Éxodo
A cualquier coste Dios cumple su palabra
1. Cuando Dios y Abraham realizaron la ceremonia para cerrar el pacto de la promesa, el día en que la presencia de Dios pasó por en medio de los animales partidos por la mitad, el día en que Abraham espantaba a los buitres mientras esperaba que Dios se presentara a firmar el pacto, los animales partidos por la mitad simbolizaban la suerte que correría quien no cumpliera la parte del pacto. Se cerró el pacto de la promesa.
2. Luego de esto, Dios le dijo : Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, serán allí esclavos durante cuatrocientos años, serán maltratados y estimados en menos. Pero mira a tu alrededor, todo lo que ves, la tierra que miran tus ojos, todo lo que alcanzas a ver, le será dado a tu descendencia, que será tan numerosa como la arena que hay en el mar.
3. Este hecho ha comenzado a ocurrir, una vez José llegado a Egipto comenzó el oráculo a funcionar. Fue este el primer paso por el cual Dios comenzaría a gestar los elementos e instancias, debía cumplir lo que había pronunciado, serían esclavos en Egipto durante cuatrocientos años, y este era el medio a utilizar.
4. Murieron todos los jefes de familia de las tribus de Israel, José y sus hermanos. Pasado un tiempo se comenzaron a multiplicar en Egipto sus descendientes, llegaron a ser muchos y poderosos, Egipto se llenaba de israelitas. Hubo un nuevo rey en Egipto, que no reconocía a José ni los estatutos a favor de sus hermanos y familia, y se dijo a sí mismo : El pueblo israelita se hace grande y poderoso, aun más que nosotros en Egipto, en cualquier momento se apoderarán del país, debo hacer algo al respecto.
5. Le comentó luego sus pensamientos a sus consejeros, e idearon un plan. Comenzaron a poner a los israelitas a trabajar en forma dura, les encargaron construir ciudades y edificios. Pero mientras más les exigían y maltrataban, más aumentaban. Así que los egipcios comenzaron a temerles en gran medida. Comenzaron a esclavizar a los israelitas y a amargarles el vivir, los sometieron a trabajos duros, haciendo ladrillos de barro y paja, y a atender todos los trabajos del campo. En todo esto eran tratados con severidad y crueldad.
6. Con todo, añadieron más, les pidieron a las parteras de los hebreos (así denominaban a los israelitas y a otros pueblos sometidos) que no permitiesen el nacimiento de niños varones, solo de niñas. Debían fijarse al nacer un bebé, si era niña la dejaban con vida, si era niño debían matarle. Esto permitiría reducir el número de hebreos.
7. Pero las parteras no quisieron matar a los niños, y se excusaban : Las hebreas son más fuertes que las egipcias, cuando llegamos ya ellas han parido a sus hijos sin dificultad.
8. El pueblo israelita seguía creciendo. Entonces Faraón dio un edicto que debía cumplirse a cabalidad : Echen al río a todos los varones que vayan naciendo de los hebreos, solo a las niñas déjenlas vivir. Y así comenzó la
matanza de niños, los arrojaban al río y morían ahogados muchos, sus padres trataban de salvarlos, pero los egipcios se lo impedían, comenzaron a arrojarlos en las zonas donde habían cocodrilos para que así no pudieran rescatarles.
Nacimiento de Moisés
9. Pero una mujer de la tribu de Leví llamada Yojebed dio a luz un niño, al cual logró ocultarlo durante tres meses, porque le vio hermoso, mas no pudiendo ocultarle por más tiempo, ideó un plan recordando una antigua leyenda del rey Sargón, calafateó un canasto de junco de modo que no le atravesara el agua, puso al niño adentro y lo cubrió con un manto, luego lo dejó a orillas del río, a donde le llevara el Nilo sería su destino. La hermana mayor del niño espiaba de cerca mientras el canasto se comenzó a alejar, ella comenzó a seguir el rumbo del canasto.
10. Y luego regresó a contarle a su madre lo sucedido : Batia, la hija de Faraón, bajó a bañarse al río cuando divisó la canasta e inmediatamente envío a sus siervas a averiguar de qué se trataba. Cuando le llevaron el canasto ella destapó la manta y vio al niño muy hermoso, que lloraba, sintió compasión por él. Hablaban de que el niño era hebreo, pero aun así lo iban a conservar. Yo misma me acerqué y le dije que debían buscar a una nodriza hebrea, me enviaron a mí por una, tú misma serás su nodriza.
11. La madre del niño lo cuido y crió, pero cuando fue ya grande se lo devolvió a la hija del Faraón. Durante todos los años que crió al niño, la hija de Faraón pagó todos los gastos de la crianza. Al tener al niño de regreso, la hija de Faraón le puso nombre : Yo lo saqué del agua, así que se llamará Moisés, hijo del agua.
12. A Faraón esto no le importó, pensaron en que un solo niño hebreo más en nada podía perjudicarles y asintió en el capricho de su hija. Así Moisés creció, se instruyó en la sabiduría de los egipcios, aprendió a leer y escribir oráculos, aprendió ciencia acerca de las estrellas, los dioses, las artes, números y letras. Comenzó a ser grande y se hizo el orgullo de su madre, la hija de Faraón.
La clase de hombres que Dios escoge
13. Moisés no fue grande entre los egipcios, no fue sucesor de Faraón, ni rey, ni consejero. Sin embargo, tenía grandes ambiciones, era bastante soñador, sentía curiosidad por las ciencias, sobre todo las ocultas, vivía leyendo la ciencia de los magos de Egipto.
14. Un día salió a visitar a sus hermanos de raza, los hebreos, para conocerlos y verlos. Notó los trabajos con que los egipcios los mantenían ocupados. A la verdad, los hebreos exageraban aquellos trabajos y los hablaban entre ellos como una esclavitud. Pero la tierra era de los egipcios, tenían el pleno derecho, los hebreos estaban de todas formas usufructuando lo que no era de ellos, mantenían ganados y frutos en tierra extranjera, Egipto no es Israel.
15. Pero como Moisés tenía un extraño espíritu que le motivaba a buscar la equidad, tanto así que uno de aquellos días en los que salía a ver a los hebreos, vio que un egipcio maltrataba a uno de los hebreos y encendido en ira tomó por el cuello al egipcio y lo asfixiaba, presionaba con tanta fuerza que terminó por matarlo, y viendo que estaba solo, enterró el cuerpo del egipcio en la arena y se fue. Así se convirtió Moisés en el asesino que luego será uno de los favoritos de Dios.
16. Otro día vio a dos hebreos peleando entre sí, y es que los hebreos tampoco eran un modelo de compañerismo, al verlos Moisés trató de detenerlos, les dijo que entre hermanos no debían pelear, pero los hebreos le dijeron : Acaso te han puesto como rey y juez entre nosotros, piensas matarnos como mataste al egipcio y ocultarnos con arena.
17. Entonces Moisés al enterarse de que el asunto del asesinato no había quedado en secreto, y conociendo las leyes egipcias, por la cual sería juzgado como cualquier otra persona, decidió escapar. En efecto, cuando Faraón se enteró del asunto mandó a apresar a Moisés para matarle, pero ya era demasiado tarde, él había huido a las regiones de los madianitas.
18. Allí encontró un pozo, en el cual estaban discutiendo unas mujeres que fueron por agua y unos pastores por quién debía ocupar el pozo primero. Moisés como todo un salvador escogido y seleccionado, se puso a ayudar a las damas, las cuales luego contentas, le llevaron ante su padre, un hombre muy rico de aquellas regiones de Madián. Se casó, tuvo hijos y se hizo cuidador del rebaño de ovejas. Mientras desde Egipto continuaban llegando al cielo las oraciones de los oprimidos.
19. Muchas veces los hebreos intentaron escapar, pero ya que los egipcios los mantenían controlados, tanto en natalidad como en los otros aspectos, les convenía tener trabajadores a sueldos bajos y no les permitían irse de las tierras. Pero a la verdad y según mi opinión ellos podían haberse escapado hace bastante tiempo.
Yahvé escoge definitivamente a Moisés
20. Una de las veces en que Moisés cuidaba las ovejas de su suegro, las condujo a través del desierto en busca de pastos y llegó hasta el monte Horeb, conocido luego como Sinaí, de aquel monte, muy alto, se decía que era una de las habitaciones que Dios poseía acá en la tierra. Una vez cerca del monte Moisés comenzó a sentir la presencia del espíritu de Dios, pero no se acercó al monte.
21. Entonces Dios mismo se presentó, tomando la forma de fuego consumidor, sobre un árbol de zarza, Moisés se fijó en el árbol pues aunque estaba en llamas este no se consumía. Y encontró extraño el hecho y fue a mirar más de cerca. Entonces observó que la llama estaba en medio del árbol, en sus ramas y hojas, el pequeño arbusto ardía en llamas y aun así no se consumía por el fuego. Toda la presencia de Dios en un lugar tan pequeño, y es que para Dios ni el tamaño, ni el tiempo, son limitantes para realizar sus propósitos, nada le es imposible hacer.
22. Entonces Dios comenzó a llamar a Moisés por su nombre, la voz salía de en medio de la zarza en llamas : Moisés, quítate el calzado, muéstrame respeto pues estás de pie sobre lugar sagrado. Yo soy el Dios de tus antepasados, de Abraham, de Isaac y de Jacob, el mismo en el que creyeron tus padres, ellos creyeron en mis promesas. Moisés se cubrió la cara con sus manos pensando en que si veía a Dios directamente iba a morir. Continuó Dios hablando : Me han llegado las oraciones de mi pueblo, el que he elegido, están sufriendo mucho por causa de sus opresores los egipcios, por eso yo mismo he bajado y pienso sacarlos de esta tierra y llevarlos al país que les prometí, una tierra donde manan sin cesar la leche y la miel. Es el país donde viven mis adversarios, liberaré a mi pueblo y los llevaré a la tierra que les prometí, por amor a tus padres.
23. Y claro, los adversarios éramos nosotros, los de la rebelión, pues cada uno de nosotros estábamos a cargo de las ciudades y países que ahora pertenecerían a los hebreos, el país de los cananeos, de los hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, estas tierras y gobiernos eran poderosos, con muchas riquezas, ciudades fortificadas, buena administración de sus recursos, y con hombres capaces de gobernar tan grande gentío. Estábamos haciendo un buen trabajo, el mismo que nos había encargado Dios, pero ahora decide que debemos permitir a los hebreos tomar las tierras, lógicamente nos resistiremos.
24. Dios continuó hablando : Por lo tanto, para que no maltraten más a mi pueblo, ponte en camino pues te envío delante de Faraón para sacar a mi pueblo de Egipto. Pero Moisés contestó : Yo nada soy para hacer una tarea tan grande, cómo me presentaré ante Faraón para pedirle que libere al pueblo, eso no lo puedo hacer, no soy capaz.
25. Dios le dijo : Yo estaré contigo, y sabrás que así será pues una vez fuera de Egipto vendrán a este mismo monte a adorarme y servirme. Yo castigaré a quienes les han hecho tanto mal, para que puedan con verdadero amor y gratitud servirme en este monte.
26. Es lo que ya he dicho : Es por nada que el hombre le sirve a Dios acaso, es que él se empeña en atenderlos hasta en el más mínimo quejido, hace todo por ellos. No entiendo qué pueda tener el hombre que Dios le presta tanta atención, hasta en extremo el hombre es inútil, Dios debe hacer todo por ellos, nada pueden por sí solos.
27. Moisés luego de pensar un momento le dijo : Cuando vaya a donde mis hermanos los hebreos, ellos me dirán : El Dios de nuestros padres acaso, pero cómo se llama, qué nombre tiene para que podamos irnos e ir a servirle. Entonces Dios le informó su nombre : YO MISMO SOY les dirás, Yo Soy me ha enviado a ustedes. Les dirás también : El Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob, el cual tiene un nombre eterno, les manda a reunir a los ancianos de Israel para que sepan que Dios el Señor ha escuchado sus oraciones y viene para liberarlos. Los llevará a las tierras que prometió a sus antepasados, para que allí puedan servirle y ofrecer sacrificios para él. Pero Faraón no los dejará irse si no es por la fuerza. Pero ante él demostraré mi poder y me haré famoso. Heriré de muerte a los egipcios y caerá mi mano sobre ellos,
ustedes no se irán con las manos vacías, pondré en el corazón de cada egipcio hacer mis deseos y ellos les darán todo el oro y riquezas que les pidan. Lo que yo hablo, nadie lo puede estorbar.
28. Moisés respondió : Jamás me creerán algo así, me dirán que estoy loco, me dirán que es imposible que Dios se me haya aparecido. Además tengo dificultad en la palabra, no puedo hablar delante de tanta gente sin ponerme nervioso y tartamudear.
29. Dios le dijo : En tu mano tienes una vara, arrójala al suelo. Entonces Moisés vio cómo se convirtió la vara en serpiente, le agarró por la cola y se volvió a convertir en la vara de madera. Dios le dijo : Este es el símbolo de mi poder, por medio de la serpiente he de demostrar que Yo Soy. Pero si esto no les basta, mete tu mano en medio del manto que traes. Moisés lo hizo así y al sacarla llena de lepra se asustó mucho, pero al volverla a meter esta le salió limpia. Dios le dijo : Si con la primera señal no creen, con la segunda lo harán. Pero si no te creen, les darás una tercera y última señal, tomarás agua del río y la arrojarás a la tierra, apenas toque el suelo el agua se convertirá en sangre. Y en cuanto a tu problema en el habla, quién crees que le dio la boca al hombre, yo soy el que hace al hombre mudo, sordo o ciego, que hable o que pueda ver, yo ordeno todo esto.
30. Moisés le contestó : Por favor, yo no puedo hacer todo esto, manda a otro, que vaya alguien más capaz, que sea otra persona. Entonces Dios le habló fuerte, con ira : Pues que te acompañe tu hermano, él habla muy bien, explícale todo, mira que ahí viene, a medio camino le encontrarás pues te has tardado y viene por ti. Tú le hablarás a él y él hablará por ti. No olvides jamás la vara, pues harás con ella los milagros en mi nombre.
31. Así ocurrió como Dios escogió por fuerza a Moisés, un hombre, asesino, cobarde y respondón. Le encargó la tarea de sacar a los hebreos de Egipto y llevarlos a las tierras donde gobernamos nosotros, pensando en expulsarnos, harán luego un altar y adorarán a quien los liberó de la esclavitud. Harán sacrificios de gracias. En las tierras de Canaán disfrutamos de libertad, nos rinden culto, han hecho imágenes de nosotros y nos adoran de rodillas, nosotros en cambio les defendemos, bueno, los demás hacen esas cosas, yo estoy ocupado en asuntos más importantes, debo resolver mi problema, deseo dejar de existir lo más pronto posible y no soporto más tanto sufrimiento, mientras Dios hace quizás qué cosa, yo me preocupo de saberlas, y al no poder descifrar sus acciones soy reducido a imperfección.
