viuda haya sido impuesto por un mago negro judío, famoso en su época y que algunos asociaron al ‘exiliarca’ (resaltando la cuestión del paño salpicado de sangre animal, que cubría el rostro del candidato y que servía como ‘cebo’ a determinadas entidades psíquicas, y que mediante la leyenda y la consecución del rito –a juicio del autor algo tergiversado por mi endeble memoria, así como de seguro ha de serlo la totalidad del párrafo que dicto– se establece la infalible unión al arquetipo, en este caso a la idea eterna de la REBELIÓN PRINCIPIO –y no menos destacable es anotar que el autor se precia en decir algo así como: “y junto a René Guenón podemos decir que así uno entra al contacto de lo que se llama la CONTRAINICIACIÓN”).
Desde otro ángulo, parece caerse de maduro que se trate de una pluma al servicio de la contrainiciación o al menos de la confusión, pues se apoya en las concepciones de quien dijo que la masonería en buen estado constituía una pura organización iniciática. Como sea, para el cristiano flojo no es recomendable su obra “Jesús, el secreto mortal de los Templarios”..
Invitado

.En el fondo, palabras más, palabras menos, es como lo reseñás, glosás; tal cual. Para la mayoría de los masones del rito escocés LA REBELIÓN PRINCIPIO es aquello de lo que se jactan con inocente orgullo y en coincidencia con el marketing de la enseñanza obligatoria planetaria. Ambelain aporta argumentos y ejemplos que debe haber apreciado Julius Evola (ignoro si los conoció. No sé si EL SECRETO...se publicó en sus tiempos)

Sos el glosador, compilador, recuperador de la tradición....   
 
   El único completamente fiel al corpus tradicional, Alfredo, se fue , antes de que pudieran conocerse( el , seguramente, ha de estar apreciando sumamente los suyo desde el Oriente Eterno). El "hereje incomunicado", Sogol, Iribarren, que, antes te superaba ( y a todos en nuestros más colmados momentos) en celo ortodoxo, ha tirado tanto la chancleta que parece completamente pasado al bando nueva era; y yo estoy cayendo en un cambalache y una bailanta y corso a contra mano a punto de llegar a ser imperdonable. Por ello, además, Ud. es providencial, SANGRE JOVEN....
Jacob...el hombre que luchó con Dios....
."Se levantó aquella noche y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jacob . Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo (11); y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba."

Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel, (12) porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido.

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel (13), porque dijo: Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol, y cojeaba de su cadera.(14) Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo, porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.(15) 

  
  Este es el tema de Jacob, pero también Moisés lucha con Dios. Así se nos dice: "Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro y quiso matarlo". Exodo. 4, 24.

12.- Israel, esto es "el que lucha con Dios", o "Dios lucha".

13.- Peniel, esto es "el rostro de Dios".

14.- "Los lexicógrafos árabes explican que la naturaleza de la renquera producida por lesión en el tendón femoral de la articulación del muslo obliga a una persona a andar sobre la punta de los dedos. Esta dislocación de la cadera es común entre los luchadores y la describió por primera vez Harpócrates. El desplazamiento de la cabeza del fémur alarga la pierna, aprieta los tendones del muslo y produce espasmo en los músculos, lo que obliga a caminar contoneándose, con el talón constantemente elevado, como la renquera que atribuye Homero al dios Hefestos.

La creencia en que el contacto con los jinn trae como consecuencia una manera de andar floja y como descoyuntada se encuentra entre los árabes, quizá en recuerdo de la danza renqueante que bailaban los devotos que se creían poseídos divinamente como los profetas de Baal en el monte Carmelo (Reyes XVIII.26) . Beth Hogláh, cerca de Jericó, puede haber sido llamada así por esta razón, porque hajala significa en arábigo renquear o saltar y tanto Jerónimo como Eusebio llaman a Beth Hogláh 'el lugar de la danza del anillo'. Los tirios bailaban esa danza en honor de Hércules Melkart. Es posible, en consecuencia, que el mito de Penuel explicase originalmente una ceremonia renqueante que conmemoraba la entrada triunfante de Jacob en Canaán después de luchar con un rival".

Los Mitos Hebreos. Op .Cit., pág.200, nota 7.

15.- El tema de la renguera divina está muy extendido en la mitología universal. Desde el Hefesto cojo que es arrojado del Olimpo hasta los nativos Tereno y los de la isla de Vancouver. Los Ute de Whiterocks en Utah, practicaban "danzas rengueantes", esto también se lee en un texto talmúdico que refiere la danza claudicante celebrada hacia el siglo II d.C. con el objeto de favorecer las lluvias.

Esta idea de la renguera divina aparece también en la China arcaica. El fundador de la dinastía Yin, T' ang que luchó contra la sequía y Yu el Grande, fundador de la dinastía Chang, eran hemipléjicos y rengueaban. Comentarios sobre este particular, los encontramos en Frazer (La Rama Dorada, 4, vol. 7) y en C. Lévi-Strauss (Mitológicas II, De la Miel a las Cenizas. F.C.E. México. 1972. Pp. 383-386) .

En este punto de las danzas claudicantes o de las rengueras realizadas con el objeto de promover las lluvias, opinamos que el o los oficiantes del ritual simulan el malestar de algunas personas que al acercarse las tormentas acusan dolores artríticos. En esos caso, se trata de "engañar" al cielo y, dentro de esa lógica, si se renguea es porque viene la lluvia, por tanto, ésta no tiene más que producirse. En el caso de Jacob, su lucha y la renguera emergente, creemos que si bien podría tratarse de un rito, éste no está referido al tema de las lluvias sino al del cambio de estado del protagonista confirmado en la permutación de su nombre, nada menos que por el de Israel. Recordemos que en el otro caso de lucha con Jehová, Moisés no queda rengo pero se produce de inmediato la circuncisión y todo esto ocurre en el trayecto de regreso a Egipto siguiendo el mandato de Dios para rescatar a su pueblo de la prisión del Faraón. Por tanto, la anécdota de "el intento" de Jehová por "matar" a Moisés, refleja también un posible ceremonial de cambio de estado.
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Invitado



Lilith y Caín....


.El mito hebreo cuenta una historia distinta, pero profundamente asociada con la Lilith sumeria: Adán aburrido y celoso de que los animales tenían una pareja (hembra-macho) sugirió a Dios que remediara esa injusticia. Entonces Dios creó a Lilith de la misma manera que a Adán, aunque utilizando sedimento en lugar de polvo puro. La relación entre Adán y Lilith al parecer no resultó bastante grata para ambos y pronto empezaron a generarse diferencias, pues ambos poseían la misma fuerza.

Robert Graves y Rafael Patai refieren este mito de la siguiente manera:
Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando el deseaba yacer con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura reclinada que él exigía. "¿Porqué he de yacer debajo de ti? -preguntaba-. Yo también fui hecha con polvo y por tanto, soy tu igual."" Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.

Adán se quejó a Dios: "Mi compañera me ha abandonado". Dios envió inmediatamente a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que buscaran a Lilit y la hicieran volver. La encontraron junto al mar Rojo, región que abundaba en demonios lascivos, con los cuáles engendró lilim7 a razón de más de cien al día. "¡Regresa con Adán de inmediato -dijeron los ángeles- o te ahogaremos!" Lilit preguntó: "¿Cómo puedo regresar con Adán y vivir como una esposa honesta después de mi estancia en el mar Rojo?". "¡Si te niegas morirás!", replicaron ellos."¿Cómo puedo morir -volvió a preguntar Lilit- si Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos: de los niños hasta el octavo día de vida, el de su circuncisión, y de las niñas hasta el vigésimo día? No obstante, si alguna vez veo vuestros tres nombres o vuestras efigies en un amuleto sobre un recién nacido, prometo perdonarle la vida8." Los ángeles accedieron al trato, pero Dios castigó a Lilit haciendo que un centenar de sus hijos demoníacos perecieran cada día; y cuando ella no podía destruir la vida de un infante debido al amuleto angelical, se volvía en rencor contra los suyos propios."

Ahora bien, cabe preguntarnos: ¿porqué Dios no destruye a Lilith quien se atrevió a pronunciar su nombre mágico? (las diferencias entre los mitos de la Creación de Génesis 1 y 2, que permiten suponer que Lilith fue la primera compañera de Adán, según Graves y Patai es resultado de haber entrelazado a la ligera una tradición judía primitiva con otra sacerdotal posterior). La imagen de Lilith cambió entrando la edad media en donde se le situó en el lugar de consorte de Yahveh quien al buscar una compañera recurrió a Lilith; como resultado de ello se despliegan tantas enfermedades, guerras, muertes y males que acechan al mundo y que cesarán en el momento en que Yahveh y Lilith dejen de pecar.

Jorge Luis Borges , en su Libro de los seres imaginarios describe a Lilith de la siguiente manera:
"Era una serpiente; fue la primera esposa de Adán y le dio glittering sons and radiant daughters (hijos resplandecientes e hijas radiantes). Dios creó a Eva, después; Lilith para vengarse de la mujer humana de Adán, la instó a probar del fruto prohibido y a concebir a Caín, hermano y asesino de Abel"

La historia de Caín se muestra igualmente interesante pues está vinculada directamente con el sacrificio, la sangre, la inmortalidad y como si no bastara, con Lilith.
Graves y Patai señalan que algunos textos hablan sobre Samael10 disfrazado como serpiente, quien tras haber hecho que el hombre comiera del árbol de la Ciencia engendró a Caín con Eva; "de ese modo, contaminó toda la descendencia habida de la posterior unión de Eva y Adán"11. También hablan sobre los celos de Samael ante la imagen de Eva y Adán en al acto sexual sin la menor vergüenza. Siendo así, Samael esperó a que Adán yaciera con Eva y se quedase dormido, y en aquel momento tomó su lugar. Eva se entregó a él y concibió a Caín.

