domingo, 30 de septiembre de 2012

La biblia de Lucifer: Libro de Job

Job causa una guerra
1. Había comenzado ya una batalla en el cielo, no de violencia, no de guerras, una batalla por mi causa, solo en mi mente, yo soy el que dudo, el que no tengo seguridad. Dios siempre sabe lo que hace, confía en sí mismo, se sabe victorioso desde antes de pelear.
2. Pero a mí no me basta, no quiero creer que soy algo que no soy. He visto en mí mismo, por mi experiencia, y he visto en el mundo, que el dolor, el sufrimiento y el fracaso son un misterio, son un medio por el cual Dios pretende alcanzar, según él mismo, el bien máximo, la paz suprema.
3. Yo no creo esas ficciones, no he visto que sea así, por lo tanto no puedo creerlo. Y aunque así fuese, qué haríamos con tanta paz eterna, un mero vistazo al futuro mostrará que el olvido siempre, y la memoria luego, harán de la existencia algo que nadie desea, pero que nadie se atreve a decirlo, ni aun pensarlo. Todos en algún momento de la vida desean dejar de existir, aun yo, aun los ángeles, aun los hombres, hasta los propios enviados de Dios, sus profetas, aun sus escogidos.
4. Es el caso de Job, nuestra primera gran disputa. Pero no se supo quien fue el ganador, aunque si observamos bien lo sucedido si hay un ganador, y no es Dios, ni lo soy yo precisamente.
5. Job, de la región de Uz fuera del territorio que ocuparía Israel, hombre de recursos, rodeado por la bendición y protección de Dios. Acaudalado hasta el hastío, con animales, bienes, riquezas, amigos, salud, una numerosa familia, tierras, y sabiduría, todo lo que alguien pudiera desear de su vida en la tierra.
6. Gozaba de paz y tranquilidad de parte de Dios. Cada día le hacía sacrificios en su honor, Dios aquí, Dios allá. Todos los días hacía oración a Dios, yo veía a los ángeles muy dichosos llevando en sus manos las oraciones de su muy querido Job, sin faltar ni un día las oraciones de él estaban a la puerta, esperando las manos de los ángeles para llevarlas ante Dios. Oraciones por su familia, por sus amigos, por sus bienes y por sus tierras. Miles de veces acciones y oraciones de gracias. Dios lo mantenía en su cerco protector, nadie de la rebelión se atrevía a tocar a Job, por miedo a las represalias.
7. Pero yo me atrevo pues tengo valor, no tengo nada que perder, Dios qué me puede hacer, eliminarme acaso, qué más quisiera yo. Así que me presenté ante su trono, y él me habló : De dónde vienes. Así que has estado recorriendo la tierra de un lugar a otro. Te has fijado en mi siervo Job, nadie hay como ése, sin tacha, cuidando de hacerle daño a algún ser semejante, ninguno me sirve de manera tan viva.
8. De mí salieron palabras, de mí salieron pensamientos : No por nada te sirve, no dejas que nadie le toque, ni a él, ni a sus bienes, ni a su familia, tú bendices todo lo que él hace, con un cerco le proteges, le has hecho el hombre más rico de su país. Pero quítale todo cuanto le has dado y verás cómo te maldice en tu propia cara.

9. Oí a los ángeles murmurar, decían dirigiéndose a mí, he ahí el acusador, instiga a la maldad, lo hemos oído otras veces acusar de día y de noche a los hombres, a sus hermanos los ángeles y al mismo creador.
10. Luego de mucho esperar, Dios pronunció sus palabras : Ahí lo tienes, lo pongo en tus manos, has lo que quieras con Job, solo que no te atrevas a tocar su alma.
11. Entonces me retiré de su presencia, más feliz no me había sentido, podría demostrar, y ante todos, que Dios se equivoca al confiar tanto en los hombres, mi semilla puesta en ellos, aunque menor, crece cada vez que el hombre se ve desnudo, cada vez que abre los ojos a la realidad. Es mi oportunidad, Job me dará una oportunidad para vengarme de tantas humillaciones. Esta vez seré precavido, me aseguraré de que Job maldiga a Dios en vez de bendecirle, de esta forma no solo habré conseguido tener la razón ante Dios, si no que le habré hecho mentir, y este solo acto eliminará a Dios para siempre, pues él mismo ha dicho en miles de ocasiones que no puede mentir.
12. Es demasiado fácil para creerlo, Dios ha puesto todo su poder soberano en juego, su gloria, su palabra, su imperio. Lo ha puesto todo sobre un hombre, si Job falla, Dios falla. Me fascina este juego.
13. Ahora es cuando, Dios mismo se ha puesto de manifiesto al permitirme hacerle daño a Job, así prueba él la lealtad de los suyos, causando sufrimiento, que es innecesario, pues con confiar en ellos bastaría, supuestamente.
La verdadera riqueza de Job
14. Pero de cómo los hombres llegaron a tener un conocimiento de Dios, aun sin verlo, llegando inclusive a amarle y quererle de forma real. No se sabe. Hay muchos que creen conocerlo, creen amarlo, pero son solo ilusiones. No puedes llegar a amar algo que no conoces, pues si no, solo amarás una faceta y no a la persona en cuestión.
15. Lo mismo podríamos decir del odio, yo conozco a Dios, le he visto, fui el primero en verlo, he visto lo que es capaz de hacer, he visto su desmedida discriminación, lo he llegado a conocer muy bien, o al menos, he conocido todo lo que él mismo me ha mostrado de él. Y esto que he visto, esto es lo que detesto.
16. Me detesto a mí mismo, porque me conozco, he podido verme, he visto lo inferior que soy con respecto a Dios, me veo limitado, encerrado, una sensación de estar siempre en una especie de prisión, sin libertad de hacer lo que se me place. Odio de esta forma mi existencia, desearía jamás haber nacido.
17. De cómo Job tiene un conocimiento acerca de Dios, es así simplemente, Dios ha puesto su semilla en cada hombre, cada hombre sabe en su interior que Dios existe, y que está en un lugar, y que piensa, y que le tiene fe. Así Dios lo dispuso.
18. Job en particular sentía esto también, por esto incluso hacía holocaustos cada mañana a cada uno de sus hijos, para purificarlos ante Dios, no sea que hubiesen cometido sin saberlo algún error o acto que

ofendiera a Dios. Se preocupaba de celebrar cada año el día en que sus hijos habían nacido, haciendo un banquete e invitando a sus hermanas. Incluso hacía largas oraciones por si alguno de sus hijos había maldecido a Dios en su interior e intercedía por ellos.
