domingo, 4 de noviembre de 2012

Berbiguer de Terre y su libro maldito de duendes

Paris.....

¿Se puede esconder un diablo en una botella? En el número 54 de la calle Manzarine vivía en el s. XVIII Alexandre Berbiguier de Terre-Neuve du Thym. Según narra él mismo en su autobiografía, este medio-brujo tenía su propio método para acorralar a los demonios y duendes que perturbaban su sueño: bastaba echar humo de tabaco a los ojos de las criaturillas que, de inmediato, caían atontadas. Luego las metía en botellas con vinagre y pimienta selladas con “cera de España”.
No sería posible recorrer las calles de París y hablar de demonios sin nombrar a los personajes más famosos y emblemáticos de la catedral de Notre-Dame: sus demonios-gárgolas, Gárgolaeternamente al acecho desde lo más alto de las torres.
Cuenta la leyenda que la gárgola era un dragón que devastaba continuamente un bosque de los alrededores de Rouen. En el año 520, san Román, arzobispo de la ciudad, decidió poner fin a sus correrías y consiguió amansar a la fiera hasta llevarla a la ciudad, donde fue quemada. Lo cierto es que, bajo el nombre de gárgolas, numerosos monstruos pueblan hoy en días las alturas de Notre-Dame. Ubicada en el distrito 1 de la ciudad, el más clásico y elegante, esta grandiosa construcción está situada en la place du Parvis, donde se encuentra el kilómetro cero de las carreteras nacionales de Francia. Cabe señalar que delante del pórtico derecho se citaban los alquimistas del Medievo y que, desde lo alto de la décima galería, un extraño e inquietante personaje, ataviado con el gorro frigio de los misterios de Eleusis, observa en silencio la escena. Nadie parecía perturbarse ante su presencia, porque era una estatua de piedra: el alquimista de Notre-Dame, representación de los elegidos capaces de descifrar los arcanos de la verdadera ciencia.
Pero hay más hechos insólitos relacionados con Notre-Dame. En 1711 se descubrieron, bajo dos gruesos muros, numerosos bloques adornados con bajorrelieves e inscripciones que despertaron la curiosidad de los sabios de la época. En esos bloques hay figuras de diferentes dioses (Marte, Minerva, Apolo, Mercurio, Diana…) y parece que formaron parte de un monumento votivo perteneciente a Júpiter, rematado por una estatua de este dios y erigido en el s. I de nuestra era.
En la calle Saint-Martin se encuentra la iglesia de Saint-Martin-des-Champs, erigida en torno al año 1000 como conmemoración de un milagro llevado a cabo por este santo: la curación de un leproso. Pero es otra iglesia, la de Saint-Merri, que está en esta misma calle, la que más puede atraer la atención del buscador de lo insólito. En el extremo de la ojiva del pórtico central hay una pieza esculpida, de 30 centímetros de altura, representando a un demonio. La figura, que tiene dos cuernos en la frente, un rostro barbudo, dos senos femeninos, un pene erecto, dos alas semirreplegadas tras él y las rodillas cruzadas, ha hecho pensar a numerosos ocultistas que se trata de una representación del Baphomet adorado por los templarios en el transcurso de unos rituales que trajeron de Asia Menor. La cercanía de un edificio perteneciente a los Caballeros del Temple muy cerca de la iglesia de Saint-Merri podría confirmar la veracidad de la hipótesis que mantienen que dicho templo fue considerado como un lugar lleno de implicaciones ocultistas.
Pero además de este París de las gárgolas, los dioses y los símbolos templarios, hay otro, el del Terror, para entrar en cuyo corazón es imprescindible acercarse al nº 9 de la calle Cour-du-Commerce-Saint-André-des-Arts, donde Monsieur Guillotin hizo construir en 1792 la máquina de matar que lleva su nombre. Hoy, ajenos a este acontecimiento, los clientes del pub Saint Germain consumen sus bebidas sin saber que en ese mismo enclave se llevó a cabo el macabro invento de la guillotina. Ya no queda nada de aquella casa; tan sólo una placa rememora esta fecha histórica, pero en la misma calle se encuentra el café más antiguo del mundo, el Procope, y también una de las torres que formó parte de las antiguas murallas de la ciudad.
EL OBELISCO Y EL PÉNDULO DE FOUCOULT

