Cthulhu mas alla del mito.
Corría la Guerra Fría y los sistemas masivos de detección previa de
flotas, tanto de aviones como de barcos y submarinos, eran una
prioridad a desarrollar entre las dos súper-potencias. Uno de éstos
sistemas, desarrollado por Estados Unidos, demostró ser ampliamente
efectivo. Su función era la de detectar flotas de submarinos y trazar
sus trayectorias. Con este fin, en el fondo de los océanos se
instalaron complejos micrófonos acústicos los cuales, gracias al
trabajo en red, lograban detectar y seguir sonidos que de otra forma
serían imposibles de rastrear.
Terminada la Guerra Fría el
sistema, a causa de su utilidad, continuó funcionando y escaneando los
océanos de todo el globo. Si bien fue diseñado para detectar submarinos
en el verano de 1997 detectaría un potentísimo sonido que se
expendería por miles de kilómetros siendo capturado por micrófonos con 5
mil kilómetros de separación. Asombrados e intrigados por esta
singularidad varios científicos analizaron la señal sin poder
reconocerla, ni siquiera analizándola digitalmente y comparándola en
inmensas bases de datos. Ante el desconcierto decidieron darle un
nombre onomatopéyico: Bloop. La triangulación estableció que su centro
tuvo lugar al Oeste de Chile, más exactamente en las coordenadas 50°S
100°W.
Análisis posteriores establecieron que el sonido es
ciertamente de origen animal ya que no presenta los patrones de sonidos
cuyo origen es mecánico. El problema es que algo que pueda producir un
sonido tan potente, en teoría, debería ser inmensamente más grande que
una ballena azul (35 mts); e incluso, si llegará a ser una especie
desconocida de ballena, no se conoce en los cetaceos un mecanismo que
pueda producir un sonido de estas características. Más importante aun,
al ser las ballenas mamíferos, debería salir a respirar a la superficie
y un ser de semejante tamaño ciertamente hubiera sido avistado en
alguna ocasión
Si bien las conspiraciones sobran y van desde
dinosaurios hasta extraterrestres, las más centradas y coherentes
establecen que posiblemente sea producto de una especie de calamar o
pulpo gigante desconocido. ¿Qué tan grande? unos 100 a 150 metros.
Quién sabe, quizás el Kraken al que tanto temían los antiguos marinos
nórdicos o el misterioso Cthulhu, de Lovecraft.
shhh que Cthulhu está durmiendo!)
Ciudad
submergida en algún lugar del Océano Pacífico. Sus coordenadas no son
exactas, H.P.Lovecraft la situó en la latitud 47º 9' S, longitud 126º
43' O, aunque August Derleth usó las coordenadas de latitud 49º 51' S,
longitud 128º 34' O. En ocasiones movimientos sísmicos pueden provocar
que emerja, situación que provoca una oleada de pesadillas y aumento de
asesinatos en toda la humanidad.
La pronunciación es Ru-li-eh o Rill-ieh, aunque es posible que sea imposible de pronunciar correctamente por los humanos.
En esta ciudad reside Cthulhu, tal y como indica el verso: Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn que se traduciría por: En su morada de R'lyeh, Cthulhu muerto, sueña También fue la residencia de las Semilla de Cthulhu.
La ciudad se puede emerger de las aguas, antes de que las estrellas se alineen utilizando el Disco de R'lyeh
Estructuras de Yonaguni
Las Estructuras de Yonaguni
son un conjunto de estructuras descubiertas en la isla japonesa de
Yonaguni alrededor de 1985, por el submarinista japonés Kihachirō
Aratake, quien las halló por casualidad. Se trata de un megalito, que
probablemente estuvo fuera del mar durante las eras glaciares, con
formas en su superficie que parecen haber sido talladas por el hombre.
Se ha especulado mucho sobre el origen de este monumento como se le denomina en Japón. Para la mayoría de los geólogos e historiadores, las estructuras serían de origen natural.
Además
de opiniones científicas, no faltan las de origen fantasioso o
esóterico, incluyendo las que afirman que Yonaguni fue parte de la
civilización de Mu, cuya suerte habría sido similar a la de la
Atlántida o Thule.
El área atrae actualmente a
gran número de turistas, atraídos por las sorprendentes estructuras.
Tiempo después de su descubrimiento, un grupo de científicos dirigidos
por Misaki Kimura, (de la Universidad de Ryūkyū ) confirmó su
existencia. Según el estudio del profesor Kimura, la estructura natural
fue en alguna época modificada por el hombre. Esto daría fuerza a las
especulaciones según las cuales Yonaguni pudo ser parte de la
civilización de Mu y que luego desapareció, tal y como la Atlántida o
Thule. Se trataría de una construcción realizada al menos hace 10
milenios, lo que la convertiría en la estructura arquitectónica más
antigua conocida, muy anterior a las primeras edificaciones de
Mesopotamia, Egipto, India y China.
Particularmente, según estas
teorías, una estructura en forma de túnel de 1,2 metros de alto, que
forma parte de una grieta en la piedra, hubiera representado un
formidable obstáculo para acceder al resto de la estructura cuando ésta
no estaba bajo el agua. La grieta también sería muy peculiar, por
estar compuesta por piedra calcárea, un tipo de piedra que no existe en
la región. Dos orificios circulares adyacentes de aproximadamente 2 m
de profundidad no concordarían con el resto de la estructura, de manera
que habrían sido tallados. Su finalidad habría sido el almacenamiento
de agua, aunque otros piensan que pueden ser las bases para pilares de
algún tipo. Hacia un extremo del monumento se encuentra una piedra
ovalada que tampoco parace concordar con el conjunto. Su extremo
superior apunta hacia el norte, y podría haberse utilizado para
determinar la hora del día. Para la talla de la roca, realizada antes de
la invención de utensilios metálicos, se habrían utilizado cuñas de
madera, con el fin limpiamente partes de la roca.
El
4 de mayo de 1998, partes de la isla y del monumento fueron destruidas
por un terremoto submarino. Luego del terremoto se realizaron
filmaciones submarinas descubriendo nuevas estructuras jamás vistas
anteriormente, cuya forma es similar a los Zigurats de Mesopotamia, con
características insospechadas que, según algunos, desmentirían su
origen geológico, convirtiéndolos en los edificios más antiguos del
mundo.
En términos históricos y arquitectónicos, no se le pueden
atribuir su construcción al reino de Ryūkyū, ya que históricamente, el
ente es reciente (siglos XII-XVII), puesto que hasta ahora no se han
descubierto las herramientas con que se han construido las estructuras y
sus dimensiones son comparadas con las pirámides de Egipto,
Mesopotamia, México y Perú. También se han encontrado agujeros en las
cimas de las estructuras cuya función sería dar cimiento a los postes
de madera que soportaban el techo.
El origen de las edificaciones
es anterior al final de la era glacial, ya que según opinión del
geólogo Teruaki Oshii, que el hombre las construiría aprovechando
algunas formaciones geológicas preexistentes, en donde hay conexiones
interestructurales que posteriormente fueron destruidas por sucesivos
sismos (el área de las estructuras se ubica sobre una falla telúrica)
lo que denota un gran nivel de organización. Así, en la época en que
fueron originadas, el área de Yonaguni formaba parte del puente que
unía las islas de Taiwán, Ryūkyū y Japón con Asia en tiempos de la
última glaciación, dado que el nivel del mar era más bajo que el actual
a causa de la acumulación de hielo en las zonas templadas. Sus
supuestos constructores pertenecerían a una civilización mucho más
sofisticada que las conocidas de la antigüedad, formadas después del IV
milenio aDC.
Increíble, ¿no es cierto?
El gobierno de Japón dio ordenes de frenar toda publicidad, para preservar la integridad del lugar.
El
hecho es que Yonaguni se ubica en la misma franja que Yucatán, Egipto,
Mesopotamia y Birmania, los sitios en donde hay pirámides
(¿coincidencia?). Aparte en todas estas culturas que mencioné, si
agregamos también a Perú y el altiplano boliviano, subsiste un mito en
común: el de una cultura original, destruída y obligada a dispersarse
por un cataclismo natural (lo que a nosotros nos llegó a través de
Platón como el mito de la Atlántida). Hay una creencia similar entre
los maestros budistas del Tíbet, según he leído, demasiado para ser
coincidencia.
Civilizaciones perdidas, ciudad hundida en el
Pacífico, pirámides... ¿Será R'lyeh? Dejo la pregunta en el aire y les
dejo algunas imágenes...
