domingo, 4 de marzo de 2012

LOS MURCIÉLAGOS CIEGOS Y EL ELEFANTE

Había una vez, hace mucho tiempo, siete murciélagos ciegos. O eran 13 –se me ha olvidado.
El caso es que estaban un poco hambrientos de sangre fresca, porque eran Murciélagos Vampiros
Ciegos, por lo que echaron un vistazo por los alrededores buscando algo que morder. Excepto que
no podían echar un vistazo, porque eran ciegos, lo que deberías haber notado ya.
Pero su sentido del olfato increíblemente agudo les guió hasta un elefante jugoso, regordete
y lleno de sangre…que en esta historia personifica a toda la realidad ¿Lo coges?
El Murciélago Gangrel chocó con la cola y dijo: ¡Ajá! ¡Este elefante es en realidad un
nervioso animal! Eso es en lo que me convertiré.
El Murciélago Brujah se rompió los colmillos intentando morderle las pezuñas y dijo: ¡Ajá!
¡Este elefante es como una mano de mortero dura, pétrea, insensible que aplasta todo lo que tiene
debajo con despreocupación y sin lástima! ¡Eso es en lo que me convertiré!
El Murciélago Nosferatu se metió en el culo del elefante y dijo: ¡Ajá! ¡El elefante es en
realidad una masa seca, arrugada, apestosa, fruncida que vive en una cueva húmeda! ¡Eso es en lo
que me convertiré!
El Murciélago Tremere mordió la cabeza y dijo: ¡Ajá! ¡El elefante es en realidad un
cerebro insignificantemente pequeño que lucha por controlar un cuerpo inmenso y poderoso! ¡Eso
es en lo que me convertiré!
El Murciélago Ventrue mordió las piernas y dijo: ¡Ajá! ¡El elefante es en realidad una
columna poderosa y erguida que puede soportar todo el peso con fuerza, pero con poca flexibilidad
y elasticidad! ¡Eso es en lo que me convertiré!
El Murciélago Toreador mordió la trompa y la boca y dijo: ¡Ajá! ¡El elefante es en realidad
una vara grande y firme o un agujero cálido y húmedo! ¡Eso es en lo que me convertiré!
Y el Murciélago Malkavian, más ciego que el resto, descendió en picado y se las arregló
para esquivar por completo al elefante. ¡Ajá!, dijo el ignorante Malkavian, mientras lo pasaba
volando. ¡Los demás están montando un escándalo enorme por un elefante que en realidad es un
gran montón de nada! ¡Eso es en lo que me convertiré!
Por lo que, así te lo digo, ¡continúa aleteando!
Así como la fábula anterior, ésta ha sufrido numerosos cambios a lo largo del tiempo, pero
una vez más el tema de la falsedad de la realidad objetiva es recurrente.

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