Los
Ravnos permanecieron en Oriente durante siglos, compartiendo sus dominios con
algunos
Vástagos de otros clanes. No sería hasta el siglo IV a.C., con la llegada del
ejército de
Alejandro
Magno al río Indo, que algunos vampiros del clan decidieron seguir a los
extranjeros de
regreso
a Occidente. Los Ravnos occidentales eran muy escasos y procuraban pasar
desapercibidos
ante
la enorme presencia y fuerza de sus enemigos Gangrel, por lo que se pusieron
bajo la
protección
de otros vampiros, como ocurrió en Roma, o se ocultaron bajo la identidad de
otros
clanes.
Las leyendas sobre la enemistad de Ennoia y Ravnos todavía estaban muy
presentes entre
los
Gangrel, y siempre que encontraban a uno de los descendientes de Ravnos
procuraban
destruirlo.
A
partir del siglo IV a.C. otros viajeros Ravnos llegarían a Occidente, en
pequeños grupos,
siguiendo
a los pueblos nómadas, e incluso algunos de ellos acompañaron a los mongoles, a
pesar
de
la presencia de los Anda, sin embargo la gran migración del clan hacia
Occidente tuvo lugar en
algún
impreciso momento del siglo VIII, acompañando a los nómadas Romaníes (los
gitanos), que
viajaban
de reino en reino con salvoconductos reales o falsificados de las autoridades
locales.
Los
Romaníes tardaron varios siglos en llegar a Occidente, aunque los Ravnos que
viajaban
entre
ellos a menudo se adelantaron para explorar las rutas y reinos que iban a
recibir a sus parientes
mortales,
objetivo frecuente de la desconfianza de las poblaciones que atravesaban,
obteniendo
salvoconductos
y protección para los gitanos. Sus objetivos eran muy imprecisos, pero algunos
deseaban
encontrar una tierra de acogida permanente y poner fin a sus vagabundeos.
Hacia
los siglos XIII y XIV las primeras familias gitanas llegaron al Imperio Bizantino
y a
Europa
Oriental, comenzando a extenderse por el resto del continente. Algunas
caravanas viajaban
sin
los Ravnos y cuando entraron en Europa los Reyes Gitanos ofrecieron sus
servicios a los
vampiros
locales a cambio de su protección. Muchos Gangrel aceptaron estos
ofrecimientos, pues
ya
tenían una larga tradición de ofrecer sus servicios a los mortales como guías o
protectores a
cambio
de sangre.
La
influencia de los Gangrel entre los Romaníes no pasó desapercibida para los
Ravnos, que
consideraba
al pueblo gitano de su “propiedad”, y los conflictos comenzaron. Un grupo de
Ravnos
destruyó
al Gangrel Intarn de Lituania mientras dormía entre su familia adoptada y las
represalias
fueron
feroces. A medida que la rivalidad entre ambos clanes se extendía salieron
nuevamente a la
luz
los viejos odios y las viejas leyendas sobre Ennoia y Ravnos. Sin embargo, los
Ravnos se
encontraban
en inferioridad en Occidente y finalmente optaron por permitir que los Gangrel
retuvieran
su influencia entre los gitanos, mientras que los Gangrel permitieron que sus
enemigos
continuaran
su expansión hacia Occidente. Los conflictos entre ambos linajes continuaron si
bien
atenuados
y reducidos a disputas ocasionales.
La
relación entre los Gangrel y los gitanos continuó, surgiendo historias sobre la
relación
entre
Ennoia y los antepasados míticos de los gitanos, considerados sus descendientes.
Poco a poco
entre
el clan se extendió la tradición de ayudar y proteger a los Romaníes, y éstos
por su parte
ofrecieron
ayuda y cobijo a los Gangrel. Existe incluso una leyenda romaní que explica
cómo
llegaron
a entenderse por vez primera los Gangrel y los Gitanos.
