La
antigua Thule de los Orígenes
Las
migraciones arias
La
Esvástica, el Águila, las Runas y la Obra Alquímica
La
corriente esotérica en la que entronca el nacional socialismo
1- La
antigua Thule de los Orígenes.
Como ya
hemos visto, los mitos de la antigüedad, guardan memoria de una antigua tierra
mágica que explicaba el origen de la humanidad y de la antigua civilización de
la Thule legendaria, Patria original de los arios. En el Tíbet, antes de ser
invadido y destruido por los comunistas chinos, en los templos, eran guardados
con celo viejos manuscritos que se referían a ese pasado hoy premeditadamente
ignorado por quienes manejan el mundo.
Según
este conocimiento al que se refieren los textos de los arios indos, el
continente Ártico, hace milenios, era un lugar de clima templado y con una
naturaleza generosa. Esta tierra, denominada Thule, fue habitada por una
civilización superior, una civilización que participaba del conocimiento
trascendente o espiritual, el honor y la lealtad, y formada por los arios
originales, seres venidos de las estrellas, semidivinos y de rasgos raciales
puros. Estos habitantes se llamaban "ariyas", de donde proviene la
palabra "ario", que viene a decir "nacido dos veces" o
"iluminado". La Patria de esta estirpe estaba aislada del mundo por
el inmenso océano boreal. Gracias a esta separación, la pureza racial no estaba
amenazada y podían vivir en armonía. Pero tras una serie de cambios climáticos
debidos a un cataclismo planetario, aquella eterna primavera dio paso a un
clima frío e inhabitable, con lo que los arios primitivos hubieron de emigrar
hacia regiones más al sur. Así, los arios emigrarían hacia diversas regiones
situadas al norte del continente euroasiático, fundando la legendaria
civilización del Gobi, en el Asia y migrando también hacia Escandinavia. Los
innumerables restos de fauna congelada en las islas árticas hoy inhabitables,
como la isla de Vrangelja (Vrangel), al norte de Siberia, en pleno Océano
Ártico, así como los yacimientos de carbón de las islas árticas como Spitsberg
(Noruega), son la demostración de que en otro tiempo aquellas tierras árticas,
hoy inhabitales, fueron lugares de naturaleza exuberante. De esta manera, la
Patria original de los arios sería sepultada por los hielos polares.
En su
libro "Nos. Libro de la resurrección", el escritor y exdiplomático
chileno Miguel Serrano, apunta sobre el origen de los arios diciendo que el
Génesis es un relato atlante adulterado y que se halla más cerca de lo acaecido
lo que Platón nos dice en su Critias y en el Timeo. Serrano nos dice que
"Al principio, un hombre surgió de la tierra. Se llamaba Evénor y desposó
a Leucippe. Tuvieron una hija, Clito. De ella se "enamoró"
Poseidón". Miguel Serrano continua diciendo que estos ángeles que
cohabitaron con las "hijas de los hombres" o las surgidas de la
tierra, al "enamorarse", al cruzarse con las hijas de los hombres,
engendraron los héroes semidivinos, no inmortales ya. "En verdad, los
dioses griegos son los héroes y reyes de la Atlántida-Hiperbórea. Poseidón y
Clito dan a luz las cinco parejas de gemelos de los diez reyes de la Atlántida.
Los Dioscuros, Castor y Pollux (Polo) son una de estas parejas. También lo
sería Jasón. Por lo menos es un rey del Gral, como Heracles-Hércules".
Miguel Serrano apunta que el gemelo en cada una de las 5 parejas de reyes
gemelos de la Atlántida, en lugar de una entidad material sea en verdad el
"doble" divino de un mismo "semidivino" en un mundo astral,
paralelo, y continúa diciendo que "se desprende de todo esto que existen
varias humanidades. La humanidad divina de los hiperbóreos, la semidivina de
los héroes descendientes de los divinos mezclados y la de los animales-hombre,
los sudra, los pasu, los esclavos de la Atlántida, tal vez los robots de la
Atlántida que de algún modo sobrevivieron a su hundimiento. Platón nos cuenta
la destrucción de la Atlántida, debiendo referirse a una catástrofe acaecida
con mucha posterioridad a la inmensa tragedia de la que sólo hay memoria en el
registro akásico del universo. De aquella no se salvan más que los divinos
hiperbóreos en sus vimanas o "discos volantes", yendo a otros astros.
