jueves, 26 de enero de 2012

Cthulhu mas alla del mito.

 

Corría la Guerra Fría y los sistemas masivos de detección previa de flotas, tanto de aviones como de barcos y submarinos, eran una prioridad a desarrollar entre las dos súper-potencias. Uno de éstos sistemas, desarrollado por Estados Unidos, demostró ser ampliamente efectivo. Su función era la de detectar flotas de submarinos y trazar sus trayectorias. Con este fin, en el fondo de los océanos se instalaron complejos micrófonos acústicos los cuales, gracias al trabajo en red, lograban detectar y seguir sonidos que de otra forma serían imposibles de rastrear.
Terminada la Guerra Fría el sistema, a causa de su utilidad, continuó funcionando y escaneando los océanos de todo el globo. Si bien fue diseñado para detectar submarinos en el verano de 1997 detectaría un potentísimo sonido que se expendería por miles de kilómetros siendo capturado por micrófonos con 5 mil kilómetros de separación. Asombrados e intrigados por esta singularidad varios científicos analizaron la señal sin poder reconocerla, ni siquiera analizándola digitalmente y comparándola en inmensas bases de datos. Ante el desconcierto decidieron darle un nombre onomatopéyico: Bloop. La triangulación estableció que su centro tuvo lugar al Oeste de Chile, más exactamente en las coordenadas 50°S 100°W.
Análisis posteriores establecieron que el sonido es ciertamente de origen animal ya que no presenta los patrones de sonidos cuyo origen es mecánico. El problema es que algo que pueda producir un sonido tan potente, en teoría, debería ser inmensamente más grande que una ballena azul (35 mts); e incluso, si llegará a ser una especie desconocida de ballena, no se conoce en los cetaceos un mecanismo que pueda producir un sonido de estas características. Más importante aun, al ser las ballenas mamíferos, debería salir a respirar a la superficie y un ser de semejante tamaño ciertamente hubiera sido avistado en alguna ocasión
Si bien las conspiraciones sobran y van desde dinosaurios hasta extraterrestres, las más centradas y coherentes establecen que posiblemente sea producto de una especie de calamar o pulpo gigante desconocido. ¿Qué tan grande? unos 100 a 150 metros. Quién sabe, quizás el Kraken al que tanto temían los antiguos marinos nórdicos o el misterioso Cthulhu, de Lovecraft.


shhh que Cthulhu está durmiendo!)
Ciudad submergida en algún lugar del Océano Pacífico. Sus coordenadas no son exactas, H.P.Lovecraft la situó en la latitud 47º 9' S, longitud 126º 43' O, aunque August Derleth usó las coordenadas de latitud 49º 51' S, longitud 128º 34' O. En ocasiones movimientos sísmicos pueden provocar que emerja, situación que provoca una oleada de pesadillas y aumento de asesinatos en toda la humanidad.
La pronunciación es Ru-li-eh o Rill-ieh, aunque es posible que sea imposible de pronunciar correctamente por los humanos.
En esta ciudad reside Cthulhu, tal y como indica el verso: Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn que se traduciría por: En su morada de R'lyeh, Cthulhu muerto, sueña También fue la residencia de las Semilla de Cthulhu.
La ciudad se puede emerger de las aguas, antes de que las estrellas se alineen utilizando el Disco de R'lyeh

Estructuras de Yonaguni

Las Estructuras de Yonaguni son un conjunto de estructuras descubiertas en la isla japonesa de Yonaguni alrededor de 1985, por el submarinista japonés Kihachirō Aratake, quien las halló por casualidad. Se trata de un megalito, que probablemente estuvo fuera del mar durante las eras glaciares, con formas en su superficie que parecen haber sido talladas por el hombre.


Se ha especulado mucho sobre el origen de este monumento como se le denomina en Japón. Para la mayoría de los geólogos e historiadores, las estructuras serían de origen natural.
Además de opiniones científicas, no faltan las de origen fantasioso o esóterico, incluyendo las que afirman que Yonaguni fue parte de la civilización de Mu, cuya suerte habría sido similar a la de la Atlántida o Thule.