Jorsca era un hombre muy valiente que viajaba con su
kumpania (familia), que formaba
parte de la familia de los Cíngaros. Un buen día
Jorsca, a quien le gustaba caminar a la orilla del
mar por la noche y lanzar piedras tan lejos como podía
a las olas, estaba tomando impulso para
lanzar una piedra grande, cuando vio a un enorme lobo
caminando playa abajo hacia él. Era una
enorme bestia negra, todo dientes y colmillos, tan alto
como Jorsca y dos veces más grande que él.
Bien, Jorsca no era tonto, y sabía que era incapaz de
alcanzar su vardo (caravana) antes de
que la bestia lo atacase. Levantó la enorme piedra con
todas sus fuerzas y la arrojó hacia el
interior del océano. En aquel momento el lobo ya había
comenzado a trotar, y alcanzaría a Jorsca
en cuestión de minutos, así que Jorsca hizo lo más
sensato en su opinión: se quitó la ropa. Al ver
esto, el lobo se detuvo confundido para olfatear las
prendas desperdigadas. Sentado junto al
enorme lobo, Jorsca le miró a los ojos y reconoció en
ellos la mirada de un hombre.
“Ah, tú eres un cambiante o un hada. En cualquier caso,
no me engañas”, dijo Jorsca.
Esto también confundió al lobo, que en realidad era un
vampiro del clan Gangrel. Éste
cambió de forma allí mismo, enfrente de Jorsca.
“Si sabes tanto sobre los seres de la noche, ¿cómo es
que no huyes?”, preguntó.
“No huyo porque no quiero. Hace una noche hermosa y
prefiero quedarme aquí, en el sitio
al que pertenezco”, dijo Jorsca. “Además no te gustaría
mi sabor. Estoy seguro de que estoy
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demasiado rico y mi sabor es demasiado fuerte para
alguien a quien no le gustan los gitanos”, dijo,
subrayando sus palabras con un bostezo.
Riéndose, el Gangrel contestó que no existía ninguna
sangre demasiado poderosa para
alguien tan viejo como él, y que Jorsca bien podría
morir esa misma noche y no quedaría de él más
que un banquete para los cuervos.
Riéndose a su vez, Jorsca cogió su cuchillo y miró al
Gangrel proponiéndole un desafío.
“¿Ves esas dos piedras de ahí al lado? Lo que corre por
mi cuerpo es más poderoso que lo que has
obtenido de otros. Con un solo toque de la esencia de
mi vida puedo disolver la misma piedra.
Como ves, somos tan poderosos que incluso la tierra se
rinde ante nosotros. En eso somos como
hermanos.”
“Imposible,” se burló el Gangrel aceptando el desafío.
El vampiro se mordió inmediatamente la palma de la mano
y apretó la sangre que manaba
de ella contra la piedra. No sucedió nada. Era el turno
de Jorsca. Se cortó la mano con su pequeño
cuchillo y sostuvo la piedra con fuerza en la mano. Al
abrirla, la piedra había desaparecido. Entre
exclamaciones de furia y sorpresa, el Gangrel insistió
en que Jorsca repitiera el truco. Éste, con un
suspiro de resignación, lo volvió a hacer.
Esta competición duró toda la noche, durante la cual el
Gangrel se fue enfureciendo cada
vez más y más al no ser capaz de descubrir cuál era el
truco de Jorsca (porque era un truco). De
hecho, el vampiro y Jorsca estaban tan distraídos que
ninguno de ellos se dio cuenta de que
comenzaba a amanecer. Cuando los primeros rayos de sol
alcanzaron al vampiro, se revolvió
dolorido. Jorsca lo agarró inmediatamente y lo llevó a
su vardo mientras pedía ayuda a gritos. La
caravana de Jorsca estaba bien protegida de los rayos
del sol, y éste sabía que el vampiro estaría
seguro allí.
La noche siguiente, Jorsca y el Gangrel, cuyo nombre
era Lareth, conversaron hasta que se
hizo de día. Lareth estaba tan impresionado con los
gitanos que pasó mucho tiempo viajando con
la kumpania de Jorsca. Cuando se marchó, Jorsca y
Lareth hicieron un pacto por el cual sus gentes
nunca se atacarían entre sí, de la misma manera que
Jorsca y Lareth no se habían hecho daño
alguno. Y así sigue siendo desde aquel día, Gangrel y
gitanos se respetan mutuamente y procuran
ayudarse cuando no perjudica a sus intereses, y en
algunos momentos este pacto no escrito habría
de ser de gran ayuda para ambas partes.
EL FINAL DE LA EDAD MEDIA Y LA CONVENCIÓN DE THORNS
Cuando
la Inquisición comenzó a perseguir y destruir a los vampiros de toda Europa,
fue un
período
especialmente difícil para los Gangrel, aunque éstos no sufrieron más que el
resto de los
clanes.
La Iglesia declaró la guerra a los herejes, brujas, hombres lobo, vampiros y a
todo lo que no
se
sometiera a sus mandatos. Las escasas poblaciones paganas de Europa sufrieron
especialmente
los
esfuerzos de conversión de los cristianos y los Gangrel que habitaban entre
ellos a menudo
cayeron
bajo la espada, la estaca o en la hoguera. Los últimos Lhiannan fueron
incapaces de
sobrevivir
a los fuegos de la Inquisición y ninguno volvió a ser visto a partir del siglo
XIV.
Aunque
muchos Gangrel sobrevivían lejos de las ciudades, su naturaleza y sus rasgos
bestiales
eran difíciles de ocultar, mientras que otros vampiros no resaltaban tanto.
Incluso algunos
vampiros
azuzaron a los inquisidores contra los Gangrel, en represalia por haber
acompañado a las
hordas
de invasores que habían azotado Europa durante siglos. Algunos de estos Gangrel
se unirían
a
las filas de los anarquistas, deseosos de contraatacar a la Iglesia y a los
antiguos, sin embargo,
fueron
un linaje minoritario entre las filas de los Brujah, Lasombra y Tzimisce.
Finalmente,
tras largo tiempo de guerras intermitentes, en 1493 los representantes de los
Anarquistas
y la Camarilla llegarían a un principio de acuerdo que se concretaría en la
Convención
de
Thorns, en Inglaterra. Por un lado estaban los Fundadores de la Camarilla:
Hardestadt y un gran
número
de antiguos, entre ellos el representante de los Gangrel, Milov Petrenkov, un
antiguo y
feroz
cazador eslavo. En el otro bando estaban los Anarquistas, en su mayoría jóvenes
rebeldes pero
también
algunos antiguos de los clanes Lasombra y Tzimisce.
La
mayoría de los Gangrel no se sentían inclinados por ninguno de los dos bandos,
su único
interés
era poner fin a las hostilidades entre vampiros, pero los Vástagos de la
Camarilla ya traían su
propio
acuerdo que ofendía muchas de las aspiraciones anarquistas y no estaban
dispuestos a
aceptar
otro, mientras que muchos de los Anarquistas no estaban dispuestos a alcanzar
un
compromiso
de ninguna clase. Ambas partes se dedicaron entonces a atraer a los vampiros
que no
habían
elegido bando a sus esferas de influencia. Muchos de los Gangrel consideraban
la diablerie
como
uno de los peores crímenes, por lo que la mayoría del clan decidió unirse a la
Camarilla. La
presencia
de antiguos Gangrel muy influyentes como el guerrero Karsh también fue decisiva
a la
hora
de atraer a muchos Vástagos a la secta. Algunos jóvenes Gangrel permanecieron
entre las filas
anarquistas,
pero eran muy pocos, pues la mayoría de los antiguos del clan no habían
ofendido a sus
chiquillos
en la medida que habían hecho los demás linajes, o si lo habían hecho sus
acciones no
fueron
tenidas en cuenta.
LA EDAD MODERNA Y LAS EXPLORACIONES
Conforme
la humanidad entraba en el siglo XVI y comenzaban las exploraciones
transoceánicas,
los Gangrel se dispersaron por todo el mundo. Viajaron más allá del Sahara y
visitaron
los dominios del Reino de Ébano, lucharon entre los rusos y los tártaros
durante la
colonización
de Siberia. Acompañaron a los conquistadores españoles en la colonización de
América.