  
      Las cuatro injurias narcisísticas

Freud decía que el ser humano había sido lastimado en su amor propio en tres circunstancias. La primera, cuando Copérnico descubrió que no era la tierra el centro del universo sino el sol. La segunda ocasión fue cuando Darwin demostró que el hombre, al igual que los demás animales y que todo el resto de la naturaleza, era el producto de la evolución. La tercera herida al narcisismo humano fue provocada por el mismo Freud. Desentrañando la complejidad del psiquismo, afirmó que el hombre no conocía totalmente las motivaciones de sus conductas. Por el contrario, la mayor parte de los fenómenos psíquicos son inconscientes y, por lo tanto, resultan inaccesibles a la simple introspección. Copérnico, Darwin y Freud, de diferentes maneras, sacaron al hombre del lugar de privilegio en el que él mismo se había instalado.

Aunque Freud no lo expresara tácitamente, está implícito en sus ideas que otros descubrimientos u otras concepciones científicas pueden provocar más heridas al siempre frágil amor propio del hombre. Por ejemplo, si algún día se demostrara que existe vida en otros planetas. Sin esperar ese momento, tal vez no tan lejano, hay otra evidencia que lastima de continuo el narcisismo del varón: que la mujer es su semejante. A pesar de las diferencias que los caracterizan, ella está con él en una relación de igualdad en tanto ambos son seres humanos y han sido creados de igual forma. La idea no es por cierto novedosa - igualdad en la diferencia, proclama el feminismo - y hasta parece por algunas personas aceptada. Sin embargo, esta realidad es en los hechos negada. Haciendo un trabajo similar, la mujer gana generalmente menos dinero que el hombre. No accede de la misma manera a ciertos lugares de poder, usa velos que ocultan su rostro, leva el apellido del marido, es víctima de violencia doméstica y de violaciones sexuales, etcétera.

La creación del hombre

La concepción de que mujer y varón son semejantes se remonta a muchos siglos antes del nacimiento del feminismo. Leyendo la Biblia nos enteramos que hay allí escritas dos versiones acerca de la creación del hombre. En el capítulo uno del Génesis, se dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó". Por lo tanto, la mujer y el varón fueron creados al unísono. Una segunda versión aparece relatada en el capítulo dos. Aquí se dice que luego de crear Dios a Adán y convencido de que no era bueno que el varón estuviese sólo, creó a los animales y luego, haciendo caer a Adán en un sueño profundo, "de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre". Esta fue Eva, la de la famosa manzana. Los cabalistas intentaron muchas interpretaciones para explicar la contradicción entre las dos versiones. Una sugiere que Adán fue creado inicialmente como un andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda. Luego, Dios lo dividió. Otra interpretación aparece en el Alfabeto de Ben Sirá,

midrash del siglo X. Basándose en dicho texto, el mitólogo Robert Graves relata que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: "Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán, salvo que utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro.

Sin embargo, tomando otra fuente, el Yalqut Reubeni, Graves nos aporta otro relato, en el que la información choca con la anterior: "Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de tí? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual". Como Adán permanece intransigente, Lilith invoca el nombre de Dios, quien le da alas. Ella se aleja, volando, del lado de Adán. El se queja al Creador que, condolido por el desamparo del varón, envía a tres ángeles a buscar a Lilith. Ella se niega a volver. Sabe que, por orden de Dios, a su regreso le espera hacerse cargo de todos los niños recién nacidos. Lilith quiere permanecer en el Mar Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de Lilith a regresar al lado de Adán consistirá en hacer perecer cada día un centenar de esos hijos.

Leyendo entre líneas


Entender textualmente un relato es quedarse en lo aparente. El Psicoanálisis y la Cábala nos enseñan, con su ejemplo, a ir más allá de lo manifiesto. Leyendo entre líneas enriquecemos nuestras reflexiones, pensamos con autonomía y evitamos caer en dogmatismos siempre empobrecedores. Así ubicados, vemos que las dos versiones contradictorias acerca de con qué material fue creada Lilith, nos indican dos concepciones referentes a la mujer aún vigentes hoy. Si fue hecha de polvo, es un semejante; en cambio, si los materiales que se utilizaron fueron "inmundicia y sedimento", la mujer es inferior al hombre. Desde este punto de vista, la controversia entre Lilith y Adán acerca de la posición que cada uno ocupará en la relación sexual, describe, simbólicamente, un conflicto en relación al poder. Dado que es considerada inferior, Lilith asume su propia defensa. En relación a esto, resulta muy pertinente una reflexión de Robert Graves: " Es característico de las civilizaciones en las que se trata a las mujeres como bienes muebles que deban adoptar la postura recostada durante el coito, a lo que se negó Lilith".

Por otra parte, cuando ella aparece emparentada con lo demoníaco eso nos lleva a pensar, junto con Mircea Eliade, que no siempre el demonio representa al mal. Al fin de cuentas la misma Biblia nos explica que Satán significa adversario, oponente. Y oponerse puede ser necesario, por ejemplo cuando se es víctima de una injusticia. Tal era el caso de Lilith, que no quería someterse a una arbitrariedad de Adán. Si seguimos leyendo entre líneas y, tomando siempre el relato bíblico como una narración mítica, también podemos pensar que Jehová mismo es descrito de variadas maneras. Tanto aparece como un dios justo, que no hace diferencias entre sus hijos, como un padre que, tomando partido por el hijo varón, condena a su hija mujer a someterse a los caprichos de éste.

Lilith y Eva

Una sola vez es mencionada Lilith en la Biblia de Jerusalén y es en Job. Había que cercenar su nombre del texto sagrado, ya que ella, con su cuestionamiento, invitaba a la rebelión. Graves dice que cuando Eva es creada de la costilla de Adan, "se afirma otra vez la supremacía masculina, quedando oculta la divinidad de la mujer". Mas, parafraseando a Freud, encontramos que se produce el retorno de aquello que fuera

reprimido ya que, además de la censurada Lilith, también Eva cuestiona una prohibición. Esta vez y por ser él también víctima, Adán acompaña a su mujer en la rebelión. El hijo varón y la hija mujer desafían la pretensión omnisciente del padre. Porque ellos también quieren saber. Leyendo otra vez entre líneas, decimos que no siempre la curiosidad es malsana. Y que desentrañar un mito no es herejía sino libertad de pensamiento.
 
   Lilith fue la primera esposa de Adán, bien antes de la creación de Eva. Ella hubo sido creada junto con el para ser su ayudante, como el Torah afirma "Mujer y Hombre él los creó."

Pero, Lilith no ajustó como compañía para Adán. "Fuimos creados iguales, y entonces debemos actuar como iguales" replicaba lilith

Pero Adán replicó que él, siendo la de Elohim, no se detendría a tal nivel de igualarse con Lilith, quien era simplemente una de tantas bestias en el campo creada para ayudarle.

Lilith, fue más de lo que Adán había imaginado. Ella fue con Yahweh, y usó sus destrezas en seducción con él. Yahweh, conocido por su tacto ante las mujeres, fue finalmente conducido a revelarle su nombre sagrado, y así Lilith pronunció el nombre divino, y voló lejos del Jardín y de Adán para siempre.

Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith. Fué con Yahweh y expuso su caso pidiendo el retorno de Lilith. Yahweh concordó que una criatura del Edén no debería partir tan fácil del reino, y dispuso tres ángeles para recobrarla.

Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y Semangelof, pronto encontraron a Lilith en su cueva y le exigieron su retorno con Adán pero ella se nego, se unio al reino de satan y alli decidio quedarse por toda la eternidad.

Lilith es lo que jamás podrá ser dominado, ni eliminado, ni manipulado, porque ella esta por encima de todo, permanece fiel a su propia verdad.
Y en virtud de esa lealtad siempre elige aquello que esta en armonía con su naturaleza, no permite que los de mas elijan por ella, no hace concesiones.
Nadie la expulso del Paraíso, y nadie le negó tampoco la entrada, por tanto Lilith sigue siendo libre de volver y puede , por la misma razón, indicarnos el camino de regreso al hogar.
De hecho también se ha dicho que Lilith se presento en el Edén como la serpiente enroscada en el árbol del Bien y del Mal, lo cual sugiere que entraba y salía libremente del Paraíso. Y bajo la forma de serpiente, sugiriendo una vez mas su vínculo con Kundalini.
La serpiente, Lucifer, que es el portadores de la luz que se aloja en nuestra columna vertebral, el extremo de su cola apoyado en nuestros genitales, su cabeza en nuestro cerebro.
Lilith es también portadora de luz, y habita en el centro del árbol. Solo ella puede establecer el contacto entre la serpiente y el pájaro.
Tenemos por lo tanto un espíritu del viento, una divinidad alada que es libre.
Lilith promete algo tan simple como la unión a través de la fidelidad a uno mismo lo cual, en definitiva, es integridad o unidad. La división dentro del uno es el resultado de aquella división entre la mujer y el hombre, lo Masculino y lo Femenino. Y esa división es el enfrentamiento, la lucha, la insatisfacción, la separación, la soledad y el miedo.
 
   
 

viernes, 26 de octubre de 2012

Culto a la diosa madre Lilith

"Que no es este mi cantar...
no puedo cantar ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar...

Cantar del pueblo andaluz

que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz..."

Pero imagino que tú ya las conoces de sobra. Y te imagino muy "capillita" con pantalón gris, blazzier y corbata al lado de una garbosa dama con tacones, traje negro y airosa mantilla, por los aledaños de "La Campana"... ¡Qué envidia me das!


