El caso
del ciudadano serbio Peter Plogojowitz (ó Plogojovitz), en
serbio Petar Blagojević (Петар Благојевић), es bien conocido por
los aficionados a la upirología, por ser uno de los primeros que fueron
registrados oficialmente de entre varias epidemias de vampirismo que asolaron
el Imperio Austro-Húngaro en el siglo XVIII. Los hechos se conocieron a
través de un informe oficial firmado en Viena por Frombald, Oficial
Imperial (Kaiserl. Provisor) de Gradiska, el 31 de julio de
1725. Frombald, era un funcionario del gobierno austríaco que
fue testigo directo de la "ejecución" del famoso vampiro. Este
informe es además el primer documento en el que aparece la palabra vampiro, en
la forma vampiry. Poco después de que tuvieran lugar los hechos, fue publicado
en un diario austriaco de prestigio, el Das Wienerisches Diarium, creando una
encendida polémica, no sólo a nivel académico, también entre la población
vienesa en general. Es a partir de este documento y las publicaciones que
lo mencionan que comienza a hacerse popular el término vampiro en los
diferentes idiomas europeos.
El
informe del oficial Frombald, descubierto por el profesor Antoine
Faivre en 1993 en los Archivos del Estado de Viena se titula Copia des vom
Hrm Frombald Kayl. Cameral Provisore zu Gradiska im Köning Reich
Servien erlassenen Briefes anno 1725 die im König Reich Serviens damals in
Schwang gegangenen sogena[n] vanpiri oder Blutsauger. Se encuentra una copia del mismo
en las páginas 11 y 12 del ejemplar del Das Wienerisches Diarium (El
Diario de Viena), publicado en Viena el 21 de Julio de 1725, editado por
el Kayserliche Hof-Buchdruckerey con el título Copia eines Schreibens
aus dem Gradisker District in Ungarn. Existe un ejemplar de dicho diario, uno
de los más importantes periódicos austriacos de la época, en la Biblitoteca
Nacional de Viena (ÖER).
Pero si
el caso se hizo popular y un clásico en la literatura posterior es gracias al
filósofo alemán Michaël Ranft, que en el mismo año en el que se
produjo el incidente lo usó para presentar su tesis, publicada en forma de
libro ese mismo año con el título de Dissertatio historico-critica de
masticatione mortuorum in tumulis (Oder von dem Kauen und Schmatzen der Todten
in Gräbern), publicado en Leipzig en 1725; y posteriormente en la edición
revisada que se tituló De Masticatione mortuorum in tumulus. (oder von dem
Kauen und Schmatzen der Todten in Gräbern) Liber Singularis: Exhibens Duas
Excercitationes, Quarum Prior Historico-critica Posterior Philosophica est;
publicado en 1728. Ranft incluyó el informe completo en su obra, concretamente
en las páginas 25, 26, 27 y 28 del original alemán . Ranft da las grafías
Plogojowiz y Kisolova para el protagonista y la localidad respectivamente.
EL INFORME
Una
traducción del informe:
"Tras
la muerte de un sujeto de nombre Peter Plogojoviz diez semanas antes - el cual
vivía en la ciudad de Kisolova en el distrito de Rahm - y después de haber
sido enterrado conforme a la costumbre de las gentes de Retz, se
reveló que en la ciudad de Kisolova, en el transcurso de una semana, nueve
personas, jóvenes y viejas, también habían fallecido tras sufrir una enfermedad
de 24 horas.
Y habían
manifestado públicamente, mientras aún estaban vivos, aunque en su lecho de
muerte, que el arriba mencionado Peter Plogojoviz, que había muerto diez
semanas antes, les había visitado durante el sueño, cayendo encima de ellos y
asfixiándolos, de tal modo que sabían que iban a expirar en breve. Los demás
aldeanos estaban muy afligidos y se reafirmaron aún más en sus creencias debido
a que la esposa del difunto Peter Plogojoviz ha abandonado la ciudad de
Kisolova yéndose a otra villa y al oírsele decir que su marido se había
presentado ante ella para pedirle sus opanki, o zapatos. Y ya que estos seres
(que ellos llaman vampiry) muestran signos reconocibles como que su cuerpo no
se descompone, y que la piel, el pelo, la barba y las uñas siguen creciendo,
resolvieron de modo unánime abrir la tumba de Peter Plogojoviz y ver si el
susodicho mostraba estos signos de forma inequívoca. Con este objeto acudieron
a mí y para, tras relatarme estos sucesos, solicitar mi presencia y la del pope
local, el sacerdote, en dicho examen. Y a pesar de que en un principio expresé
mi desaprobación, alegando que antes debería informarse debidamente a la
administración y escuchar su opinión al respecto, no se conformaron en absoluto
con ello y me respondieron de forma lacónica: Que yo podría hacer lo que
quisiera, pero que si no recibían permiso para proceder al examen del
cuerpo como era su costumbre, se verían obligados a dejar sus casas y hogares,
ya que si tenían que esperar el visto bueno desde Belgrado, quizá todo el
pueblo, como ya había ocurrido antes en tiempos de la dominación turca, sería
destruido por aquel espíritu maligno, y no querían esperar a que aquello
ocurriera.
Puesto
que no podía hacerles cambiar de opinión ni con buenas palabras ni con
amenazas, he decidido acudir a la ciudad de Kisolova en compañía del pope de
Gradisk, y ver el cuerpo de Peter Plogojoviz que estaba recién desenterrado, y
encontré, para hacer honor a la verdad, lo primero, que no despedía el hedor
que es característico de los muertos, y que el cuerpo, exceptuando la nariz que
se había caído en parte, estaba completamente fresco. El cabello y la barba, e
incluso las uñas, se había desprendido, pero le habían crecido de nuevo; la
piel vieja, que estaba blanquecina, se había desprendido y una nueva había
surgido. La cara, las manos y los pies, así como el resto del cuerpo estaban
tan bien conservados que no podían haber estado más completos ni en vida. No
sin asombro observé que había sangre fresca en su boca, la cual según el
parecer de todos, había chupado de la gente a la que había dado muerte. En
resumen, presentaba todos los síntomas que tienen estos seres, tal y como se ha
mencionado más arriba.
Después
de que tanto yo como el pope contempláramos aquel espectáculo, la gente fue
pasando de la consternación a la furia, y rápidamente tomaron una estaca con la
intención de atravesar con ella el cuerpo del difunto, y al traspasar el
corazón no sólo fue causa de que brotara mucha sangre fresca de sus orejas y
boca, también de otras cosas demasiado salvajes que no mencionaré por respeto.
Por último, siguiendo la costumbre, han quemado el susodicho cuerpo, de todo lo
cual informo a la honorable Administración al tiempo que pido perdón, con
obediencia y humildad, si alguna negligencia fue cometida en este asunto, no
debiendo ser achacada a mi persona, sino a la plebe, que se dejó llevar por el
miedo."
Imperial Provisor, Gradisk District
Se ha
respetado la grafía original tanto del protagonista, Peter Plogojoviz, que en
obras posteriores aparece como Plogojovitz, Plogojowiz ó Plogojowitz, y la de
la localidad, Kisolova, que en la literatura posterior se reescribe como
Kisilova. Michaël Ranft escribe Plogojowiz; mientras que el abad M. Migne
prefiere desginarlo como Plogojouits (Enyclopédie Théologique, 1860).
Serbia
fue anexada al imperio otomano en 1463, y ocupada por los austriacos en 1688,
que sólo la conservaron un año. Desde 1689 y hasta 1692, Kisiljevo y el norte
de Serbia, estuvieron en manos de los turcos. En 1715 estalló la guerra entre
los turcos por un lado y los austriacos y venecianos por otro. El 21 de julio
de 1718, tras la derrota infligida a los turcos en Belgrado, y en virtud del tratado
de Passarowitz, los austriacos se hicieron con el control de esta parte del
norte de Serbia, además del territorio que a partir de entonces se llamaría Banato
de Timisoara ó de Temesvar, Eslavonia oriental, y Oltenia (la
llamada Pequeña Valaquia). El territorio serbio permaneció bajo control
austriaco hasta 1739, año en que fue devuelta a los turcos junto a la Pequeña
Valaquia, y permaneció bajo el dominio otomano hasta el levantamiento serbio de
1804. Los territorios obtenidos se rigieron mediante gobierno militar bajo la
supervisión del Consejo de Guerra y la Cámara Imperial de Viena (Hofkammer)
Del
informe de Fromann se desprende que pocos años antes, cuando estaban bajo la
administración turca, la villa ya había sufrido una epidemia de vampirismo que
tuvo a la población en vilo hasta el punto de ver en peligro su supervivencia.
Recordando las palabras del informe: "ya que si tenían que esperar el
visto bueno desde Belgrado, quizá todo el pueblo, como ya había ocurrido antes
en tiempos de la dominación turca, sería destruido por aquel espíritu
maligno". Esta infestación vampírica tuvo que haber ocurrido entonces en
el período de la dominación turca, entre 1689 y 1692.
Los
hechos transcurren en la localidad húngara de Kisilova ó Kizilova.
Prácticamente se da por hecho que se trata de la actual Kisiljevo
(Kisiljevu en serbio), en el que fuera Distrito de Rahm durante su pertenencia
al imperio austrohúngaro, y que habría tomado su nombre en el siglo XVIII por
su proximidad a la fortaleza de Ram. Kisiljevo se encuentra a 44°44'N de
latitud y a 21°25'E de longitud, casi en la frontera con Rumanía, a la
orilla de un meandro del Danubio que forma una pequeña isla en medio del río,
justo enfrente de esta localidad. El conocido investigador Jordi Ardanuy en el
número de septiembre de 2005 de la revista L'Upir de Cercle V publica
un artículo sobre el caso de Plogojovitz ilustrado con un fragmento de un
mapa de 1819 titulado Carte der Europaeischen Türkey in XXI
Blättern, en el que se aprecia la citada isla. Sobre ella puede
verse un círculo que representa a una población situada justo encima de la isla
con el nombre exacto de Kisilova, y enfrente de la isla, en el lado serbio, al
sudeste de la misma, la localidad de Kisiljevo.
Un
artículo publicado en el diario Glas javnosti, de Belgrado (texto del artículo en serbio),
recoge el testimonio del representante de la oficina local de Kisiljevo, Mirko
Bogičić, según el cual existen familias en la villa que llevan el apellido del
vampiro, aunque se desconoce si Peter Plogojowitz es su antecesor, y se ignora
donde pueda estar su sepultura. Y es que la aldea, a raíz del caso, ha cobrado
cierta popularidad entre los periodistas del país. Lo más sorprendente es
que Bogičić, en este mismo artículo, menciona ciertas historias locales
que tienen como protagonista a otro vampiro, vampira en este caso, de
nombre Ruža Vlajna, y que habría vivido en tiempos de su abuelo. De esta
vampira del siglo XX se decía que hacía notar su presencia golpeando las ollas
de la cocina, y que se la había visto pasear sobre la superficie del Danubio.
Desconocía si había sido estacada. Parece que la región cuenta con una tradición
vampírica nada desdeñable.
El caso
de Kisilova fue retomado en sus Cartas Judías, publicadas en 1738, por el Marqués
d'Argens. En concreto la carta 137 del marqués se ocupa de algunos casos de
vampirismo clásicos. Traducimos el fragmento en el que se menciona el caso que
nos ocupa:
Acabo de
leer, querido Isaac, el relato de un prodigio insertado en un diario histórico
y lo he encontrado tan particular que creo que convendrás conmigo en que los
hechos descritos parecen sobrepasar con largueza todas las especulaciones
filosóficas, y todo razonamiento humano. He aquí un extracto fiel. Te diré
después cual es mi opinión respecto de las cosas milagrosas que allí se
refieren.
“Recién
hemos tenido por estos lares una nueva escena de vampirismo, debidamente
atestiguada por dos oficiales del tribunal de Belgrado que acudió por estos
lugares, y por un oficial de Gradisch de las tropas del emperador que ha sido
testigo ocular de los procedimientos.
A
comienzos de septiembre moría en la villa de Kisilova, a tres leguas de
Gradisch, un anciano de 62 años; tres días después de de ser enterrado, se
apareció durante la noche a su hijo y le pidió de comer. Una vez que éste le
sirvió se comer y una vez hubo terminado de comer desapareció. Al día siguiente
el hijo contó a sus vecinos lo que había ocurrido. Esa noche el padre no
apareció pero la noche siguiente se dejó ver y pidió de comer. No se sabe si el
hijo le dio o no de comer, pero al día siguiente se le encontró muerto en su
cama. El mismo día, cinco o seis personas de la ciudad cayeron enfermas de modo
repentino y murieron, una tras otra, en pocos días. El oficial o Bailif del
lugar, informado de lo que había ocurrido, envío un informe a su vez al
tribunal de Belgrado que envió a la ciudad dos de sus oficiales con un verdugo
para examinar este caso. El oficial imperial encargado de este informe fue allí
desde Gradisch para ser testigo de un suceso del que tan a menudo había oído
hablar. Se abren las tumbas de aquellos que habían muerto hacía seis semanas.
Cuando le toca el turno a la del viejo se le encuentra con los ojos abiertos,
de un color rojo y respirando de modo natural, aunque inmóvil y muerto. De ahí
se concluyó que era un vampiro. El verdugo le clava una estaca en el corazón.
Se hace una hoguera, se pone allí el cadáver y es reducido a cenizas. No se
hallaron marcas de vampirismo ni en el cadáver del hijo, ni en los otros."
Es
evidentemente una nueva versión, bastante distorsionada, del caso de
Plogojowitz, que sería recogida en obras posteriores; o quizá, apuntamos
nosotros, el recuerdo del suceso anterior al de Plogojowitz que mantuvo en vilo
a la aldea como se menciona en el informe de Frombald. Dom Agustín Calmet también menciona este caso en
su Dissertation sur les vampires et revenants de Hongrie et de ses alentours
(puede leerse el original francés aquí), publicado en 1749. Como Calmet cita el
caso a partir de las Cartas Judías, el texto es prácticamente idéntico al del
último párrafo del extracto que acabamos de traducir, con la salvedad de que la
palabra para oficial que el Marqués de Angers escribe como Bailif, Calmet la
transcribe como Bailli. Bailif, bailío en castellano, proviene del latín baiulivus,
que designa a un oficial con atributos legales, una especie de comisario. La
voz bailli es un anglicismo que significa lo mismo.
Calmet
retoma el tema en un capítulo posterior, tomándolo en esta ocasión de la obra
de Ranft, cuyo relato coincide con el informe. Calmet da las grafías Pierre
Plogojovits y Kisolova para el personaje y la villa respectivamente.
Montague
Summers, en su The Vampire, His Kith and Kin (1928) hace referencia a unos
pasajes de Mes Mémoires, (Troisième Série, Michel Lévy, Paris, 1863), de
Alejandro Dumas, donde éste refiere una conversación que habría mantenido
durante la representación de la obra de teatro Le Vampire de Charles Nodier en
Porte de Saint Martin, en 1823, una adapatación del relato de Polidori, con su
vecino, "un educado caballero que leía un Elzévir" (se trata de una
editorial que se hizo muy popular por sus libros de bolsillo y bajo coste).
Este interlocutor afirmaba haber visto vampiros durante su estancia en Iliria.
Traducimos
el texto a partir del original francés de la obra de Dumas:
"¿Habéis
visto vampiros?"
Sabéis
que Iliria, como Hungría, Servia y Polonia, es la tierra clásica de los
vampiros.
No, No lo
sé... No sé nada. ¿Dónde estaban esos vampiros que habéis visto?
"En
Sapalatro. Yo vivía entonces en casa de un buen hombre de sesenta y dos años.