Moisés se presenta ante Faraón
32. Es extraño, cada cosa que nosotros hacemos, sea buena o mala, resulta que está involucrada en provecho del plan que Dios ha trazado para sus fines. Que hayamos destruido casi toda la tierra provocó que los israelitas llegaran a Egipto, que hayamos antes ayudado a Egipto a hacerse fuerte provocó que los israelitas tuvieran una sombra fresca en
la que refugiarse, ahora, tanto esfuerzo en hacer crecer las ciudades de los cananeos, y serán entregadas en forma gratuita a los israelitas.
33. Veo como se preparan las cosas, hordas de ángeles ya han puesto su tienda en el interior de Egipto, algo va a pasar. Han venido diez arcángeles a sitiarnos, de los principales. Temo lo que vaya a pasar. Tengo una corta existencia, en comparación a Dios, pocas veces he experimentado tanto miedo.
34. Moisés tomó a su esposa e hijos y regresó a Egipto, a las tierras ocupadas por los hebreos. Allí Dios le habló otra vez : Le dirás a Faraón que permita a mi pueblo salir en paz. Pero yo haré que el corazón de Faraón se ponga duro y no dejará salir a los israelitas, así harás las maravillas que te he encargado hacer frente a él, para así hacerme de un nombre y tener fama. Le dirás que libere a mi pueblo, mi primogénito, a quien he escogido para servirme. Si hace caso omiso, dile que mataré entonces a su primogénito.
35. Así, mientras todos en el cielo estábamos de testigos, Dios se muestra tal cual es. Primero él mismo hará que Faraón se ponga terco, y luego él mismo le castigará matando a su primogénito por este acto, que claro, fue obligado por Dios a hacer. No caben dudas en esto, Dios dispone del destino de todos, hace lo que él quiere y nadie puede reclamarle. No puede una criatura contender con su creador. Ni mucho menos comprender sus extrañas decisiones.
36. Aarón y Moisés llegaron entonces ante Faraón luego de convencer al pueblo. Le dijeron todo lo que Dios les había hablado, pero Faraón dijo que no reconocía a este nuevo Dios. Entonces Aarón contó a Faraón un extraño suceso que le había sucedido a Moisés camino a las tierras de los hebreos : En el camino, un ángel jefe del Ejército de Dios se le interpuso con la idea de matarle, le hizo caer en grave enfermedad, ardía en fiebres, su esposa Séfora entendiendo lo que sucedía, ofreció el prepucio de su hijo al ángel como muestra de compromiso para que le dejara la enfermedad, por esta causa debe el pueblo israelita ir al desierto y cumplir con la promesa hecha haciendo sacrificios y holocaustos, no sea que el ángel se enoje y nos destruya a todos, con una peste u alguna otra plaga, porque sus reglas deben cumplirse.
37. Faraón endureció su corazón, cortesía de Dios soberano, y no hizo caso a Moisés, dijo que no dejaría ir al pueblo, pues no podían dejar de hacer sus trabajos en que los mantenían ocupados. Dejen de distraer a la gente de sus trabajos, desde ahora ya no les transportaremos la paja, que vayan ellos mismos a buscarla, fueron sus últimas palabras en la discusión. Así el pueblo quedó descontento con Aarón y Moisés, pues ahora debían ir a buscar paja, gastando fuerza y tiempo, y los egipcios les exigían la misma cantidad de ladrillos.
38. Entonces Moisés empezó a comprender el proceder de su Dios, que hace y deshace sin dar explicaciones, aun a sus más fieles : Señor, por qué tratas tan mal a este pueblo, desde que me enviaste delante de Faraón, ahora más que nunca le va mal a este pueblo, se les trata peor que antes, para qué me enviaste entonces. Y Dios le contestó : Solo por la fuerza Faraón dejará ir al pueblo, ahora verás lo que le haré. Porque
yo soy Dios, y me presenté a Abraham, a Isaac y a Jacob, pero solo ahora he dado a conocer mi nombre, Yo Soy, pues antes solo de oídas me conocían, me nombraban el eterno, el invisible, pero te he dado a ti a conocer mi nombre, hice alianza con ellos y les prometí en heredad la tierra de los cananeos. Así que desplegaré mi poder y los salvaré.
39. Pero Moisés dijo : Cómo Faraón me hará caso, si ni los israelitas me toman en cuenta. Sigo siendo torpe para hablar, soy impuro a mis propios ojos para una tarea tan noble. Dios le habló : Aarón será tu portavoz, tú actuaras en mi lugar y en mi nombre. Serás Dios para tu hermano Aarón. Harán señales delante de Faraón, pero yo haré que él endurezca su corazón, para así poder hacer todas las maravillas que tengo planificadas hacer, para hacerme de fama y un buen nombre.
40. Se presentaron otra vez ante Faraón, el cual pidió una señal de que Dios hablaba por medio de ellos, pues decían que su Dios les había enviado personalmente. Entonces Aarón tomó la vara de mano de Moisés y la arrojó al suelo, al instante se convirtió en serpiente. Pero Faraón llamó a sus magos, los cuales replicaron el milagro, con sus artes de hechicería cada uno arrojó sus bastones, se convirtieron en serpientes, pero la serpiente de Aarón devoró a todas ellas. A pesar de esto, Dios endureció el corazón de Faraón y él no les permitió abandonar el país.
41. Entonces el plan de Dios empezó a funcionar, comenzó Moisés cada día, temprano, a ir ante Faraón a pedirle la libertad del pueblo, cada día hacía un milagro distinto, pero a su vez, Dios endurecía el corazón de Faraón y éste se negaba a ceder.
Nuevamente Dios ofende a sus opositores
42. El día siguiente Aarón golpeó las aguas del río con la vara, Dios estaba dispuesto a demostrar que era más poderoso que Faraón, que sus magos, los que trataban de replicar cada cosa asombrosa que Dios hacía mediante sus artes mágicas. Al golpear las aguas, estas se convirtieron en sangre, los peces del río murieron. Pero no solo eso, toda el agua, la de los pozos y las de los estanques se convirtió en sangre. Pero Faraón no hizo caso, los magos y sus artes también pudieron hacer lo mismo. Pero hasta las aguas del palacio de Faraón estaban convertidas en sangre. Han sido derrotados los dioses de Egipto, Khum dios creador del agua, Hapi dios del nilo, y Osiris, pues el Nilo son sus propias venas.
43. El día siguiente que Faraón no quiso escuchar, Dios mandó ranas por todas partes, se metían en las casas, en los hornos del pan, y en las camas. Los magos hicieron lo mismo, pero no pudieron echarlas luego. Entonces Faraón pidió a Aarón que le dijera a su Dios que las sacara y él les dejaría ir. Pero Faraón no cumplió su palabra. Dios es señor de la naturaleza, fue así más poderoso que Heket, el dios rana, responsable de la fertilidad de las bestias.