El
antiguo Arnulf, que había luchado junto a visigodos, hunos, ávaros y mongoles,
acompañó
a los ejércitos de los turcos otomanos por última vez, ya no para destruir las
ciudades
europeas,
sino para matar a sus enemigos entre los antiguos Vástagos de Europa. Un
tratado de
conveniencia
entre los Assamitas y los Gangrel les permitió saquear varios dominios de los
Tzimisce
y los Tremere. Sin embargo, el tiempo de Arnulf había pasado y finalmente la
traición de
su
chiquillo Mitru de Transilvania y una emboscada del voivoda Vlad Tepes, del
clan Tzimisce,
pusieron
fin a la existencia del antiguo Gangrel, aunque su leyenda se mantendría
durante mucho
tiempo
entre su clan.
EL
SABBAT
A
principios del sigloXVI los anarquistas que habían rechazado los acuerdos de la
Convención
de Thorns y gran parte de los clanes Lasombra y Tzimisce se unieron en para
oponerse
a
la Camarilla en una nueva secta que sería conocida como el Sabbat, en recuerdo
de los aquelarres
de
demonios y brujas medievales.
En
principio los Gangrel eran un linaje minoritario dentro del Sabbat. La
diablerie era
rechazada
por la mayoría del clan y la Mascarada tenía gran importancia para ellos, en
vista de lo
ocurrido
durante los peores momentos de la Inquisición. Aparte, los Gangrel no tenían
demasiados
anarquistas
entre sus filas, pero los pocos que se unieron al Sabbat, como el guerrero de
la Mano
Negra
Jalan-Aajav, de origen mongol, creían en los principios de la nueva secta con
gran devoción.
Entre
ellos se encontraban vampiros descontentos con la Convención de Thorns y otros
que
rechazaban
por completo ocultarse entre la sociedad humana. Muchos murieron en las
primeras
batallas
contra la Camarilla pero los supervivientes se fortalecieron diabolizando a sus
oponentes,
incrementando
sus fuerzas y retirándose para preparar la siguiente batalla. La lucha tuvo
lugar por
toda
Europa y en la guerra de guerrillas fue donde destacaron los Gangrel del
Sabbat.
Entre
los Gangrel había algunos que eran rápidamente consumidos por sus Bestias, pero
los
más
disciplinados se aferraban a códigos morales basados en la adaptación, la
selección y la
comunicación
con la naturaleza, domando sus instintos más primarios. Sin embargo, la
Camarilla
animó
a sus seguidores a aceptar los valores de la humanidad para poder pasar
desapercibidos entre
los
mortales. A medida que el poder de la Camarilla se asentaba, las
recomendaciones se
convirtieron
en exigencias cargadas de amenazas y los vampiros que seguían las filosofías
bestiales
fueron
proscritos. Estos Gangrel desecharon la sociedad de la Camarilla y se unieron
al Sabbat,
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llevando
con ellos los fundamentos de lo que se convertiría en las Senda del Corazón
Salvaje y la
Senda
de Armonía.
La
Guerra de los Treinta Años (1618-1648) entre los católicos y protestantes del
Sacro
Romano
Imperio Germánico sirvió como cobertura para la mayor parte de las batallas de
la
Camarilla
y el Sabbat. Muchos Gangrel eligieron bando durante la guerra basándose en
quién les
pagaba
mejor en oro y sangre.
SUDÁMERICA:
EL DIOS DE LA MUERTE
A
pesar de su naturaleza viajera y nómada, pocos Gangrel acompañaron a los
marinos
españoles
y portugueses en los primeros viajes exploratorios del Nuevo Mundo. La
influencia del
clan
en España y Portugal era escasa, y otros Vástagos, principalmente los Lasombra,
Brujah y
Toreador,
se adelantaron a ellos en la colonización del Nuevo Mundo. Por otra parte,
sobre todo
durante
los siglos XVI y XVII los Lasombra limitaron de modo más o menos evidente los
viajes de
vampiros
europeos a América, pues deseaban que las nuevas tierras quedaran bajo la
influencia de
su
clan, incluso llegando a impedir la llegada de sus compañeros del Sabbat.