El área atrae actualmente a gran número de turistas, atraídos por las sorprendentes estructuras. Tiempo después de su descubrimiento, un grupo de científicos dirigidos por Misaki Kimura, (de la Universidad de Ryūkyū ) confirmó su existencia. Según el estudio del profesor Kimura, la estructura natural fue en alguna época modificada por el hombre. Esto daría fuerza a las especulaciones según las cuales Yonaguni pudo ser parte de la civilización de Mu y que luego desapareció, tal y como la Atlántida o Thule. Se trataría de una construcción realizada al menos hace 10 milenios, lo que la convertiría en la estructura arquitectónica más antigua conocida, muy anterior a las primeras edificaciones de Mesopotamia, Egipto, India y China.
Particularmente, según estas teorías, una estructura en forma de túnel de 1,2 metros de alto, que forma parte de una grieta en la piedra, hubiera representado un formidable obstáculo para acceder al resto de la estructura cuando ésta no estaba bajo el agua. La grieta también sería muy peculiar, por estar compuesta por piedra calcárea, un tipo de piedra que no existe en la región. Dos orificios circulares adyacentes de aproximadamente 2 m de profundidad no concordarían con el resto de la estructura, de manera que habrían sido tallados. Su finalidad habría sido el almacenamiento de agua, aunque otros piensan que pueden ser las bases para pilares de algún tipo. Hacia un extremo del monumento se encuentra una piedra ovalada que tampoco parace concordar con el conjunto. Su extremo superior apunta hacia el norte, y podría haberse utilizado para determinar la hora del día. Para la talla de la roca, realizada antes de la invención de utensilios metálicos, se habrían utilizado cuñas de madera, con el fin limpiamente partes de la roca.


El 4 de mayo de 1998, partes de la isla y del monumento fueron destruidas por un terremoto submarino. Luego del terremoto se realizaron filmaciones submarinas descubriendo nuevas estructuras jamás vistas anteriormente, cuya forma es similar a los Zigurats de Mesopotamia, con características insospechadas que, según algunos, desmentirían su origen geológico, convirtiéndolos en los edificios más antiguos del mundo.
En términos históricos y arquitectónicos, no se le pueden atribuir su construcción al reino de Ryūkyū, ya que históricamente, el ente es reciente (siglos XII-XVII), puesto que hasta ahora no se han descubierto las herramientas con que se han construido las estructuras y sus dimensiones son comparadas con las pirámides de Egipto, Mesopotamia, México y Perú. También se han encontrado agujeros en las cimas de las estructuras cuya función sería dar cimiento a los postes de madera que soportaban el techo.
El origen de las edificaciones es anterior al final de la era glacial, ya que según opinión del geólogo Teruaki Oshii, que el hombre las construiría aprovechando algunas formaciones geológicas preexistentes, en donde hay conexiones interestructurales que posteriormente fueron destruidas por sucesivos sismos (el área de las estructuras se ubica sobre una falla telúrica) lo que denota un gran nivel de organización. Así, en la época en que fueron originadas, el área de Yonaguni formaba parte del puente que unía las islas de Taiwán, Ryūkyū y Japón con Asia en tiempos de la última glaciación, dado que el nivel del mar era más bajo que el actual a causa de la acumulación de hielo en las zonas templadas. Sus supuestos constructores pertenecerían a una civilización mucho más sofisticada que las conocidas de la antigüedad, formadas después del IV milenio aDC.
Increíble, ¿no es cierto?

El gobierno de Japón dio ordenes de frenar toda publicidad, para preservar la integridad del lugar.

El hecho es que Yonaguni se ubica en la misma franja que Yucatán, Egipto, Mesopotamia y Birmania, los sitios en donde hay pirámides (¿coincidencia?). Aparte en todas estas culturas que mencioné, si agregamos también a Perú y el altiplano boliviano, subsiste un mito en común: el de una cultura original, destruída y obligada a dispersarse por un cataclismo natural (lo que a nosotros nos llegó a través de Platón como el mito de la Atlántida). Hay una creencia similar entre los maestros budistas del Tíbet, según he leído, demasiado para ser coincidencia.
Civilizaciones perdidas, ciudad hundida en el Pacífico, pirámides... ¿Será R'lyeh? Dejo la pregunta en el aire y les dejo algunas imágenes...