 La Diosa, dicen sus cultoras, no es simplemente agregar una “a” al nombre de Dios. Es revalorar los ritos antiguos –de la Edad de Bronce y de Hierro-, que consideraban al útero como dador de toda vida y a las mujeres sacerdotisas de ese principio femenino, condenadas por las religiones patriarcales. Rendirle culto a la Diosa, entonces, es una práctica cultural y también una manifestación diversa del feminismo.

En el principio no era el verbo, dicen las sacerdotisas, era el útero. El cósmico de donde surge toda la vida. De las aguas primordiales emergió la Diosa Origen y parió el cielo y la tierra, la pareja sagrada, los hermanos gemelos, hombre y mujer, que también son amantes, consortes, creadores como su Madre de todo lo que cambia y lo que permanece. Los antiguos la vieron como pájaro o como serpiente, con la vulva expuesta y abierta como una puerta al útero sagrado de donde todo sale y a donde todo vuelve y se regenera. Así la concibieron en distintos rincones del mundo, “fue el centro religioso y cultural de los antepasados humanos durante el Paleolítico Superior y en las culturas agrícolas del Neolítico, del 20 mil al 3 mil antes de la era cristiana, cuando se impusieron las culturas e imperios clásicos de orientación masculina y la difusión del monoteísmo del Dios Padre (judío, cristiano o islámico)”, según consta en el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas de Torcuato Di Tella, Emecé editores. Estas comunidades –prehelénicas, precélticas, prehindúes, etc.- que adoraban a la Diosa no eran matriarcales ni patriarcales, eran matricias, porque todos asumían su origen en una Madre, pero ninguno estaba sobre el otro, no había más fuertes y más débiles porque las debilidades de uno eran la fortaleza de las otras. Y viceversa. Pero todo eso fue arrasado, oscurecido, violado como los hombres violan a las mujeres, como Zeus fuerza a Hera, la diosa del cielo, y a Europa, Asteria, Leda, Némesis y a otras mujeres, diosas y ninfas que habitarán el Olimpo bajo las reglas del todopoderoso Dios del Trueno. Lilith fue ignorada como primera esposa de Adán, hecha de barro igual que él, desterrada por haber querido ponerse encima de él durante el acto sexual. A Eva, la segunda, el Dios Padre la sacó de una costilla esperando obediencia. Y no, la malvada serpiente la tentó y la mujer fue expulsada del Edén, condenada a parir con dolor, heredando desde entonces a su descendencia el pecado original. La religión judeocristiana, tal como la conocemos, sería sólo una manifestación más del patriarcado, según las sacerdotisas y adoradoras de la Diosa. Una manifestación poderosísima a la luz del modo en que se ha impregnado en el imaginario colectivo. Para ellas, la serpiente, lejos de ser malvada, es una Diosa dadora de conocimiento. Las brujas, asesinadas brutalmente durante siglos, no son más que chamanas, hijas de la Diosa como todas las mujeres y los hombres aunque ellas comprenden mejor de qué se trata el ciclo de la vida, porque en su cuerpo algo renace y algo muere mes a mes. Entonces el culto a la Diosa no sería más que una vuelta al origen. Una vuelta al cuerpo, a descubrir en el cuerpo de las mujeres el secreto de lo sagrado, la generación de la vida. En definitiva, según los recientes descubrimientos de la genetista Rebecca Cahn, confirmados y ampliados por científicos de la Universidad de Stanford, el primer humano fue mujer –sólo tenía cromosomas X–, habitó en Africa y antecede en 80 mil años a los Homo Sapiens.


Feminismo espiritual


En un principio hubo mujeres que quisieron pensar a la Iglesia desde una perspectiva de género, o feminista, que era la palabra que se usaba en los ‘70. Así lo relata una de las principales teóricas nacionales del culto a la Diosa, Ethel Morgan. “La visión androcéntrica no respondía a las necesidades espirituales de las mujeres, por eso hubo teólogas que empezaron a investigar en la historia de las religiones y lo primero que hicieron fue revalorizar a las brujas.” Muchas se apartaron entonces del cristianismo y se entregaron de lleno a los ritos paganos que no eran otra cosa que religiones sojuzgadas por el patriarcado. “Hubo que reinventar a la Diosa, reformular las ‘leyes naturales’ que en realidad violaron a la naturaleza. Así nace la tealogía –de tea, tia o theia, La Divina, titana solar preolímpica, hija de la Diosa Creadora–, largamente definida por Morgan en el Diccionario de ciencias políticas y sociales. “Durante el siglo XX, arqueólogas e investigadoras en diferentes campos –escribe Morgan– vienen desarrollando la tealogía, respondiendo a la necesidad de la mujer de recuperar su arquetipo sagrado como parte de la identidad femenina que colabore en la superación de los estereotipos de orientación patriarcal.” Jane Ellen Harrison, Marija Gimbutas, Barbara Walker, Mónica Sjöö, entre muchas otras, son las que han aportado para conformar este movimiento reivindicado como feminismo espiritual, “que reconoce y celebra tanto los derechos de las mujeres como sus poderes sagrados y espirituales”. De lo que se trata es de recuperar una cosmología en la que poder identificarse para reconocerse también parte activa de lo sagrado y no como mera costilla, pecadora o impura, proscripta de los estudios divinos. “Si sólo contás con un arquetipo –como modelo sagrado más antiguo– de un Dios solo, vengativo, que niega todo lo demás, que modela al hombre a su imagen y semejanza pero saca a la mujer de su costilla, estás creando también un modelo económico, social y político. Y por eso también las mujeres nos sentimos una porquería durante tanto tiempo”, dice Analía Bernardo, periodista y escritora. Si la religión patriarcal sentencia al cuerpo de las mujeres al dolor, las feligresas de la Diosa lo recuperan como una herramienta para conectarse con lo divino. Las mujeres son hijas de la Diosa pero también son ella misma, así lo dice Sandra Román, sacerdotisa de la Diosa iniciada en Glastonbury según los mitos célticos, de donde provienen buena parte de los rituales y la cosmología de la Diosa. De hecho fue en Irlanda donde se han encontrado cientos de figuras de diosas femeninas con sus vulvas expuestas. “Las mujeres tenemos el útero y ahí es donde se gesta la vida; los hombres también pueden participar del culto a la Diosa, sólo que les cuesta más entenderlo porque no viven como nosotras el ciclo vital”, agrega. “A partir de la percepción de los principios biológicos, del propio cuerpo –completa Bernardo–, hay una conciencia que se desarrolla”. ¿Entonces los hombres, por carecer de útero, por no vivir en su cuerpo el ciclo que empieza y termina cada mes, serían inferiores? De ninguna manera, sólo son diferentes. “Superior e inferior –aclara Román– son principios del patriarcado.”

El círculo


El mundo se representa como un círculo; el ciclo de la agricultura es circular, igual que el ciclo de la luna y el ciclo menstrual. Las que adoran a la Diosa también integran un círculo. “Creemos que hay momentos de luz y de oscuridad, pero no como luz buena y oscuridad mala. Lo oscuro se integra dentro de nosotras como la vida y la muerte. Es como la naturaleza; existen el otoño, el invierno, la primavera y el verano. La Diosa y su consorte son una pareja sagrada. Es así en toda la religión pagana –explica Adriana Gómez, sacerdotisa de la Diosa–, salvo que ella es dadora de vida. No hay dicotomía porque están todos los momentos y las figuras integradas. Creemos en una composición cíclica como el yin y el yang y ninguno puede estar sin el otro.” Como una serpiente que se come la cola, como la representación del tiempo en un reloj, de círculo se habla cuando se reúnen las mujeres a adorar a la Diosa, en círculo sehacen los rituales y ese círculo no tiene que dejar huecos porque si no la energía se escapa. Así como se sentaban los indios para sus ceremonias, los chamanes para contar sus historias y los nietos en torno del abuelo o de la abuela. Las sacerdotisas no son superiores a las iniciadas, en todo caso, sus hermanas mayores. “Ninguna es jefa –cuenta Román–; ninguna no sabe.” Lo que hay y lo que falta son parte del círculo y de la abundancia y la restricción se puede aprender. “El círculo borra las jerarquías, exige lugar para el consenso y para el disenso.” La Diosa es una y son muchas, es la Pachamama de los diaguitas argentinos, la Sirena del Paraná, la Diosa madre de los mapuches, la luz mala de los huesos y la Vieja vestida de novia que habita La Pampa. La Jaguar de los Andes y del Amazonas y también Ixchel, la diosa luna de los mayas, y Sheela na’ gir en Irlanda. La diversidad se celebra porque cada diosa tiene un atributo y hoy se puede ser una pero mañana otra, así como se es joven pero también llegará la vejez con su sabiduría.