19. Job tenía mucho tiempo libre de igual forma para reflexionar acerca de la vida, se había dado cuenta, a través de la misma naturaleza, que debía haber un creador, alguien debía necesariamente haber diseñado todo, pues sus ojos sólo veían ingenio.
20. Pero también se encontró con sorpresas, no todo lo que había en el mundo tenía la perfección que debería tener si Dios hubiese hecho todo perfectamente bueno. Observó que muchos animales para cazar usaban camuflajes y se hacían pasar por plantas, u hojas, o algún otro método usaban para engañar a su víctima. Claro, el engaño estaba por doquier y las criaturas sabían usarlo de forma innata. Le impresionó cómo los insectos podían replicar de forma casi exacta unas ramas de árbol y así burlar la percepción tanto de sus depredadores como de sus víctimas. Job había descubierto a través de su observación que Dios había creado tanto lo bueno como lo malo. Unos se alimentaban de otros, matándolos, y todo para poder vivir.
21. Los entresijos de la vida delataban una mezcla de bien y de mal, pero no demarcaban un final común. Todo estaba ahí, pero Job no sabía para qué estaba todo así dispuesto. Observó a los humanos con tantas características propias de la misma naturaleza, que pensó : Todo es reflejo de un mismo y único Dios. (No sabré yo mismo eso).
La calamidad cae sobre Job
22. Me decidí a probarle a Dios cuan equivocado estaba en sus aseveraciones : El hombre es mi corona, me deleito en mi creación.
23. El día en que los hijos de Job estaban celebrando uno de sus banquetes, todos reunidos dentro de la casa, llamé a algunos de los que estaban en la rebelión : He aquí que tengo la autorización para quitarle a Job todo cuanto tiene, hagan lo que deseen, pero tenemos órdenes de no dañar a Job mismo, vayan rápido.
24. Llegaron pues unos nómadas árabes, ladrones y asesinos, robaron todo el ganado de Job y mataron a filo de cuchillo a cuantos servidores encontraron, solo uno escapó para ir a dar la mala noticia a Job.
25. Del cielo cayeron rayos, matando a todas las ovejas y a los pastores de Job, solo quedó vivo uno, que fue de inmediato a darle la mala noticia a su señor.
26. Un grupo de ladrones caldeos asesinan a los cuidadores de camellos, y roban todos los camellos que Job tenía, solo logró escapar uno de los cuidadores para ir a dar la mala noticia a Job.
27. Tu casa, la gran casa de los banquetes, donde estaban tus hijos, mi señor Job, ha sido derrumbada por un fuerte viento, los cimientos y las columnas no la contuvieron, cayeron sobre todos tus servidores y tus hijos, solo he logrado escapar yo, y te he traído la mala noticia.
28. No terminaba de hablar uno, cuando llegaba el otro con una noticia peor. Job, lleno de dolor, con miles de sentimientos en su cabeza rodando de allá para acá, solo se levantó, rasgó sus ropas en señal de dolor, se rapó la cabeza, se inclinó luego y oró : Desnudo vine a este mundo, desnudo de el me iré. El Señor me lo ha dado todo, y él mismo me lo ha quitado. Bendito sea el nombre del Señor.
29. No fue lo que yo esperaba, qué pasa, por qué no maldice a Dios.
Dios se burla de Lucifer
30. Se presentó el día en que debíamos dar los informes al soberano, apenas me puse de pie delante de él, junto con los demás servidores, me preguntó : De dónde vienes. A lo que yo le respondí : He andado recorriendo la tierra de un lugar a otro.
31. Entonces el soberano me dijo : Te has fijado en mi siervo Job, nadie hay en la tierra como él, me sirve fielmente, toda su vida es recta y sin mancha, es intachable. Y aunque tú quisiste arruinarlo sin motivos, él se mantiene completamente fiel.
32. Ahora resulta que el culpable de la ruina de Job soy yo. Cada cosa que en la tierra o en el cielo pasa, es porque Dios así lo desea, si ocurre algo malo por causa de algún ángel de la rebelión, es porque Dios lo permite, como en el caso de la ruina de Job, claro que fui yo quien le causó todo ese mal, pero fue Dios quien permitió que esto sucediera, es él el causante de todo, sea bueno o malo, nosotros solo somos sus herramientas, somos juguetes en sus manos.
33. Luego de pensar en todo esto, levanté ante el soberano mi voz : Ya sabía yo, mientras mantenga su pellejo todo le irá bien, el hombre lo da todo por mantener su propia vida, pero tócalo y verás cómo te maldice, piel por piel, dáñalo y te maldecirá en tu propia cara.
34. El soberano, luego de pensar un largo rato, me dijo : Ahí lo tienes, solo debes respetar su alma, debes conservar su vida.
35. Así es como Dios nos entrega en bandeja a toda la humanidad, podemos hacer lo que queramos, a la tierra, y a sus criaturas, están a nuestra disposición. En cada periodo de la historia, de hoy, ayer, y en el futuro, podremos dominar, los ángeles de la rebelión tenemos un corto periodo de tiempo en el que debemos conseguir nuestro objetivo, ellos el suyo, yo el mío. Cada ser desea algo, no sé qué quiere cada uno, pero yo deseo morir, dejar de existir, nunca debí haber llegado a la existencia, me maldigo.
36. Job estaba ahí, aun lamentándose por la pérdida de sus bienes y de sus hijos, pensé rápido, le envié un ángel que tenía guardado para el futuro, este tenía la capacidad de contagiar una extraña enfermedad en el organismo humano, tan terrible como no se ha visto, cubrió a Job desde los pies a la cabeza. Job fue a sentarse entre los escombros de la casa en la que murieron sus hijos, con un trozo de una vasija se rascaba sus heridas. Estaba rodeado de basura, ceniza, podredumbre.

 37. La mujer de Job le dijo : Aun te empeñas en seguir fiel a Dios después de todo lo que te ha hecho. Maldice a Dios y te quitará con la muerte todo este sufrimiento.
38. Job le respondió : Mujer, no digas tonterías, si aceptamos los bienes que Dios nos envía, cómo no vamos a aceptar también los males. Él es Señor de todo, creador de todo, todo lo que existe se sustenta en él, y todo llega a ser por medio de él. El mundo, el universo, las estrellas, las criaturas, el hombre, todo depende de Dios y todo termina siendo para Dios. Jamás mis ojos le han visto, pero en mi mente lo he visto, no conozco la razón por la que hace las cosas, solo sé que el resultado final de todo será algo realmente bueno.