Las culturas en dónde hay pirámides se ubican en una misma franja
Plano en 3D de las ruinas submarinas
Los Mitos de Cthulhu en las Religiones Precolombinas de America
Introducción
Los primigenios,
seres monstruosos que poseen inteligencia y poderes sobrehumanos,
dominaron el mundo en eras remotas. Por alguna razón desconocida, en la
actualidad no se hacen presentes, sino que dormitan bajo los océanos o
bajo tierra, o quizá han vuelto temporalmente a las vastas
profundidades del espacio de donde proceden. Su presencia dejo tal
huella en la humanidad que muchas religiones están basadas en su
memoria, una memoria vaga y distorsionada, claro esta, puesto que nadie
puede contemplar a estos seres en todo su horror inhumano. El hombre
llega a engañarse creyendo en la bondad de estos seres y en su interés
por ayudarle, y algunos van tan lejos que hasta se esfuerzan en esperar
y preparar su retorno. En esta esperanza no serán defraudados pero,
como tan sólo conocen los más iniciados, en ese día desearán haberlo
sido.
Los pocos que disfrutan del conocimiento esotérico
necesario pueden descubrir estas influencias en la religión y en la
mitología, remontándose a sus oscuros orígenes. Una de las más
sorprendentes correlaciones entre las creencias humanas y los Mitos es
quizá la de las Culturas Amerindias de Centroamérica: Mayas, Toltecas, Aztecas, Olmecas, Zapotecas y otras civilizaciones que florecieron antiguamente en el Yucatán, en Guatemala y en el Centro Sur de México.
Religiones Derivadas de los Mitos de Centroamérica
En El Tumulo,
una novela aparentemente escrita por Zealia Bishop, pero gran parte de
la cual es de Lovecraft, aparecen muchas referencias de este tipo. Se
nos explica allí que los habitantes humanos del mundo subterráneo de
K’n-Yan, bañado por una luz azul, y que esta situado bajo el Sudoeste
de Oklahoma, adoraron antaño a Yig y a Cthulhu como dioses cuyas
imágenes compartían siempre un templo común. Yig es equivalente por
completo al dios azteca Quetzalcoatl, mientras que el nombre de Cthulhu
fue acortado a Tulu, presumiblemente para facilitar su pronunciación a
las gargantas humanas. La civilización de K’n-Yan, antiguamente
conectada con otras razas prehistóricas, influencio a culturas
posteriores como las de Mayas, Toltecas y Aztecas a traves de contactos
infrecuentes. Conectados con K’n-Yan había otros dos mundos
subterráneos mas profundos y siniestros: Yoth, cuya luz es roja, y N’Kai
que es negro y sin luz, el ultimo de los cuales es habitado por el ser
informe de aspecto de sapo Tsathogghua y los seres aun mas informes
que le adoran.
Yig y Cthulhu
(Tlaloc el nombre por el cual fue Adorado Cthulhu en Centroamérica.)
Como
en K’n-Yan, Yig y Cthulhu fueron adorados en toda Centroamérica,
usualmente bajo los nombres de Quetzacoatl y Tlaloc. No hay una sola
cultura que no reconozca a ambos en el momento de la conquista
española, y entre las por entonces desaparecidas culturas
prehispánicas, solo los sombríos Olmecas parecen no tener conocimiento
de estos dioses. Los Mayas de la costa parecen haber tenido contacto con
los Profundos, así como los habitantes de Innsmouth (Massachussetts).
Cthulhu, al que llamaban Chac, vivía supuestamente en Chichen Itza,
tras las paredes sagradas o cenotes, pozos de unos 65 metros de
diámetro, llenos de agua cenagosa. Yucatán esta lleno de estos cenotes,
formados por el colapso de techos de cavernas, conectados con ríos
subterráneos que se deslizan hasta el mar a traves de kilómetros y
kilómetros de cuevas de caliza porosa, guarida perfecta para los
Profundos u otras criaturas de parecidas características.
Una
evidencia indiscutible del culto de Cthulhu en Chichen Itza son las
caras de piedra del dios Chac que adornaban los edificios mas antiguos.
Siempre se le representaba con una larga trompa probóscide, parecida a
un tentáculo con ventosas. En Uxmal, unas ruinas Mayas a unos 75 Km al
Sur de Merida, las caras de Chac grabadas son aun mas sorprendentes,
puesto que la trompa esta prominentemente decorada con
ventosas en bajorrelieve, cada una con un punto en el centro, igual que las de un pulpo.
La
pirámide mas alta e impresionante de allí, conocida por los Mayas como
la casa del hechicero, esta tan ricamente adornada con estas caras que
no cabe ninguna duda de que se trataba de un templo de Cthulhu.
