viernes, 30 de marzo de 2012

VAMPIROS EN INDIA, ESPAÑA, CHINA, ROMA, EGIPTO, Y SUDAMÉRICA

El culto vampírico se registra en India. Kali Ma era una deidad cruel, dotada de cuatro extremidades y largos cabellos. Los pueblos indios le ofrecían víctimas humanas en sacrificio, para colmar su sed y captar su benevolencia.
En la península hispánica también existieron historias de este tipo. Las guajonas cantábricas, las guaxas asturianas, o las meigas gallegas eran criaturas que utilizaban un único colmillo para sorber la sangre de sus víctimas, que generalmente eran infantes.
También en la región mesopotámica se adoraban deidades llamadas Maskin y Utuhu, de aspecto semejante al de los vampiros. Ellas eran las responsables de la proliferación de pestes y demás enfermedades mortales.
Los chinos, en la Antigüedad, creían que las personas pecadoras, después de muertas, se transformaban en malvados vampiros. Por este motivo, cuando algún criminal moría, se le seccionaban todos los órganos.
En la Roma clásica se creía en la existencia de “larvae”, fantasmas de aspecto cadavérico que revivían -por no haber expiado sus pecados adecuadamente- para vengarse de los vivos succionándole la sangre.
En el Egipto Antiguo existieron dioses-vampiros como el célebre Srun, con cuerpo de lobo y amplios colmillos. Y los fenicios creían que los altos índices de defunción infantil eran causados por las agresiones de Lilitu, un fantasma vagabundo que prefería alimentarse con sangre de niño.
Por último, los mapuches sudamericanos rendían culto a una criatura vampírica a quien bautizaron “Pihuychen”, responsable de agredir animales y seres humanos. Además, los atemorizaba la presencia de una especie de lagarto (un vampiro acuático) al que llamaban Trelke-wekufe.


Vampiros en el Egipto antiguo.

A pesar de la creencia de que los dioses le daban a la humanidad todo lo que necesitaban para ser felicides y prósperos, hubo una época en el antiguo Egipto en la que los humanos se revelaron contra ellos y tratron de decrrocarlos.
Ra, al oír hablar de las intenciones de los humanos, se reunió con el resto de los dioses y ellos obtuvo como consejo, el que invocara a Sekhmet, “la fuerza contra la cual ninguna otra fuerza sirve”, para que se manifestara en la tierra y calmara la rebelión. Sekhmet se manifestaría y castigaría a todos los que habían propiciado y sostenido la rebelión contra los dioses. Así fue y Sekhmet caminó entre hombres y los destruyó bebiendo su sangre.
Una noche después de que Sekhmet empezara su labor, rasgando los cuerpos de los humanos y bebiendo su sangre, los dioses decidieron que la matanza había sido suficiente y que debía parar, pero no encontraban manera de hacerlo, ya que Sekhmet había bebido mucha sangre de los revolucionarios, e intoxicado por ella, era ahora más fuerte y sanguinario.
Mientras la carnicería continuaba, los dioses reconocieron que la matanza no pararía hasta que la vida humana se extinguiera. Entonces Ra, que había traído ciertas plantas colosales de la familia de la Solanaceae, de las cuales se obtiene lo necesario para elaborar drogas muy potentes que alteran la mente, mezcló éstas con opio o cáñamo - no es seguro con qué – y las envió al dios Sekti en Heliopolis. Sekti agregó estas drogas a una mezcla de cerveza y sangre humana, llenando siete mil grandes jarros de la sustancia. Los jarros fueron llevados a un lugar donde Sekhmet pasaría y se procedió a verter la mezcla sobre la tierra, inundando los campos. 
Cuando Sekhmet percibió lo que sintió que era sangre, se regocijó y bebió todo el líquido. Entonces, su corazón se llenó de alegría, su mente fue cambiada y ella no pensó más en destruir .
Después de eso, Ra trató a Sekhmet como si las matanzas no lo hubieran molestado, elogiando la belleza y el encanto de la diosa…claro… él era un “padre” comprensivo… ¿no?.

Los primeros vampiros, con rasgos reconocibles para nosotros, los encontramos en Egipto con los nombres de las diosas Baba, Srun y Apop. Con colmillos afilados, y que no solo se sacian de sangre fresca, si no que devoran cadáveres y arrancan y comen el corazón de las personas. Se trata de entidades femeninas pasionales, lujuriosas y de índole malvada.

Se creía que ellas podían concebir pero eran incapaces de dar a luz y, cuando habían llegado a la conclusión de su embarazo sentían violentas contracciones acompañadas de terribles dolores, pero como no podían expulsar el feto, lo reabsorbían uterinamente, lo que sugiere una especie de antropofagia vampiresca.  


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