LEVÍTICO
NÚMEROS
DEUTERONOMIO
Exilio y redención
Una vez, mientras el Rabino Aha y el Rabino Judah caminaban juntos, el Rabino Judah dijo:
Sabemos que la virgen de Israel * está bendita siete veces; sin embargo, las Escrituras dicen respecto de
ella: "Y tú, oh hijo del hombre, tomas acaso un lamento por la virgen de Israel" ;** y peor aún: "La
virgen de Israel ha caído, ya nunca se levantará [Amos. 5: 2]. Este último verso, ciertamente, ha sido
interpretado por todos los Compañeros como un mensaje de consolación.*** Pero eso no es probable; el
profeta en persona se refiere a él como un lamento.
A esto respondió el Rabino Aha: La misma dificultad me ha torturado a mí también. Yo vine antes
que el Rabino Simeón y me veía tremendamente atormentado. El insistió: Tu rostro revela que algo
atormenta tu mente.
Dije yo: En verdad, mi mente está tan abatida como mi rostro.
Él me preguntó: ¿Qué ocurre entonces?
Yo hablé: Está escrito: "La virgen de Israel ha caído y ya no se levantará jamás". Si la mujer de un
hombre lo deja debido a la ira de él sobre ella, ¿ acaso ella no regresará jamás? Entonces, ¡pobres de los
niños que deberán ir con ella!
Él me contestó: ¿Acaso no es suficiente con la explicación que los Compañeros han dado?
Yo respondí: He escuchado lo que dicen que es un mensaje de consolación, pero no me contenta.
Él dijo: La explicación de los Compañeros es correcta en lo que dice, pero hay aún más que decir.
Desdichada la generación a la que le faltan pastores, cuando las ovejas se desperdigan y no saben a
dónde ir. Este verso, en verdad necesita entendimie.nto, pero al mismo tiempo, es clarísimo para todo
aquel que pueda interpretar la Torah con propiedad. Ven a ver. Todos los otros exilios de Israel
tuvieron un periodo establecido y cuando terminaba, Israel regresaba a Dios, la virgen de Israel
regresaba a su lugar. Pero este último exilio es diferente, y ella no regresará como hasta ahora, lo cual
queda indicado en el verso: "La virgen de Israel ha caído y no se levantará jamás". Nótese que no se ha
escrito: "No la levantaré jamás".
Hay que pensar en un rey que, molesto con su reina, la expulsó de su palacio por un cierto tiempo.
Ese tiempo pasó, ella inmediatamente regresó al rey. Esto pasó en varias ocasiones. Entonces, sin
embargo, vino un tiempo cuando fue expulsada del palacio del rey por un tiempo largo. El rey dijo:
Ahora no es como antes, cuando ella regresaba a mí. Esta vez, iré con todas mi flores a buscaria. Y
cuando la encontró, ella estaba en el polvo. Viéndola pisoteada de esta manera y deseándola de nuevo,
el rey la tomó de la mano y la levantó y la llevó de regreso al palacio y juró que nunca más la alejaría
de ahí.
Así con la Comunidad de Israel: cuando previamente estaba en el exilio, en el tiempo indicado,
estaba habituada a regresar al Rey. Ahora, en este exilio, el Ser Supremo, bendito sea, irá, la llevará de
la mano y la levantará y le dará consuelo y la traerá de regreso a su palacio. Así está escrito: "Ese día
levantaré el tabernáculo de David que ha caído" [Amos. 9: 11]; y el "tabernáculo de David" es lo
mismo que la virgen de Israel.
Dijo el Rabino Judah: En efecto, tú me has consolado y me has alegrado y ésta es la verdadera
concepción. Me pone en mente una idea similar que había olvidado, algo que el Rabino Yose dijo, que
el Ser Supremo, bendito sea, en un día futuro proclamaría en relación con la Comunidad de Israel lo
siguiente: "Sacúdete el polvo; levántate y ten paz, Oh Jerusalén" [lsa. 52: 2], como un hombre que toma
la mano de su vecino y dice: Ven acá, sosiégate.
