La brujería también es considerada generalmente como una parte de la
vida y la existencia diaria para millones de personas alrededor del
planeta. Este libro no es sobre Wicca, y no pretendo explorar nada
relacionado con esa religión moderna. Soy de la opinión que la Wicca es
una manifestación muy reciente basada casi totalmente en ideologías
paganas/cristianas mezcladas, y filtrada a través de las modernas
expectativas de lo que una religión basada en la naturaleza debería ser.
El embrujo de esta pequeña tumba tiene que ver con esa pura
expresión mágica que se hizo a sí misma conocida y permaneció bastante
inmutable a través de las eras. Es una esencia elusiva, y tiene una
extraña sensación toda suya propia. Aquellos de vosotros que entendéis
esta declaración ya tenéis un asidero íntimo con la crepuscular, energía
onírica del verdadero brujo. La brujería de la que estoy hablando ha
permanecido relativamente sin cambios en muchas partes del mundo, y será
indudablemente un poco difícil para muchos occidentales adherirse a
ella en su totalidad.
El brujo Africano es considerado un individuo que vive fuera de la
norma social, y la brujería en la que se compromete es considerada
sinónimo de la actividad criminal. Kindoki, siendo un término que es
comparable a la brujería Latinoamericana, es tanto un tipo de magia
necromántica basada en lo Africano, como un poder naturalmente ocurrente
mostrado por un selecto tipo de individuos. Esto también fue una vez
verdad sobre la bruja Europea hace cientos de años.
Se ha dicho que Kindoki es casi equivalente al mal de ojo, ya que se
concibe como el poder para maldecir inintencionadamente a aquellos que
uno encuentra desagradables, o con los que está en desacuerdo. En la
mayoría de casos, el resultado de este tipo de brujería casi accidental
es una plaga general de infortunio para la víctima incauta. Se dice
algunas veces de ciertos niños peculiares que son la fuente de este
extraño poder, y ha habido casos donde todo el pueblo ha tenido que ser
limpiado ritualmente para remediar los problemas traídos por estas
poderosas jóvenes criaturas.
En el reino de Kindoki, uno encontrará ciertos rasgos que recuerdan a
aquellos de otras religiones basadas en lo Africano. Esto es
particularmente verdad del Palo, sin embargo el Palo Mayombe o Palo
Monte es una religión basada en el Congo Africano con una fuerte
tradición ancestral y un muy único proceso ritual y ceremonial. Mientras
que Kindoki emplea elementos de Palo, sólo está relacionado con él en
un nivel muy superficial.
Las tradiciones variantes y relacionadas con el Palo están basadas
en la adoración de los ancestros que han sido transformadas
espiritualmente debido a una relación especial que tienen con ciertas
deidades elementales. Estas religiones están engranadas en rituales y
ceremonias que han sido transmitidos a través de los ancianos
espirituales y de una familia espiritual o casa a la siguiente
generación de practicantes de Palo. Kindoki recuerda al Palo en que
emplea espíritus vigorizados de los muertos, calderos espirituales y
muchos de los componentes materiales que uno verá usados por los Paleros
y Paleras. Esto es realmente todo lo lejos que va la relación entre
Kindoki y Palo, ya que Kindoki está verdaderamente más relacionada con
lo que se ha venido conociendo como Brujería Latinoamericana o Mexicana.
La Brujería sólo es brujería, y es ese tipo de brujería que carece de
dogma religioso y de cualquier tipo de sistema de moralidad codificado.
La Brujería y Kindoki pueden ser empleados por cualquier brujo por
cualquier razón que quieran, y este propósito está basado en la
necesidad y el deseo personales más bien que en algún sistema altruista
abstracto de moral. En la brujería de tipo Africana u otro, un brujo es
un brujo y ellos son tanto temidos como reverenciados por el poder que
sostienen.
Muchas veces fue bastante mejor para los brujos en estas tradiciones
ser temidos, y la ya supersticiosa naturaleza de las gentes por las que
estaban rodeados por lo general sólo incrementaba sus poderes. El brujo
ya tiene poder innato extraído de su íntima conexión con la tierra y
los espíritus con los que han formado relaciones, pero ese poder es
magnificado verdaderamente por la consciencia y atención de aquellos que
les prestan tributo.
Tanto la Brujería como Kindoki emplea espíritus para trabajar la
brujería, sin embargo Kindoki y Palo descansan más en la rapidez y
efectividad de los espíritus de los muertos, mientras que las brujería
tiende a enfatizar el trabajo con entidades elementales y demoniacas. Un
mulombe, siendo el espíritu de un muerto, puede realizar actos de
brujería para el propietario o traer el infortunio para alguien al que
su propietario así lo desee. Si el propietario quiere atacar a un
individuo, el mulombe puede ser enviado dentro del cuerpo de una
víctima. La sombra (cuerpo fantasmal) de la víctima de un mulombe es
devorada/vampirizada, asesinando a la víctima y parte de la energía es
reconvertida en otro mulombe para servir a su propietario,
multiplicándose así el mulombe. Por supuesto esto es una magia muy negra
pero es un ejemplo de Brujería Africana. La Brujería Africana no tiene
que ser oscura pero por lo general en África a menudo lo es, por lo que
es muy impopular. De cualquier manera, un brujo puede elegir enfatizar
cualquier cosa que desee dependiendo de su necesidad. Una vez más, el
dogma religioso y las normas arcaicas no son importantes en la brujería,
ya que la verdadera energía mágica se deriva del proceso individual
creativo del brujo y su conexión con aquellas fuerzas con las que haya
desarrollado relaciones.
La Brujería y Kindoki son muy compatibles ya que mezclan libremente
los elementos mágicos de muchos sistemas y estructuras de creencias. Una
Bruja o Brujo a menudo usará los poderes de ciertos santos junto al
lado de las fuerzas más oscuras con impunidad. El brujo no ve las cosas
en términos estrictamente de bien y mal, mientras que el sacerdote está
dedicado a la idea de arrancar de raíz el mal y separar lo que es
saludable de lo que estima no lo es. Los brujos tienden a ver sólo poder
en el mundo, y las herramientas de su oficio mágico como meramente
apoyos usados para canalizar ese poder. Los muchos elementos de la
naturaleza son aquellas manifestaciones materiales que están más
cercanamente conectadas con este inmenso océano de poder del que yo
hablo, y son combinadas y usadas en formas muy especiales para manipular
para bien o para mal, conforme a la voluntad del hechicero.
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Este
texto ha sido extraído de un libro muy interesante que te recomiendo
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Kindoki
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