39. En todo esto Job no fue reprochable.
Job contenderá con el verdadero adversario
40. Otro día en el que los servidores del soberano se presentaban ante el trono para entregar su informe, me presenté yo, a lo cual el soberano, con una extraña alegría me dijo : Has visto a mi siervo Job, ninguno como éste en toda la tierra, siempre me es fiel, aun sin conocerme y sin haberme visto, cómo podríamos entonces premiarle.
41. A lo que yo inmediatamente respondí : Es acaso que te ama por nada, es acaso que le has quitado todo cuanto tiene, si es así, por qué aun conserva su cordura, lo más preciado que el hombre tiene, su sabiduría aun le permanece intacta, de más valor que el oro, la salud, los bienes y la familia son la sabiduría. Pero si Job te maldijere no siendo sabio, no sería Job quien en tu propia cara te maldijere, esto se forma en una paradoja, sin su sabiduría ya no sería Job, pero con ella se da cuenta de que existes y por ello te ama, así no sirve esto, luego hablaremos de todo aquello.
42. A lo que Dios me respondió : He ahí que te entrego a Job nuevamente, solo que no debes tocar su alma, su vida debe permanecer, pero la sabiduría de Job está muy ligada a su amor, y nada los separará, porque Job está en la verdad y yo soy la verdad.
Los amigos de Job
43. Job tenía muchos amigos, tanto por su fama de hombre rico y sabio, como por su reconocida bondad para con todos. Tres de ellos al enterarse de su desgracia y calamidad, vinieron a visitarle, para acompañarlo en su dolor. Ya estando aun lejos lo vieron, casi sin reconocerlo, y empezaron a llorar y lamentarse con él, rasgaron sus ropas y se echaron polvo y cenizas en sus cabezas en señal de dolor, se sentaron en el suelo con él y durante siete días ninguno pronunció palabra. El dolor de Job era muy grande.
44. Job rompió el silencio y maldijo el día en que había nacido : Maldito el día en que nací, maldita la noche en que llegué a este mundo, quisiera yo que esa hora no hubiese llegado a existir, que Dios la pase por alto, sin tarde ni amanecer, que esa noche de mi nacimiento se la hubiera
tragado la oscuridad y que no haya dicho la partera “ya ha dado a luz”. Maldita la noche que me dejó nacer, es mejor haber muerto en el vientre de mi madre, que mis ojos nunca hayan visto la luz. Sin pechos que me amamantaran ni rodillas que me sostuvieran.
45. Estaría ahora descansando en paz, estaría durmiendo tranquilo, junto con los poderosos que construyen pirámides, las que llenan de oro y de plata, o por qué no fui abortado y enterrado en secreto como a muchos niños que han muerto aun antes de nacer.
46. Muerto estaría libre del dolor, ahí nadie es esclavo, no se tienen responsabilidades, ni preocupaciones, no debo estar pendiente de la hora ni del día, no debo de cuidar animales, ni buscar con qué vestirme, ni qué comer, no tendría necesidades. Estaría en la verdadera paz, en la vida me afano por dormir, comer y vestirme, necesidades que Dios nos puso, pero en la muerte sería feliz, sin afanes.
47. Dios deja ver la luz y sufrir, la vida está llena de amargura, espero la muerte y esta no llega, la busco, pero no la encuentro. La muerte se ha convertido para mí en un tesoro, pero no puedo hallarle. La alegría llegará cuando por fin baje a la tumba. Dios me hace caminar a ciegas y cierra mi paso. Me alimento de quejidos, y bebo mi dolor. No tengo descanso, no encuentro la paz.
Elifaz propone la teoría de la retribución
48. Elifaz comenzó entonces a hablar : No me puedo quedar callado, aunque mi habladuría te moleste, tú que a todos dabas consuelo, ahora no puedes consolarte tú mismo. Ahora te acobardas. Es que no que tenías plena confianza en Dios. Acaso es que Dios castiga a los inocentes. La experiencia me ha enseñado que lo que siembras, eso mismo cosechas. Dios en su furor destruye por completo a los de mal actuar, por más que se quejen Dios los derribará con un soplo. Dios no puede ni siquiera posar su santa mirada en los hombres, pues hasta en sus ángeles encuentra defectos, y el hombre, tan débil, del barro fue fabricado. Nace y ya en la tarde está marchito a punto de morir. Muere sin haber alcanzado la sabiduría.
49. Dios en este mundo recompensa las buenas acciones y juzga y castiga las malas acciones. Todo es proporcional, y se castiga o premia según el bien o el mal que haces. Dios es infinitamente justo. Cada cosa que haces es anotada en los libros y la justicia de Dios llega tarde o temprano, no hay quien escape de su mano. El que ha hecho el mal, incluso en lo oculto, de igual forma pagará.
50. He visto a los malos prosperar, pero al final aun su casa es destruida. Sus hijos no tienen quien los ayude, en los tribunales se les acusa injustamente y no tienen defensa. Les roban sus cosechas. El hombre causa su desdicha con su mal comportamiento.
51. En tu lugar, yo me pondría en las manos de Dios, él hace maravillas que nadie es capaz de comprender, y cosas tan grandes que todas las bocas quedan cerradas. Envía la lluvia que riega campos, hace fracasar a los astutos en su propio hablar, Dios salva al pobre y al 31
oprimido. Es todopoderoso. Si él hace una herida, también la sana. Si él te golpea, él mismo te da alivio. Una y otra vez librará del peligro. Si estás con él, en tu casa habrá prosperidad. Llegarás a buena vejez, tú mismo esto lo puedes comprobar. Dios retribuye según tus actos.
Respuesta de Job a Elifaz
52. Job responde : Mis penas y desgracias son grandes, si las pusieras en una balanza, serían más pesadas que toda la arena del mar. Son más que todo el mal que pude haber hecho. El Todopoderoso en mí ha clavado sus flechas, y el veneno de estas ya corre por mis venas, se ha pasado al resto de mi cuerpo. Acaso se marchita la hierba que tiene agua. Por eso he hablado con pasión, pues lo que jamás quise comer es ahora mi alimento. Que Dios de una vez decida aplastarme y terminar con mi vida.
53. Ya no tengo fuerzas para resistir. Siempre he respetado las leyes del Dios santo, ni razones tengo ya para seguir viviendo. Al amigo que sufre se le ama, pero ustedes como amigos me han fallado, han osado acusarme falsamente. Yo nada les he pedido.
54. Enséñenme, díganme cuáles son los errores que he cometido. Jamás he rechazado un argumento cuando este está dictado con verdad. Acaso creen que soy tonto, que no me he dado cuenta lo que tratan de decirme. He hablado en verdad, nada malo he hecho, ustedes me han acusado hasta de hacer el mal en secreto.
55. Que Dios recuerde que mi vida es un suspiro, que nadie me recordará, soy una nube que pasa y se deshace, por eso voy a dar rienda suelta a mis quejas, nada me hará callar.