44. El día siguiente comenzó inmediatamente una plaga de insectos parecidos a mosquitos, salieron del polvo de la tierra mediante un fuerte viento. Esta vez los magos estaban tan picados de estos mosquitos que no pudieron realizar la réplica del milagro. Entonces los magos dijeron a
Faraón : Esta es la mano del mismo Dios. Pero Faraón no les hizo caso. Así nuevamente Dios mostró lo inútil de los dioses de Egipto, Khepri, el dios escarabajo y Gueb, dios de la tierra, quedaron en ridículo.
45. El día siguiente que Faraón se madrugara cerca del río, Moisés y Aarón fueron a advertirle, deja ir al pueblo o Dios enviará tábanos, los que llenarán tu palacio y las casas de los egipcios. Entonces Faraón tuvo miedo y dijo : Está bien, vayan a hacerle sacrificios a su Dios, pero sin salir del país. A lo que Aarón respondió : No podemos sacrificar animales a nuestro Dios, pues son los mismos que ustedes los egipcios adoran, no queremos que nos odien más. Tal como Dios nos ordenó debemos hacer este servicio en el desierto. A tres días de camino. Pero Faraón no quiso y se llenó todo de tábanos. Luego quiso engañar nuevamente a Moisés, pero los tábanos volvieron. Y Sejmet el dios de los enjambres de insectos y bestias salvajes, nada pudo hacer para evitarlo.
46. Los egipcios imploraban a sus dioses, pero ante el único Dios, estos fueron inútiles. El día siguiente que Faraón se negó a dejarlos ir, una peste hizo morir a casi todo el ganado de los egipcios, mientras el ganado de los israelitas estaba intacto. Hathor y Apis, dioses simbolizados por la vaca y el toro, dioses de la belleza y el amor, nada pudieron contra el todopoderoso.
47. El día siguiente que Faraón endureció su corazón, Dios envió úlceras a los cuerpos de los egipcios, y les provocaron llagas muy dolorosas en la piel y en el interior, en sus estómagos. Moisés y Aarón tomaron cenizas y las esparcieron en el aire, esto provocó la grave enfermedad, pero esta solo atacaba a los egipcios. Tanto hombres como animales se llenaron de llagas. Ha sido Imhotep, el grandioso y mágico curador el que ha sido humillado, de nada le vale su sabiduría en las artes de curar enfermedades. Así se comprueba que solo un Dios domina todo y a todos, no tiene igual ni rival.
48. El día siguiente que Faraón se endureció, se le advirtió lo que sucedería, una lluvia de granizo destruiría cuanto encontrara a su caer. Algunos de los funcionarios de Faraón tuvieron miedo y pusieron todo bajo techo, pero el granizo era grande, cada grano era del tamaño de una roca, el granizo hizo pedazos todos los techos, caían sobre animales y personas, matando a muchos. La tormenta fue como ninguna, sin parar, rayos y granizo, lluvia, fue realmente asombroso. Pidió a Moisés una oportunidad más, dejó de arrasar la tormenta, pero también Faraón lo volvió a engañar y no dejó ir al pueblo. Ni Nut ni Seth, dioses del cielo y la tormenta, pudieron hacer algo, Dios les tenía apresados. Y es que el poder de Dios, ni aun con todos los que actualmente nos encontramos en la rebelión, puede ser vencido. A Dios no se le puede vencer, solo queda dejarse vencer.
49. El día siguiente que Faraón se puso terco, Moisés le advirtió : Ahora langostas consumirán todas tus cosechas. Entonces Faraón se llenó de temor y les dijo : Solo los adultos pueden ir a adorar a su Dios en el desierto, sin mujeres ni niños, se ve claramente que tienen malas intenciones y quieren dejar sus trabajos acá en Egipto. Pero Dios no permitió esto, la idea era que todo su pueblo fuera liberado. Las
langostas entonces consumieron todo, menos las cosechas de los israelitas. Así Isis, diosa de las cosechas y los campos, ha quedado hecha una inútil.
50. El día siguiente que Faraón no permitió la libertad de los hebreos, Dios envió una completa oscuridad, en el día y en la noche. La oscuridad era tan espesa que no se podía ver ni por donde se caminaba. Esta vez Faraón dijo : Está bien, que vayan con sus mujeres e hijos. Pero una vez acabada la oscuridad, Faraón se endureció nuevamente. Es así como Amón, Rá, Atón y Horus, deidades del sol y de la luz, han quedado descartados como dioses que sirvan para algo.
51. Entonces Faraón le dijo a Moisés : Cuídate no venir a molestarme otra vez, pues si te veo nuevamente, de seguro morirás. Entonces le respondió : Como has dicho, no volveré a verte. Y Dios le habló a Moisés nuevamente : Aun hay otra plaga que debo traer sobre Faraón, después de esto él los dejará ir. Es ahora cuando deben despojar a los egipcios, que cada israelita tome de ellos oro, plata y cuanto puedan, yo pondré en el corazón de cada egipcio poner esto por obra, no se irán con las manos vacías. A media noche pasaré por todo Egipto, morirá el primogénito de cada familia, el hijo mayor de Faraón, hasta el hijo mayor de la esclava de Faraón, también las primeras crías de los animales. Habrá gritos y lamentos en Egipto como no los ha habido, entonces de rodillas vendrán a pedirles que se vayan de Egipto. Verán todas las maravillas y milagros que haré.
52. De ahora en adelante, para ustedes este será el primer mes del año, el día diez de este mes, tomará cada uno un cabrito o cordero, uno por cada casa. El animal debe ser de un año, sin mancha ni defecto, lo guardarán hasta el día catorce de este mes, y lo matarán al caer el sol. Tomarán la sangre del animal y harán la señal en los umbrales de la puerta de la casa, formarán con la sangre un arco, (esto forma el equivalente a la letra Taw), esa noche comerán la carne asada en fuego, junto con hierbas amargas y pan sin levadura. No deben comer pedazo crudo o hervido. Todo debe ser consumido, patas y entrañas, nada debe quedar para el día siguiente. Si algo queda, debe ser quemado. Pasarán la noche vestidos, con el bastón en la mano, comerán todo con prisa, será llamado este evento Pascua, que significa, pasar de largo, ya comprenderán de lo que hablo. La sangre servirá de señal, cuando salga para herir de muerte a los egipcios, veré la señal de la sangre en sus casas y pasaré de largo.
53. Así Dios instituye un misterio, la Pascua, que significa pasar de largo, simboliza que cierto día, fijado por Dios mismo, pasará por alto todos los errores que los humanos pudieran haber cometido, se les perdonarán todas las ofensas. Es extraña la justicia de Dios, no la puedo comprender, a mí se me ha tachado siempre de personificación del mal, pero ni aun el mal es algo que yo comprenda, éste Dios es demasiado difícil para comprender, alto es, no logro captar por causa del vértigo.
54. Dios continuó hablando : Este día lo deberán recordar, cuando sean libres lo recordarán con una fiesta. Será como un mandamiento, y lo traspasarán de padres a hijos, cualquiera que ofenda la manera en que
se debe hacer esta fiesta, morirá, pues comerán pan sin levadura, no se trabajará y se comerá la carne como se hará hoy.
