La verdad
jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los
serviles y menos aún en los idiotas.
La
Antártida, Neuschwabenland.
La
Antártida, Neuschwabenland.
La
cuestión sobre la Antártida es una cuestión fundamental del Hitlerismo
esotérico.
Por lo
que se refiere a la Antártida, es importante la utilización que de ella
hicieron los navíos de la Marina de Guerra Alemana (Kriesgmarine). Durante la
Segunda Guerra Mundial estaba sin cartografiar y resulta que los lobos de mar
al mando del almirante Dönitz sabían de la existencia de las grutas antárticas
donde un navío se podía cobijar sin ningún problema, llevar a cabo
reparaciones, descansar la tripulación y estar tranquilamente sin riesgo alguno
a ser localizados.
Pero los
planes del Tercer Reich y las actividades de la Kriegsmarine respecto del
territorio antártico iban mucho más lejos: los alemanes reclamaron la soberanía
sobre un enorme territorio antártico al que denominaron
"Neuschwabenland" (Nueva Suabia, en español). En éste territorio
construyeron varias bases permanentes, siendo la principal la denominada como
"Neuberlin" (Nueva Berlín).
No por
casualidad el almirante Dönitz, que estaba al mando de la flota de submarinos
del Tercer Reich, había declarado durante la guerra lleno de orgullo: "La
flota alemana de submarinos está orgullosa de haber construido para el Führer,
en otra parte del mundo, un Shangri-La, una fortaleza inexpugnable".
La toma
alemana de la Antártida.
La
historia de la exploración antártica alemana se remonta al año 1873, cuando
Eduard Dallmann, por encargo de la antes creada Sociedad Alemana de Viajes
Navales Polares, con su barco "Grönland" (Groenlandia en español)
descubrió nuevas regiones y pasos en las aguas antárticas. Entre otros
descubrió Dallmann la isla llamada Kaiser-Wilhelm en la salida oeste de la
Bismarkstrasse a lo largo de las islas Biscoue. Los alemanes ya entonces se
mostraron innovadores en la exploración de las regiones polares, pues el
"Grönland" era el primer barco de vapor que exploraba las aguas
antárticas
En los
siguientes 60 años tuvieron lugar otras ocho expediciones así como dos
expediciones fundamentales, para ser exactos en 1910 bajo el comando de Wilhem
Filchner con el barco "Deutschland", así como en 1925 con el barco
polar "Meteor" bajo la dirección del Dr. Albert Merz.
En los
años previos a la guerra, los deseos hegemónicos de los jefes militares alemanes
se hicieron cada vez más fuertes, teniendo la firme intención de construir una
base militar en el hielo antártico. En ese tiempo no existía sobre el Polo Sur
tratado internacional alguno y una toma de posición respecto a tales deseos
territoriales poco antes del estallido de la inminente guerra mundial pareció,
estratégicamente hablando, tener mucho sentido, y podía además gracias a la
propaganda del Reich ser empleado como una demostración de fuerza.
Por otro
lado se tenía que evitar otra provocación de los aliados. De modo que, en
colaboración con la Lufthansa alemana, se desarrolló y llevó a cabo la idea de
una operación político-militar, no obstante bajo la apariencia de 'operación
civil'. El mando de esta empresa la recibiría el experimentado capitán polar
Alfred Ritscher.
Como
barco se eligió el "Schwabenland" (Suabia en español, el nombre de
una región alemana), un barco portador de hidroaviones de la Lufthansa desde el
que, con ayuda de catapultas de vapor, podían despegar hidroaviones Dornier
"Wale" de 10 toneladas de peso. Esta revolucionaria técnica la
empleaba la Lufthansa ya desde 1934 para el tráfico postal con Suramérica. El
"Schwabenland" fue adaptado para la expedición antártica en Otoño de
1938 en los astilleros de Hamburgo, lo que costó la enorme suma de un millón de
marcos alemanes de la época, un tercio del presupuesto de la expedición...
A
mediados de Noviembre de 1938, mientras se preparaba el barco
"Schwabenland", invitó la Sociedad Alemana de Viajes Navales Polares
a Hamburgo al por entonces ya legendario explorador antártico norteamericano
Rychard E. Byrd, con motivo del visionado especial de su nueva película
antártica.
