sábado, 28 de enero de 2012

Lo Bello es Feo.


La palabra “Lilith” proviene del acadio “lilit” o “lilitu”, que se refiere a una diosa del viento o a cualquiera de los demonios mujeres (es interesante hacer notar que el término acadio para el demoníaco compañero masculino de lilit era “satán”). En escritos de la leyenda bíblica judía (conocidos como las agadot midrásicas), Lilith se presenta como la esposa original de Adán, pero fue expulsada del jardín del Edén por negarse a someterse a su voluntad. Posteriormente se convirtió en la madre de los demonios como los íncubos, súcubos y otros monstruos del mundo antiguo.
 Una historia judía alternativa sobre la creación describe a Lilith como la mujer de Samuel (que posteriormente cayó desde los Cielos para convertirse en Lucifer) y afirma que cuando Lucifer cayó, también lo hizo Lilith. […]
 La historia que se recoge en Revelaciones de la Madre Oscura combina las dos historias judías sobre Lilith, la historia de Lilith como la primera esposa de Adán y la historia de Lilith como mujer de Lucifer, al tiempo que explica con detalle el papel de Lilith en la creación de mortales y vampiros. […]
  La Biblia contiene dos historias de la creación de los humanos, en los dos primeros capítulos del Génesis. La primera historia presenta la creación del hombre y de la mujer a la vez, mientras que la segunda describe la creación de la mujer a partir de una de las costillas del hombre. Según la tradición rabínica judía (y la tradición Bahari, naturalmente), la primera esposa fue Lilith, quien se negó a someterse a la voluntad de Adán porque ella se consideraba como un igual. En Revelaciones de la Madre Oscura se añade que Lilith no desobedeció a Jehová (el Dios del Antiguo Testamento) al coger el fruto de los Árboles de la Vida y el Conocimiento, aunque sí comió los frutos que caían de ellos. Posteriormente vio como Adán fornicaba con las bestias de los bosques y fue repudiada por él. Según el libro, ésta fue la causa por la que ella se negó a acostarse con él, y cuando él trató de forzarla, ella invocó el Verdadero Nombre de Jehová, quien entonces se vio obligado a rescatarla y llevarla hasta el Cielo. Lilith entonces se convirtió en la amante de Jehová, pero cuando ella se atrevió a decir que era Su igual, Él la expulsó del Cielo y la hizo vagar por el desierto. El libro sugiere que Jehová ya había hecho esto una vez, a otra Dama antes que a Lilith. Se ha dicho que esta Dama podría ser la Bruja que mostró a Caín el vínculo de sangre.
 Lilith vagó por el desierto durante 49 días con sus noches, llevando siempre consigo la semilla de Jehová en su interior. Su piel se volvió roja y se abrió, y su pelo creció enmarañado debido a las penalidades que soportó allí. Aprendió a esconderse en la tierra durante el día y a viajar de noche, pues el sol abrasaba su piel, y cuando tenía sed se alimentaba de su propia sangre. Éstas son las primeras situaciones en las que Lilith comenzó a asociarse con los vampiros. […]
 Por último, después de tantas semanas de vagar por el desierto, alcanzó el Mar Infinito y nadó hasta el fondo, explorándolo y apareándose con muchas criaturas. Cuando volvió a salir del mar, su piel se había vuelto de color ámbar y su pelo negro azabache, mientras que sus ojos brillaban con una nueva sabiduría e intuición. Pero seguía insatisfecha, ya que no podía crear un jardín como el Edén, por lo que regresó al desierto, recorriendo el camino de vuelta hasta el jardín de Jehová para probar de nuevo el fruto de los carboles de la Vida y el Conocimiento.
 Esta vez, vagó durante 49 años y en este camino de regreso se detuvo en los jardines de los Elohim. Todos los Elohim quedaron impresionados con ella, pues era la única entre ellos que albergaba esencia divina en carne mortal, pero ninguno de los jardines podía compararse al de Jehová, por lo que poco a poco fue aproximándose a él. Jehová supo de su viaje y pidió a su querido hermano Lucifer, señor de la noche y el día, que protegiera su jardín con una llameante espada. Pero cuando Lilith llegó, ella y Lucifer vieron que eran espíritus gemelos, y Lucifer cubrió a Lilith en la noche, y por consideración hacia ella le otorgó la mitad de su poder. Por consideración hacia él, Lilith se marchó del jardín, decidida a crear el suyo propio.