(Piramide de Chichen Itza)
No
existen evidencias sobre el uso del citado templo, pero hay leyendas
que atribuyen su construcción a un mago quien . al parecer había nacido
de un huevo, y tenia forma de enano, y que habría sido erigido el
templo en un solo día. ¿Podía tratarse de un Profundo, uno de los
sirvientes encorvados y batracios, vagamente humanoides, de Cthulhu? La
leyenda afirma que este individuo derroco al rey de Uxmal y rigió la
ciudad por medios mágicos, posibilitando quizá la libre interrelación
de los Profundos con la población durante su reinado. La frente
inclinada hacia atrás, tan apreciada por los antiguos Mayas, puede
haber tenido el mismo origen que los ojos saltones de la gente de
Innsmouth, siglos mas tarde. Tras la marcha o expulsión de los
Profundos, y la desaparición progresiva de su material genético, la
forma batracica de la frente aun se consideraba una marca de distinción
y era provocada en los niños atándoles una tabla en la cabeza.
Kabah,
otras ruinas Mayas a 18 Km al Sur de Uxmal, contiene un edificio
notable cuyo frontis esta enteramente compuesto por caras de Chac
estilizadas, con su probóscide enrollado y sus ojos redondos e
inexpresivos. quizá este edificio fuera habitado por antiguos sacerdotes
no humanos de Cthulhu.
La mayor parte de los relieves de
Chac/Cthulhu están en edificios del estilo Maya Antiguo. Estructuras
posteriores erigidas por los conquistadores Toltecas, aparecen
cubiertas de motivos serpentiformes. Evidentemente, los toltecas
subordinaban el culto de Cthulhu al de su primitivo dios Kukulcan,
prototipo del Quetzalcoatl de los aztecas.
(Quetzalcoatl (Aztecas), Kukulkán (Mayas))
Los
Mayas le conocían como Ik, una palabra que, a efectos prácticos, es
idéntica a Yig. Yig era tan ampliamente adorado en México como Cthulhu,
y a menudo se les adoraba juntos como en K’n-Yan. En el enorme
yacimiento arqueológico de Teotihuacan, conocido ya por los Aztecas como
unas ruinas legendarias y encantadas, las cabezas de piedras de ambos
dioses se alternan a ambos lados de una pirámide. Aquí, la cara
estilizada de Cthulhu, conocido en esta región como Tlaloc, aun posee
un aspecto escamosos y octopoide, con ojos redondos e inexpresivos y
una trompa saliente cubierta por lo que podrían ser ventosas, aunque
estos rasgos no son tan pronunciados como los de las mascaras de Chac
en Yucatan. O bien los habitantes de Teotihuacan no tuvieron contacto
directo con Cthulhu, pero habian recibido descripciones muy
correctas
de el por parte de las culturas costeras, o bien conservaban solo una
antigua memoria de tal contacto. Vaillant, en su libro The Aztecs of
Mexico (Los Aztecas de México), Penguin, pag 58, menciona que el
antiguo nombre de esta pirámide era Templo de la Rana y sugiere que
este hecho “puede derivarse de la asociación simbólica de las ranas con
Tlaloc …” muchos de los servidores de Cthulhu pueden ser descritos de
forma bastante caritativa como de aspecto batracico.
A Yig
se le representa, como de costumbre, con las habituales cabezas de
serpiente. La estrecha asociación de este dios con Cthulhu en la misma
pirámide sugiere claramente una relación cultural antigua entre el
centro de México y la subterránea K’n-Yan. Por cierto que los aztecas y
algunas otras naciones Mexicanas (e incluso los distantes Incas),
afirman proceder de cavernas en el Norte. Esto no puede atribuirse a
una mera coincidencia.
(Piramide de Teotihuacan, México)
Después
de Teotihuacan, la gran ciudad Tolteca de Tula se convirtió en la
influencia dominante en el Centro de México. Estaba dedicada
principalmente a Yig, pero también se adoraba a otros dioses. En el
museo de Tula puede verse un gran brasero de piedra grabado que
representa a Tlaloc, el dios de la lluvia. Esta representación de
Cthulhu, aunque conserva los ojos redondos de los Mayas y los
Teotihuacanos, su nariz grotescamente alargada y flexible, es aun
humana, pero hay vestigios de tentáculos en las cuatro esquinas de la
boca, ampliamente abierta.
El nombre de Tula se dice que
deriva de las palabras del idioma Nahuatl tollan xicocotitlan o lugar
de la colina torcida, pero considerando que los habitantes de K’n-Yan
llamaban a Tulu a Cthulhu, podemos suponerle al nombre un origen mas
oscuro. Por otra parte, la montaña mas lata de la fabulosa R’lyeh,
cubierta de estructuras no euclideas, y que contiene en su interior al
propio Cthulhu, quien ocupa una distorsionada tumba en la cima, ¡bien
podría describirse como una colina torcida!