(¿a Venus, la estrella matutina?). El eje de la tierra se desvía, nacen las
estaciones, involuciona la Segunda Tierra. La Primera Tierra pasa a ser la
Tierra Interior, "hueca". Cuando los divinos retornan, tras edades
(Lucifer es uno de sus jefes) encuentran todo cambiado. En la superficie hay
seres extraños irreconocibles (Evénor, Leucippe, Clito?)". Entonces, según
lo que decíamos más arriba, algunos divinos se mezclan o se cruzan con las
hijas de los hombres, no sabemos con qué fin, aunque podemos pensar que la
intención era ayudar a la humanidad y transferirle "fuego de los
dioses" (que Prometeo entregara a los hombres), esto es, su sangre divina,
y Lucifer y sus huestes entran en la Tierra Hueca, donde edificarán las
ciudades de Agartha y Shamballah. También los Edda se refieren al mismo asunto
del Libro de Enoc y del Mahabharata, presentando a los Vanes y los Ases como
extraterrestres. Son los ángeles del Libro de Enoc que enseñan a los hombres la
ciencia, el arte y la civilización. Los escritos antiguos nos hablan de un
conflicto bélico legendario entre parientes de la misma sangre, los Ases y los
Vanes, o los Pandavas y los Koravas de la Guerra del Mahabharata. Los Ases
provienen del Cáucaso, tal vez descendidos del monte sagrado Elbruz, y son
guiados por Odín-Wotan con su hacha mágica. Los Vanes se hallan al norte. Atlas
o Irmín sería un Vanes. De la unión de Ases y Vanes vendrían los germanos que
guardan en su sangre la memoria de los ancestros hiperbóreos. Eurípides se
refería a Hiperbórea como el País del Ámbar (Sur de Escandinavia y región
báltica), región situada al norte, de donde provendrían los arios. Así mismo,
según Miguel Serrano, los Tuathas de Dannan de la leyenda irlandesa, son los
mismos que los germanos identifican como los Ases, esto es, los extraterrestres
descendidos de los astros.
2- Las
Migraciones Arias.
Los
filósofos e investigadores nacional socialistas, entendían que los arios tenían
como símbolo de identificación la esvástica, signo del sol de la Patria nórdica
donde el sol no se pondría durante 3 meses al año. La esvástica de los arios sería
marcada e inscrita allá por donde pasaran en su marcha a través del mundo, lo
cual , según Alfred Rosenberg "demuestra que las partes más diversas del
mundo antiguo fueron colonizadas por la raza nórdica".
Según
esto, los arios, en tanto que se alejaban de su lugar de origen, iban llevando
su civilización a las diversas partes del mundo, instalándose y levantando
imperios y culturas, pero la consecuencia de esto era la pérdida de la pureza
racial original, al mezclarse con las razas "hombre-animal" que
hallaban y se les agregaban en las regiones meridionales. Los primeros arios
tras la desaparición de la Hiperbórea polar, los hiperbóreos que se salvan de
la catástrofe, emigran con la esvástica dextrógira, en dirección del Gobi,
tierra verde, de grandes bosques, en aquel entonces, y allí fundan una gran
civilización, cuyos restos aún podrían encontrarse bajo las estepas y las
arenas de los desiertos del Asia central. Esta civilización también desaparece,
quizás por una explosión atómica. A esta catástrofe se estaría refiriendo la
historia bíblica de la mujer de Lot y la Estatua de Sal. Según el profesor
Hermann Wirth, la gran emigración del Gobi, de los pueblos Aryo-Godos que
logran salvarse de la catástrofe que ha transformado en un árido desierto a esas
regiones (actual desierto del Gobi, entre China y Mongolia), ha sido robada y
falseada por los judíos, que fueron una tribu o casta de parias o sudras, de
esclavos, que se mantenía parasintando en la periferia de ese éxodo. Se
apropian así los judíos del mito y la leyenda (las 12 Tribus, "los
Cuarenta Años de peregrinación en el Desierto", etcétera) traspolando los
acontecimientos a los desiertos del Sinaí y tierras de Palestina, donde al
final arriban, como una tribu de parias o esclavos indeseables. Miguel Serrano
nos dice que el manuscrito que explica esta historia puede conservarse en una
sinagoga o en los mismos subterráneos del Vaticano. De aquella antigua