Las culturas en dónde hay pirámides se ubican en una misma franja

Plano en 3D de las ruinas submarinas

Los Mitos de Cthulhu en las Religiones Precolombinas de America



Introducción

Los primigenios, seres monstruosos que poseen inteligencia y poderes sobrehumanos, dominaron el mundo en eras remotas. Por alguna razón desconocida, en la actualidad no se hacen presentes, sino que dormitan bajo los océanos o bajo tierra, o quizá han vuelto temporalmente a las vastas profundidades del espacio de donde proceden. Su presencia dejo tal huella en la humanidad que muchas religiones están basadas en su memoria, una memoria vaga y distorsionada, claro esta, puesto que nadie puede contemplar a estos seres en todo su horror inhumano. El hombre llega a engañarse creyendo en la bondad de estos seres y en su interés por ayudarle, y algunos van tan lejos que hasta se esfuerzan en esperar y preparar su retorno. En esta esperanza no serán defraudados pero, como tan sólo conocen los más iniciados, en ese día desearán haberlo sido.

Los pocos que disfrutan del conocimiento esotérico necesario pueden descubrir estas influencias en la religión y en la mitología, remontándose a sus oscuros orígenes. Una de las más sorprendentes correlaciones entre las creencias humanas y los Mitos es quizá la de las Culturas Amerindias de Centroamérica: Mayas, Toltecas, Aztecas, Olmecas, Zapotecas y otras civilizaciones que florecieron antiguamente en el Yucatán, en Guatemala y en el Centro Sur de México.


Religiones Derivadas de los Mitos de Centroamérica


En El Tumulo, una novela aparentemente escrita por Zealia Bishop, pero gran parte de la cual es de Lovecraft, aparecen muchas referencias de este tipo. Se nos explica allí que los habitantes humanos del mundo subterráneo de K’n-Yan, bañado por una luz azul, y que esta situado bajo el Sudoeste de Oklahoma, adoraron antaño a Yig y a Cthulhu como dioses cuyas imágenes compartían siempre un templo común. Yig es equivalente por completo al dios azteca Quetzalcoatl, mientras que el nombre de Cthulhu fue acortado a Tulu, presumiblemente para facilitar su pronunciación a las gargantas humanas. La civilización de K’n-Yan, antiguamente conectada con otras razas prehistóricas, influencio a culturas posteriores como las de Mayas, Toltecas y Aztecas a traves de contactos infrecuentes. Conectados con K’n-Yan había otros dos mundos subterráneos mas profundos y siniestros: Yoth, cuya luz es roja, y N’Kai que es negro y sin luz, el ultimo de los cuales es habitado por el ser informe de aspecto de sapo Tsathogghua y los seres aun mas informes que le adoran.


Yig y Cthulhu


(Tlaloc el nombre por el cual fue Adorado Cthulhu en Centroamérica.)

Como en K’n-Yan, Yig y Cthulhu fueron adorados en toda Centroamérica, usualmente bajo los nombres de Quetzacoatl y Tlaloc. No hay una sola cultura que no reconozca a ambos en el momento de la conquista española, y entre las por entonces desaparecidas culturas prehispánicas, solo los sombríos Olmecas parecen no tener conocimiento de estos dioses. Los Mayas de la costa parecen haber tenido contacto con los Profundos, así como los habitantes de Innsmouth (Massachussetts). Cthulhu, al que llamaban Chac, vivía supuestamente en Chichen Itza, tras las paredes sagradas o cenotes, pozos de unos 65 metros de diámetro, llenos de agua cenagosa. Yucatán esta lleno de estos cenotes, formados por el colapso de techos de cavernas, conectados con ríos subterráneos que se deslizan hasta el mar a traves de kilómetros y kilómetros de cuevas de caliza porosa, guarida perfecta para los Profundos u otras criaturas de parecidas características.

Una evidencia indiscutible del culto de Cthulhu en Chichen Itza son las caras de piedra del dios Chac que adornaban los edificios mas antiguos. Siempre se le representaba con una larga trompa probóscide, parecida a un tentáculo con ventosas. En Uxmal, unas ruinas Mayas a unos 75 Km al Sur de Merida, las caras de Chac grabadas son aun mas sorprendentes, puesto que la trompa esta prominentemente decorada con
ventosas en bajorrelieve, cada una con un punto en el centro, igual que las de un pulpo.

La pirámide mas alta e impresionante de allí, conocida por los Mayas como la casa del hechicero, esta tan ricamente adornada con estas caras que no cabe ninguna duda de que se trataba de un templo de Cthulhu.


