LA ALTA EDAD MEDIA
Cuando los francos
invadieron la Galia en el siglo VI, muchos Ventrue galos se infiltraron
entre la aristocracia
germánica y trataron de restaurar un gobierno más estable y civilizado. Aunque
los Ventrue no
dispusieron de excesiva influencia durante el reinado de los monarcas
merovingios,
la situación cambió
con el acceso al poder de los Carolingios, y en especial, durante el reinado de
Carlomagno.
En el año 719 un
grupo de Ventrue francos, liderados por el Matusalén Alexander, llegaron
a un acuerdo con los
Toreador para renovar el antiguo Imperio Romano, sentando las bases de lo
que se convertiría en
la Gran Corte de París. En el año 800 Carlomagno fue nombrado emperador
de un extenso
territorio desde los Pirineos hasta Sajonia, el mayor reino occidental desde la
caída de
Roma. Por todo este
imperio los Ventrue asumieron posiciones de poder. El apoyo eclesiástico fue
clave en la
restauración imperial y Ventrue francos e italianos formaron una alianza,
dejando al lado
sus diferencias para
promover los intereses del nuevo imperio.
Sin embargo, el éxito
de los Ventrue francos fue de escasa duración, y la alianza con los
Toreador sufrió duros
altibajos. Algunos Ventrue vieron en esta nueva crisis la mano de los Amos
Secretos. Ciertamente
otros clanes se sentía amenazados por el poder de Carlomagno y deseaban
desestabilizar el
Imperio. Alexander, el Príncipe de París, perdió el control de la familia real
a la
muerte de Carlomagno
y el conflicto estalló dentro de la Gran Corte, compitiendo las distintas
facciones por el
poder. Pero la caída del Imperio de Carlomagno fue mucho más rápida que la de
Roma. Los hijos del
emperador se disputaron sus posesiones territoriales, fragmentando el Imperio
en varios reinos.
El poder eclesiástico
de los Ventrue también se vio amenazado por otras muchas facciones.
Los Lasombra, los
Toreador, algunos hechiceros e incluso simples mortales competían
incansablemente por
el control de la administración eclesiástica. Algunos Ventrue percibieron que
estas facciones estaban
presentes en la Iglesia desde sus inicios, y que el clan había sobreestimado
su poder sobre la
estructura eclesiástica, por lo que varios Ventrue abandonaron su influencia en
la
Iglesia buscando
otros dominios.
Esta situación de
crisis empeoró con una segunda oleada de invasiones bárbaras, tan
devastadoras como las
que habían fragmentado el Imperio Romano. Los barcos de guerra vikingos
asolaron las costas y
quemaron los monasterios desde finales del siglo VIII. Los magiares
irrumpieron en Europa
Central, tomando el norte de Italia y saqueando las ciudades de la zona. Los
sarracenos se
apoderaron del Mediterráneo, conquistando la península ibérica en el siglo
VIII.
Los Ventrue
asistieron a la destrucción de sus esfuerzos por restaurar el antiguo orden del
Imperio Romano, pero
reaccionaron con rapidez. Utilizaron métodos directos contra los vikingos,
introduciendo a sus
agentes entre la aristocracia nórdica, desviando ataques mediante el soborno y
aumentando las
fortificaciones y la resistencia armada en Occidente. Mediante sus servidores
los
Ventrue fomentaron la
expansión del feudalismo hacia Dinamarca y los países nórdicos, creando las
primeras monarquías
unificadas, que quebraron el poder de los jarls nórdicos. En una apresurada
reunión en el año 898
los Ventrue trazaron los primeros pasos de un plan para asimilar a los pueblos
nórdicos, ofreciendo
a los vikingos y a los Vástagos nórdicos la oportunidad de tomar posiciones de
poder siempre que
defendieran el orden establecido. Por lo que respecta a los magiares, los
Ventrue
Abrazaron a varios de
sus principales líderes y los derrotaron a mediados del siglo X, llevando a
que se asentaran en
la llanura húngara y se convirtieran al cristianismo. El avance sarraceno fue
detenido en la
batalla de Poitiers en el siglo VIII y pronto las luchas internas de los
musulmanes se
encargaron de
debilitar su dominio en Europa.
Como resultado de
estas invasiones los Ventrue se involucraron todavía más en la nobleza,
fortaleciéndola y
concentrando el poder en manos de una élite militar.