55. Yo estaba de pie mirando todo, cuando Dios me ordenó : Ve a medianoche a Egipto, debes matar a todo primogénito que encuentres, de hombre y de animal, pero en cada casa que encuentres la señal del pacto, con sangre, debes pasarla por alto. Mira que te mando Lucifer y debes hacerlo rápido. Esa noche herí de muerte a todo primogénito, de animal y de hombre que había en Egipto, intenté entrar en las casas marcadas con la sangre, pero cada vez que me acercaba aparecía en un lugar lejano, lejos de la casa. Pasé por los calabozos, el palacio, los establos, y todo lugar, cumplí completamente la orden. No hubo casa en que no dejara a alguien muerto. El hijo de Faraón estaba resguardado por ángeles de la rebelión, Isis diosa de la vida, Osiris dios de la muerte, y Nekhebet dios protector de la casa de Faraón, no tuve alternativa, tuve que vencerlos y encerrarlos en el gran abismo, así maté al primogénito de Faraón. Solo tuve problemas con Anubis, quien decide a qué lugar van los muertos en Egipto, tanto los empuja al sector de los buenos o tanto los empuja al sector de los malvados, se me había encargado respetar el alma del hijo de Faraón.
56. Es así como sucedió, los israelitas despojaron a los egipcios, se quedaron con mucho oro y plata y piezas preciosas. Se dispusieron luego a irse, pues Faraón y sus funcionarios les pidieron de rodillas que se largasen, así también se llevaron animales de ganado y muchas otras cosas. El día que salieron los israelitas, también salieron junto a ellos una gran multitud de gentes, incluso de egipcios, esto es muy importante de resaltar, pues el pueblo que Dios escogió para él estaba formado no solo por los descendientes de Jacob, si no también tanto como familiares de Jacob, tanto como de egipcios, tanto como gente de otras razas. La familia que Dios escogió no es de una raza en particular. El descendiente de Adán, que pronto contenderá contra mí, saldrá de este particular pueblo.
57. Es simplemente maravilloso el mundo que Dios construyó, pues él mismo, haciendo poco, puede desencadenar una serie de hechos que conllevan a una meta común, o decirlo de otra forma, Dios con solo un dedo confirma y afirma su palabra, como en el caso de José, así se confabulan los hechos, cada detalle se une a otro y forman el supremo designio de Dios, y todo calza. Con curiosidad, antes de que comenzaran las plagas, observé que Dios aumentó la temperatura del agua del río Nilo para luego sentarse en su trono y comenzar a mirar.
58. Este río es el corazón de Egipto, transgredirlo es transgredir a Egipto mismo. Debido al aumento de la temperatura, los organismos más pequeños que viven en el agua, los casi invisibles, murieron en cantidad de millones, todas las aguas que habían provenían del río, los cuerpos muertos de estos organismos casi invisibles tornaron en color de sangre el agua, se puso por esto amarga, veneno que mató a los peces del río, con el tiempo y los peces muertos, el río apestaba. Las crías de las ranas sin sus depredadores directos se multiplicaron por miles,
alimentándose de insectos que poblaban en el hedor del río, a falta de alimentos salieron las ranas por todo Egipto.
59. Una vez muertas las ranas, se juntaron por montones y muchas al meterse en los hornos se quemaron, las ranas muertas, quemadas, fétidas, hicieron posible la aparición de piojos y mosquitos, que se alimentaban de los cadáveres de ranas en descomposición.
60. Tras estos insectos vinieron los tábanos para devorarlos, en su escape llenaron Egipto por todo lugar. Todo este desaseo trajo lógicamente la peste en hombres y animales. Tardó esta enfermedad en crear llagas en los hombres, el polvo de los hornos, la ceniza que Moisés lanzó al aire, trajo nuevos piojos con más enfermedades.
61. Se quemaban en piras montones de animales muertos, ranas, y otras cosas, el humo, el desequilibrio causado en el ambiente, comenzaron cambios en el clima, una tormenta fuerte lanzó hielos enormes, el clima seco atrajo los rayos y truenos, luego los vientos trajeron hordas de langostas, las cuales buscando alimentos con desesperación, devastaron Egipto y su vegetación. El volcán del mar Egeo estalló y llenó el aire de cenizas. Los hombres no podían abrir sus ojos debido a la ceniza y a las picaduras de insectos que les habían provocado una especie de ceguera temporal.
62. La muerte de los primogénitos, eso lo hice yo, personalmente.
La huida de Egipto
63. Fue una batalla grande, los de la rebelión trataron de impedir que se les expusiera a vergüenza, pero los ángeles de Dios se confabularon e intervinieron en las fuerzas de la naturaleza.
64. No queríamos que fuese así, Dios siempre impone sus designios y nos obliga a actuar a su manera, muchas veces creemos que estamos haciendo un mal, que vamos ganando la batalla, pero en cada encuentro nos damos cuenta que hemos sido utilizados por Dios, que todo el mal que podamos hacer él lo vuelca y lo transforma en un bien mayor al mal que se pudo causar.
65. Así pasó con la huida del pueblo desde Egipto, pensábamos que no lograrían nada ahí, temblorosos, acorralados, con el desierto en frente y el mar por detrás, los egipcios los apresarían y para siempre los mantendrían como esclavos, el pueblo que Dios había escogido sería sometido. Nada más lejos de la realidad, cuando los hebreos lograron escapar bastante lejos y quedar acorralados, murmuraron los hebreos contra Dios, él los había sacado para morir en manos de los egipcios, esta era la visión de los hebreos.
66. Y Dios, dirigiéndose a Moisés, instituyó la verdadera liberación, pasarían los hebreos por en medio del mar, una vez Moisés tocó el mar con su bastón, Dios envió un fuerte viento que se mantuvo por horas, el cual desplazó el mar, haciendo una zanja para que cruzara el pueblo, los hebreos cruzaron el mar y muros de agua en cada costado veían ellos. Aterrados, pero un terror menor que caer en manos de los egipcios, así que cruzaron como por tierra seca.
67. En la persecución los egipcios alcanzaron rápidamente a los hebreos, pero Dios se interpuso entre ambos tomando la forma de un torbellino, para los hebreos aun de noche había luz, pero para los egipcios aun de día había oscuridad. Es así como Dios lo desea, para los que él escoge luz, y para los que él rechaza, oscuridad.
68. El mar se cerró cuando el último hebreo puso su pie en la orilla de la tierra seca, se cerró matando a muchos egipcios, ahogados, caballos y carros todos en el fondo del mar, solo se encargó de dejar vivos a aquellos que hablarían de su proeza, los que habían de publicar lo vivido, todo para la fama y el gran nombre que Dios ha comenzado a hacerse.
69. En este momento los de la rebelión se han reunido, Dios ya ha hecho definitivamente una división entre la luz y la oscuridad, él dice que nosotros estamos en la oscuridad, y que ellos están en la luz, nada de lo que podamos hacer cambiará esa realidad, pero en nuestra locura, quizá haya una posibilidad de eliminar a Dios, de algún modo u otro, de él aprendimos esto, es nuestro maestro, pues en cualquier cosa que uno ponga todo su empeño y deseo ferviente, al final, se realizará, ese es el poder de Dios, pensar sin dudar.
70. Pero mientras nosotros dudemos en nuestra mente, tanto de nuestra propia existencia como en la existencia de Dios mismo, no podremos alcanzar la potestad que solo Dios tiene.
71. Al sacar al pueblo de Egipto, no los llevó por las tierras de filistea, pues él sabía que el pueblo compuesto de hombres, eran cobardes, inexpertos y traidores, por miedo se hubiesen devuelto a Egipto. Según había pedido José, también llevaban sus huesos. Los ancianos hace tiempo que se habían preparado para esta huida, lo sabían por medio de los sueños, la profecía. Estos ancianos, junto con la caja que contenía los restos de José, llevaban pergaminos con todos los secretos y técnicas aprendidas en las tierras de Egipto, cosas que aprendieron de los magos y sacerdotes. En la luz estaban los hebreos, pero ellos no estaban iluminados, siempre rechazarán la luz, pero Dios jamás los rechazará.
