Tras la caída de
Cartago la influencia de Roma y su poder crecieron a pasos agigantados.
Nuevos territorios
fueron anexionados y la República Romana se encontró dominando la mayor
parte del mundo
conocido. Por supuesto otros clanes habían participado en la caída de Cartago y
exigieron su parte
del botín. Muchos vampiros ya ejercían su influencia en las provincias romanas
conquistadas y no
iban a abandonar sus dominios sólo porque el gobierno mortal hubiese cambiado.
Algunos
supervivientes de Cartago, como el antiguo Critias, trataron de enfrentarse a
Roma
provocando revueltas
internas o ayudando a los enemigos de Roma, pero sus esfuerzos serían
vanos.
Los Ventrue trataron
de conciliar a las distintas voces y poner fin a las disputas entre linajes.
Se elaboraron nuevas
leyes para asegurar una coexistencia pacífica y Camila aseguró el esplendor
de Roma declarando la
Pax Romana et Vampirica, con la representación de los clanes Ventrue,
Malkavian y Lasombra.
La Pax Romana et Vampirica prohibió la Yihad dentro de las fronteras de
Roma (más adelante se
extendería a otras provincias). Los antiguos de mayor edad crearon el
Senado Eterno,
entidad encargada de legislar y gobernar. En cierta manera el Senado fue el
predecesor de las
asambleas de primogénitos. Al mismo tiempo se creó un Senado Ventrue, a
imitación del Senado
Eterno, que gobernaba la estructura interna del clan, sin distinción de
generación ni edad,
al menos en teoría.
Por lo que respecta
al Senado Eterno sus precedentes se remontaban a la asamblea de la
antigua Tinia, pero
fue modificado para admitir a otros clanes. Camila asumió el liderazgo del
Senado Eterno, y con
representantes de los clanes Lasombra y Malkavian constituyó un Triunvirato
de clanes. Estos
clanes se convertirían en los gobernantes de Roma y sus instituciones.
Paralelamente se creó
un sistema de “familias” bajo la protección de cada uno de los clanes del
Triunvirato para
admitir a otros linajes como los Toreador y los Capadocios.
A partir de este
momento, la mayoría de los Ventrue, que eran vistos como guardianes del
conocimiento,
historiadores de Caín y de sus leyes se convirtieron en los líderes del mayor
imperio
de la época,
convirtiéndose en el Clan de los Reyes. Los discursos entusiastas de Camila y
su
política disolvieron
cualquier rastro de oposición en el seno del clan. Sólo un puñado de Ventrue,
como la antigua Ea
Adapa, se mantuvieron firmes en sus antiguos ideales.
Algunos eruditos
consideran que el Antediluviano Ventrue encaminó a sus descendientes en
este cambio de
actitud, y es muy posible que así fuera. La obsesiva destrucción de Cartago tal
vez
incluyera algún
propósito oculto. Ciertos textos apócrifos afirman que Ventrue se sentía
atraído por
su hermana Brujah, y
es probable que su muerte a manos de su chiquillo Troile hiciese brotar en él
sentimientos de
venganza hacia el asesino de su hermana y sus descendientes. Fuentes
fragmentadas
afirman que los
Ventrue de la Segunda Ciudad protegieron y ocultaron a los descendientes de
Brujah de los ataques
de Troile.
El Senado Eterno
demostró ser una herramienta de estabilidad en las décadas que siguieron
a la destrucción de
Cartago, admitiendo a nuevos Vástagos de las provincias conquistadas en su
estructura, entre
ellos un antiguo Matusalén galo que ante el avance de las conquistas romanas
adoptó el nombre de
Antonius y se introdujo en la política romana. No obstante, no todos los
Ventrue aceptaron la
imposición de la ley romana y algunos lucharon y se unieron a otros clanes
para tratar de
detener el avance de Roma.
La antigua Matusalén
Tiamat también había acudido a Roma hacia el 220 a.C.
aparentemente en
ayuda de sus hermanos Ventrue, pero en realidad con el deseo oculto de que la
guerra entre Roma y
Cartago provocara la destrucción de ambas civilizaciones. Tiamat quedó muy
frustrada cuando tras
las Guerras Púnicas los romanos salieron fortalecidos del conflicto. Sin
embargo, aunque la
República se había vuelto muy poderosa, se desmoronaba lentamente en su
interior y ni el
Senado Romano ni el Senado Eterno eran capaces de administrar el creciente
imperio. Tiamat
aguardó su oportunidad para provocar una nueva crisis que provocase una oleada
de destrucción.