(Piramide de Chichen Itza)

No existen evidencias sobre el uso del citado templo, pero hay leyendas que atribuyen su construcción a un mago quien . al parecer había nacido de un huevo, y tenia forma de enano, y que habría sido erigido el templo en un solo día. ¿Podía tratarse de un Profundo, uno de los sirvientes encorvados y batracios, vagamente humanoides, de Cthulhu? La leyenda afirma que este individuo derroco al rey de Uxmal y rigió la ciudad por medios mágicos, posibilitando quizá la libre interrelación de los Profundos con la población durante su reinado. La frente inclinada hacia atrás, tan apreciada por los antiguos Mayas, puede haber tenido el mismo origen que los ojos saltones de la gente de Innsmouth, siglos mas tarde. Tras la marcha o expulsión de los Profundos, y la desaparición progresiva de su material genético, la forma batracica de la frente aun se consideraba una marca de distinción y era provocada en los niños atándoles una tabla en la cabeza.

Kabah, otras ruinas Mayas a 18 Km al Sur de Uxmal, contiene un edificio notable cuyo frontis esta enteramente compuesto por caras de Chac estilizadas, con su probóscide enrollado y sus ojos redondos e inexpresivos. quizá este edificio fuera habitado por antiguos sacerdotes no humanos de Cthulhu.
La mayor parte de los relieves de Chac/Cthulhu están en edificios del estilo Maya Antiguo. Estructuras posteriores erigidas por los conquistadores Toltecas, aparecen cubiertas de motivos serpentiformes. Evidentemente, los toltecas subordinaban el culto de Cthulhu al de su primitivo dios Kukulcan, prototipo del Quetzalcoatl de los aztecas.


(Quetzalcoatl (Aztecas), Kukulkán (Mayas))


Los Mayas le conocían como Ik, una palabra que, a efectos prácticos, es idéntica a Yig. Yig era tan ampliamente adorado en México como Cthulhu, y a menudo se les adoraba juntos como en K’n-Yan. En el enorme yacimiento arqueológico de Teotihuacan, conocido ya por los Aztecas como unas ruinas legendarias y encantadas, las cabezas de piedras de ambos dioses se alternan a ambos lados de una pirámide. Aquí, la cara estilizada de Cthulhu, conocido en esta región como Tlaloc, aun posee un aspecto escamosos y octopoide, con ojos redondos e inexpresivos y una trompa saliente cubierta por lo que podrían ser ventosas, aunque estos rasgos no son tan pronunciados como los de las mascaras de Chac en Yucatan. O bien los habitantes de Teotihuacan no tuvieron contacto directo con Cthulhu, pero habian recibido descripciones muy
correctas de el por parte de las culturas costeras, o bien conservaban solo una antigua memoria de tal contacto. Vaillant, en su libro The Aztecs of Mexico (Los Aztecas de México), Penguin, pag 58, menciona que el antiguo nombre de esta pirámide era Templo de la Rana y sugiere que este hecho “puede derivarse de la asociación simbólica de las ranas con Tlaloc …” muchos de los servidores de Cthulhu pueden ser descritos de forma bastante caritativa como de aspecto batracico.

A Yig se le representa, como de costumbre, con las habituales cabezas de serpiente. La estrecha asociación de este dios con Cthulhu en la misma pirámide sugiere claramente una relación cultural antigua entre el centro de México y la subterránea K’n-Yan. Por cierto que los aztecas y algunas otras naciones Mexicanas (e incluso los distantes Incas), afirman proceder de cavernas en el Norte. Esto no puede atribuirse a una mera coincidencia.


(Piramide de Teotihuacan, México)

Después de Teotihuacan, la gran ciudad Tolteca de Tula se convirtió en la influencia dominante en el Centro de México. Estaba dedicada principalmente a Yig, pero también se adoraba a otros dioses. En el museo de Tula puede verse un gran brasero de piedra grabado que representa a Tlaloc, el dios de la lluvia. Esta representación de Cthulhu, aunque conserva los ojos redondos de los Mayas y los Teotihuacanos, su nariz grotescamente alargada y flexible, es aun humana, pero hay vestigios de tentáculos en las cuatro esquinas de la boca, ampliamente abierta.

El nombre de Tula se dice que deriva de las palabras del idioma Nahuatl tollan xicocotitlan o lugar de la colina torcida, pero considerando que los habitantes de K’n-Yan llamaban a Tulu a Cthulhu, podemos suponerle al nombre un origen mas oscuro. Por otra parte, la montaña mas lata de la fabulosa R’lyeh, cubierta de estructuras no euclideas, y que contiene en su interior al propio Cthulhu, quien ocupa una distorsionada tumba en la cima, ¡bien podría describirse como una colina torcida!