migración aria en Asia aún perduran leyendas y conocimientos secretos como los
que anteriormente nos referíamos a los templos del Tíbet anterior a la invasión
comunista. Los arios que más cerca permanecieron de su lugar de origen, tras la
última glaciación, fueron aquellos que se establecieran en Escandinavia. Así,
su pureza perduró allí con mucha más firmeza que en el resto de los lugares que
los arios colonizaran. Esta patria nórdica posterior a la pérdida de
Hiperbórea, Escandinavia, será el origen de las últimas migraciones de arios
hacia regiones más meridionales de Europa y Asia cercana. Así, desde
Escandinavia, migrarán los descendientes de los arios que vendrán a civilizar
Troya, el Hélade y posteriormente Alba Longa, los creadores del Imperio de
Roma.
Los
fundadores de las civilizaciones del Asia eran gente de raza aria. Un ejemplo
es Irán ("Arián"), que toma su nombre de sus antiguos conquistadores
originales. Hasta 1979, el Shah era el "Señor de los Arios". No es
necesario aclarar el origen de la civilización de la India, la cual es fundada
y civilizada por los arios provenientes del norte. También se sabe que hacia el
Siglo I D.C. el noroeste de China era habitado por gente de raza blanca o
"caucásica" que hablaba un idioma llamado tochario. A principios del
siglo XX, arqueólogos alemanes y franceses que excavaron en las provincias del
noroeste chino descubrieron los grandes parecidos entre esta lengua
supuestamente aislada y los idiomas germánicos y celtas. Recientes excavaciones
en la provincia de Xinjiang han descubierto cuerpos momificados de gente que
vivió hace entre 4000 y 2400 años. Los cuerpos habían sido preservados
increiblemente bien y de acuerdo al New York Times, "…los arqueólogos
apenas podían creer lo que veían…". Las momias tenían narices largas al
igual que los cráneos, pelo rubio o rojizo, labios finos y otros rasgos inconfundiblemente
arios. Una momia de una joven adolescente de pelo rubio y ojos azules se ha
convertido en una atracción para turistas. Aparentemente era una princesa de
hace unos 3.000 años ya que fue envuelta en ropas bordadas de lana y cuero
junto con bellas joyas, jarros y ornamentos de oro, plata y jade. El Dr. Víctor
H. Mair de la Universidad de Pensilvania dijo: "Debido a que los cuerpos
encontrados son sin duda de la familia indoeuropea y porque datan de un periodo
lo suficientemente antiguo como para tener relación con la expansión de los
indoeuropeos desde su lugar de origen, jugarán un papel crucial en la
determinación del mismo (el lugar de origen)".
Hacia el
año 1167, nace de la tribu de los Kiyad un niño que será llamado Temujin, en el
ámbito geográfico por donde discurre el río Onon, al nordeste de Ulaan Baatar
(capital de Mongolia), esto es, en el extremo oriente de Asia, justo al norte
de China. Su tribu provenía de una unión entre turcos e iranios y, en contra de
lo que pueda parecer, no eran parientes ni de lejos de los chinos, sus
ancestrales enemigos. Temujin era de pelo rojizo, tez blanca, de raza blanca y
ojos verdes grisáceos. En 1206, tras años de duras y sangrientas batallas
fraticidas, Temujin y sus hombres salieron victoriosos. El siglo XIII había
hecho acto de presencia y era el momento propicio para que todos asumieran los
designios de un gran Khan. De esta forma, en 1206 fue convocada la
"kurultai" o asamblea de notables mongoles. En ella abandonó su
nombre Temujin para asumir el de Gengis Khan, fundador del imperio más extenso
de la historia. Esto demuestra la presencia de la raza blanca en número
importante hasta en el extremo oriente de Asia, especialmente a la cabeza de
las grandes civilizaciones. En la actualidad, los ainus, pueblo de raza blanca,
aún permanecen en varios miles de individuos en las islas de Yeso (Japón),
mitad Sur de Sajalín y algunas de las Kuriles (Rusia), en el Pacífico. Los
ainus habitaban las actuales islas del Japón antes que los mongoloides. De
hecho, en la raza del Japón actual, aún pueden apreciarse rasgos raciales de
este pasado.
