Deuteronomio
1. Cuando hayas entrado a la tierra que tu Dios te da y tomes posesión de ella, mientras la habites dirás : Voy a poner rey sobre mí, como lo hacen las demás naciones, y ciertamente pondrás sobre ti a quien tu Dios escoja, de entre tus hermanos, no de extranjero, y el no deberá acumular para sí riquezas, ni muchos caballos, no sea que los haga volver a Egipto, no haga tal como para que su corazón se desvíe.
Josué
2. Luego de ser liberados de Egipto, luego de haber caminado en círculos durante cuarenta años en el desierto, luego de la provocación y el castigo sobre los hebreos, luego de la muerte de Moisés, luego de cruzar el Jordán. Dios entrega la tierra a los hebreos, a los que quedaron, pues de todos los que salieron de Egipto, solo Josué y Caleb pisaron con su pie la tierra que Dios les había prometido a Abraham, a Isaac y a Jacob que poseerían, tierra de riquezas que mana leche y miel. Pues ni a Moisés, con quien habló cara a cara, perdonó su falta, y le cerró el paso a la tierra que les había jurado dar.
3. Todo lo que Dios dijo de aquella tierra, se cumplió, pues es tierra rica, de alimento abundante, con aguas. Y con Josué como cabecilla penetraron en Canaán y tomaron posesión de las tierras que los caídos se habían repartido por jurisdicción, y no fue fácil, mas a cada dios derrotaron porque el Señor estaba con ellos, y una legión de sus ángeles, y Miguel, que no hay ninguno como él. Y ayudaron a los hebreos a tomar la tierra, y nos desterraron, y sólo quedaron algunos, los más fuertes, para comenzar la segunda parte de la batalla, la que ahora comenzará.
4. Ahora en verdad se pondrá a prueba la fidelidad del pueblo, a ver si cumple con los mandatos y ordenanzas de la ley. Pues es la hora de que no cumplan, es la hora de hacerlos caer, y que cada uno muera, y que Dios traiga sobre ellos todas las maldiciones que juró. En tanto, los hebreos destruyen casi todos los templos de los dioses, los lugares de culto, destruyen las ciudades, matan a mujeres y niños, ancianos y todo varón. Pero somos más astutos, en una guerra sutil vamos perdiendo, pero para ganar. Pues los hebreos son duros de cabeza, y no cumplen del todo los mandatos de su Señor, pues no todos los templos son destruidos, y no todos los dioses somos derrotados, no todos los habitantes de Canaán son exterminados, no todos los sacerdotes que adoran al ejército del cielo. Con unos han hecho la paz, con otros alianzas, y así se está contaminando el pueblo elegido por Dios, esta guerra la perderán, pues pondrán sobre sí a un rey, un hombre que no es su Dios. Y con esto, Dios no peleará sus batallas, y no les podrá proteger de continuo, seremos más fuertes que Miguel, y tendrá que marcharse a su lugar. Y los hebreos creerán que ellos tomaron la tierra, por cuanto Dios lo hizo por ellos.
5. Y con portentos y milagros Dios les hizo vencernos, y tomaron la tierra, y cada dios que fue vencido fue desterrado, y en el centro de la tierra han de esperar un juicio. Y todas las tribus de Israel se repartieron las tierras, las doce, aún los levitas tuvieron su porción, pues tomaron la décima parte de lo de sus hermanos.
6. En la Ciudad de las Palmeras comenzaste tu victoria sobre nosotros, pues derribaste sus muros, gruesas murallas que protegían al primer grupo de dioses, mandados por Baal que es señor de señores, y te burlaste de Asera, señora de todos los señores, diosa de la fertilidad, la que da hijos por montones. y Josué mandó espías como es tu costumbre, a inspeccionar la ciudad, y entraron en la casa de Rahab, sacerdotisa de Baal, prostituta del rey de la ciudad. Y te fue imprescindible rescatarla, y le enseñaste la señal de la paz, pues encubrió a tus enviados y les ocultó de la guardia del rey, y por su mentira despistó a los guardias y sacó por la ventana del muro a tus enviados, y ella te vio en visión : Ya sé cómo han de destruir la ciudad, derribarán los muros, pues su Dios es de brazo fuerte, ya oímos cómo ha derrotado a los dioses de los egipcios, mas como les hice un favor, prometan conservar mi vida y la de mi casa.
7. Y te fue grato salvarle, por cuanto puso en ti su confianza, pues te gustan las alabanzas más que nada, y le libraste con la señal de la paz, que es el dintel escarlata, de la furia de los hebreos sobre la ciudad, pues luego que mandaste a que rodearan siete veces la ciudad, a su grito de guerra derribaste los muros de Jericó, botaste todas sus palmeras, y los hebreos penetraron la ciudad, y por mandato tuyo, asesinaron a todo habitante, niño o mujer, anciano y varón, mas a Rahab la uniste a tu pueblo, a quienes escogiste para mostrar tu poder.
8. Y Baal escapó de las manos de Miguel, pues a Miguel enviaste a dar la noticia a Josué : He venido como príncipe del ejecito de Dios, quítate el calzado pues estás sobre tierra santa, la tierra donde tu Dios baja a morar, y tomarás para él la ciudad, porque te la ha dado.