Así, a pesar
de estar apartadas del mar, las civilizaciones de la meseta central de
México se aferraron tenazmente al culto de Cthulhu. Como Tlaloc, el
dios de la lluvia, siguió siendo uno de sus dioses principales, y a
pesar del creciente antropomorfismo de sus imágenes, estas nunca
perdieron del todo los ojos grandes y redondos, ni la larga trompa. El y
Yig eran adorados con sacrificios humanos, como a ellos les gustaba, y
miles de victimas teñían de sangre sus altares en ciertos momentos en los que ‘las estrellas estaban en posición correcta’.
Los Mitos y los Aztecas
Lo anteriormente expuesto nos lleva hasta los aztecas. ¿Qué papel interpretaba el terrible Cthulhu en su religión?
(Huitzilopochtli, ¿un horror desconocido?)
Francis
T. Laney, en su articulo The Cthulhu Mythology : a glossary (Glosario
de la Mitología de Cthulhu), Arkham House, 1943, sentencia: ‘bajo el
nombre de Huitzilopochtli, Cthulhu era dorado como dios del agua de los
Quichua-Ayar en el Perú Prehispánico’. Con el debido respeto al Sr.
Laney, esta completamente equivocado: los quechuas habitaban en el
Perú, eso es cierto, pero Huitzilopochtli era un dios Azteca por lo que
el Sr. Laney le ha cambiado de continente. Probablemente se haya
limitado a repetir el error de otro, pero desafortunadamente no
menciona la fuente de sus datos.
Lo mas próximo que hemos
podido encontrar es una línea de Derleth en The trail of Cthulhu (El
rastro de Cthulhu), 1962, Pág. 37, atribuida a un tal Dr. Laban
Shrewsbury, y que sugiere un paralelismo entre ‘el devorador, el dios
de la guerra de los quechua-ayar y el Cthulhu de los Mitos’. Esto ya es
más correcto, porque Huitzilopochtli era un dios de la guerra y no
tenía nada que ver con el agua, pero lo que aun es mejor: el Dr.
Shrewsbury tenía el acierto de abstenerse de mencionar el dios de los
Aztecas en conexión con los Quechuas. El fallo de Laney se repite en el
articulo, por lo demás recomendable, de Lin Carter, The Gods (Los
dioses), en The shuttered Room (La habitación cerrada), Arkham house,
1959.
Irónicamente, el Sr. Laney ha errado en la situación
de Cthulhu por unos pocos metros. La pirámide de Huitzilopochtli en la
capital Azteca de Tenochtitlan era doble, y tenía encima el templo de
Tlaloc, por lo que ambos dioses sanguinarios no solo eran vecinos, sino
que podría decirse que vivían en el mismo rellano. Tlaloc, como ya
hemos visto, es el nombre en Nahuatl del Gran Cthulhu.
(Tlaloc-Cthulhu???)
¿Quién
era, pues, Huitzilopchtli? Los aztecas le tenían como dios protector y
le elevaron en su adoración por encima de Yig y de Cthulhu. Parece
desconocido en el resto de Culturas Centroamericanas. El conquistador
Bernal Diaz, en The Bernal Diaz Chronicles (Crónicas de Bernal Diaz),
Doubleday, Pág. 169, le describe como de forma horrible (y quizá
simbólicamente) humanoide, ‘con cara muy ancha y ojos monstruosos y
horribles’. Víctor Von Hagen, en The Aztec: Man and Tribe (El Azteca:
hombre y tribu), 1958, menciona que los Aztecas hallaron a
Huiztilopochtli en una cueva antes de que les dirigieran hacia el poder.
