Seres mitad hombres, mitad bestias, juzgados y condenados
Animales poderosos y peligrosos, los lobos han sido por mucho tiempo el terror de los campesinos cuando el hambre los empuja hacia las aldeas en el invierno. No es de asombrarse por lo tanto, que la imaginación popular haya inventado que ciertos seres humanos pueden transformarse en lobos y devorar a otros hombres.
Durante los siglos XV y XVI, los hombres lobos, como se les llamaba, fueron un tema recurrente, ya que una verdadera psicosis reinaba entonces entre el campesinado y numerosos individuos acusados de «licantropía» (capacidad de transformarse en lobos) fueron juzgados y condenados por los tribunales por haber cometido asesinatos de carácter canibalesco bajo la apariencia de lobos.
Gilles Garnier, hombre lobo y caníbal
Puesto que nadie, en esa época, dudaba de la existencia de los hombres lobos, en los que se veía una manifestación del diablo, personas muy sabias disertaban sobre los casos registrados. Pedro Mamor, rector de la Universidad de Poitiers en el siglo XV, no muestra escepticismo alguno cuando comenta el siguiente testimonio: una campesina habría visto a su marido vomitando el brazo y la mano de un niño que habría devorado mientras su cuerpo había tomado la forma de un lobo... Los anales judiciales registran muchos procesos en los cuales comparecen personas sospechosas de ser hombres lobos.
Mitología del hombre lobo Leyendas que se refieren a hombres que se transforman en lobos son conocidas desde la Antigüedad. El término mismo de «licantropía» viene del nombre de un rey griego, Lycaon, soberano de Arcadia, transformado en lobo por Zeus por haber osado servirle carne humana durante un banquete. El rigor de los inviernos a fines do la Edad Media y a comienzos de la época moderna, así como el temor a los lobos, todavía muy presente en los bosques de Europa entre los siglos XV y XVI, pueden explicar la epidemia de hombres lobos que se produjo en esta época. Pero la convicción que un ser humano puede transformarse en un animal depredador no es sólo propia del mundo occidental. La figura del hombre tigre y la del hombre cocodrilo desempeñan un rol análogo a la del hombre lobo en las leyendas indias y africanas, por ejemplo. A pesar que es imposible que un hombre se transforme efectivamente en lobo, ello no significa que algunas mentes enfermas no hayan podido creer quo ellas mismas son capaces de tal metamorfosis. Por lo demás, el término licantropía designa en psicoanálisis, una dolencia en la cual el paciente se imagina ser un lobo, alucinación que explica sin duda el extraño desarrollo de ciertos procesos y las confesiones de los acusados. |
En 1521 en Francia, dos campesinos, Burgo y Vicente, fueron juzgados bajo esta acusación. Sin embargo uno de los procesos más famosos se desarrolló en el Franco Condado en 1574, cuando se juzgó a un hombre llamado Gilles Garnier, acusado de haber asesinado a muchas personas, entre ellas a varios niños, y de haberlas devorado después de transformarse en lobo. ¿Cuáles fueron las pruebas presentadas? ¡Las de haber ofrecido de esta carne a su mujer!
A través de un pacto con el diablo, Garnier adquirió la capacidad de transformarse en lobo. Muchos testigos cuentan un el proceso haber tenido conocimiento de este pacto. El mismo acusado reconoce haber utilizado un ungüento mágico para cubrir su cuerno antes de atacar a sus víctimas.
El proceso contra Garnier es muy similar a aquellos en que se juzgaba a hechiceros o brujas y el culpable era condenado a la pena habitual en los casos de hechicería: a la hoguera.
Una «epidemia» extendida y duradera
En 1589 un asunto bastante parecido ocurre en Alemania. Un campesino llamado Pedro Stumf es acusado de haber asesinado y devorado, bajo la apariencia de un lobo, a trece niños, entre ellos a su propio hijo, y de haberse festinado con su cerebro. El culpable fue ejecutado cerca de Colonia.
Pero la licantropía no es sólo un atributo masculino. Las mujeres también son capaces de transformarse en lobas. En Lausana, en 1604, cinco brujas metamorfoseadas en lobas se llevan a un niño y lo devoran después de haberlo hervido, extraño refinamiento en seres acusados de actuar como animales.
Como pareciera que estos hechos fueron comprobados, ellas también fueron quemadas vivas.
La obsesión por los hombres lobos es, pues, inmensa por lo que se organizan en Francia, en numerosas provincias, batidas destinadas a cazar a estas criaturas inmundas. Hasta cerca de 1610, numerosos casos fueron registrados. En el siglo de la razón, el de Descartes, el oscurantismo y el fanatismo continúan dando libre curso a un celo asesino.
En la Europa medieval . En Hesse, en 1341, se registra por primera vez el hecho de un niño criado por lobos. El muchacho, descubierto por unos cazadores, se desplazaba exclusivamente en cuatro patas y saltaba muy alto. Cautivo, no soporta su nueva vida y muere rápidamente. Tres años más tarde, se menciona un nuevo caso de un niño alimentado por lobos. Esta vez, el retorno a la civilización no acarrea la muerte del niño, quien aprende a hablar y vive hasta los 80 años. Los documentos evocan, sin embargo, su tristeza al haber sido separado de los lobos.
Las muchachitas de Midnapore. La mayor parte de los casos de niños lobos modernos se han registrado en la India, particularmente en la selva de Bengala. La historia más célebre es la de las niñas de Midnapore. Fueron dos jovencitas, descubiertas en 1920 por un misionero indio, el reverendo J, Singh. Encontradas en la cueva de una loba, las pequeñas fueron conducidas al orfelinato de Midnapore, de donde dependía el reverendo. Le más joven fallece rápidamente, sin haber podido caminar ni hablar, y la segunda, que sobrevive nueve años desde su captura, aprende penosamente a sostenerse de pie y a pronunciar algunas palabras.
Un caso reciente . Nuevamente en la India, pero en 1976, en la selva de Sultampur, se encuentra un niño de cerca de ocho años, que juega con unos lobeznos. Está hirsuto y sucio y sus uñas son largas como garras. Los aldeanos que lo descubren tratan en vano de civilizarlo y luego lo confían a las Misioneras de la Caridad en Lucknow, al norte de Nueva Delhi, junto a las cuales el niño vive hasta su muerte, en 1985.
2. El abominable hombre de las nieves
Encuentro con el escurridizo Yeti
Los tibetanos han creído siempre que unos seres parecidos a los simios y que caminan erguidos, que ellos llaman Yetis, y los occidentales, "abominables hombres de las nieves", viven en los páramos nevados y salvajes del Himalaya. Esta creencia parece estar apoyada en hechos tangibles.
Los testimonios de la existencia de estos "hombres-monos" se han acumulado en China después que, en 1951, el alpinista inglés Erik Shipton fotografió las huellas dejadas por estas criaturas, hasta entonces semi-legendarias. Debido a ellas, se realizó una investigación en profundidad y se despertó nuevamente el interés por este enigma.