Una de las plazas más famosas de París es la de La Concorde o Concordia. Construida entre 1754 y 1763, fue el lugar donde se cortaron 1119 cabezas humanas durante la Revolución Francesa. Allí también se yergue, desde 1836, el majestuoso obelisco egipcio traído de Luxor, que fue regalado a los franceses por el gobernante egipcio Mehmet-Ali. El monumento, de granito rosa y erigido sobre una base de 1,70 metros, pesa 250 toneladas y mide 23,39 metros de altura. Sus cuatro costados están recubiertos de jeroglíficos que narran las hazañas de Ramsés II y de Ramsés III.
En el corazón de la ciudad y muy cerca de la catedral de Notre-Dame se levanta el gran Notre-DamePanteón de París, en la plaza del mismo nombre. Soberbio e imponente, fue concebido como iglesia católica para después convertirse en un templo laico destinado a albergar a los grandes hombres que lucharon por la libertad. Allí están los restos de personajes como Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Émile Zola o Pierre y Marie Curie, siendo esta última la única mujer cuyo cuerpo reposa allí. Muchos desconocen que el Panteón fue el escenario donde el físico León Foucault demostró la rotación de la Tierra. Más tarde, el semiólogo Umberto Eco tomó de este acontecimiento el título de su famosa novela conspiranoica y ocultista “El Péndulo de Foucault”.
Otro de los más célebres monumentos parisinos es el Arco de Triunfo, sito en la plaza Charles de Gaulle-Étoile. Fue proyectado por Napoleón I para glorificar al ejército de su país y se inauguró el 29 de julio de 1836. Mide casi 50 metros de altura y 44 metros de longitud. Es el más grande del mundo, seguido del arco de Constantino, en Roma (24 metros de altura). Desde 1923 oscila en su cima una llama eterna como homenaje a los soldados franceses caídos en combate. Algunas interpretaciones esotéricas quieren ver en esta llama una representación del dios solar Mithra. Del Arco irradian doce avenidas planificadas por Napoleón III: son los 12 signos del Zodiaco.
En la Rive Droite, sobre la colina de Montmartre, está la blanca y resplandeciente basílica del Sacré-Coeur, alzada sobre un cerro que guarda una gran variedad de fósiles. Pero el monumento parisino más ciclópeo es, sin duda, la Torre Eiffel. Sus casi 300 metros de altura y 125 metros en cada lado de la base cuadrada concentran un peso de 7000 toneladas. Más cifras: tiene 15.000 piezas metálicas y su volumen equivale a 7 millones de metros cúbicos. Pocos saben que la torre sirvió como centro de captación de mensajes radiofónicos cifrados durante la I Guerra Mundial. Allí se interceptaron los mensajes de la famosa espía Mata-Hari, que fue hecha prisionera y fusilada el 15 de octubre de 1917. Y todo por culpa de la Torre Eiffel…
ISIS EN LA BASTILLA

