martes, 6 de marzo de 2012

EL ASCENSO DEL CLAN GIOVANNI


El supuesto diabolismo de Cappadocius dejó al Clan de la Muerte dividido en dos
facciones. Por un lado se encontraban los Capadocios, que se encontraban demasiado
divididos y confundidos para actuar. En las noches siguientes a la destrucción de su
ancestro, muchos se suicidaron voluntariamente. Por otro lado se encontraba la familia
Giovanni, que eran los vampiros mayoritarios del Clan de la Muerte en Europa.
Sin embargo, Augustus Giovanni no estaba conforme con esta situación, y comenzó
a tomar medidas para llevar a cabo la destrucción de los restantes Capadocios. En un
gran gesto de desafío Augustus atacó el Templo de Lamia y diabolizó a la fundadora de
la línea de sangre. Se dice que Lamia maldijo a su asesino con el Beso de la Muerte,
haciendo que desde entonces todos los descendientes de Augustus causasen un gran
dolor en todos los mortales de los que se alimentaban. Otros eruditos prefieren
remontar la debilidad a la maldición de Japheth, pero parece ser que no se había
manifestado anteriormente.
La mayoría de los Giovanni consideran que la Maldición de Lamia a largo plazo
tiene sus ventajas. El daño ocasionado por el mordisco de los Giovanni es mucho más
doloroso y permite acabar con los enemigos con mayor facilidad. No obstante, la
carencia de un “beso” que paralice en éxtasis a las víctimas, hace más difícil encontrar
sangre. La solución más empleada es beber la sangre de los muertos, un recurso muy
utilizado en las naciones desarrolladas. La sangre de los muertos generalmente es
extraída de los cadáveres en el proceso de embalsamamiento y posteriormente desechada.
Los Fundadores de la Camarilla se encontraban a la vez enfadados e intrigados
por el ascenso del Clan Giovanni al poder. Hardestadt se encontraba particularmente
furioso por haber sido engañado por Claudius. Durante mucho tiempo los Fundadores
rechazaron las embajadas de paz de los “Vampiros del Diablo”, pero la guerra contra los
anarquistas se encontraba en su plenitud a mediados del siglo XV y los antiguos
decidieron posponer la solución para el “problema Giovanni”.
Los Giovanni aprovecharon la tensa tregua que se les ofrecía y se fortalecieron,
persiguiendo a los Capadocios y tratando de reunir partidarios entre los antiguos. Eran
conscientes de que la guerra contra los anarquistas no duraría para siempre, por lo que
procuraron extenderla el mayor tiempo posible, mientras sus diplomáticos trabajaban
contra viento y marea tratando de conseguir aceptación entre el resto de la Estirpe. Los
Giovanni también recibieron embajadores de los anarquistas, pero no encontraron interés
en sus propuestas y no estaban dispuestos a compartir su familia mortal con otros
linajes.



LA NOCHE ETERNA


Tal vez fuese un efecto derivado del diabolismo de Cappadocius o tal vez otra
cosa, pero después de convertir a su familia en un clan de vampiros, Augustus Giovanni
comenzó a desarrollar extrañas teorías. Los Giovanni se apoderaron de numerosos
documentos y escritos de los antiguos Capadocios relacionados con los planes del
ancestro para “ascender al cielo” y los estudiaron con atención. Finalmente Augustus
sacó sus propias conclusiones desde un punto de vista distinto.
Era imposible llevar la tierra hacia el Cielo, pero sí arrastrarla al Infierno.
Gran parte de la sabiduría de los antiguos egipcios, babilonios y gnósticos, al
hablar del Cielo y del mundo espiritual realmente se estaba refiriendo al Inframundo de
los muertos. Cuando Cappadocius creyó que podía tomar el poder de Dios se estaba
tomando literalmente lo que sólo era una metáfora, al menos desde la perspectiva de
Augustus.
Los documentos de Cappadocius hablaban también sobre la “llegada de la gran
oscuridad” y “el fin de la luz eterna”. Tal y como pensó Augustus, aquellos escritos
podían proporcionarle los medios para eliminar el Sudario, la barrera que separaba a
los vivos de los muertos. Una vez conseguido este objetivo quienes pudiesen controlar a
los espíritus de los muertos alcanzarían un poder supremo. Cappadocius quería
convertirse en Dios, pero se habría convertido en un dios entre fantasmas y hombres.
Dispuesto a no cometer el mismo error que los Capadocios, Augustus no obligó a
nadie de la familia a ayudarle en sus planes. Profundizando en sus escritos
nigrománticos Augustus y sus más allegados descubrieron que para romper la barrera
entre la vida y la muerte era necesaria una inmensa energía espiritual, la energía de
“diez mil veces diez mil almas.” Un logro que podría conseguirse despacio y con la
paciencia que otorga la inmortalidad.
Augustus trató de encontrar simpatizantes entre los demás clanes para que le
ayudasen a llevar a cabo su intención de unir el mundo de los vivos y los muertos, pero
debido a la situación precaria de los Giovanni y a la hostilidad desatada por la
destrucción de Cappadocius, desistió de sus propósitos. Aunque se produjeron algunas
hostilidades, Augustus decidió que sus descendientes desaparecieran de la escena
vampírica y se ocultaron, ocupándose de sus propios asuntos.



LAS NOCHES DE CRECIMIENTO
EL TRATADO DE 1528


 
Tras la creación de la Camarilla en 1493, la nueva secta volvió sus ojos hacia el
problema de Augustus y los Giovanni. Algunos antiguos deseaban confraternizar con el
nuevo clan, considerando la destrucción de Cappadocius un hecho consumado. Además
habían comenzado a circular historias sobre la locura del Antediluviano del clan de la
Muerte y de cómo los Capadocios habían puesto en peligro a todos los Vástagos. Por
otra parte también existía el precedente de los Tremere y el diabolismo de Saulot, y
algunos vampiros creyeron que podrían ignorar los “errores” pasados de los Giovanni.
Sin embargo, finalmente fueron Hardestadt y sus partidarios quienes se
impusieron, furiosos por haber sido engañados por los advenedizos Giovanni. Costó
mucho entablar negociaciones con la “Estirpe del Diablo”, pero decidieron seguir
adelante y terminar con el asunto. En 1528, al final de una conferencia de diez noches,
Claudius Giovanni había firmado un acuerdo formal que establecía la neutralidad de la
familia Giovanni en los asuntos de los vampiros. Claudius Giovanni prometió
solemnemente que su familia cumpliría el tratado.
Rafael de Corazón, del clan Toreador, fue el representante de la Camarilla en la
firma del Tratado y una de sus exigencias fue que una vez cada 13 años Venecia sería
visitada por el Círculo Interior de la Camarilla para vigilar el mantenimiento de la
neutralidad Giovanni.
Algunos antiguos criticaron el Tratado, creyendo que la Camarilla había
realizado demasiadas concesiones al permitir la existencia de los Giovanni e incluso
permitir que espiaran las reuniones del Círculo Interior de la Camarilla. Sin embargo,
Rafael de Corazón fue mucho más astuto de lo que su “ineptitud” aparentaba, pues el
antiguo tenía un interés personal en los Giovanni. Los demás Fundadores de la
Camarilla también ratificaron el Tratado, pues habían descubierto varios indicios que
parecían señalar que la creación del clan Giovanni formaba parte de los planes de
Cappadocius, y deseaban saber cómo terminaría todo.
El Tratado o Promesa de 1528 también significó la aprobación tácita del genocidio
de los restantes Capadocios. Los Giovanni insistieron especialmente sobre ello para
mantener su neutralidad. Los Fundadores aceptaron, ya que los Capadocios no estaban
dispuestos a unirse a la Camarilla, y no querían que reforzaran las filas de sus
enemigos en el Sabbat.
Y los Capadocios sangraron. La purga llevó varios siglos, pero finalmente la
mayor parte del antiguo clan fue destruida. Su tiempo había pasado. Habían servido para
elevar a los Giovanni al poder y ya no eran necesarios. Los Giovanni y sus servidores
mortales atacaron a los Capadocios, destruyéndolos, bebiendo su sangre y robando sus
recursos y conocimientos. Hacia 1680 Ambrogino Giovanni afirmó haber destruido al
último de los Capadocios en Transilvania, y la última de las Lamias murió en una Caza de
Sangre de la Camarilla en 1718.
Por supuesto, la purga estuvo lejos de ser total. Algunos Capadocios
consiguieron sobrevivir refugiándose en lugares recónditos, como los misteriosos Mla
Watu de África, mientras que otros se sumergieron en el letargo o quedaron atrapados
en el Inframundo. También corre el rumor de que Lázaro y varios de sus descendientes
sobrevivieron ocultos en los monasterios coptos del sur de Egipto. Aunque algunos
Capadocios consiguieron escapar de la purga, lo único que hicieron fue posponer su
destino, no evitarlo.


EL FRAGMENTO DE SARGÓN

Después de que Cappadocius fuese diabolizado, los Fundadores de la Camarilla
robaron los contenidos de la biblioteca del Antediluviano y los ocultaron. La
alternativa más segura hubiera sido destruir los libros, pero se consideró que los
conocimientos podían ser útiles algún día. Pero una vez salvados los libros, todo
consenso se desvaneció. Ninguno de los Fundadores se fiaba de los demás para custodiar
los textos prohibidos y era necesario un lugar neutral.
Finalmente el representante Nosferatu sugirió las bibliotecas secretas del
Vaticano, señalando que la fe concentrada en el lugar sería una potente barrera contra
los ladrones vampíricos y que los textos nigrománticos no llamarían la atención entre
los vetustos libros prohibidos. El traslado se organizó en secreto y los manuscritos
permanecieron seguros…durante un tiempo.
A mediados del siglo XVII Ambrogino Giovanni (supuestamente con la bendición de
Augustus) descubrió el paradero de los libros desaparecidos de Cappadocius y sobornó a
varios de los bibliotecarios para conseguir los textos prohibidos. Desgraciadamente, en
1666, los espías de la Camarilla descubrieron la desaparición de los libros y los planes de
Ambrogino. Los Fundadores actuaron rápidamente, convocando a los “Hijos de Isaac”, que
guardaban un gran resentimiento hacia los Giovanni, y poniéndolos bajo la pista de
Ambrogino.
Entre los libros robados por Ambrogino se encontraba el Fragmento de Sargón,
uno de los elementos del ritual que Cappadocius supuestamente había utilizado para
alcanzar la apoteosis. Este fragmento examinaba la influencia de Lilith en la tradición
vampírica y la degeneración del mundo.
Ambrogino fue perseguido por los Hijos de Isaac hasta Londres, y parte del poder
del antiguo texto fue liberado, provocando el Gran Incendio que devastó la ciudad y
rompiendo la Promesa de 1528. Los Giovanni y la Camarilla alcanzaron nuevamente un
 acuerdo y echaron tierra sobre el asunto. No obstante, Ambrogino prosiguió en secreto
con su búsqueda del conocimiento perdido de Cappadocius.

 







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