A primera vista, ello no tiene relación con los Mitos…
El
problema puede resolverse de forma indirecta. El Dr. Eusebio Davalos,
en su Official Guide to the Museo Nacional de Antropología (Guía
oficial etc.), México, 1956, señala que Huitzilopochtli ‘podría estar
inicialmente conectado con otro dios muy importante, Tezcatlipoca,
conocido como ‘el espejo humeante’. Y prosigue ‘Tezcatlipoca era un
dios siniestro, relacionado con el jaguar y asociado con la noche, la
brujería y el mal’. Esto nos recuerda al Demonio Oscuro, Nyarlathotep,
Maestro del Mal. Prescott, en su Conquest of México (La conquista de
México), Modern Library, Pág. 335, le describe como ‘siguiente en rango
al ser invisible, el Ser Supremo al que ninguna imagen representaba, y
que no estaba confinado en ningún templo’ Este dios invisible es, por
supuesto, Azathoth, Señor de Todas las Cosas, al que diferentes
culturas reconocen de una u otra forma, y cuya realidad era demasiado
horrible para se contemplada o adorada de forma directa, ya a quien los
Aztecas llamaban Tolque Nahuaque, es decir, aquel Por El Que Todos
Viven. Todo ello sugiere que Tezcatlipoca, tan estrechamente
relacionado con el dios supremo, no es otro que el oscuro mensajero del
sultán demoniaco Azathoth, y quien mas trato tiene con la humanidad.
(Tezcatlipoca, Dios del Inframundo)
El
titulo de Espejo Humeante que ostenta Tezcatlipoca sugiere claramente
el millar de formas de Nyarlathotep, así como su propensión a otorgar
conocimientos temibles y visiones a sus servidores. Su asociación con
la noche, la brujería y el mal no precisa de comentarios. Como dice
Prescott ‘se le representaba como a un hombre joven, y su imagen era de
piedra negra pulimentada’. Una de las muchas formas de Nyarlathotep,
que utiliza comúnmente, es la de ‘un hombre alto y delgado de tez muy
oscura, cuya única prenda es un manto informe de tejido negro grueso’.
Casualmente los sacerdotes Aztecas llevan exactamente este tipo de
ropajes. Se había pensado que la forma de Nyarlathotep como ‘el Hombre
Negro’ se derivaba de su apariencia como líder de cultos de brujos en
Europa, y sin embargo la conexión con Tezcatlipoca parece mas
consistente y definida.
Como Tezcatlipoca, Nyarlathotep
era conocido por Toltecas, Chichimecas, y Texcocanos, y también era el
dios principal de los antiguos misterios Olmecas. Su representación como
un jaguar puede estar ligada a la cita del profético poema de
Lovecraft The Fungi from Yuggoth (Los hongos de Yuggoth), en el que
‘bestias salvajes le siguieron y lamieron sus manos’. Otra de las
muchas formas de Nyarlathotep es la de una esfinge sin cara, con alas
de buitre y cuerpo de hiena, que posee grandes garras y zarpas. La
presencia de la Bestia en Nyarlathotep es evidente.
Las
estrechas conexiones entre Huitzilopochtli y Tezcatlipoca sugieren la
posibilidad de que el primero de ellos sea un avatar de Nyarlathotep,
destinado a captar la atención de los primitivamente nómadas Aztecas,
que eran en sus orígenes unos bárbaros y poco sofisticados, y quienes le
encontraron en una cueva, presumiblemente una entrada a esas cavernas
donde Nyarlathotep ‘Aúlla ciegamente en la oscuridad, al son de dos
flautista idiotas y amorfos’. Los Aztecas ofrecían mas sacrificios a
este ser que a ningún otro dios, eso sin contar con que les adoraran
por separado como Tezcatlipoca. también es posible que Huitzilopochtli
no sea Nyarlathotep sino otro de los Primigenios, desconocido para el
hombre moderno, o disfrazado de tal manera que este ensayo, que tan
solo puede arañar la superficie del tema, no puede desenmascararlo en
su autentica forma y naturaleza.
(Tezcatlipoca-Nyarlathotep)
Bernal
Díaz dice (Pág. 170) que ‘Tezcatlipoca era el dios del infierno y en
su templo las paredes estaban tan incrustadas de sangre, y en el suelo
tan bañado en ella, que ni los mataderos de Castilla apestaban de tal
modo’. El efecto de Nyarlathotep en las sociedades siempre incluye la
degeneración moral y cultural, y en la civilización Azteca esto llego a
su cenit. Un anónimo soldado español, al que se refería Prescott (Pág.
49), y que afirmaba que ‘el demonio se introdujo en los cuerpos de los
ídolos y persuadió a los ignorantes sacerdotes de que su única dieta
eran los corazones humanos’ podría estar mas cerca de la verdad de lo
que los estudiosos modernos pueden creer.