En la pista del Yeti
Erik Shipton se encontraba en compañía de Michael Ward, cirujano y alpinista británico, a unos 60 km al oeste del Everest cuando observaron unas extrañas huellas de pasos. Eran anchas, de más de treinta centímetros, estaban profundamente hundidas en la nieve, lo que suponía una gran presión, y mostraban un dedo del pie bien dibujado opuesto a los demás dedos. El zoólogo W. Tschernezsky, miembro del Queen Mary College de Londres, quien analizó los moldes obtenidos de estas huellas, concluyó que pertenecían a "un enorme primate bípedo, probablemente al Gingantopithecus Fosil ", Otros célebres expertos consiguieron más fotografías: en 1955, el abad Bordet, del Instituto Geológico de París, siguió tres series de huellas distintas durante más de un kilómetro. Los dos mayores especialistas franceses en el estudio de los mamíferos estimaron que esas huellas fueron dejadas por una criatura de una especie aún no clasificada.
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En 1978, Lord Hunt tomó también unas fotos de huellas frescas de pasos probablemente hechas el mismo día, de 35,5 cm de largo y cerca de mitad de ancho.
Un tipo simiesco
Las huellas no son las únicas pruebas de la existencia del Yeti. Muchas personas, entre ellas Don Whilans, célebre por sus ascensiones al Everest y al Kangchenjunga, dicen haberlo divisado.
Sus relatos permitieron realizar un retrato hablado. Era de gran estatura y estaba cubierto por un pelaje marrón oscuro. Tenía una frente estrecha, ojos hundidos, una mandíbula prominente y dientes poderosos. Caminaba separando mucho las piernas y los brazos, los que eran muy largos y le llegaban hasta las rodillas. Los testigos recuerdan que despedía a menudo un olor muy fuerte.
En 1954, una expedición dirigida por el científico inglés Carlos Stonor se internó en los Himalaya en busca del famoso Yeti. Sólo lograron descubrir y analizar excrementos de un tamaño y aspecto poco comunes. Los restos de roedores y de verduras que contenían, hacen suponer que el Yeti es omnívoro.
Los tres Yetis
El intento más famoso por encontrar al Yeti fue el realizado en 1960 por Desmond Doig y Sir Edmund Hillary, el primer vencedor del Everest. La expedición fue financiada por la enciclopedia Mundial del libro ( World Book Encyclopedia ) y duró diez meses.
Llevó máquinas fotográficas automáticas y recogió supuestas cabelleras de Yeti entregadas por los nativos, pero que, en realidad, eran de osos azules, animal cuyas apariciones son escasísimas, Al finalizar la misión, los dos hombres concluyeron que el "abominable hombre de las nieves" no existía.
Paradójicamente, muchos años más tarde, Desmond Doig se desdijo de sus declaraciones anteriores y confesó que el hecho de no haber visto a esa criatura no era una prueba que no existía. Por ejemplo, el gorila recién fue descubierto en 1901, hace muy poco tiempo Según Doig, "la expedición era demasiado pesada y demasiado torpe". Recordó que los sherpas, o guías tibetanos, distinguían tres tipos de Yeti: el dzuteh , imponente y peludo, que ataca al ganado y que, según Doig, podría ser el oso azul; el thelma , que se parecía a un hombrecito y que corría ululando y recogiendo trozos de madera, que para algunas personas sería un gibón, aunque la zoología oficial no registra a este tipo de animal en esa parte del mundo, y el mih teh , inmensa criatura simiesca cubierta de un pelaje negro y salvaje.
Cualquiera sea la verdad, existe un gran número de fotografías de huellas tomadas, incluso algunas mostradas en 1979 luego de una expedición científica de la Real Fuerza Aérea, y múltiples testimonios oculares que no han permitido aclarar en nada este misterio. Estas huellas parecieran haber sido hechas por un bípedo mucho más pesado que un hombre y que no puede, hasta ahora, ser relacionado con ninguna especie animal conocida.
Pie Grande. Con una apariencia similar al Yeti, es originario del noroeste de los Estados Unidos y es el que ha aparecido el mayor número de veces. Sus apariciones empezaron en 1830 y desde entonces se han recogido miles de testimonios. El documento más desconcertante es la película de un aficionado, cuyas imágenes saltarinas muestran a una de estas criaturas paseando por el bosque. Fue filmada en 1967 por Roger Patterson en Bluff Creek, California del Norte. D. W. Grieve, conferencista en biomecánica del Hospital Royal Free de Londres, y tres científicos rusos, Bayanev, Burtsev y Donskov, quienes examinaron cuidadosamente la película, señalaron que no habían encontrado ningún trucaje en su realización. Sasquatch. Es el nombre dado por los indios al abominable hombre de Canadá. Su región predilecta es la Columbia Británica, al norte del área donde aparece habitualmente Pie Grande. Es también un bípedo enorme, peludo y de apariencia simiesca. Alma. Es la versión rusa del Yeti. Existen numerosos testimonios, y muchos investigadores han tratado de descubrir su misterio. El profesor Porchnev y la doctora María Juana Koffman han reunido un abultado archivo que contiene moldes de huellas y muestras de pelos y de excrementos. Entre los testimonios recogidos figura el del teniente coronel V. S. Karapetyan, quien pudo, en 1941, examinar a uno de estos alma en la región de Buinaksk, en el Cáucaso, donde fue confundido con un espía disfrazado y capturado por sus soldados. Para él, no sería un animal sino una especie de "hombre salvaje". |
3. La bestia de Devonshire
Huellas de un demonio sobre la nieve
El invierno de 1855 fue rudo en Inglaterra, al punto que la nieve cubría incluso el condado de Cornualles, al oeste del país. La mañana del 8 de febrero, los habitantes de la región del Devonshire que bordea la desembocadura del río Exe descubrieron, con estupefacción e inquietud, largas líneas de huellas en forma de pequeños cascos de caballo.
Estas huellas que median diez centímetros de largo sobre siete de ancho, eran extrañas en muchos aspectos. Lo que sorprendió a los innumerables testigos y despertó la atención del público fue su regularidad, su nitidez y, sobre todo, el hecho que estaban todas perfectamente alineadas, como si fueran el resultado de haber saltado sobre una sola pata.
¿Las huellas del diablo?
Aún más sorprendente, la nieve no estaba apisonada al fundo de las huellas sino que había lisa y llanamente desaparecido, como derretida por un hierro al rojo. Las huellas cubrían más de 150 kilómetros y no parecían desviarse frente a los obstáculos.
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Así, si se detenían a los pies de un muro de cinco metros de alto, era para retomar el camino inmediatamente detrás, sin dejar la más mínima marca en la cima. Lo mismo sucedía con un pajar. En cambio, en una casa, éstas pasaban por un conducto de drenaje de sólo 15 centímetros de diámetro. En otro lugar, franqueaban los tres kilómetros y medio de la desembocadura del río Exe. Los aldeanos no tardaron en darse cuenta que las huellas no correspondían a las de ningún animal conocido. El rumor empezó a evocar al diablo...
A mediados del siglo XIX, las noticias viajaban todavía lentamente y hubo que esperar la edición del London Times del 16 de febrero de 1855 para que esta noticia fuera conocida en Londres. Sin embargo, fueron los testimonios publicados poco después en el Illustrated London News los que desalaron las pasiones. Primero, los londinenses se burlaron de las historias de una pretendida criatura desconocida y de la verdadera psicosis que se apoderó del Devonshire. El caso les parecía la prueba que los provincianos estaban todavía bajo la influencia de supersticiones medievales.
Sin embargo, cuando las informaciones fueron más precisas, el carácter extraño del caso apareció de manera evidente. Las notas minuciosas de un naturalista del Devon sugerían que huellas tan reales no podían provenir más que de una criatura única. Sólo quedaba descubrir qué animal, visiblemente de tamaño modesto, era capaz de cubrir 150 kilómetros entre el crepúsculo y el alba en las condiciones descritas...
Explicaciones insatisfactorias
Sir Richard Owen. Famoso paleontólogo y creador de la palabra dinosaurio, examinó los dibujos de las huellas y declaró, respuesta sorprendente para un científico de su envergadura, que eran el resultado de un grupo de tejones. Otras suposiciones igualmente extravagantes fueron adelantadas; se habló de la obra de un bromista, de un burro, de un canguro escapado de un zoológico, una gran avutarda, sapos, una rata, nutrias e incluso, ¡una liebre coja!
Fuera de la hipótesis diabólica, los habitantes de la región se inclinaron más bien por la del burro, sobre todo a causa de la forma de las huellas. Sin embargo, nadie logró explicar cómo el burro en cuestión pudo subir al techo de varias casas o pasar por el borde de una ventana de un tercer piso sin hacerse notar...
Los meses pasaron y la bestia no se manifestó más, el caso dejó de aparecer en la primera plana de la prensa. Sólo los especialistas y aficionados a las curiosidades permanecieron intrigados, hasta hoy en día, por este sorprendente misterio.
No creen en la tesis más comúnmente aceptada de una superchería montada por alguna mente maliciosa del siglo XIX. Ningún intento de explicación que haga intervenir un solo fenómeno físico o meteorológico es aceptable, en la medida en que las huellas presentaban todas las características de la pisada habitual dejada por un animal dotado de cascos. Aunque, sin embargo, haya tenido una sola pata y haya sido dotado de sorprendentes talentos acrobáticos ¿Cómo sorprenderse entonces de que, casi un siglo y medio más tarde, algunos todavía vean la obra del diablo en persona?
Huellas antiguas... Sin embargo, existen también huellas similares que se remontan a tiempos lejanos. Un manual de historia japonés cita un caso semejante en 929, al interior mismo del palacio imperial. El monje benedictino Flavellus, de Epemay, escribió sobre demonios que dejaron huellas monstruosas durante una tormenta en 943, así como lo hicieron testigos de la ciudad de Scarborough en 1065. Finalmente, el abad inglés Ralph de Coggeshall relató un fenómeno similar ocurrido en York bajo el reino del rey Ricardo Corazón de León (1189-1199) y otro, en 1205. ...Y viejas leyendas. Estas observaciones deben acercarse a las tradiciones que describen animales fantásticos, tales como el Fachan escocés o el Pe de Garrafa en Brasil, que no tendrían más que una pata, un ojo, y un brazo que les salía de en medio del pecho. Estas leyendas todavía persisten, ya que en 1954, un cazador brasilero afirmó haber cruzado el camino de un Pe de Garrafa... |
4. El monstruo de Loch Ness
Un extraño animal en un lago de Escocia...
Situado en el norte de Escocia, cerca de Inverness, el loch Ness es un lago apacible, de 39 km de longitud y con una profundidad de más de 200 metros. No habría llamado la atención del mundo si no se creyera que sus aguas esconden a un extraño animal acuático.
Las apariciones de Nessie, sobrenombre dado al monstruo en el siglo veinte han sido consignadas desde los tiempos más remotos, Pero es la publicación de un artículo sobre este animal en un periódico local, el Inverness Courier, el 2 de mayo de 1933 lo que despierta el interés del gran público acerca del monstruo.
Cuello largo y cabeza de reptil
Este artículo, escrito por Alex Campbell, relata la aparición del monstruo, el 14 de abril de ese año., frente a una pareja, el Sr. y la señorita MacKay. Mientras éstos recorrían la nueva carretera que bordea el lago y desde la cual se tiene una excelente vista, observaron con sorpresa la aparición de un gran remolino sobre la superficie de las aguas.
Enseguida, surgió un animal y pudieron observarlo durante un largo minuto hasta que se volvió a sumergir. Alex Campbell señala que "su cuerpo recordaba el de una ballena y el agua chorreaba y se arremolinaba en torno a él como un caldero en ebullición".
El 8 de mayo siguiente, en un diario rival, el Northern Chronicle , se emplea por primera vez la expresión "monstruo de loch Ness", que lo inmortaliza y lo hace objeto de la curiosidad pública. Se publican caricaturas de él en todos los periódicos, mientras los turistas acuden por centenares a las orillas del lago para tratar de verlo o de capturarlo, al punto que el comisario de Inverness se ve obligado a publicar un decreto a fin de proteger al monstruo.
Los testimonios de las personas que han visto a Nessie se multiplican (y muchos miles han sido registrados desde entonces), permitiendo establecer una especie de retrato hablado del animal. Tiene la cabeza de un reptil, con grandes ojos brillantes, un cuello largo que sobresale del agua, dos o tres jorobas y al mover la cola genera grandes remolinos. Muchos testigos señalan también que se desplaza a gran velocidad y otros dicen que a veces lanza gritos agudos. Es un animal de naturaleza más bien huraña y parece inofensivo.
Aparentemente sale de vez en cuando del lago, puesto que un estudiante de medicina, Arturo Grant, se cruza con él en el camino que bordea el lago una tarde en que regresaba a su casa en motocicleta. Lo describe como una especie híbrida de un pleistosaurio, un reptil prehistórico y una foca.
Un monstruo fotogénico
En 1933, un hombre llamado Hugo Gray toma la primera fotografía del monstruo, desde una distancia de unos 800 metros. Los técnicos de la empresa Kodak, al analizar la película, afirman que es auténtica. Después que la fotografía saliera publicada, un artículo escrito para el muy serio diario The Times por el capitán de corbeta Ruperto Gould hace una recapitulación de todas las pruebas de la existencia del monstruo.
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Se logran otras fotografías del animal y una de las más notables data de 1934. Tomada por un médico londinense, el coronel Roberto Wilson, muestra lo que parece ser la cabeza y el cuello del animal que emergen del agua. Luego, en 1951, un leñador empleado por la Comisión forestal. Lachlan Stuart fotografía por primera vez las jorobas de Nessie, visibles en la superficie.