FRANCIA: LA GRAN
CORTE DE PARÍS
Francia fue el
primero de los grandes dominios de los Ventrue en surgir tras la caída del
Imperio Romano,
estrechando sus lazos con las familias nobles, aunque a menudo se vieron
obligados a compartir
su poder con los Toreador. La alianza de ambos clanes, pactada a principios
del siglo VIII,
sufrió una serie de altibajos y fue meramente testimonial entre los siglos IX y
X. En
las guerras
dinásticas que devastaron Francia tras la muerte de Carlomagno, Ventrue y
Toreador
lucharon ferozmente
entre sí, y la paz sólo se mantuvo de forma más o menos ininterrumpida en la
Gran Corte de París,
donde ambos clanes se reunían para negociar y conspirar. Los príncipes
Ventrue de las
provincias enviaban a sus representantes a la Gran Corte.
Los Ventrue Abrazaron
sobre todo entre la nobleza francesa, prestando una gran importancia
al linaje, y
convirtiéndose en “protectores” de algunas familias mortales. Entre estas
familias
destacan los
siguientes linajes, que han sobrevivido hasta la actualidad: los De Sens
(París), los De
Morsac (Occitania),
los De Gueldre (Calais), los D´Harcourt (Normandía) y los De Vandreuil
(Lyon).
El líder de la Gran
Corte de París fue el Matusalén Ventrue Alexander, en cooperación con
varios antiguos
Toreador. Durante el reinado de Carlomagno Alexander gobernó como un príncipe
absoluto, pero las
conspiraciones de los Toreador durante el caos de la desintegración carolingia
frustraron sus
esfuerzos. La división continuó hasta el siglo XI, cuando una antigua Ventrue
llamada Saviarre se
ganó la confianza de Alexander, y bajo su consejo la Gran Corte fue
revigorizada. La Gran
Corte, aunque fuertemente unida a la monarquía francesa y a los dominios
reales, también
extendió su influencia por otros territorios independientes. Otros Ventrue, no
obstante, desafiaron
sin cesar la autoridad de Alexander, esforzándose por mantener las divisiones
feudales. El
liderazgo de Alexander se volvió cada vez más errático, como resultado de las
intrigas
en la Gran Corte, y
la frustración por haber matado a su amada Lorraine, una vampira del clan
Toreador, en un
arranque de celos, al que siguieron varios períodos de locura. El equilibrio
entre
Ventrue y Toreador se
desestabilizó, y el dominio de Alexander fue cuestionado. La estabilidad de
la Gran Corte se vio
nuevamente amenazada a partir del siglo XI por las conspiraciones de Mithras
y los Ventrue
normandos.
Entre los Ventrue
independientes de la Gran Corte destacaron los Ventrue del Ducado de
Normandía,
fuertemente influido por la familia D´Harcourt. El ducado había sido
establecido por
los descendientes de
los invasores vikingos, que les fue cedido por el rey Carlos el Simple en el año
911. Los Ventrue que
participaron en la conquista estaban unidos tras un triunvirato de poderosos
líderes: Geoffrey de
Calais, Liseult de Taine y Roald Ojos de Serpiente. Roald Ojos de Serpiente
era un aventurero
vikingo y fue el consejero del primer duque normando, Rollón (Rolf). Roald
animó a otros
miembros de su clan como Geoffrey y Liseult a establecerse en su dominio.
Cuando
el duque normando
Guillermo el Conquistador se convirtió en rey de Inglaterra tras la batalla de
Hastings en 1066, el
Triunvirato viajó al nuevo territorio conquistado, pero caerían sucesivamente
ante los manejos de
Mithras. Renaud, un descendiente de Alexander, se convirtió en el nuevo poder
en Normandía, pero
pronto se hizo evidente que sus intereses no se encontraban con la Gran Corte
de París. Varios
Ventrue se infiltraron en la aristocracia normanda y se aseguraron de unificar
a los
Vástagos bajo su
mando. A medida que su poder fue creciendo los Ventrue normandos se atrajeron
los recelos de la
Gran Corte de París, que vieron en ellos un elemento de disensión y una
avanzadilla de la
Corte de Mithras de Inglaterra.
