domingo, 4 de marzo de 2012

LA FÁBULA DE LOS NIETOS LISTOS

Un día Dios se sentía un pelín travieso, por lo que pensó en una pequeña broma. Creó hijos
para que comprendieran el universo por él. Cuando este hijo hubo producido hijos, Caín y Abel, les
lanzó un desafío. Le dijo a los chicos: “Vuestro trabajo consiste en saber qué está pasando en
realidad. Id y traedme un sacrificio digno de Mí.”

Caín preparó un sacrificio de plantas, diciendo: “He aquí el mayor sacrificio que puedo
encontrar: aquello que me da vida.” Pero Abel preparó un sacrificio de sangre –sangre de animaldiciendo:
“He aquí un sacrificio aún mejor: ¡sangre!”
“Chico listo, Abel,” dijo Dios, y tomó la sangre. Pero Caín se dio cuenta de la broma y
golpeó a Abel en la cabeza. “¡He aquí un sacrificio aún mejor1”, dijo. “¡La sangre de Abel!”
“Chico listo, Caín”, dijo Dios. “Has cazado ésta al vuelo. Te diste cuenta de que la sangre
es el camino hacia el poder, y el poder es el camino para descubrir qué está pasando en realidad.
El poder al que acabas de acceder será tu protección en tu viaje”.
Caín entendió, pero sabía que no podía vivir más con sus padres y la gente de sus padres,
que eran como animales de sacrificio para él. Por ello, deambuló por el mundo.
Un día, Caín se sentía un pelín travieso, por lo que pensó en una pequeña broma. Creo
hijos para que comprendieran el universo por él. Cuando este hijo hubo producido hijos, les lanzó
un desafío a sus “nietos.”
“Vuestro trabajo consiste en saber qué está pasando en realidad. Id y traedme un sacrificio
digno de mí.”
Todos ellos sacrificaron un montón de cosas a cambio de poder: arte, magia, dinero. Un
tipo hizo una ofrenda de libertad ofreciendo su sometimiento. Un nieto listo sacrificó su belleza en
un altar de mortificación. Y un tipo, que aparentemente no había aprendido de Abel, sacrificó
algunos animales. No se lo tendremos en cuenta.
Pero el pequeño Malkav no tenía nada que sacrificar que fuera digno del hombre que le
diera su sangre. Por lo que dijo: “La única cosa que puedo sacrificar que se acerque a digna soy
yo mismo.” Dicho lo cual, se sacrificó a sí mismo. O lo intentó, por lo menos, pero no se pudo
imaginar cómo hacerlo. Lo que acabó sacrificando fue su propio sentido del yo.
“Chico listo, Malkav”, dijo Caín al pequeño, que estaba tosiendo la sangre de su
autoidentificación desaparecida. “Te has dado cuenta de que la sangre propia es aún más
poderosa que la sangre de otros, y es el camino para descubrir qué está pasando en realidad.”
Esta fábula ha sufrido varias modificaciones a lo largo del tiempo, pero a partir del siglo XV
y la formación de la Camarilla había adoptado su versión actual, incluyendo a los Tremere entre los
nietos y curiosamente, eliminando de la misma las referencias a los clanes ajenos a la secta.
La alusión al poder de la sangre es central en esta fábula. En algunos fragmentos del Libro
de Nod se menciona que Caín sacrificó a Abel no por envidia, sino como un modo de ofrendar
aquello que más amaba: su propio hermano.
En otras versiones de esta misma fábula el Antediluviano Nosferatu no es un hombre, sino
una mujer que sacrifica su belleza en el altar, tal vez aludiendo a la Matriarca del clan. .

Asimismo, Malkav es descrito como un niño, pero es dudoso que Caín permitiera que uno
de sus chiquillos rompiera la ley que había establecido de no Abrazar a los infantes

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