Cerca de uno de los costados del Museo de Louvre se encuentra la iglesia de Saint-Germain l´Auxerrois, erigida en el siglo VII en homenaje a este santo que se destacó por su lucha contra las herejías en Inglaterra. Sobre ella se construyó un nuevo templo en el siglo XIII para dar cobijo a las reliquias del santo, además de al cuerpo de san Landry, obispo de París, y a algunas vértebras y dientes de san Vulfran. Pero lo más interesante de esta iglesia es su fantástico bestiario de piedra. Grifos, monos, perros, gárgolas y otras bestias se asoman por cualquier rincón. La figura más bella y enigmática es la de “María la Egipcia”, una especie de Eva con largos cabellos hasta las rodillas que tapan su desnudez.
En el 542 el rey Childeberto I regresó de España trayendo como trofeo de Cálizguerra un rico tesoro: la túnica de san Vicente, una cruz de oro de Toledo con incrustaciones de piedras preciosas, 30 cálices de oro y 20 cajas cargadas de ricos objetos. Bajo la iniciativa de Germain, el obispo de París, hizo construir un monasterio para custodiar estas riquezas. Antes de morir, en el 576, el santo obispo añadió a sus reliquias otras de origen más dudoso, como un fragmento de la corona de espinas de Cristo, un brazo de san Jorge y una pierna de uno de los Santos Inocentes. Más tarde, en el siglo IX, surgió allí la iglesia de Saint Germain-des-Prés. Hoy podemos apreciar (a pesar del descuido y abandono) sus bellísimos capiteles, decorados con Sansón luchando contra un león y un variado bestiario compuesto por sirenas, serpientes entrelazadas, hipopótamos, etc.
Se dice que en el s. XV había en este templo una representación de Isis que era venerada como si se tratara de una más de las numerosas vírgenes negras que jalonaban el territorio francés, lo que no haría más que reafirmar las relaciones que se habían establecido en la antigüedad entre esta deidad egipcia y la Ciudad de la Luz.
En el siglo XVII sucedieron muchos milagros en esta iglesia. Uno de los monjes, Atanasio de Mongin, desarrolló dones proféticos y levitaba al entrar en éxtasis. Otro monje, Plácido Porcheron, que murió en 1694, estaba oficiando una misa cuando la hostia, en el momento de la consagración, se elevó en el aire y permaneció ardiendo y despidiendo llamas durante más de una hora.
Otra de las pequeñas sorpresas que nos depara cualquier rincón de esta ciudad fabulosa: paseando por la calle Vieille du Temple nos encontramos con una fantástica cabeza magníficamente tallada en madera e incrustada en un inmenso portal. Su rostro añejo exhibe a su alrededor varias serpientes entrelazadas y contempla impertérrita al viandante, mientras saca su lengua en señal de burla o, tal vez, de misteriosa salutación. 

Berbiguer de Terre


En sus memorias, el señor Berbiguier relata su lucha permanente contra la Farfadets.  Dice que comenzó a ser perseguido por los duendes a partir de un desafortunado encuentro con dos Sibilas en un momento de ocio en su juventud. Por este pecado,  Berbiguier dice que se han puesto en marcha en manos de los verdugos terribles del infierno. El principal demonio que atormenta a los pobres de Francia iba a ser un Rhotomago y su inmediata superior, no era otro que Belcebú.

Pocos creyeron en sus historias y, aún antes de escribir su libro, su extraño comportamiento con el tiempo le valió una temporada en el Hospicio de la Salpêtrière. Tratado con poco éxito por el Dr. Philippe Pinel, uno de los pioneros de la psicoterapia, Berbeguier fue puesto en libertad poco tiempo después.  En Les Farfadets, el Dr. Pinel aparece como un siervo de los duendes. 


     Hoy me gustaría hablar de este desconocido escritor francés el cual me interesa bastante por la oscurantista vida que tuvo. Lo poco que he leído de él está exclusívamente en francés y parte de su obra la he tenido que traducir con ayuda de un traductor bastante penoso. Estaba atormentado por unos pequeños seres , los farfadets. Decía que siempre estaban a su lado, los veía por todos los sitios, decía que eran como unos duendecillos locos ( que es la traducción de farfadets ) . Escribió un libro de 1.400 páginas donde cuenta como durante dos décadas estuvo perseguido por estos seres. Podríamos decir que este libro es una especie de oda a la obsesión que sufría con estos seres que le hacían la vida realmente imposible . LLegó hasta tal punto que ya no solo veía farfadets en pequeños seres sino que también podía ver la influencia que ejercían en otras personas de carne y hueso. Pongámonos en el caso : Supon que eres una persona obsesionada con estos seres, los ves por todas partes , ves como le hablan a otras personas a los oídos ( imagen típica del demonio y el angelito hablando a los hombros de las personas , pero en este caso solo farfadets ) , tienes el más mínimo problema y ya lo achacas a la influencia maléfica de estos bichos. Así pues, Berbiguier, se dedicó durante 20 años a estudiarlos y plantear conjuros ( propios de tipologías de magia negra ) para acabar con ellos . 