9. Y Baal instó a los hebreos a tomar de las riquezas de Jericó, oro y perlas, y los hebreos tomaron del tesoro de la ciudad, y Dios se encolerizó con la tribu de Judá, pues les había mandado no tomar nada si no que todo lo destruyeran, a mujeres y niños, aun los de pecho. Y Dios mandó a tres mil hombres a atacar la ciudad donde Baal se refugió, pero Baal fue más fuerte, y murieron los tres mil de ellos, y los hebreos supieron que Dios les hizo morir por la falta, pues de nada de las tierras que tomen deben apropiarse, todo debe ser quemado, a razón de que no se contaminen con las usanzas de las naciones. Y Josué capturó a los infractores y el pueblo los apedreó fuera del campamento, pues de nada debían quedarse, ni oro ni joyas, y quien tomó de lo que debía quemarse fue Acán de la tribu de Judá, y Dios calmó su ira cuando los hebreos le mataron junto con toda su familia, sus animales, y destruyeron todo cuanto tenía.
10. En compensación el Señor les entregó al dios de Hai, para que le derrotaran, y les mandó a tomar todos los animales del lugar, y parte de sus riquezas. Y capturaron al rey de Hai, y lo clavaron en un madero
toda la noche, para que el pueblo se armara de valor, y creyeran a Dios, el que les daría toda la tierra en posesión.
Josué lleva el distintivo escarlata de la paz
11. Al morir Moisés posó sobre Josué el distintivo, un paño rojo escarlata, con el que le entrega la sucesión, pues parte de la promesa del Señor decía que se levantaría profeta como Moisés para que le siguieran, y como cumplimiento provisorio Josué lleva el manto, el cual había de traspasar hasta que llegara el renuevo, el cual sería profeta como Moisés, llevando el distintivo, el manto escarlata.
La sacerdotisa Rahab, Noemí y Rut
12. Y Rahab llevó el poder de los dioses, de todos los baales, pues fue la prostituta de los reyes que imponían los señores, los baales, y llevó sobre sí los tesoros de la sabiduría de Baal, y se los trasmitió a su hijo Booz, el que desposó a Rut. Pues Rut aunque extranjera, por amor a su suegra Noemí cumplió la fe en Dios, pues cuando quedó sin hijos ella se le allegó y le dijo : Tu Dios será mi Dios, a donde fueres te seguiré. Pues los hijos de Noemí eran estériles, no podían engendrar, y ellos se casaron con mujeres moabitas, pues a esa región fueron a vivir, una de ellas fue Rut. Y cuando murieron su marido y sus hijos, Rut le hizo su promesa, que le daría nietos pues ella ahora es su hija. Y de Booz nació Obed, de Obed Isaí y de Isaí nació David.
13. Y de estas tres mujeres se urdió el plan, pues Dios llevó el manto de Moisés, que es el distintivo de profeta, a la ventana de Rahab, y de Rahab al renuevo, el que ha de venir al final de los tiempos, al que todo ser debe oír para ser salvo de la ira de Dios.
14. Y el esposo de Noemí se llamaba Elimelec, el cual es el nombre de victoria de Josué, que significa : Dios es mi Rey. Pues David llevará el distintivo del rey, el que es de profeta, y del linaje de David vendrá el renuevo, el que juzgue a la tierra, el padre de la paz.
15. Y así se va armando lo que Dios urde, el plan, pues de Adán por Eva nace un hombre, por Abraham se recibe el sacerdocio de Melquisedec, y Abraham lo hace llegar hasta Isaí, y por Isaí le llegan a David tanto el distintivo del profeta como la promesa a Judá, el cetro del rey. Y David es pastor de ovejas que llega a ser Rey. Y por medio de Josué de la tribu de Efraín, que es Elimelec, por medio de Noemí, Rahab y Rut, David toma las posesiones de los baales, la sabiduría que tomará el hijo de David, Salomón. Y así comienzan a despojarnos de nuestros tesoros, de lo único que nos mantiene vivos, pues una vez arrebatado todo nuestro tesoro, la ira de Dios estará sobre nuestras cabezas.
16. Y así se deduce, Dios prepara linaje para sí, raíz pura que viene de Adán, con poder que ha ido dándose con el pasar del tiempo, adquiriendo conocimiento y poder, pues Moisés de los egipcios adquirió el poder de los dioses, poder del sol y la luna, de la vida y la muerte, de los baales tomaron todo el conocimiento de la tierra, de las artes y de los
libros, y así tomarán el poder de todo el ejército del cielo si llegaren a Babilonia, y lo traspasarán al renuevo, la semilla que ha de nacer de la espiga, el que será engendrado por la virgen. Y así, rey tras rey, llegarás a gobernar sobre todos los dioses, y serás Señor de señores y Dios de dioses.
Saúl : Castigando a tu pueblo
17. Y de modo que te propusiste a castigar a tu pueblo, por rechazarte como rey, pero urdes bajo sus narices tu plan, y de todas formas serás su rey. Pues el linaje lo has trazado ya, nadie te puede estorbar. Eres la raíz y linaje de todos los reyes, con poder de sacerdote, hombre nacido de mujer, que darás tu vida en rescate de los que amas, a razón de quitármelos de las garras, de arrebatarlos de mi boca, pues conozco tus planes, y los desbarataré, y devoraré como león que ruge a los hombres que amas, pues no merecen lugar en tu reino, no merecen entrar al cielo. Polvo son y en polvo se convertirán, y sus almas en la tierra quedarán, no pisarán tu altar celeste.
18. Y escogiste a Saúl como su rey, y sobre él descargamos toda nuestra ira, y le atormentamos tanto que cedió, y procuró matar a David, pues el pueblo le amaba más que a él. Y tú provocaste su caída, pues le escogiste para desecharle, para que se mostrase al pueblo que se equivoca, pues nos enviaste a que le atormentásemos, y le pusiste a David por cantor, pues a los cantos de David todo demonio huía del rey. Porque palabras pusiste en David, palabras que atormentan a los demonios, y los demonios no toleran sus cantos, porque les das a entender lo que son, derrotados fueron por tu pueblo en las tierras de Canaán, no quieren recordar su derrota, de orgullo nos llenaste y en humillación nos terminaste.
19. Y escogiste a Saúl sabiéndole mal rey, para que el pueblo fuera castigado en su error, por rechazarte. Porque no te aceptaron como su rey, mas prefirieron hacer como las demás naciones, cosa que ya les habías prohibido. Y Saúl fue atormentado por los demonios, espíritus impuros que le contaminaron, pues nos lo entregaste, aun nos mandaste a matarle y cubriste todo como si de suicidio se tratase. Y murió Saúl por su propia espada, y le levantaste rey para luego desecharle, y ninguno te puede pedir cuentas, es parte de tu plan.
20. Y por Samuel fue escogido, Samuel tu profeta lo ungió con aceite, y le entregó el reino por una hora, y se lo quitaste para que se lo entregara a David su siervo, el pastor, hijo de Isaí. Y Saúl no fue más que un castigo para los hebreos, una manera de hacer subir a David. Y a tu mal rey le diste muerte indigna, nos provocaste a matarle, le instamos a que se suicidara, pero a fin de cuentas, y lo sabes, tú lo mataste.
21. Y fue un rey malo y soberbio, a tal punto que hasta Samuel, el último que habías puesto por juez, le tenía temor, y no quería ungir a David como rey por miedo a que le matara. De modo que todos tus aparentes errores son sólo parte de tus designios, la mitad que el mundo no puede ver, ni tus creaciones, ni tus hijos.
Pastor David
22. Y David mató al hijo de Briareo, a Goliat, con su propia espada, y fue tan grande su victoria sobre él, que todo el pueblo quiso proclamarle rey. Y a David le diste espíritu y fuerza, pues de sus ovejas ninguna perdía, aun de la boca de osos y lobos las sacaba, con sus propias manos mataba a los leones que querían devorar a una de sus ovejas.
23. Pero también lo sabes imperfecto, pues así te place, es tu idea elegir a los más bajos de entre los hombres para exaltarlos y darles nuevo nombre, que del polvo se levanten y que simulen ser como los dioses. No me remitiré a todos los casos, pues sabes cuantos y cuales son, porque elegiste transgresores para hacerlos expertos en la ley, escogiste los más humildes, los más cobardes. Sólo por mencionar sabes lo de Moisés, perfecto asesino que trata de solucionar sus problemas con la fuerza, sabes de Sansón que aun haciendo lo que no es lícito le premiaste, pues la ley dice que no se debe contaminar tocando animal muerto, pero del cadáver del León le diste su fuerza, y de Jacob el más grande de los mentirosos, astuto en su corazón y en su mente, lleno de tretas, trampas y ardides, y de Gedeón que te puso a prueba más de una vez y te complaciste en permitírselo, Rahab ramera y sacerdotisa de otros dioses, cosa que se supone aborreces, permitiste a la hija de Noé subir al arca aún sabiendo que estaba manchada, y a otros por cometer errores menores les tocaron castigos muy fuertes, es el caso de la esposa de Lot, de Ismael, de Esaú, de Faraón, y de tantos otros, los que tú mismo pusiste en el camino para luego derribarlos.
24. Porque se deben cumplir tus palabras a cualquier costo, aun perdonarás todas las faltas de David, pues es asesino en su corazón, dado a las mujeres, y es capaz de matar por amoríos con ellas. Sus manos estarán llenas de sangre, eternamente, y tú cerrarás los ojos, de otra manera, tendrías que empezar nuevamente, deshacer tu plan, y tu palabra no sería, y no serías Dios. De modo que todo lo pones pieza por pieza, y a martillazos las haces calzar. Lo que dices, todo, haces que llegue a ser. Y te pierdo la pista, y no sé si hago lo que quiero o lo que tú quieres, si estoy programado o soy libre, si soy un juguete o un espíritu, si soy cosa o ser vivo, y nada puedo hacer al respecto, mas que pensar que algo puedo hacer. Porque a David hice que errara, manchó sus manos con sangre, asesinó por mujeres, hice de todo cuanto su corazón podía, sin embargo afirmaste su reino, aunque sí lo mataste, pero no le quitaste su premio, pues le hiciste ver el día antes del final del tiempo, pues te cantaba alabanzas y te gusta que te alaben, la vanidad que te rodea la vemos desde aquí abajo.
25. Y preferiste lo recóndito de su corazón a sus actos, y he aquí que hemos visto el secreto, pues en lo secreto del hombre está lo que buscas, David, con todos sus errores y faltas, se agradó en ti y tú en él. Y fue ciego a tus palabras y promesas, como te gusta, le premiaste, y en visión te vio descender a la tierra, se apropió de tu espíritu, y vivió tu llegada y vivió tu partida, y se enteró de todo lo que había de suceder. Y me maravillé de lo que estabas planeando hacer. Y lloré amargamente,
pues reposaría tu espíritu de forma plena en un cuerpo de hombre, no enviarías a uno, ni otro lo haría por ti, tú solo y sin nadie esperas consumar tu palabra, todas tus promesas.
26. Y te agradó tanto David tu siervo, que adquirirás de su carácter, serás como él, prometerás ser pastor de ovejas, y no perderás ninguna. Y he ahí que percibo, si acaso no me estás nuevamente engañando, que puedes caer, porque es imposible salvarlos a todos, ya que he visto el libro de los condenados, y tendrás que ser ingenioso, tendrás que decir que condenas desde antes de nacido el culpable porque “no sé”, ese día quizá se te ocurra algo, el último día, para eso eres creativo. Y les perdonarás quizás como a David, sin motivo ni razón.
27. Porque se cumple definitivamente aquella tu palabra, tienes misericordia de quien quieres, y maldices a quien quieras maldecir.
Los Jueces
28. Como en el tiempo de los jueces, pues ellos fueron los que preservaron tu palabra, la defendieron en momentos de guerra, la difundieron en momentos de paz. Y mucho se puede hablar de ellos, desde Josué hasta Samuel, y a ellos podemos juzgar, puesto que tampoco ninguno cumplió entera tu ley, todos fallaron. Cada vez que el pueblo tuvo guerras, ellos te imploraron tu favor, y tú cada vez levantaste un juez, un salvador, para que les rescatara, para que los motivara a la guerra, para que formaran tu ejército. Y fuiste Dios de su ejército. Y fue como un juego, ellos transgredían la ley, tú nos enviabas a castigarlos, luego ellos se arrepentían y tú les enviabas un juez para liberarlos de aquellos que los oprimían. Y bien lo declaraste, no fue el pueblo en sí quien no exterminó a las demás naciones, fuiste tú quien las dejaste, para probar a tu pueblo, acaso si iban en pos de adorar a los otros dioses, es que siempre estás desconfiando, aun cuando sabes cómo son las cosas, aun cuando sabes que tú manipulas todo. Es como si quisieras que el hombre hiciera algo que está fuera de tu control, es como si quisieras que fuese más allá de lo que programaste para él, es como si quisieras que por su fuerza descubriera eso que tanto ocultas.
29. Los entregaste en manos del rey de Mesopotamia, de Cusanrisataim, el que los violentó durante ocho años en dura servidumbre, a la manera de cuando estuvieron en Egipto y aun el doble de pesada fue su carga, porque adoraron a Baal y ante Asera se inclinaron, a ellos le hacían sus peticiones y no a ti, pues muerto Josué de inmediato se desviaron, porque los hombres están prestos a olvidar, y a darte la espalda, los descuidas un segundo y se vuelven al mal, no cumplen tus leyes y se dañan entre hermanos. Así debes estar constantemente golpeándoles en la cabeza, a fin de que entiendan, pero ya sabes, nunca van a entender, y se arrepienten temporalmente, hasta el día de la prueba, y tú de todas formas los perdonas, y como aquel día les enviaste un juez que los salvara, a Otoniel le diste de tu espíritu y salió en batalla, y venció a los de Aram, y se devolvieron a sus ríos.
30. Y los volviste a castigar pues volvieron a hacer lo malo a tus ojos, enviaste a Eglón rey de Moab el cual descargó toda la ira de los dioses sobre Israel, y les quitaste Jericó, la primera ciudad que habían tomado de la tierra que les prometiste. Escogiste a Aod esta vez para salvarles, y le infundiste de tu espíritu, espíritu engañoso con el cual se acercó al rey Eglón con regalos y se ganó su confianza, y cuando estuvo a su lado, con puñal desgarró el vientre del rey, sacó su grasa e incluso sus excrementos, y fue por palabra tuya, con ardid e imprevistos, pues no importa el cómo, ni el por qué, importa que se cumpla tu palabra, siempre.
31. Y Samagar, que mató a seiscientos de los hombres guerreros del dios Dagón, pues tu ejército es más fuerte que el ejército de los dioses, aun cuando cometen faltas contra ti, fortaleces a los hebreos, los haces más tenaces, y solo unos cuantos de ellos pueden derrotar a todo nuestro ejército junto. Es por eso que esperamos atacar cuando ellos falten contra ti, y ansiamos el día en que nos mandas a castigarles, el día que sobre ellos tomas venganza, pues mataron a nuestros soldados, a los de Dagón, de Baal, y de Marduk.
32. Aún profetisa levantaste, algo poco usual en ti, para de nosotros burlarte, pues una abeja atacó a la bandada de buitres y a todos los lastimó, y la gloria la tomó una mujer que mató al siervo del rey de Hazor, pues te gusta burlarte aun de los líderes de tu pueblo, de todo aquel que no confía en ti, de todo aquel que no cree a la primera tu palabra, a todo aquel que te cuestiona.