De
acuerdo con la cosmovisión del nacionalsocialimo, Hitler afirma que "el
ario es el Prometeo de la humanidad", habiendo llevado la civilización
hasta los lugares más remotos de la Tierra, desde Europa hasta el Asia, África
o la misma América de los tiempos "pre-colombinos". Todavía hoy en
día, podemos ver esculpido el rostro del ario en lugares tan remotos como las
estatuas megalíticas de la isla de Pascua. En la misma África, las ruinas de
"Zimbawe", construcciones de piedra que nunca construyeron los
negros, fueron edificadas por gentes, de las cuales ya se ha perdido la
memoria. En Norteamérica, hallamos también numerosos restos de la presencia de
arios, como entre los indios Mandan, en Missouri, los megalitos de estilo celta
y torres redondas en Nueva Inglaterra, las ruinas vikingas en L’anse Aux Meadow
(Newfoundland), las inscripciones rúnicas en Dighton Rock, Conecticut y en
Minesotta.
En todo
el área de Centro y Sudamérica, hallamos leyendas referentes a "dioses
blancos" a las que ya nos hemos referido en el primer capítulo, leyendas
que tienen un fundamento real y basado en hechos históricos positivos. Y es que
la presencia de hombres de raza blanca en América con anterioridad a la llegada
de los españoles está documentada en las mismas crónicas de los conquistadores
españoles, quienes se encontraron en su "descubrimiento" con
individuos y pueblos enteros de raza blanca, y es aún observable en diversas
regiones "indígenas", como por ejemplo, en la región andina peruana
de Chachapoyas. En esta región montañosa situada en las fuentes del Amazonas,
sobre la enorme selva americana, a más de 2.000 metros de altitud sobre el
nivel del mar, libre ya de los terribles calores y mosquitos tropicales, en un
ambiente fresco y verde, en la actualidad existen aún lo que se conocen como
"gringoitos", personas de rasgos europeos, cabellos rubios, que no
provienen de colonos europeos, sino que su presencia en la región está documentada
como anterior a la conquista española. Ya los conquistadores españoles hicieron
mención en sus crónicas a estos blancos de Chachapoyas, y especialmente a la
belleza de sus mujeres, y en una crónica se cita el nacimiento de un niño que
se consideró como hijo de los dioses, por ser tan rubio y tan blanco que aun
era difícil encontrarlos así en la misma Europa. Los españoles que conquistan
América definen a los chachapoyas blancos, rubios y de elevada estatura, por lo
general, un palmo más que los mismos españoles. Los chachapoyas blancos
recordaban la memoria de que sus antepasados provenían del este. Al este de
Chachapoyas está la región selvática del Amazonas y más allá el Atlántico.
