viernes, 16 de marzo de 2012

Lamiis et pythonicis mulieribus: Ulrich Molitor



Lamiis et pythonicis mulieribus (Lamias y Mujeres adivinas -pitonisas-) es un libro de ocultismo del sabio alemán Ulich Molitor, conocido también como Ulrico Molitoris, publicado en 1489.

El libro generó un profundo revuelo en la comunidad eclesiástica, cuestión que no logró silenciar las trece ediciones en latín y tres en alemán que surgieron entes de 1500.

Lamiis et pythonicis mulieribus está escrito en forma de diálogo entre Molitor, el archiduque de Segismundo de Austria y Conrad Schatz, magistrado omnipotente de Constance. Allí, citando a los clásicos, profetas y poetas, Ulrich Molitor define a la brujería como una herramienta de Dios.

La brujería, señala Ulrich Molitor, es funcional a los deseos de Dios, de hecho, todas las actividades del diablo tienen su origen en la mente de Dios, que todo lo conoce. Lamiis et pythonicis mulieribus define al Sabbath como una ilusión, producto de los narcóticos que las brujas consumían y se untaban en el cuerpo, sosteniendo que es ridículo castigar a una persona por presenciar ilusoriamente una ceremonia que jamás se llevó a cabo, salvo en la mente afiebrada de las hechiceras.

No obstante, Lamiis et pythonicis mulieribus también desarrolla el tema de los vampiros, aunque bajo una forma griega: Las Lamias, aquellas vampiresas implacables de la mitología griega.

Ulrich Molitor asegura que los vampiros existen. Las mujeres vampiro se reúnen en secreto en lo profundo del bosque, donde efectúan un intercambio de raíces y hierbas narcóticas, las cuales las conducen a un éxtasis de sangre que sólo se aplaca cuando se apagan los efectos alucinógenos de las hierbas.

Es importante señalar que el concepto de "vampiros" manejado por Ulrich Molitor tiene poco que ver con los vampiros del romanticismo. Según su visión, las mujeres vampiro o lamias son algo así como células dormidas en pequeñas comunidades rurales, que se activan siguiendo una incomprensible proyección zodiacal, actuando solas o en grupo drenando la sangre y/o energía vital de determinados personajes influyentes.

Estas vampiresas, al menos tal como las concibe Molitor, forman una oscura cofradía inmemorial, confundida con la brujería, y cuyos fines nada tienen que ver con una posición religiosa, sino con perpetuar la identidad de la mujer como dueña y señora de los sentidos, aún de aquellos que resultan prolijamente letales.

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