La Triple Diosa


La Diosa es una y son tres, como los ciclos de la luna. La doncella –el cuarto creciente– “tiene la fuerza de la primavera, trabaja con la autoestima, es independiente”, dice Adriana Gómez. Esta Diosa rige la primera fase del ciclo menstrual, el que empieza cuando se va el sangrado. Es virgen no porque no tenga relaciones sexuales, sino porque celebra la libertad sexual sin quedar embarazada. La que sigue es la madre, la mujer madura, la que puede procrear, hijos o ideas, es el verano, la época de la cosecha, rige el momento de la ovulación. La tercera es la anciana, la vieja sabia, la que también celebra la sexualidad, rige el período previo a la menstruación y también la menopausia. “Es la que tiene la visión oracular, la que enseña cómo atravesar las etapas que ella ya ha vivido con sabiduría –continúa Gómez–. Es lo contrario a lo que plantea el patriarcado, que la mujer madura ya no sirve más y por eso se ponen tetas, se cortan, se sacan, se arreglan.” En la mayoría de las culturas antiguas aparece una diosa triforme, incluso Analía Bernardo la descubrió en las mamushkas rusas, esas muñecas que entran una dentro de otra: “Una de las trinidades más antiguas de la mitología rusa procede de Siberia. Es la diosa Umai y sus dos hijas que los nativos de la región identifican con los montes Altai. Un lugar donde pervive el chamanismo de origen femenino más antiguo del planeta y que las violentas prédicas cristiana, islámica y soviética atea no lograron eliminar del todo”. Hay un cuarto arquetipo, que representa la luna nueva, el invierno y el momento de la menstruación: es la diosa oscura, la de la muerte que es también la resurrección, la transformación, el pasaje de un estado a otro. Todas tienen su consorte, no como marido sino como amante, amoroso y dedicado, hermano y pareja. Pachamama tiene a Illapa; Isis tiene a Osiris –y también a su hermana gemela, Neftis, la oscura, la de las profundidades de la tierra–; Ishtar, la diosa babilónica del cielo y la tierra fértil, a Ereshkigal. Algunas, las creadoras, han parido a su consorte, como Kali a Vishnú. El goce del sexo, el orgasmo son modos de iluminar la conciencia y expandir la energía –aun cuando la actividad sexual sea en soledad– y no está atada a la reproducción. “El conocimiento de las plantas anticonceptivas como la artemisa era un saber que pasaba de una generación de mujeres a la siguiente sin intervención de los varones, aun en los primeros meses sin sangrado –explica Bernardo–, y los que participaban del chamanismo de la Madre Tierra aprendían de las mujeres chamanas a usar esas hierbas en beneficio de las mujeres. El Dios de los católicos que prohíbe a través de sus obispos y sacerdotes el acceso a la anticoncepción es, desde la perspectiva sagrada, una deidad entre muchas otras.” Y cada una puede elegir a quién rendirle culto.

La sangre.


La sangre menstrual es la única que el cuerpo expulsa sin ningún acto de crueldad previa, sin más heridas que la necesaria para que el ciclo vuelva a empezar. Esta sangre es sagrada para quienes adoran a la Diosa y por eso se la ofrendan. Según las tradiciones celtas que Sandra Román rescata, el Grial no es más que el recipiente en el que se recoge y entrega la sangre de las mujeres que menstrúan. Es un período de profunda sensibilidad en el que las mujeres están más perceptivas que nunca, ideal para consultar oráculos y confiar en las visiones y la intuición, un don sobre todo femenino. “Ritualmente la tierra pide sangre y se la das, y la Madre Tierra te devuelve energía a través de la vulva”, dice Román y es por eso que antiguamente las mujeres celtas danzaban desnudas sobre los campos sembrados para fertilizarlos. Y también para recibir su energía. Para las cultoras urbanas del feminismo espiritual, esta práctica es al menos complicada. Se puede realizar sobre macetas, sobre todo sobre aquellas plantas que necesiten vitalidad. “Yo trato de transmitir la recolección del sangrado –dice Miriam Wigutov–. Trato de transmitir de una manera ecológica el fenómeno de sangrar. Las toallitas son lo más antiecológico que existe para el planeta y para nuestro cuerpo porque tienen blanqueadores que te dejan la vagina destruida. A la recolección se le puede dar varios usos. Hay uno mágico: el de las brujas. Y otro convencional: como ofrenda para regar, para las piedras de poder, para trabajar en la sanación. También recomiendo escucharse, sentarse a tomar un té con el propio útero. Allí hay un secreto que cada una puede empezar a recordar: cuál es mi tradición, cuál mi árbol genealógico. Me importa que la mayor cantidad de mujeres posible pueda conocer esta manera de pensar el ciclo femenino. Porque así estás en otra posición, más valorada, más sagrada. Y aumenta tu poder para conectarte con el mundo de lo invisible.” Analía Bernardo también propone la recolección, usando algodones que después se mojan y se exprimen en un frasco. Más tarde se entierra el contenido en alguna plaza o parque haciendo un hoyo al pie de un árbol, cubriéndolo después con tierra y hojas para no llamar la atención. Y además sugiere una invocación sencilla para “este ritual de comunión regeneradora con la Pachamama y con nosotras mismas: Esta es la sangre que promete renovación/ ésta es la sangre que promete sostén/ ésta es la sangre que promete vida”.

Las brujas
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Despreciadas, temidas, quemadas en la hoguera, feas como monstruos, llenas de verrugas y volando en escobas, eso fue lo que quedó de las brujas en el imaginario colectivo. Mujeres que rinden culto a la Diosa –o las diosas– reivindican y rescatan como principales víctimas de la violencia del patriarcado. Brujas son todas las que reconocen los poderes que se suponen propios del género o al menos más desarrollados como la intuición, la sensibilidad, la capacidad de nutrir, de curar, de transitar entre el mundo de lo visible y lo invisible. Carlos Castaneda también reconoce el poder de las mujeres “para colapsar los parámetros de la percepción ordinaria, para ampliar lo perceptible”. Y el útero tiene un papel fundamental en este modo de la percepción, por eso las brujas, según Castaneda y según las feligresas de la Diosa, entrenan su vientre como un órgano de conocimiento. Como tales las brujas y sacerdotisas –que en definitiva son lo mismo– manejan las hierbas y los elementos necesarios para curar, fertilizar o consultar oráculos. La única regla a la que obedecen en los círculos de la Diosa es “haz lo que quieras pero no perjudiques a nadie”. Porque además, como la vida es un círculo, todo lo que una provoca o da vuelve. Y ninguna bruja que se precie quiere que le devuelvan maldades. “Todas las mujeres tenemos un modo particular de usar el cerebro, podemos atender el teléfono, trabajar y atender a los niños, escribir y lavar la ropa. Podemos ser madre y padre, como la Diosa Creadora. Podemos usar los dos hemisferios, pero la diferencia entre una mujer que hace todo eso y además sabe quién llama antes de atender elteléfono es que la bruja hace todo naturalmente –explica Wigutov–. El antiguo arte saca afuera tu diamante y hace que brille, de eso se trata el entrenamiento. Una bruja puede utilizar su potencial de un modo consciente y deliberado con el objetivo de ligar los dos mundos.” Hécate es una de las manifestaciones de la diosa anciana y es, a la vez, la madre de las brujas. Igual que Lilith, la otra, la condenada a la oscuridad, que rige la sensualidad, el poder de atracción. “En mi familia hay una bruja por generación –dice Adriana Gómez–, pero yo soy diferente porque ellas invocaban a la Virgen María para curar. Yo me hice hija de la Diosa. Hoy ser una bruja significa ser rebelde, como las mujeres que se opusieron al sistema desde distintos lugares. Ellas fueron las herederas de una sabiduría ancestral. Eran las otras. Por eso querían desterrarlas y matarlas. Nunca se supo cuántas mujeres murieron en la hoguera por la Inquisición, pero se estima que entre tres y nueve millones. Hoy significa hacerte cargo de tu propio poder, decir que no cuando lo tenés que hacer, defender a tus hermanas, defender la tierra.”

Ayúdate a ti misma
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El culto a la Diosa no es una religión, porque religión remite a estructuras verticales y dogmáticas. Es una práctica espiritual para algunas, es una forma del feminismo cultural para otras. Y es también una herramienta de autoayuda y ésa es su manifestación más expandida. “Trabajar con los arquetipos de las Diosas ayuda a recomponer tu mundo interno, a evitar las situaciones depredadoras. Conociendo los mitos sagrados femeninos, las mujeres pueden reconocerse y empoderarse”, dice Bernardo. Se trata simplemente de reconocer lo sagrado en el propio cuerpo, de redescubrir sus capacidades y convertirlo en un lugar de placer, “al contrario de lo que proponen las religiones tradicionales que te exigen abandonarlo, salir de él porque su goce es pecaminoso”, dice Román. “Encontrarse con la Diosa –dice Adriana– es como volver a casa.” Y en ese lugar es fácil sentirse seguras.     





lunes, 16 de julio de 2012

La Senda de Lilith

Valor Guía Moral
10 No dedicarse a nuevas experiencias que puedan traer la iluminación
9 No intercambiar información con otros tipos de seres sobrenaturales
8 No testear tu propio coraje y debilidades cuando la oportunidad te es dada
7 No dedicarse a la búsqueda de información que pueda asegurar que Lilith es el primer vampiro si el riesgo es moderado
6 Ayudar a otros cuando no sacas ninguna ventaja
5 Actuar honorablemente cuando no se necesita. No dedicarse a la búsqueda de la evidencia de Lilith cuando el riesgo en menor
4 No matar a un mortal cuando es necesario
3 Sentir culpa sobre lo que hiciste cuando estabas en frenesí.
2 Moderarte sin razón;. Confiar en humanos;. No dedicarse a la búsqueda de la evidencia de Lilith cuando no hay peligro.
1 Beber sangre de animal cuando hay de humano disponible.  


De entre las leyendas de los antiguos hebreos, hay una que me seduce y a la vez atemoriza, Lilith, madre de los demonios, la inmortal, la que toma la vida en vez de darla. Figura antigua, que esconde el misterio del desierto y la Biblia, desterrada por voluntad propia del paraíso. Una de las diosas del amor y la sexualidad, aunque pocas con tal carga de oscuridad y furia, mas me pregunto, si leemos con atención, si esa leyenda no es una respuesta y testigo al cambio del culto a las diosas al de la adoración de los dioses.

