lunes, 12 de noviembre de 2012

EL DIAÑU Y EL TRASGU

Si preguntamos a los ancianos de las aldeas más recónditas de Asturias, seguro que nos encontraremos con casos similares al de Rayán en algunos aspectos. La culpa era atribuida antiguamente a seres que forman parte del acervo folclórico asturiano. Así, del movimiento inexplicable de objetos se culpaba al diañu, una especie de duende o espíritu burlón que hizo de las suyas en
numerosos hogares asturianos. Según la tradición, mora en los prados y bosques y se caracteriza por tener patas de cabra, aunque puede cambiar de forma a voluntad. En cuanto a los ruidos de origen inexplicable, el responsable no puede ser otro que el trasgu, a quien podríamos definir como un duende que habita en algunas casas. Son criaturas pequeñas, con rabo y cuernos. Se sabe de la presencia de este ser por los persistentes ruidos y percances nocturnos. También asustan al ganado, mueven objetos de lugar, dan portazos o hacen ladrar a los perros, interrumpiendo así el sueño de los habitantes de la vivienda.
 

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