Como todo visionario, Berbiguier estaba considerado un loco. Pero lo que le llamaba la antención a la crítica de la época es cómo se podía obsesionar una persona de tal manera . En su enorme libro empieza describiendo el día a día con estos seres, cuenta como les esconden sus gafas de leer, cómo cierran y abren cajones, cómo le susurran al oído mientras duerme ( imaginaos la escena, no poder dormir porque te hablan al oído unos seres que ves como duendes ) . Como todo en la vida, y al no se oído , comprendido, ni escuchado por nadie ( los psicólogos y psiquiatras de la época le reuían ... ) se fue introvertiendo cada vez más con el paso de los días. No tuvo descendencia, no tuvo pareja, solo sus farfadets . 

Al final de su vida cuando escribió su libro procuró comprar sus propias obras y destruirlas, esto realmente no se sabe por qué es , supongo que será porque se dió cuenta que en ese libro había tal locura que no quería ser recordado para la posteridad como , no más que un excentrico. Acabó solo, decrépito, frustrado y sin ningun amigo o familiar que le cuidara. 
 
 Alexis Vincent Charles Berbiguier de Terre-Neuve du Thym nació en el año 1765 en la localidad de Carpentras, al sur de Francia. De posición acomodada, decidió establecerse en Aviñón cuando transitaba los treinta y tantos años de edad. Una criada suya de nombre Jeanneton la Valette lo puso en contacto con Le Mançot, una vidente especializada en tirar el tarot (otras fuentes mencionan una sesión de magia doméstica a base de naipes). Este evento habría sido el desencadenante, según su autobiografía, del infierno que lo acompañaría el resto de su vida.


Esa misma noche empezaron los ruidos debajo de su cama, una inexplicable depresión se apoderó de su espíritu y escalofríos continuos sacudieron su cuerpo. No podía verlos, pero sabía que unas criaturas demoníacas, mezcla de hadas y trasgos, eran las responsables de sus desgracias. Si se le rompía el paraguas, eran los farfadets. Si le desaparecían los lentes, eran los farfadets. Si alguna puerta se cerraba sin causa visible, eran los farfadets. Si discutía con alguien, eran los farfadets. Como las “bromas” no pasaban a mayores, tomó este acoso con cierto sentido lúdico y decidió enfrentarlos diseñando ingeniosos artilugios.


Como se reflejaban en el agua, ubicó un cubo en el alfeizar de su ventana para poder verlos volar en las noches. Así se le reveló su verdadero aspecto: pequeños, muy negros y totalmente cubierto de pelos. Con el olor a azufre los espantaba, y con el humo del tabaco los atraía y los encerraba en botellas de cristal que dejaba a la vista para que los demás escarmentaran. Estas botellas contenían tabaco, pimienta, vinagre, hierbas aromáticas, y las sellaba con cera de españa para que no pudieran escapar.

Los ataque se volvieron violentos de repente, y decidió mudarse a París. Se alojó desde 1813 a 1817 en el hotel Mazarin, con la esperanza de vivir en paz. Pero hasta allí lo siguieron las criaturas, que no lo dejaban dormir, le provocaban accidentes, y hasta le mordían las pantorrillas mientras buscaba refugio en los confesionarios de Notre-Dame. Trabajó en una oficina de loterías, y luego fue administrador de un hospicio.