33. Y con trescientos hombres derrotaste a ciento treinta y cinco mil guerreros de Baal, en las tierras de Madián, y aún Gedeón derribó su templo y deshizo su altar, porque no toleras que se arrodillen tus escogidos ante otro dios, menos aún ante Baal, pues de todos los dioses es al que más menosprecias, al que le miras con menos valor, y por eso he multiplicado sus tierras, y le he levantado templos más que a ninguno, y he hecho que los hijos de Israel se inclinen ante él, y le he dado fuerza y aliento, y azota a tus hijos y los hace sus esclavos, a fin de que le sirvan y le adoren, a fin de que te den vuelta la espalda, y te encolerices y nos envíes a castigarles, porque sabes que solo basta un empujoncillo y ellos corren a hacer lo malo.
34. Aún ya en tiempos de Jefté te estabas aburriendo de este juego de ir y venir, pues aunque los liberaste de Egipto, de Abimeléc, de los Filisteos, y de tantos entre las tierras de Canaán y Moab, seguían adorando a otros dioses, pues los dioses ofrecían más de lo que tú les podías dar, tenían libertad de ir y adorar a cuanto otro dios les pareciera, y el mejor dios se imponía ante los demás, o el más bello o el más fuerte, el que les hacía algún favor que tú no querías hacerles. Entonces los hebreos nos servían, nos daban homenajes y nos rendían culto, y te enfadaste : No han sido oprimidos desde que estaban en Egipto, en las tierras de los amorreos, de los filisteos, de Amaléc y de Sidón, y cada vez que clamaron a mí los liberé, les hice escapar de manos de sus enemigos, y ustedes cada vez me dejan por ir a servir a dioses ajenos, de los cuales prohibí que les sirvieran, ahora que nuevamente han
faltado a mis palabras, ahora que los amonitas los tienen derrotados y en el suelo, clamen a sus dioses a ver si les ayudan, que los liberen, pues yo no pienso ayudarles más.
35. Pero se arrepintieron, y sobre Jefté pusiste la carga de todo el error del pueblo, pues le hiciste jurar y aún la vida de su hija virgen te tuvo que dar, pues pusiste en sus manos la victoria de la batalla, y él te juró la vida de quien tú quisieses. Y sobre él cargaste el dolor, y él cumplió y te entregó a su hija. Tú que no aceptas sacrificios humanos, le permitiste que lo hiciera, para que vieran el grado de dolor que causa su locura.
36. Y nosotros mudos, pues haces lo que quieres, todo lo que se te antoja, a nosotros nos envías a castigarles y luego a nosotros nos culpas por su dolor, tomas venganza sobre nosotros que somos esclavos de tus designios, nos mandaste a pelear contra ellos y luego haces que nos venzan, les pagas con su propio mal, y tú para salir inocente cargas sobre nosotros el motivo de su error. En qué pues eres distinto a los otros dioses más que en tu poder, en que nadie te puede tocar, en que nadie puede poner su dedo en la pupila de tu ojo. Por tu palabra hieres, y tú mismo eres el que sanas, y no hay quien pueda escapar de tus manos.
Sansón irrumpe en la ley y sale victorioso
37. Y no te entendemos, pues hablas mucho de tu ley, y tú mismo no cumples con ella. Recuerda que enviaste a tu ángel a las tierras de Dan, y llevó tu mandato a una mujer que era estéril : Tu hijo no beberá nunca ni vino ni sidra, no tocará ni comerá cosa inmunda, hará voto al Señor.
38. Y ya sabes que no cumplió, pues se la pasaba en fiestas con los de filistea, bebiendo y comiendo, tocó el cadáver del león que mató y aun comió la miel que de este salió, de animal inmundo muerto ya hace días, y para colmo rompió su voto y permitió que una mujer le cortase los cabellos. Y en premio tú le levantaste juez de Israel, le das la fortaleza para matar cientos de filisteos en tu nombre, aun para destruir el templo de Dagón con más de tres mil sacerdotes del dios adentro. Y es que no te entiendo, pues cada vez que alguien irrumpe en tu ley y la quebranta, si se arrepiente le premias, le salvas, y le haces aun más fuerte. Es acaso que hacer lo malo a tus ojos termina luego en gracia. Pues casos hay muchos, y David es el mejor de ellos.
Samuel y Natán
39. Y enviaste a Samuel a que preparara el camino para David, el cual sería rey sobre Israel, pues te agradó antes aun de nacer, pues todo lo conoces y todo lo ves, y conoces el final de las cosas, pues tú causaste su comienzo. Y de David hay deleites para ti, música y salmos.
40. Y Samuel tu profeta, el último de los jueces ungió con aceites la frente de David, le hizo rey, y profetizó por medio de Natán acerca de ti cuando David te quiso hacer un templo, por lo que profetizó ante la presencia de David : Así dice el rey de los cielos, el Dios del Ejército, tú
no puedes hacerme un templo, aun cuando liberé a los hebreos de Egipto no pedí que me hicieran templo, pues en la tienda de palos y telas habité, ella me servía de santuario, y tú que te tomé de lo más bajo del redil de las ovejas y te puse por rey de mi pueblo pretendes edificarme casa, pues donde quiera que estés yo he ido, y he exterminado a todos tus enemigos junto con sus dioses, yo acá seré quien les edificará una casa, y cuando tú hayas terminado con tu vida, levantaré a uno de tu linaje, que venga de tus entrañas, y sobre él afirmaré el reino, él edificará casa para mí y yo afirmaré sobre él todo el reino, y para siempre, yo seré para él padre y él será para mí hijo, y si alguna vez hiciere el mal, le castigaré, mandaré hombres que le castiguen con vara y que le den azotes, pero no apartaré de él mi misericordia, porque de quien quiero la tengo y a quien quiera negársela se la niego, y no apartaré de él el reino como hice con Saúl, y con él tu trono se afirmará eternamente y para siempre.
