En cada país siempre existen muchas leyendas que son parte del
folklor local. En muchas ocasiones, las leyendas son muy parecidas y hay
variaciones muy pequeñas en países contiguos. Ejemplo de esto es La
Llorona y la Tulivieja que son leyendas de fantasmas demasiado
parecidas.
Reino Unido tiene su propia leyenda que toma lugar
en Londres (aunque no es exclusivo pues los avistamientos llegan incluso
a Chichester y Liverpool) y prevalentes en Black Country, lugar donde
llegaron a su punto máximo durante los 1880’s además del distrito de
Acocks Green.
El protagonista de esta leyenda se le conoce como
Jack el Saltarín o Jack Talones de Resorte (Spring Heeled Jack/ Jumping
Jack Flash) y apareció en el Londres de 1837 aunque ya se tenían
reportes desde 1808 de un hombre con las características de Jack.
La
gente no creía que un tipo de hombre-monstruo se aparecía por lo
tejados de las casas logrando saltar varias de un sólo impulso. En
Septiembre de 1837, precisamente, un hombre que regresaba a casa fue
atacado por una figura humana que salto la valla de un cementerio. La
valla tenía más de tres metros y aún así, el humanoide la saltó sin
problema alguno. La criatura tenía nariz y orejas puntigudas, era
atlético y sus ojos eran rojos, grandes y brillantes.
El
siguiente ataque sucedió al poco tiempo. Se dice que cuatro personas,
tres mujeres y un hombre, fueron atacados. Polly Adams fue la única en
ser atacada mientras los demás escapaban (pinches culeros- ya me imagino
al jotito corriendo). Jack rompió su blusa, tocó sus senos (aaah, ps ya
saben cuál era su motivación) y rasgó su estómago con sus dedos como
garras. El ataque dejó inconsciente a Polly hasta que la encontró un
policía que patrullaba la zona.
Los avistamientos continuaron
así como los ataques y miles de voluntarios se organizaron para salir a
buscar a Jack. Algunos testigos de los ataques llegaban a ser atacados
también pero sólo se le atribuyó un ataque: aparentemente, atacó a una
prostituta de 13 años (neta, como las que hay en La Meche) al soplar
fuego en la cara de la prostituta y después tiró su cuerpo de un puente.
La gente decía que Jack podía arrojar bolas de fuego blancas y azules
desde su boca, que tenía cuernos, con una barba maléfica, que tenía
garras en vez de manos, que vestía un raro traje y que podía saltar
desde la calle hasta la parte más alta de un edificio con facilidad.
Además, muchos decían que tenía la apariencia de un demonio más que de
hombre y muchas ilustraciones lo mostraban de la misma forma.
Las
apariciones de Jack se remontan hasta el siglo XX pero mucho menos
frecuentes y sin ataques. En 1877, en Netherton, una terrible criatura
con un ojo destellante fue vista por varios testigos, saltando cerca del
canal. La policía llegó al lugar, rodearon a la creatura y le
detuvieron. Craso error, pues de inmediato se dieron cuenta que era
Joseph Darby, quien después sería el campeón mundial de salto, pues
había estado practicando de noche.
Se
cree que muchos semi-humanos y asesinos han sido llamados Jack (como el
Destripador) por ser un nombre común. Jack-in-green es un personaje que
acompaña a la Reina en sus procesiones.
Como pueden ver, Jack
el Saltarín sembró el pánico entre los Ingleses del siglo XIX y quedó
como otra figura terrorífica del folklor inglés.
Este misterio sobre la verdadera identidad de Spring Heeled Jack, es
quizá su característica más atrayente: bromista, monstruo,
extraterrestre o simple alucinación masiva, existen muchas
explicaciones, pero ninguna concluyente o completamente satisfactoria.
Sus múltiples apariciones en Londres, aterrorizando a personas en
lugares solitarios, principalmente a jóvenes mujeres, lo convierten en
un claro modelo del prankster de la mitología, rodeado por ese aro de
misterio y romanticismo que sólo la Inglaterra victoriana es capaz de
otorgar.
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