Así, a pesar de estar apartadas del mar, las civilizaciones de la meseta central de México se aferraron tenazmente al culto de Cthulhu. Como Tlaloc, el dios de la lluvia, siguió siendo uno de sus dioses principales, y a pesar del creciente antropomorfismo de sus imágenes, estas nunca perdieron del todo los ojos grandes y redondos, ni la larga trompa. El y Yig eran adorados con sacrificios humanos, como a ellos les gustaba, y
miles de victimas teñían de sangre sus altares en ciertos momentos en los que ‘las estrellas estaban en posición correcta’.


Los Mitos y los Aztecas


Lo anteriormente expuesto nos lleva hasta los aztecas. ¿Qué papel interpretaba el terrible Cthulhu en su religión?


(Huitzilopochtli, ¿un horror desconocido?)

Francis T. Laney, en su articulo The Cthulhu Mythology : a glossary (Glosario de la Mitología de Cthulhu), Arkham House, 1943, sentencia: ‘bajo el nombre de Huitzilopochtli, Cthulhu era dorado como dios del agua de los Quichua-Ayar en el Perú Prehispánico’. Con el debido respeto al Sr. Laney, esta completamente equivocado: los quechuas habitaban en el Perú, eso es cierto, pero Huitzilopochtli era un dios Azteca por lo que el Sr. Laney le ha cambiado de continente. Probablemente se haya limitado a repetir el error de otro, pero desafortunadamente no menciona la fuente de sus datos.

Lo mas próximo que hemos podido encontrar es una línea de Derleth en The trail of Cthulhu (El rastro de Cthulhu), 1962, Pág. 37, atribuida a un tal Dr. Laban Shrewsbury, y que sugiere un paralelismo entre ‘el devorador, el dios de la guerra de los quechua-ayar y el Cthulhu de los Mitos’. Esto ya es más correcto, porque Huitzilopochtli era un dios de la guerra y no tenía nada que ver con el agua, pero lo que aun es mejor: el Dr. Shrewsbury tenía el acierto de abstenerse de mencionar el dios de los Aztecas en conexión con los Quechuas. El fallo de Laney se repite en el articulo, por lo demás recomendable, de Lin Carter, The Gods (Los dioses), en The shuttered Room (La habitación cerrada), Arkham house, 1959.

Irónicamente, el Sr. Laney ha errado en la situación de Cthulhu por unos pocos metros. La pirámide de Huitzilopochtli en la capital Azteca de Tenochtitlan era doble, y tenía encima el templo de Tlaloc, por lo que ambos dioses sanguinarios no solo eran vecinos, sino que podría decirse que vivían en el mismo rellano. Tlaloc, como ya hemos visto, es el nombre en Nahuatl del Gran Cthulhu.



(Tlaloc-Cthulhu???)


¿Quién era, pues, Huitzilopchtli? Los aztecas le tenían como dios protector y le elevaron en su adoración por encima de Yig y de Cthulhu. Parece desconocido en el resto de Culturas Centroamericanas. El conquistador Bernal Diaz, en The Bernal Diaz Chronicles (Crónicas de Bernal Diaz), Doubleday, Pág. 169, le describe como de forma horrible (y quizá simbólicamente) humanoide, ‘con cara muy ancha y ojos monstruosos y horribles’. Víctor Von Hagen, en The Aztec: Man and Tribe (El Azteca: hombre y tribu), 1958, menciona que los Aztecas hallaron a Huiztilopochtli en una cueva antes de que les dirigieran hacia el poder. A primera vista, ello no tiene relación con los Mitos…