Pero
los Gangrel ya se encontraban en el continente americano mucho antes de la
llegada de
los
europeos, Abrazando progenie entre los indígenas precolombinos. En torno al
siglo I a.C. un
Matusalén
del clan Gangrel o puede que incluso la propia Ennoia llegó a la costa oeste de
Norteamérica,
creando progenie entre los nativos. Uno de los chiquillos de este Anciano
desconocido,
recorrió extensamente el continente americano, siendo conocido como
Mictlantecuhtli
el
Viajero, que se convirtió en el dios de la muerte de los mayas.
Mictlantecuhtli
(llamado originariamente Mictantecle) viajó durante las primeras décadas
de
su no vida a través del Canadá, llegando hasta el océano Atlántico, donde
encontró a otros
vampiros.
Poco a poco fue descendiendo por la costa atlántica de América hasta llegar al
Golfo de
México.
Allí encontró a los Huastecas y trató de vivir entre ellos, pero fue reconocido
por lo que era
(posiblemente
debido a las depredaciones anteriores de otro vampiro) y los sacerdotes
levantaron a
los
guerreros contra él. Sin embargo, el Viajero consiguió sobrevivir y huyó hacia
el sur, llegando a
la
península de Yucatán, donde entró en la ciudad de Tzental, en territorio maya.
El
término “maya” se aplica a un grupo de naciones o tribus indias con varias
lenguas
relacionadas
entre ellas y que vivían en el territorio de lo que serían los estados
mexicanos de
Campeche,
Chiapas, Tabasco, Veracruz y Yucatán, y su civilización se remontaba al siglo
VII a.C.
Durante
su apogeo, produjeron obras de arquitectura notables, como las ciudades de
Chichén Itzá,
Mayapán,
Palenque y Uxmal, y posiblemente otras ciudades, que como Tzental, todavía se
encuentran
ocultas por la selva. En estas ciudades los centros ceremoniales eran
verdaderas obras de
arquitectura
monumental, y los mayas desarrollaron un sistema de escritura y de calendario
muy
evolucionado
e introdujeron delicadas cerámicas polícromas. Algunos estudiosos sugieren que
la
explosión
del volcán Ilopango en el área de Chalchuapa originó una migración hacia el
este y centro
de
las tierras bajas; otros destacan la influencia de la evolucionada civilización
izapense y otros aún
defienden
un proceso interno como origen del Período Clásico de la civilización maya. Sea
como
fuere,
el caso es que para el 150 d.C. la civilización maya era una realidad e inició
un periodo de
gran
esplendor que se mantendría con una serie de altibajos períodos de decadencia
hasta el 1.200
d.C.
Las
causas para esta gran transformación no están del todo claras, debido a la
dispersión de
la
documentación existente sobre este particular. Se han esgrimido modelos en los
que el motor
principal
es el comercio, la explosión demográfica, la competición por el territorio, la
guerra y el
desarrollo
de las instituciones políticas, religiosas e ideológicas; pero aún no se ha
llegado a la
formulación
de un modelo explicativo en el que encajen todos los datos del rompecabezas que
es el
ascenso
de la cultura maya al nivel de civilización y estado.
Los
mayas dieron la bienvenida a Mictlantecuhtli, admirados por sus poderes y
despreocupados
por su sed de sangre, y lo adoraron como un dios terrible y cruel. Allí
recibiría el
nombre
del dios de los muertos, Mictlantecuhtli, una deformación de Mictlantecle, el
antiguo
nombre
del vampiro. Bajo su gobierno Tzental creció hasta convertirse en una de las
principales
ciudades
mayas del Antiguo Imperio y se construyeron varias pirámides en honor del dios.
La
existencia
de Mictlantecuhtli era lo más parecido a un paraíso que podía tener un vampiro,
pues
todo
le estaba permitido y no tenía que cazar nunca, ya que los sacerdotes le traían
sacrificios. Con
el
paso de los años Mictlantecuhtli se dedicó a estudiar la magia de los mayas,
adaptándola a sus
poderes
y creando su propia hechicería sangrienta. Anotó todos sus descubrimientos y su
historia en
un
libro conocido como el Códice de los Condenados, que tras muchas vicisitudes
llegaría a Europa
de
forma desconocida.