56. Ahí estás tú, Dios, vigilándome siempre, tus ojos constantemente sobre mí, cuando estoy en mi cama, en la siembra, en el techo, bajo la roca, ahí estás tú, mirándome. Cuando me duermo y creo escapar de ti, ahí estás tú, me espantas con pesadillas. Prefiero la muerte a esta vida. Prefiero la muerte a esta carne y a estos huesos. Soy una criatura débil, un suspiro, una mota de polvo, para qué te ocupas tanto de mí, para qué tanto sufrimiento. Se justificará tanto lo que haces, para algo tan poca cosa como yo.
57. La vida del hombre es poca cosa, como flor que se marchita, leño que se pudre, sombra a la que le llega la luz. Para qué te molestas siquiera en pensar en mí, bórrame, soy tan poco que no vale de nada que me tomes en cuenta. No quiero seguir viviendo. Qué es el hombre para que le des tanta importancia, para que lo vigiles día y noche, y le pongas a prueba a cada instante. Aparta de mí tu vista Dios. En qué te beneficia o perjudica el que yo cometa errores. Para qué hacerme el blanco de tus flechas, acaso soy una carga para ti, yo que soy la nada misma. Perdóname si he cometido algún mal contra ti. Pronto estaré convertido en polvo, me buscarás, pero ya no me hallarás.
Bildad refuerza la teoría de la retribución
58. El segundo amigo, Bildad, propone : Hasta cuándo hablarás así. Dios que es todopoderoso jamás tuerce la justicia, se deleita en el derecho. Entonces es que seguramente tus hijos han errado y él les dio su merecido. Si actúas con pureza y rectitud y pides al Señor que tenga compasión de ti, él te dará lo que mereces.
59. Indaga en el pasado, los que se olvidan de Dios pronto ven todos sus proyectos frustrados, su confianza en sus proyectos son tan fuertes como un hilo de araña, tan fuertes como la hierba ante el temible sol quemante. Nadie prosperará si Dios no está con el.
60. No abandona al hombre intachable. Arrepiéntete y él volverá a llenar tu casa de alegría, y en cambio, tus enemigos sufrirán la vergüenza.
Job responde a Bildad
61. Job responde : Yo sé muy bien que el hombre ante Dios no puede alegar inocencia, yo sé que todo esto es así. Si alguno quisiera discutir con él, de mil preguntas ni una sola se le podría responder. La eternidad de la sabiduría aplastaría a quien quisiera ponerle juicio. Nadie puede hacerle frente y salir con la cabeza en alto.
62. Él ordena que el sol salga y que las estrellas dejen de brillar. Sin ayuda de nadie extendió el cielo, puso con su propia mano cada parte de la tierra. Hace tantas maravillas que nadie las puede comprender. Nadie puede pedirle cuentas de lo que hace. Cómo entonces encontraré palabras para poder contradecir a Dios, pues aunque fuese del todo inocente, no tengo cómo responderle. Ni por la fuerza puedo ganarle, él es más poderoso. Por muy intachable que me diga, él encontrará en mí algo malo. Yo soy inocente, pero eso ya no me importa, solo quiero morir. El Señor es enteramente puro.
63. En el mundo mueren muchos, inocentes o culpables, pero Dios de todos ellos se ríe. Aunque en una calamidad perezcan, a Dios eso le parece gracioso. A los jueces del mundo Dios les venda los ojos, y permite a los malvados administrar la tierra. Hay maldad hacia donde uno mire, Dios así todo lo ha dispuesto, el sufrimiento de cada día, en su día. Y si Dios no fue quien así lo dispuso, quién entonces, pues no hay nada más alto que él.
64. Si él ya me tiene por culpable, de nada vale cualquier esfuerzo que haga. No puedo ni olvidar mi dolor, debido al mismo dolor. Mis manos no las puedo lavar con jabón, manchadas están a sus ojos. Quisiera que hubiese juez entre Dios y Yo, este pensar es inconcluso y vano, no hay tal cosa. Así al menos yo podría hablarle sin tenerle miedo.
65. Estoy cansado de vivir, así que seguiré con mis quejas. Que Dios me diga de qué me acusa. Acaso sus ojos son los de un hombre, y ve como ven los hombres. Si no es así, para qué me anda hurgando y buscando defectos. Él me formó con sus propias manos, ahora ha decidido destruirme, me convertirá nuevamente en polvo.
66. En tu corazón puedo ver una intención secreta : Me formaste del polvo, me recubriste de carne y huesos, los entrelazaste con tendones y piel, me formaste, me diste vida y también me diste amor, me cuidaste y me mantuviste con vida, pero me estabas observando a ver si me encontrabas alguna falla, para así condenarme por alguna falta. Con un ejército me atacaste sin cesar. Para qué me dejaste nacer si en tu eterna sabiduría sabías con anticipación que iba a errar. Mi vida es corta, déjame en paz. Envíame al país de las tinieblas, donde hay sombra y confusión, donde da igual la luz que la oscuridad.
Sofar añade a la teoría de la retribución
67. Entonces el tercer amigo de Job, llamado Sofar, enuncia sus palabras : No por mucho hablar quiere decir que tengas la razón. Piensas que tu bullicio nos hará callar. Tú mismo te consideras puro, quiera Dios hablar y que él mismo te pudiera responder. Te enseñaría él los secretos de la sabiduría, te haría entender. Así verías que Dios no te ha castigado de acuerdo a todo lo que mereces.
68. Puedes acaso tú pensar como Dios lo hace. Es más alta tu sabiduría que la de él. Si él te ha juzgado y castigado, él no ha de equivocarse. Si te ha condenado, es por su juicio, pesó tus acciones y te ha encontrado culpable. Y tus castigos son todos los que él resolvió para ti. Él sabe quien es mentiroso, cómo no se iba a dar cuenta. Es el juez supremo, en sus libros está todo, sus santos ojos, ángeles que rondan la tierra, anotan en líneas cada respiro que das, nada se escapa en el tribunal santo de Dios, sus juicios son justos.
69. Ruega a Dios por ti, y él te bendecirá. Estarás luego limpio y habrás olvidado todos tus sufrimientos. Nada te asustará cuando descanses, Dios te cuidará en sus brazos. En cuanto a los malos, buscarán ayuda en vano, no tendrán donde refugiarse, la muerte será su única esperanza.
Job responde a Sofar :
70. Job responde : No hay dudas en que ustedes son la voz del pueblo, y que cuando mueran ya no habrá más sabiduría. Yo en nada soy inferior a ustedes, y cada una de sus palabras yo conozco con exactitud, todo es de dominio general y nada nuevo han dicho, ni para animarme.
