Tal como cuentan las leyendas y sostienen los Gangrel, Lilith fue la
primera mujer del mundo que fue expulsada del Edén, dando a luz a cuatro
niños entre las bestias. Cada una de las criaturas se quedo con un niño
para educarlo, a excepción de la serpiente, ya que uno de los niños
nació muerto. De la niñita que se llevó el lobo descienden los Romaní,
Ravnos, Gangrel y Garous, dicen también que había un oso pero se sabe
poco de lo que sucedió con su estirpe. De lo que no se habló nunca fue
de la cuarta criatura, la cual no esta descrita en ningún lado.
Esta
niña, llamada Inkla, según cuentan los vástagos perteneciente a este
clan, fue apartada a una recóndita cueva donde por alguna razón
sobrenatural. Permaneció durante muchos años, sin envejecer, sin sufrir
enfermedad alguna, entre unas bestias de naturaleza caótica que por
alguna razón no atacaron nunca a la muchacha. Un día, por destino u otra
fuerza mayor, Caín tuvo que adentrarse en esta cueva buscando un
refugio contra el sol, encontrando a esta niña y a su comando de
bestias. Caín pidió refugio y se le concedió. A cambio, Caín le contó a
Inkla lo que había en el exterior, regalándole en una noche de pasión la
vida eterna.
Todo esto ha sido siempre considerado como una leyenda, un cuento de
gitanos bajo una luna llena y una fogata rodeada de carromatos, pero
durante los años 80, aparecieron por Europa del Este una serie de
vástagos afirmando ser descendientes directos de Cain y la hija de
Lilith. La Camarilla estudió a estos vástagos, pero no hallaron nada
claro, el Sabbat pasa de ellos parque les considera escoria aburrida,
pero eso les da igual a los Hijos de Lilith porque su único objetivo es
encontrar a Inkla y si pueden a Lilith, para demostrar que tienen tanta o
más antigüedad que cualquier Gangrel o Garou.
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