Posteriormente
Mictlantecuhtli entró en conflicto con los Nosferatu precolombinos,
descendientes
de Gorgo la Aulladora, que deseaban que se aliara con ellos. Sin embargo,
Mictlantecuhtli
no deseaba verse involucrado en las guerras entre los vampiros, y diabolizó al
embajador
Nosferatu que había venido ante él en son de paz. En los años siguientes
crearía progenie
para
defenderse de sus enemigos y realizó experimentos sobre sus neonatos para
estudiar el proceso
de
la Diablerie, descubriendo nuevos rituales que afectaban al poder de la sangre
de los vampiros.
Llegó
incluso a realizar pactos de amistad y respeto mutuo con hombres lobo de la
tribu Uktena,
quienes
llegaron a reconocer a Mictlantecuhtli como su señor e incluso pagaron tributo
a la ciudad
de
Tzental.
La
presencia del divino Mictlantecuhtli y su progenie beneficiaron enormemente a
la ciudad
de
Tzental, y cuando las demás ciudades mayas comenzaron a entrar en decadencia en
torno al siglo
VII,
Tzental mantuvo su esplendor. Sin embargo, hacia el año 615 Mictlantecuhtli se
encontraba
cansado
y decidió entrar voluntariamente en letargo. En el año 615 Mictlantecuhtli, el
Dios de la
Muerte,
descendió a los subterráneos de su templo con la mayor parte de su progenie y
de sus
sacerdotes.
Y el dios de la muerte durmió.
Durante
las décadas siguientes la decadencia llegó a la ciudad de Tzental, aunque las
leyendas
del Dios de la Muerte se perpetuaron y muchos mayas aguardaban el despertar de
su
señor.
Alrededor del año 1000 la civilización maya comenzó a resurgir con el Nuevo
Imperio, pero
este
renacimiento no afectó a Tzental, la ciudad continuó decayendo hasta que la
jungla la reclamó
por
completo. Cuando los conquistadores españoles llegaron en el siglo XVI Tzental
había sido
olvidada
y el dios Mictlantecuhtli sólo era una leyenda más, mientras el Códice de los
Condenados
viajaría
a Europa a través de medios desconocidos y sería traducido en Zurich.
La
mayor parte de la progenie de Mictlantecuhtli acompañó a su señor al descanso
del
letargo,
aunque no debe descartarse que muchos de los Gangrel precolombinos sean
descendientes
suyos,
bien por haber sido Abrazados antes de su llegada a Tzental o bien por haber
renunciado a
acompañar
a su progenitor al letargo.
Los
enigmáticos Tlacique son una línea de sangre de vampiros que parasitaron la
sociedad
azteca.
Aunque la mayoría de los eruditos vampíricos consideran que son una rama de los
Seguidores
de Set o quizás de los Lasombra, sus habilidades para cambiar de forma son muy
semejantes
a las de los Gangrel, por lo que es posible que existiera alguna relación entre
ambos
linajes
en algún momento del pasado.
NORTEAMÉRICA
Al
menos una docena de antiguos Gangrel conocía la existencia de tierras más allá
del
Atlántico
desde la época de las exploraciones vikingas. Las leyendas del clan hablaban de
Vinland,
una
tierra salvaje en la que no existían vampiros. Hacia el año 1200 un antiguo
Gangrel conocido
simplemente
como Olaf, ya que su nombre se ha perdido, capitaneó un drakkar lleno de
colonos
escandinavos
en busca de la tierra prometida de las leyendas, y finalmente la encontró. Los
colonos
fueron
atacados por los nativos pero con el tiempo algunos incluso llegaron a vivir
entre ellos, sin
embargo
la mayoría decidió abandonar el asentamiento y regresar a Europa. Olaf y Karl
permanecieron
en Norteamérica viajando hacia el sur por la costa atlántica, actuando como
espíritus
errantes,
viajando en forma animal y cazando sólo lo necesario. Sus precauciones no
fueron
suficientes
y un grupo de Lupinos los descubrió, hiriendo gravemente a Olaf, que cayó en
letargo.