Esta
película fue proyectada en Urania en Hamburgo ante 82 asistentes, de los cuales
54 eran miembros de la tripulación del "Schwabenland", como forma de
adiestramiento y preparación ante la inminente expedición. Byrd, quien ya en
1929 casi había sobrevolado el Polo Sur, era en aquel tiempo aún un civil, si
bien era un héroe nacional para los americanos.
Ironía de
la historia que exactamente este Rychard E. Byrd en el año 1947 con el rango de
almirante de los EE.UU. dirigiera la mayor operación militar en la Antártida,
la Operación Highjump. Todo indica que aquella hasta hoy secreta operación, que
muy probablemente tenía como objetivo la destrucción de la base alemana
conocida como 'base 211', fracasó completamente.
En el año
1938 se produjo la famosa Expedición Antártica Alemana, que culminó en la toma
de un extraordinario territorio, que recibió el nombre de
"Neuschwabenland"("Nueva Suabia"), inspirado en el nombre
del propio barco nodriza "Schwabenland". El iniciador del proyecto
fue Hermann Göring, y por tanto la Luftwaffe alemana.
Sobre
este poco corriente capítulo de la historia de la Antártida se ha escrito
mucho, así como de la construcción de enormes bases secretas alemanas en su
territorio antártico, en la cual ayudaron de manera fundamental flotas enteras
de submarinos cargados hasta los topes.
Varios
autores, basándose en testimonios, han observado que se llevó la maquinaria de
construcción y tunelación más moderna de la época, así como científicos, a
Neuschwabenland. Los técnicos habrían vaciado montes enteros para convertirlos
en refugios camuflados.
Debieron
de ser colosales obras de ingeniería. Para que el lector se haga una idea, la
famosa cripta del Valle de los Caídos, en Cuelgamuros, España, donde está
enterrado el general Franco, se hizo también vaciando un pequeño monte. Al
Reich Alemán le era Neuschwabenland, por algún motivo, de suma importancia,
tanto como para destinarle recursos que necesitaba en la guerra que libraba.
El mismo
Julius Evola, que conoció perfectamente la esencia esotérica del
Nacionalsocialismo, escribe: "La primera expedición que realizaron las SS
habría buscado una relación con un centro secreto de la tradición, la otra
habría tendido a un contacto con la Thule hiperbórea oculta". Evola se
refiere a la expedición al Polo Sur que ha desatado el interés de algunos
escritores; tal expedición va siempre unida a la doctrina esotérica
nacionalsocialista, según la cual la Tierra sería un planeta hueco habitable en
el interior.
En 1945,
varios meses después de terminada la guerra, llegaron hasta las costas
argentinas de Mar del Plata un par de submarinos alemanes de última generación,
capaces de permanecer hasta seis meses sumergidos, y cargados de más hombres de
los que necesitaría cualquier misión usual.
Transportaban
una curiosa carga de cigarrillos, a pesar de que ninguno de ellos fumaba (como
es tradicional entre los austeros oficiales de este tipo de naves). Los
submarinos llevaban mucho tiempo en el mar, lo que es más extraño aún. La
tripulación no pudo explicar satisfactoriamente su presencia en estas aguas
australes ni por qué las naves estaban falsamente clasificadas con las series
U-530 y U-977, correspondientes en realidad a dos viejos submarinos que en los
archivos navales de la Marina Alemana aparecían incluso en reparaciones, de
modo que la adulteración era una clara muestra de que se trató de ocultar la
desaparición de estas naves.
Los
norteamericanos enviaron en tiempo récord una enorme dotación de oficiales que
apresaron a los alemanes y se los llevaron a Estados Unidos, haciéndolos
desaparecer. Fueron sometidos a durísimos interrogatorios. Actuaron con tal intriga
y rapidez que, prácticamente, nadie supo lo que sucedió. Fue instantáneo.
