Rescatamos un caso que, quizá por su extrañeza,
estuvo muy en boga durante la década de los 80. Hablamos de las extrañas
luces rojas aparecidas en un cortijo en la localidad almeriense de
Alcolea.
Las extrañas luces se daban siempre en el mismo cortijo,
hoy en día abandonado, situado en el paraje de Los Llanillos, a escasos
2 km. de Alcolea, donde se dice que un párroco ahogó a un niño recién
nacido en un aljibe del lugar.
Los ancianos del lugar no dudan en decir que el fenómeno
es algo común, que se empezó a manifestar después de la guerra civil y
que su aparición ha sido recurrente.
Hay testigos que incluso han afirmado que tras la luz se
esconde una figura de gran tamaño negra. Otro vecino, que tuvo que
abandonar su casa, situada cerca de donde se dan los fenómenos, afirma
que la luz mueve las ramas de los árboles y emitía un gutural sonido.
Pero sin duda la anécdota más sonada en el lugar es la
de tres jóvenes de la localidad: Cayetano Galafat, Francisco Ruiz y
Manuel Escudero que, como todas las noches, fueron a regar una finca muy
cercana al lugar de los hechos. Los tres jóvenes bromeaban con la
situación e incluso se gastaban bromas entre ellos hasta que sus propios
ojos vislumbraron el fenómeno, lo que provocó una acelerada vuelta por
donde habían venido hasta llegar al pueblo y contar lo sucedido.
Hace 20 años las luces dieron sus últimas señales de
vida, ¿Qué pudo ser? ¿Quién o quienes pudieron producirlas? El misterio,
como siempre, está servido.
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