El Clan de la Muerte ha sufrido numerosos
cambios desde sus orígenes en las
remotas montañas de Capadocia hasta las
Noches Finales. Desde la destrucción de los
enigmáticos vampiros conocidos como
Capadocios gran parte de sus registros fueron
destruidos u ocultados, por lo que los
orígenes del clan son más nebulosos que nunca.
Algunos Cainitas han relacionado al
fundador del Clan de la Muerte con el
Antediluviano conocido como Assur, aunque
existen muchas discrepancias. Distintas
teorías sostienen que Assur no era el
Antediluviano del Clan de la Muerte sino Saulot
y que el ancestro de los Capadocios se
convirtió en Antediluviano mediante la diablerie.
Sin embargo, varios de los chiquillos del
Antediluviano comenzaron a indagar en
el oscuro pasado de su sire y tras varios
siglos de investigación descubrieron numerosos
e importantes datos al respecto.
Como aparece reflejado en las leyendas de
otros linajes antes de su Abrazo el
Antediluviano del Clan de la Muerte era
un sacerdote, vidente o visionario mortal que
respondía al nombre de Sargón. Sufría
revelaciones de trascendentes de milagros y
calamidades, mensajes que supuestamente
procedían del mismísimo Dios en los que se
revelaban verdades hasta entonces no
experimentadas por hombre alguno. Tan grande
era su sabiduría que aún en medio de sus
visiones, Sargón fue capaz de transcribir lo que
había presenciado en una tablilla que
sería conocida como el Códice de Sargón.
Sin embargo, finalmente la existencia de
las revelaciones de Sargón terminó por
llegar hasta los oídos de los vampiros de
Enoch. Pero Sargón no deseaba compartir su
conocimiento y utilizó toda su habilidad
para mantener su tablilla escondida de tal
manera que ni él mismo pudiera
encontrarla ni comprenderla. Ni siquiera los poderes de
los vampiros consiguieron localizarla,
pero sí consiguieron encontrar a Sargón.
Deseosos de apoderarse de sus secretos,
Abrazaron al visionario.
Sin embargo, la sangre vampírica cambió
profundamente a Sargón. Algunos
eruditos dicen que Caín lo maldijo por
negarse a compartir su sabiduría. Otros que el
propio Sargón destruyó sus recuerdos para
evitar que su códice fuera localizado.
Cuando Caín y sus chiquillos le
preguntaron su nombre sólo pudo responder “De
Capadocia”. Sobre su pasado había caído
un pesado velo que no sería levantado hasta
mucho tiempo después y sólo por unos
pocos. A partir de entonces sería conocido entre
los demás Antediluvianos y linajes como
Cappadocius, y sus descendientes, los
Capadocios.
El Abrazo tuvo otro efecto curioso sobre
la mente de Cappadocius. Privado de
gran parte de sus recuerdos consideró el
Abrazo una oportunidad para estudiar los
misterios de la muerte y dedicó su
existencia a desvelar sus secretos.
Se desconoce en gran parte la historia de
Cappadocius en Enoch y la Segunda
Ciudad, aunque existen algunos fragmentos
aislados que parecen indicar que para el
Antediluviano fue un período de
aprendizaje y experimentación. Algunas historias
afirman que con el tiempo sus
experimentos se volvieron cada vez más crueles, llegando a
enterrar vivos a mortales y vampiros para
comprobar los cambios ocasionados en ellos.
Mientras los demás chiquillos de Caín
luchaban, quemaban y destruían él desarrollaba
varias teorías y realizaba
descubrimientos sobre la naturaleza de la muerte. Guardó sus
conocimientos para sí, aunque se dice que
los compartió en ocasiones con Ventrue y
Saulot, pues no deseaba involucrar a
otros en sus investigaciones.
Cuando el Diluvio cayó sobre la tierra,
Cappadocius todavía continuaba con sus
experimentos y cuando llegó la traición
que llevó a los Antediluvianos a asesinar a la
Segunda Generación se supone que
Cappadocius participó en ella, pues fue maldecido por
el propio Caín igual que el resto de sus
hermanos.
Él, que amó la muerte por la muerte
Se vestirá con ropas de muerte
Para que todos lo vean y teman.