41. Y permitiste que Samuel subiera a la tierra, que un muerto hablara a los hombres, aún que los inspirara, aun contrario a tu mandato, pues mandaste que no hablaran con los muertos. Y ahora no entiendo, pues para cumplir con tu ley, transgredís la ley, como si acaso hubiere una ley mayor que todas.
Salomón construye el Templo
42. Y nació hijo de David, de sus entrañas, y te construyó una casa, templo en que te adoró. Pero su reino no fue para siempre, pues hizo lo malo a tus ojos, pues hizo lo que mandaste que no hiciera, pues juntó para sí mucho oro, y caballos, cosa que mandaste no hacer. Aun a Egipto contactó para intercambiar mercancías. Y el colmo, tuvo muchas mujeres extranjeras, y a cada una de ellas levantó altar para su dios, y adoró junto con ellas a todos los demás dioses. Llevó el reino a la gloria en cuanto a riquezas, pero con su comportamiento fue quien más lo arruinó. Fue tan grande el mal que cometió contra ti, que hiciste pedazos su reino, dividiste a las tribus en dos, y cada uno fue por su camino, y no volvieron a ser pueblo. Porque adoraron a todos los dioses que existen, a todos los del ejército del cielo, aun en tu mismo templo levantaron ídolos, los mismos que abominaste. Y después de haberle hecho el hombre más sabio del mundo, le hiciste el hombre más necio, después de haberlo hecho el hombre más rico del mundo, le hiciste el hombre más pobre, pues desde el confín de la tierra venían reyes para oír de su sabiduría y para observar sus riquezas, y nunca Israel había tenido tanta gloria. Pero se desvió su corazón hacia los demás dioses.
43. Porque no permitimos que a un solo hombre le dieras tanto fue que nos unimos, como un solo ejército, contra Salomón. Y no bastaron tus ángeles para defenderle, pues nuestra furia fue mayor, no es posible que le dieras a un hombre tanta sabiduría y tantas piedras preciosas, y nuestra envidia nos envaneció, y arremetimos contra él, y tú no nos cerraste el paso, quisiste probarle, a ver cuanto te amaba, pero se corrompió, porque de todo hombre podemos decir que te ama por
interés, te ama si le das riqueza o sabiduría o salud o hijos o bendiciones en general, pero ninguno te ama de verdad, pues no se toman la molestia de conocerte, ninguno lo hace de espíritu, ninguno te ama con verdad. Pues ama lo que de ti viene, pero no te ama como la fuente del bien y del mal.
44. Y Salomón sucumbió a la locura, pues la mujer es uno de los más grandes males, pues con dulzura y engaños arrastra a los hombres, es ramera que tienta y hace caer, pues está en todas las esquinas esperando su víctima, arma mortífera que escogí utilizar, pues todos caen rendidos ante ella, aun los más fuertes, pues la mujer lleva el sello de la mentira y del engaño, como una serpiente, astuta y sigilosa. Y tiene muchos nombres, Eva y Dalila, Jezabel y Jael, Betsabé y Tamar.
45. Salomón fue vencido, y por su error castigaste a todo el pueblo, dividiste su reino, arruinaste su tierra. Y los siguientes reyes cometieron más males que bienes. Y fue todo de mal en peor, hasta que te hartaste, y los entregaste por completo en nuestras manos. Irán a parar en manos de Nabucodonosor y del dios de la tierra, Lucifer.
Crónicas del tiempo y el cumplimiento de la palabra de Dios
46. [4406 Luz Primera] Sale de tu boca la palabra, y la palabra fue luz, pues la luz se hizo, y separó para siempre las tinieblas, la oscuridad. Y la estrella de la mañana, la estrella tardía y la temprana, el portador de la luz, es creado por ti, por tu palabra creadora, pues eres el origen y fuente de toda luz, y en ti no hay ninguna oscuridad, pues tu palabra es luz, y la luz es la verdad de las cosas, pues sin luz hay mentira y falsedad, todo lo que no se conoce pues no se puede apreciar, y de la oscuridad nacen los males, y desechaste de ti la oscuridad, y la aborreciste, pues para ti es lo mismo la oscuridad que la luz, por cuanto preferiste la luz. Y la oscuridad no sirvió ya para nada, si no para maldecirla, y te hiciste dueño de ella, y por un momento la amaste, pero en breve la abandonaste. Y abrí los ojos, y me sentí desnudo, sin ropas con qué vestirme, y mi vergüenza es saberme eternamente inferior. Y creaste a millares como yo, que corrieron la misma suerte, y ya no me sentí solo, y te abandoné yo también.