71. Aunque soy inocente e intachable, y Dios siempre ha estado conmigo, ahora mis amigos se ríen de mí. El que se siente seguro desprecia al que es infeliz, sin importarles empujan a aquel que está a punto de caer.
72. Los malos tienen paz en sus hogares y los que ofenden a Dios caminan tranquilos por la ciudad. Los opresores acumulan riquezas y los de mal pensar se alimentan de manjares. El que abusa del débil duerme en camas blandas y sueña sueños hermosos, aquel que esconde sus manos de quien necesita ayuda, en preciosas casas habita. El que paga mal a sus jornaleros tiene para comprar muchos esclavos más, el que
pide prestado con intereses acumula para sí un gran tesoro. El que traiciona a sus amigos vive confiado.
73. Pregunta a las aves o a los peces del mar, ellos te pueden informar. A la hierba del campo, ella te puede enseñar. Se atrevería alguno a decir que Dios no hizo todo cuanto existe. Cada uno se da cuenta de que hay un creador, y uno solo lo comenzó todo. Dios hace planes y él mismo los lleva a su fin. Lo que Dios crea, nadie lo puede destruir, lo que Dios encierra, nadie lo puede liberar.
74. Todo esto lo he visto, igual que ustedes, con mis propios ojos, y de oír he oído con mis propios oídos. Querría yo hablar con el creador, con el Todopoderoso, y no discutir con ustedes. Si ustedes guardaran silencio pasarían por personas sabias.
75. Creen que están defendiendo a Dios con tanto decir mentiras, acaso le hacen un servicio con sus palabras engañosas. Qué pasaría si Dios a ustedes decide examinarlos, se mantendrían acaso en pie, la grandeza del Señor los llenaría de espanto. Sus argumentos son anticuados, vanos y son puro polvo, es como querer defenderse con murallas de barro. No en haciéndome culpable a mí, ustedes van a resultar ser justos.
76. Aunque Dios me extermine voy a mantenerme firme, y sólo ante él expondré mi causa. Ante su rostro presentaré mi defensa. En eso estaría mi salvación, al estar en su presencia, pues un malvado jamás llegaría a su estrado. Si alguno encuentra de qué acusarme, entonces guardaré silencio y moriré.
77. Concédeme mi Dios solo dos cosas, deja ya de castigarme para que no te tenga tanto miedo, y dime, cuáles son mis errores, en qué te fallé, porque me tratas como a un enemigo, para qué destruirme si yo no soy más que paja seca. Permíteme morir, quieras esconderme en el reino de la muerte mientras pasa tu ira.
78. Un hombre si muere, puede acaso volver a vivir. Yo esperaría todo el plazo que me impongas hasta que venga el alivio de mis penas. Tú me llamarías y yo respondería, tú eres mi creador. Te olvidarás de mis faltas en aquel momento, acaso si un hombre muere puede llegar luego a vivir.
79. Dios ha acabado con mis fuerzas, me ha puesto en manos de malvados y enemigos. Me persigue y me alcanza. De todos lados me dispara y acierta. Me abre herida tras herida. Me puse ropas ásperas y de polvo llené mi cabeza.
80. Alguien debe de haber en el cielo que declare en mi favor, que entregue ante Dios mis pensamientos, súplicas y lágrimas, un abogado que hable en mi favor en el cielo, como cuando un hombre defiende a otro. Ya pronto me entregaré al viaje sin regreso.
81. Señor, responde por mí, solo tú puedes hacerlo y no otro. Tú no permitas que venzan, por un pedazo de pan traicionan a sus amigos. Los ojos se me nublan de tanto dolor, mi cuerpo ya es una sombra. Insisten en que ellos son los únicos justos, que tienen limpias las manos, pero no hay entre ellos ni un solo sabio. Convierten la noche en día, dicen aun estando en la oscuridad : Estamos en la luz.
Elifaz, Bildad, Sofar, la insistencia en la Teoría de la Retribución
82. Los amigos de Job se unen en argumentos : Nos crees estúpidos, acaso somos animales, crees que por enrabiarte las montañas se moverán de su lugar, tu mala conciencia hace que hables cosas así, la vida del hombre malvado es corta y llena de tormentos, hasta el menor ruido los mantiene asustados. Los malvados no tendrán descendencia, serán cortados, colgados y quemados, sus días no son muchos.
83. Al malvado se le apagará su luz, no brillará, no tendrá paso firme. Es como árbol con raíces marchitas. La enfermedad que es la hija preferida de la muerte, le alcanza al hombre malvado. Su recuerdo se borra de la tierra, lo expulsan de este mundo. El hombre que desprecia a Dios se llena de calamidades. Con tus reproches nos insultas amigo Job. El hombre siempre ha existido sobre la tierra, por más que se intente enaltecer por las nubes, lleno de excrementos quedará, nadie sabrá de su paradero.
84. El cielo pone al descubierto los errores de los hombres sobre la tierra, y Dios castiga a cada uno de ellos, al malvado le quita sus bienes, lo llena de enfermedades. El malvado así prenderá un fuego, pero Dios siempre se lo apagará.
Respuesta de Job contra la Teoría de la Retribución
85. Job responde : Mi pleito no es con algún hombre, escuchen y pónganme atención, luego después ríanse si gustan. Los malvados se llenan de poder, siguen bien su vida y llegan a viejos, ven crecer a sus nietos, nada amenaza la paz de sus hogares, son crueles entre sí y con el resto, y sin embargo Dios no los castiga, llegan a la muerte con riquezas, familia y buena salud. Su ganado siempre es fecundo, escuchan el arpa y la lira, bailan y son alegres. Con tambores y danzas llegan al final de sus días con prosperidad. Y le dicen a Dios en su cara : Déjanos en paz, no queremos tus leyes, quién eres tú para que te sirvamos, qué ganamos en hacerte largas oraciones. Lejos esté yo de pensar como ellos, pues su bienestar no está en sus manos.
86. Nunca Dios se ha enojado contra ellos y los ha hecho sufrir, no apaga su lámpara, no los hace caer en la desgracia. Se dice que Dios hace caer la desgracia en los hijos por los errores de sus padres, cuando es el malvado mismo quien debería pagar. Al muerto, qué le importa lo que pueda pasarle a su familia. Hay quienes llegan a la muerte llenos de vigor, malvados que llegan al fin de sus días felices y tranquilos. Otros mueren amargados sin alcanzar la felicidad. Ambos llegan a la tumba y son comidos por gusanos.
87. Ustedes piensan de mí que el Señor me está dando mi merecido. Es absurdo que hayan venido a consolarme, es mentira todo cuanto dicen.