Sus pecados

Lilith osó decidir sobre su placer, sobre su sexo rojo.
Lilith osó pensar que tenía los mismos derechos que Adán, el primero de los hombres.
Lilith, madre oscura, osó pensar que tenía derecho a la voz y a la palabra, derecho al logos divino, al nombre de Dios.
Ella dispuso de la palabra, de su cuerpo y vivió o vive de acuerdo a sí misma, lejos de las obras de los hombres, lejos de sus ciudades, aunque todavía regresa a ellos, a los que sueñan; a unos les proporciona placer y de otros toma su sangre en medio de atroces pesadillas.
Ella pronuncio lo impronunciable. Para liberarse del abrazo de Adán, que deseaba poseerla, exclamó a los cuatro vientos, la palabra secreta, la voz que revela el rostro del Señor, y por medio de este poder, voló lejo del primer hombre. Se desterró al desierto, pero por voluntad propia, y eso, en algunas leyendas, la recompenso con la inmortalidad, pues ella no fue condenada junto a Adán por el robo de la fruta del conocimiento.
De este modo, ella representa la explosión que liberó los límites del mundo de la imaginación y del conocimiento, poniendo en escena el lado oscuro de la Creación. Con su paso por los siglos y las culturas se libera la esencia oscura con la que comienza y termina los sueños y los deseos.

Después de la caída

Las leyendas cuentan que cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, Adán la buscó y ella salía del fondo del mar para encontrarse con él en sus sueños. También se dice que la verdadera razón de la enemistad entre Caín y Abel fue el deseo de ambos por poseer a Lilith.

Relato de la Creación

Según el Bereshit -el equivalente al Pentáteuco cristiano1-, como en otros mitos de la origen, con la primera creación de D’s2 o del ser o seres creadores3, y era el resultante de una unión absoluta y armoniosa de los géneros conocidos en Uno: el Andrógino. Un ser completo y perfecto en sí mismo, poseedor de ambos sexos y de una gran sabiduría, inferior sólo a la de su creador.
Este ser es conocido en la mitología hebrea como el Adam Kadmón, hombre prototípico y primordial (Gen. 1:26 “Dijo Elohim: Hagamos al ser humano a nuestra imagen como a nuestra apariencia”, Gen 1:27 “Creó Elohim al ser humano a su imagen, a la imagen de Elohim lo creó: Macho y hembra”.)
Para los textos hebreos como el Ma’aseh Bereshit -relato de la creación y una especulación mística-, Adam Kadmon es el resumen de lo cósmico y está en perfecta armonía entre lo femenino y masculino.
En el Bereshit Erubin se menciona a un ser con un rostro masculino que miraba hacia delante y uno femenino que miraba hacia atrás, unidos por la espalda. Como la circunstancia entorpecía la capacidad de movimiento y dificultaba la conversación, fue dividió por la divinidad y dio a cada mitad una nueva espalda.
Esta división hace que la humanidad descienda a una especie de infrahumanidad. Ahora los hombres y las mujeres estaban separados y no podía acceder a los sepiroth ni a los planos superiores de la creacción, y muchos autores cabalísticos afirman que la misión de la humanidad es reconstruir al Kadmón original.
La creación de este Adam Kadmón es reemplazada por Adán, que es creado el sexto día, luego de dar nombre a los animales de la creación.
En el Bereshit Yebamot 63 a. explica que, luego que Adan viera desfilar a las parejas de animales y todos los seres vivientes, sintió celos de su amor y, aunque intentó copular con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. “Todas las criaturas menos yo tienen la pareja apropiada”, rogó a D’s.
Las prácticas zoofílicas son comunes entre los pastores de Medio Oriente de aquellos tiempos (y muy posiblemente lo sigan siendo) y figuran unas tres veces en el Pentateuco. Un antecedente se podría encontrar en el Poema de Gilgamesh, donde se relata que Enkidu ( un hombre-bestia) vivía con gacelas y se codeaba con otras bestias salvajes, hasta que, en el abrevadero, la sacerdotisa Aruru cohábito con él durante siete días y seis noches.
Según el Yalqut Reubeni, “D’s formó entonces a Lilith, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán, aunque utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro” y continúa: “De la unión de Adán con este demonio-hembra, y con otro como él llamado Naamá, hermana de Tubal Caín, nacieron Asmodeo e innunmerables demonios que todavía atormentan a la humanidad”. Lilith.
En la demonología hebrea aparecen, entonces, los espíritus o Ruchot, las pestes o Masqim y los destructores Chabalim. A todos se los puede englobar dentro de los Shedim, un término derivado del arameo Shida, significa “demonios”. Pero los Shedim tienen una doble naturaleza: pueden ser benevolentes e incluso ayudar a la actividad humana, pero casi siempre son causa de problemas. Y casi todos son de género masculino.
Lilith fue perdiendo ciertas características en la tradición hebrea Las ideas de los sacerdotes fueron deslavando el origen divino y la fuerza sobrenatural de lilith hasta convertirla en un simple demonio-hembra que perseguía a los hombres promiscuos.

Influencia Babilónica

En la zona de Mesopotamia existieron ciudades-estado mucho antes de que los hebreos comenzarán a formarse como cultura. Gran parte de sus leyendas, mitos y cultura provienen de ese lugar.
En Babilonia existían los demonios-hembras, ellas estaban presentes en los nacimientos y, durante los trabajos de parto, trataban de herir o atacar directamente a la madre, con el fin de robar al recién nacido para luego matarlo.
En los textos se señala que Labartú , demonio-hembra que vive en las montañas o en las riberas de los ríos, su apariencia es espantosa, con cabeza y cara de león embravecido y piel blanca como arcilla. Gruñe como león y aúlla como chacal. De esencia salvaje y despiadada, su sola presencia significa destrucción. Los encantamientos que usaban para protegerse de ella hablaban de la destrucción como su naturaleza profunda.
Labartú en asirio, Dimme en sumerio y Lamashtú en acadio,  dará origen a la Lamia griega, animal fabuloso, de naturaleza aterradora, y que fue emparentada con Lilith por los monjes medievales. Según la mitología griega, Lamia fue amante de Zeus, con quien tuvo una prolífica descendencia hasta que la celosa Hera mató a todos sus hijos, menos a Esquila. Lamia perdió su belleza y, en venganza por su prole asesinada, secuestra a los recién nacidos. Tiene cuerpo de reptil y la cabeza de una mujer hermosa.

Isthar y Ereksigal, hermanas divinas, diosas opuestas

De la vieja mitología sumeria, la primera gran civilización de Mesopotamia, hay una leyenda que cuenta como Isthar descendió a los infiernos, para rogarle a su hermana Ereksigal, reina del inframundo, que le devolviera a su amante, el dios Tammuz o Dumuzi. En cada puerta antes de llegar al palacio del infierno ella debió entregar algo importante para ella: ropa, joyas, etc., pero esa es toda otra historia, y una importante, que revela mucho de la venganza y la ira, del odio y los secretos que se guardan en lo más alejado de nosotros mismos, en un lugar propio que convertirmos en nuestro propio inframundo, ya habrá tiempo de desmenuzarla en otra ocasión.
Bueno, a lo que quería llegar, a Lilith le viene de Isthar otra característica que se reconoce en ella: El poder de seducción; y de Ereksigal, la furia y la destrucción.
La veneración que recibio Lilith hizo que ésta tomara siempre aristas enigmáticas. esta figura representa el poder femenino de la seducción. Opuesta pero complementaria a nuestra diosa, Isthar es la Diosa Madre, la Reina del Cielo.
Ishtar conocida como “Astar de Siria”, y muchas diosas similares o acaso la misma con diferentes nombres -Anath, Astarté o Qadesh-, recibieron adoración como “Damas del Cielo”. Y, por ejemplo, en los motivos de Qadesh se introduciría la idea que aparecerá en la iconografía de Lilith: la diosa parada sobre leones.

La historia continúa en el desierto

La historia de Lilith después de su huida del Paraíso continua, ella acepta a los demonios del desierto como amantes, y desova muchos miles de demonios niños; ella fue llamada Madre de los Demonios. En algunas versiones se cuenta que en el desierto se entregó a la lujuria a Asmodeo, el Rey de los demonios, quien la llevaría a vivir con él al inframundo, aunque pasado un tiempo la expulsó por lo problemas que el causó. Y después se apareó con otros demonios, dando a luz a los Lilim a razón de más de cien al día, seres demoníacos cubiertos de pelos.

Apostillas al Libro

En la corriente principal de las leyendas, el Señor envía a tres ángeles para que la hagan regresar, pero cuando la encuentran, rodeada por los espíritus del desierto, entablan una discusión. Una que podríamos imaginar así.
Ángeles: ¡LilithRegresa con Adán de inmediato o te ahogaremos!”
A los que Lilith preguntó:
¿Cómo puedo regresar con Adán y vivir como una esposa honesta después de aparearme con los espíritus del desierto?
- ¡Si te niegas morirás!, replicaron.¿Cómo puedo morir    — pregunto Lilith — si Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos: de los niños hasta el octavo día de vida, el de su circuncisión. Y de las niñas hasta el vigésimo día. No obstante, os hago esta promesa, si alguna vez veo vuestros tres nombres o vuestras efigies en un amuleto sobre un recién nacido, perdonare esa vida.
Los ángeles accedieron al trato, pero Dios la castigó y fue maldecida, convirtiéndola en demonio y viviendo, según las distintas versiones, en la región del aire y los ángeles hacen que un centenar de sus hijos perecezcan cada día; y cuando ella no puede destruir la vida de un infante debido al amuleto angelical, se vuelve contra los suyos propios.