La situación, si ya era complicada, empeoró más con una revelación pasmosa. Buscando solución a sus males, recurrió al profesor Pinel, un afable y reconocido médico de la Salpêtriére. Con horror descubrió que el propio Pinel se había transformado en un demonio representante de Belcebú. Se recluyó en su cuarto, pero Pinel entró en la habitación haciendo un agujero en la pared y mató a golpes a Coco, su fiel ardillita.

Pinel no era el único demonio encubierto. Desenmascaró entre otros a un mago parisino de nombre Moreau (embajador de Belcebú en la tierra); a Nicolás de Aviñón (médico tras el que se ocultaba Moloch,príncipe del país de las lágrimas), al boticario Prieur (avatar de Lilith, princesa de los súcubos); y a su propio hijo Ettiene (demonio mitad hombre mitad cerdo).


A esta altura había desarrollado nuevas técnicas defensivas, utilizando desde plantas antiduendes hasta corazones de bueyes, los que acribillaba con alfileres para torturar a los farfadets. En cierta ocasión realizó una fumigación a gran escala, con azufre seguramente, que obligó a los vecinos a llamar al departamento de bomberos. Posteriormente llegó a intercambiar correpondencia con los príncipes del inframundo, que no dudaban en reconocerlo como un digno adversario. Un día recibió carta de Rothomango, lugarteniente de Belcebú y segundo en la jerarquía infernal. El mismo le proponía que considerase pasar al bando de los demonios y terminar así con las hostilidades. Incluso llegó a recibir ofertas sexuales de mujeres y niñas, pero Berbiguier rechazó con dignidad todos los ofrecimientos. En su lugar se dedicó a escribir su libro, con el objeto de desenmascarar a todos los embajadores del infierno en la tierra, e instruir sobre la forma de combatirlos.


Consumido por la locura, vapuleado por la sociedad, despreciado por sus colegas, tomó una insólita determinación antes de su muerte: compró todos los volumenes que encontró de su obra y los destruyó. Por supuesto que algunos ejemplares sobrevivieron y son los que hoy se conocen. ¿Qué lo llevó a querer quemar sus escritos? ¿Se habría dado cuenta, en un rapto de lucidez, de las barbaridades dictadas por su enfermedad?

Sobre la fecha de su fallecimiento no hay acuerdo: algunos dicen que murió en 1834, soltero y en completa soledad. Otros mencionan 1851, a los 87 años, en Carpentras, su ciudad natal .


Su obra, una de las más malditas de la historia del ocultismo, sirvió de inspiración a las corrientes demonológicas que surgieron en Francia en el período 1821-1952 (considerada la era clásica). Los psiquiatras por otro lado lo toman como un valioso testimonio del funcionamiento de una mente psicótica. Y nosotros, amantes de la literatura y las cosas raras, nos sorprendemos con el fantástico universo creado por este lunático.


El libro es bastante difícil de conseguir y nunca se tradujo al español. Pero como el que busca siempre encuentra 



2 comentarios:

  1. Los libros son dificiles de conseguir en español como se menciono pero dejo links en google dond ese pueden consultar.

    Volumen 1:
    http://books.google.com.mx/books?id=Z0cXAAAAYAAJ&printsec=frontcover&dq=editions:0WkIPAJMoeMPF84vz2y&hl=es&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false

    Volumen 2
    http://books.google.com.mx/books?id=oEcXAAAAYAAJ&printsec=frontcover&dq=editions:0WkIPAJMoeMPF84vz2y&hl=es&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false

    volumen 3
    http://books.google.com.mx/books?id=3EcXAAAAYAAJ&printsec=frontcover&dq=editions:0WkIPAJMoeMPF84vz2y&hl=es&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false

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  2. hola gracias por la info aun ya los leistes todos y que tan sierto que es el que los lea se vuelve loco fuente abajo http://www.formarse.com.ar/enigmas/libros%20prohibidos.htm


    en todo caso gracias

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