El monstruo es también filmado en 1933 y luego en 1936 por un tal Malcolm Irvine. Pero el documento más famoso es el que realizó en 1960 el ingeniero aeronáutico Tiro Dinsdale, quien abandonó su profesión para consagrarse por entero a la búsqueda del animal. Sobre la película se puede distinguir una joroba, de un color pardo rojizo, que atraviesa el lago, luego gira y avanza paralelamente a la orilla opuesta. Los expertos que examinaron la película fueron incapaces de encontrar algún trucaje, aunque tampoco pueden explicar la forma que se distingue.
En general los científicos que han estudiado el caso son prudentes y dudan, por temor al ridículo, de llevar mis lejos sus investigaciones. El adversario más encarnizado del monstruo es el profesor Mauricio Burton, que trabaja en el departamento de historia natural del Museo Británico. Sin embargo, este hombre afirmó durante mucho tiempo que el monstruo existía, antes de cambiar de opinión.
Por el contrario, el zoólogo holandés Oudemans ha escrito dos tesis sobre el monstruo en las que concluye que éste existe.
Finalmente, a principios de los años sesenta, se creó una oficina especial para Investigar los fenómenos de loch Ness, averiguar más sobre este animal misterioso y examinar los distintos testimonios existentes.
En Escocia . El folclor escocés abunda en descripciones de distintos "dragones". La leyenda más famosa so refiere a un cierto sir Juan Lambton, quien, de regreso de las Cruzadas, habría combatido victoriosamente, gracias a los consejos de una hechicera, con un animal inmenso, parecido a un gusano, que él mismo habría pescado y regresado al agua unos años antes. En el norte de Pembrokeshire, en las cercanías de Bryberian, está situada, por otro lado, una tumba famosa: Bedd yr Alfanc", la tumba de Alfanc, un monstruo acuático. Según la tradición, este animal, muy peligroso, fue capturado por los aldeanos con grandes dificultades en un río, antes de matarlo. Se cuenta, por fin, que en el siglo XIII, un hombre que atravesaba a nado el lago de Llyn-Gober, al suroeste de Snowdon, fue perseguido por una "casa" larga y ondulante. En el instante en que se aprestaba a tocar tierra, el animal levantó la cabeza y atrapó al desdichado, arrastrándolo al fondo del lago. En Irlanda y en Islandia. Casi todos los lagos irlandeses, llamados "loughs", tienen leyendas parecidas. Así, en el condado de Connaugt, San Mochua de Balla habría matado a un monstruo horripilante que causaba estragos en uno de los lagos de la región. También se relata la presencia de una anguila gigantesca que surcaba las aguas del lough Fiamor y que fue finalmente capturada y la historia de un cocodrilo de cuello largo que, se dice, aparecía en el lough Mask. Islandia posee además sus relatos de "caballos acuáticos" que tienen por costumbre atraer a los viajeros solita- dos en los lagos. En Francia . En Rouen, San Román, en el siglo VII, habría librado a Normandía de la Gárgola, serpiente enorme que vivía en los pantanos. Y, en otros lugares, se recuerda a los famosos "caballos acuáticos", sobre todo en Travaux, ciudad situada en las orillas del Doubs, o al "Drac", que se llevaba a los viajeros para ahogarlos en el río. |
Con la ayuda del sonar
Esta oficina, al igual que diversas personalidades interesadas en las investigaciones sobre Nessie, no ha dudado en utilizar las técnicas más modernas pero la particular topografía del lago dificulta la búsqueda. La gran cantidad de limo depositado en el fondo del lago ha restado eficacia a las máquinas fotográficas submarinas y los buzos que se han sumergido no han podido distinguir nada. Además, la falta de fondos ha impedido la contratación de submarinos perfeccionados.
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Sin embargo, en 1972 y luego en 1975, algunas imágenes registradas por un aparato submarino desarrollado por el profesor Edgerton, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), han sido analizadas por un instituto especializado de la NASA y una de ellas ha mostrado el cuello y la parte superior del cuerpo de un gran animal de alrededor de seis metros. Por lo demás, ya en 1962, un micrófono submarino habla grabado los ruidos de un animal que se arrastraba por el fondo del lago y varias tentativas realizadas con ayuda de un sonar (sistema de detección acústica submarina), entre ellas la realizada por el abogado norteamericano R. B. Rines, han permitido grabar el eco de grandes objetos que se desplazaban bajo el agua. Los especialistas del sonar no tienen duda alguna que estas grabaciones prueban la existencia de animales acuáticos de gran tamaño en el loch Ness.
Una teoría, según la cual habría varios animales se apoya sobre el hecho que las apariciones de Nessie son muy antiguas (San Colombano, monje irlandés, lo habría visto ya en 565). Por lo tanto, puede haber varias generaciones de monstruos.
Pero la naturaleza exacta de estos animales sigue siendo un completo misterio.
¿Primos de América?
Sea lo que fuere, Nessie no es, en ningún caso, el único monstruo lacustre que se presume existe en el mundo. Tiene "primos", primero en Gran Bretaña y también en otros países. Existen además en Escocia los "caballos acuáticos" o "kelpies", mencionados en numerosas ocasiones desde hace varios siglos. En Irlanda, animales lacustres idénticos reciben el nombre de " Pooka " o de " Piast ". Horribles animales acuáticos han aparecido también en algunos lagos de Australia (como el " Bunyip ") en Japón, (" Issie ") y en Escandinavia (" Soe-orm " y el " Skrimsl ").
En África y en el Extremo Oriente, algunos testimonios dan fe de la existencia de animales similares, productos de la imaginación humana, cuyas estructuras son a menudo repetitivas, o resultado de observaciones que concuerdan, con algunas pequeñas variaciones, todos se parecen decididamente al monstruo de loch Ness.
Pero el más conocido de estos monstruos, después del de loch Ness, es el famoso Ogopogo , así llamado por los indios naïtaka que viven en el lago Okanagan, de 128 km de largo, en la Columbia Británica, en Canadá. Tal como Nessie, habría sido visto centenares de veces (por vez primera en 1850) y fue fotografiado e incluso filmado en 1968 por un hombre llamado Art Folden. Las tomas de esta película muestran a un animal que mide cerca de 18 metros de largo, con un cuello que mide 90 cm de circunferencia en la base de la cabeza. Numerosos testimonios se refieren a su pequeñísima cola, sus aletas y sus tres jorobas. Pero Ogopogo es igualmente inasible, tal como el monstruo de loch Ness. En efecto, en 1977, sesenta buzos, premunidos de tanques de oxigeno y llevando máquinas fotográficas y potentes reflectores, penetraron por turno en el lago en una jaula de nueve metros, sin lograr avistarlo, Allí también se creó una oficina de investigaciones del lago Okanagan a fin de reunir pruebas.