Hacia finales del
siglo XII la mayoría de los Ventrue normandos apoyaban el liderazgo de
Mithras, sobre todo
porque carecían de fuerza para oponerse a él. Los Ventrue de la Gran Corte de
París los apodaron
les Traiheurs (Traidores).
A principios del
siglo XIII el declive de la Gran Corte era evidente y en 1222 Geoffrey de
París, uno de los
chiquillos de Alexander, se alzó contra su sire y lo derrocó del poder, muy
debilitado tras los
disturbios producidos por partidarios de la Herejía Cainita. Bajo el mando de
Geoffrey la Gran
Corte guió a los reyes franceses a una rápida victoria sobre los Ventrue
normandos,
adquiriendo numerosos territorios en el norte de Francia. Sin embargo, Geoffrey
tuvo
que asegurar su
posición y se encontró con dificultades para cumplir con todos los pactos que
había
realizado para
derrocar a Alexander.
Por lo que respecta a
Alexander, huyó de Francia y se refugió en Magdeburgo, en el Sacro
Imperio Romano. Su
aliada y consejera, Saviarre, desapareció. Otros de los aliados de Alexander
habían acompañado a
los cruzados que combatían la herejía albigense en el sur de Francia y no
pudieron ayudarle.
Aunque en principio
Mithras no pareció irritado por la pérdida de territorios en Francia, las
continuas
conspiraciones de los Ventrue y Toreador franceses por eliminar a sus
partidarios en los
dominios
continentales le obligaron a actuar., primero a través de la diplomacia, y
luego mediante el
conflicto abierto.
INGLATERRA: EL
DOMINIO DE MITHRAS
Mithras había llegado
a las islas británicas en el año 71, acompañando a las legiones
romanas enviadas para
pacificar la región. Con el paso de los años la influencia del Matusalén
Ventrue creció
enormemente y su culto se convirtió en una de las principales religiones de la
Britania romana, con
numerosos templos llamados mitraei esparcidos por toda la provincia. El culto
atrajo a numerosos
seguidores Cainitas, pero incluso los que no seguían la religión mitraísta
buscaban el consejo
del Matusalén. Mithras se convirtió en el Vástago más poderoso de Britania,
estableciendo una
larga hegemonía, a menudo muy desafiada por otros vampiros.
La creciente
expansión del cristianismo llevó a Mithras a ordenar la persecución esporádica
de los cristianos y
durante un tiempo tuvo la esperanza de que Constantino el Grande, que había
sido proclamado
emperador en York en el año 306 aplastara la nueva religión, pero sus deseos se
vieron frustrados
cuando Constantino convirtió al cristianismo en la religión oficial del Imperio
Romano, según algunas
teorías, influenciado por los Lasombra.
El colapso del
gobierno romano en Britania en el año 409 destruyó la autoridad Ventrue, y
muchos antiguos
romanos fueron destruidos. Mithras sobrevivió a varios atentados contra su
persona, y ante la
caída de sus partidarios y el debilitamiento de su autoridad decidió aguardar
tiempos mejores y
entró en letargo en el mithraeum de Vercovicium. En los siglos siguientes
despertaría durante
breves períodos, en los que Abrazó progenie y solucionó sus asuntos antes de
continuar durmiendo.
En el año 1066 el
duque Guillermo de Normandía se convirtió en el rey de Inglaterra, tras
derrotar en la
batalla de Hastings al pretendiente Harold de Wessex. Junto a los invasores
normandos viajaba el
Triunvirato Ventrue formado por Roald Ojos de Serpiente, Geoffrey de Calais
y Liseult de Taine,
que instalaron sus dominios en la isla. Su plan tuvo éxito y el Triunvirato
consolidó su influencia
asegurándose el control de la estructura nobiliar y administrativa. Los
Ventrue normandos
instalaron su centro de poder en Londres e inmediatamente ordenaron la
construcción de
fortificaciones. La Condesa Liseult de Taine envió varios ejércitos para
pacificar el
resto de Inglaterra,
masacrando a los pobladores que se resistían al dominio normando. El reino
estaba pacificado
hacia 1070 pero las carnicerías tuvieron un efecto imprevisto. Al norte, cerca
de la
frontera con Escocia,
Mithras despertó de su letargo, considerando que su momento había llegado.