Otras leyendas de Lilith:

- Lilith es llamada la Isheth Zenunim (la Mujer de la Prostitución) en la literatura folklórica judía, y vive dentro de espejos para seducir la vanidad de las jóvenes.
- Algunos estudiosos Bíblicos la relacionan con la forma femenina del monstruo leviatán2, y la “gran Ramera de Babilonia” en el Apocalipsis.
- En la Cábala, Lilith es asociada con la Cáscara Qliphotica de Nehemoth, la antítesis de la Esfera de Malkuth en el árbol de la Vida. Malkuth/Nehemoth es el “reino” de la Tierra en Assiah, o el Plano Material. Esto es coincide con las leyendas del Zohar, donde Lilith está atada a la Tierra eternamente, libre de la maldición de la Muerte pero incapaz de trascender a los reinos superiores.
- El profeta hebreo Nahum describe a los ejércitos de Asiria guiados por Lilith: ” Los jinetes levantaron tanto la espada brillante como la refulgente lanza : Y hay una multitud de masacrados, y una gran cantidad de animales muertos; Y no hay final para sus cadáveres; Ellos se tropiezan con sus cuerpos: A causa de la multitud de prostituciones de la agraciada ramera, la concubina de las brujerías, que las naciones las naciones fueron vendidas mediante sus prostituciones, y familias enteras a través de sus brujerías “. Nahum 3:1-4
- En otras versiones, muy posteriores, ella regresa al paraíso con la apariencia de Serpiente, para tentar a Eva. Ésta fue una imagen recurrente en el arte de la Edad Media, donde la serpiente es representada con la cabeza de una mujer (aunque también se puede tratar de una interpretación machista del mito, en la que se elimina la responsabilidad de Adán).
- Lilith fue una vez la consorte de Samael, el ángel de la muerte, pero él la expulsó de regreso al desierto, cuando no pudo dominarla.
- Algunas leyendas la consideran el primer vampiro, pues ella huyo del paraíso antes de que el Señor maldijera a Adán y a Eva. Después ella fue a encontrar a Caín al ser desterrado por Dios por el asesinato de Abel, y ambos crearon a los vampiros (es evidente que esta historia es muy posterior a al origen). En algunas tradiciones, ella es la madre de Caín.
- En las leyendas teutonas, Lilith es asociado al fuego y ha sido descrita como una criatura bella de la cabeza al ombligo, pero como un ‘ fuego ardiente del ombligo hasta los dedos de los pies.
- Lilith, como la diosa guerrera que destruyó los hijos de Job en el desierto, y liberó los animales que ellos habían capturado. Lilith ama a todos los animales y esta conectada a ellos por su naturaleza fiera, esto es quizá rastros de una antigua diosa del bosque.
- Algunos dicen que Lilith estuvo al mando como Reina de Saba, y otra vez en Zmargad; Y se apareció delante el trono de Salomón disfrazada como una ramera de Jerusalén. Sospechando quién ella era, Salomón la persuadió con engaño a dejar expuesto sus pies de búho al cubrir el piso del cuarto del trono con espejo claro, dándole la apariencia de agua, así es que Lilith tuvo que levantar sus faldas cuando entró. Esto recuerda a las diosas de Mesopotamia, que estaban rodeadas de animales, en especial de lechuzas.
Y muchas otras historias más, relacionando a la oscuridad de la noche, a su reina y a los sueños surgirían con el paso de los siglos. De hecho los íncubos y sucubos nacerían de estos cuentos.

Antes del final

Lilith, para mí, representa, como buen aprendiz de brujo jungiano, ese sitio en el que los hombres somos débiles y tememos al poder femenino, un poder que puede otorgar el placer extremo o ahogarnos en su rabia. Y como la sexualidad esta en ella, también los productos de ella están en su mitología, los niños recién nacidos,  muertos ha poco de nacer, pueblan su tenebrosa morada, entonando un canto infeliz y lleno de reproches.

Lilith en la astrología

En astrología también existe una posición lunar llamada Lilith o Luna Negra. Esta se presenta cuando la Luna se encuentra en el punto más alejado de su órbita de la Tierra. Este punto simboliza el inconsciente más profundo del ser humano, esa represión que tiene el ser humano dentro de sí. En psicoastrología Lilith representa lo que lleva a esa situación límite para que la válvula salte.

Postdata

Les dejo una píldorita como suplemento, un fragmento de una de las historias más viejas de la humanidad. Posiblemente su origen se remonta a narraciones de finales del cuarto milenio antes de nuestra era. En él aparece una diosa, una que serviría para que en una época posterior naciera nuestra Lilith,

Gilgamesh, la épopeya

Gilgamesh no soñaba, la visión era real. Se incorporó y la miró con los ojos muy abiertos.
-¿Quién eres? ¿Cómo has entrado? .preguntó.
La mujer adoptó una postura insinuante. Estaba medio desnuda. Sólo un delgado tul cubría su cuerpo, adornado por riquísimas joyas.
Se movió nuevamente, con experta suavidad. Pero no habló. En su nueva posición, sus senos enhiestos parecían luchar por romper la leve túnica. El rostro de la joven, enmarcado en una larga cabellera oscura y brillante, era perfecto.
Gilgamesh sintió que el deseo lo inflamaba. Nunca había visto una belleza tan perfecta. Recorrió su cuerpo con la mirada y se detuvo a examinar las joyas que encinturaban su cuello y las piedras prendidas de su pectoral de oro. Reconoció aquellos atributos y miró con ojos nuevos a aquellos otros ojos enormes y maquillados de azul. Sin dar crédito a sus sentidos, cayó en la cuenta de que la mujer que se le ofrecía era la misma Isthar, la diosa del amor.
Gilgamesh y la muerte, cap. VI
1 bereshit, significa principio o al principio, con ella comienza el génesis y para los lectores que quieren encontrar las claves de la creación del universo, es por ella donde deben comenzar.
2 El texto que usamos como referencia principal, respentando la tradición hebrea de no utilizar vocales en los escritos, escribe Dios como D´s.
3Si consultas las versiones hebreas de lo que es el cristiano Antiguo Testamento, no resulta claro que haya un sólo y único Dios.
4 Curiosamente, el monstruo leviatán comparte en su nombre el de la tribu sacerdotal del antiguo israel: levi. Ello podría revelar que en el origen, leviatán era un ser creado por el ser supremo para que sirviera a su voluntad.  


Tomo la sangre de los mortales y la transmuto en elixir inmortal
Yo vivo de la sangre
pero los que creen en mi también vivirán del secreto poder que en la sangre oculto se halla 


Lilith lo conocía de tiempo atrás. Al principio se encontraban en lo alto de esa loma, donde ambos reflexionaban en silencio sobre el por qué de las cosas. Cada uno encontraba su espacio y no hablaban, se concentraban en sus propios pensamientos. Luego comenzaron las miradas furtivas, el estudio del otro y su presencia a la distancia; las sonrisas traviesas y finalmente el cruce de palabras.

Él, algunas lunas más joven, tenía una luz de inteligencia en la mirada y la casta bravía de sus antepasados. Portaba el garbo que Lilith acostumbraba ver en algunas aves o en criaturas míticas, como el centauro; Alto, esbelto, fuerte. Siempre erguido, perfecto y con el bello mentón hacia arriba, como retando a la vida a cada paso.

Un buen día, cuando Lilith le daba la espalda para marcharse, la llamó por su nombre. Luego tomó gentil su mano y pasaron horas hablando de todo y de nada, del mundo. Echaron a andar y mientras deshilaban algunas ideas, la llevó a su hogar. Le mostró su mente plasmada en textos, dibujos y su espacio.

Surgió la amistad, la confianza. Poco a poco se fueron identificando hasta compartir mucho más allá que la loma. Usaban las mismas palabras, ideas y hasta algunos hábitos. Así hicieron de ese promontorio su espacio particular, que compartían sin invadirse. Se conducían en perfecta sincronía (lo que en Oriente se conoció después como el Ying y el Yang), hasta el día que la desnudez del cuerpo comenzó a notarse, habían terminado de desnudar su mente.

"No había notado antes que..." solían pensar ambos, mientras sin querer miraban el cuerpo que tenían frente a sí por largo tiempo.

En una ocasión, él le mostraba uno de sus libros y se acercó a oler su cabello. Ella, al sentirlo tan cerca y con una vibra distinta, se estremeció a penas. Luego llegó el beso. Tomando con la mano su largo y esbelto cuello, él la acercó a su boca y la besó. Primero suavemente, como una caricia, y más tarde con fuerza. Ya no quedaba un sólo espacio entre ellos, ahora sí eran uno.

Él dejaba a Lilith moverse a su antojo, hacer su voluntad aunque de cuando en cuando, dejaba sentir sus manos sobre su piel y con firmeza apenas perceptible, la guiaba a una postura diferente. El ritmo era perfecto, la comunión casi milagrosa. Parecían hechos a la medida del otro, uno sólo y dos al mismo tiempo.

Increíblemente Lilith sintió como nunca antes y él lograba culminar sus más fervientes sueños. Todo era nuevo.

Así compartieron varias lunas y aprendieron formas distintas de tomarse, de tocarse y aún, de hacerse plenos. También hablaban por horas, pero ahora recostados uno junto al otro, tomados de la mano.

Lilith no pensaba en nadie más. Estaba aprendiendo y disfrutando tanto, que nunca se dió cuenta que estaba abandonando su preciosa libertad para consagrar su mente a un sólo ser y todo ello por decisión propia, casi sin pensar... ¿Sin pensar? ¡vaya logro!

Su mente se había expandido con la de él, de tal forma que ya compartían territorios y espacios, mientras los cuerpos se acoplaban. Sólo había algo que la inquietaba; cuando él preguntaba cada vez con más insistencia "¿en qué piensas?", matando con ello los silencios antes compartidos.

Fue una cálida noche que, luego de lograr un placer mayor que los ya conocidos le dijo, con su voz bien modulada y varonil "Cuando te marchas me siento sólo, Lilith".

