Conocido en Mongolia como Olghoï-Khorkhoï, fue
visto por primera vez en 1926 en el sur del desierto de Gobi en
Mongolia. Fue descrito como un gusano largo y fino de 60 cm de largo. Se
reportó que esta criatura es capaz de rociar a sus víctimas con ácido,
el cual causa la muerte casi instantánea.
También se le atribuye la habilidad de matar a
distancia, dando una fuerte descarga eléctrica. Fue visto numerosas
veces, incluso por el presidente de Mongolia. Se comenta que la
criatura, hiberna durante la mayoría del año, excepto durante junio y
julio.
Las Investigaciones
El estadounidense Roy Chapman Andrews ,del
Museo Americano de Historia Natural, que, entre 1922 y 1930, lideró
varias expediciones pioneras al Gobi . En su obra ” La reconquista de
Asia central”( 1932), Andrews no sólo nos dejó una vívida descripción de
los pintorescos paisajes del gran desierto mongol ” donde los
acantilados son como castillos medievales con agujas y torretas que bajo
el sol del atardecer adquieren maravillosos tonos de rojo ladrillo”,
sino que además tuvo tiempo de documentar las creencias de sus
habitantes. De este modo, se convirtió en el primer occidental en
divulgar las historias de los pastores nómadas del Gobi acerca del
temible Olghoï-Khorkhoï,- un vocablo que quiere decir “gusano-intestino”
– una enigmática criatura capaz de fulminar con su potente veneno a
cualquier ser viviente: “Se trata probablemente de un animal mítico,
aunque puede ser que haya algo de cierto en lo que me cuentan , ya que
todos los mongoles del norte del país creen en su existencia y lo
describen prácticamente igual.
Mide alrededor de 60 centímetros, posee un
cuerpo en forma de salchicha y no tiene ni cabeza, ni patas; es tan
venenoso que tocarlo significa la muerte instantánea. Se dice que habita
en las regiones arenosas más secas del desierto occidental .
Por su parte el checo Ivan Mackerle, dirigió
una expedición al desierto del Gobi en 1990. Durante su viaje recogió
testimonios muy similares acerca del gusano-intestino. Un pastor mongol
le dijo que ” se parece mucho al intestino de una vaca, su piel es de
color rojo sanguinolento o salami y resulta difícil distinguir la cabeza
de la cola ya que no posee ni ojos, ni nariz, ni boca visibles”. Añadió
también que ” la criatura se desplaza de un modo extraño, bien rodando,
bien arqueando el cuerpo hacia los lados y que se siente atraída por
los objetos de color amarillo”. Otro testigo, Yanjindgin Mahgaljav,
aseguró haber visto como el gusano-intestino mató una manada entera de
camellos al sur de Nyon en los años 60.
La clave del enigma
Aunque este tipo de anécdotas evocan la imagen
de uno de esos seres alienígenas que suelen aparecer en las películas de
ciencia-ficcion, lo cierto es que tanto el aspecto como los hábitos del
Olghoï-Khorkhoï parecen apuntar a una explicación mucho más mundana. O
al menos eso es lo que opina el criptozoólogo francés Michel Raynal
quien recientemente ha propuesto que el enigmático gusano-intestino del
Gobi podría ser una especie desconocida de anfisbenio.
Los anfisbenios son unos animales muy
singulares y podríamos definirlos como “los topos” del grupo de los
reptiles ya que viven en galerías que ellos mismos se encargan de
excavar. A pesar de que comparten un ancestro común con los lagartos y
las serpientes han desarrollado toda una serie de características
anatómicas que los diferencian de ellos y que están relacionadas con su
peculiar modo de vida.
Los expertos les dan el nombre vulgar de
“lagartos-gusano” y no es para menos: tienen un cuerpo cilíndrico,
grueso y alargado y la mayoría carece de extremidades. Además, sus
escamas están dispuestas en círculos alrededor del cuerpo, lo que les da
un aspecto segmentado semejante al de las lombrices de tierra. Hasta en
la manera de moverse son únicos ya que pueden desplazarse tanto hacia
adelante como hacia atrás y lo hacen arqueando el cuerpo hacia los
lados- como los reptiles- o por medio de ondulaciones ascendentes y
descendentes como las orugas. Los ojos de los anfisbenios son diminutos y
la cabeza y la cola pueden llegar a tener una forma tan parecida que, a
veces, resulta difícil distinguirlas (De hecho en Colombia les llaman ”
serpiente de dos cabezas” ). En definitiva, casi todas las señas de
identidad que caracterizan a este grupo de reptiles subterráneos (el
grosor de su cuerpo, la manera tan peculiar que tienen de moverse, la
dificultad para distinguir entre la cabeza y la cola, su aspecto
anillado, etc…) coinciden a la perfección con las del temible
gusano-intestino de Mongolia.
Excepto una: los anfisbenios son criaturas
inofensivas. ¿ Cómo explicar entonces el aura de animal mortífero que
rodea al Olghoï-Khorkhoï?. Incluso en este aspecto los anfisbenios
siguen proporcionándonos un sólido punto de referencia pues en algunas
regiones existe la creencia errónea de que se trata de animales
altamente venenosos.
Fuente:www.criptozoologia.org
Como las notícias de este gusano son bastante antiguas, la información en internet a proliferado como las setas en otoño degradando en muchos casos a posts realmente de ciencia ficción, donde el gusano en cuestión se ha convertido en un megabicho monstruoso y devora humanos, más parecido a los de la peli de Temblores. He elegido tomar prestado el post de esta web por parecerme el más sensato y menos corrompido. Supongo que al paso que evoluciona el gusano Mongol en la red, en breve se presentará como los míticos gusanos de arena de Dune.
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