47. [3916 Adán] Y creaste a los hombres en venganza, les amaste más que a mí, les diste la tierra y piensas darles los cielos, cosas ambas que me pertenecían, cosas que me las diste. Y les prometiste lo mío, lo que a mí me pertenece, les diste mi tierra, y les quieres dar mis cielos. Para mí los hiciste, con amor me los entregaste, y me los quitas con violencia, y sepultas a mis amigos. Y aun les mandas a los hombres a no obedecer mi voz, a no dirigirme la palabra, les prohibiste todo dialogo conmigo, ni aun mirarme, ni menos oír mis palabras, y a la mujer engañé, introduje en ella mis dudas, vaciló de tus palabras y se corrompió, y con ella al hombre, y con ellos a la humanidad, y los mataste, los alejaste de ti como lo hiciste conmigo, pero no apartaste de ellos el reinar sobre mis cosas, les perdonaste sus atrevimientos, les perdonaste su rebelión, y en qué soy diferente a ellos, que ellos son basura, no te aman con amor, 158
mas siguen tus regalos. Por eso me encolericé con ellos, y te imploré me mandaras como tu ángel vengador, y me permitiste hacerles todo el mal que quise, pero aun así me pediste cuentas, y me condenas, y abrazas a esas ovejas asesinas que llamas tu pueblo escogido, y me rechazas para siempre. Y les comienzas a prometer el cielo y la tierra, y todo lo pones bajo sus pies.
48. [3426 Enoc] Aún preparas lugar para tu pueblo escogido, incluso los llevas a la parte más baja de los cielos esperando por ti, pues no los conviertes en polvo completamente, y les infundes de tu poder, y ven visiones y sueñan sueños, y logran maravillas con sus manos, y poder ostentoso, aun les muestras el futuro como si fuese el pasado, y llamas a lo que no es como si fuese. Y les muestras tus cielos, a tu ejército de ángeles, y le muestras en visión mi caída, cómo me arrojas desde los cielos, y se mofan de mí, y se ríen a mis espaldas, motivo de burlas me haces. Y les dices que tendrán poder sobre mí, que no me teman, y les das de tu espíritu, y se hacen videntes y profetas, y se alzan los cielos y ellos los leen como un rollo. Qué es el hombre para que te fijes en él, y le des todo cuanto existe, qué es el hombre para que le visites y tengas de él memoria.
49. [2936 Nefí] De modo que los caídos han bajado del cielo, y han visto a las mujeres, las hijas de los hombres, pues las hiciste hermosas, son declive y fosa de engaños, y su cuerpo atrae como remolino en el mar, y caes ante ellas y no puedes salir, te atrapan como algas de mar, y te hunden hacia sus labios, y su cuerpo te enmudece los sentidos, y caes preso como si de una víbora se tratara, y aun los ángeles, los que hiciste perfectos, aun los más fuertes fueron muertos por causa de ellas, pues bajaron a la tierra y tuvieron amores con ellas, pero tú les mataste, y ellos sabían que eso sucedería, pero no les importó, pues les hiciste débiles ante el ardid de una mujer, y la fortaleza ante ellas es nada, pues con sus aromas llegan al interior de la cabeza, y destrozan los sentidos, y por ellas hacen locuras tanto hombres como ángeles, los hombres destrozan reinos y los ángeles dejan su lugar celestial. Y creaste mujeres que cautivan, y creaste la debilidad en el varón, castigo por desobediencia, palo con el que golpeas la cabeza del transgresor. Y he aquí mi suerte, pues algunos somos indiferentes ante ellas, no nos ahogamos en el diluvio, no nos destruiste junto a Babel. Pero Nefilim nacieron de la unión de mujeres y ángeles, toda clase de hombres con intelecto superior, fuerza, y poder sobrenatural, y hasta la consumación de los días esa semilla se transporta, y está dispersa.
50. [2446 Noé] Pues trataste de exterminarla, porque hay mentes que te podrían entender, pues de la raza celeste y terrena nace un tesoro, algo que te asombra a ti mismo, un poder que va más allá del espíritu, un apego a lo físico, un amor por lo banal. Y el mal aumentará y crecerá sin límites, pues la semilla de la duda es árbol que crece y cubre la tierra, y enviaste diluvio para exterminar a los hijos de tus hijos, pero el dios Ivits fue muy listo, y envió a su hijo Nefí a plantar semilla en la hija de Noé, y se salvó de tus aguas, acaso ese era tu plan, y la semilla luego prosperó. Y hasta el final de los días habrá quienes duden de ti, y 159
aumentarán, y no disminuirá, porque no se trata de poder, ni de deseo, se trata de locura, y en la locura no hay explicación, y no podrás hacer que sea de otra manera, solo exterminar puedes, pues eres Dios de fuego que consume.
51. [1956 Abraham] Y tratando de encontrar hombres que te amen en verdad, es que les haces promesas y pactos, y de ellos pides solo la décima parte, y les prometes la totalidad. Pero ni con eso cuentas con ellos, te desobedecen cada vez más, no ves acaso que la maleza ahogará irremisiblemente todo tu trigo. No te impacientes, y pierde la cordura, pues el plazo es corto, y no podrás ganar, tu palabra se verá rota, pues los hombres no cambiarán, el mal se hará superior e infinita la oscuridad, y en soledad tendrás que brillar, has desaparecer con tu luz la oscuridad, matándonos a todos, y solo así habrá paz. Prometes lo que quizás no puedas cumplir.
52. [1466 Moisés] Y prometes liberar a tu pueblo de nuestras manos, a los que escogiste, pero acaban por escogernos definitivamente, y se arrodillan ante los dioses, ante demonios, y nos ofrecen por fuego a sus hijos, y nos ofrecen a cambio de favores su décima parte, sus frutos y animales. Les das una ley que les condena, y pones lazo a sus pies, los atrapas en tu trampa, y tomas venganza sobre ellos por rechazarte, prometes tu ira sobre ellos, pero debes contener tu mano, si a todos los exterminas dónde quedaría tu promesa, pues prometiste darles la tierra y el cielo, y no puedes exterminarlos, y te desesperas, y levantas libertador tras libertador, y te cansas y afliges, y los cargas sobre tus espaldas, y te hieren, y por tus heridas ellos son sanados, porque les amas aun cuando te rechazan, y les ofreces regalos y vuelven a ti, pero no te aman mas que por los regalos, y te he visto llorar. Qué es el hombre para que te ocupes tanto de él, porque nos cambiaste por eso, por hombres que nada valen.
53. [976 David y Salomón] Y pruebas otra vez, y te fallan nuevamente, y decides exterminarlos pero no puedes, está tu palabra en medio, y tu palabra es viva y eficaz, y no debe volver a ti sin haberse cumplido, y tomarás venganza sobre mí, y me odiarás para siempre, pues he hecho el mal a tus ojos, y de ti no hay quien me defienda, y en venganza robaré tus ovejas, si no te puedo tocar a ti, sobre ellas me abalanzaré, pues me lo permitiste y eso también es tu palabra. Y sé que luego de azotarles me castigarás, pero el gozo este es mío, y al abismo me iré, pues no sé si quiera arrepentirme, no sé si quiera que me perdones, es tanta tu locura que ya no sé lo que pasará, solo vivo el momento, y muero a cada minuto. Y te edifican casa en la tierra, pues te esperan, ve pronto a ellos, ámalos mientras te golpean y te escupen la cara, da tu vida por ellos mientras se burlan de ti, y míralos desde el madero en el que te cuelgan, y perdónales otra vez, pues eso deberás hacer eternamente, pues nunca te van a amar con verdad, como sabes que un día yo lo hice, no encontrarás a ninguno, ahórrate tus esperanzas.
54. [486 Esdras] Y derrocarás tu pacto con ellos, y aun lo renovarás, te construirán templo, el que has de derribar, aun lo levantarás tres veces y ellos lo pisarán, pues los hombres son basura, animales que no piensan,
los perdonarás setenta veces siete, y aun más los has de perdonar, pues no te pueden amar con verdad. Has algo, encuentra una manera de perdonarles de una vez y para siempre, que no tengan que venir continuamente y sacrificar un cordero para conseguir tu perdón, has que cesen los pedidos, que ellos hagan su labor, ciérrales el paso a tu morada, o más aún déjales el camino abierto, quizás así uno de ellos logre verte, quizá uno de ellos logre llegar a ti, a tus brazos, y sienta tu calor, y te ame como lo hice yo. Y serás feliz, y te veré feliz, y podré dejar que me mates, que me quites mi existencia, y me iré feliz, porque estás feliz, y ya no llorarás más, y no estarás más solo, porque es malo que Dios esté solo.
55. [4 Jesús] Escogiste a quien ha de estar contigo para siempre, pues sabes que te quedarás solo, abriste el camino hacia ti, rasgaste el velo que cubría tu rostro y te dejaste ver, regalaste la vida eterna, que comieran del árbol de la vida, perdonaste todos sus errores, les acercaste tu reino, y todo aquel que no te escuche esta última vez será muerto, y me acompañará en mi agonía, en un lago de fuego, porque no escuchó tu palabra, no creyó a tu llamado, pues les tapaste los oídos y les llenaste de mentiras y engaño, a fin de que pudieran entre ver por en medio de la falsedad, y te amaran con verdad, rompiendo el error, matando la mentira, que fuesen más fuertes que la maldad, que siendo capaces de amarse los unos a los otros te pudieran amar a ti, y es está tu última esperanza, crees que con esto alguien te amará, y se te acaba el tiempo, plazo que fijaste, y aun no encuentras a ninguno, enviaste por ellos, llamaste a muchos, escogiste como en un desfile, pero ninguno llega a ti, estás muy alto en los cielos, y muy debajo de la tierra, no te pueden alcanzar, no dan contigo, son ciegos, y ni palpando te pueden hallar. Ni quitándoles la venda de los ojos te vieron. Me lamento por ti, pero como tú dices, aun queda tiempo, tanto me alegraría el que aciertes, como tanto me alegraría el que falles, ambas cosas me harán feliz, y de todas formas moriré, dejaré de existir.
56. [1964 + Tres años y medio, un día por semana] Y ya ves cómo al final yo gano, pues aciertes o falles, y el hombre te ame o definitivamente te aborrezca, yo gano, pues me matarás en ambos casos, y dejaré de existir, y seré feliz, pues la existencia me fue agobio, y dolor fueron todos mis días, y agonía, y me mataste cada minuto, y te obedecí hasta la muerte, y azoté a tus hijos, los que fueron causa de mi sufrimiento, y los di por muertos, y como resultare lo tuyo, me alegro en mi desdicha, pues no te veré más. Dales cuarenta y dos semanas más, concédeme ese deseo, y cuando se acabe ese tiempo y no encuentres quien te ame como yo lo hice, aún dales seis horas más, como favor, por amor a mí, no los extermines hasta en la última hora.
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