martes, 6 de marzo de 2012

LA CONSPIRACIÓN DE ISAAC


Después de que Cappadocius manifestara sus intenciones de tomar el poder de Dios,
Augustus Giovanni consideró que su sire se había vuelto loco y discutió con su chiquillo
e hijo Claudius lo que debían hacer. Cappadocius debía morir, pues todo el mundo se
enfrentaría a graves consecuencias si completaba su búsqueda, y Augustus encomendó a
su hijo la tarea de su destrucción.
Paralelamente, la alianza entre Ventrue y Capadocios que se remontaba a las
noches de Roma no se encontraba en sus mejores momentos. Durante la Edad Media y a
raíz de las Revelaciones de Cappadocius, muchos vampiros del Clan de la Muerte se
habían dejado consumir por sus búsquedas místicas, descuidando muchos de sus
compromisos con los Ventrue. Los miembros del Clan de los Reyes culparon del cambio a
Japheth y aprobaron con entusiasmo la asimilación de la familia Giovanni en el clan
Capadocio, creyendo que los nigromantes venecianos significarían una adicción de
sentido práctico y comercial, restableciendo una alianza estable. Sin embargo, con el
paso del tiempo los Capadocios siguieron inmersos en sus estudios.
Conocedor de los problemas entre Capadocios y Ventrue, Claudius Giovanni se
alió con Jadviga Almanov de Bohemia, una antigua Ventrue, que le ofreció su consejo
para destruir a Japheth, argumentando que consolidaría el poder de los Giovanni en el
Clan de la Muerte, pues seguramente Augustus Giovanni ocuparía su lugar en el
liderazgo de los Capadocios. Claudius aceptó el plan para traicionar a Japheth.
Jadviga no reveló que el plan había sido sugerido por un consejo de antiguos
Ventrue y consideraba que Claudius era un ingenuo que estaría eternamente en deuda
con ella y si no se mostraba agradecido, siempre podría utilizar la amenaza de revelar a
Cappadocius la conspiración, quien posiblemente destruiría a Claudius y su padre. Esta
revelación no alteraría la alianza de Ventrue y Capadocios, pues Jadviga había hecho
creer a Claudius que actuaba sola, dando a su clan una salida en el caso de que el plan
fallase.
Pero Claudius Giovanni no era ningún ingenuo, y por su parte ocultaba sus
propios secretos. Desconfiando de Jadviga y los Ventrue, Claudius afirmó que pretendía
actuar a solas en la traición de su clan, ocultando que Augustus conocía la
conspiración para destruir a Japheth. También ocultó el hecho de que Augustus no
deseaba reemplazar a Japheth, sino que pretendía diabolizar al mismísimo Cappadocius.
La conspiración sencillamente facilitaba el ataque parricida.
Tras realizar un pacto con sangre Jadviga y Claudius decidieron crear la
Conspiración de Isaac, invitando a otros vampiros de diferentes clanes a unirse a ellos,
prometiéndoles una parte de la vitae de Japheth, así como otras recompensas más
oscuras.
Mientras tanto los Ventrue actuaron informando al antiguo Hardestadt y a los
Fundadores de la Camarilla de la existencia de la Conspiración de Isaac, autorizando un
contraataque, asegurándose de que el Clan Ventrue saldría triunfante en cualquier
caso. Si Japheth era destruido los Giovanni escalarían posiciones en el Clan de la
Muerte y si sobrevivía, Hardestadt podría reclamar haberlo salvado, con lo cual los
Capadocios se encontrarían en deuda con los Ventrue.
Sin embargo, todas las partes resultarían confundidas por el resultado.
Los Conspiradores de Isaac se reunieron en la mansión de Claudius Giovanni el 4
de Abril de 1444. Allí fueron atacados por los Fundadores, y Abrazaron a varios
chiquillos entre los mortales destinados a servirles de cena par que les sirvieran de
carne de cañón y cubrieran su retirada.
Los Fundadores adoptaron a estos “Hijos de Isaac” y decidieron utilizarlos contra
los Conspiradores y para advertir a los Capadocios.
Cappadocius y Japheth habían acudido al monasterio de San Timoteo Mártir, y
fueron advertidos de las intenciones de Claudius Giovanni. Sin embargo, ni Cappadocius
ni Japheth decidieron hacer nada al respecto. Cappadocius estimaba que había llegado de
realizar la Unción, el ritual que le llevaría a la apoteosis divina, mientras que Japheth,
aunque reticente, cumplía la voluntad de su sire.
“Somos el clan de la vida después de la muerte, la vida más allá de la muerte. La
muerte no es un final, sino un comienzo y yo he de convertirme en el barquero de las
almas. Quien tenga oídos que oiga. Quien tenga entendimiento que comprenda. Y que quien
tenga alma sepa. Amén.”
Claudius y los Conspiradores entraron en el monasterio de San Timoteo Mártir,
disfrazando su presencia bajo un requerimiento de paz. Japheth les permitió la entrada y
les hizo saber que conocía sus intenciones.
El resultado de la Conspiración de Isaac resulta bastante confuso. Claudius
atacó a Japheth e intentó diabolizarle, pero fue detenido por los Fundadores de la
Camarilla y los “Hijos de Isaac”, deseosos de venganza contra los vampiros que los
habían Abrazado a la fuerza. Mientras Conspiradores y Fundadores luchaban en el
monasterio de San Timoteo, Augustus Giovanni apareció y atacó a Cappadocius, quien no
se resistió a que su chiquillo bebiese su alma.
Se dice no obstante, que Augustus no consiguió diabolizar el alma de Cappadocius.
Ya fuese debido al ritual de la Unción o a causas desconocidas, el alma del
Antediluviano consiguió escapar al Inframundo, el mundo de los muertos, donde estalló
una terrible tormenta.


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