lunes, 5 de marzo de 2012

EL ASCENSO DE CAMILA


Tras varios años bajo el tutelaje de Lisandro, Camila regresó a Roma y se enfrentó a su sire
Collat con su nueva visión de gobierno. En el nuevo orden de Camila los Ventrue no se convertirían
en meros seguidores de los romanos, sino que guiarían su expansión, incluso dirigiendo
directamente el avance de las legiones. Lo que sucedió a continuación continúa siendo un misterio.
Por una parte Camila y Lisandro afirman que Collat no estaba de acuerdo con los planes de
su chiquillo, pero que abandonó voluntariamente su posición como Príncipe de Roma. Por otro
lado, los estudiosos Ventrue creen que Camila y Lisandro destruyeron a Collat y ocultaron su
crimen. Algunos creen que Camila se enfrentó a su sire acusándolo de la destrucción de Tinia. En
cualquier caso, Collat desaparece de la historia de los Ventrue en este punto y Camila se convirtió
en el Príncipe de Roma en algún momento a mediados del siglo III a.C.

 
El ascenso de Camila contó con la oposición de otros Vástagos, como la historiadora Ea
Adapa, que consideraba que los Ventrue no debían abandonar su papel como eruditos, guardando y
preservando el conocimiento. Sin embargo, la posición de sus seguidores dentro del clan era cada
vez más minoritaria y Camila y sus partidarios asumieron la iniciativa, configurando el clan hacia
su posición de líderes de la Estirpe.
La política de Camila asumió aspectos del gobierno de Collat y de Artemisa. No se declaró
un dios, pero tampoco actuó entre bastidores, apoyando directamente a algunas familias patricias,
utilizándolas como intermediarios para encaminar la política mortal en la dirección que él deseaba,
cultivando diversos contactos y actuando como intermediario entre las distintas facciones. También
promovió la difusión del culto del dios Júpiter, a través del cual obtenía su alimento. Bajo su
mandato fomentó la mejora de las comunicaciones y procuró centralizar el gobierno de los
territorios conquistados. Con el tiempo acumuló enormes riquezas lo que le llevó a una progresiva
decadencia. Era alimentado y protegido por sus ghouls y actuaba exclusivamente a través de
intermediarios mortales. Lisandro continuó aportándole su consejo y a menudo viajó por el
Mediterráneo, actuando como agente de Roma en nombre de los Ventrue.
Camila se esforzó para evitar la entrada de otros clanes en Roma, asegurando la exclusividad
de los Ventrue, y a finales del siglo III a.C. había extendido su control por toda Italia (aunque otros
linajes eran tolerados fuera de la Ciudad Eterna). Realmente los principales oponentes de Camila
por el control de las instituciones republicanas de Roma no fueron los vampiros, sino varios cultos
místicos, entre ellos los hechiceros de la Orden de Mercurio. Sin embargo, sin duda Camila era el
más influyente de los Ventrue durante esta época.

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