Después de reunir a
varios de sus partidarios en las tierras fronterizas, Mithras regresó a
Londres, pero el
Triunvirato no toleró su presencia y ordenaron que el templo de Mithras en la
ciudad fuese quemado.
El Matusalén tuvo que huir, decidiendo actuar de forma más sutil. Ya que
los Ventrue normandos
no aceptaban su autoridad tendría que destruirlos.
A través de la
manipulación de Mithras el Triunvirato cayó en la disensión y el conflicto,
acusándose mutuamente
de conspirar con el Matusalén. La desconfianza llevó a una guerra civil,
que se tradujo en la
sociedad mortal en el enfrentamiento entre los hijos de Guillermo el
Conquistador, y que
se extendió por toda Inglaterra y Normandía. A la muerte de Enrique I en un
naufragio Inglaterra
cayó en el caos.
Mithras y otros
Vástagos explotaron este conflicto para aumentar su poder. Mientras los
nobles ingleses
luchaban entre sí, Mithras se alió con otros antiguos vampiros, al mismo tiempo
que
utilizaba la guerra
civil para eliminar a sus rivales. Geoffrey de Calais cayó en una de las
primeras
batallas, y el
asesinato de la Condesa Liseult de Taine fue atribuido a un ataque de los
hombres
lobo. Cuando Enrique
II Plantagenet accedió al trono en el año 1153 Mithras consiguió que Roald
Ojos de Serpiente, el
último de sus rivales, fuera destruido. El Matusalén entró triunfante en
Londres en 1154 y
otros antiguos vampiros reconocieron su poder y su dominio como Príncipe de
Londres, así como
sobre otros feudos ingleses.
Las tierras bajo la
influencia de Mithras fueron conocidas como la Corte de Avalón, aunque
el control del
Príncipe de Londres estaba muy lejos de ser todopoderoso. En los dominios
franceses
bajo el vasallaje del
rey de Inglaterra, no todos los Vástagos aceptaban su autoridad, y varios
Ventrue y Toreador
franceses se aliaron con la Gran Corte de París. Mithras trató de alcanzar un
acuerdo y se
despreocupó de los dominios franceses salvo Normandía. Por otra parte, en
Inglaterra,
varios príncipes ingleses
desconfiaban de las intenciones de Mithras y algunos vampiros, como los
Furores dirigidos por
Robin Leeland, del clan Brujah, se convirtieron en una molestia para los
Ventrue. De la misma
forma los Toreador de Edimburgo y los Tremere de Durham se convirtieron
en sus principales
enemigos por el control de las Islas Británicas.
El primer gran
desafío a la autoridad de Mithras llegó en 1208, cuando el reino de Inglaterra
fue excomulgado,
debido a las disputas entre el rey Juan sin Tierra y el arzobispo de
Canterbury.
Juan terminó por
ceder sometiendo su reino al vasallaje del Papa. En el plano vampírico, los
estallidos de
violencia, apoyados principalmente por los Toreador, llevaron a Mithras a
firmar el
Tratado de la Rosa,
por la que concedía cierta autonomía a los feudos ingleses. Sin embargo,
Mithras utilizó esta
aparente concesión para evitar que sus enemigos presentaran un frente unido y
expertamente utilizó
sus rivalidades para enfrentarlos entre sí.
Melusine de Anjou,
Príncipe Toreador de Winchester, se convirtió en la principal oponente
de Mithras durante el
siglo XIII, aliándose con los Tremere. En 1249 los feudos de York, Carlisle y
Winchester
protestaron conjuntamente ante lo que denunciaron como la abusiva autoridad de
Mithras y los
Ventrue. El Príncipe de Londres decidió acallar las protestas ampliando su
Consejo
Privado, invitando a
los representantes de los feudos ingleses, así como al Príncipe de Burdeos,
ciudad francesa bajo
el dominio de la Corona de Inglaterra., formando así un Gran Concilio
constituido por todos
los príncipes ingleses. Este acuerdo permanecería vigente hasta mediados del
siglo XVII.
EL SACRO IMPERIO
ROMANO: LOS FEUDOS DE LA CRUZ NEGRA
A pesar de su breve
duración, el Imperio de Carlomagno tuvo un papel primordial
extendiendo la
influencia de los Ventrue en Europa Central. El Clan de los Reyes estableció su
presencia en muchos de
los pequeños y fragmentarios estados que constituían el Sacro Romano
Imperio. La presencia
de los Ventrue fue desafiada por otros clanes, especialmente por los
Lasombra, que también
veían oportunidades en el dividido Imperio.
