numerosos
hogares asturianos. Según la tradición, mora en los prados y bosques y
se caracteriza por tener patas de cabra, aunque puede cambiar de forma a
voluntad. En cuanto a los ruidos de origen inexplicable, el responsable
no puede ser otro que el trasgu, a quien podríamos definir como un
duende que habita en algunas casas. Son criaturas pequeñas, con rabo y
cuernos. Se sabe de la presencia de este ser por los persistentes ruidos
y percances nocturnos. También asustan al ganado, mueven objetos de
lugar, dan portazos o hacen ladrar a los perros, interrumpiendo así el
sueño de los habitantes de la vivienda.

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