Sin
embargo, inmediatamente después comenzaron los aliados sus
"expediciones" a la Antártida, siendo la mayor de ellas la del
almirante Byrd, quien volvió convencido de que los jerarcas alemanes que no
estaban en Nuremberg, yacían en un secreto refugio antártico. Sus expediciones
principales tuvieron lugar entre 1946 y 1947, y en ellas los americanos
utilizaron sus más modernos aparatos de sondeo y rastreo, aviones y buques. Tal
despliegue jamás habría tenido lugar en base a un mero rumor fantasioso.
La
noticia que circuló entonces, incluso entre algunos medios de prensa de la
época, era que los dos submarinos habrían sido parte de un enorme convoy que
salió de Alemania con Hitler y sus principales asesores hasta algún lugar
secreto de las tierras australes, el "paraíso inexpugnable" del
almirante Doenitz. Las naves, producto de las tormentas en altamar de ese año,
se habrían extraviado y, como es común en las misiones ultrasecretas, por ser
parte de la comitiva de compañía, desconocían el lugar al que se dirigían,
limitándose a seguir a los guías. Fue así como, extraviados y rendidos a su
mala fortuna, llegaron perdidos hasta Mar del Plata.
Pese a
los intentos aliados de destruir las bases antárticas, Neuschwabenland nunca
fue conquistada. Por ello toda la Antártida fue declarada "territorio
hermético". Debía olvidarse el nombre de la Antártida. Hasta se firmó un
tratado internacional que prohibía las pruebas nucleares en la Antártida hasta
el año 2000.
La
Antártida y su omisión en la bandera de la ONU
Queremos
llamar la atención sobre el siguiente aspecto: ¿Alguien se ha fijado en que en
la bandera de las Naciones Unidas (ONU), que muestra un mapa del mundo, falta
por completo la Antártida, como si no existiera? ¿Por qué aparece el Polo Norte
y no el Polo Sur? Vemos Europa, Asia, África, América, Australia, Groenlandia y
hasta Nueva Zelanda, pero ¿por qué se ha censurado precisamente la Antártida?
¿Acaso no es también parte del mundo?
Actividad
OVNI en la Antártida
Es muy
probable que los aviones circulares tuvieran su base fundamental en
Neuschwabenland. De hecho, Byrd tras dirigir la fallida invasión habló que
"desde la Antártida salen aviones que pueden llegar al otro extremo de la
Tierra en instantes" y que "el enemigo está entre nosotros y la
Antártida". Parece ser que el emplazamiento era óptimo por encontrarse tan
cerca de una de las aperturas de los polos al "mundo interior".
De hecho,
en el mundo ufológico existe una teoría con diferentes denominaciones, como
"Antártida, la zona ufológica más caliente del mundo" o "las
bases secretas OVNI en Antártida". Además, existen relatos y testimonios
de numerosos avistamientos, tanto de científicos como de militares, en bases
antárticas. Por ejemplo, el 8 de Enero de 1956, varios investigadores de una
expedición científica chilena en la Antártida observaron, durante varias horas,
OVNIS en forma de "puro" y de disco evolucionando en el cielo de la
área del Mar de Weddell.
En la
actualidad y a pesar de la censura sobre estos temas, nos llegan noticias de
"intensa actividad OVNI" en la Antártida. También es curioso leer en
el periódico noticias como: "La base norteamericana permanente en la
Antártida se está hundiendo en el hielo". Según esta noticia, cada mes se
hunde varios centímetros el firme sobre el que está la base americana. ¿Están
jugando los alemanes del Reich con los americanos?
La
desaparición de la "Bandera de la Sangre". ¿Rumbo Neuschwabenland?
El
paradero de la "Bandera de la Sangre" es uno más de los misterios del
Tercer Reich. Es realmente sospechoso que precisamente algo de sumo valor para
el Tercer Reich "desapareciera" en los últimos días de la Segunda
Guerra Mundial. Hay quien ha señalado que fue cargada en un submarino rumbo a
la base antártica, posiblemente en el mismo submarino que llevó a Hitler.
Para
quien ignore a qué bandera nos referimos, recordemos que esta famosa bandera
era una bandera de la esvástica (perteneciente a la 5ª sección de la SA y llevada
por Heinrich Trambauer) que el 9 de Noviembre de 1923, durante el Putsch de
Munich, se empapó con la sangre de los patriotas alemanes (principalmente la
sangre de Andreas Bauriedl, quien cayó sobre ella), compañeros de Hitler, que
murieron en los enfrentamientos en las escalinatas de la Feldherrnhalle,
quedando Hitler herido y resultando muertos 16 nacionalsocialistas.