El problema puede resolverse de forma indirecta. El Dr. Eusebio Davalos, en su Official Guide to the Museo Nacional de Antropología (Guía oficial etc.), México, 1956, señala que Huitzilopochtli ‘podría estar inicialmente conectado con otro dios muy importante, Tezcatlipoca, conocido como ‘el espejo humeante’. Y prosigue ‘Tezcatlipoca era un dios siniestro, relacionado con el jaguar y asociado con la noche, la brujería y el mal’. Esto nos recuerda al Demonio Oscuro, Nyarlathotep, Maestro del Mal. Prescott, en su Conquest of México (La conquista de México), Modern Library, Pág. 335, le describe como ‘siguiente en rango al ser invisible, el Ser Supremo al que ninguna imagen representaba, y que no estaba confinado en ningún templo’ Este dios invisible es, por supuesto, Azathoth, Señor de Todas las Cosas, al que diferentes culturas reconocen de una u otra forma, y cuya realidad era demasiado horrible para se contemplada o adorada de forma directa, ya a quien los Aztecas llamaban Tolque Nahuaque, es decir, aquel Por El Que Todos Viven. Todo ello sugiere que Tezcatlipoca, tan estrechamente relacionado con el dios supremo, no es otro que el oscuro mensajero del sultán demoniaco Azathoth, y quien mas trato tiene con la humanidad.


(Tezcatlipoca, Dios del Inframundo)


El titulo de Espejo Humeante que ostenta Tezcatlipoca sugiere claramente el millar de formas de Nyarlathotep, así como su propensión a otorgar conocimientos temibles y visiones a sus servidores. Su asociación con la noche, la brujería y el mal no precisa de comentarios. Como dice Prescott ‘se le representaba como a un hombre joven, y su imagen era de piedra negra pulimentada’. Una de las muchas formas de Nyarlathotep, que utiliza comúnmente, es la de ‘un hombre alto y delgado de tez muy oscura, cuya única prenda es un manto informe de tejido negro grueso’. Casualmente los sacerdotes Aztecas llevan exactamente este tipo de ropajes. Se había pensado que la forma de Nyarlathotep como ‘el Hombre Negro’ se derivaba de su apariencia como líder de cultos de brujos en Europa, y sin embargo la conexión con Tezcatlipoca parece mas consistente y definida.

Como Tezcatlipoca, Nyarlathotep era conocido por Toltecas, Chichimecas, y Texcocanos, y también era el dios principal de los antiguos misterios Olmecas. Su representación como un jaguar puede estar ligada a la cita del profético poema de Lovecraft The Fungi from Yuggoth (Los hongos de Yuggoth), en el que ‘bestias salvajes le siguieron y lamieron sus manos’. Otra de las muchas formas de Nyarlathotep es la de una esfinge sin cara, con alas de buitre y cuerpo de hiena, que posee grandes garras y zarpas. La presencia de la Bestia en Nyarlathotep es evidente.

Las estrechas conexiones entre Huitzilopochtli y Tezcatlipoca sugieren la posibilidad de que el primero de ellos sea un avatar de Nyarlathotep, destinado a captar la atención de los primitivamente nómadas Aztecas, que eran en sus orígenes unos bárbaros y poco sofisticados, y quienes le encontraron en una cueva, presumiblemente una entrada a esas cavernas donde Nyarlathotep ‘Aúlla ciegamente en la oscuridad, al son de dos flautista idiotas y amorfos’. Los Aztecas ofrecían mas sacrificios a este ser que a ningún otro dios, eso sin contar con que les adoraran por separado como Tezcatlipoca. también es posible que Huitzilopochtli no sea Nyarlathotep sino otro de los Primigenios, desconocido para el hombre moderno, o disfrazado de tal manera que este ensayo, que tan solo puede arañar la superficie del tema, no puede desenmascararlo en su autentica forma y naturaleza.


(Tezcatlipoca-Nyarlathotep)

Bernal Díaz dice (Pág. 170) que ‘Tezcatlipoca era el dios del infierno y en su templo las paredes estaban tan incrustadas de sangre, y en el suelo tan bañado en ella, que ni los mataderos de Castilla apestaban de tal modo’. El efecto de Nyarlathotep en las sociedades siempre incluye la degeneración moral y cultural, y en la civilización Azteca esto llego a su cenit. Un anónimo soldado español, al que se refería Prescott (Pág. 49), y que afirmaba que ‘el demonio se introdujo en los cuerpos de los ídolos y persuadió a los ignorantes sacerdotes de que su única dieta eran los corazones humanos’ podría estar mas cerca de la verdad de lo que los estudiosos modernos pueden creer.

