(Extraído de “El catalogo de utensilios católicos”)
Del cuarto húmedo y frió…una silueta comienza a tomar su forma
Sobraban las descripciones
El ángel humeante practicaba su conocido truco de “el aparecido”
Podías observar gatos lindos junto a rojas siluetas en las paredes
Se lograba sentir el nauseabundo olor a desatendidas partes genitales
(Mismas del ángel en cuestión)
A lo lejos escuchando claramente el llanto aburrido de una madre
Angustiada tal vez por las muertes tan repentinas que su hijo padecía
Digo padecía pues en repetidas ocasiones moría para nacer de nuevo
¡¡La ofrenda, la ofrenda, la ofrenda del señor!!
Vasijas rotas, destellantes ofrendas, flagelaciones aberrantes
¿Esta es tu ofrenda señor?
¡¡No!! La gran iglesia templo de sangre, jubilo de los mártires ficticios…es la gran asesina…y padece de ser ególatra.
Es tiempo de su redención, de su salvador
¿Quien será capaz de succionar el cerebro a las almas pensantes?
¿Qué podrá romper el velo con sus dientes lacerantes?
Tu el único vampiro sacro capaz de lamer la sangre de los santos
Pon tu espada en las lenguas de quienes intentan acabar con tu farsa
Tu Papa Vampiro, Tu Papa Vampiro
Enseñoréate en los aires y ultraja a esa virgen que todos adoran
Pero no a la real…sino a la que tú has creado con tus propias manos pecadoras.
Señor libra mi alma del infierno.
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