Primer aviso, su columna se pone tensa...

"Lo he pensado mucho y te necesito. Ven conmigo, quédate a mi lado. Te ofrezco lo que soy, nada eterno; sólo lo que soy y lo que vayamos descubriendo juntos. Sin embargo, como a ti, me gustan ciertos momentos de soledad de vez en cuando. Sé que comprenderás cuando lleguen".

Lilith lo pensó y lo supo entonces "¿si esos momentos no son tan sincronizados como hasta ahora? ¿Tendré que decirle siempre en qué estoy pensando? La lucha, la medida de fuerzas y voluntades, la angustia sin sentido, la fractura...No".

Ella lo miró a los ojos y se dedicó a actuar como si no lo hubiera escuchado; como si él nunca hubiera pronunciado esas frases y así, finalmente Lilith dejó de aparecer por la loma.

Con el tiempo volvió y lo encontró como siempre, sentado al borde del vacío, con la mirada puesta en el horizonte y en silencio. Así lo había conocido. Todo volvió al inicio, a los espacios propios y al devenir interno, pero con espacios que ya no llenaban sólo las teorías, también ciertos recuerdos.

Está en silencio el amante filósofo; La primera mujer medita callada. Comparten el mismo espacio, pero al final del día vuelven al propio.Tal como al principio y aún... diferente. El silencio ya no es el mismo. 

A veces Lilith pensaba que vivía en un mundo de hombres, creado por ellos y para ellos. Algunas otras veces se divertía pensando que también ellos podían albergar y aún creerse esa idea.

En ese mundo de hombres, Lilith había vivido buenos momentos, malos, pésimos y excelentes.

No era un secreto para nadie que Lilith socializaba mucho mejor con los varones que con las féminas, sobre todo si éstas intentaban ser una mala imitación de ella misma. Las otras, las evas, le despertaban a veces pena otras desdén, pero nunca empatía. No había ningún punto de coincidencia con ellas.

Muchas veces se acusaba a Lilith de soberbia, tan sólo por no molestarse en ir más hacia el interior y poner más empeño en analizarla. Con ello algunos verían que era simple seguridad y autoestima, largamente trabajadas y ganadas con justicia. Saber quién era, lo que quería y lo que estaba dispuesta a hacer para lograrlo, para ella era muy simple.

Lilith fue escogida como mujer de un hombre sólo una vez: Adán. Al principio fue un poco como Eva, en el sentido de intentar complacer al hombre en todo lo posible; después de todo lo amaba con tanto... Pero cuando descubrió que el placer de Adán cada vez residía más en hacer de ella una posesión por antojo y no una verdadera compañera, el amor se fue diluyendo y su fuerza interna aumentando en forma de rebeldía.

Para Lilith hay cosas que simplemente no se pueden sacrificar, y la más importante es el amor propio.

Como una gota de agua cayendo constante en la roca, Lilith fue perdiendo el interés y, ante las presiones del Creador por modificar su conducta, prefirió dejarlo todo atrás, con el dolor que implica amar a alguien que no comprende, pero sabiendo que era lo mejor para ella.

Lilith lloró con todo su ser femenino, se rebeló e incluso pensó en claudicar con tal de volver a sentir a Adán entre sus brazos. Pero algo la hizo detenerse..."¿Realmente quiero que mi futuro sea como ese pasado que me hizo partir?" Entonces Lilith, negó con la cabeza, se irguió y no volvió a pensar en ello. Además estaba Eva, la SEGUNDA MUJER, esa que sí estaba dispuesta a poner su frente en el polvo con tal de servir a Adán y al creador; con tal de vivir en El Paraíso. Las razones de Eva a veces intrigaban a Lilith, pero como mujer sabía que ninguna de ellas le significaba amenaza alguna, por el contrario.

Pasó mucho tiempo y aún Lilith difícilmente estaba sola. Muchos hombres se acercaron de diferentes maneras: algunos de rodillas y con la frente al suelo, rindiéndole tributo y ofreciendo hacer de ella una reina. Lilith se dejaba consentir sin prometer absolutamente nada y cuando se aburría de ellos, les deseaba suerte con una sonrisa definitiva que no aceptaba réplica ni apelación alguna.

Otros la desafiaban e intentaban atar su corazón a fuerza de sarcasmos y juegos mentales que ella había aprendido bien. Muchos terminaron totalmente humillados y al caer en su propio juego marchaban resentidos, pero siempre pidiendo más. "Son algo extraño estos hombres" se decía Lilith, mas no todo lo grandiosos que gritan ser. Otros emprendían la graciosa huída a escondidas, antes que terminar suplicando como sus compañeros.

Los había también quienes ostentaban cierto poder e intentaban comprarla. Les costaba demasiado darse cuenta que no poseían la moneda necesaria para poseer a Lilith.

Y los menos que, o bien se aproximaban tendiendo su mano y ofreciendo honestamente su persona, o haciendo que la mente de Lilith se intrigara y después su corazón cayera rendido.

Ante todo ello, la "primera mujer" se dió cuenta que casi siempre había escogido a sus hombres; ya sea como pareja, amantes, compañeros, acompañantes o simples experimentos. Cada hombre en la vida de Lilith había sido seleccionado y una vez cumplida su función, "exhortado" a seguir su camino. Así y no al contrario había sido el proceso.

Muchos de esos hombres se habían acercado a ella como amigos, confidentes, compañeros y permanecido así en su camino; otros prefirieron tomar cualquiera de esos papeles antes que alejarse por completo. Algunos otros optaron por desaparecer de su vida. Pero todos acordes a la voluntad de Lilith...

¿Se enamoró Lilith de otro hombre después de Adán? Claro y aprendió de ello. Sin embargo, aún tiene de dónde elegir y tiempo para seguir haciéndolo.

No muy secretamente Lilith sabe que puede enamorarse de nuevo. Al final del día, es dueña de sí misma y el mundo se sigue poblando. Mientras Adán y Eva trabajen por hacerlo y sufran las consecuencias de "su descuido", Lilith aprovecha su tiempo y juventud en pleno. "Que ellos trabajen mientras yo me divierto" bromea. "Si el Padre Tiempo no se detiene, yo tampoco. Aún existe mucho barro en el mundo como para preocuparse. Y si no, confío en que Adán y Eva seguirán cumpliendo con su trabajo" comenta mientras sonríe maliciosa

Lilith, aún tendida sobre su costado derecho, subió la mirada para captar la entrada de la cueva. La luz se había extinguido nuevamente y la noche había caído.

Normalmente el fastidio la hacía presa como la sensación principal en noches solitarias como esa. Sin embargo, en esta ocasión su mente se encontraba poseída, cosa rara, por una sola serie de pensamientos y todos relacionados con ÉL.

Desde que había decidido abandonarlo, expulsando de su piel el aroma que le había dejado en el último encuentro y su nombre del recuerdo, Lilith había estado bien. Dedicaba su día a aprovechar cada minuto y compartirlo sin egoísmo, pues estaba cierta de que cada momento debe ser único y por ello, vivirse en carne propia, al máximo.

Pensaba, reflexionaba, buscaba soluciones, actuaba y se expresaba con libertad, quería hacer rodar al mundo y así era cada centímetro de lo que la hacía Lilith.

Tomaba lo que se le antojaba y lo que no, simplemente lo ignoraba (no era indispensable con seguridad) o lo desechaba sin importar nada más. "La verdad duele" decía, "pero prefiero una dura verdad que mil mentiras tersas".

La verdad de Lilith era que, ahora que había abandonado el paraíso, debía enfrentarse a seres malignos, creados distintos. Esos que están en esta tierra, no con el objetivo de ofrecer ni dar amor, sino para destruirlo. Esa manera de vivir no era disfrutable para Lilith (la hedonista guerrera le llamaban) y luchaba. Hablaba, explicaba, analizaba, justificaba, argumentaba y hasta gritaba, pero nada de eso era suficiente, como nadar contracorriente, para llegar a puerto seguro.

Luego de Adán, algunos hombres intentaron domar a Lilith; algunos forzándola, otros adorándola como una imagen hermosa pero sin vida. Lo cierto es que ninguno logró avanzar gran trecho a su lado o evitar que se aburriera, pero hoy, ese que también debía haber quedado en el pasado, volvía a la mente de Lilith.

Ella siempre había tomado lo que deseaba sólo por el hecho de poder y querer hacerlo. Pero cuando necesitó consuelo aprendió que para recibirlo, debía ser pedido, así como muchas cosas que no aparecen a simple vista y que suelen estar dentro de las personas; muchas veces sin que ellas se den cuenta.

Estar en malas relaciones con el Creador, tampoco resultaba un día en el parque. Luego de solicitar consuelo y ser colmada de amor fraterno, Lilith se sentía fortalecida, pero algo aún le hacía falta. Ese que no abandonaba la mente de Lilith la distraía.

Un buen día, ese varón en el pasado de Lilith recibió el grito de ayuda. Respondió con la misma necesidad : "Lilith, dame consuelo" y con otra tan conocida: "Abrázame y devora mi cuerpo, soy tuyo".

No era la primera vez que ella recibía esa expresa petición, sólo hoy sintió el deseo imperioso de cumplirla.

Recordaba de él su cuerpo desnudo, el pecho amplio y firme donde solía recostar segura la cabeza; las piernas largas y fuertes, sus brazos infinitos, envolventes y esa boca que parecía un abismo, tan placentero, que perderse en él no parecía mala idea aunque fuera por un breve instante.

Lilith sonrió traviesa. Suavemente levantó de su lecho el cuerpo desnudo. Con la agilidad de un látigo agitó su cabello moviendo grácil el cuello. Enderzó la espalda y salió de la cueva, guiando sus pies descalzos hacia la oscuridad.

