domingo, 7 de octubre de 2012

Las brujas y el sexo

Brujos y Brujas

Si bien la verdadera brujería dista mucho de estas descripciones, pués más bien se acerca a la corriente del paganismo que a la satánica "oscura", por llamarla así, estas son algunas de las leyendas que circularon en épocas inquisoriales, en las cuales la bruja o brujo aparecían como un ser malévolo que como esclavo de Satán actuaba arrancando vidas y profiriendo diabólicoss maleficios sobre la población.

Leyendas sobre Brujos y Brujas

La brujería es completamente distinta de la magia; el mago llama al diablo y lo pone a su servicio; el brujo y, sobre todo, la bruja, son sus esclavos. Hago hincapié en el femenino de la palabra porque, según los estudiosos, hay un brujo por cada dos mil brujas y son muchas las razones que lo explican y justifican. Desde el relato bíblico del árbol del bien y del mal en el Paraíso, se identifica a la mujer con la serpiente y con la función de colaboradora de Satán en su papel de "tentador". A este recuerdo se añade toda una teoría contraria al sexo y a las actividades sexuales, de las que la mujer es protagonista y -se dice- también incitadora y provocadora. Su sexualidad es mucho más compleja y misteriosa que la del hombre, por eso la sangre menstrual, las placentas y los fetos se utilizan con frecuencia en la brujería, y es más larga. Influye, además, la marginación en una sociedad de hombres en la que se le negaba todo protagonismo y hasta el acceso a la más elemental cultura.
Es también una venganza contra la Iglesia. Mientras los concilios le niegan sistemáticamente el derecho al sacerdocio, ella se convierte en sacerdotisa de Satán y utiliza los poderes que su amo le confiere para amedrentar a los hombres. En cierto modo es la primera rebelión feminista de la historia.
El Sendero de la Brujería

Unas brujas nacen y otras se hacen, porque unas lo son por familia (de madre bruja, hija bruja), otras, por seguir ciertas tradiciones populares (la séptima hija hembra de una familia, debe ser forzosamente bruja) y otras porque ya nada tienen que perder en la vida, y allí encuentran un camino. Todas tienen unos rasgos comunes sea cual sea el lugar, la época o la clase social a la que pertenecen. Son expertas en el laboratorio, resentidas contra el mundo y todas llevan la "marca o sello del diablo", el "made in Satán" que su amo les imprime durante el período de iniciación, que les servirá para identificarse entre ellas pero también las delatará ante sus verdugos. Se trata de cicatrices, antojos o tatuajes que suelen llevar debajo de la tetilla, el hombre, y en el pubis, la mujer.

La bruja de hoy, como la de ayer, tiene dos grandes campos de actividades: el ritual, que comprende la asistencia a aquelarres y a misas negras y la realización de sacrificios; y el práctico, que consiste en la fabricación de hechizos y sortilegios, el maleficio y el mal de ojo.
Se conoce con el nombre de sabbat o aquelarre la gran asamblea de todas las fuerzas del mal en la que los servidores de Satán rinden pleitesía a su Príncipe. "Aquelarre" es la palabra vasca que significa "prado del cabrón". La reunión consta de cinco partes: la convocatoria, el homenaje al diablo, el banquete, el baile y el fin de fiesta: la sexualidad desenfrenada. Hoy ha sido sustituido por la misa negra que es una ceremonia esotérica que invierte y parodia el ritual de la misa católica: se santiguan y rezan el texto al revés, los ornamentos son negros, se consagra sangre de animal y pan negro hecho de excrementos o una hostia triangular, se utilizan orines de cabra en lugar de agua bendita, que el oficiante asperja sobre los asistentes con un hisopo negro, toda la ceremonia se realiza sobre el cuerpo desnudo de una bruja joven que hace las veces de altar y se da culto a Satán en lugar de a Dios.
El segundo gran ritual brujeril son los sacrificios cuya finalidad es la obtención de los poderes sobrenaturales que todas las brujas necesitan para perpetra sus malas acciones.
La brujería práctica es la fabricación de hechizos, sortilegios, pócimas, ungüentos, el maleficio, la ligadura y el mal de ojo. Para desarrollar su macabra tarea utilizan estos objetos: la escoba, que a la orden de "¡Adelante en nombre del diablo!", las pone en órbita, velas de pez negra, un cuchillo mágico, una botella y una jarra tripudas, una cuerda atravesada por plumas de cuervo, alfileres para pinchar las figuras de cera, un almirez para majar las hierbas y redomas, retortas, mecheros y un candelabro llamado "la mano de la Gloria" confeccionado con la mano cortada de un ahorcado. Las brujas de hoy lo tienen mucho más fácil: todos estos objetos se venden en tiendas especializadas en todas nuestras ciudades y se anuncian en las diversas revistas esotéricas.
También las brujas, como su amo y señor, son unas infatigables trabajadoras. Además de sus incómodos vuelos nocturnos, la asistencia a ceremonias agotadoras, la provocación de desastres, el rapto de niños y el cotidiano trabajo en el laboratorio, tienen una actividad sexual desmesurada, como reconoce Sor Madeleine Démadoix, bruja confesa: "Los domingos se corrompen con la cópula con demonios, los jueves se ensucian practicando la sodomía, los sábados se prostituyen con el abominable bestialismo y los demás días siguen el curso normal de la naturaleza".