Así, esta
bandera, empapada con la sangre de los primeros mártires nacionalsocialistas,
se convierte en objeto de culto, pasando a conocerse como la Blutfahne o
"bandera de la sangre", símbolo del patriotismo alemán y del heroísmo
nacionalsocialista, llegando a ser custodiada por la SS en la Casa Parda (das
Braune Haus) de Munich, sede central del NSDAP.
Con esta
misma bandera consagraba siempre Adolf Hitler los nuevos estandartes del NSDAP,
tocándolos con ella. Su portador fue Jakob Grimminger (fallecido en 1969, a los
77 años), al que puede verse en muchas fotos y videos históricos. Los
nacionalsocialistas solían decir de esta bandera: "Ninguna bandera nos es
tan sagrada como la Bandera de la Sangre del 9 de Noviembre". Como
curiosidad, citar que durante el tiempo de prohibición de la SA y la SS, esta
bandera es escondida por una mujer nacionalsocialista llamada Viktoria Edrich,
en su domicilio en el cuarto piso de la Türkenstraße 25 en Munich.
La
Blutfahne fue vista por última vez en público en el funeral de Adolf Wagner,
Gauleiter de München-Oberbayern, en Abril de 1944. Después de dicho funeral, se
devolvió a su emplazamiento en la Casa Parda. Pero al final de la guerra, en
medio de la confusión, la bandera sagrada del NS desaparece sin que hasta hoy
haya vuelto a conocerse su paradero.
La
versión oficial apunta que "probablemente fue destruida durante los
bombardeos de Munich". Se sabe que no cayó en manos de los aliados, pues
éstos no habrían dudado en exponerla como "trofeo de guerra" como
hicieron con otros objetos de valor. Y por supuesto, era tan alto el valor de
esa bandera para el Tercer Reich que éste no podía consentir que cayese en
manos aliadas o que fuera "destruida en un bombardeo".
Neuschwabenland
y las "desapariciones" de soldados y población.
Pero en
el Tercer Reich no sólo desaparecieron banderas... La historia de las decenas
de miles de "desapariciones" es de gran interés. Después de terminar
la Segunda Guerra Mundial, miles de ciudadanos alemanes comienzan a
desaparecer, especialmente personas sin familia y huérfanos (había muchas de
estas personas gracias a los bombardeos aliados sobre núcleos de población alemanes,
por ejemplo Dresden, donde perecieron carbonizados 400.000 civiles en una
noche).
Pero
también durante la guerra se declaró fallecidas a personas que no murieron
entonces. Miguel Serrano contó en una entrevista, que le habían mostrado una
gran lista de personas que "oficialmente" habían muerto durante la
guerra mundial en accidentes automovilísticos. Le aseguraron que esas personas
no habían muerto entonces, sino que habían sido "sacadas de
Alemania"... ¿Cuántos sarcófagos habrá enterrados en los cementerios
alemanes que nunca contuvieron restos mortales?
Y más
casos extraños: En Abril de 1945, 50.000 soldados alemanes estacionados en
Noruega* "desaparecieron" de la faz de la Tierra de la noche a la
mañana, sin que nadie haya vuelto jamás a tener noticia de ellos. Los aliados
nunca hicieron comentarios respecto a este "incidente". ¿Se había
tragado la Tierra a esos 50.000 soldados o es que se habían desintegrado
espontáneamente? En absoluto, fueron llevados a Neuschwabenland, al igual que
los demás "desaparecidos".
* Nota:
Curioso, precisamente Noruega, uno de los territorios que, junto con la costa
norte alemana y Dinamarca, la Wehrmacht defendió y mantuvo en su poder hasta su
capitulación, mientras que el resto de Alemania ya estaba ocupada. ¿Por qué eran
tan importantes Noruega, Dinamarca y la cosa norte alemana
(Schleswig-Holstein)?