A medida que se
extendían las fronteras de la República Romana el poder y el orgullo de
Camila crecieron y el
Príncipe de Roma decidió que todos los miembros del clan debían de rendirle
tributo. El orgullo
de Camila le atrajo la oposición de los Ventrue y otros clanes, y pronto el
Senado
Eterno quedó dividido
en numerosas facciones que debilitaron la estructura de gobierno,
impidiendo la toma de
decisiones. Algunos Ventrue incluso estaban más dispuestos a realizar pactos
y alianzas con otros
linajes que con sus hermanos de clan.
Tratando de mantener
la estabilidad y retener su poder, Camila decidió reformar el Senado,
siguiendo el ejemplo
de los mortales. Hacia el año 59 a.C. Julio César, Pompeyo y Craso habían
formado un
Triunvirato, derrocando la constitución romana y el poder del Senado. Craso
murió
poco después, en una
expedición a Oriente, apoyada por los Ventrue para someter varios enclaves
Assamitas. Al poco
tiempo Julio César y Pompeyo el Grande lucharon entre ellos hasta que sólo
quedó César en el
poder.
Sin embargo el éxito
de Julio César levantó temores entre los republicanos romanos de que
se convirtiera en un
dictador vitalicio, y en el año 44 a.C. fue asesinado mientras acudía al Senado
romano. El asesinato
había sido propiciado por varios Vástagos, entre ellos Tiamat, empujando a
Roma a una nueva
guerra civil que duró décadas. Finalmente, tras la derrota a Marco Antonio y
Cleopatra en la
batalla de Actium (30 a.C.), Octavio salió vencedor y se proclamó Augusto
Emperador de Roma.
EL IMPERIO ROMANO
A Camila le agradó el
nuevo modelo de gobierno, y durante el caos de las guerras civiles
utilizó su autoridad
para tratar de minar la influencia de sus compañeros de clan. Sin embargo, los
demás clanes se
opusieron a las intenciones de Camila y consiguieron derribar a los Ventrue de
varias ciudades
importantes. Camila persistió en sus esfuerzos de unificación, pero el Senado
Ventrue se encontraba
demasiado dividido y fraccionado como para actuar conjuntamente. La
asamblea del clan no
se había reunido en más de treinta años y los acontecimientos subsiguientes
debilitaron su poder
todavía más. Con la ayuda de Lisandro y su progenie Vinculada por Sangre
Camila trató de
restablecer la unidad de los Ventrue, pero a pesar de sus esfuerzos el Príncipe
de
Roma no consiguió
igualar la labor del emperador Octavio Augusto, fracasando en sus intenciones
de convertirse en el
único líder del clan. Sin embargo, consiguió estabilizar el Senado Ventrue,
asegurándose la
supremacía de sus hermanos de Roma, aunque otros Ventrue poderosos como
Tiamat y Lisandro
retuvieron cierta autonomía.
Finalmente el Senado
Ventrue permaneció fuera del dominio exclusivo de Camila y
continuó sirviendo
como asamblea para resolver las disputas del clan, una red de aliados contra
enemigos comunes y
una base de contactos para conseguir los objetivos de los Ventrue. No
obstante, las luchas
entre facciones debilitarían nuevamente el Senado. Pero no todos los Vástagos
del clan se dedicaban
activamente a la política, y entre ellos también se contaban cronistas,
historiadores,
jueces, notarios y altos dignatarios.
Aprovechando los
conflictos entre Camila y el Senado Ventrue, Tiamat actuó nuevamente,
infiltrándose en el
séquito del emperador Octavio Augusto para corromper a la familia imperial y
muy especialmente a
los sucesores del emperador. Lentamente, a través de las manipulaciones de
la Anciana y de la
propia corrupción de los mortales, la dinastía de los Julio-Claudios fue
degenerando, hasta
que durante el reinado de Calígula la caída del Imperio parecía inminente. Los
excesos de Calígula
se hicieron tristemente célebres, y su cordura muy cuestionable. Tan pronto
sucedió a Tiberio,
Tiamat se retiró a las sombras para contemplar la destrucción resultante,
evitando
la venganza de otros
Vástagos. No volvería a saberse de ella hasta que a finales del siglo V viajó a
la lejana Caledonia y
entró en letargo.