Canadá posee, por lo demás, un bestiario bastante importante, ya que, sin mencionar a " Caddy ", la serpiente de mar vista frente a la costa de la Columbia Británica, ni a la bestia negra del lago Ponenegamook , situado al este de Québec, otros dos animales, llamados Manipogo , bastante similares a Ogopogo, se aparecen en los lagos Winnipeg y Manitoba. Según A. R. Adams, quien habría visto a uno de ellos en 1960, serían animales similares a una "enorme serpiente", con una cabeza en forma de rombo de unos 20 cm de ancho.
Estados Unidos tiene también sus animales lacustres misteriosos. Según testimonios registrados, las regiones en que lun aparecido se pueden dividir en tres grupos: los lagos de Wisconsin, las llanuras de Nebraska y los estados montañosos del noroeste. Todos los monstruos son descritos como enormes serpientes o saurios, cuyos cuerpos ondulantes se desplazan velozmente, Los testimonios recuerdan a los del monstruo de loch Ness y uno de ellos, observado en numerosas ocasiones entre 1930 y 1940 en el lago Payette, en Idaho, ha recibido también un sobrenombre: " Slimy Slim " (el "Flaco Pegajoso"). Sin embargo, estos monstruos no han sido nunca ni fotografiados ni filmados y solo se dispone de las declaraciones de los testigos, lo que hace su existencia claramente menos probable.
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5. La gran serpiente de mar
Un navío dispara sobre dos animales marinos gigantes
En julio de 1897, la cañonera francesa Avalanche , que estaba patrullando en el norte de la bahía de Along, en el Tonkin, trata de matar a dos serpientes de mar. Es la primera vez que un navío de guerra dispara un cañonazo en contra de una de estas criaturas que se cuentan entre los más famosos enigmas de la zoología
La Avalanche no es el primer buque en descubrir tales animales en la bahía de Along, pero es el único que lo encuentra tres veces en ocho meses y su experiencia constituye uno de los testimonios más importantes en favor de la existencia de la gran serpiente de mar.
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Primer encuentro
Revelado en la edición del 5 de marzo de 1898 del Courrier d'Haiphong (Correo de Haiphong), el pleito del teniente de navío Lagrésille y de su tripulación con los monstruos marinos comienza en julio de 1897 durante una patrulla frente a la bahía de Along.
Si se cree en la declaración del oficial, dos animales de más de veinte metros y de un diámetro de dos a tres metros aparecieron repentinamente en la superficie del agua.
Contrariamente a las serpientes, se desplazan con ondulaciones verticales. Inmediatamente Lagrésille hace alistar uno de los cañones de repetición del buque y ordena un disparo a 600 metros. El tiro es ligeramente corto y los animales, asustados, vuelven a sumergirse resoplando ruidosamente y dejando en la superficie un remolino similar al de una rompiente. Los testigos tienen el tiempo de observar la pequeña dimensión de sus cabezas.
El retorno de los monstruos
La segunda observación se revela mucho más tormentosa. El 15 de febrero de 1898, mientras la Avalanche atraviesa la bahía de Fai-tsi-loung, al norte de la bahía de Along, dos bestias parecidas a las del primer encuentro se perfilan en el mar. Esta vez Lagrésille no duda y enfila tras ellas. A 300 ó 400 metros del blanco, los cañones de repetición disparan y registran a lo menos dos tiros en el blanco, en uno de los animales, sin embargo, aparentemente, ninguno lo deja herido, uno de los animales desaparece en las profundidades y la Avalanche trata de dar un espolonazo a otro, pero éste es demasiado rápido. La cañonera lo persigue entre las islitas de Fai-tsi-loung. La cacería dura, en vano, una hora y media, durante la cual los marinos franceses pueden observar a su gusto el animal. Su tamaño se acerca a los treinta metros, su piel es gris y lisa, sus aletas son negras y cada una de sus emersiones es precedida de un chorro de agua vaporizada, producido por la violencia de su respiración.
Su cabeza se parece a la de una foca, pero es dos veces más grande, y una cresta en forma de dientes de sierra sigue la línea de su lomo.
Un almuerzo agitado
El 26 de febrero de 1898, Lagrésille invita a bordo al comandante Joannet y nueve oficiales del acorazado Bayard . La víspera, en una recepción, se había burlado de él y de su historia. Durante el almuerzo, mientras la cañonera navega nuevamente por la bahía de Fai-tsi-loung, un marinero corre a avisarles que dos "serpientes de mar" están a la vista. La Avalanche persigue una de ellas durante 35 minutos y Lagrésille y sus invitados pueden observarla claramente a unos 200 metros. Dos de los oficiales poseen una cámara fotográfica, pero la demora en armarlas permite al animal alejarse demasiado como para que logren una fotografía nítida.
De vuelta a bordo del Bayard , el comandante Joannet pone al corriente al almirante de la Bédolliere , quien envía un telegrama al gobernador general Paul Doumer, futuro presidente de la república, para informarle de lo observado y de su intención de organizar una batida con cañoneras y lanchas de vapor para tratar de capturar uno de les animales. Pero unos incidentes fronterizos con China le impiden poner en marcha su proyecto: las serpientes de mar, una vez más, llevan su secreto a las profundidades del mar...
¿En familia? En 1876, el vapor británico Néstor, divisa en el estrecho de Malaca un monstruo de una longitud impresionante de unos 65 metros, cuya cola cilíndrica mediría, 45 metros... Tales cifras hacen pensar que la tripulación en realidad vio a un adulto con sus pequeños nadando en fila uno detrás del otro. Torpedeado . El 30 de julio de 1915, el submarino alemán U-28 hundió al vapor británico Iberia. El barco explota a una profundidad de entre 100 y 200 metros, y una especie de cocodrilo gigante de unos 20 metros de largo es eyectado al aire junto con restos y desechos del barco, para luego caer al mar retorciéndose. Abordado. El 30 de diciembre de 1947, el barco americano Santa Clara choca a la altura de Carolina del Norte con un animal en forma de anguila de unos quince metros de largo, que se hunde después de haberse retorcido unos instantes en un gran charco de sangre. Encuentro bajo el mar . En octubre de 1969, el submarino de bolsillo Alvin se encuentra cara a cara, frente a las costas de las Bermudas, a 270 metros de profundidad, con un animal grande con cabeza de reptil, un largo cuello y aletas. La bestia desaparece antes de poder ser filmada. Sobre el puente de un pesquero . El 10 de abril de 1977, el pesquero japonés Zuigo Maru, iza a bordo un despojo monstruoso de más de diez metros, no lejos de Nueva Zelanda. Exhala un olor tan fétido que el comandante ordena lanzarlo de vuelta al mar. Las fotografías muestran un animal de cuello largo y una gran cola que recuerdan a un plesiosauro. Es la noticia de primera plana en Japón, y la bestia inspira, incluso, un personaje de tira cómica. |
6. Niños y hombres salvajes
Una «esquimal» en la campiña francesa
¿Puede el hombre volver al estado animal? Esta perspectiva., a la vez fascinante y repulsiva, es sostenida por una serie de relatos y observaciones que se remontan a los tiempos más antiguos.