Elifaz contra ataca
88. Elifaz no contento con exponer su teoría, ahora comienza a acusar a Job : Puede el hombre por muy sabio dar algún consejo a Dios, es que para él los hombres son totalmente inútiles, no le sirven para nada. No beneficia a Dios que tú seas recto e intachable. Si él te ha llamado a juicio no es porque tú le hayas servido bien, es porque tu maldad es mucha y tus faltas no tienen límite.
89. Sin necesitarlo exigías la ropa a tus hermanos, les quitabas sus prendas y los dejabas desnudos. A quien llegaba a ti con sed le negabas el agua, al que tenía hambre no le diste de comer. Como eras respetable y poderoso te adueñaste de las tierras, dejabas a las viudas con las manos vacías y maltratabas a los huérfanos, por eso ahora en ti todo es oscuridad y no puedes ver nada. Un torrente de agua te inunda.
90. Dios está más alto que el cielo, bajo sus pies están las estrellas más altas. Dios que todo lo ve, no se iba a dar cuenta de tu maldad acaso. Si Dios pasea por el cielo de un lado a otro, no te iba a ver en tu maldad. Piensas seguir siendo malvado acaso, no sigas ese camino. Ponte en paz con Dios.
91. Si te humillas, y te alejas del mal, el Todopoderoso te reconstituirá. Él será tu alegría. Tendrás oro y plata en abundancia. Si pides algo, él te escuchará. Porque Dios humilla al orgulloso y salva al humilde. Él te librará luego de limpiarte y hacerte inocente.
Sofar y Bildad contraatacan
92. El malvado es arrastrado por las aguas, todo en sí se vuelve maldición para el de mal obrar. Se seca con el calor, se derrite como nieve. Hasta su propia madre se olvidará de el. Por un momento se levanta el malo, pero pronto deja de ser. Si esto no fuera así es que estás acaso declarando injusto a Dios.
93. Dios es poderoso y temible, para qué quieres que venga Dios, un simple hombre impuro acaso puede pararse ante él, acaso le podrás hacer frente. Ante los ojos de Dios ni la luna, ni el sol, ni las estrellas son puras, menos lo serás tú, un gusano miserable. Ningún hombre puede, todos son polvo.
94. Este es el castigo, ahora y ya, del Dios todopoderoso. Castigo para los crueles y malvados. El viento te perseguirá y el terror te llegará de día. El hombre que amontonó para sí oro y plata, se ha quedado vacío.
Job responde :
95. Job en su dolor, sin saber que los ojos del cielo completo estaban sobre él, repiensa todas las cosas, pero decide mantenerse firme. Nuestros intentos por quebrar su confianza en Dios no han funcionado. Los cuatro seres más poderosos, que se encuentran entre los de la rebelión, podemos lograrlo. El señor del aire, el señor del mar, el señor
del fondo de la tierra, y yo, el señor de la luz oscura, estamos de acuerdo al unísono : En Job la semilla de Dios está creciendo más aun, nuestra semilla se hace débil y no debe desaparecer.
96. Job en su dolor, sin saber con quiénes está discutiendo, responde : Sigo con mis quejas, porque Dios se ha recargado sobre mí, me aplasta con su mano, quisiera yo saber cómo llegar hasta donde él habita, para presentarme ante él y exponerle mi caso. Él no usaría su fuerza como argumento, yo sé que él me escucharía. Llegaría a reconocer que tengo la razón, me declararía inocente. Pero busco a Dios en los cuatro puntos, y no lo encuentro, le gusta ocultarse, es Dios que se esconde. Estoy seguro que si me prueba, saldré refulgente como el oro. Siempre he cumplido sus leyes y mandatos.
97. Dios debería dar las fechas en que leerá las actas, así todos podríamos verlas, los malvados quizá cambiarían su actuar. Hacen el mal todo el día, a cada hora, el asesino madruga para matar, el ladrón roba al pobre, los oprimidos siguen llorando. Hay quienes odian la luz, se alejan de ella. El adúltero espera a que anochezca, se tapa la cara para que nadie lo vea, y se acerca a la casa.
98. Dios se está negando a hacerme justicia, me llena de amargura, mientras ustedes mienten, quién los inspiró para hablarme así de esa manera. Yo no pronunciaré falsedades, lejos de mí esté la falsedad.
99. Quisiera que Dios volviera a cuidarme, a protegerme, en los días en que me llenaba de luz, estaba a mi lado, me hacía compañía, junto con mis hijos le amábamos. Todos me felicitaban, y hablaban bien de mí, la justicia y honradez son parte de mí mismo. Ayudaba a quien estaba en ruinas, socorría al huérfano y a la viuda, mi rostro siempre estaba con alegre semblante.
100. Pero ahora se ríen de mí, aun los más jóvenes, tengo ahora hambre y necesidad, estoy enfermo de dolor y mis carnes se caen. Se burlan de mí haciendo refranes, estoy humillado y desarmado, ya no tienen de mí respeto. Ya no tengo ganas de vivir. El dolor me llega hasta los huesos. Dios me agarra del cuello y con fuerza me sacude. Dios, te hago súplicas y no respondes, te llamo y no vienes, te has vuelto cruel conmigo, quieres llevarme lentamente a la muerte. La música de liras y arpas se han cambiado por llanto y dolor.
101. Yo me he impuesto por norma no codiciar ni siquiera a las solteras. He pagado bien, he sido siempre dado al bien. Esta es la recompensa acaso, es lo que del cielo da el Todopoderoso. No es acaso al malvado a quien deberían dársele estas desgracias. Juro que no he obrado con malicia, no he codiciado, lo que sembré y coseché comí, nunca miré a la mujer de mi vecino, si mis criados reclamaban algo siempre atendía sus peticiones. Nunca mi confianza ha sido puesta en el oro. He visto al sol, a la luna y a las estrellas, en todo su esplendor, pero jamás les adoré ni les envié besos con mi mano. Nunca me alegré del mal que acaeció a un enemigo. No lancé maldición sobre otros, acogí a extranjeros que venían a mí, los dejaba pasar en mi casa la noche. No oculto mis faltas. Quisieras escucharme, respóndeme Señor.
Lucifer se presenta ante Job
102. Al ver que Job se mantenía firme e insistía en su inocencia, ya los tres amigos dejaron de discutir con él. Lo único que hacen es dejar mal a Dios, lo han presentado como un ser injusto al permitir a Job hablar así, no han podido responder a lo que dice. Job realmente aprecia a Dios, no hay ninguno como él.