72. Los egipcios sufrieron bastantes pérdidas, entre vidas humanas y oro, riquezas y conocimientos, los hebreos se las llevaron, Dios se las quitó y las dio a su pueblo. Es el proceder de Dios, en el nido de víboras cría el huevo que pronto dará a luz el fruto. Es la sabiduría del mundo, que dará a luz una sabiduría aun superior a la de Dios, pero transformada por Dios.
73. Los hebreos llegaron a la orilla del mar, secos, y entonaron cantos, recordando las promesas de Dios. Desde este día, un grupo de ancianos, seguidores de José, se encargarán de reunir en escritos toda palabra profética, todo escrito de los sacerdotes, todo escrito y palabra de Moisés, de Dios. Son estos ancianos los que han comenzado a escribir en el filo de la espada de doble filo, la que cuidará la entrada que encamina al árbol de la vida. Los hombres no deben alcanzar el camino al árbol de la vida, aun no, es bueno para mí que el árbol esté bien protegido, algún día un hombre puede alcanzar la vida eterna, en ese minuto será muy difícil derrocar a Dios, pues la sabiduría de lo creado se unirá a la sabiduría del creador, si ahora me es difícil eliminar a Dios, ese día me
será casi imposible, Dios habrá multiplicado infinitamente su poder, se habrá perfeccionado en la debilidad de los hombres.
Las aguas amargas
74. Dios está planeando una obra maestra, desde que inició la creación hasta que tenga su finalidad, antes de que el hombre cometiera la primera falta, ya Dios había dispuesto su perdón, escogió el perdón como medio de olvidar, si se pudiera acaso, todo lo malo que había luego de ocurrir. Preparó un medio por el cual salir limpio de todo cuanto se ha propuesto hacer. Lavará Dios sus manos hasta que no quede mancha alguna, se justificará a tal extremo que todos lo hallarán justo, será tan único que solo él será Santo.
75. Pues con la libertad de este pueblo que se escogió para sí mismo, también ha conseguido su propia libertad. Es una luz que parte desde Dios, la oscuridad que viene desde el hombre, el encuentro de la luz con la oscuridad. Es Dios quien ha salido al encuentro del hombre, ha bajado de su trono en persona y quiere vivir como hombre, quiere congraciarse con su creación, nos ha mostrado la forma, porque de cada cosa que Dios hace, ninguna es oculta, de cada cosa que él piensa, todas las comunica a sus fieles, pero nosotros tenemos oídos y vemos.
76. Cuando Dios pidió sacrificar a Isaac, Abraham ya lo contaba por muerto, desde el primer día hasta el tercer día Isaac en forma figurada estuvo muerto, pero Díos se lo devolvió al tercer día, se lo devolvió de la muerte. Es Dios menos que los hombres acaso. La libertad de los hombres que Dios les dará, donde de la misma muerte serán rescatados, algo que no es misterio, pues el amor de Dios no se nos es oculto. Pero, por qué unos son perdonados de todas sus faltas y otros no. Es necesario que se nos obligue a cometer errores para así poder ser perdonados, un absurdo, yo no quiero ser sanado, así que no me hieras más por favor.
77. Luego de llegar el pueblo a la orilla del mar comenzaron a caminar hacia el desierto, camino de tres días, entonces llegaron a un sitio con abundante agua, pero esta agua era amarga, imposible de beber. Entonces el pueblo de Dios comenzó a murmurar y a hablar toda clase de estupideces producto de la sed que tenían, se preguntaban para qué Dios los había sacado a morir de sed en el desierto. Estaban a tal modo aterrados por la inminente muerte que ya estaban presionando a Moisés para exigirle agua. Entonces Moisés clamó a Dios, acaso en verdad los había sacado al desierto para morir de sed. Dios se enfadó mucho, pero socorrió al pueblo, parte del espíritu ya estaba descansando en Moisés. Éste tomó un arbusto seco que Dios le indicó, lo arrojó en medio de las aguas y estas sirvieron para beber, pero no era de esta agua que Dios quería que bebieran, solo fue un arreglo temporal.
78. Y es que en la ignorancia y el error vivimos, cuando tenemos sed tratamos de tomar cualquier cosa que tengamos cerca, cuando tenemos sed de Dios tomamos cualquier cosa que creemos Dios y lo bebemos. Él permite que sea así por un tiempo, pero luego revelará la verdad. Pero aun de esta forma no nos liberamos del error y se nos pedirá cuentas en
el final de los días. Es Dios quien amarga el agua y es él mismo quien la endulza, reclama para sí una fe que él no nos tiene. Nos obliga a confiar en él, cuando es él quien nos llena de pruebas. La luz de Lucifer, mi luz, no es de mi procedencia, es la luz de Dios que en mí se refleja.
79. Luego de irse de aquel lugar, volviendo la confianza nuevamente a Dios, se encontraron con doce fuentes de agua, de las cuales pudieron beber pues eran aguas dulces. Y setenta palmeras. De antaño Dios había hecho crecer estas palmeras preparándolas para los setenta ancianos de su pueblo escogido, habían manado doce manantiales para sustentar la sed de las doce tribus. No habían llegado a este lugar cuando el pueblo había fallado en creer en su Dios, pero éste de todas formas les entregó algo temporal en qué creer, hasta encontrar algo mejor. No cumplieron, pero Dios de igual forma cumplió su propósito, es fiel con quienes no le son fiel. Es dulce con quienes son amargos.
80. Pero a los quince días de camino nuevamente fallaron, son un pueblo de traidores, qué es el hombre para que Dios se preocupe tanto, ese ser que es inferior a los ángeles, que dobla a miles las necesidades que podría tener un ángel, que no se conforma, que es débil. Ahora tuvieron hambre, con el estómago vacío murmuraron nuevamente contra Dios, quien los ha sacado para morir de hambre en el desierto. Clamó nuevamente Moisés y Dios como siempre, ya había planeado la solución.
81. Cada cierto tiempo miles de codornices fueron arrastradas por los vientos, las aves cansadas por la lucha contra el viento caían al suelo por centenas, donde fácilmente eran capturadas por el pueblo. Esto lo hizo Dios porque el pueblo decía para sí que en Egipto al menos podían de vez en cuando comer algo de carne. Pero esto tampoco era lo que Dios les quería dar, perdonó también esta falta.
82. Llegaron a otro lugar en el desierto, camino de varios días, ya había cesado el tiempo de las codornices, entonces el pueblo murmuró nuevamente, esta vez Dios le dijo a Moisés que les daría alimento del cielo, un alimento que no conocían, les dio instrucciones explícitas de cómo obtenerlo : Todos los días menos el día de descanso por la mañana caerá del cielo, deben recogerlo en proporción a lo que cada uno comerá, sin falta todos los días habrá alimento suficiente para cubrir la necesidad de cada uno. Será dulce como miel mezclada con aceite y podrán cocinar de el muchas cosas, harán de el tortas. No deben recoger más de lo que necesitan para un día, y el día anterior al día de descanso recogerán el doble.
83. Pero ni aun en esto el pueblo obedeció la voz de Moisés, recogieron más de lo que necesitaban, pero lo que habían guardado para el otro día se llenaba de gusanos. Llegado el día de descanso también salieron a recoger el extraño alimento, pero no encontraron ni una gota.
84. Seguirá acaso Dios intentando confiar en ellos, de seguro que sí. El mann, nombre de este alimento extraño para el pueblo, es producido por insectos que lo diseminan entre los tamariscos, es resinoso y de color blanco, por las madrugadas, junto con el rocío del que beben los insectos, es cuajado el líquido, pero conforme va saliendo el sol se derrite y se pierde, no dura más de un día pues es mohoso. El día de
descanso que coincide con el ciclo lunar el mann dura un poco más de tiempo porque la fuerza de la luna le da cierta resistencia.
85. Sin embargo, desconocemos la razón por la que un poco de mann que Dios le indicó a Moisés guardar como testimonio a la posteridad, pudo durar tantos años. Hay definitivamente leyes en la naturaleza que no conocemos, Dios no las ha revelado porque seguramente no las ha necesitado emplear aun.
La traición es el mayor mal
86. El pueblo pronto se aburrió de comer todos los días lo mismo, durante años, y murmuró nuevamente. El pueblo de Dios es un pueblo de traidores, por qué le presta tanta atención a un puñado de viles hombres, malagradecidos, inconformes. Debo revelar un secreto, la semilla que se implantó en los hombres, la misma que los vuelve transgresores y traidores, está creciendo más aun. Existió antes de que el diluvio ocurriera, el rey Og, que era hijo de ser espiritual y madre terrenal, tuvo poder más allá que cualquier otro humano que habitaba la tierra, en un nivel humano era bastante parecido al hombre, solo que con más estatura, fuerza, resistencia y longevidad, con un intelecto envidiable. Uno de sus hijos traspasó la semilla a la hija de Noé, la semilla producto de mi odio continuó de forma intacta luego del diluvio, el arca protegió la semilla. Los poderes de los Refaim, seres muertos por el diluvio, no han terminado. El pueblo de Dios está compuesto por descendientes de Noé, egipcios, esclavos egipcios, ladrones que se encontraban presos en Egipto, asesinos, ociosos, y cuanto hombre y mujer se unió a la fuga. Es el pueblo que Dios ha escogido para limpiar, y limpiarse.
87. El pueblo luego de seguir andando volvió a quedarse sin agua, comenzaron nuevamente las murmuraciones de este pueblo disconforme y traidor. Moisés por mandato de Dios rasgó una roca golpeándola con su vara, el pueblo pudo beber agua de esta roca, y de cada roca que se encontraba en el camino. Esta roca que les seguía les mantuvo por un tiempo la boca cerrada, pero en su corazón seguían siendo lo mismo, traidores, hijos depravados, generación maligna.
Masah y Meribá
88. Y llamó Moisés a aquellos lugares Masah y Meribá pues fueron lugar de contienda y rencilla contra su Señor, pues provocaron a Dios probándole, si acaso él estaba con ellos podrían beber y comer, y si no, los dejaría morir en el desierto. Y así son sus hijos, el pueblo que escogió, mientras él los cuide le amarán, pero si les deja de dar sobornos, ellos le abandonarán. Y ese es el dolor que Dios trata de encubrir, que es un amor comprado, se gana el corazón de los hombres con alhajas y manjares, pero sus mentes están muy lejos de querer conocerle. Y los probó cuarenta años en el desierto, y durante los cuarenta años sólo dos de ellos pudieron recibir lo prometido, Josué y
Caleb, de todos los que salieron, todos en el desierto quedaron sin recibir lo prometido, aun Moisés habría de esperar aun un tiempo más, pues sucumbió al pueblo y a sus tonterías, y de tanto golpear la roca para sacar agua, se atestó su cabeza y se corrompió su cordura, murmuró también contra Dios y cedió, pero ángeles envió él tras su cuerpo, el que no vio corrupción.
Santificaos hoy y mañana, que al tercer día me levantaré
89. Y habló el Señor a Moisés : He aquí que yo vengo en una nube espesa para que el pueblo oiga cuando hablo contigo, esto para que todos te crean. Laven sus vestidos y sepárense de mujer, nadie toque el monte en el cual me presentaré, el santo Sinaí, el que no haga caso a estas palabras irremisiblemente morirá.
90. Y al tercer día, en las primeras horas de la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y una espesa nube cubrió el monte, todo era humo pues Dios descendió con fuego, era el sonido muy fuerte, y todo se estremecía, nadie se acercaba al monte por temor de morir, y el pueblo estaba expectante, Moisés subió al monte para recibir de Dios las palabras y mandatos acerca del pueblo.
91. Y es que Dios les permitió estar sin ley por mucho tiempo, pero ahora les haría una ley, se cercó el cielo y no se nos permitía bajar, ni tampoco los de la tierra traspasaban el límite, en el monte estaba Dios escribiendo en el corazón de Moisés, sobre un corazón de roca escribía. Y el pueblo esperaba hasta el tercer día y vio a Dios levantarse de su trono y llegar al monte. Y se oyó la voz de Dios, como cosa única a un pueblo no merecedor, a hombres que luego le repudiarían, a los que en este mismo monte serían capaz de matarle si pudieren.
Los dos mandamientos
92. Yo soy tu salvador y libertador, que te saqué de la tierra de servidumbre, de Egipto, y no tendrás dioses ajenos delante de mí, no harás imagen alguna de los que están en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, ni del mar, de ninguno de aquellos dioses, pues a ninguno de ellos has de adorar, pues mi nombre es Celoso, y soy Dios fuerte con poder, y si esto hacen los castigaré desde la primera hasta la cuarta generación, de padres a hijos, y soy Dios que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis palabras. Mi nombre es exclusivo y no usarás de él en vano. No tomaré por inocente a ninguno que tome mi nombre en vano. Acuérdate que en seis días hice el mar y la tierra, los cielos, y todo lo que hay en ellos, y el séptimo día has de descansar, es mandamiento de tu Dios.
93. Honra a tu padre y a tu madre, no cometerás asesinato, no cometerás infidelidad, no cometerás usura, no levantarás falso testimonio, no codicies de la casa de tu prójimo, o su mujer, sus esclavos, sus animales, ni nada que le pertenezca.
94. Y los israelitas temieron a Dios, pues escuchaban las voces y sonidos como de trompeta, vieron los relámpagos y el fuego, los truenos, y se mantenían alejados del monte de tanto miedo. Pues Dios se presentó en una nube oscura, para ponerlos a prueba, a fin de que no cometieran males y para que con miedo obedecieran a las palabras. Y como el pueblo seguía con temor, Dios dijo a Moisés que ya que han pedido no oírle más, él se encargará de declararles las demás cosas al pueblo. Y así fue, y le dio más reglas y mandatos, los cuales están en los libros de los hebreos y permanecerán escritos ahí para siempre.
Otras leyes
95. Y así Moisés les entregó todas las demás leyes, las que fueron escritas en rollos, leyes acerca de los esclavos y animales, de las fiestas y descansos, de la moral y de las costumbres, leyes que los separarían en su forma de ser de los demás pueblos, pues impedirían que se confundieran con ellos. Con esto preparará el día en que vuelva a visitarles otra vez.
96. Y todos los extranjeros que se sumen al pueblo deben reconocer estas leyes y someterse a ellas, y aun el mismo pueblo fue confirmado con pacto a manera de alianza, y Dios les indicó todo lo que habían de hacer, como modelo a lo que había de pasar en el futuro, pues aun no pensaba perdonarles ni darles la tierra por heredad, como lo había prometido.
El Santuario
97. Y nosotros estuvimos expectantes en el cielo, y vimos cómo los hombres hacían un modelo de todo lo que había en el cielo, como Dios se lo mostró a Moisés, e hicieron una imagen del templo y del lugar santo, hicieron una réplica del trono del cielo, del mismísimo santuario, en la tierra, con maderas y piedras, telas y oro. Y lo consideré una burla, y Dios bajaría cada cierto tiempo a visitarles y habitaría ese tiempo en la tienda hecha de manos, y comería de sus animales sacrificados y olería el incienso, y es una bofetada en la mejilla a todos nosotros, que le rendimos honor en las alturas, que le servimos en lugares celestes, que decoramos con nuestras alas su trono, que prendemos inciensos puros sobre nuestras almas, y que cantamos día y noche : Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso, Señor del cielo y de la tierra.
98. Y los hombres le adoran desde un lugar hecho con palos y telas, que aun cubierto de oro no es más que madera, que se pudre y se quema. Y le presentan aceites y corderos, que no son mejores que los servicios que nosotros le brindamos en el cielo, pues nosotros de lo mejor le ofrecemos, no cosas compradas por precio.
99. Y les mandó hacer una réplica del trono, aun se pueden ver a los dos ángeles principales cubriéndole con sus alas extendidas, él que es el pan del cielo habitó en una caja, y comió con este pueblo en una mesa llena de viandas, de panes de harina, y bebió vino. Aun hicieron un
candelabro a la manera de los siete espíritus que rodean al trono de Dios, e hicieron el altar donde sacrifican animales, como las veces que nosotros nos acercamos a pedir perdón por faltar una nota musical.
100. He hizo separación como en el cielo del lugar santo y del trono, y los separó con una cortina, pues acá en el cielo hay un secreto de la misma forma, pues nadie conoce el verdadero plan de Dios, nadie conoce su profundo secreto, a nadie se le ha revelado. Y vemos como una cortina que cubre, pues Dios guarda silencio al preguntarle el último porqué de las cosas.
101. Y Dios mandó a Moisés hacer como este modelo de lo que había en el cielo, decorado con querubines y ángeles, tal y como existe en el cielo, y una imitación de su trono, donde guarda los tesoros de la sabiduría, donde guarda el secreto de todo lo que es. Y nos ofendió Dios al hacer esta imitación, pues nosotros le servimos y ahora quiere que le sirvan los hombres, nosotros le ministramos y ahora nos desplaza. Prefiere la basura del mundo a las estrellas del cielo.
Rebelión en el cielo
102. Y por eso se enciende nuestro enojo, se concierta nuestra ira, y desciendo como rayo a la tierra, y mi venganza es sobre los hombres, y entro en el corazón de Aarón y ordeno al pueblo : Quiebren el mandato, la piedra de su corazón pártanla en dos y desobedezcan el mandamiento de Dios, háganme una imagen de oro, con sus aretes y alhajas, y fúndanlas en un Toro, pues quiero ver demostrado en el mi poder.
103. Y los hebreos me adoraron, yo soy el dios que los saqué de Egipto, hagan fiesta en mi honor. Ofrézcanme sacrificios, coman, beban y diviértanse, pues eso es lo que son, una banalidad, para nada sirven. Pues a la primera desobedecen a su Dios, a la menor oportunidad dejan de servirle, si él no está en medio de ustedes atemorizándoles ni se preocupan, si él no está metiendo su mano ni se acuerdan de que existe, él tiene que estar encima probándolos para que le recuerden, no puede más que hacerlas de pastor y a golpes encaminarlos, pues son como animales, animales de pesada carga, en sus hombros los tendrá que soportar y llevarlos a cuestas, y le herirán la espalda, y se cansará de ustedes. Ya oigo cómo le dice a Moisés allá arriba del monte : De ti solo haré una gran nación y destruiré a todos estos.
104. Pero Moisés le pide por sus hermanos, y Dios se retracta, acaso no puede dejar de amar a esta basura, a estos que son menos que cualquiera de los ángeles del cielo. Dios estás loco, cómo te rebajas a comer con ellos, cómo desprecias nuestra sincera compañía, cómo nos provocas a celos con un pueblo que ni siquiera es pueblo. Ni siquiera te conocen, ni siquiera te han visto, solo ven una nube negra, no ven tu luz, en verdad eres su Dios y ellos tus servidores acaso.
Dios muestra su gloria
105. Y Moisés le dice a su Señor : Dirijo este pueblo, pero no envías a nadie que me ayude, dices tener confianza en mí, pero no me dices nada de tus planes, para que yo tenga confianza en ti, me envías a tierra lejana y no sé si te quedas en este monte o vienes con nosotros, cómo sé que contamos con tu favor, si de verdad confías en mí, permíteme ver tu gloria.
106. Es decir, Moisés está exigiendo traspasar el velo, que se le responda el para qué, el ultimó porqué, quiere ver a Dios a la cara, directamente, algo que ni a nosotros se nos permite, pues está detrás de esa cortina, de ese velo. Y Dios no puede. Pues nadie puede conocerle completamente y quedar vivo. Ese es el secreto con que ganaré mi muerte. Y Dios le respondió a Moisés : Toda mi gloria pasará delante de ti, mas te cubriré con mi mano el rostro, y te protegerás en una hendidura en aquella roca, y pasaré de espaldas, mas mi rostro no podrás ver, y tendré misericordia de quien quiera, y pronunciaré mi nombre delante de ti.
107. Y pude ver una visión de futuro, ángeles que veían desde el cielo y clamaban, una estrella en lo alto, y apareció en la tierra el mismo Señor del cielo, viniendo con las nubes, bajando como por una escalera. Y en su venida futura, hará lo mismo que con Moisés, pues habitará en una tienda pequeña, débil como la zarza que no se quemaba con el fuego, y habitará en medio de los hombres como en la tienda del desierto, y toda la gloria descansará en ella, pero no se veía nube de oscuridad, si no que descendió sobre los hombres que habitaban en tinieblas como una gran luz, y los hombres vieron su gloría, gloria como del único Dios, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz.
108. Pero como a los hebreos en el desierto, Dios les habría perdonado. Y guardaron las palabras en tablas, y las pusieron en la caja, dentro del trono de Dios. Y se hicieron prendas de vestir preciosas para oficiar, con piedras preciosas, como eran antiguamente mis vestidos, y con ello se nos reemplazó, y con ellos nos han desplazado.
109. Y Moisés puso en orden todos los utensilios de la tienda, como también está diseñado en el cielo. Cada pieza, la caja de oro que es el trono de Dios, la vara de Aarón que es el cetro de Dios, el candelabro que son los siete espíritus que están delante del trono, y el mar de vidrio, y el altar de oraciones, y las basas, y las nubes, las estrellas del cielo, todo en la tierra, se confunde mi mente, se traiciona mi corazón, se encienden mis celos, se encoleriza mi alma, se encienden mis ojos y sangran, mis oídos no quieren escuchar tanta locura, mi mente estalla de rabia. Y Dios baja como nube y se posa en la tienda, y convive con los hombres como lo hace con los ángeles, y les acompaña, y les protege. Y ellos mismos lo prueban constantemente y le desobedecen, y aun los ama más, y nosotros que le obedecemos siempre, estamos solos.
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