Porque
desde allí se realizó la evacuación hacia Neuschwabenland, de un puerto noruego
salió el famoso convoi de submarinos que llevaba a Adolf Hitler rumbo
Neuschwabenland. Cualquiera puede comprobar en los libros de historia que,
incluso a principios de Mayo de 1945, a punto de terminar la guerra mundial, el
Reich mantenía la defensa de estos territorios, vitales para sus planes.
Y
respecto a esta desaparición de soldados en Noruega, reproducimos a
continuación lo que recoge el autor O. Bergmann en su libro "Deutsche
Flugscheiben und U-Boote überwachen die Weltmeere" ("Platillos y
submarinos alemanes vigilan los mares del mundo"), en el capítulo "Die
Absetzung reichsdeutscher U-Boote vor 1945" ("La evacuación con
submarinos alemanes antes de 1945"), las reflexiones que un austriaco,
antiguo soldado de la Wehrmacht que sirvió durante todo el tiempo de guerra en
los países escandinavos. El autor Bergmann lo explica así:
"Hace
tan sólo unos pocos meses que nos visitó un antiguo soldado alemán (austriaco),
que entre 1939 y 1945 sólo estuvo en servicio en los países escandinavos y nos
explicó: En Abril de 1945 en Noruega se dirigieron a mi, a solas y de forma
premeditada. Se me dijo que podía ir a Kristiansand [N. del T.: un lugar], que
allí estarían submarinos preparados para la evacuación.
Yo
rechacé la propuesta argumentando que como soldado no había cometido ninguna
falta, y que por tanto no tenía por qué huir, iría a prisión [N. del T.: los
soldados rendidos eran internados en campos de prisioneros]. Sólo cuando leí
sus escritos de la editorial HUGIN caí en la cuenta respecto de qué se trataba
realmente esa evacuación con submarinos".
Y como el
propio Bergmann, comentando esto, aclara, "en ese momento no se pudo decir
abiertamente a nadie, para excluir toda traición. En este sentido es
interesante también el que sólo se dirigieran a personas que parecieran de
confianza, quienes quizá antes habían estado siendo vigiladas durante un
tiempo".
Y es que
el mayor problema al que se enfrentó el Tercer Reich después de 1945 fue su
escasez de material humano, su falta de población en las colonias y bases, cuyo
número constantemente aumentaba. El autor Hans Altmann, que asegura haber
tenido en su juventud (años 50) contacto con los alemanes del Reich, habla
sobre este problema.
El Reich
necesitaba aumentar su población, para lo cual llevó a cabo primero la
"desaparición" de todas las personas que pudo (que fueran
ideológicamente afines, haciéndoles saber que no había vuelta atrás) y después
abducciones, principalmente de ciudadanos alemanes, pero posiblemente también
de otras nacionalidades de raza blanca, a los que extraían esperma y después
devolvían a tierra.
El autor
alemán Jan Udo Holey recoge en uno de sus libros ("Unternehmen
Aldebaran") el relato de un alemán que afirma que en los años 60 fue
abducido por los tripulantes de un platillo que hablaban en alemán, que tras
someterle a un chequeo médico le extrajeron su esperma y le devolvieron sano y
salvo al sitio donde le habían recogido. Muchos de los relatos sobre
"abducciones extraterrestres" y sus supuestos experimentos genéticos
con el esperma extraído a los abducidos podrían tener su fundamento en estas
operaciones del Reich Alemán, cuyo objetivo era obtener material genético de
raza blanca-nórdica.
Y
fijémonos en el hecho de que lo que más necesitaba el Tercer Reich eran
hombres, pues su población femenina doblaba e incluso triplicaba a la de
varones, consecuencia de las muchas bajas masculinas en el frente de batalla.
Esta desproporción entre mujeres y hombres explicaría el interés por obtener
esperma de alemanes racialmente aptos y médicamente sanos con que eventualmente
inseminar, como último recurso de emergencia, a las mujeres del Reich que no
podían encontrar marido por la relativa escasez de hombres.