Díaz continua describiendo a Tezcatlipoca con ‘cara de osos y ojos brillantes’ en lo que puede ser un intento por parte del viejo español de describir a Nyarlathotep en su forma de Demonio Oscuro, un horror peludo de hocico porcino, ojos verdes y temibles zarpas y garras. Con respecto a Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, Díaz continua: ‘dicen los indios que los dos son hermanos’ lo que sugiere que los Aztecas de la era de los conquistadores eran vagamente conscientes de la genealogía, o al menos de la relación existente entre ambos dioses. Si Huitzilopochtli no es, después de todo, Nyarlathotep, quizá sea mejor que este vástago de los Primigenios haya pasado al olvido.

Una ultima y asombrosa correlación: a Nyarlathotep se le muestra como portador de un bastón de serpientes mientras que J. Eric Thompson, en su México antes de Cortes, Scribner’s, Pág. 153, describe el arma terrible de Huitzilopochtli. El Xiuhcoatl, o serpiente de fuego, cuya forma era como un cruce entre lagarto y serpiente alada.


(El Xiuhcoatl, la serpiente de fuego, serpiente brillante o serpiente solar. Es el arma más poderosa de los dioses azteca empuñada por el dios Huitzilopochtli)


Shub-Niggurath


(Shub-Niggurath La cabra negra de los bosques con un millar de retoños)

Para presentar al siguiente dios recurriremos otra vez a Bernal Diaz: ‘en la parte mas lata del cu (templo-pirámide) había otro entrante…. Donde se encontraba otra figura, medio hombre y medio lagarto… Decían que su cuerpo contenía todas las semillas que hay en este mundo. Era el dios de la siembra y de la maduración, pero no recuerdo su nombre. Todo estaba cubierto de sangre, tanto las paredes como el altar, y apestaba de tal forma que tuvimos que salir corriendo’ Según Vaillant, se trataba de Xipe, el dios de la época de la siembra. Esta estrechamente relacionado con Tezcatlipoca, y podría tratarse de otro avatar de Nyarlathotep o una representación de otro dios con quien este se relacione a menudo, como por ejemplo Shub-Niggurath, la diosa de la fertilidad de los Primigenios.


(Xipe Totec, el Desollado)


En los Mitos de Cthulhu hay tres seres que se multiplican prolíficamente: Abhoth el Sucio, quien produce sin cesar todo tipo de monstruos deformes; Ubbo-Sathla, quien genera de forma similar los espantosos prototipos de la vida terrestre, lagartos primitivos e informes, de color gris; y finalmente Shub-Niggurath. El primero y el segundo están ciertamente llenos de semillas en el sentido de ser muy fecundos, pero ni uno ni otro son adorados. Además Ubbo-Sathla es tan solo la fuente de la vida terrestre, mientras que Abhoth parece no producir sino anormalidades biológicas alteradas. Shub-Niggurath sin embargo, simboliza la fertilidad cósmica. En K’n-Yan se le adora como una especie de Astarte sofisticada, asociándola con las cosechas y la maduración. Shub-Niggurath es uno de los seres mas frustrantes de los Mitos puesto que, aunque se la menciona mas que a cualquier otro ser del panteón, no sabemos prácticamente nada sobre ella, dado que la mayoría de las referencias se hallan en forma de títulos o cantos de adulación. Su rasgo mas destacable es su capacidad para procrear. Se sabe que es atrozmente fea, y que es compañera de ‘Aquel cuyo Nombre no debe ser Pronunciado’. Como todos los Primigenios, es sin duda invisible en su estado natural, y su autentica forma solo puede ser objeto de conjeturas, a partir de las formas que procrea sobre la humanidad.



(Coatlique - Shub-NIggurath)

El dios Azteca que corresponde a Shub-Niggurath no es probablemente Xipe, sino la diosa Coatlique, cuya horrible estatua en el Museo Nacional de Antropología de México tiene 2’40 metros de altura, y cuyo único rasgo humanoide es el tener dos piernas.
Enormes garras surgen de sus pies, viste una falda de serpientes entrelazadas (apéndices sin duda como los que Wilbur Whateley de Dunwich ocultaba tan cuidadosamente), y en lugar de cabeza tiene dos enormes serpientes gemelas que surgen de su cuello, con los hocicos juntos, formando una cara espantosa de ojos y colmillos reptiloides. La forma de la estatua se ha considerado a veces mas simbólica que literal, pero los estudiosos de los Mitos de Cthulhu pueden sospechar lo contrario.