El Rabino Aha le dijo entonces: El mismo tipo de discurso utilizan todos los profetas. Así está
escrito: "Levántate, brilla, pues tu luz ha llegado" [Isa. 60: 1] que significa que el Rey está ahí para
ofrecerte reconciliación. y también: "He aquí a tu rey que viene hacia ti" [Zac. 9: 9] y significa: Él
vendrá a ti a levantarte y a consolarte, para recompensarte, para lIevarte a su palacio y desposarte para
siempre, como está escrito: "Y yo te desposarépara siempre" [Has. 2: 21].
Cómo presentarse ante Dios
Discurriendo acerca del texto: "Sirve al Señor con alegría, ven a su presencia con cantos" [Salmos
100: 2], el Rabino Judah dijo: Sabemos que el servicio del Señor que no se realiza con alegría y celo,
ese servicio es imperfecto. Pero, ¿qué sucede si un hombre peca en contra de los mandamientos de la
ley y luego, en arrepentimiento, va a ofrecerle su servicio a Dios? ¿Con qué semblante puede un
hombre en una ocasión así presentarse ante el Señor? Verdaderamente, él entonces, con el corazón
contrito y con el espíritu en penitencia, ¿cómo podrá mostrar alegría y cantos? La verdad es, sin
embargo, que los sacerdotes y los Levitas lo hicieron; fue el sacerdote quien se regocijó porque está
lejos del castigo y está obligado siempre a manifestar un talante gozoso, mucho más que los demás. y
respecto de los cantos, éstos los realizaron los Levitas porque era su función. AsÍ- el sacerdote se puso
junto al hombre y con palabras adecuadas unificó y pronunció el Santo Nombre con alegría y al mismo
tiempo los Levitas hicieron los cantos.
Pero en estos días en que no hay ofrendas, ¿cómo puede ese hombre manifestar alegría y cantos si
regresa a su Señor con el corazón contrito y apenado, bañado en lágrimas y arrepentido? La respuesta
se basa en un secreto. Hemos aprendido que: Un hombre debe entrar a la sinagoga a la distancia de dos
puertas y luego debe orar. Esta es una referencia a las palabras de David: "Levanten sus cabezas, Oh
rejas" [Salmos 24: 7]. Estas rejas son dos grados, y se encuentran a lo lejos, adentro; son los grados
Misericordia [hesed] y Temor [pahad] al principio, y son las rejas del mundo [interior]. De aquí que en
oración un hombre necesite fijar sus pensamientos en el Santo de Santos, es decir, el Nombre Santo y
luego pronunciar su oración.
La misma lección se aprende en esto: La "alegría" es el nombre secreto de la Comunidad de Israel y
llegará el día en que Israel dará fin á su exilio a través de la alegría, como está escrito: "Pues tú saldrás
con alegría" [Isa. 55: 12]. Y luego dice: "Sirve al Señor con alegría". También dice: "Ven asu presencia
con cantos". Así la alegría se hace completa pues el corazón lleva la alegría y la boca el canto.
Así vemos que éste es el camino que un hombre debe seguir para llegar a la presencia de su Señor,
pues entonces se le podrá decir: "Sabe que el Señor, El, es Dios" [Salmos 1 00 : 3]; le corresponde a él
entonces unificar el Nombre Santo y pronunciado, hacer de estos dos nombres uno reuniéndolos, y en
esto está el verdadero servicio del Ser Supremo, bendito sea.
Himnos del cielo
"Y él se dirigirá al altar que está ante el Señor" [Lev. 16 : 18]. Al respecto, el Rabino J udah citó el
verso: "Dios, Dios, el Señor ha hablado y ha llamado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se
oculta" [Salmos 50: 1].
Él dijo: Se nos ha enseñado que al alba un coro de mil quinientas cincuenta miríadas canta himnos a
Dios, y al mediodía mil quinientas cuarenta y ocho, y al momento conocido como "entre las tardes",
mil quinientas noventa miríadas.
El Rabino Yose comentó que a la hora crepuscular todas las legiones celestiales conocidas como
"señores del grito" lo reciben con alabanzas, pues están todos jubilosos y entonces el juicio se ilumina.
En este momento, el mundo se regocija y es bendecido y el Ser Supremo, bendito sea, levanta a
Abraham [el representante de la Misericordia] y sostiene una alegre charla con él y le permite que
gobierne al mundo. Pero en el momento conocido como "entre las tardes", los ángeles llamados
'maestros del aullido" levantan sus voces y a lo largo del mundo priva la conciencia. Entonces, el Ser
Supremo, bendito sea, pidiéndole a Isaac [el representante del Juicio Severo] que se levante y vaya a
juzgar a los transgresores de los preceptos de la ley. Vienen entonces siete ríos de fuego que descienden
a las cabezas de los malos, y también los carbones ardientes de fuego. Ahora Abraham se retira, el día
parte, y en Gehinnom los que han hecho el mal, gruñendo, claman: "¡Desdichados de nosotros!, pues el
día declina, pues las sombras de la tarde se esparcen ya" [Jer. 6:4].
Así, a esta hora, un hombre debe tener cuidado de no olvidar su oración de la tarde. Con la llegada
de la noche, se hacen venir desde afuera de la cortina las otras mil quinientas cuarenta y ocho miríadas
y entonan himIJos, ante lo cual los castigos del inframundo se levantan y vagan por el mundo, cantando
alabanzas hasta la medianoche, que es un reloj y medio. Entonces, habiéndose ido y desatado el viento
del norte, todos los presentes se congregan para cantar Salmos hasta el amanecer y hasta que entra la
mañana y la alegría y la bendición regresan al mundo.
La sagrada comunión
El Rabino Abba citó el verso: "Y, ¿quién es como tu pueblo, como Israel, una nación en la tierra?"
[II Sam. 7: 3]. Dijo él: Dios escogió a Israel y a ningún otro pueblo y lo estableció en el mundo como
una sola y única nación y, en su propio nombre, la llamó "una nación". Para coconar a su gente, él les
otorga una multitud de preceptos y con éstos las filacterias de la cabeza y el brazo que hacen a un
hombre uno y ,completo. Sólo cuando está completo, un hombre es llamado "uno", pero no cuando
carece; y así Dios cuando se hace completo con los patriarcas y la Comunidad de Israel, entonces es
llamado Uno.
En esta guisa, otorgando sus filacterias y envolviéndose en el manto de la oración, el Israelita es
coronado con las coronas sagradas a la manera celestial y se le llama "uno". Entonces es propio que
Uno venga y otorgue atención a uno.
¿Cuándo se dice que un hombre es "uno"? Cuando es varón junto con hembra y es altamente
santificado y celoso por la santificación;- entonces y sólo entonces es designado uno sin daño de
ninguna clase. De aquí que un hombre y su esposa tengan una sola inclinación a la hora de su unión, y
el hombre esté contento con su mujer, uniéndola a él en el afecto. Así unidos, ellos constituyen un alma
y un cuerpo: una sola alma a través de su afecto; un solo cuerpo, pues sólo cuando el varón y la hembra
están unidos forman en realidad un solo cuerpo; mientras que, y esto lo hemos aprendido, si un hombre
no está casado, está, digamos, dividido en dos. Pero cuando el varón y la hembra se juntan, Dios
permanece con "uno" y le infunde un espíritu santo; y, como se dijo, éstos son llamados los hijos del
Ser Supremo, bendito sea.
El amor de Dios
El Rabino Abba dio consideración al siguiente verso: "Oh, vuélvete hacia mí y dame la gracia; dale
Tu fuerza a Tu servidor" [Salmos 86: 16].
Él dijo: ¿Quiere decir que David era el más bello a quien Dios podía dirigirse? El significado es que
Dios, tal como lo hemos aprendido, posee otro David, uno que guía a las multitudes y legiones
celestiales; y, deseando conceder su gracia sobre el mundo, Dios dirige un semblante sonriente a este
"David" [la Presencia Divina] quien entonces, en virtud de su belleza, ilumina el mundo y lo llena de
gracia. Su cabeza es un cráneo dorado embellecido con siete ornamentos de oro. Dios lo ama mucho y
así lo instruye para voltear y verlo con sus ojos más que justos que, cuando lo hace, logra que el
corazón de Dios, por así decirlo, sea atravesado por las saetas del afecto celestial. Fue gracias a ese
David celestial y gentil, objeto del amor y el deseo de Dios, que David dijo: "Oh, vuélvete hacia mí y
dame la gracia".
Así ocurrió cuando Isaac le dijo a Jacob: "Mira, el olor de mi hijo es como el olor de un campo que
el Señor ha bendecido" [Gen. 27: 27]. Se nos ha enseñado que esto sucedió así porque el Jardín del
Edén acompañaba a Jacob cuando él entró. Y podríamos preguntar una vez más: ¿ Cómo pudo entrar
con él el Jardín del Edén esparciendo como esparce una inmensa extensión y aliento y con tan
numerosas secciones y moradas? En realidad, Dios posee otro jardín sagrado. El le tiene un afecto
especial y lo cuida él en persona y le indica que acompañe a los justos siempre. Fue este jardín el que
entro con Jacob.
De igual modo, cuando se cuenta la historia de que toda la tierra de Israel vino y se puso bajo
Abram, * se refiere a otra tierra que Dios tiene, una tierra sagrada y celestial que también se conoce
como "la tierra de Israel". Esta tierra de Israel se extiende bajo la morada mística de J acob, y Dios, por
amor a ellos, le ha dado a Israel para que esté con ellos y los guíe y los vigile; se le conoce como "la
tierra de los vivos".
La rosa de Sharon
Discurriendo acerca del verso: "Soy una rosa de Sharon, un lirio de los valles" [Canto 2: 1], el
Rabino Simeón dijo: El Ser Supremo, bendito sea, dispensa un gran amor a la Comunidad de Israel por
lo que constantemente la alaba, y ella, del acopio de cantos e himnos que guarda para el Rey,
constantemente canta sus alabanzas.
Porque florece espléndidamente en el Jardín del Edén, la Comunidad de Israel recibe el nombre de
rosa de Sharon; porque su deseo es que la riegue el manantial profundo que es la fuente de todos los
ríos espirituales, recibe el nombre de lirio de los valles.
También porque se halla en el lugar más profundo recibe el nombre de lirio de los valles. Al
principio, ella es una rosa con pétalos amarillentos, y luego un lirio de dos colores, blanco y rojo, un
lirio de. seis pétalos que cambia de un tono a otro. Recibe el nombre de "rosa" cuando está a punto de
reunirse con el Rey y después que se ha unido a él en sus besos, recibe el nombre de "lirio".
El árbol de la vida
Nótese lo siguiente: Dios, cuando hizo al hombre y lo vistió con grandes honores, le indicó que se
uniera a él para ser único y de un solo corazón, unido al Uno por el lazo de la fe de un solo propósito
que ata todo. Pero más tarde, los hombres abandonaron el camino de la fe y dejaron atrás el árbol
singular que sobresale en lo alto sobre todos los árboles, y se adhirió al lugar que constantemente
cambia de un tono a otro, del bien al mal y del mal al bien, y descendieron desde arriba y se adhirieron
abajo a lo incierto y abandonaron al ser supremo que no cambia. Así fue que sus corazones, cambiando
del bien al mal, provocaron el merecimiento de misericordia a veces y castigo otras, dependiendo de a
qué se habían unido.
El Ser Supremo, bendito sea, habló: Hombre, a la vida has abandonado y a la muerte tú te has unido
verdaderamente, la muerte te espera. Y así el decreto fue la muerte para él y para todo el mundo.
Pero si Adán transgredió, ¿en qué pecó el resto del mundo? Sabemos que todas las criaturas no
comieron del fruto prohibido, claro qÜe no. Pero fue de este modo: cuando el hombre se irguió, todas
las criaturas, contemplándolo, fueron invadidas de temor de él y como esclavos lo siguieron. Y
entonces, cuando él los llamó: Vengan, inclinémonos ante el Señor que nos hizo, ellos lo imitaron. Pero
,cuando ellos lo observaron haciendo reverencia al otro lugar, adhiriéndose a él, una vez más, ellos
hicieron lo mismo y de esta guisa él trajo a la muerte para sí mismo y para todo el mundo.
Así Adán fue de un lado al otro, de un tono a otro, del bien al mal, del mal al bien, de la agitación al
descanso, del juicio a la misericordia, de la vida a la muerte: nunca perseveró en una sola cosa, por el
efecto de ese lugar, que por eso se conoce como "la espada flamígera que viraba hacia todos lados"
[Gen. 3: 24], de esta dirección a aquélla, del bien al mal, de la misericordia, al juicio, de la paz a la
guerra.
Pero el Rey supremo, por compasión por sus propias obras, les dio advertencia y dijo: "Del árbol del
conocimiento del bien y del mal, no has de comer" [Gen. 2: 17]. Desobedeciendo el hombre, hizo lo
que su mujer y fue desterrado para siempre, ya que una mujer puede venir a este lugar, pero no más allá
y por su causa se decretó la muerte para todos. Pero en el tiempo por venir, "los días de mi pueblo serán
como los días del árbol" [Isa. 65: 22], como ese árbol singular de cuya existencia estamos enterados.
Respecto de ese tiempo está escrito: "El tragará a la muerte para siempre; y el Señor Dios secará las
lágrimas de todos los rostros" [íbid. 25: 8].
El significado oculto de la Torah
El Rabino Simeón dijo: "Si un hombre mira a la Torah como sólo un libro de narraciones y
cuestiones cotidianas, ¡pobre de él! Una torah así, que trate de asuntos cotidianos y ciertamente una
más excelente, nosotros también, aún nosotros, podríamos compilarla. Más aún, en manos de los que
gobiernan el mundo están libros de mayor mérito incluso, y a éstos podríamos emular si quisiéramos
compilar una torah de este tipo. Pero la Torah, en todas sus palabras, conlleva verdades supremas y
secretos sublimes.
Mira con qué precisión están balanceados el mundo superior y el inferior. Israel aquí abajo está
balanceada por los ángeles de lo alto, de los cuales está escrito: "Que hace de sus ángeles vientos"
[Salmos 104: 4]. Pues cuando los ángeles descienden a la tierra, ellos se ponen vestiduras terrestres
porque de otro modo no podrían ni habitar en el mundo ni éste podría tenerlos. Pero si esto ocurre con
los ángeles, con mucha mayor razón debe ocurrir con la Torah: la Torah fue quien creó a los ángeles y
creó a todos los mundos y a través de la T orah se sostienen todos. El mundo no podría resistir la Torah
si no se hubiera ataviado en vestiduras de este mundo.
Así, los cuentos relacionados con la Torah son simplemente sus vestiduras externas y desdichado el
hombre que considere esa vestidura externa como la Torah misma, pues a tal hombre le será arrebatada
una porción en el mundo futuro. Así, David dijo: "Abreme los ojos para que pueda contemplar cosas
maravillosas a partir de Tu ley" [Salmos 119: 18], es decir, las cosas que subyacen. Mira. La parte más
visible de un hombre son las vestiduras que lleva puestas y aquellos que carecen de entendimiento
cuando miran al hombre son aptos sólo. para ver en él esas vestiduras. No obstante, en realidad es el
cuerpo del hombre lo que constituye el orgullo de sus vestiduras, y su alma constituye el orgullo del
cuerpo.
Así ocurre con la Torah. Sus narraciones acerca de las cosas del mundo constituyen las vestiduras
que cubren el cuerpo de la Torah; y ese cuerpo está compuesto de los preceptos de la Torah, gufeytorah
[cuerpos, principios principales]. La gente sin entendimiento sólo ve las narraciones, las
vestiduras; aquellos que pueden penetrar un poco más, también ven el cuerpo. Pero los verdaderamente
sabios, aquellos que sirven al Rey más alto y estuvieron en el monte Sinaí, penetran hasta el alma, a la
verdadera Torah que es el principio, la raíz de todo. A estos mismos en el futuro les será concedido
penetrar al alma misma del alma de la Torah.
Miren ahora lo que ocurre en el mundo superior con las vestiduras, cuerpo, alma y alma suprema.
Las vestiduras externas son los cielos y lo que en ellos hay, el cuerpo es la Comunidad de Israel y es el
recipiente del alma, lo que es "la Gloria de Israel"; y el alma del alma es el Ancestro Supremo. Todos
estos están unidos uno al otro.
Desdichados los pecadores que miran a la Torah como simples cuentos acerca de las cosas del
mundo, y sólo ven así las vestiduras externas. Pero los justos, cuya mirada penetra hasta la Torah
misma, dichosos sean. Y tal como el vino debe conservarse en un odre, así la Torah debe estar
contenida en una vestidura exterior. La vestidura está hecha de los cuentos e historias; pero nosotros,
debemos penetrar más allá.
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