Ella sabe que la esencia dulce que emana de su cuerpo es capaz de llegar a los confines del mundo, pero sólo le interesa que sea percibido en un punto específico y aún así, lejano.

Avanza elástica, como fiera en plena caza, y encuentra un claro. Se sienta sobre una piedra, reclina su cuerpo suave sobre uno de sus antebrazos, apoya el rostro en una mano y espera.

Él aparece, desnudo como ella, con esa mirada que penetra el alma pero toma suavemente al mismo tiempo, directo a sus ojos.

Como si quisiera entrar en ella a través de sus pupilas y sin apartar la mirada se detiene. En silencio la recorre completa de un extremo al otro con los ojos; le acaricia y cada recuerdo se vuelve presente. La piel blanca y lozana, los ojos brillantes y grandes, los senos firmes y suaves, las piernas fuertes y torneadas, con esas líneas que lo vuelven loco, la boca pequeña y carnosa, pero sobre todo lo demás ese aroma...

Lilith abandona la roca y avanza lenta hacia él. Juega con su cabello y su boca sugiere una sonrisa. Sus ojos no abandonan los de él en ningún momento, ni siquiera cuando está tan cerca que sus alientos, cada vez más acelerados, se mezclan.

Él tiembla un poco mientras Lilith mete entre su cabello los dedos para acariciarlo. Luego, ella le toma suavemente una mano para colocarla en su cintura, sin apartar de él sus ojos.

ÉL se acerca más y coloca sus labios rozando el cuello de esa primera mujer y, antes de hacer contacto entre la humedad y la piel, le dice quedo: "Te deseo".

Lilith se inclina un poco y ofrece esa larga línea de su cuello a los labios de él, al tiempo que toma su otra mano y la coloca sobre una de sus nalgas para abrazarse a él con fuerza.

Electricidad. Él siente cómo ella se va estremeciendo conforme sus manos van recorriendo primero la suave y torneada espalda, luego los duros y redondos glúteos, después los fuertes muslos pero aún, suaves y cálidos. Le toma suave los hombros y los besa, a la vez que siente cada vez más poderoso ese aroma que se va mezclando con su propia saliva.

Él se separa apenas del cuerpo de ella, sólo lo suficiente para buscar su boca, esa boca que le han dicho que es la condena eterna y que le responde húmeda, entregada y embriagante. Ya nada importa; los labios se tocan, se frotan, se mezclan y, antes de darse cuenta, Lilith sube una pierna a la cadera de él, regalándole el mapa al paraíso verdadero, mientras con las yemas de sus dedos largos y finos, recorre suave la espalda de su compañero.

Él percibe que su cuerpo cosquillea y ya no puede controlarlo. Se siente el hombre más fuerte, el más poderoso. Su cabeza no funciona, sólo el cuerpo que ahora se encuentra húmedo y en tensión.

Sin apenas percatarse, toma por detrás la parte interna del otro muslo de Lilith y la monta sobre su miembro mientras avanza hacia un árbol para poder sostenerse mejor. Ella se deja llevar, pero de tal foma que es la espalda de él la que se apoya en la corteza, al tiempo que sus labios mordizquean y humedecen el cuello y pecho de su amante varón, enardeciéndolo más.

Lilith lanza un suspiro profundo cerca de su oído y él siente que pierde la voluntad por completo; "Sé mía Lilith, dame tu cuerpo. Quiero que seas mía , sólo mía" le dice quedo de nuevo.

Lilith sube y baja rítmicamente mientras sus rodillas aprietan con firmeza las caderas de él y, como animal salvaje0, araña un poco su espalda; el placer se acerca.

Él cierra los ojos; ella gime. Él le acaricia los senos y su lengua juega con ellos, luego embiste. Lilith lo deja hacer mientras lo observa con los ojos entrecerrados y opacos. Arquea hacia atrás la espalda y él aprovecha para penetrarla con más fuerza. ¡Ahhhhhhhhh el paraíso! lo demás no importa. Ambos bailan con sus cuerpos conectados de nuevo y compartiendo el aliento, como antes.

La primera mujer se alimenta de su fuego, lo atraviesa con la mirada y él entrega su esencia en cada movimiento, mientras ambos parecieran abandonar sus cuerpos al servicio del placer. ¡Pobres Adán y Eva, de cuánto se pierden!

Ambos se mueven con más ritmo, sincronizados ahora, iguales. Ella suspira y él gime; ella gime y él suspira. El grito al unísono que desgarra el alma....Y luego el silencio.

Se cortan ambas respiraciones, las miradas se conectan congeladas. Llega la nada y el mundo parece detener su rumbo. El tiempo queda estático y con apenas un hilo de voz Él suplica: "Lilith, sé mía para siempre, sólo mía para siempre".

Ella se detiene. Su mirada se enfría y parece penetrarlo con ella. Apoya las palmas de las manos en el pecho de su compañero y destrenza las piernas. Sus pies se posan firmes otra vez en el suelo y le vuelve la espalda. Mientras tanto, la cadencia de su contoneo y la visión de su cuerpo desnudo alejándose provoca en el amante que un frío vacío lo invada por dentro. Silencio. 

Génesis 1 27. "Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; lo creó a la imagen de Dios, los creó varón y mujer.28. Y los bendijo, (…)."

El varón se llamó Adán y la mujer Lilith (según consta en la literatura hebrea).

Lilith, la primera esposa de Adán, estaba hecha con "arcilla del mismo suelo", igual que él. Era hermosa, vital, inquieta, inquisitiva… libre… y no disimulaba su risa cuando Adán, todavía un novato en ésto de estar en el Paraíso, se equivocaba o hacía torpezas.

La mirada divertida y burlona de Lilith lo desconcertaba. ¿Cómo se podía reir de él, que estaba hecho a imagen y semejanza de Dios y Dios era perfecto y todo lo hacía bien?

En los primeros tiempos, Adán estaba entusiasmado con esta mujer que le representaba todo un desafío. Pero después se cansó de tener que reflexionar con ella, negociar y llegar a acuerdos en los que en ocasiones, según él, "salía perdiendo"… Además ella no quería estar siempre "abajo", sabía lo que quería y pedía lo que tenía ganas. Era "demasiado" demandante.

Fue por esa época que él se tomó muy en serio lo de "dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se mueven en la tierra", y comenzó a dar órdenes que Lilith incumplía cuando lo consideraba necesario.

Desalentado, Adán visitaba a Dios y le contaba sus tribulaciones. El Creador, cansado de tantos lamentos, habló con Lilith:

"Adán es un buen muchacho, mira que te tiene paciencia con ese tempramento que tienes, ¿dónde vas a encontrar a otro? Mejor házle caso, obedécelo y todo irá bien para todos."

¿Hacerle caso? ¿Subordinarse a ese "buen muchacho" incapaz de entender que eran diferentes, pero que eso no debía ser precisamente un obstáculo? ¿Obedecer a aquél, reacio a aceptar que una convivencia sin jerarquías, en un plano de igualdad, es mucho más disfrutable que la rutina de mandar y obedecer? No, decididamente NO. Habían sido creados el mismo día y de la misma manera; por lo tanto tenían los mismos derechos.


Así argumentó Lilith y se fue a nadar despreocupada a la cascada, dejando a su paso un delicioso aroma a hierbas y musgo que hizo suspirar al creador.

Indudablemente la "rebeldía" tenía su encanto.

Un día, cansada de los lloriqueos de Adán y de las presiones de Dios, Lilith decidió que el Paraíso no tenía nada de maravilloso y se fue. Así de simple, sin sentir una pizca de remordimiento o de culpa.


Cuentan que le dejó todo a Adán, no se llevó ni una hoja de parra, no le hacía falta. Su desnudez la hacía hermosa y fuerte.

Dios respiró aliviado creyendo que habían acabado todos los problemas, pero no. Adán estaba insoportable; a pesar de toda su cacareada autosuficiencia, la soledad le pesaba. Ya nadie aplaudía lo que hacía, ni le daba las gracias; nadie reía de sus chistes, ni lo cuidaba de noche; no tenía una suave piel a su lado ni esa voz encantadora que lo tranquilizaba. Ni las sumisas ni juguetonas cabras podían sustituir la alegría de Lilith, tampoco la vista de los hermosos y briosos caballos se comparaban con observarla peinar su larga cabellera a contra luz mientras caía la tarde.


La tristeza de Adán conmovió al Creador… Además, quería sacarselo de encima. Había que reconocer que, sin una mujer, ese muchacho se ponía muy fastidioso. Entonces Dios decidió darle una compañera menos "independiente".

Génesis 1 18. Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". (…), con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.
23. El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre".

Cuentan algunos que el principal obstáculo en las relaciones entre Adán y Lilith se presentaba cuando él quería tener sexo con ella y le exigía ponerse debajo, lo que Lilith consideraba una ofensa por ser su igual y se resistía o se negaba de plano a tener relaciones con él en esas condiciones.

Otros, menos magnánimos, comentan que al abandonar el Paraíso, Dios envió a sus ángeles para que convencieran a Lilith de regresar, con el argumento de que "la mujer desea al hombre y ha de seguirle". Pero ella no quiso saber nada de ésto y coo consecuencia de ello cayó sobre su persona una maldición.

Por ello cuentan algunos que se convirtió en un demonio que habitaba en una oscura cueva y que, al poblarse el universo, se dedicaba a encantar a los hombres y atraerlos para ser tomados sexualmente a placer por ella y otras diablezas, sólo para después desecharlos sin pensarlo dos veces, hechos unos verdaderos guiñapos. 

....

Tal es la leyenda...