Se dice que Cappadocius luchó junto a sus
hermanos contra la Segunda
Generación movido por su curiosidad sobre
la muerte, pero posiblemente también por
razones y odios personales. Tal vez por
aquella época hubiese descubierto lo suficiente
de su pasado como para recordar que había
sido Abrazado contra su voluntad.
En cualquier caso la maldición de Caín
dio a Cappadocius una palidez cadavérica,
que se transmitiría a sus descendientes.
En algunas ocasiones, bien después del Abrazo o
con el transcurso de los siglos, los
vampiros de este linaje adquirirían rasgos
cadavéricos cada vez más pronunciados,
hasta el punto de parecer cadáveres corruptos
o momias resecas.
Aparte de la maldición de Caín, existen
varias profecías atribuidas al Primer
Vampiro, que predijeron el asesinato y
caída de Cappadocius. Esta maldición influiría en
los posteriores proyectos del
Antediluviano del Clan de la Muerte para evitar su
destino.
No está claro si Cappadocius engendró
progenie en la Segunda Ciudad, pero la
mayoría de los relatos coinciden en que
Abrazó su primer chiquillo después de
abandonarla. Huyendo de la decadencia de
sus hermanos regresó a su tierra natal, la
región montañosa de Capadocia, donde
Abrazó a un simple viajero llamado Caias Koine.
Fue entonces cuando Cappadocius tuvo
varias visiones precognitivas en las que se
vio rodeado por un grupo de sus hijos,
que se lamentaban de la pérdida de algo
desconocido. Compartió su sueño con su
chiquillo Caias Koine y ambos abordaron el
nuevo misterio con la misma pasión de su
búsqueda de respuestas a los enigmas de la
muerte.
Cappadocius y Caias crearon a más
progenie para que los ayudasen en sus
estudios. Cappadocius Abrazó a más
chiquillos, entre ellos el joven Japheth. Se desconoce
el nombre de los otros, aunque algunos
irían trascendiendo a lo largo de los siglos,
como Byzar y Lázaro. Desde las montañas
el clan Capadocio se extendería por todo el
mundo, contemplando la ascensión y la
caída de numerosos reinos y descubriendo nuevas
perspectivas sobre la muerte. Cappadocius
siguió a sus chiquillos viajando a menudo por
Mesopotamia y Oriente Medio, pero no
consiguió encontrar las respuestas que
necesitaba. No obstante, sus chiquillos
descubrieron información muy interesante.
LA VIA OSSIS
Al mismo tiempo que los Capadocios
comenzaban a organizarse como clan,
comenzaron a crear su propia filosofía,
basada en sus investigaciones sobre la muerte.
Para estos eruditos el cuerpo era un mero
receptáculo para el alma - Los vampiros se
encontraban suspendidos en un estado
intermedio entre la vida y la muerte.
Los Capadocios razonaron que a pesar de
los cambios en el cuerpo, la naturaleza
del alma permanecía constante y la muerte
sólo era la transición hacia otra existencia,
en la que se olvidaban los recuerdos de
la anterior. Los seguidores de la Via Ossis o
Camino de los Huesos no veneraban la vida
como una entidad individual, sino colectiva, y
que el vampirismo rompía el ciclo entre
la vida y la muerte. Muchos asumían que al
sufrir la Muerte Definitiva volverían a
entrar en el ciclo, pero muy pocos la
aguardaban ansiosos.
Los seguidores del Camino de los Huesos
pronto comenzaron a escribir tratados y
ensayos científicos y religiosos sobre la
muerte. Observaban el proceso de transición
entre la vida y la muerte, a veces
alterándolo para obtener más información y
elaborando terribles experimentos.
Sin embargo, pronto comenzaron a surgir
divergencias sobre el modo de
interpretación de la Via Ossis. En
Oriente surgió la facción de los Reencarnacionistas
que buscaban formas de reintroducir a los
Cainitas nuevamente en el ciclo de la vida y la
muerte. Durante el siglo I, a aparecerían
los Resurreccionistas, que consideraban que
era posible alterar el ciclo de la vida y
la muerte, y que el vampirismo era sólo un medio.
Tanto Reencarnacionistas como
Resurreccionistas fueron declarados herejes por el
grueso del clan Capadocio, y aunque se
produjeron cismas filosóficos, mantenían un
tenso contacto, ya que Cappadocius nunca
llegó a condenar a ninguna de las facciones
escindidas.
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