Los Ventrue
intentaron establecer un control centralizado sobre el Imperio bajo el reinado
del emperador
Federico I Barbarroja, que reinó entre 1155 y 1190. El emperador forjó alianzas
con
varios nobles
independientes del Imperio, y bajo la presión de los Ventrue, muchos
reconocieron la
autoridad del
emperador. Sin embargo, las reformas imperiales, entre las que se encontraba la
asimilación de
tierras eclesiásticas al Imperio, llevaron a un conflicto con el Papa de Roma y
a una
guerra con las
ciudades del norte de Italia. Los Ventrue y los Vástagos que apoyaban al
emperador
no consiguieron
derrotar a la alianza de Brujah, Lasombra y Toreador infiltrados en la Iglesia
romana. A la muerte
del emperador en 1190 durante la Tercera Cruzada los nobles y príncipes
alemanes habían
recuperado su antigua independencia. Algunos rumores consideran que el
emperador Federico
Barbarroja fue Abrazado por Julia Antasia, del clan Ventrue, y en efecto, un
Vástago que afirmaba
ser el antiguo emperador terminaría por convertirse en Príncipe de Frankfurt
en 1600, aunque su
afirmación nunca ha sido demostrada.
A pesar de fracasar
en la unificación del Imperio los Ventrue retuvieron el poder sobre el
territorio, pero su
presencia no era tan omnipresente como les gustaría creer y el clan se
encontraba
dividido en dos
grandes facciones.
Por una parte se
encontraban los Patriarcas, un grupo informal de Ventrue dirigidos por el
antiguo Hardestadt,
que se enorgullecían del glorioso pasado de su clan y defendían una posición
muy conservadora,
tomando muchas tradiciones y costumbres de la antigua aristocracia carolingia.
Fueron los Patriarcas
quienes crearon el mito de Ventrue como nieto favorito de Caín, y líder
natural de todos los
clanes. Hardestadt viajó a menudo por el Sacro Imperio Romano, celebrando
cortes en distintas
ciudades a intervalos regulares, a imitación de Carlomagno, aunque siempre
regresaba a sus
posesiones en Baviera. Hacia principios del siglo XIII la base de poder de los
Patriarcas se
encontraba en Magdeburgo, donde gobernaba Herr Jürgen von Verden, chiquillo de
Hardestadt y líder de
los Caballeros de la Cruz Negra, una orden secreta de vampiros infiltrados
entre la Orden
Teutónica. Desde Magdeburgo Jürgen y los Patriarcas supervisaron la expansión
germánica hacia el
Este.
Desde la fundación de
la Orden Teutónica a finales del siglo XII, Jürgen von Verden trató de
establecer su
influencia en ella, aunque nunca llegó a tener un control completo. Con el fin
de
establecer su
presencia creó la Orden de la Cruz Negra, haciendo creer a los Caballeros
Teutónicos
de que se trataba del
núcleo secreto de su Orden, y los que eran iniciados bajo las tradiciones de la
Cruz Negra terminaban
convertidos en ghouls o vampiros después de un tiempo.
La oposición a los
Patriarcas se encontraba situada en Frankfurt, donde la Matusalén Julia
Antasia del clan
Ventrue había conseguido revivir en cierta manera las antiguas tradiciones del
Senado Eterno. Sus
objetivos incluían la cooperación y protección mutua de los Vástagos. Los
Ventrue Antasianos
consideraban las obras de Roma como los mayores logros de la civilización
humana.
Ambas facciones
procuraban mostrar una fachada de unidad ante el resto de los Vástagos,
enfrentándose en una
guerra fría de golpes encubiertos luchando por el predominio en el Sacro
Imperio Romano,
procurando no provocar un desequilibrio en el poder y evitando que otras
facciones pudieran
infiltrarse en sus dominios.