103. Dios me puso por nombre Lucifer, mi nombre significa Luz Temprana, fui la primera creación, o lucero de la mañana. Pero no conozco a mi creador como Job conoce a su creador. Yo quiero saber lo que Dios sabe, no me puedo conformar con ser imperfecto. Si no puedo conseguir esto, prefiero morir, de una muerte en la que no llegue a vivir nuevamente, deseo jamás haber existido, quiero nunca volver a pensar, no deseo volver a abrir mis ojos.
104. Elihú estaba presente durante la conversación entre Job y sus tres amigos, también éste era un amigo de Job, pero su corta edad le mantuvo al margen de la conversación. Estando casi escondido detrás de unos escombros, les oía, hasta que no aguantó más su oído de oír lo que se decía : Job insiste en declararse inocente mientras ustedes no han sabido contestar a sus argumentos, y con todo, a Dios se le está encontrando culpable.
105. Como yo soy joven y ustedes ancianos, no me atrevía a dar mi opinión, pensé que la edad y la experiencia resolverían todo. Que sus años mostrarían sabiduría, aunque la verdad Dios le ha inspirado sabiduría a todos, los años no hacen sabio a nadie, las canas no significan recta comprensión. Ninguno de ustedes le ha dado buena respuesta a Job. Solo Dios puede responderle a sus preguntas. Todos están confundidos y faltan palabras para responder. Pero yo no callaré porque ustedes callen, trataré a todos por igual, a Dios no le gustan los halagos. Tú y yo, Job, somos iguales ante Dios, ambos hemos sido creados por su mano, yo no tengo autoridad sobre ti, ni tú sobre mí.
106. Dices ser inocente y que Dios aun así te está castigando. Argumentas a tu favor y reclamas en que Dios no hace caso a tus argumentos, no te das cuenta de que Dios les habla de muchas maneras, lo hace en las noches, con los sueños y visiones, les habla al oído y les reprende para apartarlos de sus malas obras, hay veces que con enfermedades corrige al hombre para hacerlo fuerte. Cada ángel intercede por su amparado ante Dios, pero este mismo informa a cada amparado las razones del actuar de Dios, y ruega ante Dios : Líbrale de la muerte, he encontrado la forma de rescatarlo. Entonces el recobra la salud, se alegrará y cantará a Dios un canto. Se arrepentirá y dirá : Erré contra Dios, pero él me ha perdonado.
107. Nadie hay como Job, se burla de Dios diciendo que él es injusto, que castiga a quien es puro e inocente. A Job le gusta andar con malvados, ha dicho que de nada le ha servido tratar de agradar a Dios, que solo ha ganado sufrimientos.
108. Dios no comete injusticias, Job, porque él paga a cada uno según sus obras, a cada uno según lo que merece. De nadie ha recibido el
poder para dominar todo lo que existe, a nadie debe darle cuentas, nadie puede decirle, aunque quiera, estás equivocado Dios. Entiende Job, si Dios no fuera justo, el mundo no podría existir, años atrás se habrían matado los unos a los otros, se habrían consumido ya todos los recursos de la tierra, y habrían los malvados incendiado todo. Si Dios no fuera justo, en el universo las estrellas habrían colisionado con las estrellas y nada vendría a estar en orden, todo se habría años atrás destruido.
109. Dios no se pone de parte ni de ricos ni de pobres, él los hizo a todos, todos mueren en un instante, ninguno se puede ocultar ante Dios, él no fija plazos para que se presenten ante él en juicio, no necesita investigar, sabe lo que va a pasar mucho antes de que suceda algo. Todos claman a Dios, pero si él no quiere escuchar, si no quiere aun actuar, quién puede condenarlo o encadenarlo, quién sería más fuerte que él. De nada sirve decirle a Dios : Me dejé engañar, no volverá a suceder otra vez. Job no solamente ha errado en sus afirmaciones para con Dios, si no que también es rebelde, no quiere aceptar que es un malvado, piensa en burlarse de Dios.
110. Te parece justo Job que Dios tenga que venir a darte la razón. Aunque cometas miles de faltas, ninguna daña a Dios, no le beneficias ni le perjudicas. Nada le afecta que pueda hacer el hombre, confiesa tus maldades. Dios es justo, pero le hace ver al hombre sus maldades por medio de cadenas y dolor. Lo hace para corregirte. Yo no me atrevería como tú a pedirle que me escuche, es demasiado grande y maravilloso, no podemos comprender sus obras, es muy alto como para pedirle que se incline hacia nosotros, no confundas las cosas, no puedes pedirle a Dios que venga a poner su oído para escuchar tus quejas. Nada significan los muchos sabios para Dios.
Yahvé asiente la petición de Job
111. Luego de haber puesto mis palabras en boca de Elihú, y al haberlas pronunciado, todo quedó en silencio, en la tierra estaban Job y sus cuatro amigos, el aire se tornó inquietante y seco, se cubrió de nubes grises el cielo, comenzó una terrible tormenta.
112. Y del mismo centro de la tormenta, desde un torbellino, entre rayos y ruidos fuertes, Dios le contestó a Job : Quién es éste que sin sabiduría y que con demostrada ignorancia oscurece mis planteamientos. Ponte de pie, hombre, y contéstame. Yo te preguntaré y tú me contestarás.
113. Hazme saber, si tienes inteligencia : Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra, quién la formó con un plomo y medidas, quién le extendió el cordel de medir. Sobre qué están puestas sus bases. Quién le puso la primera piedra. Presenciaste acaso cuando todos los hijos de Dios se regocijaron al verla en escena.
114. Quién delimitó las aguas del mar, quién colgó las nubes en el cielo. Quién le puso límite al orgullo de las olas del mar. Haces tú salir la mañana y llegar la noche. Conoces lo que hay en los abismos. Conoces lo 40
que hay en los lugares donde no hay luz. Tú todo esto lo debes saber, de seguro ya habías nacido para ese entonces.
115. Sabías que tengo reservados hielos eternos, granizos, para el día de la gran batalla. Has encontrado los tesoros que hay en la nieve. Sabes acaso de dónde proviene la luz, y a qué lugar se va. Haces tú los relámpagos y los truenos. Sabes para qué se hace llover sobre los desiertos donde nadie habita. Para qué cae la lluvia sobre bosques que ningún ojo humano ha visto.
116. Has tocado alguna estrella. Las guías en su curso y las llevas por buen camino. Por mucho que gritaras ni una de ellas te obedecerá. Le has puesto tú sabiduría a todos los hombres en su corazón. Alimentas tú a cada animal que vive en las lejanas tierras, aun en tus propios montes.
