Una cruz es una "figura de dos rayas que se cruzan perpendicularmente"
(María Moliner). No tengo nada contra ninguna figura geométrica, ni
contra sus posibilidades mágicas. Pero forma de cruz tenía un utensilio
de ejecución romano que ha sido tomado como símbolo por la religión del
Cristianismo. Y desde entonces "la Cruz" por antonomasia ha sido la cruz
cristiana. Me repele esta cruz, que se ha enarbolado en una guerra
total contra la vida plena y autosuficiente. Sobre esta cruz, "la Cruz",
escribí un artículo en Red Satánica que recojo aquí con algunas modificaciones.
El
Cristianismo es una religión del sufrimiento, de la represión y de la
angustia, por eso ha elevado a símbolo de sí mismo un instrumento de
ejecución. La cruz fue un atroz artefacto romano para torturar y
asesinar. Un instrumento perversamente multiuso donde el reo moría por
parálisis y asfixia después de ser desangrado mediante clavos y
lanzadas. Tanto tiempo lleva Occidente manoseando este instrumento de
muerte convertido en símbolo —y por lo tanto decorado, maquillado,
estilizado—, que olvidamos su razón de ser, la función única para la que
fue ideado. Si tuvieramos siempre presente la tarea primordial de la
cruz, contemplaríamos permanentemente lo atroz del Cristianismo hasta en
sus símbolos, hasta en la elección de sus símbolos. El Cristianismo es
la Tortura y la Muerte, esto es lo que quiere decir que haya elegido ser
representado por un instrumento fabricado para la pena capital.
Imagínate la posibilidad de que Roma no hubiera tenido como instrumento de ejecución la cruz sino la horca.
Habría entonces mujeres que se llamarían Mari Horca, o ciudades que serían, por ejemplo, Santa Horca de Tenerife.
Encima
de las torres de las iglesias habría siempre horcas claramente
visibles, aunque de diferente tamaño. Algunas muy simples, apenas el
mástil y la cuerda colgando. Otras más elaboradas, con el nudo
corredizo, la trampilla que se abre bajo el reo y hasta la palanca que
maneja el verdugo hechas en fino trabajo de piedra o de forja.
Todo
Río de Janeiro observaría permanentemente sobre sus cabezas a un
gigantesco ahorcado en piedra, con el cuello torcido y el cuerpo
colgando inerme —pero sin horca.
Salvador Dalí habría pintado cómo se ve desde arriba la escena de un hombre agonizando en una horca.
Se
llevarían horquitas de diferentes materiales colgadas del cuello, o en
las pulseras. A veces sólo la estructura básica del artefacto, a veces
con un hombrecito ahorcado incluido, hecho del mismo material, con la
lengüita fuera y los ojitos vueltos.
Existiría
la Horca Roja, que cuidaría de los enfermos en las guerras, porque
previamente la bandera de Suiza sería roja con la silueta de una horca
en blanco. Los países escandinavos también tendrían horcas en sus
banderas, pero con el travesaño horizontal más largo.
Presidirían
las procesiones cristianas costosas horcas llevadas solemnemente por
monaguillos de ojos bajos. Y en el mundo católico habría bustos que
mostrarían en morboso detalle hiperrealista —en sus ojos, en su boca, en
toda su expresión— los últimos instantes agónicos de la cara de un
hombre que se ha roto las vértebras del cuello en una horca. Repulsivas
evocaciones de cadáveres ahorcados se colocarían en las cabeceras de las
camas de las familias cristianas, para que presidieran sus sueños y sus
actos conyugales autorizados.
Todas las
celebraciones, reuniones, misas cristianas tendrían lugar bajo la
siniestra silueta de una horca. Ante ella, los sacerdotes cristianos
harían teatrales reverencias y cabriolas.
Sobre las tumbas cristianas habría siluetas de horcas en piedra, con la cuerda también de piedra.
Muchos
cristianos aprenderían desde pequeños "la señal de la horca": Con dos
dedos trazarían por su cuerpo las dimensiones de una horca imaginaria,
como si ellos la contuvieran, y finalmente se pasarían los dedos por el
cuello, representando ajustarse el nudo. Los cristianos occidentales y
orientales se irían señalando los vértices de la horca al revés.
Todo
esto y muchas cosas más podríamos ver por el mundo cristiano si el
estado romano hubiera elegido un instrumento distinto de ejecución. Pero
no lo veríamos, porque nos habríamos acostumbrado a verlo.
Hey esto está plagiado de http://bailespiritu.blogspot.com sin citar al autor!
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