Para que el «hombre salvaje» ya no provocara miedo y se conviniera en un ser "aceptable", fue necesaria la intervención de la ficción, la creación de un héroe como Tarzán, capaz de conservar su humanidad mientras desarrollaba al mismo tiempo un cuerpo de atleta y adquiría los sentidos aguzados de los animales.
La realidad es muy diferente: los casos conocidos son dramáticos, dan lástima. Le recuerdan dolorosamente al hombre que el barniz de la civilización es delgado y que la bestialidad siempre resurge a la primera ocasión.
La «esquimal» de la Champaña
En septiembre de 1731, en Francia, una niña de unos 10 años de edad llega al poblado de Sogny, cerca de Chalons-sur-Marne. Está descalza, vestida con pieles de animales y lleva un pedazo de calabaza a modo de sombrero. Armada con un garrote, logra matar a un perro que un campesino lanzó contra ella. Luego de su captura, se descubre que tiene pulgares muy desarrollados y que su piel, bajo la mugre, es blanca. Los testigos le encuentran un tipo físico parecido al de los esquimales.
Durante un tiempo la niña permanece muda. Su régimen alimentario se compone entonces básicamente de pequeños animales que atrapa y come crudos. A medida que pasa el tiempo, la niña termina por aprender a hablar y finalmente se conocen detalles acerca de su vida pasada. De este modo, parece que durante su vida salvaje tuvo por compañero a otra niña, aparentemente una negrita, a quien le rompió el trineo durante una pelea. De hecho, algunos campesinos dicen haber divisado en una oportunidad e intentado en vano capturar a una niña negra. La "esquimal" cuenta también haber sido recogida por una mujer que le dio ropa. Anteriormente, parece haber vivido desnuda.
Más adelante las «ventajas» de la civilización parecen tener efectos negativos en la niña. No se acostumbra al régimen alimentario de los que la adoptaron. Pierde los dientes y se enferma con frecuencia. Algunos médicos poco inspirados ven en esto una rebelión de su naturaleza salvaje y le practican sangrías para debilitarla... La salvajuela casi muere de verdad, y luego todo termina por normalizarse. Ingresa a un convento parisino, destino común de los niños perdidos. Entrada en la normalidad, se pierde su pista.
La estrella de los hombres salvajes El estadounidense Edgar Rice Burroughs (1875-1950) supo crear, con Tarzán, a un personaje que dejó la literatura para constituir un mito moderno, y el de marca registrada. Ampliamente inspirado en las aventuras africanas de Allan Quatermain, del escritor inglés Sir Henry Rider Haggard (siendo la más famosa, Las Minas del rey Salomón ), la saga del hombre mono se desarrolla, sin embargo, en una África puramente imaginarla donde la exactitud está totalmente ausente. Esa África, casi tan foránea como el planeta Marte de la otra gran serie de Burroughs (el ciclo de John Carter), es el lugar de las aventuras generalmente fantásticas en el transcurso de las cuales Tarzán encuentra civilizaciones perdidas, dinosaurios, se ve reducido a un tamaño de 50 cm, etc., La primera novela, Tarzán de los monos , es publicada en revistas, en 1912 y luego como libro en 1914. Veintiún otros libros, de interés muy desigual, se publican en vida del autor, y dos póstumamente. Popularizadas en los años 30 por las películas protagonizadas por Johnny Weissmüller, las aventuras del famoso superhombre de la jungla encantan a un público que se está innovando constantemente ya sea en librería, en el cine o en la televisión. |
Un origen sin dilucidar
Que la niña haya logrado sobrevivir al estado salvaje en la campiña francesa del siglo XVIII constituye más un récord de resistencia física (desgraciadamente acompañada de un deterioro mental) que un misterio. El verdadero enigma es el origen de los dos niños, ya que la salvajuela es incapaz de decir algo acerca de su vida antes de llegar a Francia, si efectivamente fuese de origen extranjero. Sólo recuerda a un gran animal que vivía en el agua y haber cruzado el mar en dos oportunidades. El animal acuático podría constituir una pequeña prueba adicional que pertenecía a una población de esquimales, que se dedicaban a cazar cetáceos y focas. Su compañera negra y la indicación que había cruzado el mar en dos oportunidades apoyan la idea de un origen norteamericano y no noreuropeo. Quizás ambas niñas sólo eran «recuerdos» de viaje traídos a Francia, luego perdidos, por un viajero procedente del Nuevo Mundo... Sea lo que fuere, la "esquimal" de Champaña alimenta a tal punto la crónica de la época, que el gran naturalista sueco Carl von Linné la incluye entre sus nueve especímenes de homo sapiens ferus , una subespecie de la humanidad creada por él, en su trabajo Systema naturae , publicado en 1758.
Animales en lugar de padres. La edición del 5 de septiembre de 1937 del American Weekly relata el descubrimiento de una niña, en un asilo de locos en Turquía, que parece haber pasado ocho años viviendo con una familia de osos antes de ser capturada por un cazador. A su llegada al asilo, la niña se comporta de una manera exactamente igual a la de sus padres adoptivos. En el Daily Mirror inglés, del 1 de febrero de 1971, aparece el relato de los encuentros con un niño-gacela que se desplazaba a saltos y era aceptado por esos animales en el Sahara español. Hecho que fue confirmado por el antropólogo francés Jean- Claude Armen, que vio al extraño pequeño lamer la frente de las gacelas como signo do reconocimiento. Esta vez, fue imposible capturar al niño en cuestión. Padres más salvajes que los animales . En 1833, el gran criminalista alemán Von Feuerbach describe a una muchacha-cerda de 22 años, que había sido criada por una porqueriza. Una de sus piernas estaba muy deformada, gruñía como un cerdo para expresarse, y le costaba desplazarse como un ser humano. Tan terrible como ése resultó ser el destino, relatado en los Anales de lo Extraño de 1981, de una pequeña portuguesa de nueve años que fue descubierta en 1980 viviendo en un gallinero donde su madre la encerró desde su nacimiento. Manifiesta las mismas reacciones que las gallinas, duerme en el suelo y camina de una manera muy extraña, moviendo sus brazos como si fueran alas. Mas todo se paga en esta vida: la madre fue encerrada a su vez... |
7. La bestia de Gévaudan
Un monstruo aterroriza los campos
Bajo el reinado de Luis XV, decenas de personas son víctimas de una bestia salvaje en el Gévaudan, antiguo nombre del actual departamento francés de Lozère. Sin embargo, pronto, otras regiones vecinas también sufren los estragos del misterioso animal.
En la primavera de 1764, una mujer es atacada cerca de Langogne por una bestia que es ahuyentada por sus bueyes. Poco después, se descubre el cadáver de una joven de catorce años. Esta víctima es la primera de una larga lista.