Karl
continuó viajando por América, siendo consciente de la presencia de otros
vampiros, algunos
de
ellos Matusalenes, pero mantuvo las distancias y recomendó a su progenie que
hicieran lo
mismo.
Cuando
los primeros colonos ingleses llegaron a Norteamérica se encontraron con que
los
Gangrel
eran relativamente bien aceptados entre los nativos. Desde el principio los
Gangrel evitaron
los
asentamientos establecidos por los europeos, pero por lo menos al principio no
combatieron a
los
colonos. Eso comenzó a ocurrir cuando algunos grupos de fanáticos religiosos,
que huían de
Europa
perseguidos por sus ideas, se establecieron en la costa Atlántica de Nueva
Inglaterra y
comenzaron
a perseguir tanto a los indios que se resistían a sus esfuerzos de conversión y
de
reclamación
de las nuevas tierras como a los vampiros que los acompañaban.
En
1587, los ingleses intentaron establecer una colonia en Roanoke, en lo que
sería el estado
de
Virginia, y un Gangrel nativo llamado Agua que Habla les dio la bienvenida,
junto a una
comitiva
de los indios locales. Poco después un ejército de hombres lobo conocidos como
los
Croatanos
cayó sobre la colonia y exterminaron a los Gangrel y a sus aliados, tanto
colonos como
indios.
De acuerdo con las leyendas de los Lupinos la colonia fue destruida porque los
europeos
habían
traído con ellos a un poderoso demonio conocido como el Devorador de Almas; la
destrucción
de la colonia y la aparente expulsión del demonio supusieron el sacrificio de
toda la
tribu
de los Croatanos. Algunos eruditos vampíricos sostienen que el Devorador de
Almas era en
realidad
el Antediluviano Tzimisce, que por propósitos desconocidos decidió atravesar el
Atlántico
e
instalarse en América. De ser esta teoría cierta habría conseguido sobrevivir a
la masacre.
A
pesar del intento fallido de Roanoke, pronto surgieron otras colonias y
asentamientos
europeos
en Norteamérica. El proceso colonizador llevó a Norteamérica a los Gangrel
europeos y
vampiros
de otros clanes, que entraron en conflicto con los Vástagos nativos, y en
demasiadas
ocasiones
la violencia estalló.
Con
la expansión del Sabbat, una rebelde Gangrel de la secta conocida como Mauricia
estudió
las costumbres y magias de los nativos americanos, desarrollando un gran ritual
que la
separó
de su linaje, uniéndola con el mundo espiritual, pero que destruyó su capacidad
de crear
progenie
o vínculos de sangre. Con el poder de su ritual Mauricia creó su propia línea
de sangre: las
Ahriman,
compuesta exclusivamente por mujeres del linaje Gangrel sometidas a la magia de
su
fundadora,
bien por su expreso deseo o porque la magia no funcionaba con varones. La mayor
parte
de
las Ahrimanes era seleccionada de las tribus de los nativos americanos,
seguidas de vampiras
africanas,
asiáticas y europeas. Se desconoce la naturaleza del ritual que provocaba la
creación de
las
Ahrimanes, pero algunos eruditos han especulado que tal vez su naturaleza
espiritual fuese
similar
al desarrollado por la progenitora Lhiannan para fusionarse con un poderoso
espíritu.
Mauricia
y sus seguidoras eran un linaje aislado y antisocial, viviendo en refugios
apartados del
resto
de sus compañeros.
ÁFRICA:
LOS AKUNANSE
Las
conexiones de los Gangrel con los vampiros africanos conocidos como Akunanse se
pierden
en las nieblas del tiempo, aunque los más antiguos murmuran que al igual que
las Lhiannan
descienden
de uno de los dos Matusalenes que traicionó a Ennoia durante la guerra contra
Ravnos.
Parece
que durante la Edad Media algunos viajeros de esta línea de sangre viajaron a
Oriente
Medio,
y al parecer hicieron las paces con sus compañeros Gangrel. A partir de los
relatos de los
Akunanse
algunos vampiros europeos tuvieron las primeras noticias de los dominios
subsaharianos,
el
reino de Ébano y de sus compañeros Vástagos conocidos colectivamente como
Laibon, aunque
de
forma errónea este término sería utilizado durante mucho tiempo para designar
únicamente a los
Akunanse.