“La energía que produce el éxtasis sexual, es la misma que nos lleva al éxtasis místico.”
Tal vez fue la razón por la cual las brujas fueron acusadas de prostitutas o cortesanas, el hecho de bailar desnudas en los bosques en medio de la noche bajo la luna llena, o el hecho de utilizar las vibraciones que emanan del cuerpo humano en el momento del orgasmo para lograr sus deseos, y es que la magia es eso, es el arte de utilizar nuestras energías, pensamientos, vibraciones, sueños, voluntad y creatividad en aras de un deseo.
La magia sexual es tan antigua como el hombre mismo y se define como el arte de utilizar el acto sexual para la concreción de un deseo y para la expansión de la vida anterior, y todo se debe a que el acto sexual es el  más importante en la vida del ser humano, tanto en nivel psíquico y biológico.
Actualmente la mayoría de las corrientes integran en un solo concepto la Magia Sexual y el Sexo Tántrico, pero en el caso de las brujas existe la intención premeditada de utilizar al ser humano para lograr sus metas, mientras que en el sexo tántrico se requiere amor y satisfacción mutua en busca de la realización y crecimiento personal.
La Magia Sexual se basa en concentrar la mayor cantidad de energía para proyectarla en un deseo, y en este particular las brujas llevan las de ganar, debido a que cualquier hombre expulsa energía y la bruja la puede recibir fácilmente. Es así como el arma de poder de una bruja se basaba principalmente en el sexo, o mejor dicho en el poder de su sexo.
En el caso de una bruja no se trata de convertirse en una cortesana que domine el arte de procurar la mayor cantidad de placer en un hombre común generando explosiones tras explosiones, sino consiste más bien en lograr estimular al hombre de forma que pueda acumular la mayor cantidad de energía en una sola vibración, la cual la bruja absorbe para el momento de su propia explosión, y así dirigir esas energías hacia su propio beneficio.
Para los magos resulta más complicado, primero porque la magia sexual sólo la pueden llevar a cabo con una bruja y segundo lograr la absorción se la energía femenina que mana de la bruja, y esto implica la explosión de una bruja. Sin embargo, los seres mágicos tales como magos, vampiros, elfos, etc., poseen una sexualidad exquisita e irresistible, que suele ser mortal para las mujeres y un reto para una bruja.
Aun cuando la práctica de la Magia Sexual suene egoísta en un primer momento, requiere de ciertos conocimientos por parte de la bruja o del mago que piensa practicarla, en primer lugar debe manejar muy bien la comunicación extrasensorial, para poder percibir el ritmo de las vibraciones y no dejar escapar el momento.
Segundo se relaciona con la alta sensibilidad mental que se tiene antes, durante y posteriormente al coito, pues el ser humano durante el acto sexual es especialmente vulnerable a cualquier estímulo sea positivo o negativo que le haría perder fácilmente el objetivo del acto.
En tercer lugar consiste en la capacidad de proyectar en perfecto orden y detalle el deseo en su mente hasta el punto de llevarlos a planos inconscientes o mundos astrales.
Todo esto dejando de lado los sentimientos de ego o de percepción de si mismo para lograr una conjugación de dos energías.
Sé que inicialmente suena difícil, y es que realmente lo es, por esa razón la Magia Sexual es considerada como Alta Magia, no sólo por su alcance sino porque requiere gran control del pensamiento, cuerpo y cosmos de la bruja o el mago para lograrlo.
En la edad media cuando una bruja debía llevar a cabo un magno hechizo, pedía la ayuda a otras brujas y llevaban a cabo orgías en las cuales todas conjugaban en el mismo deseo.
Le sexualidad tiene implicaciones más profundas que la simple procreación


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