Tres años de terror
Según los testigos, el animal responsable de la agresión a la pastora y de la muerte de la joven no es un lobo, sino una enorme bestia con una gran cabeza, flancos rojizos, una raya negra sobre el lomo y una cola tupida. Los sangrientos ataques se suceden y especialmente muchos niños son asesinados. Un muchacho que guía su rebaño por el campo ve de pronto que la bestia se deja caer sobre él. Tiene el bajo vientre destrozado y muere a los pocos minutos. Una niña, que se dirige sola a las dehesas bajo la mirada de su madre, es atacada por el animal. Su madre y sus dos hermanos corren en su ayuda, pero cuando llegan al lugar, el cadáver es casi irreconocible: el vientre hurgado, la piel del cráneo arrancada y, en parte, dada vuelta sobre el rostro. Una verdadera psicosis se apodera de los habitantes de la región, que sólo salen armados con cuchillos y horquillas. Se llevan a cabo algunas batidas, pero sin éxito. Los escasos diarios de la época publican estos ataques, y la preocupación es tan grande que un regimiento real de dragones es enviado al lugar. Como si lo hubiera presentido, después de haber sembrado el terror en el Gévaudan y el Vivarais, la bestia llega al Aubrac y a la Margeride, donde continúa asesinando, y en el lugar deja numerosos cadáveres decapitados y despedazados.
Las batidas organizadas por los soldados secundados por los lugareños no tienen ningún resultado. Dos cazadores de lobos venidos de Normandía, Denneval y su hijo, se lanzan a su vez en persecución de la bestia, pero en vano, Sin embargo, el 1 de mayo de 1765, dos habitantes de la región, los hermanos Martel de la Chaumette, le infieren heridas mortales a un gran lobo. ¿Está muerta la bestia de Gévaudan? De hecho, la matanza se reanuda poco después.
Ante la importancia que toman los hechos, el rey Luis XV envía a su teniente de cacerías, François Antoine, llamado Antoine de Beauterne, famoso por ser el mejor fusil del reino, para acorralar al animal. Luego de tres meses de cacería, Beauterne mata, en septiembre de 1765, cerca de Sainte-Marie-des-Chazes, a un lobo enorme, cuyo cuerpo es disecado y luego llevado a la Corte, donde causa sensación, La piel parece haber sido conservada durante algún tiempo en el Museo de París, luego se pierde su pista y actualmente nadie sabe qué pasó con ella.
La celebración fue demasiado pronto: poco después la masacre recomienza. Un joven noble, el marqués de Apcher, organiza entonces nuevas batidas. En el transcurso de éstas, el 19 de junio de 1757, un tal Jean Chastel derriba a otro lobo de extraño comportamiento, en el momento en que el cazador le apuntó, el animal se detuvo, y, al parecer, no intentó huir. Esta vez la hecatombe se detiene definitivamente. Según las cifras oficiales, la bestia mató a 100 personas (en su mayoría mujeres y niños) e hirió a otras 30 durante los tres años que causó estragos.
Por mucho tiempo el animal provoca fascinación y terror. Generalmente representa el símbolo del mal, en oposición al perro, fiel amigo del hombre por excelencia. Gran cantidad de leyendas dan fe incluso al mito del hombre lobo, hombre que se transforma en lobo.
¿Una bestia humana?
Los demás contemporáneos piensan que los crímenes de la famosa bestia fueron perpetrados por uno o varios lobos gigantes, es decir, el que fue abatido por Antoine de Beauterne, el que mató Jean Chastel y el que fue herido por los hermanos Martel. Sin embargo, algunos hicieron notar que, por lo general, los lobos solitarios no suelen atacar al hombre y menos aún decapitar a los cadáveres.
Se llegaron a proponer algunas hipótesis muy fantasiosas para explicar la naturaleza del animal. Se trataría de un mono o de un hombre-leopardo venido; de África o incluso de una hiena que habría escapado de un zoológico, y hasta de un extraterrestre que habría llegado en un OVNI, como el de la película "Depredador".
La más reciente de estas teorías se refiere a un híbrido de león y tigre... Otra tesis evoca los actos de un hombre disfrazado de lobo para cometer estos crímenes, aprovechándose de la psicosis generalizada, o, incluso, de un domador que habría soltado sus bestias sobre los habitantes vecinos. De hecho, algunos testigos afirman haber visto a la bestia atravesar un curso de agua, caminando erguida sobre sus patas traseras. Es la opinión más difundida, en ese entonces, y con frecuencia se acusa precisamente a la familia Chastel. Lo que podría explicar por qué el animal, conociendo a su domador, se detuvo al ver a Chastel acercarse.
Los asesinatos cesaron desde hace mucho, pero la bestia inscribió para siempre el nombre del Gévaudan en la imaginería popular.
Casos similares en Francia. La bestia del Gévaudan no es el único animal que sembró el terror en Francia, y podemos citar a la bestia de Evreux (1633-1634), la bestia de Brive (1783), la bestia del Cézailler (1946-1951). Sin embargo, las más feroces parecen haber sido le bestia del Auxerrois y la del Vivarais. La primera surgió en 1731 y el número de victimas se elevó a 28. Se la describe como un tigre o, más bien, un lobo. En cuanto a la bestia del Vivarais, causa estragos entre 1809 y 1816 en el Gard. También se la describe como un lobo, pero tendría el tamaño de un asno, con un pelaje pardo, una crin negra, largas orejas y grandes ubres. Es tan audaz que ingresa, incluso, a las casas. Ninguna de estas bestias ha sido muerta o capturada. Los destripadores de ganado americanos . En 1973, en el Medio Oeste norteamericano, se descubren los cadáveres de decenas de bovinos. El elemento más chocante es la naturaleza de las mutilaciones. A las bestias les fueron cortadas las orejas, los labios, las ubres y la cola, y los ojos les fueron sacados en la mayoría de los casos con una precisión quirúrgica. A algunas incluso se les extirparon los órganos internos, y a los cuerpos de ciertas bestias se les extrajo toda su sangre. Finalmente, lo más increíble es el descubrimiento de los intestinos de una vaca, retirados por un agujero hecho en el flanco del animal y colocados al lado de la cabeza. Sin embargo, nadie puede dar una explicación racional a estos fenómenos. Algunos mencionan la intervención de OVNIS, otros hablan de crímenes rituales perpetrados por sectas satánicas. Y la masacre continúa hasta hoy: 12.000 bovinos han sido muertos sin que la policía haya podido detener a ningún sospechoso, y tampoco se ha encontrado ninguna huella en el suelo al lado de los animales mutilados. |
8. El licántropo San Ronan
¿Santo cristiano o divinidad celta?
Poco después de la caída del Imperio romano, un ermita venido de irlanda desembarca en una Bretaña aún escasamente cristianizada y todavía muy ligada a sus tradiciones celtas. El hombre santo se vuelve influyente, pero sus enemigos lo acusan de ser un hombre-lobo y un hechicero. Ronan permanece con la figura mítica de una Bretaña donde lo fantástico se entrelaza con lo cotidiano.