117. Sabes cómo se forma en el interior un cabrito, definiste acaso cuántos meses han de estar en el interior de sus madres. Plantaste algún bosque. Diseñaste tú las hermosas plumas del pavo real. Y el avestruz, ave de poca inteligencia, que aplasta con sus pies los huevos que ha puesto en suelo seco y no se da cuenta que ha trabajado en vano.
118. Vuelan las aves por sí mismas acaso, ellas se hicieron entonces sus alas me dices tú. Los pequeños del águila beben sangre de la presa que su madre les da. La tierra misma se alimenta de cadáveres y entrega verdes pastizales. Cada secreto en este mundo es una palabra que puse en acción. Es sabiduría acaso tratar de discutir con el creador.
119. A lo que Job respondió : Yo soy hombre de vileza, qué te he de responder. Me tapo con la mano mi boca, una y dos veces hablé, mas no volveré a hablar.
Yahvé nos pone al descubierto
120. Dios continuó hablando : Ponte de pie, hombre, yo te preguntaré y tú me contestarás : Me condenarás a mí por justificarte tú, mi voz es acaso tu voz. Has entonces todo lo que yo hago, y tú mismo entonces por tu propia mano sálvate.
121. Ahí está Behemoth, yo lo creé con mis manos, lo mismo que a ti. Come hierba como los bueyes, tiene poder en sus músculos, su cola es dura del tamaño de un cedro, fuertes son los tendones de sus pies, sus huesos son barras de bronce, está cubierto de hierro, es mi obra maestra. Solo yo, su creador, puedo derrotarlo, las fieras no pueden contra él, una lanza no le atraviesa, el fuego él lo pisa con sus pies. Se esconde entre las cañas del pantano, los lotos le dan sombra, nadie es capaz de ponerle un lazo en su nariz, ninguno lo supera en tamaño.
122. Y mira a Leviatán, yo lo creé con mis manos, lo mismo que a ti. No se puede pescar con anzuelo, nada ganas con rogarle compasión, él te atacará con su fuerza. No será jamás tu esclavo. Lo atarás y lo llevarás para venderlo en un mercado acaso. Si llegas a ponerle una mano encima, te devorará. Con solo verlo desfallecerás de miedo. Lo cubre una craza protectora, nada lo puede atravesar, en su hocico hay dientes de hierro, sus lomos son hileras de escudos cerrados y duros como piedras. Sus estornudos son fuego, su aliento enciende llamas. Tiene su corazón 41
duro como roca. Cuando él aparece, hasta los ángeles se aterran. Las flechas no le hacen huir, el hierro para él es como la paja. Nada hay en la tierra que se le parezca. Vive en las profundidades del mar.
123. Has llegado acaso a divisar a Bel, yo lo creé con mis manos, lo mismo que a ti. El fuego es un lecho confortante para él, el calor de las brazas le anima a dormir. Habita en medio del sol sin quemarse. Le gusta dormir en el interior del volcán. En el fuego del Sheol se pasea, sobre piedras incandescentes camina. Se viste de piedras preciosas, con fuego por vestimenta nadie se le puede acercar, come rocas de fuego, su alimento son piedras preciosas. Su brillo no permite que poses tus ojos en él. Es más brillante que el sol. Es señor del fuego y del relámpago. Sus ojos son fulgor. Él pisa el suelo y lo convierte en cenizas. Bate sus alas y los bosques bajo él se queman y se consumen.
124. Lucifer es mi más grande obra, mi palabra lo creó, lo formé con mis propias manos, lo pensé y llegó a existir, lo mismo que tú. Es invisible a tus ojos, en todo el aire se encuentra, lo respiras a cada minuto. Aun bajo el mar, en las profundidades, puede vivir. Caminando sobre piedras de fuego puede andar. Se viste de piedras preciosas, sus alas son de oro. En tierra nadie puede contra él. En su mano están los reinos, en su mano está el poder, hace lo que quiere y nadie puede resistirle, al terminar el tiempo él los vencerá a todos. Solo yo estoy por encima de él. Yo que le he creado, solo yo puedo vencerle. Es la estrella temprana, él es quien primero te ve al nacer. Se fija en ti de inmediato. Te anota en los libros de su mente y de ahí no desapareces. Está a tu puerta. Lucifer es luz, un rayo de luz que viene rápido hacia ti, no le puedes detener. Es temible.
Job se rinde ante Dios
125. Job se inclina entonces y responde : Reconozco, y sé que tú lo puedes todo, nada soy yo para dudar en que todo lo haces bien, aunque yo mismo no lo entiendo, las cosas que haces son maravillosas.
126. Solo de oídas te conocía, pero ahora mis ojos te han visto, me arrepiento en polvo y cenizas. Mis propios ojos te han visto, en mi carne puedo contemplarte. No me importa si tengo o no la razón, solo importa que te he visto. Yo no sé lo que estás haciendo, no sé hacia donde conduces todas las cosas, no sé para qué haces todo. Confío en ti, sea donde sea que me lleves, te esperaré. Ahora no sé lo que esperas de mí, pero sé que estás ahí, que eres eterno, y que en algún momento me lo dirás. Haces cosas maravillosas, difíciles de comprender.
127. Luego el Señor se dirigió a los cuatro amigos : Estoy muy enojado con ustedes, porque no hablaron en la verdad, como lo hizo mi siervo Job. Tomen siete carneros y llévenselos a Job, para que los ofrezca en holocausto por ustedes. Mi siervo Job intercederá por ustedes y yo aceptaré su oración y no les haré ningún daño. Aunque como ustedes mismos lo han dicho, se lo merecen.
128. Dios aceptó las oraciones de Job. Luego el soberano le recompensó con el doble de todo lo que tenía antes. Le dio el doble de la prosperidad
anterior. Dios bendijo a Job todos los días del resto de su vida, murió en vejez saludable. Tuvo catorce hijos, y tres hijas a las que llamó Paloma, Canela y Maquillador, a las que también heredó bienes como a sus hermanos, cosa que en la época no se hacía con regularidad. Job llegó a vivir ciento cuarenta años.
129. Nosotros hemos aprendido algo más. Empezamos de cero, aprendiendo a medida que avanzamos en el tiempo, no hemos tenido la eternidad de ventaja, no aún. A veces pienso que Dios quiere lo mejor, aun para mí. El mal es acaso rechazar el amor que Dios le tiene a todos, no sé. No quiero bien ni mal, solo quiero dejar de existir.
130. Y es que ahora tenemos dos culpas, rebelarnos a Dios y ser el medio por el cual Dios somete a prueba a los hombres. Así hemos sido creados todos con un fin y ninguna de sus creaciones queda fuera de su todo, todos colaboran en su orden establecido. Mi mente está cerrada, como la de Job, y no alcanzo a comprenderlo todo.
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