 Lilith consiguió crear un maravilloso Jardín de la Noche, pero las semillas de las que más interés tenía que crecieran (las de los Árboles de la Vida y el Conocimiento, que ella había llevado consigo y plantado en el jardín), no se alimentaban de su sangre como lo hacían las otras plantas. Frustrada, destruyó el jardín y regresó al Edén para descubrir el secreto que hacía crecer las semillas. Mientras Lilith viajaba, Jehová creó una nueva esposa para Adán desde el interior: primero los huesos, luego los músculos, los órganos, la carne. Pero Adán no podía mirarla después de haber visto su interior, y la rechazó. Así que Jehová la destruyó y en su lugar creó a una criatura menor, Eva, a partir de Adán. Eva era sumisa, ya que estaba hecha a partir de la carne de Adán, no de la tierra como Lilith, por lo que ella y Adán fueron felices un tiempo.  Cuando llegó al jardín, Lilith vio que Lucifer lo protegía de nuevo para su hermano, pero después de hablar con el Portador de la Luz, descubrió que Jehová no le había dicho que el “malvado” al que tenía que impedir la entrada era, en realidad su amada Lilith. Ella le dijo a Lucifer que deseaba descubrir la forma para hacer crecer los Árboles del Conocimiento y la Vida en su propio jardín, y Lucifer le permitió el paso, al tiempo que le recordaba su promesa de la anterior visita de no hacer ningún daño. Una vez en el jardín, Lilith se transformó en una gran serpiente alada y descubrió que los árboles necesitaban 49 semillas para crecer, por lo que se tragó siete frutos de cada árbol, pues cada fruto albergaba siete semillas. Cuando Lilith se encontraba en el Árbol del Conocimiento, Eva andaba por allí, y Lilith se compadeció de su inferior naturaleza y le dio a probar la fruta. Eva a su vez se la dio a Adán, y los ojos de ambos se abrieron.
Por estos actos, Jehová maldijo a todos los presentes. Maldijo a Adán y a Eva de la forma descrita en el Génesis. Maldijo a Lucifer con ira y sospecha, y maldijo a Lilith con la incapacidad de amar y de ser amada de forma verdadera. Finalmente, por su propia ceguera y orgullo, Jehová se maldijo a sí mismo a estar siempre solo, y a vagar por siempre, sin encontrar la paz. Destruyó los Árboles y expulsó a todos del jardín para que nunca regresasen, cerrando sus puertas y colocando la espada flamigera para que las protegiera de todos los que quisieran entrar.
 Lilith y Lucifer se fueron a los límites del Mar Infinito y crearon un nuevo jardín, D’hainu, el Jardín de la Renovación. En otro lugar, en la Tierra de Nod, Adán y Eva tuvieron dos hijos, y uno asesinó al otro debido a los celos y ganándose la más reciente maldición de Jehová. Entonces Caín llegó hasta Lilith, y a través del sufrimiento Lilith le enseñó a usar el poder de su Sangre, tal y como ella había aprendido a usar su propio poder a través del sufrimiento. Tres ángeles visitaron a Caín, pero después de las enseñanzas de Lilith, él era fuerte. Rechazó las ofertas de perdón que traían de Jehová, por lo que le maldijeron con la sed, la oscuridad y con el fuego, y Caín dejó a Lilith para viajar por su cuenta.
 En su propio jardín, Lilith y Lucifer tuvieron seis hijos (tres varones y tres mujeres) y durante un tiempo fueron felices. Pero Caín regresó con 13 de sus muchos nietos y asesinó a los hijos de Lilith, pues estaba resentido por el sufrimiento que ella le había causado durante el aprendizaje, sin darse cuenta de lo instructiva que había sido. La Madre Oscura y el Señor del Día persiguieron a Caín y a sus creaciones por el jardín, maldiciéndoles repetidas veces y quemándole con la luz del sol. Después ambos se separaron entristecidos.
 El libro no aclara demasiado los acontecimientos posteriores, pero a los efectos de esta historia, lo que sucedió fue lo siguiente. Lilith abandonó su arruinado segundo jardín y construyó un tercero (Ba’hara, el Jardín del Sufrimiento, del que los Bahari adoptaron su nombre). Este jardín, un lugar terrible y hostil, servía para recordar a Lilith todo lo que había perdido, así como para depurar sus habilidades para cuando llegara el momento de vengarse de Caín. Siete de los nietos de Caín fueron a vivir con ella en el jardín. Mientras el mundo se volvía un lugar más escéptico, el jardín de Lilith cada vez se distanciaba más de él, hasta que llegó a convertirse en un reino, entre los mundos de los espíritus y los jardines de los otros Elohim, y allí ha urdido sus planes desde los tiempos del mito hasta el comienzo de la Gehena. Una vez que su venganza sea completa, trabajará para reconstruir D’hainu, el Jardín de la Renovación, con sus nuevos hijos y, ojalá, también con su antiguo amado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario