martes, 20 de marzo de 2012

KINDOKI Y BRUJERÍA

Hay muy poco escrito sobre el asunto de la auténtica brujería Africana, ya que la esencia de la verdadera brujería no puede ser codificada o transmitida de una manera completamente racional. La brujería como es entendida por las culturas basadas en lo Africano y los países Latinos alrededor del mundo, no es sinónimo de religión o misticismo en el sentido convencional.
     La brujería también es considerada generalmente como una parte de la vida y la existencia diaria para millones de personas alrededor del planeta. Este libro no es sobre Wicca, y no pretendo explorar nada relacionado con esa religión moderna. Soy de la opinión que la Wicca es una manifestación muy reciente basada casi totalmente en ideologías paganas/cristianas mezcladas, y filtrada a través de las modernas expectativas de lo que una religión basada en la naturaleza debería ser.
     El embrujo de esta pequeña tumba tiene que ver con esa pura expresión mágica que se hizo a sí misma conocida y permaneció bastante inmutable a través de las eras. Es una esencia elusiva, y tiene una extraña sensación toda suya propia. Aquellos de vosotros que entendéis esta declaración ya tenéis un asidero íntimo con la crepuscular, energía onírica del verdadero brujo. La brujería de la que estoy hablando ha permanecido relativamente sin cambios en muchas partes del mundo, y será indudablemente un poco difícil para muchos occidentales adherirse a ella en su totalidad.
     El brujo Africano es considerado un individuo que vive fuera de la norma social, y la brujería en la que se compromete es considerada sinónimo de la actividad criminal. Kindoki, siendo un término que es comparable a la brujería Latinoamericana, es tanto un tipo de magia necromántica basada en lo Africano, como un poder naturalmente ocurrente mostrado por un selecto tipo de individuos. Esto también fue una vez verdad sobre la bruja Europea hace cientos de años.
     Se ha dicho que Kindoki es casi equivalente al mal de ojo, ya que se concibe como el poder para maldecir inintencionadamente a aquellos que uno encuentra desagradables, o con los que está en desacuerdo. En la mayoría de casos, el resultado de este tipo de brujería casi accidental es una plaga general de infortunio para la víctima incauta. Se dice algunas veces de ciertos niños peculiares que son la fuente de este extraño poder, y ha habido casos donde todo el pueblo ha tenido que ser limpiado ritualmente para remediar los problemas traídos por estas poderosas jóvenes criaturas.
     En el reino de Kindoki, uno encontrará ciertos rasgos que recuerdan a aquellos de otras religiones basadas en lo Africano. Esto es particularmente verdad del Palo, sin embargo el Palo Mayombe o Palo Monte es una religión basada en el Congo Africano con una fuerte tradición ancestral y un muy único proceso ritual y ceremonial. Mientras que Kindoki emplea elementos de Palo, sólo está relacionado con él en un nivel muy superficial.
     Las tradiciones variantes y relacionadas con el Palo están basadas en la adoración de los ancestros que han sido transformadas espiritualmente debido a una relación especial que tienen con ciertas deidades elementales. Estas religiones están engranadas en rituales y ceremonias que han sido transmitidos a través de los ancianos espirituales y de una familia espiritual o casa a la siguiente generación de practicantes de Palo. Kindoki recuerda al Palo en que emplea espíritus vigorizados de los muertos, calderos espirituales y muchos de los componentes materiales que uno verá usados por los Paleros y Paleras. Esto es realmente todo lo lejos que va la relación entre Kindoki y Palo, ya que Kindoki está verdaderamente más relacionada con lo que se ha venido conociendo como Brujería Latinoamericana o Mexicana. La Brujería sólo es brujería, y es ese tipo de brujería que carece de dogma religioso y de cualquier tipo de sistema de moralidad codificado. La Brujería y Kindoki pueden ser empleados por cualquier brujo por cualquier razón que quieran, y este propósito está basado en la necesidad y el deseo personales más bien que en algún sistema altruista abstracto de moral. En la brujería de tipo Africana u otro, un brujo es un brujo y ellos son tanto temidos como reverenciados por el poder que sostienen.
     Muchas veces fue bastante mejor para los brujos en estas tradiciones ser temidos, y la ya supersticiosa naturaleza de las gentes por las que estaban rodeados por lo general sólo incrementaba sus poderes. El brujo ya tiene poder innato extraído de su íntima conexión con la tierra y los espíritus con los que han formado relaciones, pero ese poder es magnificado verdaderamente por la consciencia y atención de aquellos que les prestan tributo.
     Tanto la Brujería como Kindoki emplea espíritus para trabajar la brujería, sin embargo Kindoki y Palo descansan más en la rapidez y efectividad de los espíritus de los muertos, mientras que las brujería tiende a enfatizar el trabajo con entidades elementales y demoniacas. Un mulombe, siendo el espíritu de un muerto, puede realizar actos de brujería para el propietario o traer el infortunio para alguien al que su propietario así lo desee. Si el propietario quiere atacar a un individuo, el mulombe puede ser enviado dentro del cuerpo de una víctima. La sombra (cuerpo fantasmal) de la víctima de un mulombe es devorada/vampirizada, asesinando a la víctima y parte de la energía es reconvertida en otro mulombe para servir a su propietario, multiplicándose así el mulombe. Por supuesto esto es una magia muy negra pero es un ejemplo de Brujería Africana. La Brujería Africana no tiene que ser oscura pero por lo general en África a menudo lo es, por lo que es muy impopular. De cualquier manera, un brujo puede elegir enfatizar cualquier cosa que desee dependiendo de su necesidad. Una vez más, el dogma religioso y las normas arcaicas no son importantes en la brujería, ya que la verdadera energía mágica se deriva del proceso individual creativo del brujo y su conexión con aquellas fuerzas con las que haya desarrollado relaciones.
     La Brujería y Kindoki son muy compatibles ya que mezclan libremente los elementos mágicos de muchos sistemas y estructuras de creencias. Una Bruja o Brujo a menudo usará los poderes de ciertos santos junto al lado de las fuerzas más oscuras con impunidad. El brujo no ve las cosas en términos estrictamente de bien y mal, mientras que el sacerdote está dedicado a la idea de arrancar de raíz el mal y separar lo que es saludable de lo que estima no lo es. Los brujos tienden a ver sólo poder en el mundo, y las herramientas de su oficio mágico como meramente apoyos usados para canalizar ese poder. Los muchos elementos de la naturaleza son aquellas manifestaciones materiales que están más cercanamente conectadas con este inmenso océano de poder del que yo hablo, y son combinadas y usadas en formas muy especiales para manipular para bien o para mal, conforme a la voluntad del hechicero.

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Este texto ha sido extraído de un libro muy interesante que te recomiendo que compres para tu biblioteca personal en el siguiente enlace:
Kindoki

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