Entre las representaciones que han quedado escritas en diversos edificios, podemos
ver dibujos y figuras de barcos de grandes proporciones, lo que nos da a
entender que los primeros chachapoyas, bien podían haber llegado desde Europa a
América vía marítima. Siguiendo las corrientes oceánicas, desde el oeste de
África habrían llegado hasta las costas de Sudamérica, para, remontando el
curso del rio Amazonas en barco, finalmente instalarse en las más frescas
regiones andinas, evitando el calor tropical. Los chachapoyas eran temidos
guerreros. Utilizaban como arma hondas idénticas a las de los antiguos
habitantes de las islas Baleares, cosa que ningún pueblo amerindio, ni siquiera
de la zona, utilizaba. Eran maestros en el arte de la trepanación del cráneo,
para aliviar la presión craneal, al igual que los celtas. También coinciden con
los celtas en que coleccionaban cabezas cortadas de sus enemigos. Construían
casas de piedra redondas, con un diámetro de entre 7 y 9 metros, casas
idénticas a las celtas. Todavía hoy pueden verse las ruinas de las murallas de
su imperio, muros enormes en elevaciones montañosas que recuerdan fortalezas
europeas. Unas esculturas de rasgos indoeuropeos que impasibles observan el
horizonte, halladas entre barrancos en las montañas, son muy similares a las
que encontramos más hacia el oeste, en el Océano Pacífico, en la isla de
Pascua. Cuando el conquistador español Orellana, remontando el río Amazonas,
llegó a las inmediaciones de la actual Manaos, los indios de la región le
hablaban de unos hombres blancos, altos y rubios que vivían en ciudades más
allá de la selva y que guardaban tesoros inmensos. Más adelante, los
conquistadores españoles, se encontraron con una delegación de 4 hombres
blancos rubios y altos, bien vestidos y de formas educadas, quienes preguntaron
a los españoles sobre la intención que tenían. Los españoles les dijeron que
buscaban convertir la región al cristianismo y someterles a la corona de
Castilla. Se despidieron y nunca más volvieron a encontrarlos. ¿Podían haber
sido unos enviados chachapoyas, o tal vez de algún otro centro poblado por blancos?.
¿Cuál es el origen de los primeros chachapoyas blancos que llegaron a América
mucho antes de la llegada de los españoles?. ¿Qué hacían en aquella región?. Si
nos centramos en los actuales descendientes de los chachapoyas blancos, vemos
cómo entre ellos predominan aún rasgos raciales nórdicos, cabellos rubios, ojos
claros, piel blanca rosada, pese a que el mestizaje amerindio se halle muy
introducido. Si bien, ateniéndonos a la historia oficial, nos puede parecer un
misterio, esto nos demuestra que América fue conocida y habitada de muy antiguo
por pueblos arios, quienes, tal vez, fueron los descendientes de los
"dioses blancos" creadores de los antiguos imperios.
Séis
siglos antes de Cristo, surge en el norte ario de la India el budismo. Según
diversos estudiosos afines al nacional socialismo y al fascismo, como el mismo
Julius Évola, en su forma más pura, quitando las impurezas culturales mestizas
que ha sufrido, Buda fue un "iluminado", un "ariya" que
respondía al nombre de Siddharta, un hombre de raza aria que se mantuvo fiel al
código de honor y lealtad de los antiguos hiperbóreos que antaño habitaban
Thule, y que vino a denunciar la creciente degeneración y bastardización del
brahmanismo de su época. El barón Julius Évola, investigador del budismo, nos
dice que este, en su forma original, es de espíritu puramente ario y de una
visión anterior a la humanidad actual. ( "La Doctrina del Despertar. El
budismo y su finalidad práctica". Editorial Grijalbo, SA.).
Como
vemos, es indiscutible que las semillas de la ideología nacional socialista
tienen su origen, además de en los antiguos mitos y relatos nórdicos, en las
lejanas tierras del Tíbet, en Asia (donde se hallan numerosas esvásticas que
allí se encuentran desde hace miles de años). Es más, según la interpretación
nacional socialista del budismo, éste propondría una clara división entre los
arios ("iluminados") y las otras razas, incapaces por sí mismas de
alcanzar la verdadera sabiduría y el conocimiento. Según el nacional
socialismo, al tomar medidas contra la mezcla racial, se estaba preservando la
pureza racial, y en consecuencia se estaba venciendo la involución de la raza
aria.
Muchas
veces se ha dicho que los nacional socialistas adoptaron actitudes ocasionales
e inventadas, meramente oportunistas, para satisfacer la necesaria
"grandiosidad" ligada a su totalitarismo. Autores como Jean-Michel
Angebert (Hítler y la Tradición Cátara), y otros han demostrado cómo las
explicaciones simplistas son precisamente esto, demostraciones simples,
ordinarias y vagas.
3- La
Esvástica, el Águila, las Runas, y la Obra Alquímica.
La
esvástica o esvástica es el signo considerado por muchos investigadores como el
más antiguo de los empleados por los hombres. Está extendido por todo el
planeta y es conocido su uso en civilizaciones como los indoarios, chinos,
japoneses, indios, hindues, mongoles, celtas, aztecas, vascos y muchas otras.
Su significado más antiguo es el del símbolo del sol nórdico, como hemos
explicado anteriormente y sabemos que era objeto de culto y respeto, siendo
signo de los Señores o arios. Está vinculado al mundo mágico, espiritual y a
los "dioses cósmicos" como Siva, dios indo-ario que tenía en sus
representaciones inscrita la esvástica y que es portador de la misma energía universal
que porta Odín o Wotan (Odín y Wotan son diferentes acepciones para el mismo
dios. Así, este dios es llamado Odín en Escandinavia y Wotan en Germania,
siendo la palabra Wotan una derivación de Odín). No obstante más que en
cualquier otro aspecto, vamos a centrarnos en la esvástica o cruz gamada hindú,
al ser ésta de especial interés para los nacional socialistas y para el Führer,
Adolf Hitler.
La cruz
gamada significa "la gran rueda del llegar a ser", rueda que gira
irresistiblemente sobre su propio centro inmutable marcando su destino, su
manifestación espacio-temporal. En el Cuaderno de la SS nº 3 de 1944, Fritz
Reich describe el sentido en el girar de la esvástica: "Sí, el crepúsculo
de los dioses es totalmente absurdo sin un nuevo amanecer de los mundos en la
óptica germánica. La victoriosa transformación de los malos en buenos se
cumplirá cuando "los malos llegarán a ser mejores y Balder
regresará". La certeza aria más sagrada quiere que la luz triunfe
finalmente sobre las tinieblas, el bien sobre el mal. Encontró su manifestación
intemporal en las enseñanzas del gran persa ario Zaratustra en una época
ilustre".
La
esvástica "sinistrógira", es decir, orientada hacia la izquierda,
simboliza el camino de retorno hacia el origen, hacia Hiperbórea. Dice Miguel
Serrano que la esvástica es un signo del sol nórdico de origen aryo,
posthiperbórico. Tras el cataclismo que dio lugar a la pérdida de Hiperbórea,
junto con el desviarse del Eje terrestre y darse así comienzo a las estaciones,
los arios hiperbóreos aportan este signo de origen rúnico de la Runa Gibur,
representando el sol promotor del Añó Terrestre y del movimiento de las cuatro
estaciones. Así, los cuatro brazos de la esvástica representan la primavera, el
verano, el otoño, el invierno y su movimiento, desde el centro fijo e inmutable
dentro del círculo del año. Según sea el lado a que se dirijan las
prolongaciones de la Cruz, así será el movimiento de la esvástica. El
Hitlerismo Esotérico, el nacional socialismo esotérico, sostiene que cuando se
mueve hacia la derecha –esvástica Dextrógira– se estaría significando la
pérdida de la Edad Áurea o Dorada, tras el hundimiento de Hiperbórea, con el
desvío del Eje terrestre. Esta esvástica dextrógira simboliza el Éxodo o
migración Polar de los semidivinos arios hiperbóreos, la variación del
movimiento giratorio de la tierra sobre sí misma y el "salto a los
Polos", según explica Miguel Serrano. Puede comprobarse esta variación en
las conchas de caracoles marinos y de algunas piedras de gran antigüedad,
encontradas en la Antártica, cuyas espirales están girando en dirección
contraria a la rotación actual de la Tierra. La esvástica
"dextrógira" está girando en dirección a los punteros del reloj y de
la Tierra actual. La esvástica levógira o siniestrógira (hacia la izquierda),
que eligiera el nacional socialismo, gira en dirección inversa a las manecillas
del reloj y del tiempo de la tierra actual. Es, así, la esvástica del regreso a
Hiperbórea. La Guerra Esotérica de Hítler fue hecha siguiendo esta misma
dirección: Polonia, Dinamarca, Francia, Grecia, Cáucaso. Desde ahí se habría
dirigido por Siberia al Desierto del Gobi y al Polo Norte, para nuevamente
enderezar el Eje de la Tierra y recuperar la Edad Dorada. Miguel Serrano nos
dice que el Avatâra, Adolf Hitler, dispuso finalmente el retorno a la
Hiperbórea Extraterrestre (la anterior a la Hiperbórea Nórdica), para desde
allí transfigurar la Tierra. Con esta explicación se ha dejado claro el absurdo
de todas las explicaciones simplistas de una supuesta esvástica levógira
demoníaca y otra dextrógira benéfica. También la religión Bo, del antiguo
Tíbet, anterio al Budismo Mahayánico, tenía como emblema la esvástica levógira
del nacional socialismo. La esvástica, en cualquiera dirección que se
represente, es originalmente un símbolo rúnico, como ya hemos explicado, de los
pueblos nórdicos y heroicos, arios y blancos, de origen divino.
La
esvástica terrestre:
La
esvástica del agua:
La
esvástica del fuego:
La
esvástica del aire:
El mismo
dios Thor, "dios de la fragua y de los herreros", representante por
excelencia de la mitología nórdica y estudiado con interés por el mismo Führer
(según diversos investigadores y testigos), portaba el martillo con la
Esvástica, con el cual protegía a los hijos del Sol. Se hace notorio recordar
la celebración nacional socialista del solsticio de verano, momento de la
victoria de la luz del Sol sobre las tinieblas, o de "los hombres del sol
sobre los de las tinieblas".
Respecto
al águila imperial, Alfred Rosenberg, afirma que los "aryas" situados
en las más elevadas mesetas y regiones del Asia Central hicieron del
"pájaro de las cumbres (el águila) el rey de las montañas… aquél que puede
mirar el Sol de frente, cara a cara…". El Águila del Imperio, portando el
signo del imperio (la esvástica) y situada sobre el estandarte nacional
socialista alemán es el mismo signo de las invencibles legiones romanas, o el
de las tropas napoleónicas. Dice la Tradición, que el Emperador Juliano, el
"último emperador romano", en su última noche, antes de morir por una
herida de guerra en Persia, tuvo una visión: vio el Águila del Imperio de Roma
(signo de Zeus-Júpiter) que volaba hacia Oriente, hacia el Asia, para
refugiarse por casi dos milenios en las montañas más altas del mundo (el
Himalaya). Tras lo cual, el águila, volvía a Occidente con el símbolo sagrado
(la esvástica) en las patas para que el Imperio lo aclamara. Aquí queda
explicado el significado del águila nazi portando el signo sagrado de la
esvástica en sus patas. De esta forma, el nacional socialismo alemán pretendía
hacerse depositario de la Tradición imperial, reivindicando para sí, el derecho
de ser legítimo heredero del Imperio Romano y del águila de Zeus-Júpiter.
Sobre las
runas de la SS, su origen se sitúa en los antiguos guerreros germánicos, los
cuales esculpían los signos rúnicos sagrados en la vaina de las espadas que
utilizaban en el combate. Se les atribuía a estos signos un valor mágico de
sabiduría, protección y poder, siendo grabadas también en los navíos y los
lugares solemnes para dar seguridad y estabilidad al pueblo. Los SS se
identificaban con estos guerreros germánicos teutones y con la mitología de los
mismos, como los representantes ancestrales de la Patria nórdica.
Los
colores de la bandera nacional socialista alemana (negro, blanco y rojo) son
los de la Alemania Imperial, aunque no es casualidad que sean los que
utilizaran los discípulos de Manes, en la religión maniqueísta y los de la
tradición hermética. Así, según la alquimia, el hombre iniciado en esta vía,
experimentaría en la iniciación el proceso de la obra (alquímica) al negro o
"nigredo", la obra al blanco o "albedo" y finalmente, la
obra al rojo o "rubedo", esto es, la conversión, mediante la
necesaria iniciación, del hombre vulgar en el hombre espiritual, gracias al
proceso alquímico de:
-la
nigredo o negro (descomposicion),
-la
albedo o blanco, (purificación) y
-la
rubedo o rojo, (la Resurección o la Materia Incorruptible).
4- La
Corriente Esotérica en la que entronca el Nacional Socialismo.
Toda la
ritualidad del Tercer Reich proviene de las corrientes esotéricas de Europa
perdidas en el olvido del pasado. Estas corrientes han determinado
prácticamente toda la ritualidad protocolar, los símbolos y hasta la
arquitectura del Tercer Reich alemán:
- el saludo
"Heil" (de la runa de la victoria);
- los
uniformes negros;
- la Cruz
Gamada; el Gralsburg (Castillo del Gral) de Hitler;
- las
expediciones nacional socialistas al Tíbet (como la de Ernst Schaeffer) y los
vínculos de este país con la SS;
- la
Orden de Thule,
- la
pertenencia e iniciación secreta de Rudolph Hess,
- la
influencia del filósofo Hans Horbigger y la doctrina de "La lucha eterna
del fuego y del hielo",
- la
mitología de Wagner
- las
analogías con las órdenes teutonas, los templarios, maniqueos, gnósticos,
cátaros, esenios… etc.
Puede
decirse que el fenómeno nacional socialista fue el cruce súbito entre antiguas
y viejas tradiciones esotéricas y pagano-hiperbóricas y provinientes no sólo de
Europa, sino de todo el mundo. El mismo Adolf Hitler se circunscribe desde su
propio nacimiento a una serie de sucesos de orden esotérico y hermético. Nace
en un mes de Venus, en abril de 1889, día 20, a las 6 y media de la tarde, en
Braunau, en la frontera austro-alemana, lugar famoso por ser una localidad
poblada entonces por una gran cantidad de mediums y espiritistas reconocidos,
como los hermanos Schneider. Incluso se afirma que el propio Hitler tenía en su
familia un medium reconocido. Aquel año 1889 hubo además varios sucesos
importantes, como un espectacular eclipse lunar en el hemisferio norte.
La
Leyenda Venusina nos dice que "antes que todo existiera, en el cielo se
enfrentaron las fuerzas del Príncipe Lucifer contra las del impostor Jehová en
una contienda cósmica. Lucifer será desde entonces el "ángel caído",
refugiándose en el polo norte, que hoy es el polo sur o antártico por la
inversión de la tierra en tiempos remotos. Ahí vivirá "atrapado" en
el Mundo Interior, en el "infierno" y con él marcharán sus leales
huestes y desencadenará una recurrencia cósmica que se repetirá en las rondas
del Eterno Retorno hasta que vuelva a recuperar el trono que por su naturaleza
le pertenece, expulsando al Impostor. Desde la extraordinaria guerra del libro
Maharbarata hindú, hasta la Segunda Guerra Mundial, los ecos de esta guerra
primigenia se repiten en la historia, en donde las fuerzas impostoras triunfan
momentáneamente, convirtiendo ante el mundo a los leales en seres oscuros y
condenándolos a las sombras; haciéndolos "demonios", llevándolos al
mismo tormento de Wotan en Iggdrasil o Irmisul, la Encina Dorada, el
"Árbol del Espanto" de los Sternsteine, destruido por
Carlomagno".
Desde
entonces, muchas sectas aparecerán en la espiral desatada por esta contienda
cósmica: agrupaciones esotéricas y portadoras de "conocimientos no
conocidos". Entre ellas, la tradición maniqueísta habla de la lucha entre
el Bien (la luz: la consciencia) y el Mal (las tinieblas: la consciencia
sometida a la materia informe y a la continua perturbación y esclavitud de los
instintos animales y los sentidos). Tras la guerra, los hombres primitivos
sucumbieron a las tinieblas, quedando apresados en las tinieblas, dando lugar
al hombre actual. Este hombre actual, es víctima de sus propios vicios y
degeneraciones, las cuales, a la vez que le atraen ansiosamente, le subyugan,
esclavizan y le encadenan en el sufrimiento, la ignorancia, y una cada vez
mayor degeneración físico-mental y espiritual. Este ser sólo puede ser liberado
por la iniciación y el conocimiento.
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