El vampiro de la catedral de Amiens.
El vampiro de la catedral de Amiens, Francia, es una de las leyendas de vampiros más confusas del folklore bretón.
Durante
el siglo XIV se la creyó habitada por espectros, más precisamente por
un Ghoul, al cual ubicaban en una de las campanas, tal como lo haría
Edgar Allan Poe en su poema Las campanas (The bells, 1848).
Al
parecer, un buen hombre llamado Gerard Doufrie fue atacado por un
vampiro laico en una de las entradas occidentales de la catedral.
Doufrie se arrastró agónicamente hacia el interior de la nave, donde
feneció en medio de la honda consternación del párroco, quien razonó que
una muerte semejante no sólo es enojosa, sino subversiva.
Pasaron
los años y los piadosos ciudadanos de Amiens comenzaron a observar
extrañas luces multicolores en las ventanas de la catedral. En 1390 se
realizó una búsqueda minuciosa encabezada por el Obispo de Paris, pero
no arrojó novedades sobre el asunto, quizá porque la pesquisa se efectuó
en Dotre Dame, en un intento sospechoso de abaratar gastos.
En
1395, Marie Lac D’Urine señaló que, volviendo al hogar luego de una
deshidratante jornada laboral, vio a un vampiro trepando como un insecto
por los muros de la catedral. Atónita, Marie instigó al cura a echar
mano sobre el misterio, pero el eclesiástico desechó la sugerencia
argumentando que no tenía ninguna autoridad sobre los muros exteriores.
A
mediados de 1399 las apariciones del vampiro de la catedral de Amiens
se hicieron intolerables. La gente estaba hastiada de las interrupciones
del servicio católico, y las inexcusables demoras en confesiones y
homilías.
Ya en 1911, Ambrose Bierce investigó el tema y llegó a una conclusión demoledora, la cual reproducimos a continuación:
A
comienzos del siglo XIV un vampiro fue acorralado en la cripta de la
catedral de Amiens y la población entera rodeó el lugar. Veinte hombres
armados con un sacerdote a la cabeza, llevando un crucifijo, entraron y
capturaron al vampiro que, pensando escapar mediante una estratagema,
había asumido el aspecto de un conocido ciudadano, lo que no impidió que
lo ahorcaran y descuartizaran en medio de abominables orgías populares.
El
ciudadano cuya forma había asumido el vampiro quedó tan afectado por el
siniestro episodio, que no volvió a aparecer en Amiens, y su destino
sigue siendo un misterio…
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