Díaz continua
describiendo a Tezcatlipoca con ‘cara de osos y ojos brillantes’ en lo
que puede ser un intento por parte del viejo español de describir a
Nyarlathotep en su forma de Demonio Oscuro, un horror peludo de hocico
porcino, ojos verdes y temibles zarpas y garras. Con respecto a
Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, Díaz continua: ‘dicen los indios que
los dos son hermanos’ lo que sugiere que los Aztecas de la era de los
conquistadores eran vagamente conscientes de la genealogía, o al menos
de la relación existente entre ambos dioses. Si Huitzilopochtli no es,
después de todo, Nyarlathotep, quizá sea mejor que este vástago de los
Primigenios haya pasado al olvido.
Una ultima y asombrosa
correlación: a Nyarlathotep se le muestra como portador de un bastón de
serpientes mientras que J. Eric Thompson, en su México antes de
Cortes, Scribner’s, Pág. 153, describe el arma terrible de
Huitzilopochtli. El Xiuhcoatl, o serpiente de fuego, cuya forma era
como un cruce entre lagarto y serpiente alada.
(El
Xiuhcoatl, la serpiente de fuego, serpiente brillante o serpiente
solar. Es el arma más poderosa de los dioses azteca empuñada por el
dios Huitzilopochtli)
Shub-Niggurath
(Shub-Niggurath La cabra negra de los bosques con un millar de retoños)
Para
presentar al siguiente dios recurriremos otra vez a Bernal Diaz: ‘en
la parte mas lata del cu (templo-pirámide) había otro entrante…. Donde
se encontraba otra figura, medio hombre y medio lagarto… Decían que su
cuerpo contenía todas las semillas que hay en este mundo. Era el dios
de la siembra y de la maduración, pero no recuerdo su nombre. Todo
estaba cubierto de sangre, tanto las paredes como el altar, y apestaba
de tal forma que tuvimos que salir corriendo’ Según Vaillant, se
trataba de Xipe, el dios de la época de la siembra. Esta estrechamente
relacionado con Tezcatlipoca, y podría tratarse de otro avatar de
Nyarlathotep o una representación de otro dios con quien este se
relacione a menudo, como por ejemplo Shub-Niggurath, la diosa de la
fertilidad de los Primigenios.
(Xipe Totec, el Desollado)
En
los Mitos de Cthulhu hay tres seres que se multiplican prolíficamente:
Abhoth el Sucio, quien produce sin cesar todo tipo de monstruos
deformes; Ubbo-Sathla, quien genera de forma similar los espantosos
prototipos de la vida terrestre, lagartos primitivos e informes, de
color gris; y finalmente Shub-Niggurath. El primero y el segundo están
ciertamente llenos de semillas en el sentido de ser muy fecundos, pero
ni uno ni otro son adorados. Además Ubbo-Sathla es tan solo la fuente
de la vida terrestre, mientras que Abhoth parece no producir sino
anormalidades biológicas alteradas. Shub-Niggurath sin embargo,
simboliza la fertilidad cósmica. En K’n-Yan se le adora como una
especie de Astarte sofisticada, asociándola con las cosechas y la
maduración. Shub-Niggurath es uno de los seres mas frustrantes de los
Mitos puesto que, aunque se la menciona mas que a cualquier otro ser
del panteón, no sabemos prácticamente nada sobre ella, dado que la
mayoría de las referencias se hallan en forma de títulos o cantos de
adulación. Su rasgo mas destacable es su capacidad para procrear. Se
sabe que es atrozmente fea, y que es compañera de ‘Aquel cuyo Nombre no
debe ser Pronunciado’. Como todos los Primigenios, es sin duda
invisible en su estado natural, y su autentica forma solo puede ser
objeto de conjeturas, a partir de las formas que procrea sobre la
humanidad.
(Coatlique - Shub-NIggurath)
El
dios Azteca que corresponde a Shub-Niggurath no es probablemente Xipe,
sino la diosa Coatlique, cuya horrible estatua en el Museo Nacional de
Antropología de México tiene 2’40 metros de altura, y cuyo único rasgo
humanoide es el tener dos piernas.
Enormes garras surgen de sus
pies, viste una falda de serpientes entrelazadas (apéndices sin duda
como los que Wilbur Whateley de Dunwich ocultaba tan cuidadosamente), y
en lugar de cabeza tiene dos enormes serpientes gemelas que surgen de
su cuello, con los hocicos juntos, formando una cara espantosa de ojos y
colmillos reptiloides. La forma de la estatua se ha considerado a
veces mas simbólica que literal, pero los estudiosos de los Mitos de
Cthulhu pueden sospechar lo contrario.
(Coatlique)
Otras Correlaciones
(Cthugha, La Llama Viviente)
Cthugha
es el único dios del fuego de los Mitos, y los Aztecas le conocían
como Xiuthecuhtli, o también Huehueteotl, el ‘Dios Antiguo’, a menudo
representado en forma de un anciano. Por el contrario a Tezcatlipoca se
le consideraba un dios joven, y su culto era entre los aztecas
relativamente reciente. Esto, además del hecho de que Xiuhtecuhtli
‘fuera el ultimo en aparecer en la reunión (o fiesta) de los dioses’
(Caso), mientras que Tezcatlipoca fue el primero, nos recuerda la
conocida enemistad entre Cthugha y Nyarlathotep. Existen imágenes de
Cthugha ya en las antiguas culturas de Totonac y Cuicuilco, e incluso
los Olmecas le adoraban, por lo que es de suponer que en México solo el
hinchado y batracico Tsathogghua era anterior a el.
El
culto a Tsathogghua había perdido ya mucha de su importancia en el
tiempo de los Aztecas, y tanto es así que el dios que habitaba las
cavernas se había convertido en un símbolo de la tierra. Llamado
Tlaltecuhtli en la lengua Nahuatl, se le representaba como ‘una rana
fantástica, cuya boca poseía grandes colmillos y cuyos pies y manos
iban armados de garras’, (Caso, Pág. 52). Vaillant (Pág. 179) le
describe como ‘un monstruo del genero masculino y de aspecto
horripilante, compartiendo los atributos de un sapo y de un cocodrilo’.
No es ninguna sorpresa que se le asocie con la muerte.
(Tlaltecuhtli - Tsathogghua)
Los
habitantes de k’n-Yan, que adoraban a Cthulhu y a Yig abiertamente,
estaban aterrados con el culto a Tsathogghua e incluso intentaron
suprimirlo. Así ocurrió también en México, puesto que en los tiempos de
la conquista española solo quedaban trazas de este culto, pero en las
culturas antiguas, Tlaltecuhtli figuraba con mas prominencia. Las
imágenes de ranas son frecuentes en la escultura de los totonac,
mientras que en las ruinas zapotecas de Yagul, al sur de Oxaca, hay un
ídolo de 1’20 metros cuya forma y cara severamente desgastadas por el
tiempo sugieren las de un sapo maligno. En el Valle de México, el patio
de la iglesia del pueblecito de Huexotla contiene una estatua acéfala,
en cuclillas, parecida a la que la guía de Petróleos Mexicanos
(“México Arqueológico” 1948) describe como ‘la forma de una enorme
rana’ (N. del T.: En español en el original). quizá fue mejor que los
aterrados conquistadores destrozaran la cabeza a martillazos.
Finalmente
tenemos a una diosa del agua, Chalchiuhtlique, a la que se considera
esposa de Tlaloc, y que podría ser la Madre Hidra a la que se menciona
como diosa de los Profundos. También es posible que se trate de la poco
mencionada ‘hija’ de Cthulhu, Cthylla, o de algún otro horror marino no
conocido anteriormente. Se dice que Chalchiuhtlique presidio el cuarto
gran desastre terrestre ‘en el que vino una inundación que transformo a
los hombres en peces’ (Vaillant, Pág. 171). ¿Podría ser este un vago
recuerdo de los días en que los Profundos, siervos de Madre Hidra,
mezclaron su sangre ictea (N. del T.: de pez) con la de los Mayas y
otros desventurados indios de la costa?
(Chalchiuhtlique - Madre Hidra)
Conclusiones
Hasta
ahora podemos considerar las siguientes correlaciones como
razonablemente establecidas: Cthulhu es el dios Azteca Tlaloc; Yig no es
otro que Quetzalcoatl; a Nyarlathotep se le conoce como Tezcatlipoca;
Shub-Niggurath se disfraza de Coatlique, mientras que se cree que
Cthugha es Xiuhtecuhtli y que Tsahoggua es Tlaltecuhtli. A esto podemos
añadir la probabilidad de que Huitzilopochtli sea, bien un avatar de
Nyarlathotep, bien otro temible Primigenio, y que Chalchiuhtlique no sea
otra que Madre Hidra u otro siniestro ser marino. Xipe podría
simbolizar a Shub-Niggurath, ser otro de los avatares de Nyarlathotep, o
también tratarse de otro ser aun no identificado.
No hemos
agotado aun las posibilidades de correlación entre las Mitologías
mexicanas y de Cthulhu, pero con lo expuesto creemos justificable el
postular lazos culturales entre los Mitos y México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario