La llegada de la Peste Negra en el siglo XIV significó algo más que muerte para los
europeos. Sembró en sus mentes un terror apocalíptico y un deseo de mortificarse por sus pecados.
Les impelió a atacar a sus vecinos, a los judíos y extranjeros, a quienes consideraban portadores de
la plaga. Los campesinos se volvieron contra sus señores y éstos devolvieron los golpes, sembrando
el caos y el conflicto. Algunos vampiros (y no sólo los Malkavian), enloquecieron al beber sangre
contaminada por la Peste, y muchos se destruyeron para terminar su sufrimiento.
La Inquisición también constituyó un problema, ya que los mortales eran incapaces de
diferenciar la posesión demoníaca de la locura. Los idiotas más inofensivos fueron enviados a la
hoguera junto a los asesinos más diabólicos. Los paganos y los herejes ardieron, y los Malkavian
con ellos. Algunos se salvaron gracias a los dones de Malkav, que les permitían anticipar el peligro,
pero las hogueras pusieron en peligro al clan, obligándoles a adaptarse a la situación.
La Peste Negra sólo fue la primera señal de que se avecinaban grandes cambios en la
sociedad de los Vástagos. Cansados de la manipulación de sus antiguos y deseoso de liberarse de su
dominio, muchos vampiros rebeldes se unieron en lo que daría lugar a una gran revuelta que
conmocionaría a todos los Cainitas. Estos “anarquistas” esperaban que los Malkavian, ángeles de la
iluminación y seguidores de movimientos cismáticos se unirían a su cruzada contra el poder de los
antiguos.
Pero los Locos no respondieron como se esperaba. Desde luego, algunos jóvenes Malkavian
se unieron a los anarquistas, pero también muchos de ellos se encontraban en el bando de los
antiguos. En conjunto, el clan no comprendía los mensajes y los intereses de los anarquistas,
considerando que los ideales de los rebeldes eran vacíos y carentes de significado, por lo que
decidieron “iluminarlos”. De este modo, la presencia de los Locos entre los rebeldes demostró ser
más un obstáculo y un estorbo que una verdadera ayuda. Las travesuras Malkavian arruinaron
muchos planes anarquistas, en Bonn, en Colonia, y en otros lugares, y algunos eruditos vampíricos
consideran que las divisiones causadas por los Locos dieron a los antiguos el tiempo necesario para
reorganizarse y contraatacar.
Los anarquistas reaccionaron con rabia ante lo que consideraban una traición. En los años
siguientes descargaron su furia contra los Malkavian, destruyendo muchas de las órdenes de
videntes, visionarios y oráculos, y poniendo en peligro la supervivencia del clan de los Locos, pero
para entonces los antiguos realizaron su movimiento.
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