El hombre murió. Tres días después de haber sido enterrado, se apareció a su
hijo durante la noche y le pidió de comer; su hijo le sirvió de comer; comió y
desapareció. El lunes, el hijo me contó lo que había ocurrido, me dijo que
sabía muy bien que su padre no se contentaría con visitarle sólo por una noche,
y me invitó a que la noche siguiente me apostara en un ventana para verlo. No
vino. El hijo me dijo que no me preocupara, que vendría probablemente la
noche siguiente. La noche siguiente, permanecí junto a mi ventana, y, en
efecto, hacia medianoche puede reconocer al viejo perfectamente. Venía del lado
del cementerio; iba a buen paso; pero no hacía ruido alguno. Llega hasta la
puerta, llama; tres golpes conté; los golpes resonaban de forma seca sobre la
madera de roble, como si la hubieran golpeado con un hueso, y no con los dedos.
El hijo, abrió la puerta, y el viejo entró..."
"Yo
escuchaba este relato con la mayor atención y comencé a estar más pendiente de
los entreactos que del melodrama."
"Mi
curiosidad estaba muy excitada como para abandonar mi ventana, dijo mi vecino
retomando la conversación por donde la dejó; permanecí allí. Como una media
hora después, saló el viejo; y se fue por donde había venido, es decir en
dirección al cementerio. Desapareció por la esquina de un muro. Casi al mismo
tiempo se abrió la puerta. Me volví rápidamente, era su hijo. Estaba muy
pálido. 'Y bien, le dije, ¿ha venido vuestro padre? - Sí... ¿Le habéis visto
entrar? Entrar y salir... ¿Qué es lo qué he hecho? Me ha pedido de beber y de
comer, como el otro día. ¿Y ha bebido y comido? Ha bebido y ha comido... Pero
eso no es todo... hay algo que me inquieta... Me dijo... ¡Ah! ¿Os ha pedido
algo más además de beber y comer?... Sí, me ha dicho: "Ya he venido dos
veces a comer a tu casa. Ahora te toca a ti venir a comer a la mía'. ¡Demonios!
Le espero mañana a la misma hora. ¡Demonios! ¡Demonios! ¡Sí! Esto es lo que me
preocupa.' ¡Dos días después se le encontró muerto en su cama! Ese mismo día
dos o tres personas de la misma ciudad que habían visto también al viejo, y que
le habían hablado, enfermaron y murieron a su vez. Se afirmó entonces que el
viejo era un vampiro. Me informaron de los hechos; yo conté a mi vez lo que
había visto y oído. La justicia se personó en el cementerio. Abrieron las
tumbas de los que habían muerto hacía seis semanas; en todas ellas había
cadáveres en estado de descomposición. Pero, cuando llegaron a la tumba de Kisilova,
-que era el nombre del viejo,- estaba con los ojos abiertos, la boca roja,
respirando a pleno pulmón, e inmóvil, como si estuviera muerto. Le clavaron una
estaca en el corazón, dio un gran grito, y la sangre manó por la boca; después
fue puesto en una pira, le redujeron a cenizas, y lanzaron las cenizas al
viento... Algún tiempo después, dejé el país, de modo que ya no pude saber si
su hijo se había convertido en vampiro como él."
"¿Por
qué tendría que haberse convertido en vampiro? pregunté."
"¡Ah!
Porque es habitual que las personas muertas por vampirismo se conviertan en
vampiros."
"Realmente,
usted relata todo esto como si fuera un hecho cierto."
"¡Es
que es así! ¡Es un hecho cierto, conocido, registrado!..."
El
original en francés de todo el capítulo LXXVII, de Mes Memoires, a partir del
cual hemos traducido el fragmento anterior, puede consultarse aquí. En este relato el interlocutor con el que
Dumas mantuvo la conversaión afirma que el nombre del vampiro es Kisilova, y
los hechos habrían transcurrido en Sapalatro, en Dalmacia, zona también muy
conocida por sus tradiciones vampíricas, por lo demás la descripción de los
hechos se basa claramente en el texto de Calmet, cuya obra recomienda a Dumas
su misterioso interlocutor. En mi opinión esta mezcolanza y otros detalles
melodramáticos le quitan credibilidad a este testimonio.
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