(Coatlique)


Otras Correlaciones


(Cthugha, La Llama Viviente)

Cthugha es el único dios del fuego de los Mitos, y los Aztecas le conocían como Xiuthecuhtli, o también Huehueteotl, el ‘Dios Antiguo’, a menudo representado en forma de un anciano. Por el contrario a Tezcatlipoca se le consideraba un dios joven, y su culto era entre los aztecas relativamente reciente. Esto, además del hecho de que Xiuhtecuhtli ‘fuera el ultimo en aparecer en la reunión (o fiesta) de los dioses’ (Caso), mientras que Tezcatlipoca fue el primero, nos recuerda la conocida enemistad entre Cthugha y Nyarlathotep. Existen imágenes de Cthugha ya en las antiguas culturas de Totonac y Cuicuilco, e incluso los Olmecas le adoraban, por lo que es de suponer que en México solo el hinchado y batracico Tsathogghua era anterior a el.

El culto a Tsathogghua había perdido ya mucha de su importancia en el tiempo de los Aztecas, y tanto es así que el dios que habitaba las cavernas se había convertido en un símbolo de la tierra. Llamado Tlaltecuhtli en la lengua Nahuatl, se le representaba como ‘una rana fantástica, cuya boca poseía grandes colmillos y cuyos pies y manos iban armados de garras’, (Caso, Pág. 52). Vaillant (Pág. 179) le describe como ‘un monstruo del genero masculino y de aspecto horripilante, compartiendo los atributos de un sapo y de un cocodrilo’. No es ninguna sorpresa que se le asocie con la muerte.


(Tlaltecuhtli - Tsathogghua)


Los habitantes de k’n-Yan, que adoraban a Cthulhu y a Yig abiertamente, estaban aterrados con el culto a Tsathogghua e incluso intentaron suprimirlo. Así ocurrió también en México, puesto que en los tiempos de la conquista española solo quedaban trazas de este culto, pero en las culturas antiguas, Tlaltecuhtli figuraba con mas prominencia. Las imágenes de ranas son frecuentes en la escultura de los totonac, mientras que en las ruinas zapotecas de Yagul, al sur de Oxaca, hay un ídolo de 1’20 metros cuya forma y cara severamente desgastadas por el tiempo sugieren las de un sapo maligno. En el Valle de México, el patio de la iglesia del pueblecito de Huexotla contiene una estatua acéfala, en cuclillas, parecida a la que la guía de Petróleos Mexicanos (“México Arqueológico” 1948) describe como ‘la forma de una enorme rana’ (N. del T.: En español en el original). quizá fue mejor que los aterrados conquistadores destrozaran la cabeza a martillazos.

Finalmente tenemos a una diosa del agua, Chalchiuhtlique, a la que se considera esposa de Tlaloc, y que podría ser la Madre Hidra a la que se menciona como diosa de los Profundos. También es posible que se trate de la poco mencionada ‘hija’ de Cthulhu, Cthylla, o de algún otro horror marino no conocido anteriormente. Se dice que Chalchiuhtlique presidio el cuarto gran desastre terrestre ‘en el que vino una inundación que transformo a los hombres en peces’ (Vaillant, Pág. 171). ¿Podría ser este un vago recuerdo de los días en que los Profundos, siervos de Madre Hidra, mezclaron su sangre ictea (N. del T.: de pez) con la de los Mayas y otros desventurados indios de la costa?


(Chalchiuhtlique - Madre Hidra)


Conclusiones


Hasta ahora podemos considerar las siguientes correlaciones como razonablemente establecidas: Cthulhu es el dios Azteca Tlaloc; Yig no es otro que Quetzalcoatl; a Nyarlathotep se le conoce como Tezcatlipoca; Shub-Niggurath se disfraza de Coatlique, mientras que se cree que Cthugha es Xiuhtecuhtli y que Tsahoggua es Tlaltecuhtli. A esto podemos añadir la probabilidad de que Huitzilopochtli sea, bien un avatar de Nyarlathotep, bien otro temible Primigenio, y que Chalchiuhtlique no sea otra que Madre Hidra u otro siniestro ser marino. Xipe podría simbolizar a Shub-Niggurath, ser otro de los avatares de Nyarlathotep, o también tratarse de otro ser aun no identificado.
No hemos agotado aun las posibilidades de correlación entre las Mitologías mexicanas y de Cthulhu, pero con lo expuesto creemos justificable el postular lazos culturales entre los Mitos y México.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario