Lo más vergonzoso comienza como cien años después de la supuesta aparición, precisamente con la propagación de la leyenda de la aparición de la virgen al indio Juan Diego y la formación de la imagen en forma milagrosa en su tilma. A esto le siguieron varias manipulaciones a la sencilla pintura original para hacerla más gloriosa. Alteraciones que hoy reconoce la iglesia católica mexicana porque se están cayendo a pedazos.
Muchos son los que participaron en engrandecer el mito. Unos colaboraron de buena fe, con su ignorancia, su ingenuidad o su falta de rigor para exigir pruebas. Otros más participaron con su mutismo a sabiendas del engaño monumental. Otros, movidos por piedad y con el sano afán de engrandecer la fe de un pueblo huerfano, simplemente añadieron detalles a la pintura para perfeccionar la falsificación. Y por último están los que investigaron y con todo conocimiento, en lugar de corregir el error o por lo menos dejarlo como estaba, terminaron de cocinar el fraude, añadiendole títulos a la virgen y canonizando al inexistente indio Juan Diego. También hay que reconocer a los pocos que se atrevieron a oponerse y a cuestionar el mito, a veces a costa de su reputación y de su puesto.
SIMILITUD EXTRORDINARIA CON LA VIRGEN DE GUADALUPE ESPAÑOLA
- La original virgen de Guadalupe es originaria de Extremadura. Hernán Cortez y muchos de sus soldados eran extremeños. Uno de ellos traía una imagen de dicha virgen con todo y marco, la cual tuvo que abandonar en el campo por estar herido en la famosa huída de la noche triste.
- La virgen de Guadalupe española supuestamente se apareció en la sierra de Guadalupe poco más de doscientos años antes que la mexicana (1322). Curiosamente la leyenda española es extremadamente similar a la mexicana. La virgen se le aparece en el cerro a un humilde pastorcillo y le pide que se le construya allí mismo una iglesia. El pastor lleva la petición a los clérigos, que no le hacen caso. La aparición y la petición se repiten. Un hijo del pastorcillo resucita después de ser dado por muerto. Los clerigos van al lugar de la aparición con el pastor y encuentran oculta una escultura de la virgen, "esculpida sin intervención humana". Levantan el santuario y a la virgen se le conoce también como "morenita de las Villuercas" (pueblo cercano) porque la imagen de madera es morena. El primer documento que relata la leyenda de la aparición de la virgen y la escultura es de 118 años después de la supuesta aparición (en 1440).
FRAY JUAN DE ZUMARRAGA NO CONOCIÓ A JUAN DIEGO
- En sus múltiples relatos, archivos y cartas el primer obispo de mexico - supuestamente el principal testigo presencial de la aparición milagrosa de la imagen de Guadalupe en la tilma de Juan Diego - no menciona a Juan Diego ni el milagro ni a la virgen milagrosa ni siquiera da un indicio de que hubiera oído hablar de ellos.
- Curiosamente hay un sermón de Zumarraga (posterior a la supuesta aparición) que habla de que ya no hay milagros en su época, ni son necesarios para creer en Cristo.
A LA IMAGEN DE GUADALUPE NO SE LE CONSIDERABA DE ORIGEN MILAGROSO
- Hay documentos que prueban que la imagen de Guadalupe y la capilla del Tepeyac existían desde antes de 1556 y los indios la consideraban "milagrosa" a la imagen, en el sentido de que hacía milagros. Pero no se menciona la aparición, ni al indio Juan Diego, ni el plasmado sobrenatural de la imagen.
- El sucesor de Zumarraga, el obispo Fray Alonso de Montufar en un sermón (1556) se suma a los rumores de que la virgen hace milagros para atraer mayor devoción de los indios hacia esta. Lo que le trae severas críticas de los franciscanos, enemigos de la idolatría.
- Fray Antonio de Huete (1556) pide al arzobispo que por lo menos deje de llamarla Nuestra señora de Guadalupe, sino de Tepeaca (Tepeyac), puesto que en España ya había una virgen con ese nombre por el lugar que se llamaba así (Guadalupe).
- Fray Franciso de Bustamante (1556) dice en un sermón que "decirle a los naturales que una imagen pintada ayer por el indio llamado Marcos (Marcos Cipac de Aquino) hacía milagros, era sembrar gran confusión".
- El arzobispo Montufar (1556) manda decir a traves de testigos pagados: "que no se haga reverencia al lienzo, ni pintura, ni palos de las imágenes, sino a las imágenes por lo que representan", curiosa forma de llamar al producto de tan portentoso milagro.
- Fray Bernardino de Sahagún (1570) llama invención satánica para ocultar la idolatría, a la adoración a la virgen de Guadalupe que sólo disfraza la adoración a la diosa Tonanzin, "como también llaman los indios a Nuestra Señora de Guadalupe".
EL CONFLICTO POR LAS LIMOSNAS
- En 1574 le cae a la ermita una inspección del monasterio de Guadalupe de Extremadura por el asunto de las limosnas que debía entregar la casa Guadalupana de México a la casa Matriz en Extremadura. Algo así como los derechos de uso (regalías) de la imagen original.
UN SIGLO DESPUES COMIENZA EL MILAGRO
- Un siglo después algunos documentos comienzan a mencionar el milagro guadalupano. Pocos dan la fecha de 1531 como el año del milagro, varios dan el año de 1555 y el de 1556.
- En 1648 el predicador Miguel Sánchez publica un libro con el relato que da su forma actual a la leyenda guadalupana. Es ahí donde se dan todos los detalles que ahora conocemos.
- El primer sorprendido con el relato de Miguel Sánchez es el vicario de la capilla de Guadalupe, Luis Lasso de la Vega, quien tiene a su cargo la capilla y la imagen de Guadalupe e ignoraba todo sobre el portentoso estampado de la virgen del Tepeyac antes de leer a Sánchez, como el mismo lo escribe.
- El vicario Lasso en un arrebato piadoso decide adaptar el difícil texto a un lenguaje sencillo y lo traduce al Nahuatl. A este relato se le conoce como "Nican mopohua..." y es considerado por muchos como la mayor evidencia del milagro guadalupano.
De acuerdo a la leyenda promovida por la Iglesia
Católica la "Virgen de Guadalupe" se le apareció tres veces entre
el 9 y el 12 de diciembre de 1531 a un tal Juan Diego (1474-1548),
indio convertido, en el año 1531.
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La "aparición", supuestamente, tomó lugar
en una colina cerca de la ciudad de México llamada cerro Tepeyac, lugar que
coincidentemente era considerado sagrado y mágico por los pobladores de la
región. Los aztecas habían construido en ese mismo lugar un santuario dedicado
a la diosa india Tonantzin, mejor conocida como "Nuestra Madre". La
morena aparición se dice que le informó a Juan Diego que deseaba que se le
construyera un templo en su honor y como prueba imprime su imagen en el poncho
de éste. Inmediatamente después, la aparición comenzó a circular como la
versión indígena de la "Virgen Maria",con el nombre de
"Virgen de Guadalupe", en referencia al termino azteca
"Coatlallope" que significa "la que destrozó la cabeza de la
serpiente."
Una vez completado el proceso de
sometimiento político, el catolicismo comenzó con el desmantelamiento de la
cultura azteca y la colonización mental de los pueblos americanos
mediante sangrientas campañas y misiones. Los sacerdotes católicos tenían
dificultades en domar y someter el espíritu indígena y en México la
"Virgen de Guadalupe" fue un instrumento fundamental en este proceso.
|
Templos y lugares rituales fueron destruidos y
muchos símbolos aztecas fueron adaptados al cristianismo para facilitar el
adoctrinamiento forzado a la cual los aztecas y otras tribus de la zona estaban
siendo sujetas. Desde entonces el poderoso "culto virginal" se
ha transformado en un icono de la superstición cristiana a través de México y
toda la región latinoamericana debido a las mezclas de las tradiciones y
símbolos del cristianismo y el paganismo americano. Por ejemplo la Virgen de
Guadalupe es representada parada sobre cuernos de toro, un símbolo de potencia
sexual y fertilidad o una luna creciente, el símbolo de las diosas lunares. Hoy
la "Virgen" es un símbolo nacional y su imagen que
"milagrosamente" apareció en el poncho de Juan Diego es una
decoración común en cualquier casa o automóvil mexicano y su santuario es
el mas visitado de la cristiandad.
Sin lugar a duda, los orígenes de la leyenda y la
imagen son cuestionables. Juan Diego ha sido motivo de controversia al ser
discutida su propia existencia por algunos historiadores y por el mismo
Abad de la basílica de Guadalupe, Guillermo Schuleburg, quien llegó a sostener
que la revelación de la Virgen era un invento. Aun así Juan Pablo II beatificó
a Juan Diego en1990
El Abad Schulemburg no es el único clérigo que
abiertamente ha declarado a la Virgen de Guadalupe un invento. "Algunos
lideres eclesiásticos," informó Associated Press en 1995, "sabían que
la aparición de la Vigen de piel morena había sido una fábula creada para
permitirles a los indios seguir adorando a su propia diosa. Otros creen que los
sacerdotes crearon la historia para facilitar la conversión de los indios
mexicanos al catolicismo."
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Se creía que las declaraciones de Schulemburg
habían sido publicadas en la revista italiana "30 Giorno"
primero, pero se descubrió que la nota del Giorno estaba basada en una
entrevista "meses antes" (Reuters) de la revista católica
mexicana conocida como Ixtus. Reuters reporto que "en esa
entrevista--cosa que todavía afirma Abad -- Schulemburg dijo que Juan
Diego simbolizaba un matrimonio entre el catolicismo y las religiones indígenas
tradicionales y que la beatificación reconocía un "culto" y no a una
persona real."
No paró allí y llevó su causa al Vaticano
diciendo: "La existencia del indio Juan Diego no ha sido demostrada;
podríamos obtener muchas firmas de eclesiásticos preparados, así como de laicos
intelectuales que avalan esta carta, pero no queremos provocar un inútil
escándalo", advirtió en la misiva quien, irónicamente, estuvo al frente
del templo mariano durante 34 años.
Además de Schulemburg, que a lo largo de todo ese
tiempo tuvo la misión de ser el guardián de la fe guadalupana, también firmaron
el documento Carlos Warnholtz, arcipreste del mismo santuario durante casi
todos esos años; Manuel Olimón Nolasco, historiador y catedrático de la
Universidad Pontificia de México (UPM), y Esteban Martínez, ex-director de la
Biblioteca de la Basílica.
AP también reportó "pequeñas protestas"
cuando las declaraciones fueron hechas publicas y que los "manifestantes
pintaron graffiti en las paredes de la iglesia demandando la renuncia del
Abad."
Poco después Schulemburg renuncia. Esto demuestra
que aunque la iglesia llegara a ser honesta y revelara todas sus mentiras, los
crédulos no lo aceptarían y se revelarían contra los creadores de las fábulas.
Realmente los religionarios han creado su frankenstein. que los perseguirá y
finalmente serán la causa de su debacle como en la famosa novela.
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Pero estudios recientes de la imagen han alimentado
aún más las dudas sobre el supuesto milagro, según Leoncio A. Garza-Valdes, de
61 años, quien en 1999 formó parte de un equipo que estudió la imagen.
"El manto de Nuestra Señora de Guadalupe no es
una pintura sino tres pinturas, y una de ellas está firmada y fechada. Así es
que no se trata de una imagen milagrosa; fue creada por el hombre", dijo
Garza-Valdes para la edición del domingo de San Antonio Express-News.
Garza-Valdes, cuyas conclusiones fueron publicadas
la semana pasada en la revista Proceso, cree que la imagen de la Virgen no es
de origen sobrenatural, y que la figura de Juan Diego es una creación de la Iglesia
de la época de la Conquista.
"Deseamos detener la canonización de Juan
Diego", dijo Garza-Valdes. "La Iglesia está cometiendo un disparate.
Yo soy católico y guadalupano, pero no soy aparicionista, y no creo en Juan
Diego", señaló.
Tras detallar el estudio de las tres pinturas,
Garza-Valdez señala que cree que la imagen original es la misma de una bien
conocida estatua de la basílica de Extremadura, en España. Además, señala que
las iniciales del artista M.A. ó Marcos Aquino --un personaje histórico--pueden
verse en un extremo de una de las pinturas, cerca de la fecha 1156.
La Canonisacion del caracter se esperaba en el año
2002.
A pesar de que la Virgen de Guadalupe es más conocida como la patrona de las Américas, la historia de
su "milagrosa" aparición en Tepeyac, México tiene sus raíces en la provincia de Extremadura, España.
Fue aquí que un Español llamado Gil Cordero descubrió una pequeña imagen islámica que se parecía a
la Virgen María en el banco de el río Guadalupe, en algún momento a mediados del siglo 13. La
imagen de madera tenía la piel de color marrón oscuro y estaba encima de una luna creciente, símbolo
del Islam. De hecho, el propio nombre del río "Guadalupe" tenía una Islámica influencia, ya que se
deriva de la palabra árabe "guadale" que significa "río", y "Lupo", que en latín significa Lobo. Tanto la
imagen y el nombre del río eran los restos de la ocupación árabe de España.
El descubrimiento de la imagen tallada fue visto como una gran señal de Dios, y en 1338, el rey
Alfonso XI ordenó que se construyera un templo en el lugar donde fue encontrada. La imagen llegó a
ser conocida como "Nuestra Señora de Guadalupe", y el templo se construyó en su honor. Con el fin de
ayudar a difundir la veneración de "Nuestra Señora", los artistas comenzaron a pintar réplicas de la talla
y ellos ganaron su dinero con la venta de las copias de la misma.
En febrero de 1495, Cristóbal Colón inició la transatlántica trata de esclavos enviando 550 Nativos
Taínos del recién "descubierto" continente Americano fuera de España. Y ya que estas extrañas y
"salvajes" personas eran de la misma complexión que la imagen de Nuestra Señora, el Rey y la Reina
de España declararon a la Virgen como "Protectora de los indios." En 1496, los esclavos nativos fueron
llevados al templo y bautizados en honor de la Virgen del Río Lobo. El descubrimiento de la Virgen fue
visto como una prueba de que la expulsión de los moros habían sido voluntad de los dioses, y su templo
rápidamente desarrolló seguidores fieles. Entre sus devotos estaba un soldado llamado Hernán Cortes.
Cortés se dedicó fanáticamente a la adoración de la Virgen, y llevaba una imagen de ella en su bandera,
llevándola consigo a dondequiera que iba.
En 1519, Cortés invadió Ana Wak, trayendo la imagen de La Virgen con él al Nuevo Mundo. El
historiador italiano Lorenzo Boturini describió la bandera de la siguiente manera: "Una bella imagen de
la Virgen María fue pintada en ella. Ella llevaba una corona de oro y estaba rodeada por 12 estrellas de
oro. Ella tenía las manos juntas en oración, pidiéndole a su hijo para proteger y dar fuerza a los
españoles para que pudieran conquistar y cristianizar a los paganos." Fue la bandera de Cortés la que
sirvió como pabellón "oficial" de los españoles hasta que los primeros españoles comenzaron a llegar.
Como Cortés y sus hombres llevaron a cabo la violación cultural y espiritual de México, lo hicieron al
punto de destruir los lugares Indígenas de estudio y erigir iglesias católicas sobre sus ruinas. En 1520,
los españoles destruyeron el templo de Tonantzin en Tepeyac y en su lugar plantaron otro templo
glorificando a la Virgen de Guadalupe -Una reproducción del estandarte de Cortés se creó y colgó en su
interior. Los españoles pensaron que podrían fácilmente reemplazar el símbolo de la tierra (Tonantzin
Koatlikwe) con la madre de su "Dios" cristiano.
El 13 de agosto 1521 Mexico-Tenochtitlan cayó por las fuerzas invasoras blanco. El genocidio que
siguió fue llevado a cabo bajo el pretexto de la conversión religiosa. A los antepasados se les dio dos
opciones, podían aceptar la nueva religión de los hombres blancos o enfrentarse a una muerte
espantosa. No es sorprendente que la mayoría del pueblo eligió la vida, con la intención de preservar
las tradiciones al mismo tiempo fingiendo conversión al cristianismo.
Con el fin de facilitar aún más la "conversión" de nuestros antepasados, un sacerdote llamado Juan de
Zumárraga llegó a Anawak el 6 de diciembre de 1528. Un estudiante orgulloso de la Inquisición,
Zumárraga no perdió tiempo en lanzar un asalto fanático en los caminos de nuestro pueblo. Ordenó que
nuestras bibliotecas se quemaran, destruir nuestros templos, y tuvo a nuestros maestros detenidos y
asesinados. Miles de personas fueron condenados a muerte por Zumárraga por negarse a aceptar la
religión del hombre blanco. Y a pesar de tales intentos humanitarios para misionar nuestros
antepasados, los sacerdotes se quejaron de que los Mexicanos aún mantenían sus tradiciones, mientras
pretendían que solo aceptarán la fe católica.
Como prueba de resistencia mexicana al cristianismo, los sacerdotes señalaron que el templo de
Guadalupe en Tepeyakak, donde los Mexicanos todavía se reunían para venerar la energía de
Tonantzin. Los españoles tenían a un artista Tlaxkalteka llamado Marcos Zipactli pintando una nueva
imagen para colgarla en el templo de Tepeyakak. Ellos esperaban que una Virgen pintada por uno de
los suyos inspirara a los Mexicanos a comenzar a mezclar las prácticas Católicas con los suyas. Zipactli
basó su pintura en la imagen original de la bandera de Cortés, no obstante, pero removió las 12 estrellas
de alrededor de la cabeza, dejando sólo la corona. Fue durante este tiempo, justo en el centro de su
inquisición personal contra los Nativos, que Zumarraga fue llamado de vuelta a Europa por el Rey de
España a mediados de 1531 (donde permaneció hasta 1534).
Pero no todos estaban contentos con los intentos de mezclar las religiones indígenas con el catolicismo.
El 08 de septiembre 1556, un sacerdote franciscano llamado Francisco Bustamante denunció el culto de
Guadalupe, declara: "Si estamos tratando de destetar a los indios lejos de la idolatría, ¿por qué obligarlos
a adorar a la Virgen de Guadalupe, cuya imagen fue recientemente pintada por el indio Marcos?"
El 25 de septiembre de 1575, el cuarto virrey de México, Martín Enríquez de Alamanza, envió una
carta al rey Felipe II, quien querían saber por qué había un templo en Tepeyacac en honor de Nuestra
Señora de Guadalupe. En su carta, Alamanza declaró que los Mexicanos adoraban una imagen especial
en ese templo - "una imagen de Nuestra Señora, que ellos llaman Nuestra Señora de Guadalupe ya que
ella se parece a la española Virgen de Guadalupe." Para ayudar a aclarar aún más de donde venía la
inspiración para la imagen, Juan de Torquemada escribió en su libro de 1612 "Monarquía India", que
"Nuestros Sacerdotes por primera vez en Tepeyac construyeron una iglesia dedicada a la madre de
Dios, como ella apareció en España: La virgen de Cristóbal Colon y Hernán Cortés, la Virgen de
Guadalupe " (Capítulo X)
En 1648, el padre Miguel Sánchez decidió sacar provecho de la imagen, escribiendo un libro titulado
"La imagen de la Virgen María." Fue en este libro que el mito moderno de "la Virgen" nació. La
historia, para atraer más adeptos al menguado templo de Tepeyakak, fue el siguiente: 9 de diciembre de
1531 un reciente cristianizado mexicano con el nombre de "Juan Diego" fue visitado por la Virgen
María en el cerro de Tepeyacac. "Juan", informó su encuentro con el arzobispo Zumarraga, que al
principio no le creyó. Una vez de nuevo, María se apareció a "Juan" y una vez más el arzobispo
Zumarraga no le creyó. Unos días más tarde el 12 de diciembre 1531, María se le apareció una vez más
e hizo crecer las flores en la colina estéril. Ella entonces le dijo a "Juan" que recogiera las flores en su
Tilma y se mostrara al obispo como prueba de su aparición. Cuando "Juan" desplegó su Tilma frente al
obispo para que las flores se cayeran, se reveló que "María" había dejado una imagen de sí mismo en la
Tilma. Este "milagro" Tilma, hecho de simple fibra de maguey y con la imagen de La Virgen, es la
misma tilma que cuelga en el templo de Tepeyacac. O al menos eso dice la historia ....
El único problema con la historia del padre de Sánchez es que Zumarraga ni siquiera estaba en México
durante el tiempo de la presuntas apariciones! Como ya sabemos, él fue llamado a España a principios
de ese año y no regresó hasta 1534. No sólo eso, sino que Zumarraga no fue declarado arzobispo hasta
en 1532. ¿Por qué el padre Sánchez hizo la historia? Debido a que el templo de Tepeyacac estaba
perdiendo dinero. Todos los sacerdotes querían ser enviados a la iglesia de San Juan de Los Lagos,
donde la venta de copias, indulgencias, limosnas, y el número masivo de peregrinos hizo la iglesia muy
rica. Estos beneficios obtenían los celosos sacerdotes de la Ciudad de México celoso. Ellos necesitaban
algo que podría atraer a más gente a su iglesia, que necesitaba algo que pudiera atraer a los Mexicanos -
una Virgen NEGRA. La pequeña iglesia en Tepeyacac había pasado desapercibida durante casi un
siglo, pero cuando el libro del padre Sánchez salió, la historia del "milagro" se extendió rápidamente y
creció incrustado en la conciencia de los mexicanos. La Iglesia en Tepeyacac no sería pobre otra vez.
Como pasaron los años, la pintura Marcos Zipactli se volvió muy deteriorada por el moho y la
exposición a los elementos. En 1751, el arzobispo Rubio comisionó al famoso pintor Miguel Cabrera,
un católico fanático, para retocar la pintura. Con el fin de consolidar la idea de que la imagen era un
milagro, Cabrera publicó un libro en 1756 titulado "estadounidense Marvel." Pero no todos estaban
convencidos de las elevadas demandas de Cabrera, y en 1787, José Ignacio Bartolache se encargó de
examinar el "milagro" de la imagen. Ayudado por un grupo de pintores especializados, Bartolache
descubierto que la imagen había sido "muy retocada y estaba cubierta de manchas y que en algunos
lugares se está desmoronando debido al efecto de los hongos y la humedad." Además de esto, el grupo
llegó a la conclusión de que la divina imagen fue:
1. El trabajo de más de un artista.
2. No se hizo en tela de maguey, sino en manta de palma fina
3. Pegado a un marco de madera
4. Mal deteriortated
Bartolache no fue el único que dudó del origen divino de la imagen. En 1883, Joaquín García
Icazbalceta fue dirigido por el Arzobispo Labastida para investigar el asunto. Después de un intenso y
minucioso examen de la tilma, Icazbalceta admitió que la imagen era en realidad un fraude. En su
informe al Arzobispo, Icazbalceta declaró que "Con todo mi corazón, yo esperaba que este milagro que
demostraría ser un gran honor para mi país resultaría ser cierto, pero no me parece que lo sea. Si nos
obligan a creer y proclamar los milagros que han ocurrido, también tenemos prohibido publicar su
falsedad". Por cierto, después que Izcalbacet murió, la Iglesia Católica tenía a un historiador jesuita que
escribía un libro para refutar lo que Izcalbacet había escrito. El resultado fue el "Álbum histórico de la
Virgen de Guadalupe", que tenía 25 sin valor, indemostrables y largas ya desacreditadas "pruebas" de
apariciones de la Virgen. Entre las "pruebas" presentadas en el álbum estaban diferentes historias que
describen el evento, y fechas que no coinciden con los eventos descritos.
En 1895 la tilma estaba deteriorada más allá de la reparación y el padre Antonio Plancarte ordenó que
se cambiara con uno nuevo. En la declaración de Plancarte se puede leer en el 03 de diciembre 1895
asunto de El Universal. Sin embargo, cuando la nueva imagen se puso en su lugar, los sacerdotes
hicieron un descubrimiento sorprendente - los artistas habían omitido completamente la corona que
reposaba en cabeza de la "La Virgen"! En un intento de encubrir este error, la iglesia declaró que la
corona había desapareció milagrosamente, y los fieles a la imagen en realidad se lo creyeron. Este total
evento sórdido se registró en gran detalle en el libro "Ecos del Olvido", que fue publicado en 1900 por
el obispo Sánchez Camacho.
En 1928 la nueva versión, sin corona de la imagen fue examinada por el gran pintor y Mexicanista el
Dr. Atl. El Dr. Atl concluyó de que la imagen no era definitivamente de fibra de maguey como se
reclamaba, y pasó a añadir que "La pintura de Guadalupe es una parodia de su imagen que está en
Fuenterrabla España, que a su vez es una parodia de las imágenes bizantinas de la decadencia. La
Virgen de Guadalupe es una obra puramente decorativa, ejecutada por una persona con imágenes
mediocres."
A pesar de toda la documentación histórica (por no hablar de sentido común), que ilustra claramente
cómo el engaño Guadalupe fue retirado, millones de devotos Mexicanos todavía rezan a su imagen y se
dedican a su culto. Pero ¿qué pruebas posibles tienen de que la imagen de La Virgen es auténtica?
Bueno, la mayoría cita a menudo la "evidencia" de la aparición de La Virgen es denominada "Valeriano
relación", o el Nikan Mopohua como se llama a menudo. Este documento, supuestamente escrito en
Náhuatl por Antonio Valeriano a mediados de 1500, debe servir como una confirmación oficial del
milagro en Tepeyacac. Pero echemos un vistazo a las reclamaciones realizados por este pedazo de
"evidencia".
En primer lugar, el Nikan Mopohua comienza afirmando que Juan Diego se dirigía a la parroquia en
Tlatelolco a recibir los sacramentos y encontrar un sacerdote para confesar a su tío enfermo antes de
morir. Debe tenerse en cuenta que los sacramentos, como la confesión y la comunión, no se les
concedió a los indígenas hasta 1540 - ya que se pensaba que los Mexicanos no eran humanos y
posiblemente no tenían almas. No sólo eso, pero Tlatelolco no tenía una parroquia hasta 1572! De
hecho, ni siquiera el padre Sahagún "Historia general de las cosas de la Nueva España", que fue escrito
a partir de Tatelolco hace ninguna mención de la aparición vírgenes! No hay un solo documento escrito
disponible desde 1531 hasta 1648 que tenga un solo registro de Juan Diego o el supuesto milagro!
Españoles, tales como Bernal Díaz del Castillo, Diego de Durán, Bernardino de Sahagún, Bartolomé de
las Casas, Hernán Cortés, e incluso Zumárraga mismo nunca mencionar la aparición en Tepeyacac.
Esto suena raro teniendo en cuenta cuan importante habría sido la aparición a los invasores católicos.
Otro error en el Nican Nikan que vale la pena mencionar es que el documento informa de
acontecimientos que ocurrieron mucho después de que Antonio Valeriano muriera en 1605. Esto hace
que sea imposible que Valeriano haya escrito las cosas de las que él ha sido acreditado. Y si esto no
fuera suficientemente malo, el documento original Nican Mapohua nunca ha sido demostrado que haya
existido en absoluto. La única "prueba" de los documentos originales existentes es una supuesta copia
del manuscrito publicado en 1649 por Luis Lasso de la Vega. Pero esta copia, la "Huey
Tlanahuikoltika," es nada menos que una traducción Nauatl del libro escrito por el Padre Miguel
Sánchez en 1648 - otro fraude de buena fe!
Pero a pesar de la verdad dolorosamente obvia, "La Virgen de Guadalupe" sigue siendo uno de los más
reconocibles y símbolos venerados de México. Literalmente millones de nuestra gente converge en la
Basílica de Tepeyacac para perder su tiempo, energía, dinero y recursos con la esperanza de que "La
Virgen" se les conceda la paz eterna. Pero no todos los mexicanos son rápido para postrarse ante la
imagen falsa, e incluso algunos funcionarios de alto rango Católico están cuestionando el origen divino
de la tilma. En 1996, Guillermo Schulenberg fue derrocado por el Vaticano después de servir como
Abott de la Basílica por 33 años. Schulenberg cree que la creación del mito de La Virgen estaba
justificado, ya que ganó toda una nación para la religión católica. Su delito real, sin embargo, fue dudar
de la existencia de Juan Diego, y conocer la verdad detrás de "La Virgen".
su "milagrosa" aparición en Tepeyac, México tiene sus raíces en la provincia de Extremadura, España.
Fue aquí que un Español llamado Gil Cordero descubrió una pequeña imagen islámica que se parecía a
la Virgen María en el banco de el río Guadalupe, en algún momento a mediados del siglo 13. La
imagen de madera tenía la piel de color marrón oscuro y estaba encima de una luna creciente, símbolo
del Islam. De hecho, el propio nombre del río "Guadalupe" tenía una Islámica influencia, ya que se
deriva de la palabra árabe "guadale" que significa "río", y "Lupo", que en latín significa Lobo. Tanto la
imagen y el nombre del río eran los restos de la ocupación árabe de España.
El descubrimiento de la imagen tallada fue visto como una gran señal de Dios, y en 1338, el rey
Alfonso XI ordenó que se construyera un templo en el lugar donde fue encontrada. La imagen llegó a
ser conocida como "Nuestra Señora de Guadalupe", y el templo se construyó en su honor. Con el fin de
ayudar a difundir la veneración de "Nuestra Señora", los artistas comenzaron a pintar réplicas de la talla
y ellos ganaron su dinero con la venta de las copias de la misma.
En febrero de 1495, Cristóbal Colón inició la transatlántica trata de esclavos enviando 550 Nativos
Taínos del recién "descubierto" continente Americano fuera de España. Y ya que estas extrañas y
"salvajes" personas eran de la misma complexión que la imagen de Nuestra Señora, el Rey y la Reina
de España declararon a la Virgen como "Protectora de los indios." En 1496, los esclavos nativos fueron
llevados al templo y bautizados en honor de la Virgen del Río Lobo. El descubrimiento de la Virgen fue
visto como una prueba de que la expulsión de los moros habían sido voluntad de los dioses, y su templo
rápidamente desarrolló seguidores fieles. Entre sus devotos estaba un soldado llamado Hernán Cortes.
Cortés se dedicó fanáticamente a la adoración de la Virgen, y llevaba una imagen de ella en su bandera,
llevándola consigo a dondequiera que iba.
En 1519, Cortés invadió Ana Wak, trayendo la imagen de La Virgen con él al Nuevo Mundo. El
historiador italiano Lorenzo Boturini describió la bandera de la siguiente manera: "Una bella imagen de
la Virgen María fue pintada en ella. Ella llevaba una corona de oro y estaba rodeada por 12 estrellas de
oro. Ella tenía las manos juntas en oración, pidiéndole a su hijo para proteger y dar fuerza a los
españoles para que pudieran conquistar y cristianizar a los paganos." Fue la bandera de Cortés la que
sirvió como pabellón "oficial" de los españoles hasta que los primeros españoles comenzaron a llegar.
Como Cortés y sus hombres llevaron a cabo la violación cultural y espiritual de México, lo hicieron al
punto de destruir los lugares Indígenas de estudio y erigir iglesias católicas sobre sus ruinas. En 1520,
los españoles destruyeron el templo de Tonantzin en Tepeyac y en su lugar plantaron otro templo
glorificando a la Virgen de Guadalupe -Una reproducción del estandarte de Cortés se creó y colgó en su
interior. Los españoles pensaron que podrían fácilmente reemplazar el símbolo de la tierra (Tonantzin
Koatlikwe) con la madre de su "Dios" cristiano.
El 13 de agosto 1521 Mexico-Tenochtitlan cayó por las fuerzas invasoras blanco. El genocidio que
siguió fue llevado a cabo bajo el pretexto de la conversión religiosa. A los antepasados se les dio dos
opciones, podían aceptar la nueva religión de los hombres blancos o enfrentarse a una muerte
espantosa. No es sorprendente que la mayoría del pueblo eligió la vida, con la intención de preservar
las tradiciones al mismo tiempo fingiendo conversión al cristianismo.
Con el fin de facilitar aún más la "conversión" de nuestros antepasados, un sacerdote llamado Juan de
Zumárraga llegó a Anawak el 6 de diciembre de 1528. Un estudiante orgulloso de la Inquisición,
Zumárraga no perdió tiempo en lanzar un asalto fanático en los caminos de nuestro pueblo. Ordenó que
nuestras bibliotecas se quemaran, destruir nuestros templos, y tuvo a nuestros maestros detenidos y
asesinados. Miles de personas fueron condenados a muerte por Zumárraga por negarse a aceptar la
religión del hombre blanco. Y a pesar de tales intentos humanitarios para misionar nuestros
antepasados, los sacerdotes se quejaron de que los Mexicanos aún mantenían sus tradiciones, mientras
pretendían que solo aceptarán la fe católica.
Como prueba de resistencia mexicana al cristianismo, los sacerdotes señalaron que el templo de
Guadalupe en Tepeyakak, donde los Mexicanos todavía se reunían para venerar la energía de
Tonantzin. Los españoles tenían a un artista Tlaxkalteka llamado Marcos Zipactli pintando una nueva
imagen para colgarla en el templo de Tepeyakak. Ellos esperaban que una Virgen pintada por uno de
los suyos inspirara a los Mexicanos a comenzar a mezclar las prácticas Católicas con los suyas. Zipactli
basó su pintura en la imagen original de la bandera de Cortés, no obstante, pero removió las 12 estrellas
de alrededor de la cabeza, dejando sólo la corona. Fue durante este tiempo, justo en el centro de su
inquisición personal contra los Nativos, que Zumarraga fue llamado de vuelta a Europa por el Rey de
España a mediados de 1531 (donde permaneció hasta 1534).
Pero no todos estaban contentos con los intentos de mezclar las religiones indígenas con el catolicismo.
El 08 de septiembre 1556, un sacerdote franciscano llamado Francisco Bustamante denunció el culto de
Guadalupe, declara: "Si estamos tratando de destetar a los indios lejos de la idolatría, ¿por qué obligarlos
a adorar a la Virgen de Guadalupe, cuya imagen fue recientemente pintada por el indio Marcos?"
El 25 de septiembre de 1575, el cuarto virrey de México, Martín Enríquez de Alamanza, envió una
carta al rey Felipe II, quien querían saber por qué había un templo en Tepeyacac en honor de Nuestra
Señora de Guadalupe. En su carta, Alamanza declaró que los Mexicanos adoraban una imagen especial
en ese templo - "una imagen de Nuestra Señora, que ellos llaman Nuestra Señora de Guadalupe ya que
ella se parece a la española Virgen de Guadalupe." Para ayudar a aclarar aún más de donde venía la
inspiración para la imagen, Juan de Torquemada escribió en su libro de 1612 "Monarquía India", que
"Nuestros Sacerdotes por primera vez en Tepeyac construyeron una iglesia dedicada a la madre de
Dios, como ella apareció en España: La virgen de Cristóbal Colon y Hernán Cortés, la Virgen de
Guadalupe " (Capítulo X)
En 1648, el padre Miguel Sánchez decidió sacar provecho de la imagen, escribiendo un libro titulado
"La imagen de la Virgen María." Fue en este libro que el mito moderno de "la Virgen" nació. La
historia, para atraer más adeptos al menguado templo de Tepeyakak, fue el siguiente: 9 de diciembre de
1531 un reciente cristianizado mexicano con el nombre de "Juan Diego" fue visitado por la Virgen
María en el cerro de Tepeyacac. "Juan", informó su encuentro con el arzobispo Zumarraga, que al
principio no le creyó. Una vez de nuevo, María se apareció a "Juan" y una vez más el arzobispo
Zumarraga no le creyó. Unos días más tarde el 12 de diciembre 1531, María se le apareció una vez más
e hizo crecer las flores en la colina estéril. Ella entonces le dijo a "Juan" que recogiera las flores en su
Tilma y se mostrara al obispo como prueba de su aparición. Cuando "Juan" desplegó su Tilma frente al
obispo para que las flores se cayeran, se reveló que "María" había dejado una imagen de sí mismo en la
Tilma. Este "milagro" Tilma, hecho de simple fibra de maguey y con la imagen de La Virgen, es la
misma tilma que cuelga en el templo de Tepeyacac. O al menos eso dice la historia ....
El único problema con la historia del padre de Sánchez es que Zumarraga ni siquiera estaba en México
durante el tiempo de la presuntas apariciones! Como ya sabemos, él fue llamado a España a principios
de ese año y no regresó hasta 1534. No sólo eso, sino que Zumarraga no fue declarado arzobispo hasta
en 1532. ¿Por qué el padre Sánchez hizo la historia? Debido a que el templo de Tepeyacac estaba
perdiendo dinero. Todos los sacerdotes querían ser enviados a la iglesia de San Juan de Los Lagos,
donde la venta de copias, indulgencias, limosnas, y el número masivo de peregrinos hizo la iglesia muy
rica. Estos beneficios obtenían los celosos sacerdotes de la Ciudad de México celoso. Ellos necesitaban
algo que podría atraer a más gente a su iglesia, que necesitaba algo que pudiera atraer a los Mexicanos -
una Virgen NEGRA. La pequeña iglesia en Tepeyacac había pasado desapercibida durante casi un
siglo, pero cuando el libro del padre Sánchez salió, la historia del "milagro" se extendió rápidamente y
creció incrustado en la conciencia de los mexicanos. La Iglesia en Tepeyacac no sería pobre otra vez.
Como pasaron los años, la pintura Marcos Zipactli se volvió muy deteriorada por el moho y la
exposición a los elementos. En 1751, el arzobispo Rubio comisionó al famoso pintor Miguel Cabrera,
un católico fanático, para retocar la pintura. Con el fin de consolidar la idea de que la imagen era un
milagro, Cabrera publicó un libro en 1756 titulado "estadounidense Marvel." Pero no todos estaban
convencidos de las elevadas demandas de Cabrera, y en 1787, José Ignacio Bartolache se encargó de
examinar el "milagro" de la imagen. Ayudado por un grupo de pintores especializados, Bartolache
descubierto que la imagen había sido "muy retocada y estaba cubierta de manchas y que en algunos
lugares se está desmoronando debido al efecto de los hongos y la humedad." Además de esto, el grupo
llegó a la conclusión de que la divina imagen fue:
1. El trabajo de más de un artista.
2. No se hizo en tela de maguey, sino en manta de palma fina
3. Pegado a un marco de madera
4. Mal deteriortated
Bartolache no fue el único que dudó del origen divino de la imagen. En 1883, Joaquín García
Icazbalceta fue dirigido por el Arzobispo Labastida para investigar el asunto. Después de un intenso y
minucioso examen de la tilma, Icazbalceta admitió que la imagen era en realidad un fraude. En su
informe al Arzobispo, Icazbalceta declaró que "Con todo mi corazón, yo esperaba que este milagro que
demostraría ser un gran honor para mi país resultaría ser cierto, pero no me parece que lo sea. Si nos
obligan a creer y proclamar los milagros que han ocurrido, también tenemos prohibido publicar su
falsedad". Por cierto, después que Izcalbacet murió, la Iglesia Católica tenía a un historiador jesuita que
escribía un libro para refutar lo que Izcalbacet había escrito. El resultado fue el "Álbum histórico de la
Virgen de Guadalupe", que tenía 25 sin valor, indemostrables y largas ya desacreditadas "pruebas" de
apariciones de la Virgen. Entre las "pruebas" presentadas en el álbum estaban diferentes historias que
describen el evento, y fechas que no coinciden con los eventos descritos.
En 1895 la tilma estaba deteriorada más allá de la reparación y el padre Antonio Plancarte ordenó que
se cambiara con uno nuevo. En la declaración de Plancarte se puede leer en el 03 de diciembre 1895
asunto de El Universal. Sin embargo, cuando la nueva imagen se puso en su lugar, los sacerdotes
hicieron un descubrimiento sorprendente - los artistas habían omitido completamente la corona que
reposaba en cabeza de la "La Virgen"! En un intento de encubrir este error, la iglesia declaró que la
corona había desapareció milagrosamente, y los fieles a la imagen en realidad se lo creyeron. Este total
evento sórdido se registró en gran detalle en el libro "Ecos del Olvido", que fue publicado en 1900 por
el obispo Sánchez Camacho.
En 1928 la nueva versión, sin corona de la imagen fue examinada por el gran pintor y Mexicanista el
Dr. Atl. El Dr. Atl concluyó de que la imagen no era definitivamente de fibra de maguey como se
reclamaba, y pasó a añadir que "La pintura de Guadalupe es una parodia de su imagen que está en
Fuenterrabla España, que a su vez es una parodia de las imágenes bizantinas de la decadencia. La
Virgen de Guadalupe es una obra puramente decorativa, ejecutada por una persona con imágenes
mediocres."
A pesar de toda la documentación histórica (por no hablar de sentido común), que ilustra claramente
cómo el engaño Guadalupe fue retirado, millones de devotos Mexicanos todavía rezan a su imagen y se
dedican a su culto. Pero ¿qué pruebas posibles tienen de que la imagen de La Virgen es auténtica?
Bueno, la mayoría cita a menudo la "evidencia" de la aparición de La Virgen es denominada "Valeriano
relación", o el Nikan Mopohua como se llama a menudo. Este documento, supuestamente escrito en
Náhuatl por Antonio Valeriano a mediados de 1500, debe servir como una confirmación oficial del
milagro en Tepeyacac. Pero echemos un vistazo a las reclamaciones realizados por este pedazo de
"evidencia".
En primer lugar, el Nikan Mopohua comienza afirmando que Juan Diego se dirigía a la parroquia en
Tlatelolco a recibir los sacramentos y encontrar un sacerdote para confesar a su tío enfermo antes de
morir. Debe tenerse en cuenta que los sacramentos, como la confesión y la comunión, no se les
concedió a los indígenas hasta 1540 - ya que se pensaba que los Mexicanos no eran humanos y
posiblemente no tenían almas. No sólo eso, pero Tlatelolco no tenía una parroquia hasta 1572! De
hecho, ni siquiera el padre Sahagún "Historia general de las cosas de la Nueva España", que fue escrito
a partir de Tatelolco hace ninguna mención de la aparición vírgenes! No hay un solo documento escrito
disponible desde 1531 hasta 1648 que tenga un solo registro de Juan Diego o el supuesto milagro!
Españoles, tales como Bernal Díaz del Castillo, Diego de Durán, Bernardino de Sahagún, Bartolomé de
las Casas, Hernán Cortés, e incluso Zumárraga mismo nunca mencionar la aparición en Tepeyacac.
Esto suena raro teniendo en cuenta cuan importante habría sido la aparición a los invasores católicos.
Otro error en el Nican Nikan que vale la pena mencionar es que el documento informa de
acontecimientos que ocurrieron mucho después de que Antonio Valeriano muriera en 1605. Esto hace
que sea imposible que Valeriano haya escrito las cosas de las que él ha sido acreditado. Y si esto no
fuera suficientemente malo, el documento original Nican Mapohua nunca ha sido demostrado que haya
existido en absoluto. La única "prueba" de los documentos originales existentes es una supuesta copia
del manuscrito publicado en 1649 por Luis Lasso de la Vega. Pero esta copia, la "Huey
Tlanahuikoltika," es nada menos que una traducción Nauatl del libro escrito por el Padre Miguel
Sánchez en 1648 - otro fraude de buena fe!
Pero a pesar de la verdad dolorosamente obvia, "La Virgen de Guadalupe" sigue siendo uno de los más
reconocibles y símbolos venerados de México. Literalmente millones de nuestra gente converge en la
Basílica de Tepeyacac para perder su tiempo, energía, dinero y recursos con la esperanza de que "La
Virgen" se les conceda la paz eterna. Pero no todos los mexicanos son rápido para postrarse ante la
imagen falsa, e incluso algunos funcionarios de alto rango Católico están cuestionando el origen divino
de la tilma. En 1996, Guillermo Schulenberg fue derrocado por el Vaticano después de servir como
Abott de la Basílica por 33 años. Schulenberg cree que la creación del mito de La Virgen estaba
justificado, ya que ganó toda una nación para la religión católica. Su delito real, sin embargo, fue dudar
de la existencia de Juan Diego, y conocer la verdad detrás de "La Virgen".
El artista indígena Marcos Cipac de Aquino, discípulo del colegio de San
José de los Naturales, pintó la imagen de la Virgen de Guadalupe por
encargo del segundo arzobispo de México, Alonso de Montúfar, afirma el
libro ’’La Búsqueda de Juan Diego’’.
El texto, de próxima publicación por la editorial Plaza & Janés -cuyo adelanto ofrece hoy la revista ’’Proceso’’-, fue escrito por el sacerdote Manuel Olimón Nolasco, uno de los religiosos que cuestionan junto con el anterior abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Shulemburg, la existencia histórica de Juan Diego.
Olimón divulga en su libro una recopilación de cartas y textos intercambiados con El Vaticano, para dar a conocer su postura antes de que el Papa, Juan Pablo II, decidiera la canonización del indígena mexicano Juan Diego.
Pese a que la canonización de Juan Diego es un asunto decidido por la Iglesia, este nuevo libro reabre la polémica sobre el origen milagroso de la imagen guadalupana, que es venerada por millones de mexicanos y latinoamericanos.
El autor publica cartas hasta ahora secretas entre religiosos y El Vaticano para manifestar su inquietud por la canonización de un personaje cuya existencia histórica no ha sido probada.
’’La canonización pondría en tela de juicio la credibilidad y el prestigio de nuestra Iglesia, a la que pertenecemos y amamos como católicos’’, señalaron los sacerdotes en una carta.
Entre los testimonios el autor rescata las opiniones de que la imagen no es de origen sobrenatural sino una obra humana hecha sobre tela de algodón, según un análisis científico efectuado en noviembre de 1982 por un grupo de técnicos en conservación de obras de arte.
Además, recoge un texto de Shulemburg enviado al Vaticano de que la obra fue ’’muy probablemente pintada a mediados del Siglo XVI, cuya mano desconocemos’’.
Según las creencias mexicanas, la ’’Virgen Morena’’ se apareció tres veces al indio Juan Diego en el Cerro de Tepeyac, en diciembre de 1531.
Allí, la Virgen pidió a Juan Diego que acudiera con el obispo fray Juan Zumárraga para que construyera un santuario en el cerro de Tepeyac, lugar donde se adoraba a una antigua deidad azteca, la diosa Tonantzin.
El obispo pidió una prueba de las apariciones y la Virgen hizo el supuesto milagro de estampar su imagen en la túnica del indígena.
El texto, de próxima publicación por la editorial Plaza & Janés -cuyo adelanto ofrece hoy la revista ’’Proceso’’-, fue escrito por el sacerdote Manuel Olimón Nolasco, uno de los religiosos que cuestionan junto con el anterior abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Shulemburg, la existencia histórica de Juan Diego.
Olimón divulga en su libro una recopilación de cartas y textos intercambiados con El Vaticano, para dar a conocer su postura antes de que el Papa, Juan Pablo II, decidiera la canonización del indígena mexicano Juan Diego.
Pese a que la canonización de Juan Diego es un asunto decidido por la Iglesia, este nuevo libro reabre la polémica sobre el origen milagroso de la imagen guadalupana, que es venerada por millones de mexicanos y latinoamericanos.
El autor publica cartas hasta ahora secretas entre religiosos y El Vaticano para manifestar su inquietud por la canonización de un personaje cuya existencia histórica no ha sido probada.
’’La canonización pondría en tela de juicio la credibilidad y el prestigio de nuestra Iglesia, a la que pertenecemos y amamos como católicos’’, señalaron los sacerdotes en una carta.
Entre los testimonios el autor rescata las opiniones de que la imagen no es de origen sobrenatural sino una obra humana hecha sobre tela de algodón, según un análisis científico efectuado en noviembre de 1982 por un grupo de técnicos en conservación de obras de arte.
Además, recoge un texto de Shulemburg enviado al Vaticano de que la obra fue ’’muy probablemente pintada a mediados del Siglo XVI, cuya mano desconocemos’’.
Según las creencias mexicanas, la ’’Virgen Morena’’ se apareció tres veces al indio Juan Diego en el Cerro de Tepeyac, en diciembre de 1531.
Allí, la Virgen pidió a Juan Diego que acudiera con el obispo fray Juan Zumárraga para que construyera un santuario en el cerro de Tepeyac, lugar donde se adoraba a una antigua deidad azteca, la diosa Tonantzin.
El obispo pidió una prueba de las apariciones y la Virgen hizo el supuesto milagro de estampar su imagen en la túnica del indígena.
Estos escritos datan de 1905 y fueron realizados por el Obispo de la diócesis de Tamaulipas, Eduardo Sánchez Camacho.
Ese libro, titulado "ECOS DE LA QUINTA DEL OLVIDO" fue vetado en México por muchisimos años:
<< Vine de Obispo católico a Tamaulipas y aquí se eclipso mi estrella. No creía ni creo en la aparición de la llamada Virgen María en el Tepeyac.
Lo de mi escepticismo guadalupano irritó, indignó en sumo grado al obispo y cabildo de Puebla, que me amenazaron con la inquisición romana.
¿Cómo pudieron esos señores amenazar a un mexicano con los juicios de la inquisición romana? Nuestras leyes son claras y terminantes, y un mexicano se ríe de la institución inquisitorial de Roma.
Pero todo eso me puso en contra á Roma y los suyos, y vino en mil ochocientos noventa y seis un enviado del Papa, llamado Nicolás Averardi, con instrucciones expresas de quitarme mis ideas.
Ese Cerreti sabía y sabe que el clero mexicano, más inmoral que todos los del viejo mundo, es generoso, conoce el modo fácil de hacer dinero, y proporciona el modo de adquirirlo, si no le da en abundancia.
Ese Cerreti sabía que la idolatría del pueblo mexicano es muy productiva en dinero.
¡Que terquedad tan brutal! No creyera yo y me parece que ningún hombre de sana razón puede creer lo que hace la superstición pertinaz y ciega de los hombres que se llaman grandes e ilustrados y que deberían ser los guías de la multitud, para llevarla a su verdadera dicha, y son verdaderos lobos que devoran al pobre ignorante, que desgraciadamente cree con fe ciega los embustes religiosos.
No hay una sola palabra en la historia de México que se refiera a la aparición de la madre de Cristo en el Tepeyac.
Aquí en Tamaulipas hay muchas imágenes aparecidas, siendo la más notable la del “Chorro” o “Chorrito”; pero ni esa ni ninguna otra tiene las pretensiones de origen angélico o divino, ni menos de ser obra de la Madre de Cristo. ¡Son más racionales los Tamaulipecos que el Ilmo. Arzobispo de Puebla!
Algún sabio ha dicho que los indios acostumbraban poner sus imágenes fuera de las iglesias, y que de allí las levantaban los clérigos o empleados de los templos.
Tal vez Marcos Cipac, autor de la imperfectísima pintura del Tepeyac, la puso fuera de la ermita que allí había y fue recogida por los empleados de dicha ermita o Capilla para que hiciera milagros.
Ningún historiador del siglo XVI ha dicho nada de esa aparición, luego no sucedió.
El Padre Sahún, religioso instruido, piadoso y virtuoso tacha de idolátrico el culto de la imagen del Tepeyac; luego que este no tenía origen divino, ni era obra de la madre de Cristo.
Las diócesis antiguas ni pensaron en la guadalupana, y las erigidas hasta el siglo XVIII, no se distinguieron por su piedad y culto de Guadalupe.
Sería interminable citar escritores del siglo XVI, que como los anteriores que he citado declaran la falsedad de la Aparición, y solo quiero recordar dos testimonios que hacen prueba plenamente de cualquier juicio.
Los primeros frailes franciscanos que vinieron a México, en la época de la conquista, fueron hombres ejemplares en el cumplimiento de su oficio.
Procuraron en sus predicaciones y con su ejemplo y conducta, apartar los indios de la idolatría.
Vieron por esto, con disgusto que se divulgara que la imagen de Guadalupe que se veneraba en el Tepeyac, y que era obra del indio Marcos Cipac o Marcos de Aquino, hacía milagros.
Juzgaron que esto hacía que los indios adoraran a las imágenes, como hoy lo hacen con autorización y aún por orden de los prelados; volviendo así a la idolatría, que es la que practican nuestros indios.
El P. Fray Francisco de Bustamante, Provincial de los franciscanos, predicó en alguna iglesia de México el ocho de septiembre de 1556 y dijo todo lo que antes he expresado en este párrafo.
Dijo además que el que inventó o por primera vez dijo que aquella imagen hacía milagros, merecía cien azotes y doscientos al que siguiera divulgándolo.
Dijo que el Arzobispo Fr. Alonso de Montufar, que entonces gobernaba aquella iglesia, autorizaba esos falsos milagros, contra lo dispuesto por el concilio de Letrán, bajo pena de excomunión.
Luego en 1557 no había habido aparición, sino que se decía públicamente que la imagen del Tepeyac era pintura del indio Marcos Cipac.
Esto llegó a oídos de su majestad el Rey entonces nuestro señor, y pidió informe al Virrey Don Martín Enríquez sobre el origen de la ermita y culto de la imagen del Tepeyac; y el Virrey contestó el 23 de septiembre de 1575 “que el año 56 o 57 estaba allí (en Guadalupe) una ermitilla, en la cual estaba la imagen que ahora está en la iglesia, y que un ganadero que por allí andaba, publicó haber cobrado salud yendo a aquella ermita y empezó a crecer la devoción de la gente, y pusieron nombre a la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe por decir que se parecía a la Guadalupe de España”.
Luego el origen de esa imagen del Tepeyac y de su culto no es la supuesta y falsa aparición.
Este documento también hace prueba plena en derecho, por ser oficial de un Virrey a su Soberano.
Ese libro, titulado "ECOS DE LA QUINTA DEL OLVIDO" fue vetado en México por muchisimos años:
<< Vine de Obispo católico a Tamaulipas y aquí se eclipso mi estrella. No creía ni creo en la aparición de la llamada Virgen María en el Tepeyac.
Lo de mi escepticismo guadalupano irritó, indignó en sumo grado al obispo y cabildo de Puebla, que me amenazaron con la inquisición romana.
¿Cómo pudieron esos señores amenazar a un mexicano con los juicios de la inquisición romana? Nuestras leyes son claras y terminantes, y un mexicano se ríe de la institución inquisitorial de Roma.
Pero todo eso me puso en contra á Roma y los suyos, y vino en mil ochocientos noventa y seis un enviado del Papa, llamado Nicolás Averardi, con instrucciones expresas de quitarme mis ideas.
Ese Cerreti sabía y sabe que el clero mexicano, más inmoral que todos los del viejo mundo, es generoso, conoce el modo fácil de hacer dinero, y proporciona el modo de adquirirlo, si no le da en abundancia.
Ese Cerreti sabía que la idolatría del pueblo mexicano es muy productiva en dinero.
¡Que terquedad tan brutal! No creyera yo y me parece que ningún hombre de sana razón puede creer lo que hace la superstición pertinaz y ciega de los hombres que se llaman grandes e ilustrados y que deberían ser los guías de la multitud, para llevarla a su verdadera dicha, y son verdaderos lobos que devoran al pobre ignorante, que desgraciadamente cree con fe ciega los embustes religiosos.
No hay una sola palabra en la historia de México que se refiera a la aparición de la madre de Cristo en el Tepeyac.
Aquí en Tamaulipas hay muchas imágenes aparecidas, siendo la más notable la del “Chorro” o “Chorrito”; pero ni esa ni ninguna otra tiene las pretensiones de origen angélico o divino, ni menos de ser obra de la Madre de Cristo. ¡Son más racionales los Tamaulipecos que el Ilmo. Arzobispo de Puebla!
Algún sabio ha dicho que los indios acostumbraban poner sus imágenes fuera de las iglesias, y que de allí las levantaban los clérigos o empleados de los templos.
Tal vez Marcos Cipac, autor de la imperfectísima pintura del Tepeyac, la puso fuera de la ermita que allí había y fue recogida por los empleados de dicha ermita o Capilla para que hiciera milagros.
Ningún historiador del siglo XVI ha dicho nada de esa aparición, luego no sucedió.
El Padre Sahún, religioso instruido, piadoso y virtuoso tacha de idolátrico el culto de la imagen del Tepeyac; luego que este no tenía origen divino, ni era obra de la madre de Cristo.
Las diócesis antiguas ni pensaron en la guadalupana, y las erigidas hasta el siglo XVIII, no se distinguieron por su piedad y culto de Guadalupe.
Sería interminable citar escritores del siglo XVI, que como los anteriores que he citado declaran la falsedad de la Aparición, y solo quiero recordar dos testimonios que hacen prueba plenamente de cualquier juicio.
Los primeros frailes franciscanos que vinieron a México, en la época de la conquista, fueron hombres ejemplares en el cumplimiento de su oficio.
Procuraron en sus predicaciones y con su ejemplo y conducta, apartar los indios de la idolatría.
Vieron por esto, con disgusto que se divulgara que la imagen de Guadalupe que se veneraba en el Tepeyac, y que era obra del indio Marcos Cipac o Marcos de Aquino, hacía milagros.
Juzgaron que esto hacía que los indios adoraran a las imágenes, como hoy lo hacen con autorización y aún por orden de los prelados; volviendo así a la idolatría, que es la que practican nuestros indios.
El P. Fray Francisco de Bustamante, Provincial de los franciscanos, predicó en alguna iglesia de México el ocho de septiembre de 1556 y dijo todo lo que antes he expresado en este párrafo.
Dijo además que el que inventó o por primera vez dijo que aquella imagen hacía milagros, merecía cien azotes y doscientos al que siguiera divulgándolo.
Dijo que el Arzobispo Fr. Alonso de Montufar, que entonces gobernaba aquella iglesia, autorizaba esos falsos milagros, contra lo dispuesto por el concilio de Letrán, bajo pena de excomunión.
Luego en 1557 no había habido aparición, sino que se decía públicamente que la imagen del Tepeyac era pintura del indio Marcos Cipac.
Esto llegó a oídos de su majestad el Rey entonces nuestro señor, y pidió informe al Virrey Don Martín Enríquez sobre el origen de la ermita y culto de la imagen del Tepeyac; y el Virrey contestó el 23 de septiembre de 1575 “que el año 56 o 57 estaba allí (en Guadalupe) una ermitilla, en la cual estaba la imagen que ahora está en la iglesia, y que un ganadero que por allí andaba, publicó haber cobrado salud yendo a aquella ermita y empezó a crecer la devoción de la gente, y pusieron nombre a la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe por decir que se parecía a la Guadalupe de España”.
Luego el origen de esa imagen del Tepeyac y de su culto no es la supuesta y falsa aparición.
Este documento también hace prueba plena en derecho, por ser oficial de un Virrey a su Soberano.
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