En el siglo XII, a
raíz de la progresiva colonización de Europa Oriental por parte de los
nobles germánicos,
surgió una alianza de príncipes Ventrue en la frontera oriental del Sacro
Imperio
Romano y en los
estados de Bohemia, Hungría y Polonia. Esta alianza fue conocida como los
Señores del Este y
surgió como medio de protección ante las incursiones de otros Vástagos,
principalmente
Tzimisce, y el salvajismo del conflicto. Aunque en principio los Tzimisce
disponían
de mayor ventaja por
su conocimiento del territorio, los Señores del Este aprendieron a
contrarrestarla
mediante la fuerza militar, la expansión de las fronteras y la colonización
cristiana.
El largo conflicto
les llevó a aliarse con los vampiros del clan Tremere, enemigos tradicionales
de
los Tzimisce, aunque
hubo algunas disensiones. Con el tiempo los Señores Orientales se integrarían
cada vez más en los
estados de Europa Oriental, tratando de expulsar a sus compañeros de clan con
lazos germánicos u
occidentales.
A instancias de los
Patriarcas, y en especial de Jürgen y Hardestadt, los Caballeros
Teutónicos
continuaron la expansión germánica hacia el Este de Europa. Aunque las primeras
casas
de la Orden Teutónica
fueron creadas en Tierra Santa, muy pronto se extendieron a Europa
Oriental, donde los
monarcas de Hungría y Polonia pidieron ayuda a los Caballeros para “convertir”
a las poblaciones paganas
y los libraran de su amenaza. Los Caballeros Teutónicos invadieron
Prusia y
establecieron allí un estado bajo su control tras la decisiva batalla de
Sigurna en 1234. La
invasión cristiana
puso a los Ventrue en conflicto directo con los Vástagos que habitaban entre
las
poblaciones paganas:
Gangrel, Nosferatu y Tzimisce, principalmente.
Varios Patriarcas
viajaron a los territorios conquistados, buscando establecer sus propios
dominios. El
Matusalén Erik Eigerman se instaló en la ciudad de Berlín, donde cayó en
letargo tras
ser atacado por un
cazador de brujas en 1244. Poco después llegaría Ilse Reinegger, que gobernaría
durante un tiempo
antes de ser diabolizada por su chiquillo Gustav Breidenstein.
El auge del estado de
la Orden Teutónica, llevó a Hardestadt a desconfiar de las intenciones
de su chiquillo
Jürgen, y ante el temor de que utilizara la fuerza de los Caballeros de la Cruz
Negra
para usurpar su poder
planeó su muerte. Jürgen fue destruido en 1261, y muchos de sus seguidores
se resintieron de la
autoridad de Hardestadt y los Patriarcas, pasando a engrosar las filas de los
anarquistas.
ITALIA: FABRIZIO
ULFILA Y LA INQUISICIÓN
Algunos de los
Ventrue del Imperio Romano sobrevivieron refugiándose en la Iglesia, donde
asumieron posiciones
de liderazgo. Al principio se concentraron en la administración eclesiástica,
pero más tarde, con
la aparición de la Regla de San Benito, también se relacionaron con los
monasterios
adinerados. Aunque muchos Ventrue consideraban la Iglesia como un mero refugio
ante las invasiones
bárbaras, pronto descubrieron su potencial de control mediante la conversión al
cristianismo. A
través de la religión la Iglesia absorbió a los invasores bárbaros dentro de la
cultura
occidental.
Entre los Ventrue que
establecieron su presencia en la Iglesia se encontraban algunos
historiadores, que
concentraron sus esfuerzos en la conservación de la sabiduría clásica (tanto
mortal como
vampírica) transmitida desde los tiempos de la Segunda Ciudad. Estos vampiros
encontraron aliados
en las florecientes corrientes monásticas, y además muchos monjes se
convirtieron en
administradores y consejeros de muchos de los primeros monarcas feudales.
Los Ventrue
Eclesiásticos colaboraron estrechamente con sus hermanos de clan de la Gran
Corte para establecer
el Imperio de Carlomagno. Sin embargo, a la muerte del emperador, la
presencia del clan en
la estructura eclesiástica disminuyó drásticamente, ante la presión de otras
facciones, pero
algunos Ventrue consiguieron retener sus posiciones compartiendo el control con
Toreador, Capadocios,
Lasombra y algunos poderosos mortales libres de la influencia vampírica.
Hacia el siglo XII el
principal representante en la Iglesia del clan Ventrue era el antiguo
Fabricio Ulfila, que
se había instalado en la estructura eclesiástica desde sus comienzos. Un
antiguo
obispo arriano,
pronto se convirtió al catolicismo ante las ventajas que suponía su
sometimiento a la
Iglesia de Roma.