Podemos
también suponer que el aborto estaba estrictamente prohibido, y también que se
exigió de las mujeres fértiles una constante procreación (madres con 10 hijos o
más), todo esto considerado un deber patriótico ineludible, un pequeño
sacrificio nada comparado con la suerte de vivir en el Reich, en lugar de en
una "Alemania" ocupada y moralmente pervertida por Sión, la nueva
Sodoma y Gomorra sin dignidad nacional ni patriotismo en que se convirtió la
madre patria Alemania.
El autor
Jan Udo Holey afirma en su libro "Unternehmen Aldebaran", página 144,
haber tenido una entrevista con un alemán del Reich que le habría asegurado
haber nacido en Neuschwabenland y ser miembro de la organización "Schwarze
Sonne" (una de las organizaciones de élite de la SS). Según sus
revelaciones, los alemanes del Reich tendrían bases "por todo el
mundo" (por ejemplo, una base gigantesca en el Himalaya), y él viviría en
Neuschwabenland en una ciudad habitada por tres millones de alemanes (en 1994).
¿Por qué
el Reich no ataca a las naciones aliadas?
Cualquiera
podrá preguntarse: ¿Por qué el Reich alemán, con su flota de OVNIS, no ha
invadido las naciones de los aliados? ¿Por qué no ha reiniciado la nunca
terminada Segunda Guerra Mundial? Al margen de que las circunstancias
históricas y sociales con respecto a la guerra mundial son muy diferentes,
vamos a tratar de responder a esa pregunta.
Algunos
autores barajan la posibilidad de que el Reich ha ampliado considerablemente
sus miras. Ya no se trata sólo de la victoria del Reich alemán, sino también de
la liberación de los pueblos del mundo del yugo judeo-masónico. Muchos se han
dejado manipular por la propaganda y creen fantasiosamente que Hitler deseaba
conquistar el mundo entero para someterlo a una imperialista Alemania, y que
exterminaría a todo aquel que no fuera alemán, rubio y de ojos azules.
Nada
puede ser más absurdo que esto. Contra esta sandez hay que aducir, en primer
lugar, que el nacionalsocialismo se proclama una doctrina anti-imperialista
(diga lo que diga la propaganda aliada), Hitler sólo deseaba ver realizada su
Großdeutschland, la unión de todos los territorios de población alemana, y, en
segundo lugar, que las concepciones racialistas del Tercer Reich han sido
tergiversadas por la propaganda.
El amor
de Hitler por la raza alemana no significa que fuera enemigo de las razas
no-germánicas. Su colaboración con tibetanos y japoneses está más de
demostrada, y en las filas de las Waffen-SS sirvieron voluntarios de las más
diversas razas y nacionalidades: cosacos, turcos, bosnios, árabes..., además de
voluntarios de 14 naciones europeas.
Si Hitler
hubiera pensado como sus adversarios nos dicen que pensaba, no habría
consentido que en las fuerzas alemanas hubiera nadie que no fuese alemán, y
menos todavía árabes u orientales. Así pues, no eran los planes del Reich la
"conquista del mundo", esos son justamente los planes
judeo-masónicos...
Muchos
que por desconocimiento de las concepciones racialistas del Reich piensan que
éstas se basaban en un "exclusivismo nórdico", aducen que Hitler
"no era rubio ni alto". ¿Y qué importa eso? Adolf Hitler no aspiraba
a una Alemania ni mucho menos a una Europa exclusivamente nórdica.
La raza alemana
(al igual que la raza blanca) se clasifica en múltiples subdivisiones
(nórdicos, bajo-alemanes, frisones, austriacos...), sin que ninguno de ellos
sea por ello menos alemán. Adolf Hitler (del que muchos desconocen que tenía
los impactantes ojos azules de su madre Klara) sabía bien que en Europa había
más que alemanes.
Por eso
pasó pronto de la fase alemana a la germánica, que incluía también a holandeses
y escandinavos. Pero siguió avanzando en sus miras, y pronto pasó de la fase
germánica a la fase europea, pues en Europa no sólo hay germanos, también hay
latinos y eslavos (pueblos indoeuropeos), pero también hasta europeos que
lingüísticamente no son del tronco indoeuropeo, como finlandeses, húngaros y
vascos. Adolf Hitler era un convencido europeísta, la victoria de Alemania
significaba para él la victoria de toda Europa, de Occidente. Así pues, Hitler
tenía unas miras mucho más amplias de lo que pretende la propaganda contra él.
Las
reflexiones anteriores eran necesarias para comprender por qué el Reich alemán
no se lanzó hace años ni se lanzará en el futuro tampoco a una campaña de
"conquista del mundo", cosa que con su abrumadora fuerza OVNI podría
realizar con total y contundente éxito.
El alemán
del Reich al que el autor Jan Udo Holey afirma haber entrevistado reveló que
"sólo tienen permiso para defenderse, nunca para atacar". La única
guerra del Reich es exclusivamente contra el Nuevo Orden Mundial de la
judeo-masonería, no contra los pueblos.
Así nos
explicamos fácilmente por qué hace ya muchos años una flota de miles de
platillos volantes no arrasó las naciones de los aliados. Precisamente ese
temor de los aliados a una invasión OVNI del Reich se plasmó en películas como
"La Guerra de los Mundos" (1953). No era a los extraterrestres a quienes
se temía, sino a los Reichsdeutschen.
Pero el
Reich alemán intervendrá, no contra los pueblos, sino por los pueblos. Vendrá a
salvar Occidente en el momento preciso, cuando se haya producido el colapso y
fracaso de los regímenes "democráticos". El Reich nos ayudará en la
reconstrucción material y moral de Occidente, nos facilitará los tesoros que ha
custodiado para nosotros y que un día Occidente tuvo, tesoros sencillos pero
fundamentales como la fe en Dios, el amor a la Patria, la conciencia racial, el
bien común frente al egoísmo personal, el patrón trabajo frente al patrón oro,
cosas que los habitantes de Occidente han olvidado y cambiado por los becerros
de oro que la masonería le ha sugerido (dinero, honores vanos, decadencia
moral, posturas antinaturales...), cayendo en su trampa. Mientras tanto, el
Reich sigue floreciendo, aquí en la Tierra y fuera en las colonias
extraterrestres, y observando la evolución histórica de las naciones a las que
un día tendrán que ayudar.
Neuschwabenland
y los Estados Unidos.
Para
descubrir el interés que Reich actual tiene en los Estados Unidos, basta
fijarse en dos de los más famosos casos de contactados: George Adamski y
Reinhold Schmidt, ambos ciudadanos norteamericanos. Estados Unidos es uno de
los países del mundo con más avistamientos OVNI, con la única excepción, por
motivos obvios, de la Antártida.
Para
entender la postura de los alemanes del Reich respecto a los Estados Unidos,
debemos advertir que es muy importante saber distinguir entre "gobernantes
americanos" y "pueblo norteamericano". Mucha gente, en su odio
ciego contra Estados Unidos, suele confundir al pueblo con sus gobernantes, que
en la mayoría de los casos nada tienen que ver.
Adolf
Hitler hubiera deseado llevarse bien con los Estados Unidos, es más, hubiera
deseado que USA fuera su principal aliado, por encima de Italia, España o Japón
(no está de más recordar que el 30% de la población blanca de Estados Unidos
tiene sangre alemana). El propio Hitler en sus discursos habló favorablemente del
pueblo norteamericano, elogiando sus valores y denunciando su manipulación por
parte de los judíos (como en la Iª Guerra Mundial).
La culpa
de la guerra entre el Reich y USA no la tuvo ni Hitler ni el pueblo
norteamericano, sino los dirigentes masones de USA. El presidente Rooselvelt es
sabido que era judío y masón. Su sucesor Truman, quien ordenó lanzar las
genocidas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, también era masón. La
política de Rooselvelt respecto a Alemania tenía que ser, necesariamente,
hostil.
Y la
masonería, igual que hoy ha empujado a la nación americana a una guerra en
Afganistán y a otra mayor en Irak, en 1941 empujó a Estados Unidos a la guerra
contra las potencias del Eje, con la excusa de responder a la agresión nipona
de Pearl Harbor (igual que hoy la excusa de la invasión de Irak es responder a
"la agresión terrorista").
Pero la
actitud del pueblo norteamericano, a pesar de la propaganda judeomasónica
anti-Reich, era bien distinta. Por ejemplo, durante la guerra mundial el Ku Klux
Klan defendió la postura de que Estados Unidos se aliase con el Tercer Reich y
juntos combatieran a la Unión Soviética (el tiempo les ha dado la razón...).
La
respuesta de la masonería americana fue perseguir y encarcelar a los klansmen.
Pero no sólo grupos como el KKK, sino también altas personalidades de la
industria americana fueron admiradoras y entusiastas del Tercer Reich.
Así no es
de extrañar que el Reich alemán concediera la Gran Cruz del Águila Alemana, la
distinción del Tercer Reich más importante concedida a extranjeros, por
ejemplo, a las siguientes personalidades norteamericanas: Henry Ford,
legendario fabricante de automóviles y autor de "El judío
internacional"; James D. Mooney, encargado de General Motors; y Tom
Watson, director de IBM, quienes recibieron la Gran Cruz del Águila Alemana
entregada por el propio Adolf Hitler por su gran contribución al Tercer Reich.
También
el aclamado aviador norteamericano y pro-nazi Charles Lindbergh, en una visita
oficial a la Alemania de Hitler, fue recibido con todos los honores por el jefe
de la Luftwaffe y mariscal del Reich, Hermann Goering, y condecorado. Lindbergh
siempre admiró los grandes avances que el Tercer Reich aportó al mundo de la
aviación civil y militar, y formó parte del comité "America First",
que se opuso a la agresión americana contra Europa durante la Segunda Guerra
Mundial. Como era de esperar, el idealista Lindbergh y el masón Rooselvelt
tuvieron un enconado enfrentamiento.
Neuschwabenland
y la "Alemania" ocupada
Los alemanes
del Reich dejaron la madre patria Alemania con la idea de poder reorganizar
pronto la resistencia interior contra los aliados. Pero hubo algo que no
tuvieron en cuenta... No tuvieron en cuenta la suma rapidez con que los
alemanes se amoldarían al nuevo sistema.
Los
"alemanes" de la "Alemania" de posguerra se sentían muy a
gusto en Sodoma y Gomorra, ya nadie pensaba en la patria ni tenía inquietudes
nacionalistas, para esos "alemanes" sólo contaba el dinero y la
diversión. Sacrificios por el pueblo y la nación no tenían cabida, nada tenía
que ver la mentalidad de los alemanes del Reich con la de ellos, que habían
hecho apostasía de ser verdaderos alemanes.
Desde
luego, esto supuso una gran decepción para el Reich. Según el autor Hans
Altmann (que presuntamente tuvo contacto con alemanes del Reich en los años
50), algunas voces dentro del Reich abogaban por abandonar y renunciar a los
alemanes apóstatas. En lugar de ello, el Reich decidió esperar pacientemente el
momento adecuado, en el que los "alemanes" de Sodoma y Gomorra serán
reeducados y desintoxicados de la propaganda que durante años han recibido.
Neuschwabenland
y el Imperio Japonés
Posiblemente
el viejo eje nunca ha dejado de existir. Los alemanes del Reich contaron con la
colaboración de sus fieles camaradas japoneses. Así por ejemplo, en algunas de
las tripulaciones de OVNIS había miembros japoneses, que participaron en los
planes de conquista del espacio del Tercer Reich.
Por su
parte, los japoneses aportaron sus conocimientos, esfuerzo y ayuda al Reich.
Según el autor Hans Altmann, se le reveló que las tropas del Reich estaban
siendo entrenadas en las bases terrestres del Reich por guerreros ninja
japoneses, siendo convertidas en tropas de elite: todo soldado alemán tendría
al menos el primer Dan, es decir, el primer cinturón negro en kárate-shotokan
japonés, sin nada que temer a un campeón de ninguna nación.
Según
Altmann, los japoneses habrían sido los más fieles aliados del Tercer Reich, y
su empeño y dedicación muy apreciados; por todo ello precisamente los japoneses
estarían tan involucrados en el actual Reich alemán. También, según Altmann, se
habría comprobado que "precisamente europeos blancos y japoneses tienen
una perfecta convivencia", basada en la mutua admiración y respeto.
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