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Conocemos la vida, o más bien la leyenda de San Ronan, gracias a un texto redactado alrededor de 1236. Nacido en Irlanda, de padres paganos, el joven Ronan se convirtió al catolicismo. Siendo un brillante teólogo, alcanza rápidamente el episcopado. Decide llevar la vida de los ermitas y, como muestra de sacrificio, se exilia Bretaña. Desembarca primero en la isla Molena, entre Ouessant y el cabo San Mateo desde donde llega a la bahía de Douarnenez y se instala en el linde del bosque de Nevet, en un lugar llamado actualmente Locronan. Según la hagiografía, expulsa del bosque a los "brujos", sin duda una referencia a algunos druidas, empujados a lo más profundo del bosque por la cristianización. Pronto, los milagros de Ronan llaman la atención del rey Grabo establecido desde hacía poco en Quimper.
Ronan y los lobos
Todos los textos que cantan las alabanzas a los santos (hagiografías) incluyen ineludiblemente milagros inspirados directamente en la vida de Cristo. Sin embargo, muchas anécdotas de Ronan se alejan del esquema clásico. Los relatos hacen frecuentes referencias a extrañas comunicaciones que el santo mantiene con los lobos. Cada día, Ronan da una vuelta alrededor del pueblo donde vive para alejados de los hombres. Una vez un lobo que merodeaba a orillas del bosque se abalanzó sobre una oveja y se la llevó. Ronan, testigo de la escena, levantó un brazo y gritó una orden: el peligroso animal obedeció, soltó su presa y huyó, escondiéndose entre los árboles. El santo sabe cómo hacerse entender por los lobos, lo que puede ser interpretado como un signo divino o como una prueba de brujería.
De hecho, una mujer llamada Kéban acusa a Ronan de ser un hombre-lobo y de haber devorado a su hija. Ronan es citado ante el rey Grallon: éste decide remitirse al "juicio divino", Ronan será encerrado con dos lobos feroces; si es culpable, los lobos lo despedazarán. Si es inocente, Dios le dará la fuerza para repeler a las feroces criaturas. Ronan es sometido a la prueba y haciéndoles el signo de la cruz, aplaca a las dos bestias feroces. Los autores cristianos reconocen entonces rápidamente la inocencia de Ronan, pero debe recordarse que son pocos aquellos que dudan incluso de la existencia de los hombres-lobo. Por otra parte, Ronan conserva a través de siglos de tradición popular la fama de ser un hombre extremadamente peludo.
¿Un personaje histórico?
La biografía de Ronan entrega pocas informaciones comprobables acerca de la existencia del hombre y de su origen social, en una época en que se le atribuye a la mayoría de los santos una ascendencia real o al menos noble. Los accesorios que le atribuyen más tarde las representaciones, como una campana y una fuente, no se mencionan en los textos antiguos. La campana, conservada entre las reliquias en Quimper, es un modelo corriente en Irlanda, pero mucho más escasa en Bretaña; sin embargo, nada permite anticipar que sea auténtica.
Al no haberse descubierto ninguna prueba de la realidad de San Ronan en Bretaña, algunos historiadores sugieren que se trata en realidad de un británico cuya leyenda habría atravesado el Canal de la Mancha. Encontramos un San Ronan en Irlanda en el siglo VII y otro en Escocia en el siglo VIII. En el siglo XIII en Cornualles, circula una Vida de San Rummon , que se asemeja mucho a la de San Ronan.
A comienzos de nuestro siglo, estos elementos condujeron al historiador inglés Doble a anticipar que ambos santos son sólo uno. Según su opinión, Rummon se habría transformado en Ronan, según los nombres de los lugares en el siglo Xl. Efectivamente, numerosos pueblos y lugares de Bretaña parecen obtener su nombre de San Ronan. Siete de estos topónimos comienzan por "Lok" (deformación de loc o locus , por "lugar'), entre ellos el famoso pueblo de Locronan, y ocho San Ronan es a veces Renan. Drenan, Ernan, Erlan, René o Regnan.
¿Un dios pagano cristianizado?
La procesión en honor de San Ronan que sigue realizándose en Locronan en nuestros días, incorpore varios lugares que no tienen nada de cristiano, especialmente menhires y dólmenes. Uno de ellos, bautizado " kador Sant Ronan ", (silla de San Ronan), todavía se conoce con tu antiguo nombre de "yegua de piedra" y se asocia a un antiguo rito celta de la fecundidad. A pesar de la hostilidad de la Iglesia, algunas mujeres de la procesión se sientan ahí para combatir la esterilidad. Otro menhir, ubicado en la cumbre del monte San Ronan, que constituía la principal estación del peregrinaje, desapareció a comienzos de siglo. Estaba cubierto de espirales en forma de serpiente y se alzaba sobre un túmulo de la edad del bronce y un lugar de culto romano dedicado a la fecundidad.
En 1911, el historiador Robert Latouche formula una interesante hipótesis: San Ronan habría sido inventado a comienzos de la Edad Media, en varios lugares, para remplazar a una divinidad celta. En ese entonces, esta práctica era normal incluso, algunas fiestas cristianas, tanto pascua de Resurrección, eran celebradas por el clero local en fechas diferentes a las previstas por la iglesia de Roma, con el fin de ocultar las fiestas paganas tradicionales.
Un análisis de la historia de Ronan permite descubrir varios elementos que corroboran esta tesis. La hagiografía utiliza muchas metáforas luminosas y remite a una visión solar del personaje, por otro lado, conocido por su relación con los lobos. Ahora bien, en las religiones celtas, el lobo es un animal sagrado ligado al culto al sol. Lug, el primer dios galo, es un dios solar y, al igual que Ronan, sabe comunicarse con los lobos...
La Bretaña mítica del siglo VI En el siglo IV, Roma abandona Bretaña a su suerte. En el siglo V, el país acoge a numerosos celtas venidos de las islas británicas; huyen ante el invasor sajón que intenta apoderarse de Inglaterra y de Irlanda. Se establecen en las planicies al interior del país, dejando el litoral a sus primos autóctonos. El rey bretón más famoso de esta época, Grallon o Gradion, habría transferido su gobierno a Quimper luego que su capital, la mítica ciudad de Ys, hubiese quedado sumergida bajo la marea. En realidad, es probable que el legendario Grallon sea un conjunto de varios reyes bretones que reinaron entre los siglos V y VII. Por otra parte, varias calzadas romanas se hunden en el mar y convergen hacia un punto situado en la bahía de Douarnenez; hacen pensar que es muy probable que una ciudad haya sido abandonada allí debido a la crecida de las aguas. Los pueblos de Bretaña están en ese tiempo en vía de cristianización, pero los misioneros se enfrentan a la fuerza de las tradiciones celtas y deben integrar las tradiciones populares.
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