Consiguió sobrevivir a los ataques contra su influencia que siguieron a la
muerte
de Carlomagno y fue
el principal responsable de la cooperación entre el Papa y la dinastía
carolingia, que
culminó en la coronación de Carlomagno como emperador en el año 800. Sin
embargo, sus enemigos
consiguieron imponerse poco después y obligaron a Fabricio Ulfila a pasar
en letargo la mayor
parte de los siglos IX, X y XI.
Cuando despertó, la
Iglesia de Roma se encontraba en su mayor parte bajo la influencia de
los Toreador,
involucrados en el conflicto entre emperadores germánicos y papas romanos.
Ulfila
intentó ayudar a sus
compañeros de clan a unificar el Sacro Romano Imperio en el siglo XII,
contrarrestando la
influencia de los Toreador. Además estrechó los lazos con los Ventrue de
Francia
y Europa Oriental,
creando la alianza más poderosa del clan desde la época de Carlomagno.
Aunque obtuvo aliados
en la mayor parte de las cortes de los Ventrue, los principales aliados
de Fabricio Ulfila se
encontraban entre los Ventrue independientes y las familias aristocráticas. A
través de sus
alianzas consiguió ejercer su influencia sobre los Templarios y las Cruzadas,
que
desempeñaron un papel
clave en el incremento de su poder.
Con precedentes ya
desde los oscuros días de las invasiones bárbaras, y en alianza con los
Ventrue franceses,
Fabricio Ulfila estableció una Orden vampírica Ventrue conocida como los
Caballeros de la
Sangre centrada principalmente en el seno de los Caballeros Templarios, aunque
también formaban
parte de la misma caballeros independientes o de otras órdenes. Los Caballeros
de la Sangre buscaban
el poder militar como foco de su existencia, sometiéndose a un duro
aprendizaje en
fortalezas ocultas por toda Europa. Su única razón de ser era combatir a los
enemigos del clan y
frustrar las intenciones de los Amos Secretos. Los críticos de los Caballeros
de
la Sangre afirmaban
que estos vampiros estaban enloquecidos por la paranoia, pero su intervención
a menudo ayudó a los
Ventrue a restaurar el orden rápidamente, con frecuencia por medios brutales
y cuestionables.
El líder de los
Templarios Ventrue era Hugo de Clairvaux, chiquillo de Geoffrey de París,
que acompañó a sus
hermanos en las cruzadas. Murió poco después de la conquista de
Constantinopla en
1204, a manos de una asesina Assamita. A su muerte la influencia Ventrue
dentro de los
Templarios se derrumbó, ante el empuje de otras facciones y por la iniciativa
de varios
antiguos del clan,
que consideraban que los Caballeros de la Sangre habían sobrevivido a su
utilidad.
Hacia 1221 Fabricio
Ulfila se desplazó a Bolonia, donde centró su interés en la creciente
Orden monástica de
los Dominicos y los estudiantes de la Universidad. Este interés fue motivado
por las peticiones de
ayuda de los Ventrue franceses para detener el avance de la influencia de los
Toreador en los dominios
de Francia. Fabricio fomentó con sutileza mediante sus contactos
dominicos la creación
de una organización fanática en el seno de la Iglesia. Los devotos clérigos
que la componían
sospechaban que los vampiros eran el origen de la corrupción y decadencia
eclesiástica y
estaban decididos a utilizar todos los poderes de la Iglesia contra ellos.
Infiltrándose
en la Inquisición
mortal, estos clérigos comenzaron a buscar pruebas que confirmaran la
existencia
de los Vástagos. El
Papa confirmó oficialmente la creación de la Sociedad de Leopoldo en 1231.
Subestimando la
peligrosidad de estos cazadores de vampiros y brujas, Fabricio dirigió su
atención hacia los
Cátaros, una secta herética del sur de Francia, sobre la cual el Papa de Roma
había convocado una cruzada.
En el caos provocado por las batallas y los ejércitos mortales, los
cazadores lanzaron
una serie de ataques devastadores sobre varias fortalezas que varios antiguos
Lasombra y Toreador
habían convertido en sus refugios. Fabricio consideró que los Ventrue
franceses saldrían
favorecidos por los efectos de la cruzada.
Al mismo tiempo,
Fabricio utilizó a sus servidores para que dejaran una serie de pistas falsas
que conducían
directamente a varios de los principales Toreador de Francia, neutralizándolos
por
completo. Sin
embargo, el antiguo Ventrue no fue consciente de que los Toreador no serían los
únicos vampiros que
terminarían en las hogueras de la Inquisición. En 1252 los cazadores
destruyeron a un
Ventrue y Fabricio descubrió que la Sociedad de Leopoldo había escapado por
completo a su
control. Otros vampiros y seres sobrenaturales encontraron medios de manipular
a los
inquisidores para sus
propios fines, pero nunca consiguieron dominar por completo la organización,
que en ocasiones se
volvió contra quienes pretendían manipularla. Fabricio reaccionó retirando sus
contactos entre los
dominicos, y esforzándose por borrar todo rastro de que alguna vez hubiera
influido a la
Inquisición. Poco después entró en letargo y decidió aguardar tiempos mejores.
Tras su
despertar continuaría
constituyendo el principal baluarte del clan Ventrue en la Iglesia.
LOS PRÍNCIPES MERCADERES
A partir de los
siglos XI y XII el comercio resurgió en Europa Occidental, sobre todo con el
crecimiento de las
ciudades y centros urbanos. El fin de las invasiones de vikingos, magiares y
sarracenos y los
esfuerzos administrativos provocaron un aumento de la producción agrícola y de
la
población, lo que
llevó cierta estabilidad a Europa. Las ciudades se convirtieron en centros
comerciales, y los
mercaderes y artesanos comenzaron a organizarse en estructuras gremiales,
defendiendo sus
intereses y derechos de la nobleza y el clero.
Para el clan Ventrue
el crecimiento de las ciudades supuso la aparición de un nuevo ámbito
de influencia, y
muchos renunciaron a sus dominios rurales acudiendo a las ciudades. Varios de
estos Ventrue,
principalmente jóvenes vampiros en busca de nuevas oportunidades, se
establecieron
en los gremios y
asociaciones mercantiles, relacionándose con la floreciente estructura
comercial,
por lo que
popularmente serían conocidos como Príncipes Mercaderes. El disgusto de los
antiguos,
estrechamente
establecidos entre la nobleza durante siglos, por los asuntos financieros y las
clases
bajas permitió que
los Príncipes Mercaderes pudieran prosperar sin oposición por parte del clan,
aunque debieron
enfrentarse a otras facciones, principalmente los Brujah y Vástagos de la secta
conocidos como los
Prometeos. En contrapartida, los Príncipes Mercaderes se aliaron con vampiros
del clan Nosferatu,
beneficiándose enormemente del intercambio de información.
En sus inicios los
Príncipes Mercaderes no disponían de gran poder, pero la situación
cambió rápidamente,
desempeñando un importante papel en la política del clan Ventrue,
constituyendo un
grupo particularmente unido por múltiples alianzas financieras y políticas, que
a
menudo influían en
las decisiones de nobles y eclesiásticos dependientes del apoyo monetario.
Los Príncipes
Mercaderes eran particularmente fuertes en las ciudades del norte de Italia, el
centro de Francia y
el sur de Inglaterra, pero sus redes y contactos comerciales les permitían
acceso
a prácticamente toda
Europa. Adoptando la estructura gremial estos Ventrue se reunían para discutir
las formas de
producir más riqueza y aumentar su influencia dentro del clan. Uno de sus
objetivos a
largo plazo era
unificar a todos los Ventrue como en la época del Imperio Romano, pero
siguiendo
su esquema gremial.
Utilizaron su riqueza con discreción, apoyando a las facciones que creían que
mejor representaban
sus intereses, en especial los Ventrue de Inglaterra y Francia, y consiguieron
gran influencia por
medio de sus fondos.
Hacia finales del
siglo XII los Príncipes Mercaderes comenzaron un plan de expansión,
Abrazando a prósperos
mercaderes y socavando el poder de sus competidores, atrayendo a
numerosos jóvenes
Ventrue a sus filas. La riqueza acumulada mediante sus operaciones comerciales
y financieras les
permitió contratar mercenarios y pagar sobornos para reafirmar su autoridad,
entrando en conflicto
con otros clanes.
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