Pero el Imperio
Romano sobrevivió, y aunque Tiamat aguardaba el estallido de un
desastroso final, no
llegó a materializarse. Claudio sucedió a Calígula después de que fuera
asesinado por la
Guardia Pretoriana, y a su vez Claudio fue sucedido por Nerón. Nerón fue el
último emperador de
la dinastía de los Julio-Claudios y fue influenciado por tantas facciones que
finalmente se volvió
completamente loco. La lucha entre los diversos Vástagos causó un incendio
en el año 64 del que
fue responsabilizado el emperador. Camila desapareció durante el incendio, y
se le creyó
asesinado, pero el Imperio no se desmoronó.
Tras el incendio,
Camila comprendió que se encontraba demasiado expuesto ante las
rivalidades internas
y sus enemigos, por lo que realizó reformas en el Senado Eterno para una nueva
forma de gobierno.
Los Vástagos gobernantes se refugiaron en las sombras y el anonimato, para
evitar ser
reconocidos y perseguidos por otros vampiros, y sus decisiones se tomaban en
secreto.
Los Vástagos del
Imperio comenzaron a referirse a sus líderes como los Incogniti pero este
término
no se extendería a
gran escala hasta el siglo III d.C.
Tras la caída de los
Julio-Claudios y la estabilización del Imperio Romano a finales del siglo
I los Ventrue
prosperaron como clan, extendiendo su influencia por las provincias. Los más
ambiciosos, deseando
reclamar nuevos dominios, se establecieron en Hispania, la Galia y Britania.
Entre estos Ventrue
se encontraba el Matusalén Mithras, que había viajado hacia el oeste desde la
lejana Persia. Muy
pronto el culto de Mithras se extendió entre los soldados romanos. Mithras
viajó
por Hispania y
Germania y finalmente llegó a la provincia de Britania en el 71 d.C.,
reclamando
como su dominio el
enclave de Londinium. Sin embargo su poder fue desafiado por los seguidores
del cristianismo, que
adoptaron varios preceptos de su fe (como la celebración del 25 de Diciembre,
o la madre virginal
del dios). A pesar de los esfuerzos del Matusalén por detener el avance del
cristianismo
persiguiendo a sus seguidores, sus esfuerzos resultaron vanos, y el
cristianismo se
convirtió en religión
oficial del Imperio Romano en el año 313.
En Oriente, donde la
población era mayor, los Ventrue convivieron con otros clanes en
Egipto, Siria y Asia
Menor. Destaca en especial la figura del Antonius el Galo, que en el año 130
d.C. Abrazó al joven
Antínoo, amante del emperador Adriano, y lo convirtió en el líder de los
Ventrue egipcios.
Sin embargo, a pesar
de la prosperidad del siglo II y el buen gobierno de emperadores como
Trajano, Adriano,
Antonino Pío y Marco Aurelio, el Imperio Romano se deslizó nuevamente hacia
una crisis. Varios antiguos
huyeron hacia las provincias y el poder de Roma comenzó a declinar. A
finales del siglo III
Camila cayó en letargo. Antiguos Matusalenes como Antonius el Galo dejaron
Roma a principios del
siglo IV, privando a la ciudad de su apoyo ante el empuje de los bárbaros.
Aunque oficialmente
el Imperio Romano de Occidente cayó en el año 476 en verdad la estructura
política hacía ya
tiempo que había evolucionado en algo completamente diferente. Las provincias
se
convirtieron en las
bases de pequeños reinos y naciones, gobernados por los invasores germanos.
Los Ventrue siguieron
a los nuevos gobernantes, transformando a los generales y caudillos en reyes
y príncipes.
Muchos Ventrue
encontraron la Muerte Definitiva durante las invasiones germánicas,
aunque algunos
trataron de adaptarse a los nuevos tiempos Abrazando chiquillos germanos, que
en
ocasiones se
volvieron contra ellos, convirtiéndose en proscritos para el clan, como el juto
Hrothulf
o el visigodo
Sigfrido. Otros se introdujeron en la estructura eclesiástica del cristianismo,
que
conservó gran parte
del conocimiento y la cultura de Roma. Una minoría de antiguos de diversos
clanes, perteneciente
al Senado Eterno, se retiraron de la vida política y prefirieron permanecer
vigilantes observando
desde las sombras, formando las bases de la secta que sería conocida como
Incogniti, y
posteriormente Inconnu.
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