Con
el estallido de las guerras anarquistas, los Akunanse regresaron al Reino de
Ébano, y
serían
muy escasos los que llegarían en los siglos posteriores, aunque uno de ellos,
conocido como
Hasani,
desempeñaría un papel muy importante en el siglo XVI actuando como consejero de
los
sultanes
de Marruecos, a quienes ayudó a expulsar a los conquistadores portugueses y a
conquistar
el
reino de Songhai hacia el año 1590.
Los
sabios y viajeros Akunanse tomaron el nombre de su linaje a partir de las
leyendas sobre
la
Araña Sabia de los Ashanti y otras tribus africanas. La araña viajaba por el
mundo sobre sus hilos
y
telarañas. En el principio no había historias pero muchas criaturas sabían que
existían en el reino
de
los dioses y como la araña, deseaban conocerlas. La araña pensó que si conocía
las historias,
conocería
el principio y el fin de todas las cosas. De modo que la araña se presentó ante
el dios del
cielo
y le pidió las historias. El dios le encomendó cuatro tareas imposibles a
cambio de ellas, pero
mediante
la astucia y su sabiduría la araña consiguió lo imposible, de modo que el dios
del cielo le
entregó
una caja de madera que contenía todas las historias. Y la araña las compartió
con el resto
del
mundo, tejiendo telarañas para que todos las vieran. Profundamente en armonía
con la tierra y
sus
orígenes primarios los Akunanse desarrollaban rasgos animales de arañas,
serpientes, leones,
hienas
y otras bestias. Los demás vampiros africanos los valoraban por sus grandes
conocimientos.
Las
conexiones entre los Gangrel y los Akunanse son profundas, compartiendo sus
conocimientos
sobre las bestias y la naturaleza, pero los Akunanse poseen un mayor dominio
sobre
sus
Bestias interiores y con el tiempo han conseguido perfeccionar sus poderes de
cambio de forma,
lo
que ha llevado a especular a algunos eruditos que su conocimiento de la
metamorfosis es más
antiguo
o tal vez obtuvieron conocimiento adicional posteriormente, pero ninguna de
ambas teorías
ha
podido ser demostrada.
AUSTRALIA
Y EL PACÍFICO
Ya
existían testimonios de la presencia de los vampiros entre los aborígenes australianos
antes
de la llegada de los colonos europeos. Las leyendas aborígenes hablan de la
presencia de
bestias
nocturnas llamadas Gurumuka que se alimentaban de sus víctimas mordiéndolas en
el
cuello.
Y cuando los vampiros europeos llegaron a Australia a partir de 1788 se
encontraron con
que
los Gangrel una vez más habían tomado la iniciativa en la exploración del mundo
adaptándose a
las
tradiciones de los aborígenes y convirtiéndose en feroces dingos y tilacinos
cuando eran
provocados.
El modo o el momento en que llegaron a la isla continente resulta un misterio.
Algunos
mitos
aborígenes hablan de una mujer alta, pálida y de largos cabellos que cruzó sus
tierras
siguiendo
una estrella. Si se trataba de Ennoia o de uno de sus chiquillos se desconoce,
aunque es
innegable
que muchos Gangrel australianos Abrazados antes de la llegada de los europeos
eran de
generaciones
muy bajas.
Como
en otras partes del mundo, los Gangrel australianos sufrieron los ataques sobre
la
población
autóctona y los efectos de la colonización europea. La principal amenaza llegó
en la
forma
de los hombres lobo europeos, muy pocos de los cuales estaban dispuestos a
respetar a los
nativos
australianos, y que persiguieron hasta la extinción a los Bunyip, los cambiantes
autóctonos
que
podían tomar la forma de los tilacinos o tigres marsupiales. Sin embargo,
debido en gran parte a
su
poder y edad, los antiguos Gangrel mantuvieron sus territorios de forma tosca
pero eficiente,
reclamando
extensos dominios salvajes fuera de las ciudades, que los demás Vástagos
estaban más
que
de acuerdo en cederles.
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